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Fantastic Flying Books – Un cortometraje para amar la lectura y los libros

Por: ayudaparamaestros.

Un corto increíble que nos muestra el poder y la importancia de los libros. En él veremos como la lectura y los libros llenan nuestro mundo de conocimientos, color, creatividad y sueños. Una historia que te emocionará, una historia para amar los libros.

Fuente del documento: http://www.ayudaparamaestros.com/2019/10/fantastic-flying-books-un-cortometraje.html#more

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La gran mayoría de los migrantes de África en Europa volvería a intentar el viaje pese a los riesgos

Por: Noticias ONU.

Unos 1800 migrantes de 39 países africanos asentados en Europa afirmaron que volverían a arriesgar sus vidas para llegar a ese continente pese a saber que hacerlo conlleva poner en peligro sus vidas.

Un nuevo estudio publicado este lunes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indica que el 93% de los africanos que pudieron llegar a vivir a Europa mediante travesías por rutas irregulares se arriesgaría nuevamente pese a conocer el alto riesgo de esos periplos.

El informe se basa en 1970 entrevistas a migrantes de 39 países africanos que arribaron a territorio europeo por vías irregulares y no por haber solicitado asilo o protección internacional. Esos migrantes ahora viven en 13 naciones de Europa.

Los hallazgos señalan que a menudo la razón por la cual estas personas decidieron abandonar sus países no fue conseguir un trabajo ya que no todos eran pobres en sus países y muchos tienen un nivel de educación elevado. Los datos dicen que el 58% tenía un empleo con salario competitivo o era estudiante cuando decidió migrar.

Sin embargo, cerca de la mitad de los encuestados dijo que no ganaba lo suficiente. Además, para dos tercios de ellos la posibilidad de ganar mejor en su país no fue bastante motivo para quedarse. Sus respuestas también revelaron que tienen al menos tres años más de escolaridad que el promedio.

Acelerar el desarrollo y regular la migración

El administrador del PNUD, Achim Steiner, consideró que el informe subraya la urgencia de acelerar el desarrollo en África. “Pese a los avances, el desarrollo es desigual y no lo suficientemente rápido como para satisfacer las aspiraciones de la gente”, dijo.

“Al ayudarnos a aclarar por qué la gente decide irse por vías irregulares y lo que tienen que enfrentar cuando lo hacen, el estudio aporta elementos al debate crítico sobre el papel de la movilidad humana en el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sobre los mejores enfoques para regular esa migración.”

© UNICEF/Ashley Gilbertson
Dos menores de Gambia que cruzaron el Mediterráneo sin sus padres caminan en una playa de Italia.

Repuestas

Estas son las respuestas que dieron algunos de los entrevistados a los encuestadores del PNUD. Se omiten sus apellidos y países de origen para proteger su identidad.

“Si tienes una familia, tienes que asegurarte de que tendrá alimentos, casa, medicina y educación. Yo tengo una hija. La gente podrá preguntarse qué clase de padre soy para haber dejado a mi esposa y a mi niña, pero ¿qué clase de padre sería si me hubiera quedado y no pudiera darles una vida decente?”: Yerima

¿Qué clase de padre sería si me hubiera quedado y no pudiera darles una vida decente?

“La idea de intentar reducir el peso de la migración es ver sus causas. Son las políticas de gobierno las que atrapan a la gente en la pobreza, no desarrollan nada. Las escuelas que no existen, la falta de servicios de salud, la corrupción, lar presión. Eso empuja a la gente a emigrar.”: Serge

“Me veo en mi país dentro de cinco años. Mi familia y yo no nos hemos visto en cinco años, pero llegará el día en que nos reencontremos. Y cuando regrese a mi país, no creo que regrese acá.”: Mahamadou

“Todo lo que quería era ganar dinero. Pensé en mi mamá y papá. En mi hermana mayor y mi hermana menor. Quería ayudarlas. Esa era mi preocupación. Por eso vine a Europa.”: Drissa

Hombres y mujeres migrantes

Según el informe, el sentido de culpa por no enviar dinero suficiente a sus familias es uno de los grandes factores quemantienen a los migrantes en Europa para seguir trabajando.

Cerca del 53% de los entrevistados fueron apoyados por sus familias y amigos para poder viajar y una vez en Europa, el 78% de ellos manda remesas a sus países.

El estudio también encontró diferencias fundamentales en la experiencia de los migrantes según su género: al contrario de lo que ocurre en África, las mujeres ganan 11% más que los hombres en Europa. En sus países los hombres las aventajan por un 26%, en promedio.

Además, más mujeres que hombres mandan dinero a sus familias aunque no estén trabajando.

Pero cuando se trata de delincuencia, las mujeres sufren más que los hombres. Mucho más que ellos, las mujeres fueron víctimas de algún delito en los seis meses anteriores a las entrevistas, en muchos casos de agresiones sexuales.

El PNUD aseveró que el informe es un llamado a seguir expandiendo las oportunidades y opciones en África y a pasar de una migración desordenada a una regulada, en concordancia con el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.

La publicación es la segunda de una serie de documentos del PNUD para registrar la travesía de africanos jóvenes. Elprimero exploró lo que orilla a algunos a optar por el extremismo violento.

Fuente de la reseña: https://news.un.org/es/story/2019/10/1464201

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Entrevista con Agustín Velloso: «Nicaragua ha sufrido, como otros países, la guerra por los recursos que dirige hoy el imperio»

 

El Dr. Agustín Velloso Santisteban visitó a Nicaragua durante casi dos semanas durante este mes de octubre para participar en el 4to Congreso Nacional de la Educación Superior Nicaragüense. Compartió por e-mail sus impresiones y reflexiones de la visita.

