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Los docentes como autores de saber pedagógico

Por: Fernando Hernández

Cuando el grupo de docentes pone en juego su quehacer en el aula, también se pone en disposición de generar saber pedagógico sobre su propia práctica.

En la escuela de la que les he comenzado a hablar al final de mi escrito del mes pasado, la aventura de pensar sobre los sentidos del aprender comenzó poniendo en común, por comunidades de pequeños, medianos y mayores, cómo piensan que los niños y las niñas aprenden. Fue una tarea que las maestras -son mayoría- tomaron con la seriedad de un juego. Pasaron de los espacios de conversación a ir anotando y dejando sobre las paredes de la sala que nos acogía, las palabras clave que evocaban los modos de aprender que observan y promueven en las aulas. Luego, entrelazando cuerpos y palabras, los integrantes de cada comunidad compartieron con el resto del grupo lo que era algo más que una síntesis y se transformaba en una declaración de principios. Reflexionamos sobre lo que las palabras y los gestos evocan sobre el papel del aprender en su escuela.

Había un hilo conductor que sobresalía: un sentido humanista del aprender, en el que destaca el papel que dan al desarrollo personal de cada niño, de cada niña. Además, el valor que otorgan a la conciencia de aprender, la importancia de la implicación en lo que se aprende, el papel de las emociones y el generar complicidades. Sobre estas y otras aproximaciones al aprender tejimos otros hilos de sentido: la necesidad de tiempo para pensar y compartir sobre los modos de aprender que se proyectan en la escuela, la importancia de aprender a partir de establecer relaciones (también entre el dentro y el fuera del centro), el papel de los retos y desafíos… De regreso a Barcelona, pensé que el grupo se había puesto en juego y con ello se había dispuesto a generar saber pedagógico sobre su propia práctica. Además, al dejar que les acompañara alguien que no trata de valorar lo que hacen sino de pensar a partir de lo que narran, cada cual podría llevar aquello a lo que se vinculara a la vida del aula y de la escuela.

La noción de saber pedagógico la llevo conmigo desde que hace ya unos cuantos años, en una escuela, me regalaron la pregunta ¿estamos enseñando a nuestros alumnos a globalizar? Responderla nos llevó cinco años. En ese tiempo compartimos dudas, exploramos las ideas que guiaban el quehacer diario, plasmamos -desde la práctica y la reflexión sobre y desde ella- aquello que se trataba que los alumnos aprendieran. Al mismo tiempo pusimos en cuestión las normativas que homogeneizan lo que sucede en el aula y la organización de la escuela. Nos abrimos hacia un curriculum experimental que emergía y se vinculaba a la vida, donde aprender era ponerse en disposición para cambiar de lugar y de mirada. De todo ello salió una manera de concebir la relación pedagógica a la que dimos el nombre de ‘proyectos de trabajo’.

Con algunas compañeras de esa escuela y con otras que a lo largo de los años se han ido vinculando a los encuentros que tenemos cada mes, hemos ido ampliando el sentido de lo que puede significar generar saber pedagógico. Este saber emerge cuando nos autorizamos, no solo a narrarnos en los relatos del acontecer del aula, en la formación, en el pensar sobre lo que leemos, sino cuando ponemos nombres y establecemos relaciones con lo que de todo ello nos resuena. Durante estos años hemos aprendido a compartir, a escucharnos de manera atenta, a ponernos en juego en situaciones en las que tienen lugar experiencias de aprender y de ser. Con ello, además de pensar en compañía, conseguimos un antídoto ante lo que Massimo Recalcati, en su libro La hora de clase. La erótica de la enseñanza, señala como “el vacío entre cuyos límites se ve obligado -el maestro- a medir su propia palabra”. De esta manera contrarrestamos también los ecos de quienes ofrecen soluciones salvadoras a las necesidades y problemas de la educación.

