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Perú: Gobierno aprueba DU para reducir brecha digital beneficiando a 1.6 millones de peruanos

América del Sur/Perú/09-02-2021/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

El Consejo de Ministros aprobó hoy un decreto de urgencia que permitirá mejorar la conexión rural y el servicio de telecomunicaciones, para reducir la brecha digital, en beneficio de un millón 600,000 peruanos en zonas rurales, informó la jefa del Gabinete Ministerial, Violeta Bermúdez. Vea aquí la galería fotográfica

La titular de la Presidencia del Consejo de Ministros precisó que dicha medida se da en el marco de la emergencia sanitaria por la presencia del covid-19 en el país.

“Hoy aprobamos importantes normas y una de ellas es el decreto de urgencia que dicta medidas extraordinarias para la contratación de la provisión de conectividad a la población rural y de lugares de preferente interés social y su acceso a servicios públicos de telecomunicación. Esta medida es importante porque reduce la brecha digital entre las poblaciones que han sido postergadas», indicó.

La jefa del Gabinete Ministerial agregó que esta medida incluye internet satelital y el sistema de wifi rural en beneficio de un millón 600,000 ciudadanos, especialmente en lugares alejados en el país y de diversas comunidades rurales.

Agregó que en la sesión del Consejo de Ministros también se aprobaron dos proyectos de ley, que serán presentados a consideración del Congreso de la República, para determinar los límites entre cuatro departamentos del Perú.

Informó que el primer proyecto concierne a los límites entre Piura y Lambayeque en un 100 por ciento, y el segundo es para determinar los límites entre Amazonas y San Martín a un 50 por ciento.

Bermúdez indicó que estos proyectos se hicieron luego de un largo proceso de consultas, en el que participaron los gobernadores regionales y fueron aprobados por los respectivos consejos regionales.

La presidenta del Consejo de Ministros también mencionó que en el Gabinete se aprobó la Política Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres, como un instrumento de política pública con las líneas de acción de diversos sectores y de coordinación intergubernamental, para orientar las medidas y reducir el impacto de los desastres o emergencias que puedan ocurrir en el país.

Respecto a las medidas adoptadas para reducir los contagios por covid-19 se hizo la evaluación y con satisfacción se observó que en los últimos días existe una reducción importante en la movilidad de la población, y eso se registra en el uso del transporte público.

“Tenemos que expresar nuestro reconocimiento a la población que está respetando las medidas y respetar los aforos en el transporte y si bien hemos visto algunos puntos de aglomeración, creemos que con los días vamos a ir mejorando y evitando el acercamiento o proximidad física y continuar previniendo contagios”, subrayó.

Bermúdez recalcó también la importancia de las organizaciones de mujeres que trabajan en los comedores populares u ollas comunes, ya que su rol es fundamental, por lo que una de las acciones inmediatas es continuar apoyando a estas organizaciones con el suministro de víveres, en coordinación con diversos gobiernos locales.

(FIN) JCR

GRM

Video: Gobierno aprueba D.U para reducir brecha digital beneficiando a 1.6 millones de peruanos

Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-gobierno-aprueba-du-para-reducir-brecha-digital-beneficiando-a-16-millones-peruanos-832383.aspx

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Humanizar desde la inmediatez de los cuerpos.

Infancias y educación, desafío y oportunidad de transformación social.

Por: Alejandra Castiglioni

Humanizar…Muchos de nosotros reiteramos en estos tiempos -y enfáticamente- la necesidad de humanizar nuestros vínculos, nuestras perspectivas, nuestros horizontes, nuestro hacer. Implica un gran debate que invita a un diálogo sensible e interdisciplinar.

Quizás esta pandemia nos sitúe ante la oportunidad de desarmar la hegemónica deshumanización y en verdad, la educación y la infancia son los territorios privilegiados para intentarlo.

Boaventura de Sousa Santos menciona la necesidad de desmonumentalizar el conocimiento hegemónico, yo creo que mucho tiene que ver con la posibilidad de humanizar (2009). Siglos de modernidad en que una deliberada disociación entre razón y emoción, cuerpo y alma -entre otras escisiones- ha fragmentado la integridad humana, deshumanizándonos. Desde la perspectiva blanca, occidental, patriarcal y colonial se ha organizado la producción del conocimiento y las estructuras de poder, el hacer, es decir, el ser.

Nos inspira la utopía impulsada en las urgencias para descubrir un futuro en la complejidad del presente. Los umbrales de lo desconocido y los malestares de la incomodidad, que surgen cuando una pandemia revela las profundas inequidades  de las infancias del mundo, nos convocan a transformaciones creando paulatinamente la esperanza de un nuevo orden. Una nueva organización basada en el principio ético de la vida, como hemos escuchado mencionar a Enrique Dussel en estos días.

En particular, humanizaremos habitando la integridad de nuestro ser, legitimando la experiencia sensible de los cuerpos y en el espesor de la corporalidad; esto implica una mirada ética y estética de  un hecho social y político.

En los cuerpos se vivencia e inscribe la efectivización de derechos desde la más temprana edad, esto implica una perspectiva insoslayable para entender a la niña, niño y niñe como sujetos de derecho desde el nacimiento, ciudadanxs de hoy, ciudadanxs interculturales.

Parafraseando a Tonucci, lo cierto es que la cotidianeidad del hogar es hoy, la Escuela de la vida.  Construir diálogos es un desafío coyuntural, también alojar las nuevas interacciones que operan actualmente en la experiencia de enseñar y aprender, las del hogar. Además, erupcionan emociones diversas, incertidumbre, inquietud, temor, desconocimiento, entre otras, presentes en cada contexto, en cada gesto.

¿Por qué pensar desde los cuerpos?

Nuestro cuerpo en tanto construcción social y política situada en un aquí y ahora, es la superficie donde se inscribe nuestra historia y la de generaciones pasadas, nuestra vida y también nuestra muerte.  El hilo de vida que entrama la existencia humana mientras se conforma en los distintos vaivenes del saber, del poder, del ser.

Cuando el cuerpo es considerado como envase, como límite de la individualidad, como recinto del sujeto y por ello, objeto, es que aparece un cuerpo escindido del hombre, deshumanizado.

O bien, un cuerpo encorsetado en disciplinamientos que a veces invaden la cotidianeidad de la educación infantil, formateando tiempos, estereotipando juegos, técnicas corporales o danzas, gestos y emociones según el género, la clase o las más diversas categorías con la que se pretende organizar el mundo.

Indagar en la conversación educativa y en la posibilidad de transformación social pensando en los cuerpos, implica comprenderlos como portadores y productores de cultura y de conocimiento. Cultura en clave relacional, como entramado de estrategias para habitar el mundo y dar sentido a nuestra relación con cada uno de los mundos que habitamos. Esto sedimenta en la memoria del hacer, que como diría Heidegger, es ante todo un habitar.

Ahora bien, ¿es posible trascender la materialidad de los cuerpos en este distanciamiento preventivo y más allá de él? Si. Existe una interfaz entre las fronteras de los cuerpos y en su espesor circulan gestos, voces y relatos, este es el espacio de la corporalidad. Es ese lugar donde podemos redescubrir la potencia del gesto, la intensidad de los diálogos para encontrarnos distinto, para abrazarnos y sostenernos de otros modos y construir así una trama de esperanza que no es ingenuidad sino espera crítica y comprometida. Tan necesaria hoy.