Estuviste en Nicaragua durante casi dos semanas, en Managua, Jinotepe y Estelí ¿qué fue tu impresión en general de la situación social y economica en el país?

He viajado en tres ocasiones por cortos periodos de entre dos y tres semanas a Nicaragua en 2016, 2017 y en 2019. Por ello he de ser prudente en mi respuesta ya que en ese tiempo, la mayor parte del cual he empleado en trabajar con colegas y estudiantes en la universidad, es difícil hacerse una idea.

No he apreciado ningún cambio a peor a simple vista, al contrario, algunas mejoras, por ejemplo un nuevo parque en Estelí, y obviamente el trabajo de reconstrucción de los daños causados a las instalaciones universitarias. Mi impresión es que la actividad general, económica y social, sigue siendo intensa y lo más importante es que la tendencia, tanto en el ánimo como en la productividad, es a mejor. Por lo que he sabido, deduzco que el daño a la economía ha sido menor de lo que se pretendió debido al gran peso de la economía empresarial pequeña.

Por otro lado, en conversaciones informales con gente muy variada en distintas localidades, he visto tranquilidad y confianza en el ambiente, no exentas de preocupación, aún está reciente el daño y el peligro vividos. Como suele decirse, ‘la procesión va por dentro’, pero se vive con normalidad y tranquilidad el día a día. Es lo lógico y es de esperar que el optimismo, la solidaridad y la buena voluntad se impongan paso a paso.

Te pregunto porque en Europa se maneja una versión de la realidad muy diferente a lo que se vive en Nicaragua ¿cuáles fueron los contrastes más notables que encontraste entre la versión que se proyecta del país en Europa y tu experiencia aquí?

A la primera pregunta, a riesgo de ser simplista, respondo que a la población (europea) en general le importa poco o nada lo que ocurra más allá de su barrio, no digamos en el extranjero. Desde la ola de asaltos del imperialismo a Yugoslavia, Afganistán, Oriente Medio, etc., se produce un efecto contrario a la justicia pero también al sentido común: la gente mira para otro lado con el estúpido consuelo de que a ellos no les afecta (creen ilusamente, pues se creen seres de calidad superior) y con la inconsciencia de que esa despreocupación nos hace aún más inhumanos y encima (que es lo de menos pues sería consecuencia de su comportamiento) nos pone a todos en peligro.

Como eso lo sabe el poder político y el económico, éstos apenas tienen dificultad en convencer a las masas con las mentiras más sangrantes por evidentes que sean, porque el ser humano prefiere no saber las horribles sevicias que esos poderosos infligen a multitudes. Creo que en realidad aspiran solamente a convencer a los pocos que dudan y los que albergan algún resto de humanidad. Soy pesimista, el hombre sigue siendo un lobo aún más fiero para el hombre.

La respuesta a la segunda pregunta es claramente política: el mensaje del agresor, tanto de los gobernantes como de los medios pervertidos, es justificar su crimen por parte de aquellos y darles cobertura por parte de éstos. El golpista aparece como víctima y ésta como agresora, violenta y antidemocrática. Es un esperpento que me cuesta creer que la gente se lo trague como verdad sin ni siquiera poner en duda.

Todo me llama la atención: jóvenes de un país con escasos recursos que viajan a Estados Unidos y obtienen visa, alojamiento y además aparecen hablando al mundo entero desde la CNN rodeado de políticos estadounidenses en un país que no da visas, que no da nada a los emigrantes latinoamericanos y que ha atacado con crueldad –fue condenado por ello por la Corte Internacional de Justicia- durante años al país desde el que viaja el joven ¿cómo se entiende esto?

Un tema de interés para ti durante tu estadía fue el impacto del fallido golpe de estado de 2018 en la educación superior en Nicaragua, ¿cuáles aspectos de ese impacto te impresionaron?

A pesar del daño económico que supone el destrozo de materiales e instalaciones, así como la interrupción violenta del ritmo habitual de la educación, el mayor crimen para mí ha sido la manipulación -y en algunos casos el uso- de las jóvenes generaciones mediante diversas técnicas propias de las guerras de tercera o cuarta generación o como se llamen.

Con otras palabras: ha sido un intento de usar a una parte de la población con el fin de lanzarla como arma terrorista contra el resto de la población.

Lamentablemente quizás hay que conceder que el intento ha sido inteligentemente diseñado hasta un cierto punto: se aprovecha de una población que por su juventud es vulnerable y manipulable por un lado, pero decidida y voluntariosa por otro. Mientras algunos trabajaban para lograr sus objetivos políticos, otros pensaban que estaban contribuyendo a un cambio social, a una mejora de la situación. No hay que olvidar que otros pensaban en una ganancia inmediata, otros daban rienda suelta a sus propios fines.

Participaste en intercambios con docentes y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en sus recintos de Estelí, Managua y Jinotepe y se supone que ellas y ellos tenían experiencias diversas que reflejan diferentes aspectos de la realidad del violento intento de golpe – ¿es cierto esta suposición? ¿puedes comentar al respecto?

Efectivamente, como casi todo en la vida, la realidad es compleja y creo que hay una mezcla de experiencias. Quizás se puede decir que el golpe fue uno, pero cada participante y cada víctima reaccionó, sufrió y lo racionalizó todo según sus vivencias y circunstancias.

Creo que la mayoría de los jóvenes implicados no tenían una intención torcida y que poco a poco se fueron dando cuenta de la trampa en la que se habían metido. Otros, por el contrario, se dieron cuenta desde el comienzo. Lo mismo sucede con sus profesores: hubo algunos que se apuntaron a la agresión, cada uno en la medida que quiso, mientras que los otros la rechazaron. Afortunadamente –especialmente si se compara con el enorme daño en víctimas humanas y daños materiales de otros casos en otros países- creo que a pesar del sufrimiento humano particular y la desestabilización social, la prueba ha sido bien y prontamente superada.

