La vuelta al cole está a la vuelta de la esquina y un año más se habla de la digitalización. Sin embargo, esta vez no se trata de cambiar pizarras por pantallas digitales o libros por tablets, sino que el Ministerio de Educación va más allá y quiere innovar en los planes de estudios.
Así lo ha anunciado la ministra de Educación y Formación Profesional en funciones, Isabel Celaá, n el 33º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones organizado por AMETIC donde, además, ha confirmado una inversión de 226 millones de euros para «digitalizar la educación».
El plan de trabajo cuenta por renovar los estudios y crear un total de 80 nuevas titulaciones de Formación Profesional asociadas a disciplinas tecnológicas clave como, por ejemplo, inteligencia artificial, ciberseguridad, big data, creación de videojuegos o conducción de drones.
El objetivo es adaptar las titulaciones a las nuevas oportunidades laborales, asegura el Ejecutivo. Por ejemplo, los drones y los aviones no tripulados representarán un 10 % del mercado aeronáutico en 2050, generando 15.000 millones de euros al año y 150.000 puestos de trabajo, según las estimaciones de la asociación SESAR, un proyecto europeo para la creación del Cielo Único, recogidas por la consultora Oliver Wyman.
Pilotar drones
Tras la entrada en vigor del Real Decreto 1036/2017, tan solo en España se han gestionado más de 1.000 vuelos de estas pequeñas aeronaves. De momento, esta normativa no exige una licencia para volar drones si es «para uso recreativo».
No obstante, cada vez más se demandan en sectores como el audiovisual perfiles capaces de pilotar estes aeronaves para planos desde el cielo para largometrajes, cortos o videoclips. En este caso, sí es necesaria una licencia.
Por el momento, esta certificación se obtiene a través de un curso intensivo en una academia especializada con una duración de un mes o más de acuerdo a la especialización deseada. Para que sea válida, la enseñanza ha de estar certificada y supervisada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
Educación transversal
Además de la creación de casi un centenar de nuevas titulaciones, Celaá ha anunciado una formación transversal a todos los estudios que se imparten en la Formación Profesional en España. A través de la creación de un módulo profesional sobre digitalización, el departamento liderado por la portavoz del Gobierno quiere mejorar la educación digital de los alumnos españoles.
Celaá también ha explicado que se impulsarán las competencias digitales del profesorado, el alumnado y los centros mediante un Marco Estatal de Competencia Digital y de la creación de la Escuela de Inteligencia Artificial en el Ministerio de Educación y FP.
Los estudios de Formación Profesional se adaptan a las demandas empresariales. Los perfiles centrados en data science y big data son los más demandados, incluso por delante de ingeniero informático o ingeniero industrial, según el informe EPYCE 2018.
El sistema educativo español aún se encuentra lejos de los países europeos en este sector. España se sitúa en el penúltimo puesto en la carrera por el dominio de los datos, solo por delante de Singapur y muy por detrás de países como Suecia (17,3%), Reino Unido (16,9%) o Francia (10,3%).
El desarrollo del campo de investigación referido a la práctica profesional docente sigue siendo un motivo de discusión en la formación del profesorado. Sus problemas son abordados desde distintas dimensiones: la relación teoría-práctica, el papel de la investigación en la práctica, las tensiones entre la formación disciplinar y didáctica, la complejidad de la práctica pedagógica y el papel ético del docente en ella (Diker y Terigi, 2008). Así, la formación de los docentes requiere de una permanente comprensión y discusión sobre la didáctica y las didácticas de las disciplinas, enfocadas hacia sus prácticas, pues su ejercicio, siempre cambiante, enfrenta diversos retos. En este contexto de discusión sobre las prácticas y las experiencias de los docentes, la investigación narrativa se ha convertido en una forma de comprender la realidad. A diferencia del método científico propio de las ciencias naturales, la investigación en las ciencias humanas —y dentro de ellas, la investigación narrativa— no busca confirmar una ley, sino comprender los fenómenos educativos, especialmente, cómo es un docente, cuáles son sus experiencias, qué dificultades afronta, qué piensa sobre su profesión, de qué manera planea y ejecuta sus acciones, entre otras. Al llevar a cabo las investigaciones sobre la problemática de la práctica profesional docente, se propició la confrontación y cualificación de las prácticas pedagógicas particulares de los estudiantes de la Maestría en Docencia en sus espacios laborales. El propósito: la ampliación de su horizonte cognitivo para comprender la enseñanza en todas sus dimensiones. En todo caso, se trata de posicionarse como un maestro que se piensa desde su profesión, a la vez que propone y se hace visible en el mundo académico como un profesional investigador e innovador.
