Page 541 of 2587
1 539 540 541 542 543 2.587

Volver a las aulas: cuando lo obvio es trascendente

Por: Agustín Porres.

Volver a clases, una nueva oportunidad para el país   El comienzo de clases es una enorme emoción. Lo vimos durante estos días al observar que miles de personas celebraban la vuelta a la escuela. Muchos de nosotros hemos visto en las redes sociales fotos de chicos y chicas sonriendo con una mochila colgada. Todos celebraban lo mismo: el comienzo de algo bueno.

Que las clases empiecen es una gran noticia. No es lo mismo que sea temprano que tarde, claro, pero el hecho es que sucede, y eso no nos puede sedar el asombro ni la esperanza. Ese festejo valora el derecho a la educación. Más aún, valora el aprendizaje, la posibilidad de potenciar eso que somos, eso que cada chico es y su recorrido hacia lo que puede llegar a ser. Es el momento de la oportunidad.

Habitualmente la educación es noticia asegurada sólo algunas veces al año: en febrero, con el proceso de la discusión paritaria, y tal vez en septiembre, con las celebraciones por el día del maestro, donde recordamos historias de los grandes docentes que nos inspiraron.

Hoy me gustaría que podamos extender este festejo por el inicio de clase para mantener viva la ilusión de que las cosas pueden ser distintas. Un nuevo año escolar tiene un sentido de oportunidad enorme, sostenido por la ilusión, la motivación y la esperanza.

En cada escuela tenemos mil aventuras de aprendizaje por delante. Ojalá podamos durante este año mantener viva esa llama y recorrer juntos ese camino. Ojalá veamos miles de fotos y mensajes positivos sobre lo que está sucediendo en las escuelas, sobre sus maestros, alumnos y transformaciones cotidianas.

Debemos trabajar para que cada niño tenga un gran maestro. Acompañar la tarea de todos ellos, colaborando para celebrarlos y capacitarlos, para que sean verdaderos agentes de cambio. Esta misión es compartida por miles de argentinos que quieren que los docentes sean escuchados, valorados, respetados y también celebrados en su vocación.

En cada uno de ellos está el futuro de nuestro país. En cada aula de Argentina están hoy los líderes del mañana. Celebremos su crecimiento y su desarrollo. Que la escuela sea el lugar donde renovemos la apuesta por un país grande y que la felicidad del comienzo de clases se reafirme cada día en un nuevo aprendizaje.  Ojalá tengamos un gran comienzo, y que comprendamos que la oportunidad renovada de la escuela, de los estudiantes, es la oportunidad del país.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/volver-aulas-obvio-trascendente_0_fO-ZHF_u.html

Comparte este contenido:

Alejandro Gaviria: “Hay que mantener cierta capacidad de rebeldía y no resignarse con la situación del país”

Por: Luis Carlos Vélez.

 

Luis Carlos Vélez: ¿Cuáles son los principales retos de las universidades hoy? 

Alejandro Gaviria: Yo diría que son tres. Primero, las universidades son demasiado ofertistas. Tenemos que adaptarnos a las demandas de la sociedad que están cambiando, hay que conectarse con la gente y con las necesidades del mundo global. Segundo, tienen que seguir siendo factores de movilidad social. Y, finalmente, tienen que ser un actor preponderante en esta búsqueda de producción y consumo sostenible. Cuando un periódico como The Financial Times redacta un titular diciendo que hay que resetear el capitalismo, esas nuevas ideas tienen que surgir de las universidades.

L.C.V.: ¿Hoy sigue siendo verdad que en Los Andes estudia la élite del país?

A.G.: El 40 por ciento de nuestros estudiantes tienen algún tipo de ayuda financiera. La universidad beca directamente a 120 o 130 cada año. Vienen otros 200 o 300 como consecuencia de los programas estatales de becas. Eso fue verdad hace 15 años, hoy en día no es cierto. Esta es una universidad mucho más diversa socioeconómicamente que lo que la gente cree. Y tiene estudiantes de todos los estratos, con excepción tal vez del estrato uno; también, una gran diversidad regional. Esa era una universidad que ya no existe hoy afortunadamente.

L.C.V.: ¿La cancelación del programa Ser Pilo Paga afectó las finanzas de la universidad?

A.G.: No. Ese programa fue reemplazado por Generación E, que en algunos elementos a mí me parece más justo. La universidad tiene que poner una parte de la matrícula, por ejemplo. Pero la educación superior en Colombia está en un momento difícil. Hay algunos programas en otras universidades en donde hay disminuciones del 30 o 40 por ciento. Nuestro número de estudiantes de primer semestre para este año aumentó en 300. Nosotros todavía no tenemos ese problema.

L.C.V.: En los Gobiernos anteriores se acostumbraba que los miembros del gabinete eran siempre de Los Andes o la Javeriana, y en este no. ¿Cómo ve ese cambio?

A.G.: Los tiempos cambian. Yo creo que hay un tema de capital social. El actual presidente tenía un grupo con el que había crecido y trabajado siempre. No veo que eso sea un problema. Yo dije tal vez de manera provocadora en mi discurso de posesión que la Universidad de los Andes quería ser la universidad donde se educaran los líderes de Colombia, pero también la universidad para criticar a esos líderes. No está bien para un país que los ministros sean siempre de la misma universidad. Celebro ese cambio.

L.C.V.: ¿En dónde está parada la universidad ideológicamente? 

A.G.: La universidad no puede tener una posición ideológica porque aquí hay 800 profesores, muchas facultades. Lo que yo quiero es que sea un lugar plural. Eso no significa necesariamente que sea neutral. Plural significa que estemos comprometidos con los debates y que las posiciones puedan moverse hacia un lado o hacia otro. Cuando se creó Los Andes en 1948, en medio de los conflictos políticos que estaban acabando con este país, se dijo que este lugar no iba a tener dogma ni camiseta ideológica, pero eso no significa que no íbamos a tener compromiso con el país.

L.C.V.: Usted tomó una postura política favorable frente al paro. ¿Esa era una posición suya o de la universidad?

A.G.: Lo que yo hice fue acompañar a los estudiantes en ciertas manifestaciones que hicieron aquí como forma de pedagogía democrática. Me parecía importante combatir una narrativa que sugería que nosotros estábamos desconectados de la realidad. Esta es una universidad que trabaja en muchos ámbitos varios temas con el Estado. Yo no tomé una posición contra el Gobierno, sino diciendo que en eso íbamos a participar. Cuando cancelamos clases el 21 de noviembre, invité a una reflexión sobre cómo construir una sociedad mejor. No podíamos cerrar las puertas y hacer como si nada estuviera pasando. 

L.C.V.: Hoy, en retrospectiva, ¿piensa que estuvo bien acompañar el paro?

A.G.: Yo no sé qué es acompañar el paro. Nosotros simplemente tomamos una serie de medidas para proteger a nuestros estudiantes. Por ahí nos pidieron que desmontáramos una página y decidimos no hacerlo en aras de la libertad de expresión. Abrimos las puertas para que algunos estudiantes pudieran quedarse porque no podían llegar a la casa. Yo presenté esto al Consejo Superior porque había inquietudes, y casi que al unísono los miembros apoyaron lo que habíamos hecho.

«Cuando un periódico como The Financial Times propone resetear el capitalismo, estas nuevas ideas tienen que surgir de las universidades».

L.C.V.: Antes, hace unos 20 años, se decía que los estudiantes de la universidad siempre estaban completamente alineados con el Gobierno. ¿Cómo ha cambiado eso? 

A.G.: Estamos viviendo un momento en el país y en el mundo en el que hay una mayor conciencia crítica de los estudiantesHay un rompimiento generacional y un poco más de desazón sobre el futuro; incluso, sobre el futuro laboral, y un poco más de escepticismo y de desconfianza en todas las instituciones públicas. No creo que sea sobre el Gobierno, pero hay un poco más de lejanía y escepticismo sobre el Estado y sus instituciones.