Durante el Congreso de Educación y también en Estelí, hiciste una presentación sobre «La misión de la universidad ante el desorden mundial» – ¿cómo ubicas tu o como caracterizas tu a Nicaragua y los acontecimientos del 2018 en ese contexto?

He de hacer una puntualización. Mi intervención se refería al papel de la universidad de los países imperialistas, es decir Estados Unidos y los grandes de la OTAN, como cómplice en las guerras de agresión contra países presentados por ellos como Estados fallidos, dictaduras, extremistas y el resto de mentiras habituales. Nicaragua ha tenido la mala suerte y la desgracia de ser uno de los ‘elegidos’ por el imperio.

Aparte de esto me atrevo a decir que en las difíciles circunstancias en las que se encuentra la paz mundial actualmente, no sólo es Nicaragua sino cualquier nación la que se encuentra en el punto de mira de los imperialistas. Nicaragua ha sufrido ahora –como otros países- la guerra por los recursos que dirige hoy el imperio como lo hacía en otras zonas del globo en el siglo XX.

Tengo la impresión que sentiste muy contento con tu breve estadía en Nicaragua ¿cuáles han sido los motivos de tu satisfacción con la visita?

En Europa, pero es España lo que más me interesa lógicamente, se produce una y otra vez una situación entre absurda y asquerosa ante la sucesión de guerras, revoluciones de colores, primaveras, etc. Cada golpe de Estados Unidos en un país del mundo, ahora me refiero a América Latina, es secundado por el gobierno español, ¡gobierne quien gobierne! Sea la extrema derecha o la derecha ilustrada (para los confundidos: no hay izquierda, salvo la testimonial).

Absurda porque el presidente del gobierno español tiene la costumbre de presentarse el primero de todos los gobernantes del mundo ante la opinión pública nacional e internacional para apoyar cada uno de esos golpes. Aparte del infame ataque contra Iraq y otros, hace poco reconoció a Guaidó en un tiempo récord, apoyó a Moreno de la misma manera, etc., etc.

Asquerosa porque dice que lo hace en nombre de los derechos humanos, la democracia y otra sarta de mentiras de las que se avergonzaría cualquiera con una micra de humanidad. Para más INRI luego presenta a España como la madre patria, la hacedora del encuentro de culturas y otra sarta de sandeces.

Cómo no me iba a sentir contento si podía comprobar con mis propios ojos las sospechas que tenía en Madrid sobre las mentiras vertidas día tras día en la prensa, en las declaraciones de los políticos en el gobierno y en la oposición, de los ‘expertos’ y académicos…

¿Hay otro comentario sobre algún tema que no hemos tocado?

Aunque no estoy seguro porque, como he dicho, no he estado suficiente tiempo en Nicaragua, temo una cosa y creo otra.

La primera es que temo que un nuevo golpe pueda estar planificándose. Suena alarmista tras los meses transcurridos desde abril de 2018, pero precisamente me ha llamado la atención las reflexiones que he escuchado en algunas de mis conversaciones con colegas y otros nicaragüenses durante mi estancia: hay algunos signos de ello.

La segunda es que creo que sería bueno que los jóvenes implicados, especialmente las víctimas, pero también los participantes y los testigos en los sucesos, fuesen invitados a organizar en las aulas de sus facultades y otros espacios estudiantiles –voluntariamente y contando con la participación de profesores o no, según sus deseos- unas sesiones, conversatorios, incluso trabajo de grupos, como lo estimen oportuno, sobre lo ocurrido. El objetivo es doble:

Primero que el que quiera pueda sacar de su alma el dolor, el recuerdo, la reflexión… algo que podría ser sanador moral e intelectualmente.

Segundo que estén mejor preparados para que en el futuro no vuelva a suceder lo ocurrido en abril de 2018.

Fuente de la entrevista: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261928

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Reclamos por salud y educación en marchas en Chile

América del Sur/ Chile/ 29.10.2019/ Fuente: www.prensa-latina.cu.

Reclamos para mejorar los servicios de salud y educación prevalecieron en las primeras marchas de hoy en esta capital y otras ciudades como parte de las manifestaciones de los últimos días en Chile.

Más de dos mil médicos y otros profesionales de la salud marcharon pacíficamente por la Alameda desde el Ministerio de Salud hasta la emblemática Plaza Italia, para demandar medidas encaminadas a mejorar los depauperados servicios públicos de salud y garantizar la atención médica como un derecho para todos los chilenos.

En declaraciones a los medios, Iván Mendoza, secretario del Colegio Médico en Santiago, explicó que las propuestas del gremio son a corto, mediano y largo plazos y en lo inmediato para que se incremente el presupuesto a la salud, que resulta insuficiente para mantener los servicios mínimos.

Coincidiendo con la marcha de los trabajadores de la salud, desde distintos puntos de la capital empleados del sector educacional, en especial de la enseñanza preescolar, avanzaron hasta confluir en la Alameda en un ambiente pacífico y con cantos y bailes para reclamar mejoras en la enseñanza pública.

La mayoría de los participantes en este caso eran educadoras de la enseñanza parbularia, quienes se pronunciaron en contra de las desigualdades contenidas en una ley de Sala Cuna Universal propuesta por el gobierno.

Según las educadoras, aunque el proyecto legislativo plantea la posibilidad de las casas cunas para todas las mujeres trabajadoras, en realidad establece como condición a las madres una cantidad de horas de trabajo para acceder a ese servicio, lo cual no está al alcance de todas.

Además, según Sabina Troncoso, dirigente sindical, el proyecto de ley es una forma más de entregar dinero público a los privados, cuando esos fondos debieran ser destinados a mejorar los jardines infantiles atendidos por el Estado.