Autores (as): Moreno Fernández, Patricia Judith – Compilador/a o Editor/a; Herrera Beltrán, Claudia Ximena – Compilador/a o Editor/a;
Dinamitar por dentro la institución sagrada de la familia. Despedazarla en trozos de perversión, encierro, secretos, cicatrices.
Eso es lo que hace María Fernanda Ampuero (Guayaquil, 1976) en su brillante debut en la ficción, el volumen de relatos «Pelea de gallos», que fue destacado por el The New York Times entre lo mejor de 2018.
«Mi ideal es que sea considerado un libro de terror, el género que mejor puede contar que estamos durante 18 o 20 años a merced de estas personas —la familia—, que a su vez estuvieron a merced de otras», dice. En una especie de cautiverio feroz.
Después de casi dos décadas fuera de Ecuador, pasando por Buenos Aires y Madrid, Ampuero acaba de volver a su país con una misión grande: dirigir el Plan Nacional del Libro y la Lectura, para llevar los libros a quienes piensa que más lo necesitan.
«Fui una niña salvada por la literatura; de la soledad, del ostracismo, del sentirme freaky y rara. Me gustaría acercarla a otros niños que se sientan así», explica.
También autora de los libros de crónicas «Permiso de residencia» y «Lo que aprendí en la peluquería», María Fernanda Ampuero participará en los diálogos del Hay Festival de Querétaro con su escritura implacable y hermosa.
BBC Mundo conversó con ella antes del festival.
Derechos de autor de la imagenDIANA MASSISImage captionPortada de «Pelea de gallos», de María Fernanda Ampuero.
«Pelea de gallos» son 12 historias de familia: un padre que permite que su hija sea abusada, una madre que castiga, un hermano que tortura… ¿Cuánto hay de ti en este libro?
Soy de una familia de clase media ecuatoriana convencional: papá trabajando, mamá en casa, dos hermanos. Desde afuera, una familia bastante modélica, pero yo creo que todas las casas son embrujadas.
Cuando tus padres no piensan en que eres un ser humano que está observando el mundo, necesitando una palabra de aliento, un consuelo o simplemente que te dirijan la mirada, estás como secuestrada, porque tienes que vivir con ellos.
Como en el síndrome de Estocolmo, los quieres ¡y quieres que te quieran! Y, tal vez, es peor querer que te quieran que querer.
¿Te refieres a desear el amor de los padres?
El sentimiento más autodestructivo es querer que tus padres te quieran. Aunque no sean abusadores, ni violentos, ni te castiguen, sino todo lo contrario, te den comida en la mesa y te lleven a un colegio.
Ellos tienen a un ser que está todo el tiempo mirando, diciendo quiéreme, dime que soy importante, lo mejor que te ha pasado en la vida, es un poco de Frankenstein: el monstruo del doctor, ese hijo que le dice «¡acéptame! ¿por qué no me aceptas si tú me hiciste?».
Me parece que hay una cosa monstruosa en la relación entre padres e hijos.
Derechos de autor de la imagenGUILLERMO MORÁNImage caption¿Qué mejor lugar que un palenque para hablar de «Pelea de gallos»?
Parece ser la voz de una niña la que habla en la mayoría de los cuentos. ¿Por qué eliges esa mirada?
Es la niña que no se siente del todo aceptada, que experimenta cosas extrañas que la hacen sentir como monstruosa y a la que le enseñaron que el único valor que tenía una mujer era su hermosura.
Está esa sensación de fragilidad absoluta que tienes en la infancia, cuando se está formando tu autoestima, lo que vas a ser en el futuro. Es tan fácil destruir esa espina dorsal que aún es elástica.
Narra ese momento en la niñez en el que ibas a ser más feliz, sana, coherente, amorosa, empática, y algo o alguien torció ese camino, y para mí eso es la pérdida de la inocencia. Pero creo que es algo evitable. Por eso hay muchas cosas en el libro que son como ¡mira lo que les estás haciendo a los niños!
En «Subasta«, el aclamado cuento que abre el libro, cuando la hija mostraba debilidad frente al horror de las peleas de gallos, su padre le decía «mujercita». ¿Lo escuchaste muchas veces?