Este es el viaje al que invité a las maestras de la escuela del principio de esta historia. En cada encuentro, algunas de ellas han ido desgranando escenas de la vida del aula. Son escenas que tienen algo que les sorprende, que les confirma en su modo de mediar en el aprender o que les plantea dudas y tensiones. Sobre lo que va apareciendo pensamos juntos. De algunos de esos retazos de vida y del saber pedagógico que se teje en torno a ellos les contaré en este espacio que me brinda El diario de la educación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/18/los-docentes-como-autores-de-saber-pedagogico/
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Inventor de Njorku: “Para desarrollar África necesitamos invertir en educación tecnológica”

Africa/Camerun/21 de Enero del 2017/Fuente: Elpais

Churchill Nanje Nambe es el fundador de Njorku, un buscador de empleo presente en diez países con 10.000 usuarios diarios.

Cualquier imagen de emprendedor tecnológico pasa por un ordenador decimonónico y un garaje desde donde alterar el universo digital. Con Silicon Valley en el imaginario colectivo, los perfiles de los reyes de internet se esbozan en vaqueros y zapatillas. Lejos de la costa oeste estadounidense, pero cerca de la mentalidad de estos gurús, se encuentra Churchill Nanje Nambe. A sus 31 años, este camerunés ha diseñado Njorku, un buscador de empleos que opera en una decena de países africanos y ayuda a encontrar trabajo a cerca de 10.000 usuarios diarios.

Respetando —casi venerando— el dictamen de la oferta y la demanda, Nanje se fijó en los problemas de su grupo de amigos y de sus contemporáneos en general y planteó una solución. “Había un gran desbarajuste en el mercado. Para las empresas era difícil encontrar trabajadores cualificados, y para las personas era muy complicado tener acceso a anuncios de puestos superiores”, sostiene. Él hizo lo propio. Nada nuevo si lo miras desde el prisma occidental, plagado de portales de este tipo, pero algo puntero para Camerún, de PIB exiguo (menos de 30.000 millones de euros al año) y en la posición 94 del mundo por riqueza.

 Aquí nació a mediados de los ochenta. En Manyemen, un pueblo rural cerca de la frontera con Nigeria del que no se encuentra ni censo. Su familia se mudó a Duala, capital económica del país, en cuanto cumplió la edad escolar. Pasó sus años de colegio comulgando con la educación establecida. Incluso destacando entre sus compañeros. En el instituto, mudado a Kumba, una ciudad joven de 400.000 habitantes, empezó a frecuentar los cafés. No los literarios ni los de tertulias en torno a la política, sino los cybers, los que ofrecían conectarse a internet pagando por horas.

“Me dejé mucho tiempo y dinero en esos lugares”, recuerda ahora por teléfono desde la oficina en la que emplea a otras siete personas. “Era buen estudiante, pero no me gustaba la escuela. Me pasaba las tardes leyendo sobre programación”. Poco a poco, de forma autodidacta, hizo sus primeras incursiones en el medio informático. Hasta que logró algunos encargos de diseño de webs y programación con los que sacar sus primeros sueldos. “Mis compañeros me llamaban loco porque ni jugaba al fútbol ni salía por ahí”, ríe antes de contar cómo descubrió su “talento” gracias a estos puestos y pasó a ser consultor de pequeñas empresas.

 

La gente de mi país ya no quiere la visa de otro, ahora quiere quedarse y hacer algoY llegó Njorku. Es su lengua materna, elefante (motivo por el que sobresale la cabeza de uno en el logo). “Quería que fuera una proyecto más grande que el animal más grande”, dice. Han pasado casi seis años y, si el tamaño se midiera por visitas, el buscador de empleo ya estaría dentro de los big five o cinco grandes especies más preciadas en los safaris. “Funciona en 10 países”, indica enumerándolos (Ghana, Nigeria, Kenia, Sudáfrica, Egipto…), “y cada mes hay 200.000 visitantes, con unos 10.000 usuarios al día, que encuentran ofertas hasta de India”.

¿Qué ofrece, a fin de cuentas? Njorku no deja de ser una plataforma que enlaza a otras webs de ofertas de trabajo. Pero su sencillez, precisión y claridad la hacen extremadamente útil. Mucho más si no hay nada parecido. Cualquier persona registrada accede a las últimas ofertas dentro de los parámetros que elija y recibe las últimas actualizaciones. “La fórmula es como la de Google. Te redirige a lo que buscas por un algoritmo”, compara. En total, ya suma cinco millones de anuncios. “Llegué a la conclusión de que los reclutadores no tenían tiempo y los buscadores andaban perdidos”. Nanje ha logrado gracias a su empresa viajar a Qatar o Estados Unidos.

