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Bajo gasto público, altos sueldos, mayor carga lectiva para los alumnos… Así es la Educación en España según la OCDE

Europa/España/20minutos

España se sitúa a la vanguardia en Educación Infantil y en el número de horas lectivas que reciben los alumnos. Sin embargo, esto no se traduce en mejores resultados académicos, según el informe Panorama de la Educación 2019 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicado este martes.

Además, el gasto público en educación es menor que en la media de países y el coste salarial del profesorado es relativamente alto. No obstante, no todo son malas noticias. El nivel educativo de la población adulta española (entre 25 y 64 años) sigue mejorando y la tasa de graduación por primera vez en segunda etapa de Educación Secundaria (Bachillerato) ha aumentado considerablemente, pasando del 56% al 81%.

Este informe reproduce los datos de los indicadores más importantes para España en comparación con la media de los países de la OCDE y de los 23 países de la Unión Europea que pertenecen a esta organización.

Escolarización infantil

La escolarización de los menores de 6 años es notablemente más alta en España que en la media de países de la OCDE. En 2017, el 97% de los niños de 3 a 5 años estaban matriculados, frente al 87%.

Asimismo, España da gran relevancia a las primeras etapas de Educación y Atención a la Primera Infancia (EAPI), con un 36% de niños por debajo de los 3 años matriculados en 2017. Este porcentaje supone un incremento de 21 puntos porcentuales con respecto a 2005.

Más horas de clase

En la primera etapa de Educación Secundaria, las diferencias en horas lectivas entre España y los países de la OCDE y la UE23 son notables, ya que los alumnos españoles reciben 1.054 horas anuales de clase, superando en 135 horas anuales la media de horas de clase en los países de la OCDE y en 162 horas a la media en los países de la UE23.

Sin embargo, el éxito académico no es especialmente bueno en España, por lo que esta carga lectiva no supone una mejora . De hecho, los finlandeses, que son los que menos tiempo pasan en las aulas, tienen el sistema educativo más aplaudido.

Docentes y padres han instado a una revisión en profundidad del sistema para evitar que los alumnos pasen en clase más horas lectivas que la media. Desde la Asociación de Profesores de Madrid señalan a 20minutos.es que «lo importante no es que un alumno reciba a la semana 30 horas o 28, sino que esas horas se den en buenas condiciones».

«Para ello son necesarios muchos cambios: bajar el número de alumnos por aula, especialmente en las aulas donde se dan circunstancias que dificultan el aprendizaje; que los profesores recibamos formación continua adecuada, especialmente en habilidades didácticas, y en condiciones que sean accesibles; ir actualizando los contenidos de las asignaturas que marca la legislación; y reforzar la acción orientadora de los psicólogos y tutores de los centros educativos para aumentar la motivación de los alumnos y detectar los problemas en sus inicios», añaden.

Baja tasa de gasto público

España presentó un gasto total por alumno en instituciones educativas inferior a la media de la OCDE. La mayoría de los países dedicó un porcentaje significativo de su presupuesto público a la educación: para los países de la OCDE supuso un 10,8% del gasto público total, la media en los países de la UE23 fue de un 9,6% mientras que en España se situó solo en un 8,6%.

En concreto, España gasta el 3,1% de su producto interior bruto (PIB) en Educación Primaria y Secundaria, en comparación con el 3,5% en la media OCDE.

Una mayor retribución del profesorado

En general, los salarios de los profesores de las enseñanzas no universitarias aumentan con el nivel educativo en el que enseñan. En España, el salario de los profesores es superior al salario medio del conjunto de países de la OCDE.

Si se compara la retribución salarial del profesorado español con la del resto de los países, es alta al inicio de la carrera docente y moderada al final de dicha carrera, teniendo en cuenta que España es uno de los países en el que los profesores necesitan más años para alcanzar el máximo en la escala retributiva.