Tuve un debate con un grupo de lectura, porque ellos atacaban al padre, y para mí, dentro de su ignorancia o condición de padre soltero, la única manera de salvar a su hija era diciéndole que dejara de ser lo que ella era, que se endureciera.
Por eso la niña se da cuenta de que el asco es lo único que la va a salvar de que la violen —y cubre su cuerpo con las vísceras de los gallos muertos—.
A mí me decían lo contrario, que fuera más mujercita: siéntate bien, no seas respondona, anda limpia, no seas machona.
Ensalzar la femineidad como lo único a lo que tenemos que aspirar las mujeres, así fui criada. Lo contrario de esa niña, pero ella se salva y muchas de nosotras no.
En el cuento «Nam«, cuando la niña protagonista habla de la no aceptación, dice «lo mío es lo de siempre: gorda, morena, con lentes, peluda, rara». ¿Por qué esos adjetivos?
Básicamente me definen. Es como me consideré toda la vida y es bien doloroso.
Por eso te hablaba de una familia con abuelos, tías, comidas los domingos, supuestamente normal, pero con una cantidad de violencia no física incalculable.
Que le digas a una niña de 8 años «¡Ay mijita qué gorda que está!», «¡Ay qué pena, con lo linda que es de cara!», «¡Como tuviera el pelo de su mamá!»… Toda esa mierda destruye a los niños.
Las sobremesas destruyen a los niños. Crecí pensando que si fuese delgada mis padres me querrían más.
Tengo 43 años y cada vez que voy a Ecuador, pienso: «Estoy muy gorda. Mi mamá se va a sentir decepcionada». ¡Hasta el día de hoy!
A veces hablo con mis amigos, y les digo: «¡Que he salido en el New York Times! ¡No me jodas que porque tengo cinco libras para arriba, mi mamá no me va a querer tanto!».
Derechos de autor de la imagenISABEL WAGEMANNImage caption«Crecí pensando que si fuese delgada mis padres me querrían más», admite Ampuero.
¿Te ha causado mucho sufrimiento?
Ahora va a salir en España un libro que se llama «Tranquilas», una antología de lo que vivimos las mujeres en el espacio privado y en el público, historias en primera persona.
Ahí narro algo que nunca había contado claramente: una violación.
No la denuncié porque era una persona con la que había quedado y la cosa se puso violenta. No pude hacer nada, el tipo era enorme y básicamente me violó.
¿Cuál fue mi primer pensamiento cuando me levanté de la cama y fui al baño? ¿Debo ir a la policía a denunciar o qué ganas de matarlo? No, lo que pensé fue, claro, como soy tan gorda, se sintió decepcionado y tenía que castigarme. No le resulté atractiva cuando me desnudó. Lógicamente tenía que hacerme daño.
Yo me acuerdo, y mira que llevo años en el feminismo y eso hace un contrapeso brutal en ese pensamiento, pero no es una cosa de sicópata mía, es algo que piensan muchas mujeres: «no lo dejo aunque me haya roto el brazo y la quijada porque ¿quién más me va a querer?».
Está tan arraigado en nuestro espíritu y condición, que somos nuestro primer enemigo. Por eso la frase del cuento «Nam» es clave.
Cuando sus amigos la besan, la niña de «Nam« no lo puede creer…
Siente que no se merece que la besen o la toquen, porque es desagradable a la vista. Pero yo no nací creyendo que era eso. En mi WhatsApp tengo una foto disfrazada de la Mujer Maravilla.
Hasta el día de la foto, yo pensaba que era la niña más cool, perfecta y poderosa, brillante, lo máximo, capaz de hacerlo todo, como la Mujer Maravilla. Pero al poco tiempo, alguien me dijo que con ese traje se me veía la barriga, que eso era muy feo y había que ocultarla.
No lo volví a usar y ahora es todo un statement, porque yo quisiera volver a esa niña y decirle: «Eres increíble, eres buena, compasiva, empática, eres rápida».
Pero eso no se puede. Por eso estoy tan cabreada con las familias.
Guillermo Morán
El sentimiento más autodestructivo es querer que tus padres te quieran».
¿Existe la familia feliz?
No conozco a nadie con una familia convencionalmente feliz. Tengo amigas con padre alcohólico o que las abandonó por otra señora, madres que pegaban.