Las marchas de los educadores y profesionales se la salud se replicaron en las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso, donde miles de personas se pronunciaron por idénticas demandas.

Mientras, en Temuco, capital de la región de La Araucanía, también a medio día cientos de integrantes de comunidades mapuches marcharon por el centro de la ciudad para expresar de forma directa su respaldo al pueblo chileno en sus justas demandas contra las políticas neoliberales del gobierno de Sebastián Piñera.

Para horas de la tarde está convocada en esta capital una nueva movilización multitudinaria a través de las redes sociales, semejante a la protagonizada la víspera por decenas de miles de personas y que finalizó ya entrada la noche en medio de disturbios y una fuerte represión de los efectivos de carabineros.

Fuente de la noticia: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=316554&SEO=reclamos-por-salud-y-educacion-en-marchas-en-chile

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«América Latina en ebullición»

Por: Alejo Vargas Velásquez.

En las últimas semanas las democracias liberales latinoamericanas han estado en la picota pública; no precisamente por sus grandes logros en crecimiento económico, en disminuir la inequidad, o por ser modelos de estímulo a la participación de los ciudadanos. No. Desafortunadamente, para ellas, ha sido, en la mayoría de los casos, por la irrupción en la escena pública de millones de protestantes, provenientes de los sectores sociales populares y especialmente de jóvenes, que han considerado que medidas de política económica de sus gobiernos los afectan de manera grave y han salido a protestar bulliciosa y masivamente.

Es lo que sucedió en Ecuador con la eliminación del subsidio a los combustibles, que llevó a reactivar las históricas manifestaciones hacia Quito de los indígenas, liderados por la CONAIE, a la cual se sumaron otros sectores populares, que obligaron al gobierno de Lenin Moreno, no sólo a refugiarse inicialmente en Guayaquil, sino finalmente a aceptar derogar estas medidas e instaurar una Mesa de Diálogo con los sectores sociales.

En Chile, considerado por algunos como el ‘modelo’ a mostrar, del país que había instaurado el llamado paquete macroeconómico neoliberal, con el pretexto de un aumento en el valor del pasaje del metro de Santiago, termino explotando, como una olla a presión, toda una inconformidad larvada, por un modelo económico que había profundizado la inequidad social y que aparentemente, por herencia perversa del modelo represivo de la dictadura pinochetista, había aceptado pasivamente todos esos ajustes, que implicaron privatización de la educación, la salud, las pensiones y finalmente que los beneficios del crecimiento económico solo acrecentarán la desigualdad y la inequidad.

En Haití hemos visto a los sectores populares manifestarse por varias semanas seguidas pidiendo la salida de su Presidente Jovenel Moise por la incapacidad mostrada para el manejo de la situación económica y política que tiene a este pequeño y pobre país más empobrecido que nunca. Pero igualmente en Uruguay se han dado masivas manifestaciones para protestar contra un eventual mayor protagonismo de los militares en la vida pública de este pequeño país. Y siguen a la espera otros países del vecindario.

Todo lo anterior, sumado a lo que hemos visto en otras latitudes, Cataluña en España, Hong Kong, Inglaterra, Libano, donde igualmente los ciudadanos parecen considerar como totalmente insuficientes los mecanismos de que dispone la democracia liberal y cada vez más consideran que la manera más eficaz para afrontar situaciones de crisis, de diverso tipo –incapacidad de los gobiernos para gestionar la economía y la política social, responder a demandas ciudadanas, o dar salidas a problemas políticos críticos-, es con su presencia protagónica y masiva en los espacios públicos, lo que sin duda le plantea un verdadero desafío a esta forma de gobierno, por cuanto está colocándose en cuestión los procedimientos, canales y sistemas de representación, los mecanismos formales de toma de decisiones y en últimas, la propia legitimidad de dichas democracias liberales.

Y por supuesto el tema va más allá de los estribillos de ‘que es la economía estúpido’, o contra el viejo o el nuevo populismo, el renacer del caudillismo, las nostalgias de la llamada vieja izquierda. Es evidente que se requieren nuevas y complejas preguntas, creativas reflexiones y respuestas mucho más audaces. Sino, la democracia liberal, especialmente la latinoamericana, seguramente seguirá por el despeñadero en que se encuentra.

Fuente del artículo: https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/10/28/america-latina-en-ebullicion

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Toque de queda, toque de queda, toque de queda

Por: Alejandra Costamagna.

 

Hay que retroceder hasta la mismísima dictadura y a su Constitución política que aún nos gobierna para acordarnos que en esa transición pactada a la democracia estuvo todo. O casi todo

No sabíamos lo que era el toque de queda. Era 1973 y nuestras mentes de tres y cinco años no comprendían el significado de esas tres palabras juntas. Sabíamos, supongo, que no era algo bueno. Sabíamos, supongo, que era una especie de castigo. Y quizás por qué vaga asociación mi hermana y yo veíamos a las hormigas como a las víctimas de ese castigo. La escena del recuerdo es esta: estamos en la cocina, una fila de hormigas sube por el muro y mi hermana las va aplastando una a una con su dedo índice mientras murmura “toque de queda, toque de queda, toque de queda”. El dedo le va quedando negro, afuera ya está el pudridero.

Conté ese recuerdo años después, varias veces, cuando tuve conciencia de lo que había detrás del inquietante juego infantil. Lo conté y lo escribí, incluso. Lo escribí como quien repasa una anécdota trágica de la que ya está a salvo, como si creyera en la linealidad y la progresión de la historia. Pero ya vemos, a golpe de evidencias, que la historia es porfiada y vuelve como un huracán para sacudirnos y recordarnos la fragilidad de lo que creíamos más o menos firme. Nunca pensé que cuarenta y seis años después de la escena de las hormigas estaría escribiendo “golpe de Estado” para referirme al presente de Chile. Pero ese es el escenario hoy, 23 de octubre de 2019.