No obstante, la Asocación de Profesores de Madrid no está de acuerdo con este apartado: «Si es correcto, sólo puede significar que en muchos países de Europa los docentes están muy mal pagados. Consideramos que también en España tenemos un reconocimiento menor del que merecemos, tanto en salario como socialmente, como trabajadores cualificados con mucha responsabilidad y necesidad de formación constante».

Tasa de desempleo más alta en España

El nivel de formación de las personas está correlacionado con su situación laboral. Las que tienen un nivel educativo más alto alcanzan tasas de empleo más elevadas, mientras que las personas con un menor nivel de cualificación tienen más riesgo de estar desempleadas.

Las tasas de empleo en España, para todos los niveles de formación, son más bajas que la media de los países de la OCDE y de la UE23. Con las tasas de desempleo ocurre lo contrario, en todos los casos son más elevadas en España.

En el caso de las tasa de desempleo de la población de 25 a 34 años con segunda etapa de Educación Secundaria o postsecundaria no terciaria, la tasa se sitúa en el 18%, frente al 7% de los países de la OCDE y el 8% de los de UE23.

La brecha de género es menor en España

El 50% de las mujeres de 25 a 34 años en España obtuvo una titulación terciaria (universitaria) en 2018, frente a un 38% de los hombres.

Sin embargo, los varones con nivel de Educación Terciaria presentaban tasas de empleo más altas que las mujeres: 76% de estas, frente al 81% de los hombres.

En los países de la OCDE, aunque las mujeres jóvenes tienen un nivel educativo superior al de los hombres, también presentan tasas de desempleo más altas para los mismos niveles de educación alcanzados.

En el conjunto de empleados a tiempo completo con estudios universitarios, las mujeres ganan menos dinero que los hombres en todos los países de la OCDE, si bien la brecha de género es menor en España que en la media de países de la organización. En 2017, las españolas entre 25 y 64 años con educación terciaria se quedaron en el 82% de las retribuciones de los hombres con el mismo nivel educativo, frente al 75% observado en la media de países.

Fuente e imagen: https://www.20minutos.es/noticia/3758980/0/informe-ocde-educacion-espana/

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Innovadores presentan proyectos para la reconstrucción de Siria

Asia/Siria/telesur

“La innovación al servicio de la reconstrucción” fue el lema de la décimo novena Exposición de Innovaciones y Creatividad, con sede en Damasco, Siria.

Un total de 827 innovadores sirios presentaron sus proyectos para la reconstrucción del país, en guerra desde hace nueve años, así como para el desarrollo económico, científico industrial y agrícola de la nación árabe.

“La innovación al servicio de la reconstrucción” fue el lema de la décimo novena Exposición de Innovaciones y Creatividad, con sede en Damasco (capital). Allí los creadores expusieron 387 proyectos, como resultado del trabajo de universidades públicas, privadas, instituciones educativas, y varios centros investigativos.

Proyectos de prótesis, uso de energías renovables para mitigar el bloqueo de Estados Unidos a los derivados del petróleo, y el reciclaje de los escombros de la guerra para materiales de construcción, son algunas de las tesis defendidas por los inventores sirios.

Abdul Rahamn Mohammed Matar fue uno de los niños del país que también presentó sus aportes. Para Mohammed, los robots que él muestra le pueden servir al Ejército sirio en los campos de batalla para disminuir la cifra de personas muertas.

Por su parte, el joven estudiante de la Universidad de Homs, Abdul Qader Mawrdi, creó sillas de ruedas que suben y bajan escaleras con mayor equilibrio, las que pueden ser utilizadas por los mutilados del conflicto armado.

Para los organizadores de la exposición, los proyectos presentados por los innovadores sirios pueden contribuir a la recuperación del país en todos los sectores.

Fuente e imagen: https://www.telesurtv.net/news/innovacion-proyectos-reconstruccion-siria-20190905-0039.html

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La educación sexual y afectiva llegará a 300 centros públicos catalanes.

Europa/España/El País

El Departamento de Educación pone en marcha un programa piloto para alumnos de colegios e institutos.