L.C.V.: ¿Cómo ve al país?

A.G.: Yo creo que no hay una narrativa esperanzadora, veo una deriva o inercia preocupante, nos hace falta una agenda reformista ambiciosa. Veo un país muy paralizado sin capacidad de generar consensos. Yo no veo una situación de crisis, pero sí una cierta quietud que no me gusta. Por ejemplo, sobre el Congreso, creo que no tiene capacidad para aprobar casi ninguna ley importante. Es una incapacidad de reformarse que me parece preocupante y la consolidación de este modelo centro-periferia que ha caracterizado a Colombia durante tanto tiempo. Yo pensé que ese modelo de centro-periferia iba a cambiar con el proceso de paz y no lo veo cambiando.

L.C.V.: ¿Su postura política como individuo es cercana al progresismo?

A.G.: Yo me considero un liberal, una persona que ha defendido la dignidad humana, las libertades individuales. Desde mis primeras investigaciones académicas siempre estuve muy preocupado por la movilidad social. A mí me gusta repetir una frase y es ‘trabajar todos los días por un país un poco más justo, un poco más digno y un poco más decente’. Hoy, también luego de mi paso por el Estado, creo que uno tiene que celebrar lo bueno, pero mantener cierta capacidad de rebeldía y no resignarse con la situación del país. Hay otra frase que define mi postura política general y es ‘no resignación, pero tampoco desmesura’.

L.C.V.: ¿Eso es ser de oposición?

A.G.: Mis posturas y mis opiniones centrales sobre el país han sido casi las mismas desde hace tiempo, antes de que este Gobierno empezara. En algunos temas, sin embargo, puede haber coincidencias.

L.C.V.: ¿Hará política en el futuro?

A.G.: A mí no me gusta la política electoral, no me veo en ese mundo, tengo muchos defectos para ese mundo, incluido uno, y es que ni siquiera nací en Colombia. He sido demasiado franco y cándido en algunas de mis observaciones como mis no creencias religiosas. Yo me siento en este momento contento en la universidad, tengo un compromiso con este cargo y quisiera que me dejaran tranquilo en mi papel de educador.

L.C.V.: Su respuesta descarta la presidencia, pero ¿y otros cargos?

A.G.: Yo fui ministro de Salud por seis años y sufrí una enfermedad grave. En estas cosas uno no puede decir que no porque las coyunturas cambian, pero por ahora mi compromiso está con la universidad. Cuando veo la labor difícil de los funcionarios de tratar de construir algo en medio de esa suspicacia generalizada, de la veleidad en las redes sociales, digo mejor estar tranquilo. 

L.C.V.: Usted dio un discurso en el Hay Festival sobre populismo. Según su mirada, ¿quién es el político más populista en el país? 

A.G.: En general en el mundo, el populismo está por todos lados. La sociedad quiere cambiar y hay que responder a esa impaciencia colectiva de alguna forma. Lo que yo he tratado de decir es que esa respuesta a esa impaciencia tiene que tener algo de pensamiento y tenemos que tener entre todos contratos sociales coherentes. Yo veo que desde la derecha y la izquierda hay un rechazo a la coherencia. ¿Quién lo es más? No sé. Yo tengo una visión resignada porque es muy difícil, cuando uno está en el poder, no ser populista. Algo de eso hay que tener, pero mi llamado es a la responsabilidad en esa búsqueda permanente de la legitimidad. Hay una frase que me gusta repetir de un comentarista norteamericano que decía “las glorias fáciles de la oposición”. Criticarlo todo por Twitter no tiene ningún mérito y no tiene ningún tipo de ponderación.

L.C.V.: ¿Petro es populista? 

A.G.: Sí, en muchas de sus posturas.

L.C.V.: ¿Uribe es populista? 

A.G.: Los dos lo son. Muchas veces sobresimplifican la realidad. Se les olvidó que, cuando ellos eran gobernantes, las cosas eran un poco más difíciles y son demasiado facilistas a la hora de criticar a los otros. El populismo tiene como característica evadir la complejidad del mundo y olvidarse de las dificultades a la hora de transformar la sociedad.

L.C.V.: ¿Duque es populista?

A.G.: Algunas de sus propuestas lo son, un poco más de lo que yo me imaginaba. Pero no lo calificaría de esa manera.

Fuente de la entrevista: https://www.semana.com/nacion/articulo/alejandro-gaviria-hay-que-mantener-cierta-capacidad-de-rebeldia/655378

Comparte este contenido:

Ocho millones de alumnos sin clase en Italia por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial

Europa/ Italia/ 10.03.2020/ Fuente: www.hoy.es.

Aulas vacías y parques llenos de niños. Ese es el panorama que ofrecían ayer las ciudades y pueblos de Italia en el primer día de las ‘vacaciones del coronavirus’, a las que se han visto constreñidos los más de ocho millones de estudiantes después de que, el día anterior, el Gobierno decidiera el  cierre de todos los centros educativos del país para intentar poner freno a los contagios. Hasta el 15 de marzo, como pronto, las guarderías, colegios, institutos y universidades de todo el territorio nacional no abrirán sus puertas. Lo mismo ocurre con las academias de idiomas, música y las escuelas deportivas.

El cierre de los centros educativos, una medida sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial y que pretende evitar el colapso del sistema sanitario si siguen disparados los contagios, tiene un enorme impacto social en un país que, en circunstancias normales, ya sufre en materia de conciliación. Pese a las críticas de algunos expertos y las evidentes dificultades que genera, la decisión del Gobierno fue en general bien aceptada por la población. «Es una medida drástica, pero en este momento cada uno debe poner de su parte. Es un deber de toda la comunidad proteger a los más vulnerables, como son los ancianos o las personas con enfermedades», explicó Flaminio, padre de dos niños de 9 y 11 años y que vive a caballo entre Roma y Milán.

La expansión del coronavirus, que continuó ayer con casi 800 nuevos contagios, parece respaldar la decisión del Gobierno de cerrar los colegios, una medida que según dijo la ministra de Educación, Lucia Azzolina, «no fue fácil» adoptar. Según los últimos datos ofrecidos por Angelo Borrelli, jefe de la Protección Civil y comisario especial de esta crisis, se contabilizan más de 3.800 contagiados, de los que 414 se han curado y 148 han fallecido. Borrelli especificó que la franja de edad de los pacientes muertos iba de los 66 a los 94 años y que se trataba de «personas frágiles, en su mayoría con diversas patologías» previas.

A diferencia del primer ministro, Giuseppe Conte, que reconoció el día anterior el riesgo de «sobrecarga» en el sistema sanitario si seguía disparado el número de infectados, Borrelli lanzó un mensaje de tranquilidad al asegurar que «no hay situaciones críticas en nuestros hospitales, incluidos los de Lombardía», la región más golpeada.

Discurso del presidente

Tras el anuncio el miércoles del cierre de los colegios, ayer llegó otro gesto de peso por parte de las instituciones para terminar de convencer a los italianos de la gravedad de la situación. El presidente de la República, Sergio Mattarella, intervino en la crisis con un discurso grabado en el que dijo a sus compatriotas que «pueden y deben tener confianza en Italia» y les pidió que respondan a la enfermedad «sin imprudencias pero sin alarmismos». El jefe del Estado, que goza de un gigantesco consenso más allá de las preferencias ideológicas, ofreció palabras de confianza al alabar el «excelente sistema sanitario nacional».