No sé si los juguetes rotos nos buscamos…
Tolstoi dice que todas las familias felices se parecen y las infelices lo son cada una a su manera.
Yo creo que se parecen porque son de ficción. No creo que exista una familia feliz.
¿Y por qué será que no existen?
Todo lo que es sagrado fácilmente conduce al fascismo. Me parece extremista, fundamentalista: honrar padre y madre, la ropa sucia se lava en casa.
Es peligroso que no podamos juzgar una institución tan importante para nuestras vidas, la más importante tal vez, porque incluso si eres huérfano, esa ausencia de padre y madre es un fantasma que está penando en toda tu historia.
Por eso pasan las cosas que pasan.
¿Cómo nadie habla de que hay niñas embarazadas por sus papás, abuelos, primos? Se han hecho estudios y es así.
Todo bien con la familia, pero un momentito, si yo sé que tu hermano le pega a su mujer ¿por qué me callo?
Esa suma de secretos de familia hacen a esta sociedad de mierda.
Derechos de autor de la imagenQUITO CRÓNICOImage captionAmpuero se declara «cabreada con las familias».
Cuentos como «Coro« y «Monstruos» reflejan la desigualdad y la explotación social. ¿Por qué lo haces con tanta crueldad?
Es el germen de muchos terrores.
En el cuento «Monstruos», Narcisa es un nombre real, aunque el relato no lo sea.
Narcisa fue una niña de 10 años que le regalaron a mis padres cuando se casaron.
En un mundo lógico, razonable y amoroso, tendría que haber sido mi hermana mayor, porque ellos la adoptaron; sin embargo, era la sirvienta.
¿Por qué? ¿porque tiene otro color, otro origen? ¿cuál es la lección que me estás dando? La lección es que hay gente que no importa.
Todas esas preguntas a mí me obsesionan, esas cosas desalmadas de la clase alta.
Me ha marcado mucho pensar en la desigualdad social, tal vez por mi experiencia como migrante, en que me convertí en el otro, en el que la pasa mal.
Y ya que lo has vivido en tu piel ¿cómo resolver la situación crítica de la migración en Latinoamérica?
Yo no sé resolver nada, pero estoy muy molesta con alguna gente en el Ecuador, porque nosotros hace apenas 20 años nos fuimos todos.
El país se cayó, perdimos nuestra moneda y los aviones eran como pateras voladoras de gente desesperada por sacar a su familia adelante, porque su familia se moría y que ahorita digan que la delincuencia es culpa de los venezolanos, que el gobierno debería ser más duro. ¡Qué horror!
Es como de malagradecidos. ¡Me da tanta ira!
Hablo de esto como ecuatoriana que emigró, no podemos tener tan poca memoria y el corazón tan duro. El gran trabajo pendiente que tenemos, por una cosa de humanidad, son los exiliados de hoy.
Edu León
Es peligroso que no podamos juzgar una institución tan importante para nuestras vidas (como la familia)».
En «Crías«, una chica se enamora de su vecino y él le revela que los hámsteres se comen a sus crías. ¿Aquí se trasluce tu mirada del amor?
Es mi gran cuento amoroso. Un amor raro, lleno de perversidad, pero al mismo tiempo me enternece que estos dos outsiders se encuentren.
Ellos son las crías de los hámsteres, que han sido masticados por sus propios padres. Son fragmentos de personas que logran eso que es tan difícil, hacer que calce tu fragmento, tu pedazo roto, con el pedazo roto de otro.
Me gusta ese amor.
Yo sé que es un libro duro y hay gente que cree que es un libro sin luz ni esperanza, pero yo veo en ellos un tipo de amor: llegar a casa, encontrar tu lugar en el mundo.
No se trata solo de equidad de género: la presencia de hombres en la educación parvularia en Chile es mínima, pero podría colaborar a cambiar la percepción de los roles de cuidado en la sociedad. Así lo indican parvularios y especialistas. «El impacto se ve también reflejado en la sociedad», aseguran.
“Nos expusieron como los extraños”, dijo Patricio Muñoz cuando recordó la última vez que apareció en un reportaje para un medio. Son minoría, es verdad, no más de 30 a nivel nacional en un grupo que recientemente armaron en Whatsapp, pero lejos del morbo que eso genera, los hombres que se desempeñan en Chile como educadores de párvulos se consideran un aporte.
