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Ecuador: Izquierda Democrática presenta primer proyecto para combatir la pobreza

El proyecto elaborado por la asambleísta Johanna Moreira plantea que la menstruación en el país sea considerada un tema de salud pública.

La Izquierda Democrática presentó, este 10 de junio, un proyecto de Ley que propone el acceso gratuito a productos y materiales de higiene menstrual en centros educativos, centros de salud y centros de privación de libertad.

Esta propuesta elaborada por la asambleísta Johanna Moreira y respaldada por el bloque de la ID obliga al Estado a la dotación de los insumos necesarios a las entidades públicas, como parte del cuadro básico de medicamentos y dispositivos médicos que se adquieren cada año, para lo cual se tendrá que gestionar el respectivo presupuesto.

Moreira explicó que el proyecto está pensado para más de la mitad de población que son las personas menstruantes, y lo que se busca es combatir la pobreza menstrual. Que la persona menstruante gasta alrededor $ 42 al año en productos, cuando hay hogares que viven con $ 2 diarios y la mujer tiene que escoger entre comer o comprar un paquete de toallas higiénicas.

Comentó que hay casos de niñas que dejan de asistir a los centros educativos porque no tienen acceso a una toalla sanitaria y sienten vergüenza.

Este primer proyecto planteado por la ID, según la representante de El Oro, plantea que la menstruación sea considerada un tema de salud pública, que el Estado y más organizaciones se sumen en la lucha contra la pobreza menstrual.

El proyecto compromete al Estado a optar, de manera preferente y progresiva, por productos de gestión menstrual sostenibles, orgánicos, ecológicos, de rápida descomposición, reutilizables y libres de químicos, con el fin de causar el menor impacto posible al medioambiente, así como a las personas menstruantes.

Moreira indicó que ha realizado los acercamientos necesarios con el Ministerio de Economía y Finanzas respecto al financiamiento que demanda su propuesta.

También plantea al Ministerio de Salud realizar un censo nacional a fin de obtener las estadísticas lo cual permitirá conocer y determinar el universo de la gestión menstrual tendiente a promover y desarrollar políticas públicas para mejorar las condiciones de gestión menstrual de las personas menstruantes en los ámbitos educativo, sanitario, económico, social y ambiental. (I)

Fuente: https://www.eluniverso.com/noticias/politica/izquierda-democratica-presenta-proyecto-para-combatir-la-pobreza-menstrual-nota/
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La inteligencia artificial o la humanidad teledirigida

Por: Javier Occhiuzzi

Publicado por la editorial Caja Negra en 2020, Eric Sadin, nos presenta La inteligencia artificial o el desafío del siglo. Una obra en donde realiza un fuerte cuestionamiento al actual desarrollo de la IA, señalándolo como una amenaza para la humanidad y sus instituciones. ¿Cuáles son los riesgos de delegar en las máquinas aspectos inherentes al quehacer humano? ¿Está la democracia liberal amenazada por una tecno-ideología? ¿Nos gobierna un Leviatán algorítmico? Estas y otras preguntas son las que va a intentar responder el autor del libro en cuestión.

Reconocido por sus críticas filosas a los distintos fetiches de la tecnología digital y la IA, Eric Sadin es una de las personalidades más destacadas y renombradas entre los que estudian las relaciones entre tecnología y sociedad. Sus trabajos y escritos se han concentrado en el intento de armar un diagnóstico de la contemporaneidad y sus prácticas en función del impacto que los artefactos tecnológicos producen en la humanidad. Siendo este el más político de sus últimos libros, el autor intenta sentar las bases de una ética contra la inteligencia artificial o ética de la responsabilidad y a la vez advertirnos del riesgo de delegar nuestra capacidad de raciocinio a una computadora presuponiendo un natural “orden algorítmico de las cosas”.

El tecno-logos

Para Sadin las tecnologías digitales han producido un cambio muy profundo en nuestra forma de percibir la realidad. Específicamente lo que plantea es que con el desarrollo de los sistema computacionales, fuimos desplazando nuestro criterio de evaluación y diagnóstico a los softwares, dotándolos de “una singular y perturbadora vocación: la de enunciar la verdad” [1].

De la misma forma que la antigua palabra griega logos era utilizada para referirse a la razónpalabra o sentido hoy, para el autor, vivimos en una era donde rige el tecnó-logos. Por primera vez en la historia de nuestra especie dotamos a los artefactos del poder de enunciar, más rápido y mejor, el supuesto estado de las cosas. Según Sadin este poder constituye la primera característica de lo que él llama “inteligencia artificial” y que además determina todas las funciones que le son asignadas. Esto es muy interesante porque a partir de este momento “las ciencias algorítmicas” toman un camino antropomórfico que busca atribuir a los procesadores cualidades humanas, de poder evaluar situaciones y sacar conclusiones de ellas. Para el autor entramos literalmente a “la era antropomórfica de la ciencia”.

La IA rodea nuestra existencia bajo muchas formas que van desde dispositivos computacionales (smartphones, chatbots, GPS, etc.) conectados a los seres y las cosas del mundo (voces, textos, automóviles en movimiento, etc.), los que a su vez son reducidos a expresiones matemáticas-binarias que facilitan su administración algorítmica. Se dice “inteligente” porque sus partes intentan imitar algún aspecto de la inteligencia humana (determinar la mejor oferta de zapatillas en todo el mercado del calzado o la ruta automovilística más corta para llegar a casa, por ejemplo) pero esto no deja de ser una mera reducción, ya que no hace más que seccionar una parte de la inteligencia humana y la maximiza. En ese sentido la IA es la vanguardia de punta de lo que Sadin llama “tecnologías de lo exponencial”. La IA es un recorte de la inteligencia humana maximizada, recorte que está lejos de poder pensar (de conjunto) como una persona. Pero se le dio la autoridad para que su diagnóstico se considere como verdadero.