Ajenos al debate político, los estudiantes italianos aprovecharon su primer día sin clase para atestar los parques. Otras familias preferían que permanecieran en casa. «Yo no les dejo salir, al menos durante estos primeros días. La verdad es que tengo miedo. Han cerrado los colegios para evitar que haya demasiada gente junta y no quiero estar preocupada por lo que tocan en la calle o a quien se acercan», confesó Lucia, madre de dos pequeños escolarizados en la capital italiana. Los docentes ya han empezado a mandar a los alumnos por vía telemática deberes que deberán realizar en casa. Siguen así las indicaciones de la ministra de Educación, que animó a fomentar las clases a distancia.

Los médicos belgas se quejan por la falta de medios

El goteo de contagios en este país es continuo desde el pasado fin de semana, cuando se detectaba en Amberes el segundo positivo después de un mes. Hoy son 23. El gobierno federal, en funciones desde el 26 de agosto, mantiene el nivel de respuesta en la fase 1 de contención. Ha sido criticado por médicos de atención primaria al que le culpan de falta de medios e información y las urgencias de algunos hospitales han acusado el exceso de carga de trabajo por el miedo al contagio.

Mientras en los últimos días algunos expertos (cuestionados) han dibujado escenarios catastróficos con 850.000 infectados y más de 3000 hospitalizaciones. La responsable federal de sanidad, Maggie De Block, insistió ayer en la televisión pública francófona RTBF que «aún no se ha llegado a una situación que requiera cierres de escuelas o cancelaciones de eventos». Y remarcó la necesidad de dotar de más fondos «para suministros médicos». Como medida de precaución, el Atomium, el monumento más visitado del país (con 650.000 turistas el pasado año; un 13% más que el anterior) ha limitado el número de personas que pueden utilizar su ascensor de una sola vez; de 18 a 10.

Fuente de la noticia: https://www.hoy.es/sociedad/primer-vacaciones-coronavirus-20200305121741-ntrc.html

Comparte este contenido:

Mi cuca es de oro, un comic sobre el sentir de las mujeres

Por:  María Alejandra Vega Molina

 

La visión moderna transformó radicalmente la visión de la realidad, plantea que existe una conciencia pensante que domina, y un mundo pensado para transformar, visto como objeto manipulable, utilizable y desechable. Este pensamiento en el que la conciencia está separada de la realidad, ha creado disociaciones entre el ser humano y lo no humano, provocando modos genocidas de existencia en los que se ha dejado a un lado el respeto por la vida como centro y punto de partida de todas las disciplinas y comportamientos humanos, siendo la mujer una de las más afectadas por esta visión de la realidad.

Al respeto Lugones (2010), reflexiona sobre la visión ontológica en la que la Modernidad organizó el mundo con categorías homogéneas, atómicas, separables. Por esta razón, resalta la crítica a ese universalismo feminista hecha por las mujeres contemporáneas se centra en la intersección entre raza, clase y sexualidad y género va más allá de las categorías de la modernidad. Por esto, resalta, los conocimientos, relaciones y valores no modernos y sus prácticas ecológicas, económicas y espirituales se constituyen de manera lógica como opuestas a lo lógica dicotómica, jerárquica, categorial.

Esta visión estética eurocentrista parte de una postura moderna con una concepción universalista del arte, las culturas artísticas forman parte de una matriz colonial del poder y de manipulación de las subjetividades, con una visión de un arte y una estética válidos, cuya lógica central está determinada por el capitalismo y la racionalidad científico-tecnológica. (Mignolo, 2005).

En el caso, de América Latina la violencia colonial construyo jerarquías de género y raza que quedaron sembradas en nuestras sociedades configurando un sistema tal como lo plantea Ángela Gilliam define como “la gran teoría del esperma en la formación nacional” a través de la cual, y siguiendo a la autora: “1) el papel de la mujer negra es rechazado en la formación de la cultura nacional; 2) la desigualdad entre hombre y mujer es erotizada; y 3) la violencia sexual contra las mujeres negras ha sido convertida en un romance” (Gilliam, 1996).

Esa visión de resistencia se mantiene en pugna constante con la visión del Todo-Mundo que es totalizadora, instaurada en nuestras tierras desde la Colonia, una visión mecanicista, absolutista y reduccionista de todo lo existente. Queda en resistencia ante este modo Moderno de ver la realidad la huella que plantea Édouard Glissant, una huella en la que está impronta la rebelión, la ancestralidad, las tierras originarias, esa fuerza que se transformó en epistemologías en cada espacio de nuestras tierras.

El cuerpo visto a través del arte

Bidaseca (2018) expresa que el cuerpo habla, reinventa alteridades culturales en occidente, esa huella corporal que se consigue en artistas como Ana Mendieta, Shirin Neshat y Adriana Varejao en el que se nos hace se nos hace visible las luchas de resistencia ante el poder de sujetos que han sido ha sido excluidos por el racismo y el patriarcado, así como los valores imperiales sustentados en la modernidad y su cara oscura, la colonialidad. Ese arte de las mujeres exiliadas que sostienen las memorias históricas violentas que nos muestran.

Cada realidad tiene la emergencia de ser expresada, de ser transgresoras ante las dominaciones impuestas, las desigualdades, las exclusiones y discriminaciones, por nombrar algunas, donde la mujer puede alzar su voz para mostrar lo que siente, para dejar esas huellas que menciona Bidaseca. Es por ello, que el cuerpo representa una lectura en las que se ha formado el pensamiento. El cuerpo y en especial el de la mujer, establece sus relaciones con la sociedad a través de dos formas de verlo, el cuerpo simbólico y el cuerpo agente. Para Reischer y Koo (2004), el primero, reúne a teóricos que se centran en la naturaleza simbólica o representacional del cuerpo en tanto elemento portador de significado social. Y el segundo, se subraya el rol del cuerpo como un participante activo o agente en el mundo social.

Dentro del arte, el cuerpo ha pasado de ser un ente de contemplación, pasivo, observado y observable, y se convierte bajo la visión de estar artistas en un ente activo, resignificado, participante de ese mundo social, deconstruido y en proceso de construcciones. Capaz de enfrentarse ante las lógicas de dominación y de esos valores imperiales que han estado presente durante la historia de la humanidad de unxs y de otrxs, esta memoria sostenida por el sentir de las mujeres y su realidad.

Entonces, en estos momentos de urgencias, transgredir estas formas de pensamientos perpetuados y transferidos en bucles generacionales, sobre el cuerpo simbólico y agente de la mujer, representa resignificar bajo subjetividades e identidades propias lo que es ser mujer y sus diferentes lecturas. Dentro de estas transgresiones hacia lo impuesto, representa el mayor acto de rebeldía, como el que presenta Lucia Borjas

 

Mi cuca es de Oro. Lucia Borjas y el nombre particular

Esta artista venezolana, diseñadora gráfica, lleva consigo el tema de género desde pequeña. Su madre Beatriz Borjas fue dirigente de la Mujer en Maracaibo, estado Zulia, lo que le permitió estar cerca de los problemas de maltratos, situaciones de violencia y los asuntos relacionados con la maternidad. Su formación la completó en Argentina en donde logró vincularse con todos los movimientos y eventos relacionados con lo femenino y con las editoriales y cultura de las ilustraciones en el mundo de Mafalda.

Esta artista muestra su grito de guerra al desafiar, primeramente a la vagina, que es el símbolo “sagrado” de la mujer. La llama por otro nombre, por el nombre despectivo, el nombre que nadie quiere nombrar por ser eso que es lo feo y “no le es propio a la mujer”. El nombre de Cuca es entonces, la primera transgresión de la artista. También la vincula hacía lo propio y lo íntimo, sin usar un artículo indeterminado, sino que la ubica en la pertenencia con el pronombre Mí, no es de cualquiera, es mío, de esa forma va tejiendo lo que por muchos años se empeñaron en desvincular, los órganos sexuales femeninos de la mujer misma; estos se convirtieron en zonas apartadas, no exploradas, prohibidas, dentro de un mismo cuerpo. Y como último elemento de su obra, un sugerente color rojo, que es la sangre misma menstrual símbolo de “impureza” durante largo tiempo.