Si esto que escribo ahora mismo, con la urgencia del presente, fuera una historia lineal, una historia redondita, con principio, clímax y desenlace, debería partir con Juan Andrés Fontaine, el ministro de Economía del presidente Sebastián Piñera, quien a comienzos de octubre anunció el incremento en las tarifas del Metro y llamó a la población a levantarse más temprano para aprovechar una tarifa más baja. La historia lineal seguiría con la ola de críticas a sus palabras y haría foco puntualmente en la indignación de los estudiantes de enseñanza media. El clímax llegaría con la imagen de cientos de escolares saltando barreras, echando abajo rejas, rompiendo torniquetes al ritmo de la nueva consigna: “Evadir, no pagar, otra forma de luchar”. Y con una multitud de jóvenes, adultos y ancianos apoyándolos, porque en un país donde las familias de menores ingresos gastan cerca del treinta por ciento de sus sueldos en transporte y donde el salario mínimo es de 301.000 pesos (equivalente a 373 euros), el anuncio de alza fue una bofetada en la cara. Entonces si esta fuera una historia redondita, con principio, clímax y desenlace, debería terminar con el Gobierno reestudiando la medida y echando pie atrás. O buscando una forma, un sustituto, cualquier salida política para aplacar el descontento.

Pero ya vemos que en esta historia real el clímax no hace sino superarse y superarse y parece nunca acabar desde el minuto en que el viernes 18 de octubre las autoridades decidieron cerrar las estaciones de Metro y custodiarlas con policías para evitar las evasiones. Y dejaron así a los ciudadanos que dependen del transporte público sin medios para regresar a sus hogares. Horas y horas de caminata, una ciudad después de una catástrofe: eso parecía Santiago aquel eterno atardecer de viernes. Pero el clímax todavía no llegaba. Porque luego vendrían el masivo cacerolazo ciudadano, las protestas, los disturbios en las zonas periféricas, las calles repletas de manifestantes y, como si viviera en otro país o habitara en una dimensión paralela, el presidente de la República cenando pizza con su familia en un restaurante del barrio alto de Santiago. Alguien capturó la escena y subió la fotografía a redes sociales. Las cacerolas retumbaron con fuerza, el malestar se multiplicó. Y entonces vino la reacción de Piñera: desplazarse al Palacio de Gobierno y, pasada la medianoche, decretar Estado de Emergencia. Como si esto fuera una catástrofe natural y no un sismo político.

A esas alturas la demanda ya no era por los treinta pesos de alza en el Metro, sino por los treinta años de implementación de un modelo neoliberal extremo, cuyo germen estuvo en la dictadura, precisamente. Un país con una desigualdad social abismante, con los derechos sociales mercantilizados y un sinfín de prácticas de abuso normalizadas. Un país con un malestar demasiado tiempo acumulado, en el que la elite política y empresarial evade impuestos, evade sanciones por colusión, evade responsabilidades por fraude al Fisco, evade multas e intereses millonarios, mientras el resto de la población vive rasguñando para llegar a fin de mes, endeudado hasta sus últimos días, esquilmado por un sistema de pensiones inmoral, con una salud y una educación cada vez más inaccesibles. La demanda se resume en una palabra que vimos proyectada en un edificio céntrico, como un gran recordatorio que iluminó la protesta: “DIGNIDAD”. Así, con mayúsculas, en una intervención urbana a cargo de los mismos artistas que hace unos meses proyectaron el rostro del comunero mapuche Camilo Catrillanca, asesinado por Carabineros de Chile.

El caso es que a partir del Estado de Emergencia la progresión dramática de la historia no hizo sino aumentar: las calles se repletaron de manifestantes, la protesta se extendió a regiones, empezaron las barricadas, los infiltrados, el fuego. Y el designado jefe de Defensa Nacional en Santiago, el general Javier Iturriaga, decretó toque de queda. “Tienen dos horas para llegar a sus hogares. Los invitamos a que, por favor, vayan y disfruten de este sábado en la noche, que se protejan como familia, que estén en sus casas y mañana podamos tener un mejor día”, ordenó Iturriaga. Hormigas subiendo por el muro: la escena se repetía. Militares en las calles, golpeando y disparando a la gente, carabineros lanzando bombas lacrimógenas al cuerpo de los manifestantes, miles de detenidos, denuncias por vejaciones, torturas y abusos sexuales en centros de detención, cientos de heridos a bala y una cifra de muertos que al momento de escribir esto que escribo va en los dos dígitos. Los noticieros de la televisión, en su gran mayoría, apuntaban durante estas primeras jornadas a los desmanes y los saqueos más que a la brutalidad de la represión.

Nuevo clímax: Sebastián Piñera habla de enemigos organizados, dice que estamos en guerra, que los vándalos, que los delincuentes, que la seguridad del país, que nos cuidemos. Se filtra un audio de la primera dama, Cecilia Morel, de un supuesto diálogo con una amiga en el que dice que esto “es como una invasión extranjera, alienígena” y se lamenta de que “vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás“. Y la sensación de esta historia abierta, con un clímax infinito, sin un desenlace visible, es que es imposible contarla de acuerdo con el libreto que se origina con el ministro invitándonos a madrugar, porque el principio es muy anterior y hay que retroceder hasta la mismísima dictadura y a su Constitución política que aún nos gobierna para acordarnos que en esa transición pactada a la democracia estuvo todo. O casi todo. Hormigas caminando laboriosamente por un muro sin mirar hacia atrás ni hacia el costado ni hacia arriba. Sobre todo hacia arriba, donde el dedo amenazador puede aplastarnos con un clic, clic, clic. Toque de queda, toque de queda, toque de queda.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/10/25/opinion/1572029826_094816.html?prod=REGCRART&o=cerrado&event=fa&event_log=fa&event_log=fa

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Haití: protestas interminables en una república olvidada

Por: Bárbara Ester.