Lo digital surge como una forma de peritar “lo real” de una forma más fiable que nosotros mismos. Esto se puede apreciar cotidianamente en los buscadores de internet, en la medicina, en la administración financiera que además autoriza créditos personales, las redes sociales, en las aplicaciones de GPS y hasta en la justicia por medio de fallos y video vigilancia. Y es en ese sentido que “Toma forma un estatuto antropológico y ontológico inédito que ve como la figura humana se somete a las ecuaciones de sus propios artefactos con el objetivo prioritario de responder a intereses privados y de instaurar una organización de la sociedad en función de criterios principalmente utilitaristas” [2].

Criterios utilitaristas que sutilmente se fueron instaurando en nuestro sentido común cotidiano hasta convertirse en una nueva doxa (opinión) acrítica de los beneficios de la “revolución digital”. Una revolución que terminó volviendo a poner en el horizonte “la ideología del progreso” que finalizará con el advenimiento de un régimen acabado de perfección.

Ahora bien, hay que decir que los artefactos (de cualquier tipo) no son derivados de ningún orden natural de las cosas, sino que son el producto de la acción humana y que interfieren en los asuntos de los humanos. Para Sadin IA no es diferente, no hay ningún camino inevitable que haya llevado a la IA a convertirse en la prótesis de nuestras elecciones, sino que hay un criterio (político) utilitario de maximización exponencial en las decisiones que relegó el tiempo humano de la comprensión y la reflexión.

La mano invisible automatizada

Como resaltamos más arriba, según Sadin, la tecnología y sus diferentes manifestaciones en la forma de artefactos son fruto de una ideología. Dicha ideología no nace de un repollo, sino que tiene un origen específico. En el caso de la “interpretación robotizada” de la realidad, surge de lo que Sadin definió como “una fantasía tecnocientífica que data de la posguerra y se ha convertido hoy en un axioma económico y antropológico que pretende construir una gobernanza indefinidamente dinámica y sin fallas de los asuntos humanos”. Si bien Alan Turing inventó la primera computadora de análisis y cálculo (que permitió a los aliados codificar la información encriptada de los nazis y su máquina Enigma), el objetivo era acumular información para guiar al usuario a la mejor opción. A partir de la Guerra Fría y la amenaza de los misiles nucleare, los sistemas de defensa pasaron a indicar directamente qué acción se debía llevar a cabo.

Para Sadin en la misma forma que los economistas clásicos, como Adam Smith, apelaron a una metáfora fantástica para justificar determinados fenómenos del capitalismo en el siglo XIX (el ejemplo más conocido es la mano invisible que regula los mercados) hoy vivimos en un mundo que nos quiere vender el concepto de que una “mano invisible automatizada” es la responsable de la robotización y automatización del mundo contemporáneo, como si no hubiese interés políticos y económicos que lo estuvieran desarrollando e imponiendo. Los dos ejemplos técnicos que toma Sadin como paradigmáticos para ilustrar esto son los “drones de combate” y el “brazalete de Amazon”. Un artefacto puede matar con precisión a kilómetros de distancia, el otro puede controlar milimétricamente los movimientos de un obrero en un depósito, también a kilómetros de distancia.

El escenario que se abre para Sadin frente a este tipo de nuevas situaciones es un conflicto de racionalidades ya que un tipo de racionalidad técnica como es el tecno-logos apunta a instaurar modos de existencia cada vez más sometidos a esquemas racionales que favorecen el apogeo de estructuras asimétricas de poder.

El mito originario

El fundamento principal que tiene la racionalidad técnica para justificar su supremacía radica en un mito muy antiguo, conocido como la neutralidad de la técnica que por cierto predomina desde el momento en que dicho axioma ideológicamente orientado permite hacer abstracción de los intereses en juego y de las intenciones de todo tipo que se materializaron en sus dispositivos.

Este mito de la neutralidad de la técnica, nos dice Sadin, también toma forma en la imagen mesiánica de los “emprendedores visionarios” que impulsaron la informática moderna. Personajes como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckenberg o Elon Musk son presentados a la población por medio de sus autobiografías como seres iluminados, tocados por la “mano invisible” de la inspiración, presentando sus productos como fruto de su fervor creativo individual y revistiéndolos de una “inocencia virginal” lejos de cualquier responsabilidad por el mal uso de sus productos. Pero la única realidad es que hay que ser muy ingenuo para creer que el surgimiento de la PC (Steve Jobs) se debió a la iniciativa de un joven en la cochera de sus padres que con una soldadora de estaño en una mano y una plaqueta en la otra. En el relato oficial se ocultan los intereses económicos que dictaron la trayectoria de las investigaciones en ese sector, las características y la naturaleza del complejo tecnocientífico californiano y estadounidense de la época, o las luchas industriales que comenzaron a enfrentar los diferentes fabricantes de PC. Pensar eso sería como afirmar que la revolución industrial del siglo XVIII en Inglaterra surgió porque un carpintero inglés llamado James Hargreaves inventó la primera máquina hiladora (La Jenny) en 1764.

Pero volviendo a la informática, podemos afirmar que la vocación original de la misma era crear un instrumento para aumentar el control en la administración de las cosas. En ese mismo sentido, Sadin ve que en la digitalización creciente de la sociedad también se le suma el de la digitalización de las administraciones, hoy capaces de recolectar directamente los datos, de tratarlos y de ofrecer nuevos usos de aquí en adelante; por lo tanto, lo que estaríamos viviendo sería también la “transformación digital del Estado”: el “Estado se piensa de ahora en más como una “plataforma” [3].

La IA representa antes que nada un poder dinámico de organización, lo que muy pronto supo capturar al mundo de las empresas, mientras que también es un poder dinámico de gobernanza. Se está imponiendo un nuevo modelo de sociedad. Estaría dotada de poderes homeostáticos, pretende permitir a todos salir ganando y estaría manejada por sistemas en un número cada vez más extenso de sus engranajes. En esa dirección, Sadin ve en el Neoliberalismo una ideología rabiosamente individualista que reduce toda forma de vida a las “lógicas orgánicas del mercado”. Como “ya lo había afirmado Margaret Thatcher en su época: ‘La sociedad no existe’” [4].