En el caso del proyecto “Mi cuca es de Oro” comenta Borjas: “comencé una vez cuando me senté un día a pasar las cosas que sentía en la compu, a descargar los sentires. En Venezuela se dice “Piquito de oro” a los hombres que tienen mucho éxito con las mujeres, tanto por su verbo como por su pene. Por ahí fue que comenzó el juego de las palabras, para mí el oro no tiene gran significado como metal, pero sí desde el punto de vista alquímico, que es el estado último de un material para ser trasmutado”.

El trabajo de Borjas rompe con muchas imposiciones y lógicas de dominación en las que ha estado construido el cuerpo de la mujer, haciendo referencia a los diferentes dispositivos de poder conceptualizados por Foucault, en los que el cuerpo ha estado cargado de, representaciones, imaginarios y sentidos sobre los sujetos, sobre sí mismas-os y sobre lo otro. En este recorrido histórico del cuerpo cargado de “verdades” para la religión y la medicina por ejemplo, generaron mecanismo de disciplinamiento como una forma de dominación, lo que Foucault (1974) denomino <los cuerpos condenados>.

Partiendo de esto y para ejemplificar, en los primeros tratados de la medicina las mujeres eran hombres en los cuales les faltaba “el calor vital”. Se concebía a la vagina como un pene interior y los labios como un prepucio, el útero como escroto y los ovarios como testículos. Por otro lado, se declaró que el diablo podía convertir a las mujeres en hombres, pero no a los hombres en mujeres, y esto tiene su base dentro de la visión patriarcal. Se aplicaba el “Malleus Maleficarum” (Martillo de las Brujas), publicado entre 1.485 y 1.486, que sirvió como manual de la inquisición contra la brujería y las posesiones, o lo que es igual, guía de tratamiento contra la demencia, durante casi trescientos años. (Báez, 2014).

En estas dos ilustraciones, puede observarse como se transgrede el orden de disciplinamiento cuando toca desde la religión como se manejó la figura de la mujer, siendo la pecadora y la causante de las catástrofes de la tierra, la Eva que traiciono a Dios. Y por otro lado, la bruja. Esa mujer conectada con la naturaleza, que estableció un vínculo con su entorno y menstruaba, una sangre que no fue entendida, era la marca del pecado y sufrimiento.

La imagen de la mujer ha sido construida de manera arbitraria por un discurso humanista de Occidente, colonizador de las heterogeneidades. Sin embargo, en obras como la de Borjas las mujeres y las minorías étnicas, encuentran una oportunidad para avanzar con sus reclamos y desviarse de las normas sociales existentes, amparados por el caos, pluralidad y unicidad de las masas que sueñan con el cambio. Es un estado de rebelión contra la estructura social generalizada y cruzan las líneas que dividen a las esferas pública y privada. (Aghazarian, 2014)

Otro grito contra las imposiciones coloniales ha sido el útero, gran misterio de la mujer, colocado en el cuerpo como ese receptáculo vacío que debía ser fecundado con la semilla para la procreación, ella en su propuesta, nos muestra otras universalidades.

Lucía Borjas nos expresa en “Mi cuca es oro”, un llamado a encontrarnos con el sentimiento de volver la mirada hacia nuestro ser, comprender nuestro género, nuestro espacio aparentemente vacío que es espacio de creación. En esto no se refiere, no sólo hablo de bebés, sino al encuentro el arte, con la creatividad de las mujeres. “La historia de la humanidad ha sido contada con voz masculina y ¿nosotras qué?, alcemos la voz también… contemos historias, pintemos, hagamos música, bailemos, disfrutemos… que la vida es tan rica como diversas son nuestras almas”

El desprendimiento de las posturas estéticas universales que nos presenta Lucía Borjas, propone nuevas conversaciones para hablar de las experiencias que nos pertenecen, atendiendo así a otras voces silenciadas por los discursos de los expertos. Así como lo expresa Mignolo (2005), desde una estética propia, se hacen visibles las luchas de resistencia al poder de los sujetos reprimidos y marginados por el racismo y el patriarcado, así como los valores imperiales sustentados en la modernidad y su cara oscura, la colonialidad.

Así como lo expresa Borjas: “El feminismo lleva rato, pero ahora siento que está creciendo como una onda expansiva en diferentes partes del mundo. Es fundamental entonces, así como lo expresa Lugones (2010), aprender unas acerca de las otras como personas que se resisten a la colonialidad del género en la diferencia colonial, sin necesariamente ser una persona con acceso a información privilegiada de los mundos de sentidos de los cuales surge la resistencia a la colonialidad.

El reconocimiento del poder de lo erótico en la vida puede proporcionar la voluntad necesaria para generar los cambios necesarios en nuestro mundo, porque el reconocer nuestro poder aceptamos la fuente creativa, permitiendo así el empeoramiento y la autoafirmación de las potencialidades ante una sociedad racista, patriarcal y antierórica. Tal como lo expresa Muholi, una fuerza creativa autoafirmada desde su historia de vida, que habla de una belleza que trasciende la opresión y el sufrimiento “Tú vales, tú cuentas, nadie tiene el derecho a menospreciarte: por tu apariencia, por tu raza, por tu expresión de género, por tu sexualidad, por todo lo que eres (…)”.

La obra de Lucía Borjas nos da “otra forma de ver los mundos desde otras construcciones no universalistas, no eurocentristas, no violentas”, en este momento de crisis multidimensional, nos urge como latinoamericanos encontrar otros caminos epistemológicos, culturales más acordes con nuestras memorias ancestrales para reemplazar la lógica hegemónica que ha demostrado no ser la adecuada en la búsqueda del bienestar y ha causado la degradación y destrucción de la naturaleza del planeta. (Antonacci, 2016).

 

Referencias

Lucía Borjas, es una diseñadora gráfica de Venezuela, específicamente de Maracaibo es autora de Mi cuca es de oro, Lucrecia y otras expresiones gráficas.  Ha realizado un importante trabajo gráfico en el que plantea la valoración, dignificación y liberación de la mujer desde una manea amorosa, estética y profundamente sustentada desde su formación en el campo de las Luchas por los Derechos de la Mujer

Aghazarian, E. (2014). Post-Primavera Árabes. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. En Crítica y Emancipación. CLACSO: Buenos Aires. Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20150610022849/CyE12.pdf

Angela, G. (1996). «Anais do Seminário Internacional «Multiculturalismo e Racismo: O papel da açaô afirmativa nos Estados Democráticos Contemporáneos» pg. 54, Ministério da Justicia, Secretaria Nacional de a Direitos Humanos. Brasília.

Antonacci María (2016). A. Memórias ancoradas em corpos negros.- 2 ed 2° reimpr. São Paulo: Educ, 2016

Antonacci Maria Antonieta –PUC/SP. Áfricas possíveis? Áfricas por si mesmas. En BIdaseca, Karina (Coord.) Poéticas feministas descoloniales desde el Sur. Red de Estudios Poscoloniales,

Báez, María (2014) La transexualidad desde la mirada de la sociología del cuerpo. Salus, 2015, 19, p34 40

Bidaseca, Karina. (2918). La Revolución será feminista o no será. La piel del arte feminista descolonial Bs Aires: Prometeo. 2018 Cap. 6. “Las mujeres de Alá. Arte en el exilio. Shirin Neshat”.

Foucault, M. (1976) Historia de la sexualidad: la voluntad de saber. Madrid: Siglo XXI.

Glissant, Édouard Tratado del Todo-Mundo. Ed. El Cobre, Barcelona, 2006. pp.19 a 33.

Lugones, M. (2010). Hacia un feminismo descolonial. Revista Hypatia, vol 25, No.4. Binghampton University

Mignolo, W (2005). La idea de América Latina. Barcelona: Gedisa Editorial

Reischer y Koo (2004)The Body Beautiful: Symbolism and Agency in the Social World. Revista anual de Antropolgía. Vol. 33: 297-317.