Unos 300 colegios e institutos públicos catalanes estrenarán a partir de octubre un programa piloto sobre educación sexual y afectiva, según informan fuentes de la conselleria de Educación de la Generalitat de Cataluña. El programa se denomina “Coeduca’t” y prevé llegar a todos los centros públicos catalanes en tres años, durante el curso 2021-2022. Este proyecto se implementará desde 3º de Primaria hasta el 4º curso de la Educación Secundaria Obligatoria. El Departamento de educación asegura que los contenidos programados, aún por detallar, se impartirán en tutorías en grupo e individuales. Además, los centros podrán realizar actividades extraescolares que apliquen el enfoque afectivo-sexual, las cuales se adaptarán a las necesidades de cada etapa educativa.

La iniciativa se incorporará a las aulas a través de los equipos directivos y el proyecto educativo de cada centro y contará con una persona referente en las escuelas e institutos encargada de su correcta ejecución. La conselleria asegura que creará un nuevo perfil profesional para dar formación con perspectiva de género. Educación también ha explicado que formará a los docentes para impartir este nuevo programa, y que trabajará con las universidades para que también se incluya en las facultades. La Generalitat ha explicado que el piloto se ejecutará en tres fases hasta llegar al curso 21-22.

La educación sexual no está regulada a nivel estatal. La LOMCE, la ley educativa vigente, no la contempla en ninguno de sus apartados. Isabel Celaá, ministra de Educación en funciones, aseguró durante el invierno pasado que el Gobierno trabajaba para incluirla en el currículo de una futura ley educativa. A nivel autonómico, Cataluña no es la primera comunidad en impartir iniciativas educativas en materia de educación afectivo-sexual. En 2018, la Comunidad Foral de Navarra creó Skolae: un programa dirigido a todas las etapas educativas, Infantil inclusive, que implementa la educación sexual de forma transversal a través de todas las asignaturas escolares. Skolae también se está instaurando a lo largo de tres años, como ocurrirá en el caso catalán.

Fuente e imagen: https://elpais.com/ccaa/2019/09/12/catalunya/1568306474_808728.html

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Trabajar menos y producir más: el incómodo ejemplo nórdico. Estudio comparativo

Redacción: Ciper Chile

Se dice que los países escandinavos se dieron “el lujo” de trabajar menos solo cuando se volvieron productivos. Usando nueva evidencia histórica, el autor argumenta que fue al revés: la reducción de horas la consiguieron los sindicatos, en contra de la voluntad de los empresarios y cuando estos países no eran lo productivos que son ahora. Por qué no se derrumbaron económicamente, se preguntará usted. Vea aquí.

Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, los llamados países nórdicos, constituyen un referente cuando se habla de un Estado de bienestar robusto, con prestaciones universales y beneficios generosos para el conjunto de la población. También se los cita como ejemplo por ser las naciones más igualitarias del planeta, no sólo en términos socioeconómicos, sino también en relación a las inequidades de género. Son, además, de los que menos horas destinan al trabajo remunerado, con un promedio de 1.462 horas al año: un 16% menos que el promedio de la OECD, y un 25% menos que el promedio de Chile (que a su vez, es de los más altos de la OECD).

Fuente: OECD. Chile corresponde a la barra verde. Países nórdicos en rojo.

Es menos sabido, sin embargo, que también son un referente a la hora de hablar de productividad. Como muestra el gráfico 1, Dinamarca, Finlandia, Suecia y Noruega están entre los países más productivos del mundo. Un trabajador finlandés produce, en promedio, el doble del valor que un trabajador chileno en una hora de trabajo, mientras que un trabajador noruego produce más de tres veces el valor que su par chileno.

Esta relación entre un sistema que por un lado ofrece bienestar universalista, con pocas horas de trabajo, y que por otro, es una economía robusta y productiva, constituye un hecho incómodo para las teorías que plantean que la relación debería ser inversa: a mayor impuesto (para financiar políticas sociales), mayores costos laborales (en términos de seguros de desempleo, contribuciones a la seguridad social, etc.) y menores horas trabajadas, etc., menor debiera ser la productividad (e.g. Bergeoing y otros 2003; Kehoe y Prescott 2002).