Para Sadin el potencial aletheico de la IA llegó en un momento de avanzada del neoliberalismo a nivel global que produjo grandes crisis políticas y económicas que luego devinieron en crisis de representatividad. “En nuestro período confuso, quisiéramos que la inteligencia artificial, consciente o inconscientemente, se ocupara de resolver gran cantidad de nuestras dificultades. Cuanto más ingobernable es la sociedad, más pretendemos otorgar a una tecnología el cuidado de gobernar nuestras existencias” [5].

Según Eric Sadin “Fukuyama se equivocó”, el fin de la historia no habría surgido de la caída del Muro de Berlín en 1989 y del triunfo planetario del liberalismo político y económico, no. El fin de la historia se consumará hoy en favor de la generalización del uso de la inteligencia artificial. El fin de la voluntad que define nuestras existencias. Un nuevo régimen de la verdad blindado por fakenews y posverdad estaría emergiendo.

La “i” del Phone y su giro antropológico

Según el autor, actualmente entramos a una era de “posprogramación”, en el sentido de que el orden y el funcionamiento de los dispositivos electrónicos ya no están condicionados por un lenguaje de programación específico sino que lo condiciona a propia interacción con el mismo. La “i” del iPhone presupone la fusión del Individuo en la máquina, desde los sistema operativos amigables hasta el mouse que nos permite desplazarnos por la pantalla, son prótesis informáticas que generalizan la interfaz táctil instaurando una relación basada en una mayor cercanía.

Para Eric Sadin la IA no representa solamente una tecnología más, sino que literalmente encarna una “tecno-ideología”. Una ideología que “permite que se confundan los procesos cerebrales y las lógicas económicas y sociales que tienen como base común su impulso vitalista y su estructura conexionista altamente dinámica” [6].

El neoliberalismo y su individualismo fomentaron la atomización del sujeto humano a su expresión más mínima, su cerebro. La época actual ya no hace eje en el sujeto en sí, en el ciudadano, sino en la mínima expresión de una persona como son sus impulsos y reacciones cerebrales. El “tecno-liberalismo” convirtió al cerebro humano en el fetiche de la comprensión y demostración de la realidad. Sin ir muy lejos, varias disciplinas actuales han agregado el prefijo “neuro” a su campo para darle un lustre científico (verdadero). Llegamos a hablar de “neuromanagement”, de “neuropolítica”, o incluso de “neuroeducación”. Toda una fascinación por la “plasticidad cerebral” que presupone un orden natural de las cosas que se ve reflejado en su uso aplicado: educación, defensa, administración, justicia, etc. Para Sadin, literalmente el “cerebro” se convirtió en la nueva “mónada humana” [7].

Para Sadin, actualmente el tecno-logos está creando un “nuevo régimen de verdad”. Pero volvemos a caer en la ya clásica y conocida pregunta filosófica ¿Qué es la verdad? En ese sentido, para el autor Occidente ha atravesado varios estadios de lo que se entiende por verdad o episteme a lo largo de su historia. Surgió la verdad revelada con el monoteísmo. Después pasó por el Platonismo y su sana desconfianza a las sombras de las cavernas. Luego Aristóteles nos dio una primera definición de la verdad al plantear la “adecuación con lo real”. Tomas de Aquino problematizó la dualidad de la verdad y su acceso a ella a partir de distinguir lo espiritual de lo racional. Descartes en el siglo XVIII proclamó la certidumbre del cogito por la prueba del método y las cadenas de razonamiento. Nietzsche, identificó el principio de la verdad en relación al respeto obligado de la moral. Y finalmente cierra el desarrollo del concepto de verdad con la definición de Michel Foucault y su teoría de los “juegos de verdad” en donde el poder se encuentra en la posesión del saber.

Según Sadin, “nunca” un régimen de verdad se había impuesto de esta manera en la historia., Y no por su fuerza de seducción o por su influjo coactivo, sino por la producción de adecuaciones que damos por sentado que son las más apropiadas. Hay un poder de revelación que promete ejercer su ingenio desde el menor detalle de nuestra existencia hasta las situaciones colectivas como ninguna otra instancia tutelar simbólica lo había podido hacer hasta ahora.

Lo que se quiere presentar en el libro no es un desacuerdo con las herramientas, sino con respecto al espíritu de la técnica que está predominando y que alimenta un tipo específico de racionalidad: una razón instrumental extrema. En ese mismo sentido lo que Eric Sadin busca denunciar o alertar es que hoy hay un cambio en el estatuto de la noción de poder, literalmente entramos a una Controlcracia: No es el miedo al Leviatán hobbesiano lo que controla a la sociedad moderna. Tampoco los dispositivos de control foucaultianos, ya que no se trata de vigilar sino de conmover en los comportamientos. “Hoy pasamos del estado de la individualización, que caracteriza en gran parte a la modernidad en la posguerra, al estadio de la penetración de los cuerpos y las cosas” [8].

Para Sadin se pone menos énfasis en la justicia y más en los mecanismos de control en la forma de la administración automatizada. Hay menos control estatal y más “monitoreo algorítmico”, por medio de los datos cruzados gracias al Big Data. Para el autor, literalmente hoy vivimos a través de tecnologías de la administración de la vida y la previsión. Pasamos del “fetichismo de mercancía” al “fetichismo de instante mejor gobernado”. No hay “poshumanidad” sino humanidad materializada, incubada y teleguiada desde servidores.

La “Doxa” técnica o el gobierno de los números

Con la llegada del neoliberalismo, a comienzos de la década ochenta, el fenómeno doble de la presión de la competencia y de la flexibilización de los códigos del trabajo favoreció un principio que después se generalizó muy rápidamente: hacer externas ciertas actividades. Nace la tercerización con el objetivo de reducir costos. “Estos métodos se vieron facilitados por la digitalización de los registros contables relativos al funcionamiento de los tercerizados que permitieran tener una visión detallada de sus prácticas” [9]. La IA procede en sí misma mediante comparaciones. Su base descansa en la codificación binaria que recorta los elementos en unidades mínimas.