También, allí se desenvuelven diversas representaciones de la otredad que nos convierten en oportunidad o amenaza. Están las que valoran amorosamente y las que nos hacen vulnerables y nos desplazan hacia el abismo, manteniendo asimetrías sociales que desechan seres humanos -marcan niñxs desde la más temprana edad- expulsándolxs al abismo social y simbólico. Lxs niñxs las cuestionan, su voz nos guía y así crea rupturas.

Humanizar, implica apostar a la integración de sí y con lxs otrxs. Asimismo, cuestionar representaciones de la otredad -producto de imaginarios ajenos- que lo impiden; ellas siguen formateando la experiencia infantil y la mutua percepción de quienes compartimos el camino en la vida.

Sabemos que mediante las luchas de los pueblos, algunas representaciones mutan a lo largo del tiempo, allí está nuestra oportunidad y desafío.  Y en esa esperanza, vamos enunciando nuestros sentipensares, construyendo diálogos interdisciplinares que nos permitan repensarnos.

¿Caminos? La educación infantil. No sólo como derecho, sino como territorio para la descolonización del saber,  un camino inacabado de preguntas emancipadoras más que de respuestas. En particular, y en su dimensión política insoslayable, la educación intercultural critica como perspectiva encarnada para detectar adultocentrismos e impugnar instrumentos de homogenización de subjetividades, funcionales a la mercantilización del capitalismo depredador.

Y la potencia de la mirada de lxs niñxs. En estos tiempos -más aún- esa mirada nos conecta con la necesidad de recuperar lo más genuino de nuestro ser, quizás, la cultura de nuestros pueblos indígenas, adaptándola a nuestra realidad desde el hacer… lo que es descolonizar … el saber, el estar, el pensar, el soñar, es decir, el ser. Mientras sentipensamos nuestros cuerpos, revisando cómo los habitamos. Esto implica gestar una nueva corresponsabilidad de existir ampliando la experiencia de la infancia y alojando su impulso vital.

En lo adverso de esta pandemia, habita una oportunidad para honrar ese impulso vital, reinventando paisajes más justos, más humanos, donde de este caos surja un nuevo orden que nos encuentre disponibles amorosamente a la presencia singular de cada niñx, trayendo rupturas con sus gestos -claro- pero invitándonos siempre a un nuevo comienzo (Bustelo, 2011).

Y durante esta noche, para programar un amanecer más humano, no debe faltar la ternura en nuestros modos de vincularnos, imaginar y habitar el mundo. Alejandro Cussianovich, expresa que la ternura debe ser entendida como una virtud política, como un componente insoslayable de nuestra práctica educativa, familiar, profesional sea cual fuere la que nos encuentre trabajando por un mundo más justo y significativo (2009). Sin dudas… la solidaridad es el rostro de la ternura de los pueblos.

Bibliografía:

Bonaventura de Sousa Santos (2009). Una epistemología del Sur. La reinvención del conocimiento y la emancipación social. México, CLACSO y Siglo XXI

Bustelo, Eduardo (2011). El recreo de la infancia. Argumentos para otro comienzo. Buenos Aires, Siglo XXIEditores.

Cussianovich, Alejandro (2009). Ensayos sobre infancia II. Sujetos de derechos y protagonista. Perú, Iflejant.

Buenos Aires. Agosto, 2020.

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En búsqueda de un concepto de cultura

Autora: Lisbehet Dubravska Torcatty

Tesista del doctorado en Cultura y Arte.

 UPEL

Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es ni utopía ni locura, es justicia.

EL Quijote

A manera de reflexión.

La evolución del concepto de cultura, se relaciona con la conceptuación de qué es el hombre y cuál su esencia.  En la historia de la humanidad, el concepto de cultura ha tenido muchas variaciones. Según el trabajo de Espinoza y Pérez (1984), el término cultura apareció en la Roma antigua como la traducción de la palabra griega paideia, usada para significar la crianza de los niños, entendiéndose como el cuidado o cultivo que se debe tener por los niños en la adquisición de conocimientos, hábitos, costumbres, sentimientos, emociones, relaciones sociales y afectivas, gusto por las ciencias y las artes.

Por su parte, Colombre (2004) plantea que la concepción elitista de cultura  proviene del pensador latino Cicerón, quien vivió entre los años 106 y 43 antes de Cristo. Según este autor, Cicerón consideraba la cultura como un culto a la propia alma y debía enfocarse a la perfección espiritual.

El concepto de cultura como conocimiento filosófico, evolucionó hacia un concepto aristocrático que alcanzó su máxima expresión durante la Edad Media y que privilegió las artes del trivium (gramática, retórica y dialéctica) y quatrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). Más adelante, con el Renacimiento, se agrega al concepto de cultura la actividad productiva. Desde esta perspectiva, se ensanchará este concepto  para designar no solo el cultivo del espíritu sino también al conjunto de obras literarias y artísticas, así como los conocimientos científicos y tecnológicos. Desde esta representación, y muy a propósito del planteamiento que ahora nos ocupa, podría ser importante estudiar los inicios del currículo como elemento que propaga la colonización, desde una  educación escolástica que ha servido como punta de lanza para borrar, blanquear la memoria histórica y favorecer la concepción occidental del mundo.

Por su parte Hernández (2007) afirma que para 1871, la cultura aún se conceptualizaba como «la actividad del espíritu, y sus cumbres son la erudición clásica, la veneración y el ejercicio de la poesía en distintos niveles, la escritura de la historia, la creación artística, la prédica moral que instrumenta la divulgación del conocimiento». Serán los románticos, en el siglo XIX, los primeros en afirmar que el único agente de la creación cultural efectiva es el pueblo y que las otras capas (burguesía y nobleza), lo único que hacen es aprovechar y refinar los esbozos de obras que éste entrega. Es decir, tomaban piezas de cantos populares, las refinaban y convertían en “académicas”, de allí surgieron óperas, sinfonías, valses. Casos representativos están las obras de Chopin y Beethoven entre otros; por ejemplo en Venezuela el aire musical folclórico “pajarillo” ha sido versionado y transformado en varias ocasiones por, entre otros compositores,  Aldemaro Romero.  Cabe mencionar que han surgido de esta sinergia entre lo popular y lo clásico, obras creativas y extraordinarias dignas de ser estudiadas e interpretadas a profundidad más adelante. En así que, lo popular y lo nacional tienen una influencia muy marcada en la música académica, especialmente en escandinavos eslavos y rusos, no obstante, cabe confirmar que la “sublimación” o elevación lírica no corresponden a ese un tránsito.

Eso que ahora llamamos música académica en occidente, se genera en la Edad Media, al interior de conventos y abadías, y tuvo sus influencias externas (populares) porque la música nace en las comunidades.  (Se trataría de un tema digno de especificar en otros estudios).

Hoy día, como lo explica Colombre,  “el centro de la gravedad es trasladado de lo individual a lo social, al verse la cultura como un patrimonio común que se enriquece y se actualiza y por creación y adopción selectiva de elementos ajenos, y también como la presencia profunda de su ser en el mundo de todo un pueblo”.

En un sentido antropológico, la cultura se define como el modo de ser, de hacer y de pensar de todo un pueblo, mientras que en la investigación sociológica, el concepto de cultura ha sido definido muchas veces como la «totalidad de lo que aprenden los individuos en tanto miembros de la sociedad; es una forma de vida, un modo de pensar, de actuar y de sentir» (Chinoy Ely, 1980).