Ese ha sido precisamente un argumento usado en el caso de la discusión sobre la jornada laboral de 40 horas en Chile. Sin embargo, una rápida vista a los datos muestra un panorama distinto: en realidad los países más productivos tienden a ser los que menos trabajan (ver gráfico 2).

Fuente: OECD 1 y 2. Chile corresponde al punto verde; países nórdicos en rojo.

Una segunda explicación que se da a este fenómeno, es que la relación entre pocas horas trabajadas y mayor productividad provendría de los efectos de la productividad sobre la posibilidad de hacer mejoras sociales/laborales.

Dicho de otro modo, en la medida que los trabajadores se vuelven más productivos, los países pueden reducir la jornada, de manera que el resultado que se observa (menos horas trabajadas y más productividad) sólo puede alcanzarse una vez que se llega a determinados niveles de desarrollo económico.

Este argumento es similar al que se utiliza para oponerse a la universalización de las políticas sociales: se dice que Chile no está en condiciones de financiar tales mejoras dado su nivel de desarrollo.

En el ámbito coloquial este argumento tiende a complementarse con otra idea de carácter “culturalista”: empresarios y trabajadores nórdicos tendrían una cultura del trabajo que les permitiría darse estos “lujos”, mientras que con chilenos y chilenas que “sacan vuelta”, jamás podríamos llegar a ese nivel.

La explicación que pone a la cultura como fuente de las diferencias en el desarrollo de los países, ha sido sistemáticamente desmentida por el economista coreano Ha-Joon Chang, que recientemente visitó Chile. En su libro “Malos Samaritanos” cuenta, por ejemplo, que a fines del siglo XIX, los ingleses que viajaban por el mundo se quejaban de que alemanes y japoneses preferían el ocio al trabajo, y auguraban un futuro negro para estos países que carecían de la cultura laboral inglesa (Chang 2008, 182-202).

Un volumen recién publicado en la revista Journal of Scandinavian History nos permite responder mejor estas preguntas desde el punto de vista de la historia económica (Nevers y Paster 2019). Se trata del artículo Empresarios y el Estado de Bienestar Nórdico, 1890-1970 (Business and the Nordic Welfare States, 1890-1970), cuyo análisis es inequívoco: las conquistas laborales y sociales en Escandinavia se lograron gracias a las luchas de los trabajadores organizados (sindicatos) contra la voluntad del empresariado. En efecto, los empresarios escandinavos se opusieron a estas mejoras pues cuando comenzaron a ser demandadas (a fines del siglo XIX) estos países no eran lo productivos que son ahora. Los empresarios temían por los efectos que esto tendría en el alza de los costos laborales, y con ello, en la competitividad de sus empresas.

“El análisis histórico revela que fueron las prestaciones sociales y los beneficios laborales, los que antecedieron históricamente las mejoras en productividad y no al revés”.

En el caso de Dinamarca, el Estado de bienestar comenzó a construirse tras la Primera Guerra Mundial. Los empresarios, luego de oponerse férreamente durante décadas, se allanaron a ampliar las políticas sociales para contener la posibilidad de una revolución, pese a que creían que las empresas se verían perjudicadas.

Dada la fortaleza de los sindicatos y de sus aliados socialdemócratas en los gobiernos, en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial los empresarios escandinavos fueron adoptando una actitud pragmática en relación a la política social y las mejoras laborales: si bien mantenían una orientación liberal, supieron apoyar ciertas demandas y conquistas sociales de manera de poder frenar la escalada de conflicto con los sindicatos, o bien, para oponerse a otras que consideraban más desfavorables.

Tan interesante como eso es que, en la medida que se incrementaron las conquistas sociales, los sindicatos fueron moderando sus demandas hasta transformarse también ellos en organizaciones pragmáticas que hoy en día privilegian el diálogo y la negociación por sobre la confrontación.