Aquí vio “cómo funcionaba el mercado”. Después de salir de Camerún y de dar un empujón al rastreo laboral en la red, cree que la evolución será continua. “La gente de mi país ya no quiere la visa de otro, ahora quiere quedarse y hacer algo”, sopesa. Y el acceso a internet será clave, augura. Según previsiones de la revista New African, en 2020 la banda ancha pasará del 20% actual al 60% en el continente. Y se alcanzarán los 540 millones de teléfonos inteligentes en la población, que ya anda por los 160. “Emprender está en boga. Y creo que es la forma de salir de la pobreza”, destaca quien pasó de no poder pagar internet a que Forbes eligiera Njorku en 2011 como una de las start-up más influyentes de la zona.

Coincide con lo que afirma Alex Perry en La gran grieta. El despertar de África: “Para sobrevivir en un continente con escasa seguridad y pocos trabajos garantizados o formales, en el que los Gobiernos son a menudo un obstáculo, uno ha de aprender a buscarse la vida. Ocho de cada diez africanos trabajan para sí mismos. Nacer en África implica, en muchos sentidos, nacer emprendedor”.

Y continúa el autor, en consonancia con lo que aventura Jambe: “Esta vieja África, un continente de cooperantes, dictadores y guerras, es uno con el que usted esté probablemente familiarizado. En el pasado incluso había algo de cierto en ello. Pero la nueva África es un lugar que se expande con una iracunda afirmación, la de hacer retroceder a los falsos profetas que creen poder decirles a los africanos quiénes y cómo son. Medio siglo después de que los africanos obtuvieran su liberación formal, luchan por la sustancia real de la misma. Allá donde antaño combatían a las potencias dirigentes, hoy combaten una percepción gobernante. Allá donde antes otorgaban, hoy plantan cara”.

“Los que no están cualificados querrán crear su propio negocio. Para desarrollar el continente debemos invertir en tecnología”, apuesta este chico de 31 años, residente en un país donde, señala, la mitad de los jóvenes apenas consigue trabajo, aunque el Banco Mundial cifre en un 6,7% la tasa de paro. Justo la que más consulta su página. “Nuestro currículo en informática está muy atrasado. Necesitamos externalizarnos. Aprender lo que se está haciendo en otros lugares, no quedarnos en el primer escalón. Un 65% visita la web desde su móvil, no desde su ordenador. Ese es el futuro”, concluye, viéndose a él mismo dentro de unos años cumpliendo el sueño de cualquier gurú de Silicon Valley: empleando a más gente en su empresa y animando a más personas de su entorno a seguir sus pasos. Aunque sea en Camerún y lo llamen loco por no jugar al fútbol.

Disponible en la url: http://elpais.com/elpais/2017/01/17/planeta_futuro/1484654268_939650.html

 

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España: La educación y la sanidad superan a la corrupción en Andalucia

Europa/España/Provincia de Anadalucia/21 de Enero del 2017/Fuente: Andalucia Información

El desempleo continúa siendo el primer problema de la comunidad para el 83,3 por ciento de los andaluces, seguido de la educación y la enseñanza (32,7 por ciento) y la sanidad (31,7 por ciento), que desplazan la corrupción al cuarto lugar (28,7 por ciento) entre las principales preocupaciones ciudadanas.

Así lo refleja el Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa) de invierno 2017, realizado por el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Cadpea), dependiente de la Universidad de Granada (UGR), y publicado este miércoles en su página web. El trabajo de campo se realizó del 3 de noviembre al 12 de diciembre sobre una muestra de 3.200 entrevistas.

Estas preocupaciones genéricas se reflejan también en el ámbito personal, de tal forma que el paro es señalado en primer lugar por el 52,3 por ciento de los andaluces, seguido por la sanidad (23,8 por ciento), los problemas de índole económica (23,6 por ciento) y la educación (22 por ciento).