Cuando Muñoz egresó de la Universidad de Concepción, junto con un compañero más, asegura que fueron un hito que no ocurría desde hace 25 años. Todo bien hasta ahí, si no fuera porque una vez enfrentados al mundo laboral los educadores de párvulos terminan en su mayoría desistiendo de la carrera o buscando oportunidades en las áreas más administrativas de la educación.
Así, por ejemplo, le pasó a Rodrigo Enero, un educador de párvulos que hoy se desempeña como supervisor en los jardines Integra, pero que tuvo una experiencia breve por las aulas.
Su historia en ese rubro, sin embargo, estuvo marcada por dos años en los que abandonó por completo su carrera y estuvo a punto de dedicarse a otra cosa.
“Ya estaba dando por perdido trabajar en lo que había estudiado cuatro años. Sin embargo, me dieron la oportunidad en el jardín Ichuac, que es un jardín BTF Junji. Ahí ya habían trabajado hombres voluntarios que venían de Alemania y tenían un convenio de cooperación. No era algo distinto para los padres y trabajé por tres años como educador de aula”, comentó el educador a Diario y Radio Universidad de Chile.
La etapa en la que un profesional de este tipo pasa en una sala es crucial para determinar si realmente puede hacer carrera en esto.
En el caso de Patricio Muñoz, fueron ocho años los que trabajó en dicha labor. Aunque lo que más recuerda es haber sido el centro de la crítica, tiene claro el aporte que significó su presencia en la sala.
Muñoz destaca que hay ciertas diferencias en el sentido de la protección que se le ofrece a los educandos. Por ejemplo, las educadoras suelen ser más exhaustivas. Sin embargo, el impacto, según él, va a depender de la formación que los y las niñas traigan desde sus casas.
“Si tienen una familia que comparte roles, donde tanto la mamá como el papá cooperan, para ellos no es anormal que un hombre barra, que es lo que yo hacía en sala, que le ayude a limpiarse. El impacto se ve también reflejado en la sociedad, en este caso la familia”, enfatizó Muñoz.
Para las familias, agregó el educador, la sinergia que proyecta la colaboración de un hombre y una mujer dentro de las salas puede aportar a la deconstrucción de roles que comúnmente son asignados por la sociedad a un determinado género.
En este análisis coincide también la investigadora del Núcleo Desoc y experta en temas de educación, Verónica Cabezas. En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, manifestó que este pequeño acto de aparente inclusión dentro de las aulas puede enviar un fuerte mensaje a los educandos.
“No es solamente un tema de que nos guste la equidad de género, es importante porque la sociedad machista tiene asociado ciertos roles de cuidado al género femenino. En esta profesión, asociada con el tema del cuidado de los niños, ha sido mal vista para un hombre poder considerarla también por cierto riesgo de ser denunciado por abuso, pero los niños y las niñas tienen que ver la moderación de roles”, precisó la experta.
Verónica Cabezas.
Este tipo de situaciones, a nivel internacional, ha llevado a cuestionar otros detalles, según Cabezas, como el uso del delantal en las educadoras de párvulos, precisamente para equiparar los roles con las figuras masculinas dentro de la sala.
En la actualidad, aunque no se manejan cifras de los educadores de párvulos en Chile, muchos de ellos se han organizado para realizar el Primer Encuentro de Educadores de Párvulos del país, que tendrá lugar en octubre en Antofagasta.
No existe nada que evite la participación de los hombres en este rubro en Chile, pero tampoco nada que lo fomente; sin embargo, los consultados para este informe ven con buenas expectativas el futuro de su profesión. Para ellos, la paridad se podría alcanzar tal como ocurrió con carreras antes masculinizadas, como medicina o ingeniería.
Fuente del artículo: https://radio.uchile.cl/2019/08/11/deconstruir-los-roles-desde-la-ninez-los-hombres-protagonistas-de-la-educacion-parvularia/
América del sur/Argentina/05 Septiembre 2019/Prensa Latina
La Confederación de Trabajadores de la Educación de Argentina (Ctera) encabeza hoy un gran paro nacional para repudiar los recientes hechos de agresión contra varios maestros en la provincia de Chubut.
Aulas cerradas y alumnos sin clases en todo el territorio nacional, los maestros saldrán a las calles a manifestarse tras el ataque sufrido contra varios de sus compañeros chubutenses, quienes fueron desalojados por miembros del sector petrolero durante un corte de ruta que realizaban en reclamo de salarios adeudados.