Para Sadin, en el mundo de la ideología “Tecno-liberal”, la equivalencia se vuelve un fetiche. La naturaleza de una tecnología basada en el cálculo comparativo se confunde con un objetivo económico que pretende poner en comparación cualquier cosa con cualquier otra, a fin de hacer intervenir permanentemente un criterio de competencia y de extraer en cada operación, el margen de beneficio más amplio. Vemos cómo los sistemas proceden a la medición de los desempeños del personal a través del seguimiento del uso de sus computadoras para registrar todo gesto y movimiento, lo que permite que se establezcan cartografías granulares y evolutivas. El management actual determina cada vez más objetivos a corto plazo firmando en general contratos cada vez más precarios que cuando llegan a término, serán objeto de nuevas licitaciones que presentarán a las agencias de empleo para volver a comparar a los individuos y seleccionarlos para nuevas tareas temporales.

Los individuos deben ser movilizables en todo momento y, cuando llega el momento, deben movilizarse ellos mismos para realizar los objetivos que se les asignan. Surge un beneficio de la intercambiabilidad continua de los seres. A cada uno de nosotros se le asigna una suerte de “rating” y trabaja, le guste o no, consciente o inconscientemente, para hacer subir este rating y entonces capitalizarlo. Según el autor somos como una “mónada nómade”.

Para Sadin entramos a una era de la antropología de lo comparativo y como consecuencia llegamos al clímax de una relación utilitarista con lo real. Sadin afirma que vivimos en el mundo ideal que Jeremy Bentham (creador de la estructura de vigilancia panóptica que luego Foucault analizó en su libro Vigilar y Castigar) pensó para nosotros: un mundo en donde la utilidad prevalece antes que cualquier otra consideración. “El dogma de la ‘mano invisible’ que hoy habría alcanzado un estadio automatizado, toma ahora la forma de una verdad instituida. Trabajaría perpetuamente para el interés de todos y cada uno de nosotros, y nos haría entrar en el mejor de los mundos posibles o en un ‘paraíso artificial’ llamado a imponerse a todo instante.” [10]. Un “paraíso artificial” garantizado por algoritmos y artefactos ideológicamente “neutrales”.

A modo de cierre

Para Eric Sadin, la humanidad se encuentra teledirigida y no es consciente de eso. En ese sentido lo que propone es la elaboración de una teoría crítica sobre internet: “No, no necesitamos ‘pensadores de Internet’ sino un pensamiento sobre la digitalización del mundo, su automatización a largo plazo total, y todas sus consecuencias en nuestra existencias. Pero probablemente estemos alcanzando en este punto una suerte de techo de cristal de la conciencia ‘crítica’ predominante” [11].

Es por ese camino que Sadin considera que se puede revertir la situación, creando una “ética de la responsabilidad que se preocupe por el modo en el cual nuestros principios, los fundamentos de nuestra humanidad y nuestra civilización, están en vías de ser erradicados” [12].

Para Sadin, la salida “racional” a esta tecno-encerrona que se despliega sobre la sociedad es una “ética”, pero de la acción que se movilice en las calles por “defender la preservación de nuestros datos personales y a recurrir sin descanso a la ‘ética’” [13]. Según él “No hay que apelar a una ‘convergencia de luchas’ sino a una simultaneidad de operaciones llevadas adelante en los múltiples lugares donde deban ocurrir e inspiradas por principios comunes” [14]. La pregunta del millón sería como hay que hacer para que surjan esas “múltiples operaciones” y que lleguen a cumplir su objetivo civilizatorio. Bueno, la respuesta que nos ofrece Sadin es más confusa que esclarecedora ya que apela a un tipo de organización clandestina de corte anarquista fundada en Francia por el año 2000 llamados el “Comité Invisible” los cuales predicen un colapso del capitalismo que fomentará “el motín organizado” [¡!] [15]. Esto es muy llamativo, viniendo de un pensador que llama a “no coordinar luchas” o que directamente llama a no hacer huelga y protestar como “neoluddista” [16]. Al final del libro aparece lo que Sadin propone como modelo de organización política para comenzar esta resistencia ética; esos serían los “Grupos de información de las prisiones” como los que creó Michel Foucault en 1971. Su idea es organizar una intolerancia activa que permita “zonas a defender” para hacer intervenir a la “jurisprudencia cuando lo juzguemos necesario” [17]. Todo el análisis que presenta Sadin en su libro es un desarrollo extensivo y exhaustivo donde nos muestra cómo la IA se fue desarrollando a lo largo de la historia para que finalmente tome la forma que conocemos hoy.

Sadin, está explicando el momento de la historia en la que nos encontramos, pensándolo en relación al pasado, presente y el tecno-futuro por venir, pero desde una perspectiva de laboratorio o si se quiere simplemente crítica. Es como si fuese un geólogo. Explica las capas sucesivas que forman nuestro suelo, cada capa define las condiciones de posibilidad de un cierto tipo de pensamiento que ha triunfado durante un determinado período de tiempo. Pero no nos cuenta lo más interesante de todo esto, que sería: a partir de qué condiciones se ha constituido cada tipo de pensamiento; cómo o por qué los seres humanos pasamos de un tipo de pensamiento a otro. Para poder hacer posible eso hubiese sido necesario hacer intervenir a la praxis, es decir a la Historia.

Si bien el libro de Eric Sadin presenta un análisis agudo sobre las nuevas formas de control social y productivo a partir de la IA, su análisis tiene muchos espacios en blanco o preguntas sin responder. Cómo por ejemplo: al principio de la nota vimos como Sadin muestra y desarrolla los intereses que hay detrás de esta “mano invisible automatizada” que se nos presenta como parte de un desarrollo natural de la tecnología, pero en ningún momento aclara o define qué sectores sociales, específicamente, son los que se ven beneficiados por este “tecno-logos” y por otro lado qué sectores sociales son los que se vería afectados por los mismo. En ese sentido queda difuso o poco claro a quién estaría intentando interpela con su propuesta. No tiene distinción ni limitación.

Por último, tampoco queda definida la relación entre el “tecno-liberalismo” y la “razón instrumental extrema” ya que no queda claro dónde poner el eje del problema: en las máquinas surgidas de un espíritu de época que quiere cosificar a los seres humanos y convertirlos en apéndices de sus fusibles, o en un sistema político-económico utilitario que busca maximizar las ganancias a costa del aumento del deterioro y empobrecimiento de la calidad de vida de los trabajadores bajo la forma de la precarización laboral más extrema.