EL 74% VE «MALA» LA SITUACIÓN ECONÓMICA

En cuanto a la situación económica en Andalucía, para el 73,9 por ciento es mala o muy mala, frente a un 8,6 por ciento que la ve buena, mientras que la situación económica de España es mala o muy mala para el 70,7 por ciento y buena o muy buena para el 10,5 por ciento.

Para el 26 por ciento, la situación económica de Andalucía mejorará en los próximos seis meses, mientras que para el 59,3 por ciento seguirá igual y para el 12,4 por ciento empeorará. Asimismo, el 30,4 por ciento cree que la situación económica española, tras los resultados de las pasadas elecciones generales de junio, mejorará, mientras que para un 50 por ciento seguirá igual y para el 17,2 por ciento empoarará.

En contraposición al pesimismo sobre la situación andaluza y española, el 62,4 por ciento de los encuestados declara que le han ido bien o muy bien las cosas personalmente en el último año, frente al 18,2 por ciento que valora su situación personal de forma negativa.

Respecto a la situación económica personal o familiar, el 58,5 por ciento de los andaluces la califica positivamente, mientras que el 23,5 por ciento la considera mala o muy mala. El 69,7 por ciento de los encuestados cree que su economía personal o familiar continuará igual en los próximos meses.

El 75,4 por ciento de los andaluces cree que la política económica del Gobierno andaluz ayudará poco o nada a mejorar la situación de la economía de la comunidad, mientras que un 19,9 por ciento sí cree que ayudará mucho o bastante.

Disponible en la url: http://andaluciainformacion.es/sociedad/648299/la-educacion-y-la-sanidad-superan-a-la-corrupcion/

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Educar para convivir con justicia ecosocial

Por: Luis González Reyes

Si los contenidos ecosociales son centrales, como matemáticas o lengua, los centros se deben transformar, pues estas temáticas están lejos de tener actualmente este espacio.

La importancia de incorporar los contenidos ecosociales

Estamos inmersas/os en un gran cambio civilizatorio. Todo parece indicar que el futuro va a ser radicalmente distinto al presente y no se va a parecer al pasado. En el origen de esta mutación está la crisis multidimensional actual: económica, cultural, política y, de forma determinante, ambiental.

Todo esto ya está presente en los centros educativos. Pero la cuestión va más allá. El objetivo fundamental de la escuela es ayudar al alumnado a comprender el mundo en el que viven y a desenvolverse satisfactoriamente en él. Si afrontamos esta gran competencia como si nada estuviese cambiando, no estaríamos cumpliendo esa función primordial de la educación.

Y podríamos aspirar a más. No solo dotar de herramientas al alumnado para comprender y estar en el mundo, sino para que se convierta en agente de cambio activo, capaz de ayudar a que la sociedad se articule de forma democrática para satisfacer universalmente sus necesidades sin depredar el entorno.

De este modo, si los contenidos ecosociales son centrales, tan centrales como matemáticas o lengua, los centros escolares se deben transformar, pues estas temáticas están lejos de tener actualmente este espacio.

La identidad ecosocial, como cualquier otra opción docente, proyecta una forma de entender el mundo y de cómo debe ser. Esto no implica manipular, sino abordar estos aspectos desde una perspectiva de diálogo con las distintas visiones presentes en la comunidad educativa. La opción dialógica, democrática, implica que caben muchas opiniones y planteamientos, pero no todas. No serían válidas las posturas que persiguen la exclusión de otras personas (presentes y futuras), de la posibilidad de tener una existencia digna, de participar del diálogo social. Dentro de ese marco, todo debe estar sujeto a la discusión.

Avances y límites de lo realizado

La educación para la paz, con perspectiva de género, para la sostenibilidad, solidaria, etc. tienen un recorrido de décadas, que ha dejado aprendizajes que merecen ser valorados.

El primero es que estos temas se han abordado prioritariamente en la educación no formal. Los resultados no han sido pequeños, sin embargo resulta obvio que este esfuerzo se ha quedado muy corto. Hace falta ampliar el marco a todas las personas e incluir estas temáticas en los espacios educativos formales.