Podría afirmarse que la “cultura de un pueblo” es un largo y complicado proceso acumulativo, que se hace y rehace de modo continuo y no a saltos, en procesos discretos.  Así que “los que aspiran a revocar de un plumazo la historia cultural de un grupo no proponen más que dogmas para llenar el vertiginoso vacío.  Para contrarrestar en esto resulta de fundamental importancia una educación para la libertad, lo que hoy implica una autentica democratización de la cultura». (Colombre 2004)

El absolutismo de la civilización occidental, puesto de manifiesto ya en los orígenes del capitalismo (siglo XVII), se ha visto potenciado en los últimos tiempos por el proceso de globalización que multiplicó la avidez de las corporaciones por los mercados periféricos. Según este autor, al concluir el siglo XIX, había triunfado en las clases dominantes y en los intelectuales la idea de uncir a América al destino de Occidente, abandonando así el proyecto de abrir camino a una civilización propia. Implicando esto, la supresión de la identidad de los países alienándolos, en lo simbólico, para alejarlos de su propia identidad, e inducirlos a aceptar un orden ajeno de sus valores.  Es posible que en ese ideal de Colombre se haya considerado el pensamiento de Simón Rodríguez y otros libertadores de la palabra, en particular cuando plantea en Sociedades Americanas (Rodríguez, 1828) “la América Española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales, los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos. ¿Dónde iremos a buscar modelos?”

La crisis de las sociedades modernas, debería verse, antes que nada, como un hecho cultural y si no se tomara conciencia de ello es posible que no haya una salida posible. Tendría que definirse un proyecto cultural alternativo, cuyos principios básicos regularan la vida social y las políticas económicas. En efecto,  Zygmunt Bauman, (2013), confirma que en la actualidad se vive en una sociedad de consumo en la que la cultura es vista como un conjunto bienes o experiencias concebidas para el consumo. Hoy la cultura no consiste en prohibiciones sino en ofertas. Para contrarrestar esta realidad que nos carcome la memoria, la identidad y nos deja al desnudo, sin defensas ni fortalezas, es necesario, radicalizar el discurso contra-hegemónico, oponer una cultura verdadera a la subcultura dominante.

Alejándonos de concepciones fundamentalistas y fanáticas y vislumbrar nuestras políticas culturales  como conjunto organizado de valores que sirvan para definir a los sujetos colectivos que están o entraran en el dialogo, a los verdaderos actores de un proceso que llevará a descongelar las situaciones coloniales de la cual estamos impregnados, todas las nuevas y viejas formas de opresión para poder alcanzar la libertad y la justicia, desde una ética colectiva.  El término cultura debe convertirse en sinónimo de pluralismo, de respeto a la identidad del otro, de un “no” rotundo a lo que huela a dominación.

Sin embargo, como confirma Colombre (2004):

..“No podrá haber civilización sin un proyecto civilizatorio, sin una construcción diferente a la Occidental y una voluntad explícita de alejarse de los modelos ajenos para inscribir una particularidad en el concierto universal. Porque es en el marco del proyecto civilizatorio donde adquieren sentido y se potencian las formas propias de estructurar la realidad, de acceder al conocimiento del mundo y elaborar redes simbólicas” (pág.17)

Un pueblo no alcanza civilización original, sumándose al proyecto de otro pueblo, sino tomando conciencia de su ser en el mundo y su identidad. Entendiendo que la cultura con que nos colonizaron se encuentra como un dios todopoderoso omnipresente en la palabra, en los gestos, en los medios de comunicación, en las interpretaciones del mundo; e incluso en nuestros “sueños de realizarnos como persona”. Se debe empezar a aprender a desmontar los mensajes que deforman y cubren lo real y dan paso firme a lo superfluo.

El conocimiento de la realidad social sólo es accesible, plenamente, desde el interior de una práctica social transformadora. Lo cual, ciertamente, implica una opción epistemológica y, al mismo tiempo, ética. Quien quiera adquirir un conocimiento pleno de la realidad social, tiene que dedicarse a la práctica social transformadora.  O renunciar a esa ambición de conocimiento (Quijano 1977).

Descolonizando la conciencia

Sabemos que todo proceso  que implique cambios culturales, educativos, sociales y, en general, en los hábitos, costumbres, modos de pensar, de ser y  de actuar que están arraigados por generaciones en los seres humanos, genera resistencias, rechazos, negatividades e incluso temores, explicables por la incertidumbre que implica lo nuevo y, a veces, por el miedo al fracaso.

Tampoco debemos dejar de considerar que los  comportamientos sociales, culturales, políticos y educativos tienen bases epistemológicas, es decir, se arraigan en concepciones políticas y socio-culturales con las cuales hemos sido socializados desde la familia, la escuela, los grupos de juegos, y más recientemente desde los medios de comunicación e información.

Gadamer (1998) por su parte plantea que el individuo tiene una conciencia históricamente moldeada, esto es, que la conciencia es un efecto de la historia y que estamos insertos plenamente en la cultura e historia de nuestro tiempo y lugar y, por ello, plenamente formados por ellas. Esta autoridad, la de la tradición, se hace acción en las costumbres, las cuales se adoptan libremente y “determinan ampliamente nuestras instituciones y comportamientos”

Alberdi citado por Colombre (2004) dice: “nuestros padres nos dieron una independencia material; a nosotros nos toca la conquista de una forma de civilización propia, la conquista del genio americano” añade luego que “la inteligencia americana requiere también su Bolívar su San Martin. La filosofía americana la política el arte la sociabilidad Americana, son otros tantos mundos que debemos conquistar.”

Es tiempo entonces de estudiar la naturaleza filosófica de nuestra sociedad, de vestirla de formas americanas y originales. Depurando nuestro espíritu de todo servilismo. Yo agregaría el planteamiento muy conocido pero vigente de Ernesto “Che” Guevara: “Hay que vestirnos de negro,  de mulato, de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo”. Sería un largo recorrido sobre nuestro pensamiento latinoamericano emancipador, que nos permitiría pasearnos por el pensamiento de Artigas, Rodríguez, Martí, entre muchos otros. Libertadores de la acción y de la palabra.

En un proyecto a construir, la tradición no ha de ser vista como un obstáculo, exige recuperar y reformular las estructuras comunitarias. Donde residen las alternativas culturales.  Reunificarlo, de juntar sus pedazos dispersos y devolverles coherencia.  Eso que el mismo Colombre llama  “modernidad propia”  no se nos  vera correr detrás de los modelos dominantes, empeñados en una competencia difícil (por realizarse sobre lo ajeno, no sobre lo propio)  que nos obliga a negar y posponer nuestro proyecto.

Se requiere, en consecuencia,  de la autorreflexión crítica del sujeto colectivo que busca producir desde su matriz simbólica una alternativa al sistema dominante valiéndose para ello de una innovación creativa a partir de su acervo tradicional y de la apropiación selectiva de elementos culturales y tecnológicos ajenos. O sea, un pensarse a sí mismo, para no ser pensado por otros, y un actuar desde si para no ser  objeto de una acción ajena. Se trata de desarrollar un modelo propio para evitar ser incorporados como materia inerte a otro proyecto, a la historia de una civilización.

Es ante todo una cuestión de conciencia que evitaría que la cultura se asimile como concepto de ocio, de pasatiempo, lo que implicaría  no solo reducirla a la dimensión de las obras, olvidando otros planos vinculantes que estudia la antropología. Para cuestionar la complejidad del mundo y los misterios o milagros de la vida.

La educación en la creación de una cultura descolonizada

Es preciso combatir el divorcio que existe entre cultura y educación,  contrarrestando el positivismo que tanto favoreció los procesos de colonización por medio de lo que hoy en día es llamado  “colonización pedagógica” que, lejos de atenuarse por los vientos libertarios, se acrecienta con el modelo impuesto de la escuela moderna, calificado  como “la gestión de la ignorancia” o la pedagogía del vacío. Se trata de una pedagogía formal, que soslaya la cuestión de las materias a transmitir y la naturaleza de la mirada para fetichizar el método.