Desde la época de Karl Marx a la actualidad la tendencia histórica es al aumento de la productividad, que gracias a la máquinas y el desarrollo técnico, cada vez se produce más en menos tiempo, pero eso no representó una disminución de las jornadas laborales sino que al contrario, cada día los empresarios buscan como absorber hasta el último minuto de la vida de los obreros en los tiempos de trabajo.

El desafío por lograr es poder romper las relaciones sociales capitalistas para así lograr que ese menor tiempo de producción logrado por la tecnología, se traduzca en que la humanidad cada vez tenga que utilizar menos energías para producir lo que necesita para subsistir. Y así finalmente poder liberarse del yugo del trabajo para poder desplegar su tiempo y fuerzas en el pleno desarrollo de las capacidades humanas como es el ocio creativo, el arte, la ciencia y la cultura. Sin mencionar lograr establecer una relación más equilibrada y sana con la naturaleza.

NOTAS AL PIE

[1] Eric Sadin, La inteligencia artificial o el desafío del siglo, Buenos Aires, Ed. Caja Negra, 2020, p. 17.
[2] Ibídem, p. 21.
[3] Ibídem, p. 208.
[4] Ibídem, p. 213.
[5] Ibídem, p. 214.
[6] Ibídem, p. 70.
[7] En la filosofía moderna, a partir de Leibniz con su Monadología, el concepto de mónada se aplica a la idea de un “átomo espiritual” o la manifestación más mínima e indivisible del espíritu humano.
[8] Ibídem, p. 225.
[9] Ibídem, p. 182.
[10] Ibídem, p. 202.
[11] Ibídem, p. 274.
[12] Ibídem, p. 277.
[13] Ibídem, p. 290.
[14] Ibídem, p. 289.
[15] Ibídem, p. 289.
[16] Ibídem, p. 136.
[17] Ibídem, p. 310.

Fuente:  https://rebelion.org/la-inteligencia-artificial-o-la-humanidad-teledirigida/

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Israel Rangel nos comenta: ¿En qué consiste el método “Ikuji”, el exitoso modelo educativo aplicado en niños de Japón?

Con este modelo de educación los padres y escuelas buscan que los niños logren ser autosuficientes.

La cultura de Japón está llena de diferentes valores, mismos que se inculcan en sus habitantes desde que son muy pequeños, lo cual incluso genera sorpresa en diferentes partes del mundo debido a sus métodos de enseñanza, educación y aprendizaje, como el método “Ikuji”, ¿qué es y cómo se aplica?

El principio, método o sistema “Ikuji” que se aplica en Japón establece que a los infantes se le educa en tres etapas diferentes divididas de la siguiente manera: de los 0-5 años, de los 5-15 años y de los 15 en adelante.

En la etapa inicial, es decir, del nacimiento a los 5 años, de acuerdo al método “Ikuji”, el bebé debe ser tratado como un “dios”, por lo que se prioriza que el menor esté rodeado de amor y apoyo incondicional con la intención de saber que sus padres están con él.

En la segunda fase, de los 5 a los 15 años, el menor será considerado como un “criado” o “sirviente” pero no con la intención de minimizarlo o tratarlo de forma peyorativa. Lo que se pretende en esta etapa es que el niño -adolescente transcurso- aprenda las normas de la sociedad y busque su lugar en ella, esforzándose por hacer las cosas de la mejor manera tal y como lo dictan las reglas de convivencia sociales.

En esta segunda etapa, además de la familia, la escuela será de importancia para inculcar una educación en donde se ve más allá de lo individual y se destaca el valor de la amistad y el trabajo en equipo.

A partir de los 15 años, al niño, ahora adolescente, se le comenzará a ver como un “igual”, un miembro de la sociedad en el que la educación (familiar y escolar) ha dejado de ser la prioridad y ahora se buscará ‘cosechar’ los éxitos de la misma.

Con este método, se pretende que los niños japoneses logren ser autosuficientes, aunque puede que no sea perfecto -como otras técnicas-, a base de valores como el amor y el respeto.

Fuente: https://noticieros.televisa.com/historia/que-es-el-metodo-ikuji-el-exitoso-modelo-de-educacion-aplicado-en-ninos-de-japon/

 

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Educación: 3 de cada 4 docentes ya tiene laptop. El Salvador

América Central/El Salvador/11-06-2021/Autor: Carlos López Vides/Fuente: www.elsalvador.com

La titular de esta cartera de Estado, Carla Hananía de Varela, dio un balance sobre las clases semipresenciales en el país, con representantes de UNICEF y Banco Mundial.

El Salvador llegó ayer a dos meses y un día de haber abierto de nuevo su sistema educativo a clases con alumnos en las aulas, en medio de la pandemia por COVID-19, por lo que autoridades del Ministerio de Educación hicieron un balance del panorama.

La titular del ramo, Carla Hahanía de Varela; el viceministro Ricardo Cardona; la representante de UNICEF en El Salvador, Yvette Blanco; y el representante del Banco Mundial en el país, Óscar Avalle, dieron sus valoraciones sobre la vuelta a los salones.

Las autoridades informaron que “un promedio de 600,000 estudiantes asisten de manera semipresencial a los centros educativos”, todo bajo un estricto sistema de bioseguridad por parte de las instituciones, tanto públicas como privadas, el cual incluye toma de temperatura, uso de mascarillas y alcohol gel, lavado constante de manos, burbujas de estudio y distanciamiento físico, limpieza de calzado, etc.

Así mismo, Hananía de Varela detalló que “4,700 centros educativos públicos y privados de todos los niveles están bajo la modalidad semipresencial. El resto se encuentran trabajando bajo las diferentes plataformas y progresivamente se están incorporando más a la forma semipresencial”. Cabe mencionar que, solo a nivel público, el MINED administra 5,200 instituciones educativas.

La funcionaria también informó que “cerca de 700,000 estudiantes y docentes tienen su paquete de datos a internet”, y además “el 75% de maestros tiene su computadora”, que han sido entregadas por fases.