Lo ecosocial ha encontrado también lugares en los espacios formales: el Día de la Paz o de la Mujer, un taller de reciclaje o la visita de un/a migrante que nos cuenta su experiencia. Pero sabemos que el proceso de aprendizaje requiere un abordaje continuado y repetido de los problemas profundizando de forma continuada en ellos. Lo que no quita la importancia de los actos puntuales.

En muchas ocasiones, los problemas socioambientales se han ido introduciendo en el currículo formal. Sin embargo, aunque en las escuelas se estudian problemas como el cambio climático, es difícil conectar estos con el modelo de producción, distribución y consumo. Es frecuente que en una asignatura de naturales se incluya el calentamiento global. Sin embargo, cuando en sociales se estudie la ciudad nos encontraremos adjetivos que exaltarán el coche o el avión, sin relacionarlos con el cambio climático. Sin un enfoque transversal e interdisciplinar es difícil trabajar la interconexión de los múltiples factores ecosociales.

Pero el enfoque transversal e interdisciplinar también responde a que las implicaciones sociales, económicas, políticas y ambientales de nuestros actos se entrelazan. No es posible entender la geografía sin el conocimiento del medio, ni la historia sin la tecnología. En la fragmentación reside otro de los límites de los enfoques habituales de la educación transformadora.

Otra de las carencias históricas ha sido considerar que quienes deben aprender sobre estos temas son únicamente los/as niños/as y adolescentes. Pero, ¿quién va a educar a las nuevas generaciones sino las adultas? No habrá proceso de transformación si el profesorado no se ha transformado previamente o, mejor dicho, no tiene una actitud de transformarse aprendiendo al tiempo que enseña. Y la cuestión no es solo del profesorado, sino también del PAS y las familias.

Finalmente, el abordaje de estos temas, cuando se ha hecho, en muchas ocasiones se ha limitado a un enfoque racional, a una exposición de datos. Indudablemente esto es necesario, pero no suficiente. Para cambiar los valores, la forma de ver y de estar en el mundo, hace falta sentirlo. Para ello, el enfoque socioafectivo ofrece herramientas muy útiles.

La imprescindible incorporación transversal de lo ecosocial al currículo

Hay tres razones por las que un abordaje transversal de los contenidos ecosociales es probablemente el más adecuado: primero, no existe una asignatura Ecosocial; segundo, estos contenidos atraviesan todo el currículo; y, por último, para darles una importancia central, deberán estar insertos en él.

Una de las actuaciones que se pueden llevar a cabo es transformar el entorno para que sea coherente con este mensaje. Pero el entorno no es solo el centro, sino también sus alrededores. Otra sería la incorporación de actividades extraescolares durante todo el curso. Las actividades puntuales también sirven. Su principal virtud es que son un elemento motivador por su excepcionalidad y pueden encajar bien al principio o como culminación de procesos más amplios.

Sin embargo, estos tres aspectos, aun siendo importantes y sumando, no son los que realizan los cambios cualitativos. Para ello tenemos que entrar en el corazón de la práctica docente: los contenidos trabajados en las aulas y el método. Si no se abordan estos aspectos, el mensaje que se estará transmitiendo es que, en realidad, estos temas no son los centrales. Además, no se podrán abordar con la profundidad que requieren.

La inclusión transversal es un trabajo costoso que implica un importante esfuerzo de reprogramación. Para llevarlo a cabo habrá que recurrir a la comunidad: familiares que nos puedan brindar su experiencia, compañeros/as con los que compartamos recursos, personal externo que nos haga parte de las actividades, etc. Un objetivo clave en este horizonte sería la elaboración de materiales para todas las asignaturas y niveles que tengan incorporados los contenidos ecosociales transversalmente. Sobre todo, entendiendo que una parte sustancial del profesorado no va a poder o querer hacer este trabajo, pero sí lo va a usar si está disponible.

La forma en la que se realizaría esta inclusión transversal de contenidos es múltiple: enfoque de todas las disciplinas, preguntas que guíen proyectos de aula, introducción en ejercicios, experiencias como la gestión colectiva de bienes o la regulación de conflictos de la vida cotidiana. Además, habría que atender al currículo oculto (los/as autores/as que se presentan, los soportes que usamos, las fotos y los mapas, el tipo y la cantidad de materiales).