Para ser ciudadano un individuo debe conocer la historia de su pueblo, su patrimonio tangible e intangible. Sus valores culturales. Señala Colombre (2011), que la educación actual tiende a encerrar a la escuela en el sujeto y al sujeto en sí mismo, nuevo avatar de la escuela moderna entendida como un repliegue sobre el yo.

Un hombre amurallado en sí mismo, sumergido en un pensamiento subjetivo, despreocupado del mundo. Un ser así no puede ser protagonista de ninguna construcción social valiosa, por lo general estos son fáciles presas del miedo, de temores a menudo imaginarios, que los llevan a preferir la tentación totalitaria a los riesgos del cambio.

Ayudar a los educandos a tender puentes firmes con los otros, se puede decir que la escuela que no socializa, en todo caso deshumaniza, despolitiza, crea monstruos morales, mutantes, como los vemos con frecuencia para corromper el ethos social.

La humanización no puede hacerse desde una razón abstracta, desvinculante, sino desde la propia historia de la sociedad. Humanizar a un individuo es darle los instrumentos para que pueda humanizar, mediante la reflexión y la acción, a su propia comunidad.

La pedagogía de la dominación ha convertido a la enseñanza no en un esfuerzo de pensamiento crítico, sino en un conjunto amorfo de información que el alumno debe recibir sin tener para procesarla, más que las tristes categorías que impone la cultura de masas y ese pensamiento único al que Saramago llama “pensamiento cero”.

Por eso los colonizadores se han ocupado siempre de borrar las huellas del pasado, para dejar a la memoria sin respuestas suficientes. Cuando se diluye el pasado, la memoria, ya nadie sabe lo que es lo propio y que es lo ajeno. Hay entonces que desmontar la visión de los vencedores que son los que siempre cuentan la historia.

Es por lo que Quijano (2000) afirma que durante el proceso de la Conquista, se les expropiaron a las poblaciones americanas no solo sus recursos materiales, sino también el imaginario de su mundo simbólico, sus “perspectivas cognitivas, además de  los modos de producir u otorgar sentido a los resultados de la experiencia material o intersubjetiva.

Por lo que en la actualidad cuando aún estamos impregnados del proceso de colonización, en América una emergencia civilizatoria implica anclar la política en una identidad, lo que implica ahondar en la filosofía política, imbuirse en una concepción antropológica de la sociedad humana y la dialéctica de la cultura.

Se sabe hoy que la identidad es más una reconstrucción continuamente actualizada del pasado, que una fiel restitución del mismo.  En definitiva, no es más que la conciencia de una continuidad en el tiempo, más allá de los cambios, crisis rupturas que pueden registrarse. Recuperar la memoria es recuperar la conciencia.

Ha llegado el momento de pasar a la acción, de elaborar y ejecutar un proyecto propio, pues no basta con el puro acto de memoria, la cual resultaría muy doloroso quedarse varado en la conciencia de una mutilación, mirando los fragmentos de los espejos rotos.

Un proyecto con nuevos republicanos, nuevos pedagogos bien formados en lo relativo a identidad y memoria, de escritores, músicos y artistas plásticos que se sumen a ella desde un compromiso ético con lo real. Siendo intérpretes de una realidad. Se precisa en este sentido,  de intelectuales orgánicos, a fin de restablecer los nexos entre la palabra y la acción, entre el lenguaje y la realidad. Pensadores que sepan injertar lo propio en el mundo, y la diversidad del mundo en lo propio, sin soslayar los procesos de dominación ni hacerse cómplice de la recolonización neoliberal que ha desarticulado como un virus el tejido social.

En la construcción de este proyecto propio, es pertinente pensar en la hermosa reflexión  que nos deja Galeano (2009):

“ – el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones; la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;  – la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos; – nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; – los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle…” (pág 42).

Se trata entonces de  explorar desde nuestras identidades las potencialidades emancipadoras de la modernidad y no renovar con nuevas mascaras el mito racionalista y unificador que Occidente usó para someter a los pueblos, para fragmentar al hombre. Estos sueños serian posible si comenzamos a ver desde la cotidianidad la descolonización de los procesos de formación, que implicaría una  desintoxicación de los sentidos.

Construyendo  nuestros propios espirales del saber (hacia un proyecto propio)

El desarrollo del arte con características propias, no mimético, en respaldo a nuestra independencia política resulta en consecuencia inaplazable y apremiante. Si bien en la plástica hay multitud de obras que podríamos considerar genuinamente americanas, falta todavía un pensamiento  visual independiente del hegemónico y definido con la misma altura y claridad.   Se pretende el propiciar  nuevos marcos de interpretación, nuevas preguntas, nuevas respuestas y otros recorridos que propicien cuestionamiento a las visiones impuestas; el cuestionamiento radical.

La realidad que enfrentamos tiene múltiples significados. No es una realidad clara, con una significación cristalina, a la cual se le puede abordar sencillamente construyendo teorías o conceptos y muchos menos establecerlas dentro de los viejos planteamientos. Hay que hacer reposición continua de escenarios; donde resulta esencialmente importante el replanteamiento de los problemas, en su evolución temporal y contextual. No existe lo definitivo, ni una ley de verdad o norma que pueda cerrar definitivamente un estado de cosas, mucho menos un estado social.

En esta complejidad, llena de incertidumbres, nuestra invitación es pensar y actuar en una situación de incertidumbre, poder poner el pensamiento en capacidad de vibrar, de no sucumbir, de no conformarse con lo obvio. Hay que asumir riesgos y disponerse a inventar, a pensar con cierta audacia. Estamos en un momento cuando inventar -en términos Rodrigueanos-, es la condición para salir de la crisis.

Hay que arriesgarse a colocar por delante nuestra propia capacidad; plantear la posibilidad de una educación poiética  como espacio esencial de construcción de saberes creativos y actitudes estéticas frente a la vida. Se amerita despertar la potencia creativa del ser humano mirándose a sí mismo de manera estética y con el cuidado y la actitud de quien trabaja sobre una obra de arte llena de una actitud de “cuidado” e incluso de “gozo” y “deleite” en el acto creativo. Es en este escenario donde se nos permita abrir puertas hacia el asombro como espacio alternativo frente a lo repetitivo y lo mecánico; a la aridez de las relaciones y las vivencias mediadas por lo transaccional y lo instrumental, típicas del mundo moderno; penetrando la complejidad del universo y redescubrirlo a través del espacio educativo.

Se aspira, el renacimiento de nuevas miradas epistémicas que contribuyan en la construcción de diferentes caminos a los establecidos en la modernidad, por ejemplo, aquellos que consideren la complejidad de los procesos y el encuentro transdisciplinario para releer las realidades. En consecuencia, se propone una ruptura radical con los enunciados que históricamente han permeado dichas concepciones.

Aquí se trata de abrir posibilidades para la construcción colectiva de un nuevo espacio educativo en el que se active y despierte la creación intelectual y de conocimientos  con pertinencia social, se privilegie el diálogo con saberes que han sido excluidos  de la formación integral de los ciudadanos. Es desde este espacio donde se deben plantear las propuestas que conlleven otras miradas y desde donde se logre o vislumbre el afianzamiento de una cultura propia y nos conduzca a reflexionar sobre aquellos aspectos que propician una ruptura con el pensamiento social y político hegemónico.