Las protestas populares en Haití son un episodio de las consecuencias, cada vez más estructurales y catastróficas, de una historia de saqueo y olvido.

En Haití la crisis de régimen se agudiza luego de semanas de protestas ininterrumpidas. Los disturbios actuales son la culminación de más de un año de agitación y casi tres años de descontento con el actual mandatario, JovenelMoïse. Los manifestantes se aglutinan en el Palacio Nacional, en las oficinas de la ONU y en las calles para demandar la renuncia del presidente. La crisis política no es nueva sino que condensa, cuanto menos, los dos últimos gobiernos del Partido Haitiano TetKale (PHTK). Su fundador, Michel Martelly (2011-2016), al igual que su discípulo Moïse, son acusados de desviar los fondos de la ayuda internacional de las dos últimas catástrofes climáticas que azotaron la isla. Como consecuencia, la población fue condenada al hambre, la pandemia y el debacle de su economía. Lucrar con la desgracia de millones de compatriotas parece ser la receta del «capitalismo del desastre»[1]. Una vez más, tal como lo hiciera en su origen como «la otredad incómoda» de la Revolución Francesa, Haití muestra que, por encima de cualquier valor universal de humanidad, para la comunidad internacional los «negocios son negocios»[2].

Haití presenta uno de los mayores niveles de inseguridad alimentaria del mundo, con más de la mitad de la población -y el 22% de los niños del país- con desnutrición crónica. Su Índice de Desarrollo Humano la posiciona entre los últimos puestos, no sólo de la región sino del mundo: 168 sobre 189 países[3]. Los indicadores de la calidad de vida de la población son apabullantes y, además, Haití debe hacer frente a las catástrofes naturales que azotan el Caribe. El Índice de Riesgo Climático Global de 2019 coloca a Haití en cuarto lugar de entre los países más afectados por los desastres climáticos anuales, ranking que encabezan Puerto Rico -donde se logró en las calles la renuncia de su gobernador[4], también acusado de malversar fondos de ayuda- y Honduras, sobre cuyo presidente pesan graves acusaciones de fraude, corrupción y narcotráfico[5].

A casi diez años del terremoto más devastador y mortífero de su historia, Haití no sólo sigue sin recuperarse de esos destrozos, sino que sufre una nueva crisis política y social que se agravó desde mediados de septiembre. En un contexto de inflación del 15%, un déficit de $89,6 millones de dólares, y una moneda (gourde) en rápida devaluación, se espera que este año la crisis humanitaria solo empeore. Sumado a esto, la crisis del suministro de electricidad, debido a la falta de gasolina, terminó por desatar el descontento social frente a una cotidianeidad desbaratada: no funcionan el transporte público, el comercio ni las escuelas.

Así, las habituales catástrofes naturales han terminado por naturalizar las consecuencias sociales de los problemas políticos, los cuales involucran a actores locales que de ningún modo lograrían sortear la crisis sin la venia de los intereses internacionales y la invisibilización de la crisis por parte de sus vecinos latinoamericanos, concentrados en la situación venezolana.

Un presidente ilegítimo, el origen de la crisis actual

Moïse llegó a la política como un outsider[6], representando a la elite agraria gracias a su rol como dirigente de Agritrans, una empresa bananera del nordeste. Su experiencia política previa era nula, pero fue escogido por Martelly (PHTK) como su sucesor. En las elecciones primarias de octubre de 2015 Moïse obtuvo el primer lugar con un 32,81%. Sin embargo, los comicios estuvieron signados por las denuncias de fraude, intimidación de votantes y protestas callejeras, por lo que finalmente fueron anulados. Martelly, con el apoyo de los Estados Unidos (EE. UU)., la Organización de los Estados Americanos (OEA) y de otros gobiernos extranjeros, quería cuanto antes resolver el traspaso del Gobierno a su sucesor. Sin embargo, los funcionarios electorales -debido a las persistentes protestas sociales y una nueva catástrofe, el paso del huracán Matthew- demoraron en tres oportunidades consecutivas una nueva votación ante la amenaza de violencia incontenible[7].

El malestar social que aglutinó al arco opositor, líderes religiosos y empresariales, así como miembros de la diáspora haitiana y organizaciones de derechos humanos, se condensó en la falta de transparencia de los procesos electorales y la necesidad de reformar el proceso de votación. Entre febrero de 2016 y febrero de 2017 se estableció un Gobierno interino a cargo de JocelermePrivert, quien fue electo por la Asamblea Nacional para llenar el vacío de poder tras la finalización del mandato de Michel Martelly. Unas nuevas elecciones se desarrollaron en noviembre de 2016 y, a contrapelo de la coyuntura, Moïse resultó electo en primera vuelta con el 55,67% de los votos[8]. Nuevamente, la denuncia de fraude empañó unos comicios que demoraron más de un mes en ser validados.

Sumada a la escasa legitimidad de origen, el incremento de la conflictividad social y la crisis política tienen tres elementos clave: (1) la crisis del combustible; (2) un gran recambio institucional y (3) la manifiesta corrupción de sus funcionarios.