Tan importante como los contenidos es la forma de llevarlos a cabo: el método también educa. Si lo que queremos trabajar es la profundización democrática, la cooperación, la igualdad en las diferencias o la responsabilidad sobre nuestros actos, necesitamos un método acorde. Un método que no se base únicamente en la transmisión de conocimientos por parte del profesorado, sino que contemple su elaboración conjunta con la comunidad educativa. Un método que asuma una gestión democrática del aula y del centro. El aprendizaje dialógico o el cooperativo avanzan en este sentido.

Esta es la apuesta que estamos haciendo en FUHEM y que, afortunadamente, también están llevando a cabo otros centros educativos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/12/educar-para-convivir-con-justicia-ecosocial/

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México: ¿Cumplir el derecho a la educación?

América del Sur/México/21 de Enero del 2017/Fuente: Educación Futura

El Sistema Educativo Nacional opera de manera insuficiente y desigual, que en ninguna modalidad escolar los centros cuentan en su totalidad con las condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje y que las mayores carencias se encuentran en las escuelas ubicadas en los contextos más desfavorables, en las cuales se atiende a la población con mayor grado de vulnerabilidad … Silvia Schmelkes del Valle, Presidenta del INEE 

De acuerdo con el Maestro Pablo Latapí, no se puede ejercer ninguno de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos o culturales sin un mínimo de educación, por lo que recibir educación se constituye en un derecho consagrado en nuestra Carta Magna, la cual se encuentra apenas a 17  días de cumplir sus primeros cien años de vida.

Con las reformas a la legislación educativa del año 2013 se le agregó, bajo un estridente mensaje de logro del gobierno federal, el término calidad, el cual, el Secretario de Educación investido a profeta, estableció que dicho término por arte de magia y sin mayores inversiones realmente trascendentales en el ramo, habrían de transformar la educación con el sólo acto de evaluar al magisterio y sin tocar ni los planes y programas y por supuesto sin tocar el tema de llevar a cabo una evaluación a las autoridades educativas.

Para ser más específico, en el Artículo 3º, señala que la e ha de ser de calidad, entendiendo por ello ͞que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos, lo cual, a menos de dos años de que culmine la actual administración federal, resulta complicado el poder observar que las acciones desarrolladas desde la errónea política educativa, puedan detonar en acciones que logren mejorar la ya de por si  deteriorada calidad de la educación en nuestro país.

Como una muestra más de ello, en días pasados se presentó por parte del Instituto Nacional para la Evaluación de Educación (INEE) el documento que muestra los resultados de “La evaluación de condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje” (ECEA), la cual fue diseñada con el propó sito de conocer la medida en que las escuelas de la educación obligatoria en nuestro país cuentan con condiciones básicas para su operación y funcionamiento.

La primera aplicación de ECEA inició en el nivel de educación primaria tomando en consideración la evaluación de siete ámbitos que son: Infraestructura para el bienestar y aprendizaje de los estudiantes, mobiliario y equipo básico, materiales de apoyo educativo, personal que labora en las escuelas, gestión del aprendizaje, organización escolar y la convivencia escolar para el desarrollo personal y social.

El que podamos ver que en pleno siglo XXI más del 44 por ciento de todas las escuelas primarias del país no sean escuelas de organización completa o multigrado, en las cuales son aquellas en las  cuales un profesor enseña a más de un grado educativo al mismo tiempo, es decir, uno, dos o más cursos en un mismo salón de clase, es un síntoma de la gravedad de la situación que priva en
nuestro país, en donde las recientes decisiones de política educativa no han marcado aun diferencia alguna y se afirma, desde el propio INEE, que en nuestro país, ningún centro escolar  cuenta con todas las condiciones básicas para la enseñanza.

El sistema educativo nacional se asienta sobre la realidad que viven día a día una mitad de la población que sufre al no poder satisfacer sus necesidades más apremiantes generando con ello  condiciones graves de inequidad que, con los recientes incrementos propiciados desde la decisión  de incrementar los precios y los impuestos a los combustibles, se agrava aún más.