Conviene superar la razón instrumental, lo meramente pragmático en las dinámicas. Hay que impulsar experiencias formativas que favorezcan la búsqueda de visiones integrales de la complejidad. Se trata de transcender lo positivo, lo cuantitativo, lo lineal y cronológico, para reflexionar desde lo cualitativo, lo multiforme y la temporalidad múltiple.  Todo desde una sociedad que sea capaz de crear una base endógena para la creación intelectual, artística, innovación, planificación y  diseño, desarrollando y asegurando una cultura científica, técnica y humanística vinculada a nuestras raíces, a los retos nacionales  y abierta al mundo, dirigida a la solución de los problemas concretos de nuestro pueblo; una sociedad con un ordenamiento territorial  favorable a las relaciones armoniosas entre la ciudad y el campo, entre lo urbano y lo rural, propiciando la integración interregional y el desarrollo territorial.

Este nuevo proyecto llevaría implícito  procesos de formación que han de incluir permanentemente dinámicas de autoconocimiento, interconocimiento desde las historias personales y colectivas, y la interpretación permanente de la historia de la cual somos parte.

Esta mirada incita a que constituyamos  redes formativas para el apoyo mutuo el trabajo educacional compartido, de consolidar vínculos orgánicos, a la vez que flexibles, horizontales, entre personas, organizaciones, instituciones y comunidades, a partir de las vivencias presentes, locales y más lejanas. Donde converjan políticas, ciencias, saberes ancestrales y estrategias particulares (Valdez 2013). Además de sentirnos y pensarnos como sujetos de un proceso permanente de transformación. Viendo a la historia como un campo de posibilidades abiertas, infinitas. Sustentándonos  en la pedagogía de la pregunta.

Estaríamos invitados a indagar o investigar constantemente sobre  aquellas aspectos que tendemos a sentir que están sin historia. Esto incluiría aspectos elementos de la vida cotidiana. Una genealogía que no solo  busque el origen de las cosas,  derribando así la noción de que la historia progresa en un orden lineal, sino que muestre  ese pasado plural y a veces contradictorio que revela las huellas de la influencia que ha tenido el poder sobre la verdad. Una  genealogía que nos ayude a deconstruir la verdad, argumentando que ésta es, en la mayoría de los casos, descubierta por casualidad, respaldada por la operación del poder o la consideración de interés. Vislumbrando el hecho de que todas las verdades son cuestionables (Foucault 1982)

Hay que costruir la historia desde las realidades diarias que nos constituyen y que reconfiguramos, pero también desde nuestros sueños, esperanzas y utopías encarnadas. Criticando constantemente, de ser necesario, estos quehaceres y esos soñares, por cuanto pueden estar teñidos de las ideologías que sustentan el sistema capitalista  dominante, y crear condiciones para crear propuestas que conlleven procesos de libertad, plenitud y creación. En definitiva, construir nuestros propios espirales del saber. Ello pasaría por reconocer nuestro lenguaje, nuestros códigos culturales, nuestros proyectos de vida y  partir de allí incorporar otros conocimientos y otras referencias en una espiral virtuosa (Valdez 2013)

Esto será posible mediante un continuo y sistemático proceso de intercambio de experiencias, ideas, propuestas acompañadas de intensos procesos de registros, sistematización e investigación de los procesos comunitarios que nos permitan crear un verdadero dialogo de saberes que impulse avanzar hacia la auténtica soberanía cognitiva. De este modo hablamos de un proceso de creación, de leer, interpretar, transformar realidades sociales, a través de una acción dialéctica con el saber cotidiano, con la vida real. Construcciones diarias de  espacios de formación,  nos confrontaríamos  constantemente, para reconocernos en lo que somos, y aun en lo que podemos hacer.

Esta nueva mirada incita a “ver” con la posibilidad de compartir nuevas miradas críticas de la realidad (sobretodo la cotidiana) y también sobre nuestros anhelos y esperanzas. Propiciar  propuestas  formativas  la dedicación de ciertas horas de la semana  reunirse en algún lugar para dialogar e intercambiar ideas, saberes y aprendizajes.

Y por último…

Quiero hacer una reflexión que más que mía es del escritor argentino Walter Kohan, quien dice que “hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si se puede pensar distinto de cómo se piensa y percibir distinto de como se ve es indispensable para seguir contemplando y reflexionando.” El autor continua diciendo “Siempre hay algo de irrisorio en el discurso filosófico cuando, desde el exterior, quiere ordenar a los demás, decirles donde está su verdad y como encontrarla, o cuando se sitúa con fuerza para instruirles procesos con positividad genuina; pero es su derecho explorar lo que en su propio pensamiento puede ser cambiado mediante el ejercicio de un saber que le es extraño”. Estos planteamientos sugerentes invitan a generar cambios y transformaciones en las posturas  de nuestras instituciones, sobre todo a las educativas.

Adentrarnos en un ejercicio  de pensamiento, que permita transformar lo que somos, que nos permita extranjerizarnos del juego de verdad en el que estamos cómodamente instalados (La búsqueda que cada quien entabla consigo mismo para transformarse es también la posibilidad de que el mundo sea diferente de lo que es). Desplazarse del saber de lo que se sabe, para poder saber otras cosas; en un moverse del poder que se ocupa para que otras fuerzas y otra potencia puedan ser afirmadas entre quien aprende.

Disponerse a inventar, desarrollar la capacidad heurística, en la que la educación sea vista como espacio formativo esencial para la construcción de saberes, donde se despierte la potencia creativa, que podamos abrirnos puertas para el asombro, frente a lo repetitivo y lo mecánico.

 

 

REFERENCIAS

Colombre A. (2004). América como civilización emergente. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.

Colombre A. (2004) América como civilización emergente. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.

Colombre A. (2011). Nuevo Manual del Promotor Cultural. Ediciones Colihue. Buenos Aires.

Espinoza I. y Pérez C. «Cultura, Cultura en México y su impacto en las empresas» en     Revista Gestión y Estrategia. Núm. 6, julio-diciembre de 1994.

Foucault, Michel (1980). Language, Counter-Memory, Practice: Selected Essays and Interviews (en inglés). Ithaca, NY: Cornell University Press. p. 139. ISBN 0-8014-9204-1.

Freire, P. (1974). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.

Freire, P. (1990). La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación. Barcelona: Paidós.

Gadamer, H-G.  (1998). El giro hermenéutico. España, Cátedra.

Galeano E (2009) Patas Arriba – La Escuela Del Mundo Del Revés. Ediciones del Chanchito. Buenos Aires.

Habermas, J.  (2000). La lógica de las ciencias sociales. Madrid, Tecnos.

Morin, E. (1999). El método: El conocimiento del conocimiento. España, Cátedra.

Valdéz, J. (2012) Movimientos Sociales en Venezuela: una Propuesta Transformadora. Fundación Editorial El perro y la rana- Ministerio de la Cultura

Quijano, A. (1977) Dependencia, urbanización  y cambio social en América Latina, Lima, Mosca Azul

Quijano, A. (2000) “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina,” Lima, Mosca Azul

Valdéz, J. (2012) Transformación en la universidad venezolana. Un posible mapa de ruta. Publicado por su autor.  blogs.monografias.com/…/transformación-curricular/ Consultado el 03/01/2015.

Vargas Hernández, J.G.: (2007) La Culturocracia organizacional en México, Edición electrónica gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2007b/ 301

Simón Rodríguez, Sociedades Americanas 1828. Edición: Biblioteca Ayacucho. Caracas Venezuela. 1990

Walter Kohan.  (2011).  Educación Y Filosofía. Editorial Laertes S.A. Buenos Aires.