Fuente del artículo: Equipo de OVE

Comparte este contenido:

El abuso sexual a menores prevalece en Paraguay pese al esfuerzo por erradicarlo

América del Sur/ Paraguay / 10.03.2020/ Fuente: www.eldiario.es.

Paraguay sigue reportando de nueve a diez casos diarios de abuso sexual a menores pese al esfuerzo de las autoridades para revertir una situación que una parte de la sociedad considera como «algo normal».

En 2019 la Fiscalía recogió 3.600 denuncias en todo el país, una media de 10 casos de abuso sexual en niños y adolescentes por día, dijo este jueves a Efe el viceministro de Planificación del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia paraguayo, Walter Gutiérrez.

La media entre diciembre de 2019 y enero de 2020 es de 9,4, con un total 847 denuncias llevadas al fuero judicial.

Los casos de maltrato totalizaron 430 en el mismo período, mientras que los de estupro 229, según datos oficiales presentados en una reunión del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia, que coordina las políticas públicas del sector.

«No es que ahora existan más casos que antes sino que los casos están siendo mucho más visibilizados» como resultado de una «campaña fuerte de concienciación», dijo Gutiérrez.

«Esta cuestión antes simplemente no se visibilizaba. Hoy día las familias y los propios niños están viendo esto (la violencia) como algo negativo, que no está bien y estamos trabajando en ese proceso de desnaturalización», destacó.

No obstante, el viceministro señaló que «hay una sociedad que admite la violencia hacia los niños y la consiente como algo normal, natural».

«Eso es lo que tratamos de revertir porque existe en Paraguay todas las normativas que prohíben la violencia contra los niños en sus diferentes niveles», al referirse a leyes locales de protección, además de la adhesión del país a convenciones internacionales sobre el particular.

«No queremos utilizar el término de que es una cuestión cultural porque lo cultural esta asociado a cosas positivas, pero existe una naturalización de que así nomás luego tiene que ser y (es) en diferentes niveles» sociales, resaltó.

Gutiérrez destacó que los casos predominantes de violencia sexual en niños ocurren «en aquellas poblaciones de condiciones económicas más vulnerables, por cuestiones de hacinamiento o de escaso acceso a educación».

En Paraguay, además de los órganos jurisdiccionales, la protección infantil está articulada por gobiernos regionales y las Consejerías Municipales por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) de las 256 distritos del país.

La ciudadanía fue sacudida el pasado fin de semana por un nuevo caso de violencia infantil tras el secuestro y posterior asesinato de una niña de 7 años en Mingá Guazu, este del país, cuyo sepelio tuvo un multitudinario acompañamiento.

También se han registrado casos de niñas indígenas víctimas de abuso sexual y el asesinatos de una de ellas.

Fuente de la noticia: https://www.eldiario.es/sociedad/menores-prevalece-Paraguay-esfuerzo-erradicarlo_0_1002650665.html

Comparte este contenido:

Rosa Luxemburgo desde América Latina

Un fantasma recorre América Latina: el fantasma de Rosa Luxemburgo. Su espectro sobrevuela las resistencias e iniciativas de los sectores más combativos del movimiento obrero y los pueblos indígenas, del campesinado y los feminismos plebeyos, del estudiantado y las comunidades migrantes. Más allá de sus matices y posibles diferencias, podemos afirmar que, en conjunto, este crisol de luchas evidencia que vivimos un tiempo histórico acorde con el luxemburguismo.

Sin embargo, para bien y para mal, ésta es una historia que aún no es plenamente Historia. Para bien, porque Rosa dista de ser una marxista anclada meramente en su época y su contexto específico, como algo situado sin más en el pasado. Por el contrario, hoy su obra -entendida como la conjunción de lo pensado, sentido y actuado por ella- se nos presenta como tremendamente actual e imperecedera: sus conceptos y reflexiones, la agudeza de sus críticas, advertencias y denuncias resultan premonitorias y de enorme vigencia, no sólo para cepillar a contrapelo lo acontecido durante el siglo XX, sino también y sobre todo para analizar a -e incidir en- las apuestas emancipatorias y los procesos socio-políticos más radicales que se despliegan en el sur global, y en particular en América Latina. Para mal, porque todavía no se ha reconstruido, en toda su riqueza y complejidad, la recepción, influencia y recreación de la obra de Rosa Luxemburgo en nuestro continente. Esta es una tarea pendiente de suma importancia, que en forma parcial y aproximativa se está intentando subsanar desde hace algunos años en la región, y a la que esta ponencia pretende también aportar.

Al respecto, creemos pertinente partir de una cierta periodización o desdoblamiento de los ciclos de la lucha de clases en el sur global durante el último siglo, en tres grandes momentos, dentro de los cuales el espectro de Rosa circunda, influye y aporta a la revitalización del marxismo latinoamericano en una clave crítica y revolucionaria, contribuyendo a potenciar las luchas anti-sistémicas en nuestro continente.

La unidad entre teoría y acción

El primero de ellos emerge al calor de las últimas reflexiones y disputas militantes libradas por la propia Rosa, e involucra centralmente los primeros años posteriores a su asesinato. Como es sabido, entre 1917 y 1923 se vive un proceso de exacerbación de la lucha de clases que implica -más allá de las particularidades de cada territorio- una dinámica de insubordinación global. En este marco, la figura de José Carlos Mariátegui (1894-1930), marxista peruano y uno de los más originales intelectuales militantes de América Latina, se destaca por su sugerente apropiación del legado luxemburguista, e incluso por las notables afinidades que ostenta con respecto al derrotero de Rosa como revolucionaria incómoda para la época. En ambos casos, estamos en presencia de figuras “trágicas”, cuya vida se trunca abruptamente, que batallan tanto contra el reformismo y las lecturas positivistas del marxismo, como con aquellas visiones que pretendían hacer de la revolución rusa un “modelo” a replicar en todo tiempo y lugar.

La unidad indisoluble entre teoría y acción, el punto de vista de la totalidad como principio epistemológico del marxismo, la crítica al eurocentrismo que imbuía en aquel entonces a la inmensa mayoría de la izquierda, la denuncia de las formas imperiales de despojo en la periferia capitalista, la revalorización de las formas comunitarias de vida social, la defensa enconada del internacionalismo sin descuidar el análisis situado de la realidad, la apuesta por formas organizativas más democráticas y la confianza en la capacidad autoemancipatoria de las masas, son algunos de los puntos en común que los hermana. El destino de ambos también es similar: excomulgados por la III Internacional y gran parte de los partidos comunistas, al poco tiempo de fallecer, sus apellidos pasaron a ser sinónimo de error político y debilidad teórica, deviniendo herejías que debían ser combatidas con igual esmero.

Si bien no podemos extendernos, vale la pena destacar que durante su prolongada estancia en Europa (donde adscribe al marxismo y vivencia lo que define como una “crisis civilizatoria”) Mariátegui llega a visitar en 1922 Alemania, durante un contexto en el que aún el proceso revolucionario no se había cerrado definitivamente en el país. Tras su regreso a Perú al año siguiente, dicta una serie de conferencias en el marco de las Universidades Populares “González Prada” (un espacio de autoformación política con idéntica vocación a la de la Escuela de partido en Berlín de la que supo ser parte Rosa, que fungía de instancia de articulación de las luchas obreras, estudiantiles e indígenas), donde dos de los conversatorios los dedica íntegramente al análisis de los acontecimientos ocurridos en territorio germano. Allí brinda una sentida semblanza de Rosa, en la que expresa: “Rosa Luxemburgo, figura internacional y figura intelectual y dinámica, tenía también una posición eminente en el socialismo alemán. Se veía, y se respetaba en ella, su doble capacidad para la acción y para el pensamiento, para la realización y para la teoría. Al mismo tiempo era Rosa Luxemburgo un cerebro y un brazo del proletariado alemán”.