Dos ejemplos del caso de Suecia muestran esta dinámica. En el contexto del alzamiento generalizado de los trabajadores en la década del ‘70, los empresarios dieron su apoyo condicionado a ciertas medidas que hoy serían consideradas absolutamente transgresoras. En primer lugar, los sindicatos lograron una rebaja de las horas semanales de trabajo, desde las 45 horas que regían desde los años cincuenta, hasta 40 horas. Cabe destacar que en ese momento, la productividad en Suecia (US$27.26 por hora trabajada en 1970) no era muy distinta que la productividad actual en Chile (US$24.67 por hora trabajada en 2018) (ver referencia en gráfico 1). Luego, hacia fines de los años 1970s se planteó bajar la jornada a 30 horas. Los empresarios se opusieron; y el hecho de haber conseguido las conquistas anteriores hizo que los sindicatos desistieran de sus demandas (Sanne 1998).

Algo similar ocurrió cuando los empresarios apoyaron la introducción de la ley de “co-determinación” que permitió a los sindicatos aumentar su influencia en la organización y administración de las empresas, a cambio de bloquear las iniciativas de nacionalización de la economía que proponían los sindicatos y los socialdemócratas dirigidos por líderes como Olof Palme, que a la sazón moriría asesinado.

LA FORTALEZA DE PROTEGER AL TRABAJADOR

En la medida que se acumularon las conquistas laborales (como políticas sociales, pensiones, protección al empleo, rebajas de jornada laboral, etc.), el empresariado aprendió a utilizarlas no como carga, sino como fortaleza: ¿Qué haces si tienes una fuerza de trabajo que trabaja pocas horas y que no puedes despedir fácilmente? ¡La capacitas para que sea más productiva!

Para hacer eso, los empresarios utilizaron los programas de educación técnico-vocacional que habían nacido a fines del siglo XIX y también habían vivido una serie de desarrollos y modificaciones en paralelo a la construcción del Estado de bienestar. En efecto, ambos conjuntos de políticas (Estado de bienestar y educación técnico-vocacional) evolucionaron de forma paralela y con múltiples conexiones entre ellas (Trampusch 2010).

Los programas de educación técnico-vocacional en Escandinavia –y en Europa en general– provienen de la revolución industrial y de la transformación del pequeño artesanado que tenía antiguamente el monopolio de la formación en oficios.

En la medida que las grandes empresas industriales comenzaron a demandar fuerza de trabajo más calificada para competir en mercados internacionales, estas lucharon por obtener el permiso de formar a sus trabajadores según sus propios estándares. Y los sindicatos –que inicialmente se opusieron a ello– lo vieron cada vez más como una ventaja.

A diferencia de los gobiernos conservadores y demócratacristianos, los socialdemócratas lucharon por arrebatar la formación vocacional del control directo de los empresarios, de manera de establecer currículums nacionales y educación en la escuela y que no se enseñara únicamente lo que requería la empresa particular. Un elemento importante de estos programas de educación técnica fueron los programas de aprendices, esto es, alumnos que pasan una fracción considerable de su tiempo en prácticas profesionales remuneradas en la empresa.

Eventualmente, el dominio de gobiernos demócratacristianos (como en Dinamarca) o socialdemócratas (como en Suecia y Finlandia) implicó que en la operación del sistema se cargara más hacia el componente de capacitación en la empresa, manejado por las cámaras industriales en conjunto con los sindicatos, o hacia la educación técnica en la escuela y manejado por el Estado, aunque con importante participación empresarial y sindical (Busemeyer 2015; Martin 2017).

“La existencia en paralelo de altos costos laborales y de sistemas de formación técnica de calidad, permitieron a los empresarios cambiar la lógica enfocada en la reducción de costos y por otra enfocada en el mejoramiento de la calidad y la exportación de productos con alto valor agregado”.

Cabe destacar que tanto la expansión de la educación técnica, como el involucramiento de los sindicatos –en conjunto con los empresarios– en su administración, también está relacionada a la intención del empresariado de morigerar la belicosidad de los sindicatos por medio de aprobar mejoras laborales y políticas sociales (Martin 2017, 47).