Zygmunt Bauman (2013). La cultura en el mundo de la modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires,

Fuente: La Autora publica para el Portal Otras Voces en Educación

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CIIOVE Entrevista a Luz Bettina Fuenmayor de Fe y Alegría: “Sin maestros no hay escuelas”

Luz Palomino/Luis Bonilla-Molina entrevista en exclusiva para CIIOVE

En medio de una conversación con docentes de Caracas surgió la iniciativa de entrevistar a compañeres de Fe y Alegría. Luz había estudiado en un instituto de Fe y Alegría y Luis conoció la experiencia en los años ochenta, así que nos animamos a hacer una serie de trabajos al respecto.

Decidimos comenzar por la profesora Luz Bettina Fuenmayor quien viene laborando en el Centro de Investigaciones y Formación Padre Joaquín (CFIPJ de Fe y Alegría. Luz es Bachiller Docente. Normal Nueva América Fe y Alegría, Licenciada en Letras – Mención Letras Hispánicas. Universidad del Zulia (LUZ), Magíster Scientarium en Literatura Venezolana. Universidad del Zulia (LUZ), cursante del Doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, con diplomados en Gerencia Social Ignaciana. Pontificia Universidad Javeriana, de Formación Política y Ciudadana. Pontificia Universidad Javeriana. Cuando le preguntamos a Luz como podíamos presentarla nos dijo como maestra que es lo que soy; nos pareció importante dar a conocer a nuestros lectores su mirada y experiencia. Los dejamos con la maestra Luz Bettina 

Apreciada Luz Bettina Fuenmayor, cuéntanos un poco tu historia personal, como contexto al trabajo que actualmente realizas en Fe y Alegría  

Soy egresada como maestra, de la Normal Nueva América de Fe y Alegría en el año 1.982, antes del cierre definitivo de las Escuelas Normales por parte del estado venezolano. Desde ese momento comencé a trabajar en la Escuela Nueva Venezuela, donde había hecho mis pasantías docentes. Mientras estudiaba fui voluntaria los días sábados, en la comunidad donde vivo y luego en la escuela, del programa de educación del Instituto Radiofónico Fe y Alegría.

En la escuela desempeñé diferentes cargos y luego de dieciocho años, siendo la directora, dejé la escuela y me incorporé al equipo del Centro de Formación Padre Joaquín para llevar adelante la producción de materiales para el área de Lenguaje y acompañar la formación de docentes en el Programa de Profesionalización de Docentes en Ejercicio, en convenio con la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. Allí estuve un año, para asumir luego en el año 2001, la dirección de la oficina que coordina el programa escuela en la región. En el año 2004 asumí el reto de la dirección del Instituto Universitario San Francisco, el segundo instituto de educación universitaria de Fe y Alegría, que abría sus puertas en el país. Después de catorce años, en el 2018, regresé a la dirección del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín (CFIPJ), donde me desempeño actualmente.

El CFIPJ tiene como misión dinamizar, orientar y acompañar procesos educativos con el propósito de generar teoría pedagógica en el marco de la Educación Popular, apoyar además la formación de los equipos nacionales, regionales y zonales de los distintos programas de Fe y Alegría y ofrecer servicios educativos, dentro y fuera de la institución.

¿Cuál es la historia de Fe y Alegría? Cuéntanos un poco de sus orígenes y recorrido

Fe y Alegría nace, en el año 1955, en un momento en el que Venezuela vivía la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, que privilegió la educación de las élites, razón por la cual la educación pública se vio limitada y hubo un crecimiento de las escuelas privadas, de 272 que existían llegaron al número de 1.070.

El padre José María Vélaz visitaba los sábados por la tarde los barrios de Catia con sus alumnos de la Universidad Católica Andrés Bello y allí vieron de frente las condiciones de pobreza de los barrios. En medio de ese apostolado y ante tantas preguntas que de esa realidad brotaba, decidieron que la mejor forma de combatir la pobreza era a través de la educación, por lo que decidieron que el mejor aporte sería una escuela. Fue así como Abraham Reyes y su esposa Patricia, en un acto de entrega, generosidad y compromiso con su comunidad, cedieron su casa para que el 5 de marzo de 1955 abriera sus puertas la primera escuela de Fe y Alegría.

Desde ese día y hasta hoy estamos presentes en 22 países de América Latina, Europa y África y juntos formamos la Federación Internacional Fe y Alegría. En Venezuela atendemos a 149.560 personas en 175 escuelas, 5 Institutos Universitarios, una red de 23 emisoras radios, 75 Centros Educativos de Capacitación Laboral y un Centro de Formación e Investigación. En estos 65 años seguimos comprometidos con el país y con nuestra misión educativa.

 

Precisamente, esa sensibilidad por los asuntos sociales y pedagógicos, nos permite preguntarte ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en Venezuela?

Posiblemente pudiera resumir como el elemento más significativo la falta de inversión, lo que imposibilita la superación del deterioro en infraestructura, calidad educativa y profesión docente.

En el año 2005 Venezuela tenía 30.058 planteles educativos, en el 2015 ya eran 27.626 y desde entonces desconocemos si se han construido nuevas escuelas. Esto sin contar que las que existen, son asediadas frecuentemente por la delincuencia, ocasionando un deterioro en su infraestructura que difícilmente logra reponerse. Tenemos escuelas sin cableado eléctrico, sin sistemas de ventilación, cada vez con menos equipos tecnológicos.

Por otro lado, las condiciones del contexto afectan el desarrollo del proceso educativo, las limitaciones económicas de las familias, las dificultades de transporte, la crisis del servicio eléctrico y la falta de acceso al agua potable, condicionan el proceso educativo, el desarrollo de competencias fundamentales y de habilidades para la vida. Las respuestas que la educación debe dar ante los problemas del contexto se encuentran comprometidas en su efectividad.

Por último, hay un continuo deterioro del ejercicio de la profesión docente y urge una dignificación de esta profesión. Todas las personas quieren un buen maestro para sus familiares, pero seguramente muchas de esas personas estarían de acuerdo en que algún miembro de su familia sea maestro. En nuestro país quienes deciden ser educadores son seres excepcionales que tiene que aprender a vivir con un salario de aproximadamente entre 4 o 5 dólares mensuales. La mayoría de las casas de estudios universitarios han cerrado las escuelas de formación de educadores por falta de matrícula y en más de un 25%, los docentes en ejercicio han dejado las aulas.

La alta migración de docentes y de alumnos va deteriorando nuestro sistema educativo, afectando considerablemente uno de los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescente, el derecho a la educación.

Luz , ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores en la actualidad?

La situación de la formación docente es preocupante, como puede concluirse de la pregunta anterior, nos estamos quedando sin docentes y como decimos en una de nuestras campañas para salvar la educación: “Sin maestros no hay escuelas”.

Hace algunos años la mayor preocupación era que las instituciones de educación universitaria tenían un pensum que no respondían a las realidades del contexto y quedaban rezagados frente a los avances pedagógicos y tecnológicos. Sin embargo, muchas casas de estudio comenzaron a modificar sus propuestas y pasaron de una enseñanza por objetivos a una por competencias, incorporando además propuestas de innovación educativa y nuevas modalidades de planificación y evaluación. Pero la situación es más dura ahora, no hay candidatos para estudiar educación. Ya no solo es un problema de formación sino de remuneración.