No será ésta la única vez que aluda a ella en sus escritos. Al final de su vida, entre 1929 y 1930, en un contexto donde el “luxemburguismo” no gozaba en absoluto de legitimidad en las filas de la izquierda, Mariátegui escribe una serie de notas bajo el título de Defensa del Marxismo, en las que reivindica a la praxis como columna vertebral de todo proyecto revolucionario, que según él implica la creación de hombres y mujeres radicalmente distintos a los que forja el capitalismo. Entre los nombres que destaca como ejemplos de este tipo de figuras que amalgaman pensamiento crítico, nueva sensibilidad y acción transformadora, nuevamente despunta Rosa: “¿Y en Rosa Luxemburgo, acaso no se unimisman, a toda hora, la combatiente y la artista? ¿Quién vive con más plenitud e intensidad de idea y creación? Vendrá un tiempo en que, a despecho de los engreídos catedráticos, que acaparan hoy la representación oficial de la cultura, la asombrosa mujer que escribió desde la prisión esas maravillosas cartas a Luisa Kautsky, despertará la misma devoción y encontrará el mismo reconocimiento que una Teresa de Ávila. Espíritu más filosófico y moderno que toda la caterva pedante que la ignora puso en el poema trágico de su existencia el heroísmo, la belleza, la agonía y el gozo, que no enseña ninguna escuela de sabiduría”.

Esta reivindicación de Luxemburgo lleva a Mariátegui a traducir y publicar en la revista Amauta (de la que supo ser fundador y director hasta su muerte), al cumplirse en 1929 diez años de su asesinato, el texto “Navidad en el asilo de noche”, escrito por la propia Rosa, así como editar en ella, a comienzos de 1930, un extenso artículo de homenaje a la revolucionaria polaca, redactado por la poeta argentina y activista de izquierda Nydia Lamarque, bajo el título de “La vida heroica de Rosa Luxemburgo”, que sugestivamente incluye como ilustración complementaria el dibujo de una indígena “hiladora” de los Andes. Todo un símbolo a pesar de las distancias étnicas, geográficas y filosóficas. Tejer redes e ideas, enhebrar luchas y hermanar resistencias tanto en el centro europeo (donde el proletariado urbano asumía un rol fundamental) como en las periferias del sur global (en las que las comunidades campesinas e indígenas resistían con tesón a la acumulación por despojo), fue algo que obsesionó a Rosa a lo largo de su ajetreada e intensa vida militante.

Exhumando el luxemburguismo

La derrota y el reflujo paulatino de todas estas luchas, la brutal represión acometida por el fascismo y el nazismo, así como la consolidación del stalinismo dentro de los partidos de izquierda, trajeron aparejado un contexto sumamente adverso para el marxismo crítico, y un eclipsamiento casi total de aquellas tradiciones distantes de la socialdemocracia y el leninismo. No obstante, la década del sesenta será un segundo tiempo de resurgimiento y ebullición de las luchas populares, que permite rescatar la obra de Rosa Luxemburgo al compás de las rebeliones vividas en buena parte del sur global.

Esta nueva insubordinación global que tiene como años emblemáticos a 1967, 1968 y 1969, torna propicia la exhumación de Rosa como militante anticapitalista, heterodoxa e integral. En las multitudinarias manifestaciones contra la guerra en Vietnam, junto a pancartas de Hồ Chí Minh y el Che Guevara, se destacan las de su inconfundible rostro. El mayo francés, el otoño caliente italiano y el movimiento estudiantil y de izquierda extraparlamentaria en Alemania, revitalizan sus ideas y propuestas. Si ya la revolución cubana había abierto tempranamente un período de recreación del pensamiento crítico en América Latina, movimientos insurgentes y rebeliones populares en diversos territorios de nuestro continente traen al presente sus aportes.

Dentro de la constelación de corrientes de la nueva izquierda que irrumpe con fuerza en aquellos años, cabe resaltar a un grupo político-cultural argentino, conocido como Pasado y Presente, que en franca ruptura con las tradiciones más ortodoxas del marxismo, publica una revista homónima y una serie de cuadernos en formato de libro (que, a lo largo de más de una década, llegan a tener en total, tras sucesivas reediciones, una tirada de casi un millón de ejemplares). En este marco precisamente dan a conocer varios libros y artículos de Rosa Luxemburgo, inéditos hasta ese entonces en lengua española. En medio de un contexto signado por una cruenta dictadura militar, el grupo Pasado y Presente difunde sus ideas en la ciudad de Córdoba, que se ve sacudida por una huelga política de masas con tintes insurreccionales, conocida como el “Cordobazo”, que involucra la proliferación de barricadas y el enfrentamiento con las fuerzas policiales, desbordando incluso a las dirigencias sindicales y partidarias desde una sana y combativa espontaneidad.

Entre los varios escritos que publican de Rosa, uno de ellos resulta clave para entender a estos inéditos procesos de autoactividad popular: Huelga de masas, partido y sindicatos se edita en Argentina (y por primera vez en castellano en todo el mundo) en mayo de 1970, cuando se cumple el primer aniversario del “Cordobazo”, al que de ahí en más le suceden otras rebeliones similares en el resto del país y también en otras latitudes de nuestro continente. En simultáneo a la difusión de este escrito maldito de Rosa, que de acuerdo al grupo Pasado y Presente “puede arrojar muchas enseñanzas y reflexiones válidas para el examen de los tiempos actuales”, publican su texto Problemas organizativos de la socialdemocracia rusa, el borrador titulado La revolución rusa, la Anticrítica que redacta como respuesta frente a los cuestionamientos a su libro La acumulación del capital, así como Introducción a la economía política, material póstumo de enorme relevancia para la realidad latinoamericana, y variados artículos y documentos vinculados con la cuestión nacional en Polonia y en Europa.

José Aricó, principal referente del grupo Pasado y Presente y traductor de algunos de estos textos de Rosa, afirma por esos años que editar a Luxemburgo es ante todo un acto político, que “adquiere una doble significación: la de un homenaje a la revolucionaria asesinada por la canalla de Noske, y a la vez la del rescate de una elaboración teórica y política fundamental para el marxismo, silenciada durante años por el stalinismo”. En esa coyuntura tan convulsionada en Argentina, esta generación reconocía que “el pensamiento de Rosa Luxemburgo se nos presenta de una actualidad sorprendente. Es quizás esa actualidad lo que atemoriza tanto a los dogmáticos y los impulsa a seguir silenciando a la gran revolucionaria”. Consideramos que la original experiencia de Pasado y Presente se emparenta con lo que Frigga Haug definió como la “línea Luxemburgo-Gramsci”, en la medida en que en sus reflexiones e iniciativas político-culturales, supieron amalgamar lo mejor de estos marxistas heterodoxos, incómodos tanto para la socialdemocracia como para el leninismo en su variante stalinista.

Como se puede comprobar revisando las fechas de edición de los libros y materiales que abordan la obra de Rosa en nuestro continente, la bibliografía de su propia autoría o bien centrada en ella tiene su mayor difusión durante los años ’70. Sin duda hay un contexto latinoamericano y global que requiere herramientas teórico-analíticas y de intervención militante que vayan a contramano de los dogmatismos predominantes hasta ese entonces, y los escritos de Rosa resultan -ejercicio de traducción y actualización mediante- una brújula potente en aquel conmovedor tiempo histórico de crisis capitalista, donde la politización de las clases populares y el ascenso de las luchas constituye una invariante condición de época. La obra luxemburguista irrumpe en este momento tan álgido con una enorme potencialidad, para ensayar apuestas políticas de un socialismo anti-autoritario y radical, a contramano de toda lógica burocrática o puramente parlamentarista, privilegiando el protagonismo popular desde abajo, desde un sentir más acorde a los enormes desafíos de una coyuntura donde se trata ante todo de exigir lo imposible.