Puede haber miles de evaluaciones más, sin embargo, mientras no se tome en consideración el contexto y el apoyo –no sólo con palabras– a la labor que a diario realiza el magisterio nacional,  pocas podrán ser las consecuencias positivas para la niñez mexicana y con ello a cumplir su  derecho a la educación.

Disponible a traves de la url: http://www.educacionfutura.org/cumplir-el-derecho-a-la-educacion/

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Innovación educativa: qué, por qué y cómo


Por: Aina Tarabini

La innovación debería implicar cambios estructurales en el qué y el cómo de la educación, de manera que debería orientarse hacia la justicia para llegar a todas las personas.

En los últimos meses se han publicado numerosos artículos tanto en Cataluña como en el conjunto del estado sobre innovación educativa. La efervescencia mediática de este tema responde a la creciente presencia de movimientos sociales y educativos que en nombre de la innovación articulan una crítica global al funcionamiento actual del sistema educativo. Parece que la innovación se ha convertido en la palanca mágica para articular el cambio escolar. Pero ¿qué significa exactamente la innovación educativa y cuál es el cambio escolar que ansía? Es más, ¿con qué finalidad y cómo se articulan las demandas contemporáneas de innovación educativa? El objetivo de este artículo es dar respuesta a estas tres preguntas, el qué, el por qué y el cómo de la innovación, alertando sobre algunos de los peligros de una concepción simplificada de la innovación sobre la cual se acabe reforzando la desigualdad social. Empecemos pues.

¿Qué es o qué debería ser la innovación educativa? Hace ya casi quince años, Inés Aguerrondo, identificó cuatro grandes formas de entender los cambios en educación dependiendo de si se trataban de cambios estructurales o coyunturales y de si afectaban a todo el sistema o solo a algunos centros dentro del mismo.

Fuente: Aguerrondo (2002)
Fuente: Aguerrondo (2002)

Según su propuesta, pues, la innovación educativa responde a un cambio estructural que actúa a nivel micro. Así pues, innovar implica modificar aspectos esenciales del sistema educativo y no sólo elementos anecdóticos, que actúen en sus márgenes. Tal como señalaba recientemente Joan Subirats, la innovación debe generar cambios en cuestiones sustantivas relacionadas con el bienestar ciudadano y sus condiciones de vida y, a su vez, debe alterar las relaciones de poder pre-existentes en un campo social dado. Trasladando esta idea al contexto escolar, la innovación, para poder llamarse de este modo, debe mejorar el bienestar educativo de todos los docentes, alumnos y familias, mejorando de forma sustancial las condiciones de escolarización de los centros educativos. La innovación, pues, va más allá de cambios pedagógicos u organizativos específicos e implica poner sobre la mesa algunos de los principales problemas que acechan a nuestro sistema educativo, tales como la falta de equidad, la escasez crónica de la financiación educativa o la segregación escolar entre y dentro de centros educativos. La innovación implica también incorporar ‘nuevos’ problemas en la agenda de política educativa o nuevas comprensiones sobre dichos problemas, cambiando las reglas del juego del quehacer educativo.

¿Para qué se debe o se debería innovar? Si la innovación, como decíamos, debe ser de tipo estructural y debe alterar los cimientos del sistema educativo, su objetivo debe ser el de garantizar la justicia escolar, evitando la reproducción de las dinámicas de exclusión educativa que caracterizan el sistema educativo. Y la justicia escolar, tal como afirman Lynch y Baker (2005), implica abordar simultáneamente cuatro grandes ámbitos: la falta de redistribución, o la desigualdad económica entre alumnos, familias y centros educativos; la falta de reconocimiento, o la existencia de contextos de aprendizaje poco relevantes y culturalmente inclusivos; la falta de representación, o la distribución de poder desigual entre agentes educativos; y falta de relaciones afectivas, entendida como la escasez de atención, acompañamiento, escucha y personalización de los procesos de aprendizaje. Es más, si bien la innovación escolar se genera desde una escala micro, no se puede perder de vista que las cuatro Rs no se pueden garantizar actuando exclusivamente sobre algunos centros educativos. Al contrario, la justicia escolar es, tal como señala Gewirtz (1998), eminentemente relacional y, por tanto, implica tener en cuenta el conjunto de centros que configuran un sistema educativo. Innovación y transformación, pues, son inevitablemente las dos caras de la misma moneda para avanzar hacia un nuevo paradigma educativo que ponga la justicia en su centro de acción.