En el caso de Venezuela tenemos diversas opciones para estudios de posgrado más accesibles, con relación a otros países. Los programas de formación permanente dependen básicamente del proyecto educativo nacional y/o de los proyectos educativos que desarrollen diversas instituciones como Fe y Alegría, la Asociación Venezolana de Educación Católica, las diversas Congregaciones religiosas  o particulares, ya sea por gestión propia o en alianza con fundaciones, organizaciones especializadas en materia educativa y Universidades, y que se ajustan a lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana y a la Ley de Orgánica de Educación.

Las reelaboraciones que se plantean en este contexto en el que estamos tiene que ver con el establecimiento de un mayor énfasis en la formación de competencias que permitan garantizar el continuo educativo, así como una adecuada inserción al mundo del trabajo, ya sea como empleado, empleador o emprendedor, la formación de habilidades para la vida y para el ejercicio de una ciudadanía responsable, manifiesta en el ejercicio de los deberes, en la defensa de los derechos humanos y del cuidado de nuestra casa común.

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio venezolano? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

El COVID-19 ha generado un impacto totalmente inesperado que vino a acrecentar la crisis educativa en la que nos encontrábamos. Se han afectado mil quinientos millones de alumnos en el mundo, según la Unesco. Ya vivíamos en Venezuela una situación de emergencia educativa y aunque las matrículas de los estudiantes y la permanencia estaban afectadas en un 25% aproximadamente, se mantenía el carácter presencial de la educación.

En este contexto de emergencia se diseñaron planes que permitieran garantizar la calidad de la educación basada en cuatro normas esenciales: la adecuación de los planes de estudio, la capacitación del personal, la enseñanza participativa e inclusiva y la evaluación basada en logros. Sin embargo y considerando que los derechos humanos son interdependientes, por supuesto que no sólo el Covid-19 ha contribuido a afectar el derecho a la educación sino todos los derechos que hoy en día están siendo conculcados: la salud, la alimentación, la seguridad y sumamos ahora el derecho a la comunicación, el acceso a internet es limitado

Las medidas adoptadas intentan preservar el más fundamental de todos: el derecho a la vida. El distanciamiento social y la educación a distancia son medidas circunstanciales y necesarias en este momento. Ya habrá ocasión de recuperar los contenidos esenciales, los momentos de socialización y aprendizaje que se viven en los centros educativos. Creo que hay otras situaciones que afecta considerablemente este derecho y a los que ya me he referido.

Estas medidas se nos presentan como una oportunidad para reencontrarnos como familia, como personas, para cuidar nuestras emociones y pensar todo lo que este momento de cambio puede dejarnos como enseñanza. Estamos obligados a repensar la escuela, sus formas de enseñanza, de acompañar a los estudiantes en su aspecto socioemocional, de relacionamiento con los padres y representantes.

A partir de su experiencia docente y social ¿cuáles serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio nuestro americano?

La coyuntura del magisterio americano es muy diversa y de marcadas diferencias, como respuesta a las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales en las que los educadores realizan el ejercicio de su profesión docente. Estas condiciones han influido notablemente en los bajos niveles de desempeño de los estudiantes en áreas básicas como lengua y razonamiento lógico.  Se nos ha alertado acerca de la pobreza de aprendizajes, cuando tenemos el 50 de niños que a la edad de 10 años no son capaces de realizar la lectura comprensiva de un texto, lo que incidirá en el logro de las metas de los ODS y la agenda 2030, para alcanzar una educación inclusiva y de calidad para todas y todos.

Los educadores seguimos teniendo un gran reto en la formación de las generaciones de hoy, en cuyas manos está el futuro de sus comunidades, sus países y el planeta. Tenemos que mirar la educación de cara al siglo XXI. Hemos evidenciado nuestras debilidades en términos de la educación a distancia y el manejo de las nuevas tecnologías. Creo que la formación de los docentes sigue siendo el gran reto y debe encaminarse a un reencuentro con la sociedad en la que está inmersa.

De allí que las Universidades tiene que revisar sus propuestas formativas, los docentes en ejercicio deben estar en formación permanente y no solo como responsabilidad de los estados sino también como parte de su auto formación, pero para ello hay que generar las condiciones necesarias para la participación de nuestros educadores.

La formación sigue siendo la clave y en este mundo globalizado la creación de comunidades de aprendizaje, las aulas virtuales, los foros chats, los cursos de capacitación, la radio, la TV, las redes sociales, como opciones que se han multiplicado en este tiempo puede ser una buena alternativa.

Los aprendizajes que dejará esta pandemia deberán combinar las vivencias del mundo virtual con las vivencias que deja la escuela. Combinar los contenidos de la escuela con los contenidos de los medios, no se trata de trasladar los contenidos que manejo en el aula de clase a un aula virtual. Aprovechar las Tic’s y la educomunicación, como una oportunidad para acceder al conocimiento, de modificar los modos de participación, pasando de un modo pasivo a uno más activo. Otro elemento a considerar es que todos los alumnos no tienen las mismas capacidades y tampoco las condiciones de conectividad que les permitan incorporarse de la misma manera a este proceso. Los docentes deben generar oportunidades para todos. Por último, nos queda el tema del apoyo de la familia en este nuevo rol que deber ser más emocional y de ánimo que de un docente en casa.

Hay que aprovechar que nuestros alumnos han crecido en una sociedad digital y virtual, y que saben aprovechar los medios que se le han proporcionado a través de las redes, de una manera más apropiada que sus maestros, quienes han hecho un esfuerzo para seguir atendiendo a sus alumnos.

En medio de esta realidad que nos ha impuesto la pandemia hay que reconocer el impulso de la vocación de los docentes, quienes han demostrado su compromiso con la educación y desbordado en creatividad para seguir atendiendo a sus alumnos y en respuesta a la diversidad de condiciones en las que se puede generar el aprendizaje, utilizando la tecnología donde la hay, recurriendo a la radio, a carteles y papelógrafos a notas escritas y dejadas de casa en casa.

 

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Cuba: Crean fundación universitaria para gestión de ciencia, tecnología e innovación

La Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó un decreto del Consejo de Ministros para la creación de la Fundación de la Universidad de La Habana como institución, sin fines de lucro, para la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación.

En su edición, 91, informó que uno de los articulados de la decisión ministerial persigue el propósito de que la nueva sociedad sirva de interface entre la universidad con entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación, productivas y de servicios, y otras instituciones, al igual que las personas naturales y jurídicas relacionada.

Aclaró que se dedicará al desarrollo de la ciencia y la innovación, de carácter público, no gubernamental, sin ánimo de lucro, autofinanciada, con capacidad y personalidad jurídica, patrimonio propio, sujeto de derechos y obligaciones.

Citó el caso de entre sus fines están su actuación como espacio de interacción entre la universidad, empresas, gobierno y otras entidades para gestionar el conocimiento a favor de proyectos académicos, de investigación e innovación.

También la transferencia de tecnologías, activos e incubación de empresas de base tecnológica, así como la realización de consultorías y asesorías asociadas a los proyectos.

Además, la comercialización de productos, servicios académicos, científicos y profesionales, y otros intangibles, la promoción, organización, comercialización y desarrollo de eventos científicos nacionales e internacionales, y otras actividades de similar naturaleza.

Precisó que la Fundación se constituye con los objetivos de Impulsar proyectos sostenibles de alto impacto en el desarrollo socioeconómico del país, transferir conocimiento a través de alianzas Universidad-Empresa para fomentar nuevos productos, tecnologías y servicios, así como empresas de base científico tecnológica, transferir tecnologías, en especial cesiones y licencias de derechos sobre bienes intangibles, incluido el Know-how.

Incluye, fortalecer los vínculos institucionales con otras universidades y centros académicos y de investigación e innovación, fomentar la incubación de activos y empresas tales como laboratorios Universidad-Empresa, nuevos emprendimientos (Star tup) y empresas o sociedades mercantiles de base tecnológica (Spin off).