Hoy en día, el porcentaje de alumnos en educación técnico-vocacional (considerando la educación media superior) es de 36.6% en Suecia, 40.6% en Dinamarca, 51% en Noruega y hasta el 70% en Finlandia (para Noruega, Jørgensen, Olsen y Thunqvist)[1].

A diferencia de Chile, donde la proporción de matrícula destinada a educación técnico-vocacional también es alta, en Escandinavia las empresas participan activamente no sólo en la definición de los currículums y trayectorias educativas, sino también, como se mencionó, en otorgar puestos de trabajo remunerados para las prácticas profesionales de los estudiantes: entre un 15% y un 20% de todas las empresas participan en estos programas de aprendices en Finlandia, Noruega y Suecia, mientras que en Dinamarca dicho porcentaje se eleva al 40%. Más aún, sobre el 80% de las empresas en estos países da entrenamiento y capacitación continua a sus trabajadores. En Noruega, el porcentaje se eleva al 99%.

En otras palabras, a pesar de oponerse inicialmente a las mejoras sociales/laborales, los empresarios escandinavos aprendieron eventualmente a utilizar lo que era visto como una carga en una verdadera oportunidad. El hecho de poder contar con trabajadores estables en sus puestos de trabajo y que recibían una educación técnica de alta calidad y cercana a las necesidades de la empresa, les permitió plantearse la posibilidad de competir en los mercados internacionales no por precio –pues los costos laborales eran muy altos– sino por calidad (para la formulación original de esta relación, véase Streeck 1989; también Estevez-Abe, Iversen y Soskice 2001).

Hoy los países escandinavos producen y exportan bienes altamente especializados y con un alto contenido tecnológico y de conocimiento a pesar –o probablemente gracias– a sus políticas sociales y laborales. Sobre el 40% de las exportaciones suecas y danesas corresponden a productos de alta tecnología (maquinaria especializada, aparatos eléctricos y electrónicos, vehículos motorizados, productos farmacéuticos). El caso de Dinamarca es particularmente interesante, dado que hasta bien avanzado el siglo veinte, su principal exportación eran productos agrícolas. Hoy, el sector exportador dominante es la industria química (particularmente farmacéuticos, con un 15,9%), seguido de maquinaria industrial (11,9%) y equipos electrónicos (7,2%). En Chile, la cifra de exportación de productos de alta tecnología en su conjunto no llega al 5% del total (ver gráficos abajo).

En síntesis, los datos disponibles muestran que existe una estrecha relación entre menores horas trabajadas y mayor productividad. En el caso de los países nórdicos, que conjugan los niveles más altos de productividad a nivel mundial, con el menor número de horas trabajadas –además de prestaciones sociales universales y generosas, y los menores niveles de desigualdad en el mundo–, el análisis histórico revela que fueron las prestaciones sociales y los beneficios laborales, los que antecedieron históricamente las mejoras en productividad y no al revés.

¿Cómo se logró que trabajando menos, se produjera más? Basándonos en la literatura existente, argumentamos que la existencia en paralelo de altos costos laborales y de sistemas de formación técnica de calidad, permitieron a los empresarios cambiar la lógica enfocada en la reducción de costos y en la exportación de materias con bajo contenido tecnológico, a otra enfocada en el mejoramiento de la calidad y la exportación de productos con alto valor agregado.

Exportaciones de Dinamarca, 2017

Fuente: Atlas of Economic Complexity, http://atlas.cid.harvard.edu

Exportaciones de Chile, 2017

Fuente: Atlas of Economic Complexity, http://atlas.cid.harvard.edu

REFERENCIAS

[1] Los datos citados en este párrafo, se pueden encontrar acá.

Bergoeing, Raphael, Felipe Morandé Facundo Piguillem (2003). “Labor market distortions, employment and growth: the recent chilean experience“. Banco Central de Chile, Documentos de Trabajo N° 251.