En cuanto al precio del combustible, desde 2005 el Gobierno de Hugo Chávez creó el Programa Petrocaribe, el cual permitió a Haití comprar, desde 2006, petróleo a precio subsidiado. Los fondos liberados por este beneficio permitían favorecer al desarrollo de infraestructura y programas sociales, de salud y educación. Producto del bloqueo y la crisis económica que atraviesa, en marzo de 2018 Venezuela detuvo los envíos de barriles a precio subsidiado. Sumado al fin del beneficio, el Gobierno haitiano anunció en julio del mismo año la eliminación de los subsidios a la energía. Esta impopular medida estuvo en consonancia con lo acordado en febrero de 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI): un paquete de reformas estructurales a su economía, eufemismo utilizado para nombrar el ajuste. A cambio, el organismo prometió préstamos financieros por 96 millones de dólares para ayudar al país a pagar su deuda[9]. El ciclo de una nueva crisis política comenzó con el aumento del petróleo y sus derivados: 38% la gasolina, 47% el diesel y 51% el kerosene[10]. Frente a ello, la calle volvió a estallar, las protestas se masificaron y la policía reprimió, generando más muerte y más caos. Finalmente, la medida fue derogada.

Como consecuencia del ajuste impulsado por el FMI, se agudizó la crisis institucional caracterizada por un recambio permanente de funcionarios, especialmente del primer ministro, cargo que tiene como función la mediación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo para lograr gobernabilidad y consenso. Luego de la oleada masiva de protestas de julio de 2018, Jack GuyLafontant presentó su renuncia. Moïse, entonces, buscó reemplazarlo con un conocido abogado y exrival presidencial, Jean-Henry Céant, intentando de esta forma lograr la unidad con la oposición. Tan sólo seis meses después, Céant fue removido. Su sucesor fue Jean-Michel Lapin, quien duró apenas cuatro meses en el cargo para finalmente presentar su renuncia proclamando la falta de acuerdo entre los actores políticos. Horas más tarde, el presidente Moïse nombró a su cuarto primer ministro, Fritz-William Michel, portador de un perfil más tecnócrata y hasta entonces funcionario del Ministerio de Economía y Finanzas. A diferencia de sus antecesores, Lapin ni siquiera consiguió la ratificación de su cargo por parte del Senado -no porque el oficialismo careciera de mayoría sino debido a los disturbios ocasionados-, por lo que formalmente todo el Gabinete carece de institucionalidad. La última intentona de lograr la designación de Lapin, en septiembre de este año, culminó con un senador del oficialismo, Jean-Marie Ralph Féthière, descargando un arma de fuego contra los manifestantes en el Parlamento con el saldo de un fotógrafo y un guardaespaldas heridos[11].

Por último, en febrero de 2019 estalló el escándalo de corrupción popularizado como #PetroCaribeChallenge. El hashtag se originó mediante un tweet que preguntaba en creole: ¿Dónde está el dinero de PetroCaribe? Desde entonces comenzaron el activismo por una auditaría colectiva y una nueva oleada de movilizaciones contra el Gobierno haitiano, acusado de malversar miles de millones de dólares provenientes del subsidio venezolano. Como corolario de la gran movilización ciudadana, a fines de mayo el Tribunal de Cuentas entregó al Senado un informe mediante el cual concluyó que al menos 14 exfuncionarios malversaron más de 3.800 millones de dólares del programa Petrocaribe entre 2008 y 2016. Sobre el actual mandatario, el informe detalla que Agritrans fue adjudicataria de contratos para construir proyectos bananeros y carreteras que jamás fueron realizados, a pesar de recibir el dinero para tales fines[12].

¿Ayuda o injerencia internacional?

¿Es Haití un Estado fallido? Desde su independencia y su primera Constitución, en 1804, Haití pasó por 30 golpes de Estado y tuvo 20 constituciones. Actualmente, vive una de sus mayores crisis sociopolíticas desde la ocurrida en su bicentenario (2004) con el golpe a Jean Bertrand Aristide, luego de que éste manifestara que Haití exigiría una reparación histórica a Francia, su exmetrópoli. Finalmente, Francia tomó la iniciativa en la solución de la crisis haitiana y forzó la dimisión de Aristide. En febrero de 2004 el mandatario abandonó Haití en un avión estadounidense, escoltado por militares de ese país. Desde entonces y hasta octubre de 2017 el país fue intervenido por la ONU (Organización de Naciones Unidas) mediante la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas para Haití (MINUSTAH)[13]. Posteriormente, se adoptó la forma de Misión de las Naciones Unidas de Apoyo a la Justicia en Haití  (MINUJUSTH), una misión que buscó estandarizar el sistema de administración de Justicia de Haití a los modelos implementados en las últimas dos décadas en la región. La MINUJUSTH garantizó un contingente policial como forma de «alivianar» el uso de la fuerza. No obstante, con la tendencia regional de militarización de las fuerzas de seguridad esto se traduce en el mantenimiento de la ocupación y la represión. La prórroga de existencia de la misión concluyó su mandato el 15 de octubre de 2019, lo que no implica que la ONU abandone Haití sino, más bien, que busque nuevas formas de injerencia[14][15].

Si bien la ayuda humanitaria tiene como objetivo proporcionar alimento, asistencia sanitaria y psicológica con aprobación del Gobierno y sin violar su soberanía -especialmente frente a catástrofes naturales- en la práctica ha sido desvirtuada para intervenir militarmente naciones, derrocar gobiernos y apoderarse de su riqueza natural[16]. Luego del terremoto de 2010, la MINUSTAH «colaboró» con una comisión de 7 mil soldados y policías. El saldo: cientos de denuncias de abusos sexuales y una epidemia de cólera causada por quienes fueron a brindar «asistencia»[17][18].