Finalmente, ¿cómo se innova o debería innovarse? La única forma para garantizar que la innovación sirva para la justicia social es garantizar las condiciones para que todos los centros educativos puedan desarrollar prácticas de innovación educativa. La innovación, de hecho, no es independiente de las condiciones de escolarización de diferentes centros educativos, tanto por lo que respecta al perfil del alumnado, como por lo que se refiere a las características y perfil del profesorado. A menudo no innova quien quiere si no quien puede. Es más, si las prácticas de innovación no tienen en cuenta esta cuestión, el riesgo más inmediato que corremos es que en nombre de la innovación se reproduzcan las dinámicas de segregación que caracterizan el sistema y que se refuerce la competición escolar. Efectivamente, un sistema marcado por la falta de financiación, la elevada presencia de segregación y los recortes dramáticos en educación generan el contexto idóneo para desarrollar estrategias individuales de ‘salvación’, haciendo de la innovación la vía para acceder a los recursos cada vez más escasos que ofrece la Administración (formación de profesorado, renovación pedagógica, redes de solidaridad, etc.) y a su vez atraer a las familias con mayor ‘deseabilidad’ social y escolar. Así pues, la innovación puede acabar fraguando un sistema a doble o triple velocidad que en nombre de la ‘voluntad’ y la ‘capacidad’ de algunos centros y docentes refuerce a unos a costa de otros; unos centros avanzan, innovan, mientras otros se quedan rezagados en el vagón de cola. Un sistema profundamente segmentado que se aleja claramente del ideal de justicia escolar.

En definitiva, a la hora de analizar prácticas y discursos educativos basados en la innovación no podemos perder de vista la diversidad de connotaciones que caracterizan su uso y aplicación. Preguntarnos por el qué, el porqué y el cómo de la innovación educativa es, pues, una tarea imprescindible no sólo para evitar los usos simplistas del concepto, sino también y sobre todo para impedir los efectos altamente perniciosos de la aplicación del mismo. La innovación implica cambios estructurales y sustanciales en el qué y en el cómo de la educación y, como tal, debe orientarse a la justicia escolar y social, generando las condiciones para que todos los agentes educativos, sin excepción, se puedan beneficiar del cambio educativo. Si no es así, simplemente, no es innovación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/10/innovacion-educativa-que-por-que-y-como/

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Blindarán escuelas del estado de Guerrero, México

América del Norte/México/21 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina

Desde el lunes se blindarán con el programa denominado Mochila Segura todas las escuelas del estado de Guerrero, refirió hoy el Secretario de Educación de Guerrero (SEG), José Luis González de la Vega.
La medida busca evitar en esta conflictiva región hechos como el ocurrido el miércoles pasado en Monterrey, Nuevo León, donde un estudiante de secundaria atacó a balazos a su maestra y a tres compañeros, y luego se suicidó, recordó.

Aclaró que la acción busca en bolsos de alumnos y profesores objetos con los que puedan agredir, sustancias tóxicas o adictivas y armas de fuego y se desarrollará hasta la clausura del presente curso escolar en centros de nivel básico de las siete regiones del estado.

Representantes de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos (Codehum), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), los comités de padres de familia, en nivel básico y medio superior, fiscalizarán su cumplimiento.

El plan Mochila Segura es aplicado desde 2016 en algunas escuelas de barrios periféricos del municipio guerrerense de Acapulco de Juárez y de la zona intramontana de Tierra Caliente.

En escuelas de esos territorios las autoridades decomisaron durante el año precedente armas blancas y objetos contundentes, pero ninguna de fuego, según las autoridades.

González de la Vega hizo el anuncio en representación del Gobernador local Héctor Astudillo.

Recientemente la presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia de México, Consuelo Mendoza, llamó a priorizar la educación integral en la nación porque el aludido programa no resuelve los problemas de fondo de la violencia en este país.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=58246&SEO=blindaran-escuelas-del-estado-de-guerrero-mexico

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