Busemeyer, M.R. (2015). Skills and Inequality: Partisan Politics and the Political Economy of Education Reforms in Western Welfare States. New York: Cambridge University Press

Chang, Ha-Joon. (2008). Bad Samaritans. the myth of free trade and the secret history of capitalism. New York: Bloomsbury Press.

Estevez-Abe, M., Iversen, T., y Soskice, D. (2001). Social Protection and the formation of Skills: A Reinterpretation of the Welfare State. In P.A. Hall y D. Soskice (Eds.), Varieties of Capitalism: The Institutional Foundations of Comparative Advantage. New York: Oxford University Press

Jørgensen, C. H. , O. J. Olsen and D. P. Thunqvist. (2018). Vocational Education in the Nordic Countries. Learning from Diversity. London and New York, Routledge.

Kehoe, T. and E. Prescott. 2002. “Great Depressions of the Twentieth Century.” Review of Economic Dynamics 5(1): 1–18.

Martin, Cathie Jo (2017). ‘Skill Builders and the Evolution of National Vocational Training Systems‘ In Chris Warhust, Ken Mayhew, David Finegold and John Buchanan (eds.), The Oxford Handbook of Skills and Training (Oxford: Oxford University Press), pp. 36-53.

Nevers, J., & Paster, T. (2019). Business and the Nordic Welfare States, 1890-1970: Introduction to the Special Issue. Scandinavian Journal of History, 1–17.

Trampusch, C. (2010). Co-evolution of skills and welfare in coordinated market economies? A comparative historical analysis of Denmark, the Netherlands and Switzerland. European Journal of Industrial Relations, 16(3), 197–220.

Sanne, C. (1998). The working hours issue in Sweden. Transfer: European Review of Labour and Research, 4(4), 715–728.

Streeck. Wolfgang (1989). Skills and the Limits of Neo-Liberalism: The Enterprise of the Future as a Place of Learning. Work, Employment & Society, 3(1), 89-104.

 

Fuente: https://ciperchile.cl/2019/09/09/trabajar-menos-y-producir-mas-el-incomodo-ejemplo-nordico/

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101 ideas para mejorar la educación

España / 1 de abril de 2018 / Autor: Ángel Fidalgo / Fuente: Innovación Educativa

Desde hace un año la Asociación Educación Abierta viene organizando un conjunto de actos, tanto presenciales como on-line,  para compartir ideas y propuestas que permitan mejorar la educación: grupos de trabajo, debates, diálogos abiertos y puesta en común.

Fruto de todos estos trabajos se ha obtenido un documento abierto denominado “101 ideas para calmar la educación”. Dicho documento plasma lo obtenido hasta la fecha, pero se irá mejorando con nuevas inquietudes de los “afectados” e “interesados” en la educación.

101 ideas para mejorar un bien común “La educación” es un buen inicio del camino.

Fuente del Artículo:

101 ideas para mejorar la educación

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La situación del profesorado en Brasil

Por: Jaume Carbonell 

Nuestro colaborador Jaume Carbonell estuvo a mediados de agosto en el Estado de Rio Grande do Sul. Allí tuvo la ocasión de visitar algunos centros y conversar con varios docentes. El resultado son estas tres crónicas que ofreceremos semanalmente.

“Una profesora de Secundaria cobra unos 625 euros y su jubilación se retrasará unos cuantos años”.

Estamos en pleno invierno y el día es especialmente frío. Este centro estatal de secundaria acoge unos 1.200 estudiantes de entre 11 y 18 años. En la hora del recreo nos recibe Mariana Lima, nombre simulado porque, tal como anda el país, prefiere proteger su identidad. Me cuenta sus precarias condiciones de trabajo: “Actualmente trabajo 40 horas semanales, 32 de ellas lectivas y, por ello, recibo 2.520 reales brasileños -unos 625 euros-, además de pequeños complementos como trienios y ubicación de la escuela». Hay que decir que Río Grande do Sul tiene el salario más bajo de Brasil, mientras el más elevado está en Maranhão, donde gobierna el PT (Partido de los Trabajadores).