De acuerdo al exdirector del Fondo de Asistencia Económico y Social (FAES) de Haití entre 2012 y 2015, Klaus Eberwein, sólo el 0,6% de las donaciones internacionales terminó en manos de organizaciones haitianas, un 9,6% en manos del Gobierno haitiano y el 89,8% restante fue canalizado a organizaciones no haitianas. Lamentablemente, Eberwein fue hallado sin vida con un disparo en la sien en un hotel en Miami antes de comparecer frente a una comisión anticorrupción del Senado haitiano sobre los fondos de Petrocaribe y las malas prácticas de la Fundación Clinton[19].

Los fondos se tradujeron en la proliferación de ONGs que comenzaron a proveer funciones que solía cubrir el Estado, consolidando una nueva etapa en la agenda del sistema neoliberal. Mientras las ONGs avanzaban el Estado se retraía, incidiendo tanto en la soberanía como en la autodeterminación del país[20]. La intermediación de las organizaciones permite que quienes las financian, como el Banco Mundial, el Gobierno de EE. UU. , el Fondo Monetario Internacional o empresas transnacionales, obtengan la liberación de las barreras arancelarias, lo que termina por devastar la producción interna y, por tanto, la economía del país mediante la privatización de los servicios públicos y la contratación de empresas privadas internacionales para ofrecerlos. Este mapa configura lo que la economista Naomi Klein ha denominado como «capitalismo de desastre», que opera junto con la «doctrina del shock». Según su tesis las crisis derivadas de catástrofes, como en el caso de Haití, habilitan oportunidades de negocios para la inversión privada, así las potencias y los intereses de las multinacionales consiguen anclarse en el territorio arrasado de la mano de las ONGs.

A modo de conclusión

El PHTK es el actual garante de los negocios del capital internacional, fundamentalmente mediante el traspaso de tierras campesinas a transnacionales estadounidenses. Para ello sólo cuenta con un escueto sector de la oligarquía local, quien se beneficia con una parte del desvío de fondos a expensas de la mayoría de la población. La exacerbación de la dependencia de la ayuda internacional combina el tradicional colonialismo con una nueva fase del neoliberalismo como gestor del desastre. La influencia norteamericana consolidó una economía haitiana predominantemente extractiva -aproximadamente 2.000 millones en depósitos minerales explotados principalmente por corporaciones estadounidenses y canadienses-[21]. Actualmente, dicha influencia es el único sostén de un presidente impopular, cuya dimisión sigue exigiendo el pueblo en sus protestas masivas.

Mientras los líderes de la oposición llaman a los manifestantes a no claudicar hasta obtener la renuncia de Moïse, la consigna se hace carne: «les estamos diciendo a las personas que viven en el área de Cité Soleil y a la población haitiana que se levanten para derrocar a este Gobierno» afirmó FrancoisPericat, un participante en las protestas del 27 de septiembre a TheAssociatedPress en alusión a un barrio pobre y sobrepoblado de Puerto Príncipe.»El presidente JovenelMoïse no está haciendo nada por nosotros, sólo nos está matando»[22]. Moïse asumió la Presidencia un 7 de febrero, fecha emblemática que recuerda el final de casi 30 años de dictadura (1957-1986) de la familia Duvalier, François (Papa Doc) y su hijo Jean-Claude (BabyDoc), quien finalmente huyó de la isla producto de las protestas generalizadas. Luego del anuncio del cierre de la MINUJUSTH, Moïse ha afirmado que no presentará su renuncia y dice no querer tener otro 1986[23]; sin embargo, la sublevación popular está cada vez más cerca de repetir la hazaña.

Notas:

[1] Naomi Klein, La doctrina del shock. El auge del capitalismo de desastre, Paidós, Argentina, 2008.

[2] https://www.celag.org/haiti-herida-abierta-de-america-latina/

[3]https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/Haiti%20Country%20Brief_%20August_2019.pdf

[4] https://www.celag.org/puerto-rico-afilando-cuchillos/

[5] https://www.celag.org/honduras-una-decada-de-golpes-e-inestabilidad/

[6] https://www.voanoticias.com/a/haiti-presidente-moise-investidura-trump-eeuu/3705034.html

[7] https://www.nytimes.com/es/2016/02/06/editorial-haiti-democracia-en-pausa/

[8] https://www.celag.org/informe-electoral-haiti/

[9] https://www.nodal.am/2019/10/decadas-de-neoliberalismo-neocolonialismo-e-injusticia-climatica-han-llevado-a-haiti-al-limite-por-keston-k-perry/

[10] https://pulsonoticias.com.ar/8911/el-fmi-agita-las-llamas-de-la-insurreccion-en-haiti/

[11] https://www.ap.org/ap-in-the-news/2019/ap-photographer-wounded-in-haiti-shooting

[12] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48711839

[13] http://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE-131.pdf

[14] https://news.un.org/es/story/2019/10/1463911

[15] https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201910161088993267-mision-de-paz-de-la-onu-concluye-mandato-en-haiti-sin-impedir-brotes-de-violencia/

[16] https://www.theguardian.com/world/2019/oct/11/haiti-and-the-failed-promise-of-us-aid

[17] https://www.celag.org/haiti-resultado-intervencion-humanitaria/

[18] https://www.nytimes.com/2017/06/26/world/americas/cholera-haiti-united-nations-peacekeepers-yemen.html

[19] http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/08/08/hallan-muerto-a-un-funcionario-de-haiti-que-iba-a-denunciar-a-la-fundacion-clinton/

[20] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-37614689

[21] https://www.nodal.am/2019/10/decadas-de-neoliberalismo-neocolonialismo-e-injusticia-climatica-han-llevado-a-haiti-al-limite-por-keston-k-perry/

[22] https://www.nytimes.com/2019/09/28/world/americas/haiti-protests-moise.html

[23] https://www.jornada.com.mx/2019/10/16/mundo/026n4mun

Fuente del artículo: http://www.bitacora.com.uy/auc.aspx?10922,7

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