Contempla el mejorar la infraestructura y las condiciones materiales y tecnológicas para la realización de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación en la Universidad de La Habana.

Igualmente, movilizar el potencial científico e innovador de la Universidad de La Habana, a través de mayores incentivos profesionales y materiales para profesores, investigadores y estudiantes, garantizar la sostenibilidad económica de la Fundación y generalizar buenas prácticas de gestión del conocimiento y la información para elevar la cultura y capacidades de innovación.

Especificó que su formación correspondió a una solicitud del Ministerio de Educación Superior, su órgano de relación, con personalidad jurídica
De acuerdo con el citado texto, la Universidad de La Habana dispone de capacidades para fomentar el vínculo con el sector empresarial y gestionar el conocimiento, así como participar en numerosas redes nacionales e internacionales.

Posee condiciones para desarrollar múltiples proyectos de investigación e innovación en colaboración con centros de investigación, sector empresarial, u otras entidades nacionales y extranjeras, en líneas de vital importancia para el país como las ciencias básicas, biomateriales, biotecnología, biomedicina, nanociencias y nanotecnologías, energía renovable, seguridad alimentaria y nutrición, medio ambiente, entre otras.

Fuente: http://www.acn.cu/medio-ambiente/76070-crean-fundacion-universitaria-para-gestion-de-ciencia-tecnologia-e-innovacion

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OCDE pide reforzar el poder redistributivo en Chile para enfrentar la crisis

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pidió este jueves a Chile reforzar el poder redistributivo de los impuestos como medida para reducir la desigualdad ante la crisis económica provocada por la pandemia de la covid-19 y las protestas sociales.

«El sistema impositivo podría convertirse en una herramienta clave para reducir la vulnerabilidad económica. Dicho sistema no ofrece hoy suficiente protección frente a las perturbaciones», alertó el organismo en su estudio económico anual.

En el promedio de países que integran la OCDE, el sistema de impuestos y transferencias hacen disminuir un 10 % el Índice de Gini -en el que 0 es la perfecta equidad y 1 la máxima desigualdad-, mientras que en Chile solo decrece un 2,5 %, de acuerdo al documento.

Chile, el país con la mayor renta per cápita de América Latina y el de mayor tasa de crecimiento económico de la OCDE -por delante de Estados Unidos o Japón-, tiene también índices de desigualdad elevados y un índice de Gini del 0,44 en la última medición de 2017.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el 1 % de los hogares de mayores ingresos acapara más de una cuarta parte de la riqueza en Chile, mientras que el 50 % de las familias menos favorecidas tiene solamente el 2,1 % de la riqueza total del país.

La propuesta de la institución es que el país amplíe la base del impuesto sobre la renta de las personas físicas para aumentar la recaudación con el objetivo de destinar los recursos adicionales a garantizar una prestación básica para todos los hogares.

La pandemia, que deja ya 736.645 contagiados y más de 18.500 fallecidos desde marzo, recrudeció la desigualdad y paralizó la economía chilena, que ya estaba debilitada por las protestas sociales que comenzaron en octubre de 2019 y se extendieron durante un año, y Chile enfrenta ahora un escenario de «recesión sin precedentes», alertó la institución.

«Más de la mitad de los chilenos se encuentran en una situación de vulnerabilidad económica, muchos de ellos en riesgo pobreza con trabajos informales asociados a una protección social escasa y a unos ingresos inestables», agregó el informe.

Chile, continuó el documento, debería «implementar un ambicioso programa destinado a fomentar el crecimiento inclusivo y a reducir el elevado nivel de desigualdad».

Cerrar las brechas de productividad fomentando el apoyo público a las pequeñas y medianas empresas, impulsar un entorno colaborativo de innovación digital y mejorar los resultados educativos serían, de acuerdo a la organización, la mejores herramientas para lograrlo

En Chile, el acceso a una educación de calidad sigue estando estrechamente vinculado al estatus socioeconómico de la familia y el gasto público en educación primaria y secundaria es uno de los más bajos de la OCDE.

La institución prevé que la economía chilena, que según estimaciones caerá entre en un 6,2 % y un 5,7 % en 2020, volverá a los niveles previos a la pandemia a finales de 2022, siendo el consumo privado uno de los principales motores de la recuperación.

«La inversión se recuperará lentamente, condicionada por la evolución de la pandemia y la efectividad de las vacunas, y estará impulsada por los planes de infraestructura pública», agregó.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/coronavirus-chile_ocde-pide-reforzar-el-poder-redistributivo-en-chile-para-enfrentar-la-crisis/46344936

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BID y Japón dan un millón de dólares a Honduras y El Salvador para educación

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Especial de Japón donaron un millón de dólares a Honduras y El Salvador, para apoyar el inicio del año escolar en ambos países e incentivar la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo en el contexto de la pandemia de la covid-19.

Honduras recibirá 560.000 dólares para comprar 51.335 kits de protección personal y 40 termómetros digitales a través de la secretaría ejecutiva del Consejo de Ministros de Centroamérica y República Dominicana (Comisca), que beneficiarán a 12.733 estudiantes y 943 docentes, indicó la oficina de prensa del BID en Tegucigalpa.

Los equipos de protección personal permitirán a las autoridades de Honduras preparar a 16 centros educativos para retornar a las clases presenciales, añadió.

La organización colombiana Coschool apoyará a Honduras en el desarrollo de un marco nacional de formación en habilidades socioemocionales, capacitaciones para 150 formadores y un programa de radio conducido por estudiantes para desarrollar habilidades socioemocionales en los estudiantes a distancia, indicó el BID.

También trabajará en una estrategia y plan de «incentivos monetarios y no monetarios» para motivar a los estudiantes a regresar a las aulas y promover su permanencia en el sistema educativo.

El ministro hondureño de Educación, Arnaldo Bueso, agradeció el apoyo del BID y el Fondo Especial de Japón, y destacó la importancia de que al inicio del año lectivo se garantice «la seguridad de toda la comunidad educativa».

El representante del BID en Honduras, Eduardo Almeida, aseguró que el organismo multilateral continuará siendo «un aliado del país para afrontar los desafíos del año que comienza».

La donación incluye también el desarrollo de un programa piloto de educación a distancia con la plataforma Kolibri, que beneficiará a más de 1.500 estudiantes de secundaria del departamento de Intibucá, occidente del país, apoyando su retorno el año lectivo.

Por su parte, el embajador de Japón en Honduras, Norio Fukuta, reiteró «el compromiso» de su país con la región centroamericana.

Destacó además la importancia de «proteger las trayectorias educativas de los jóvenes más vulnerables, que ahora también se ven afectadas por los impactos de la covid-19», cuyo patógeno causante, el SARS-CoV-2, ha contagiado a más de 151.000 personas en el país centroamericano.

La cooperación técnica plantea también actividades similares en El Salvador, país que recibirá 440.000 dólares de parte del BID y de Japón, señala la información sin ofrecer más detalles.

Los aprendizajes se compartirán con el resto de los países mesoamericanos a través de la participación de instituciones como la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC) y Educación Mesoamérica, una iniciativa regional del BID que busca aumentar el número de jóvenes vulnerables que se gradúan de secundaria con conocimientos relevantes.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/centroam%C3%A9rica-educaci%C3%B3n_bid-y-jap%C3%B3n-dan-un-mill%C3%B3n-de-d%C3%B3lares-a-honduras-y-el-salvador-para-educaci%C3%B3n/46346136

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