Mariana cubre dos turnos: el de mañana, que arranca a las 7,30, y el de tarde, que empieza a las 13,15. Pero hay docentes que cubren, además, el turno nocturno, con 60 horas. Es un reflejo de la desvalorización de la profesión, pues su salario base son 1.260 reales, frente a los 988 del salario mínimo interprofesional. Llevan cinco años con el sueldo congelado y, aun así, lo perciben con un llamativo retraso. El salario de julio lo van a recibir fraccionado: una parte lo acaban de recibir el 13 de agosto y la otra se prevé en septiembre, según las categorías. Todo ello obliga a gran parte del profesorado a pedir todos los meses un adelanto bancario.

El salario del profesorado de infantil y primaria aún es inferior. Pero, a diferencia de España, en la enseñanza privada se cobra más, mucho más, quizás el doble como media. Estuve en una escuela particular -que no subvencionada- donde me explicaron que los docentes llegaban a cobrar hasta 35 euros la hora lectiva, aunque me señalaron que se trataba de un caso excepcional.

Con todo, a Mariana Lima, a sus 56 años, aún le preocupa más su jubilación. Se está tramitando en el Congreso un proyecto de ley que supone un recorte drástico del fondo de provisión para las pensiones. No se conocen los detalles definitivos pero ello podría suponer, según los casos, “permanecer entre cinco o diez años más en las aulas o jubilarse a la edad de 65 o 70 años. O vete a saber. Uff, no sé cuando me va a tocar”. Este es uno de los puntos más sensibles para el conjunto del funcionariado de la política de recortes y de la nueva ofensiva reaccionaria y neoliberal del gobierno de Bolsonaro, que cuenta con los apoyos suficientes para acometer un proceso de privatizaciones de alto calado. Por eso mañana se convoca en todo el país una jornada de protesta, con paro incluido.

Damos una vuelta por el centro, con algunas partes algo desvencijadas, paredes que piden a gritos una mano de pintura, algunas puertas que no acaban de cerrar bien y una pista deportiva que hace tiempo que debería cubrirse. “Tenemos presupuesto para adquirir nuevos recursos pero no para repararlos ni para mantenimiento. Siempre sale alguien que lo arregla voluntariamente. ¡Qué remedio! Hay montones de libros de texto que se envían gratuitamente, permanecen en el centro y se reponen al cabo de tres cursos; pero existe la amenaza de que el próximo año dejen de ser gratuitos”. En las clases, con pupitres móviles, se reúnen hasta 35 alumnos de procedencia muy diversa”.

Mariana imparte clases de Biología a dieciséis grupos . “Como mínimo tengo que hacer cuatro programaciones. Pero luego está el alumnado de inclusión (de diversidad funcional o necesidades educativas especiales) que requieren una programación específica para cada uno. Y yo tengo once”. A veces también ha impartido alguna sesión de Educación Artística, porque para esta u otras materias -las llamadas asignaturas complementarias según algunos ministerios- no se dispone de profesorado especialista.

En un extremo del edificio hay una pequeña vivienda: es la casa del policía-conserje que se encarga de la seguridad cuando el centro queda vacío. No lo tienen todos los centros, porque se trata de un trabajo poco solicitado debido a su escasa remuneración. Muchos sí tienen videocámaras para la seguridad.

Es la hora del desayuno y en la cocina les sirven un bocadillo y un vaso de leche; a comer van todos a casa. En el patio algunos grupos ensayan bailes para una fiesta que se celebra como culminación de varios proyectos. Otros dan patadas al balón o conversan animadamente. A la salida me fijo en un mural donde los estudiantes expresan sus deseos de futuro: “Estudiar más para pasar las pruebas”; “Encontrar un trabajo”; “Entrar en la universidad” (para estudiar esta u otra carrera). Este último es el más repetido. ¿Podrán lograrlo estos estudiantes, cuando también los recortes se ciernen sobre la política de becas y el acceso a la universidad? Al tiempo.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2019/09/11/la-situacion-del-profesorado-en-brasil/

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