No obstante, el reflujo que le sucede a este período de protesta y descontento planetario, signado por una contrarrevolución que supuso un ejercicio generalizado del terrorismo estatal y paramilitar en gran parte del sur global durante los años setenta y ochenta, así como el estatismo autoritario y la ofensiva neoliberal desplegada en Europa en esas décadas, combinadas con el desconcierto y la desazón como consecuencia de la implosión de los regímenes autodenominados socialistas, hacen menguar la vitalidad del marxismo como concepción del mundo y brújula para la acción transformadora.

Nuevas rebeliones, nuevos horizontes

El nuevo ciclo de luchas populares e impugnación al neoliberalismo en la región que irrumpe durante los años ’90, fue la oportunidad para que Rosa retorne como una referencia teórico-política cada vez más importante de las resistencias desplegadas a lo largo y ancho del continente, por movimientos sociales y organizaciones de base inéditas. El llamado Caracazo de 1989 en Venezuela, la rebelión indígena en territorio ecuatoriano en 1990, la conmemoración de los 500 años de resistencia a la opresión colonial en 1992 y el alzamiento zapatista el 1 de enero de 1994 en Chiapas (México), la guerra del agua y del gas en Bolivia, el 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina, así como un sinfín de procesos de insubordinación de masas, resultaron hitos precursores de esta nueva fase de protesta y descontento de masas, pero también de autoafirmación y construcción de poder territorial que, con vaivenes y altibajos, se mantiene en pie más allá de las alternancias gubernamentales de uno u otro pelaje ideológico, y que en los últimos años parece haber cobrado un nuevo impulso de la mano de los movimientos feministas y popular-comunitarios en contra del extractivismo y las múltiples formas de violencia sobre los cuerpos, y que durante 2019 ha incluido verdaderas huelgas políticas de masas y revueltas callejeras (la mayoría de ellas de carácter espontáneo) en países como Haití, Chile, Colombia y Ecuador, que tornan más vitales aún las elucubraciones de Rosa al respecto.

En este sentido, nos asumimos como parte de una nueva generación intelectual y militante que, en los últimos años en particular, ha intentado traer al presente y recrear ciertas ideas e hipótesis luxemburguistas, con el propósito de aportar a la reflexión y acción de las organizaciones de izquierda y los movimientos populares de carácter anticapitalista, anticolonial, antiimperial y antipatriarcal. Si bien son numerosos los aportes que Rosa brinda para la actual coyuntura latinoamericana, no podremos profundizarlos aquí en detalle, tal como sí lo hacemos en nuestro libro Rosa Luxemburgo y la reinvención de la política. Una lectura desde América Latina (2019).

Nos interesa, por tanto, enunciar al menos algunas de sus principales contribuciones, que hemos tenido la oportunidad de contrastar y poner en diálogo con movimientos y organizaciones de diferentes países de Sudamérica, en el marco de talleres de formación política realizados durante 2018 y 2019, y que tenemos previsto replicar este año en otros territorios latinoamericanos. En apretada síntesis ellos son:

  1. El punto de vista de la totalidad, la dialéctica revolucionaria y la praxis histórica, como principios epistémico-políticos de un marxismo no esquemático ni mecanicista.
  2. La sugerente lectura del entrelazamiento entre capitalismo y colonialismo, para entender de forma más compleja las dinámicas de explotación, endeudamiento y despojo que implican una relación violenta, asimétrica y desigual entre los centros y las periferias globales, a partir de una óptica que considera al capitalismo como un sistema-mundo constitutivamente conflictivo, imperial y en constante búsqueda de nuevos mercados, que dista de ser homogéneo y armónico en su configuración.
  3. La vocación por amalgamar la denuncia de la misoginia, la confrontación contra el patriarcado y el fomento del protagonismo de las mujeres, con el impulso y la relevancia de la lucha de clases, de manera tal que estas diferentes y complementarias modalidades de opresión pudiesen combatirse desde una perspectiva integral. Múltiples colectivos y organizaciones feministas, ancladas en una lucha “interseccional”, hoy levantan la figura de Rosa en movilizaciones y procesos de autoafirmación en todo el sur global, como una referencia clave que, en su época, osó impugnar el monopolio del pensamiento y el quehacer político por parte de los varones, y caracterizar a las mujeres trabajadoras como “las más desposeídas de derechos de todos los desposeídos”, aunque sin dejar de criticar a aquel feminismo burgués que, disociando estas luchas, subestima y hasta bebe de los frutos de la dominación de clase.
  4. La estrecha relación entre socialismo y democracia, que supone reformular el vínculo entre ambos en función de una perspectiva no instrumental, donde medios y fines se articulan y condicionan mutuamente, a punto tal que el camino es tan importante como la meta, por lo que el ejercicio de una democracia socialista que hermane libertad e igualdad, no comienza de acuerdo a Rosa “recién en la tierra prometida”, sino que debe prefigurarse aquí y ahora, en cada resquicio de la vida cotidiana.
  5. El activismo en contra de la guerra y el militarismo, que hoy se actualiza al calor de lo que el zapatismo define como “cuarta guerra mundial”, y que ciertas feministas consideran que tiene al cuerpo de las mujeres como principal botín y territorio de disputa. La huelga internacional llamada una vez más para este 8 de marzo, apunta justamente a denunciar esta violencia sistémica al grito de “¡Vivas nos queremos!”
  6. La crítica a los formatos ultra-centralistas y burocráticos de organización, que deben ser sustituidos según ella por una organización-proceso, en constante movimiento y dinamismo, democrática y participativa, de carácter experimental y abierta al aprendizaje colectivo, en función de los vaivenes de la lucha de clases y de la espontaneidad de las masas, tal como se advierte en infinidad de movimientos sociales y espacios de auto-organización popular surgidos en las últimas décadas en América Latina al calor de las resistencias contra el neoliberalismo, que además han sabido generar, tal como pregonaba Rosa, puentes de mutua interacción e instancias de confluencia, durante las sucesivas “oleadas” de lucha callejera, entre activistas que sí se encuentran organizados/as y sectores que, a pesar de no estarlo, demuestran un enorme espíritu de lucha y grandes niveles de autoconciencia.
  7. La apuesta por articular de manera dialéctica reforma y revolución, que en palabras de Rosa implica “la unión de la lucha cotidiana con la gran tarea de la transformación del mundo”, de forma tal que la primera potencie la conquista de “reformas no reformistas”, habilitando mecanismos de ruptura y focos de contrapoder, y aportando al fortalecimiento de una visión estratégica global que, al mismo tiempo, reimpulse aquellas exigencias y demandas parciales, desde una perspectiva emancipatoria y contra-hegemónica de largo aliento.
  8. El internacionalismo como principio político indeclinable. El anti-imperialismo y la solidaridad activa entre las clases oprimidas del mundo, para ella no estaba supeditada a conveniencias pragmáticas o coyunturales, sino que constituía una actitud ética de carácter estratégico, que debía ejercitarse a nivel cotidiano y poniendo el cuerpo, no a través de discursos y documentos que se agotaran en la mera retórica de la denuncia. Hoy esta convicción se actualiza como un certero antídoto ante la exacerbación de los nacionalismos, el racismo y la xenofobia, al compás de consignas como la de los movimientos campesinos latinoamericanos, que gritan al unísono: “¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!”.
  9. La exigencia del reconocimiento pleno de la plurinacionalidad, en aquellos territorios y casos concretos en los que la autoadministración territorial, la libertad cultural y el uso de la lengua autóctona, ameritan ser reconocidas como demandas genuinas de pueblos y naciones subyugados, sin que ello equivalga necesariamente a “secesionismo”. Esta iniciativa, que Rosa concibe para realidades como la del vasto y abigarrado territorio ruso, tiene evidentes puntos de contacto con la reivindicación hecha por varios pueblos y nacionalidades indígenas en América Latina, quienes lejos de exigir una separación completa o la creación de un Estado propio en una clave mono-étnica o monolingüe, abogan por Estados plurinacionales, donde se supriman las lógicas jerárquicas y racistas y se abra paso a un proceso real de descolonización integral.
  10. La extrema sensibilidad y empatía ante la naturaleza, que permite caracterizarla como una de las primeras marxistas que dota de centralidad a la cuestión ecológica y ambiental, al reivindicar una férrea defensa de la totalidad de los seres vivos, así como de la tierra, frente a la voracidad, contaminación y violencia que el capitalismo impone en su sed de acumulación y constante despojo. Existe en Rosa una “afinidad electiva” con las luchas anti-extractivistas, el Buen Vivir y la cosmovisión de numerosos pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y organizaciones campesinas latinoamericanas, que postulan que la naturaleza, al igual que los seres humanos, tiene derechos que no pueden ser sacrificados en el altar del mal llamado “progreso”.