Carla Hananía de Varela afirmó que ayer se vacunaron 5,058 docentes del sector público, y se espera que a partir de hoy se vacunen un promedio de 8,000 al día. Foto: Cortesía: Ministerio de Educación.

Esto significa que tres de cada cuatro maestros ya cuentan con esta herramienta tecnológica, lo cual fue confirmado por el profesor Paz Zetino, secretario de la gremial de docentes Bases Magisteriales.

De Varela no mencionó que varios estudiantes, sobre todo en zona rural, han tenido problemas de conexión y dificultades para conectar el plan de datos que ofrece el Gobierno de forma gratuita; pero sí confirmó que los alumnos de último año de bachillerato podrán quedarse, de forma definitiva, con la computadora portátil entregada por el Gobierno, ya sea para que continúen su vida académica, para emprender un negocio o para su uso personal.

Blanco, representante de UNICEF, aplaudió la forma en que el Gobierno adaptó su enseñanza en distintas plataformas, por lo que afirmó que “en El Salvador la educación nunca se detuvo”.

La ministra añadió que “más de 1.2 millones de estudiantes son atendidos de manera semipresencial y a través de diferentes plataformas como la televisión, la radio, guías impresas, Google Classroom, entre otros medios que se han puesto a la disposición de los estudiantes del sector público y privado”, bajo un sistema llamado “multimodal”.

Los representantes del Banco Mundial y UNICEF vieron con buenos ojos cómo el Gobierno priorizó la vacunación contra el COVID-19 para el personal docente y administrativo, tanto del sistema público como privado. Con ello, “más del 95 % de los trabajadores educativos se vacunaron antes de iniciar con las clases semipresenciales” al menos con la primera dosis, la cual no les generó la máxima inmunización, pero sirvió para que iniciaran el esquema, que necesita dos dosis para completarse para las tres compañías de las que se tiene dosis en el país: Sinovac, Pfizer-BioN-Tech y AstraZeneca.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/ministerio-educacion-virtual-clases-semipresenciales-covid-laptops-maestros/846361/2021/

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El SNTE y el patrullero 777: ¡A sus órdenes jefe!

Por:

¿Por qué el SNTE no se ha puesto de lado de los trabajadores de la educación que dice representar y, en su lugar, solo ha respondido a sus órdenes jefe?…

Mientras escribo estas líneas vienen a mi mente algunos momentos de antaño.

Cómo olvidar aquellos fines de semana en los que, reunidos en familia, disfrutábamos de una película en un televisor de bulbos que proyectaba, en blanco y negro, a personajes tan inolvidables que formaron parte de ese cine de oro mexicano. Cómo olvidar las sonrisas, tristezas o llanto que propiciaban las actuaciones de diversos actores que fueron parte de un elenco inolvidable. Cómo olvidar que esa forma de entretenimiento lograba trasladarnos a ciertos lugares que, de alguna u otra forma, eran difíciles de recorrer por las condiciones económicas que atravesábamos en casa. Sí, cómo olvidarlo…

Con verdadero aprecio recuerdo aquella película que, en más de una ocasión, logró arrancarme una tremenda carcajada: el patrullero 777. Una comedia mexicana que fue protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas” con su particular estilo. La trama era muy sencilla de entender: el sargento Diógenes Bravo (Cantinflas) era constantemente reprendido por su jefe porque acostumbraba a resolver diversas situaciones que encontraba en su camino empleando métodos muy personales y divertidos.

¡A sus órdenes jefe!, fue el sello que caracterizó al personaje que Mario Moreno le dio vida. Tal expresión, la empleaba cada vez que su jefe requería de su presencia, ya sea para reprenderlo o bien, para darle alguna instrucción. Desde luego, quienes gozamos de sus ocurrencias, pudimos interpretar esta forma de comunicación de diversas maneras: sarcasmo, obediencia, temor o simplemente diversión. En fin.

De vuelta a la realidad en que ocurre este texto, abro las carpetas que guardo celosamente en mi computadora para comenzar a planear las clases de la semana que viene, no sin antes, revisar el calendario escolar pues el fin del ciclo se aproxima y debo tener presente las fechas para organizar las actividades que implementaré y las tareas que encomendaré a mis estudiantes.

La duda salta y la incertidumbre ronda mi pensamiento, ¿será que regresaremos a las aulas en el mes de junio tal y como lo han dicho las autoridades? La más reciente noticia que difundieron diversos medios de comunicación apunta a tal hecho. Y es que, tanto la profesora, Delfina Gómez, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y el profesor, Alfonso Cepeda, Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), así lo pactaron hace unos días.

Una vez más el patrullero 777 regresa a mi mente; de brote pronto, aparece la imagen del sargento Diógenes frente al mayor Urbano Magalón con su conocida frase ¡A sus órdenes jefe!

Tal analogía no es desproporcionada, por el contrario, cubre ciertos requisitos para emplearla en estas líneas pues, ante la instrucción recibida, el subordinado se limita a acatar las órdenes sin considerar las consecuencias de éstas.

Y es que, durante todo este confinamiento educativo, ¿qué es lo que ha hecho este sindicato? Peor aún, ¿qué acciones ha emprendido la dirigencia sindical para defender los derechos laborales y profesionales de sus agremiados ante los constantes atropellos por parte de la autoridad educativa federal y las de los estados? Aún hay más, ¿por qué el SNTE no se ha puesto de lado de los trabajadores de la educación que dice representar y, en su lugar, solo ha respondido a sus órdenes jefe?

Miro a mi alrededor, y en mi espacio de trabajo, al igual que muchos de mis compañeros y compañeras, encuentro todos los materiales y recursos didácticos que tuve que adquirir para continuar con mi trabajo a distancia. Ninguno de ellos tiene el logo del SNTE o de la Secretaría. Tienen mi sello, y un dejo de satisfacción recorre mi cuerpo, pues el proceso formativo y aprendizajes de los chicos jamás se detuvieron.

Miro a mi alrededor, y pienso en los compañeros y compañeras que ya no están con nosotros. Se nos adelantaron en el camino. Con ellos está mi recuerdo y cariño.