Todas estas ideas-fuerzas configuran de conjunto un faro de referencia ineludible para refundar al socialismo como proyecto civilizatorio alternativo, frente a la barbarie que nos pretende imponer el capitalismo, el patriarcado y la colonialidad, ya que a diferencia de muchos referentes del marxismo que hoy dejan de ser leídos, o cuyos escritos y propuestas se nos presentan como añejas y parte de lo viejo que aún no termina de morir, Rosa se destaca por su jovialidad, radicalismo e indisciplina, y por su extrema actualidad para este convulsionado siglo XXI que ansiamos transformar de raíz. De ahí que traerla al presente sea, a la vez, una oportunidad para reinstalar estos debates estratégicos en el corazón mismo de las experiencias y proyectos emancipatorios que afloran en nuestro continente.

Al fin y al cabo, de algo estamos seguros: las revoluciones venideras en el sur global serán la conquista del pan, pero también el florecimiento de las Rosas.

Fuente del artículo: https://rebelion.org/rosa-luxemburgo-desde-america-latina/

Comparte este contenido:

22% de niñas y adolescentes dominicanas han sufrido violencia de género

Centro América/ República Dominicana/ 09.03.2020/ Fuente: www.eldinero.com.do.

El 22% de las niñas y adolescentes dominicanas que han tenido o tienen parejas íntimas, experimentaron violencia física o sexual durante el transcurso de la relación sentimental en los últimos 12 meses.

A pesar de eso, solo el 11% de las niñas entre 15 y 19 años que ha sufrido de sexo forzado ha buscado ayuda profesional alguna vez.

Así lo reveló el informe “Una nueva era para las niñas: un balance de 25 años de progreso”, realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en colaboración con Plan International y la extensión de la Organización de las Naciones Unidas para Mujeres (ONU mMjeres).

El informe analizó los logros alcanzados en materia de derechos para las niñas y adolescentes del mundo desde 1995 hasta la actualidad, enfocándose en el acceso a la educación y a la eliminación de la violencia de género. También destacó los puntos a mejorar y los objetivos que hacen falta por cumplirse.

“Hace 25 años, los gobiernos del mundo asumieron un compromiso con las mujeres y las niñas, pero han cumplido parcialmente su promesa. Aunque la comunidad internacional ha demostrado la voluntad política necesaria para enviar a muchas niñas a la escuela, ha fracasado vergonzosamente a la hora de dotarlas de las aptitudes y el apoyo que necesitan no solo para labrarse su propio futuro, sino para vivir con seguridad y dignidad”, manifestó la directora de Unicef, Henrietta Fore.

El estudio realizado para la elaboración del documento recogió entrevistas de niñas, adolescentes y adultas jóvenes sobre sus pareceres en los temas. Uno de los testimonios que quedó registrado fue el de Marelin, una joven dominicana de 19 años que estimó la urgencia de dotar a las mujeres con herramientas que le permitan ejercer una sexualidad responsable e informada.

“Si le das a una chica la educación sexual integral que necesita, cuando crezca, podrá tomar una decisión informada sobre con quién tener relaciones sexuales y cuándo. Y si alguien trata de abusarla o explotarla sexualmente, podrá reconocer lo que está sucediendo y exigir sus derechos,” mencionó la joven para el estudio.

A pesar de que el acceso igualitario a la educación juega un papel clave en este proceso, Fore advirtió que los comportamientos y actitudes hacia las niñas deben de cambiar. “La verdadera igualdad solo llegará cuando todas las niñas estén a salvo de la violencia, sean libres de ejercer sus derechos y puedan disfrutar de las mismas oportunidades en la vida”, expresó.

Violencia de género

Mientras que la brecha de género en materia de acceso a la educación ha disminuido en 79 millones en las últimas dos décadas y media, la violencia contra mujeres y niñas sigue siendo habitual en todo el mundo.

En 2016, por ejemplo, las mujeres y las niñas representaban el 70% de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo, la mayoría de ellas con fines de explotación sexual. En otras palabras, una de cada 20 niñas de entre 15 a 19 años, alrededor de 13 millones, ha sufrido un acto de violación en su vida.

De igual manera, las niñas corren un alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, ya que 970,000 adolescentes de 10 a 19 años de edad en el mundo viven actualmente con el VIH, en comparación con las 740,000 que había en 1995.

“Las niñas de hoy en día corren un riesgo alarmante de sufrir violencia en todos los entornos –tanto en línea como en el aula, el hogar y la comunidad–, lo que conlleva consecuencias físicas, psicológicas y sociales”, puntualizó el informe, haciendo hincapié en que prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina siguen perturbando y dañando las vidas y el potencial de millones de niñas en todo el mundo.

En República Dominicana, el 36% de las mujeres de 20 a 24 años estaba casada o unida en pareja antes de los 18 años y un 12 % antes de los 15 años de edad.

“Las niñas adolescentes, en particular, sufren una mayor discriminación como resultado de su edad y género. También siguen estando marginadas en sus comunidades y en los espacios donde se toman las decisiones, y son en gran medida invisibles en las políticas gubernamentales”, confirmó la directora general de Plan International, Anne-Birgitte Albrectsen.

Consideró que hay que tomar medidas cuanto antes para frenar la discriminación, la violencia y los límites en el acceso igualitario de oportunidades para niñas y mujeres jóvenes. “Si no lo comprendemos y no ponemos fin a la discriminación a la que se siguen enfrentando las niñas en todo el mundo, tendremos pocas posibilidades de alcanzar las ambiciones de igualdad de género establecidas en la Agenda 2030”.

Para Birgitte-Albrectsen, el empoderamiento de las adolescentes generaría un beneficio social triple “para las niñas de hoy, para las adultas en las que se convertirán y para la próxima generación de niños y niñas”.

Al final del trabajo, Unicef, Plan International y Onu mujeres, recomendaron la ampliación de las oportunidades sin importar la procedencia étnica, geográfica o socioeconómica de las niñas y adolescentes. Esta medida las impulsaría a convertirse en agentes de cambio y creadoras de soluciones que “aporten (…) sus ideas en diálogos, plataformas y procesos que se relacionen con sus cuerpos, sus comunidades, su educación y su futuro.

De igual forma, propusieron a República Dominicana y demás naciones internacionales a destinar más fondos a programas y políticas públicas que terminen con la violencia de género, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina, así como la realización de más investigaciones con datos desglosados por edad y sexo, para estudiar cómo las problemáticas afectan a cada grupo en particular.

Fuente de la noticia: https://www.eldinero.com.do/100121/22-de-ninas-y-adolescentes-dominicanas-han-sufrido-violencia-de-genero/

Comparte este contenido:
Page 541 of 2587
1 539 540 541 542 543 2.587