La realidad dista mucho de las imágenes y comunicados que, pomposamente, ha difundido la SEP y el SNTE sobre ese pacto para un regreso seguro a las escuelas. Se alude a la vocación, compromiso moral y a un respaldo sindical, pero, ninguno representa a los trabajadores de la educación y, como parece obvio, muy poco han hecho por la educación y por brindar las mejores condiciones a todos los actores educativos. La foto es lo que cuenta. La empatía y sensibilidad que tanto promueven, quedan muy lejos.

Qué curioso, hoy se encuentran al frente de tales instancias, dos profesores que alguna vez conocieron las entrañas del banquillo de cada uno de los salones que pisaron.

Los tiempos parecen haber cambiado. Las necesidades y demandas han aumentado, pero las fotografías tienen el mismo significado: político y nada educativo.

¿Cuán lejos estamos de un verdadero cambio educativo?

“Quisiera decir algunas cosas compañeros y las voy a decir, aunque me arreste el maloso del mayor Malagón, mucho se ha dicho que se hará justicia caiga quien caiga y resulta que caen los que no debieran caer, mientras a aquellos a quienes les cae de todo, esos nunca caen; vivimos en un mundo de desorden y de violencia, un mundo donde nadie respeta las instituciones, ni las instituciones respetan a nadie, un mundo de injusticias donde se abusa de la autoridad que da el poder…” Fragmento de la película El patrullero 777, expresado por el sargento Diógenes Bravo.

Fuente: https://profelandia.com/el-snte-y-el-patrullero-777-a-sus-ordenes-jefe/

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Mundo: Trabajo infantil aumenta por primera vez en dos décadas

Mundo/11-06-2021/Autor(a) y Fuente: rpp.pe

La pérdida de empleo e ingresos de sus familias y el cierre de los centros educativos aumentaría aún más las cifras de trabajo infantil en los próximos años.

Más de 160 millones de niños tienen algún tipo de trabajo, según un informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Unicef en vísperas del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemora el próximo 12 de junio.

La cifra subió unos 8.4 millones en los últimos cuatro años, la primera subida en dos décadas. Incluso se estima que, a consecuencia de la pandemia, a fines del 2022 unos 9 millones más podrían aumentar en la estadística si no se ofrece la protección social necesaria.

“La protección social inclusiva permite a las familias proseguir la escolarización de sus hijos aun en una coyuntura económica adversa”, aseguró el director general de la OIT, Guy Ryder.

Según el informe, la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas pueden ocasionar que los niños que se encuentran en esta situación trabajen más horas y en peores condiciones.

“Estamos perdiendo terreno en la lucha contra el trabajo infantil, y el último año no ha facilitado nuestra labor”, dijo Ryder.

El 70 % de los niños en esta situación, equivalente a 112 millones, trabajan en el sector agrícola por lo que el trabajo infantil en zonas rurales es casi tres veces más frecuente que en zonas urbanas.

Mientras que un 20 % de los niños que deben trabajar lo hacen en servicios (31,4 millones) y el 10 % en la industria (16,5 millones).

La mayoría de los niños en situación de trabajo infantil tienen entre 5 y 11 años. Del total, unos 79 millones de menores realizan trabajos peligrosos que pueden dañar su salud o su seguridad.

La zona más afectada es África Subsahariana, donde 16,6 millones de niños más han tenido que trabajar en los últimos cuatro años debido al crecimiento demográfico, las crisis frecuentes, la pobreza extrema y las medidas inadecuadas de protección social.

(Con información de la Agencia EFE).

Fuente e Imagen: https://rpp.pe/economia/economia/trabajo-infantil-aumenta-por-primera-vez-en-dos-decadas-noticia-1341419?ref=rpp

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Soledad y envejecimiento

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

No es saludable envejecer fuera de los contextos sociales donde hemos estado a lo largo de la vida, ellos contribuyen y favorecen el sentido de pertenencia.

El envejecimiento activo es favorecedor de la calidad de vida, y un antídoto frente a los riesgos del sedentarismo y la apatía.

El ser humano, a lo largo de miles de años, se ha constituido como tal en vínculos con los demás. Se dice que somos seres gregarios. Es decir, toda nuestra existencia supone al otro. Supone la vida compartida con los demás. Ésa sería la lógica por la cual surgió la familia. Es posible que el instinto de preservación de la especie, como la necesidad del cuidado de las nuevas criaturas o, incluso, el aseguramiento de la permanencia del grupo y su cultura, sean motivos por los cuales surgiera la familia. Hay un dicho supuestamente africano, que se ha hecho muy conocido por las redes, que reza: “cuando se trata de la educación de los pequeños hay que convocar a la tribu”. Si es o no verdad, de todos modos, suena bien.

En definitiva, prácticamente la vida humana en toda su extensión se desarrolla en diferentes tipos de grupos, con fines y características distintas. La familia, nuclear o extendida, es el primer grupo que nos acoge, nos da un nombre y un apellido, nos proporciona las primeras sensaciones de placer o el displacer, a través del cuidado y la alimentación. Nos introduce hacia otros mundos y otras relaciones. A partir de ella y su realidad sociocultural, empezamos el vínculo con otras familias y otras personas. La escuela juega una función fundamental en dicho proceso. Posteriormente vendrán otras experiencias sociales de vida en grupo. La comunidad o espacio territorial donde vivimos, las iglesias, los clubes, el trabajo, en fin, toda nuestra vida es un tejido social donde diferentes tipos de grupos con fines y propósitos distintos van conformando nuestra vida. Desde la psicología social se ha estudiado la importancia e incluso, la necesidad de la vida en los grupos.

A pesar de esa realidad, el ser humano también ha tenido un vínculo con la soledad en sus diferentes manifestaciones, o como producto de una decisión personal, o como consecuencia de circunstancias de la vida. Como concepto la soledad tiene muchas acepciones e incluso, connotaciones tanto positivas como negativas. En El laberinto de la soledad, Octavio Paz dice: “La soledad es el fondo último de la condición humana”. Carl Jung, en cambio, señala lo siguiente: “La soledad es peligrosa. Es adictiva. Una vez que te das cuenta de cuánta paz hay en ella, no quieres lidiar con la gente”.

Algunas personas buscan la soledad intencionalmente, pues en ella tratan de “encontrarse a sí mismas”; en otras ocasiones la soledad viene como impuesta desde fuera, por ejemplo, como consecuencia de nuestras propias acciones; o impuesta por nosotros mismos, como la consecuencia de una soledad requerida o del vacío emocional a que nos arrastran determinadas consecuencias de la vida.

Tratando de encontrarle mayores y, tal vez, mejores explicaciones a la soledad se han conducido estudios, cuyos resultados nos hablan de la soledad objetiva, como manifestación de la ausencia de relaciones sociales debido a la carencia de estas; por otra parte, también se habla de la soledad subjetiva, que responde a la necesidad interna y personal, de estar y sentirse solo.

La soledad, en sí misma, no es ni buena ni mala. Todo tiene que ver con las razones como las consecuencias que puedan explicarla en un momento o situación determinada. Aún más, es posible que en algún momento de nuestras vidas todos nos hemos sentido solos. Como experiencia subjetiva la soledad puede “aparecer” en cualquier momento de la vida.

En la línea de reflexión que hemos venido siguiendo en los anteriores artículos, se trata de buscar sentido o, por lo contrario, acciones preventivas ante la soledad y el envejecimiento.

A diferencia de otras culturas, donde se valora y aprecia la vejez como una fuente de sabiduría, la nuestra no se caracteriza por tales valoraciones. Todo lo contrario, la vejez empieza a mirarse de reojo. Como un asunto de molestia familiar. A veces “no se sabe qué hacer con el bendito o la bendita vieja”. Son palabras escuchadas más de una vez.

En algunas personas envejecientes, el aislamiento social se relaciona directamente con síntomas negativos de estrés e incluso, de deterioro mental. Por otra parte, hay evidencias de que la inclusión social o el relacionamiento con otras personas, le permite al envejeciente potenciar sus sentimientos de pertenencia o incluso, de seguridad y apoyo emocional.

García-Valdecasas (2018) al delimitar el concepto de soledad, lo hace en varios sentidos, el primero de ellos es la diferencia entre la soledad objetiva para referirse al aislamiento físico, de la soledad subjetiva haciendo referencia al sentimiento de soledad. En el primer caso se trata de las personas que viven solas y en el segundo caso, las personas que se sienten solas. Es posible vivir solo sin sentirse solo, y lógico, también las hay que se sienten solos porque así viven, solos. Una segunda cuestión que destaca es el hecho de no confundir la falta de relaciones sociales (aislamiento social) con vivir solo (aislamiento físico). Una tercera es la distinción entre la soledad subjetiva involuntaria o impuesta y la soledad subjetiva voluntaria o elegida. A esto último señalan: “Mientras la soledad impuesta puede resultar peligrosa para la salud tanto física como psíquica de los individuos, la soledad elegida puede ser fuente de crecimiento personal y germen de creatividad para las personas. La soledad impuesta es una condena, pero la soledad elegida puede ser una liberación”.

recuperas, es el <strong>ikigai</strong> que tenemos dentro aún sin descubrir. Quizás es importante recordar,

Para muchos, la soledad elegida, es una condición indispensable para su propio encuentro consigo mismo, como incluso, la búsqueda de la unidad con algo superior. Muchos de los artistas encuentran en la soledad la inspiración que buscan para desarrollar en sus obras.

  1. La calidad de las relaciones sociales tiene un poder explicativo de la soledad más de tres veces superior al de la cantidad de contactos sociales. “No es cantidad, se trata de calidad”.
  2. Es mejor tener relaciones que ofrezcan seguridad, confort, confianza y placer, aunque el contacto sea poco frecuente que tener más amigos poco íntimos con interacciones frecuentes. En fin, se trata de fortalecer los vínculos sociales y de amistad.
  3. La participación en actividades sociales actúa como un factor protector contra la soledad. La disminución del nivel de actividad social de las personas mayores coincide con un aumento de la probabilidad de sentirse solas.
  4. Los intercambios de apoyo intergeneracional durante el proceso de envejecimiento tienen un papel de especial relevancia. “No se junte solo con viejos, que eso se pega”.

García-Valdecasas, agrega algo bastante novedoso, y es la manera cómo la tecnología puede contribuir con las personas mayores en la mejora y mantenimiento de la autonomía personal, proporcionar seguridad dentro y fuera del hogar, y ayudar a la movilidad facilitando la vida independiente y fomentando hábitos saludables, las relaciones sociales, los cuidados y atención en el hogar, además, de ayudar en la formación y desarrollo personal.

En resumen, se trata de aprender a lo largo de toda la vida, evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos, incorporando incluso el uso de las nuevas tecnologías de la información, al mismo tiempo que amplia y mejora sus habilidades sociales; se trata de promover el apoyo social de las familias y las amistades, pero aumentando incluso las oportunidades para la interacción social con otras personas; mejorar la funcionalidad y el nivel de autonomía de las personas, contribuyendo con su propio desarrollo personal al mismo tiempo que con una mejor sociabilidad. No es saludable envejecer fuera de los contextos sociales donde hemos estado a lo largo de la vida, ellos contribuyen y favorecen el sentido de pertenencia.

En el libro Ikigai: los secretos de Japón para una vida larga y felizde la autoría de Héctor García y Francesc Miralles señalan:

“El secreto para una vida larga es no preocuparse. Y tener el corazón fresco, no dejar que envejezca. Abrir el corazón a la gente con una buena sonrisa en la cara. Si sonríes y abres el corazón, tus nietos y todo el mundo querrá verte.

La mejor manera de no angustiarse es salir a la calle y saludar a la gente. Yo lo hago cada día. Salgo a la calle y digo: ¡Buenos días! ¡Hasta luego! Luego vuelvo a casa y cuido del huerto. Y, por la tarde, ver a los amigos”.

Por último y con ello cierro este artículo: no olvidar que el envejecimiento activo es favorecedor de la calidad de vida, y un antídoto frente a los riesgos del sedentarismo y la apatía.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/soledad-y-envejecimiento-8951720.html

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