Desde las 10:00 hora local, cientos de educadores con sus tradicionales guardapolvos ocuparán la emblemática avenida 9 de julio de esta capital para marchar hacia la sede de la casa provincial de Chubut y de allí rumbo al Ministerio de Economía, donde exigirán al Gobierno de Mauricio Macri la resolución urgente del conflicto y la convocatoria a la paritaria nacional (negociaciones salariales).
La víspera, en una rueda de prensa, la secretaria general del gremio, Sonia Alesso, calificó de gravísimo los hechos ocurridos en Chubut, en los cuales cinco educadoras fueron heridas por golpes propinados por las fuerzas de seguridad.
‘La vida de los maestros es un límite que no vamos a dejar pasar’, señaló la dirigente sindical.
Con epicentro en esa provincia y en Buenos Aires, el paro de 24 horas del sector de la educación pública se sentirá en todo el país con manifestaciones similares.
Los maestros argentinos responsabilizan al ministro de esa cartera, Alejandro Finocchiaro, que ‘incumple con el llamado a paritaria y la ley de financiamiento educativo’, afirman.
Además de esta movilización, los docentes nucleados en la Ctera anunciaron ayer que realizará otra jornada el 11 de septiembre próximo, día del maestro, para exigir al Ejecutivo la emergencia alimentaria para los niños porque, dicen, ‘con hambre no se puede aprender’.
El primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, ejecutó hoy el tradicional toque de tambor para iniciar el año académico 2019-2020, al que asisten más de 24 millones de niños y jóvenes en todos los niveles de enseñanza.
La ceremonia tuvo lugar en una secundaria básica en las afueras de esta capital, a cuyos alumnos y profesores el jefe de gobierno pidió corresponder a los esfuerzos que hacen el Partido Comunista (PCV) y el Estado para proporcionar una educación de calidad a todos los vietnamitas.
En Vietnam los cursos escolares siempre comienzan el 5 de septiembre, sin importar el día de la semana, y los actos de apertura siguen un guion invariable: el saludo a la bandera, el canto del himno nacional, un mensaje del presidente, palabras del director de la escuela y el tañido de un gran tambor, en ese orden.
Luego, se liberan globos y los propios estudiantes ofrecen actuaciones musicales y culturales de diverso tipo, juegos o eventos deportivos.
Pero este año faltó algo: los globos se eliminaron en apoyo a una campaña nacional contra los desechos plásticos y otros materiales no biodegradables.
El mensaje del presidente y secretario general del PCV, Nguyen Phu Trong, exhortó al alumnado a ser fieles al tradicional amor de los vietnamitas hacia el estudio para convertirse en las personas éticas y talentosas que deseó Ho Chi Minh.
A los maestros los instó a desplegar con eficacia las orientaciones y políticas del Partido y el Estado en materia educacional.
En ceremonias similares celebradas en diversas provincias del país participaron otros altos dirigentes del PCV, el estado, el gobierno y las organizaciones sociales y de masas.
Según el Ministerio de Educación y Capacitación, en este nuevo año académico se dio la bienvenida a más de cinco millones y medio de pequeños en jardines de la infancia, a unos 17 millones de estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, y a alrededor de un millón y medio de universitarios.
Vietnam destina cuantiosos recursos a la educación: el 20 por ciento de los gastos presupuestarios se dedica a ese sector, lo que equivale al 5,8 por ciento del Producto Interno Bruto.
La primera columna del curso 2019-2020, además de resaltar la importancia de la teoría y la práctica, quisiera dedicársela a todos los docentes que construyen cada día el sendero con el alumnado y sus familias, realizando una labor impagable para el presente y futuro de la educación.
En este hemisferio comienza un nuevo curso escolar. Unos lo viven con nostalgia. ¡Se acabó lo bueno! ¡Se acabaron las vacaciones! Otros con entusiasmo. ¡Volveré a ver a mis amigos y amigas! ¡A ese profesor o profesora que tan bien me ha acogido y tanto me ha permitido aprender! ¡Seguiremos investigando y descubriendo mundos! ¡Volveré a ver a mi alumnado que tanto me estimula! Otros con preocupación. ¡Qué aburrimiento! ¡Tantas horas sentados en filas y columnas donde me piden que memorice cosas a las que no encuentro sentido! ¡Y, encima, la selectividad! ¡Otra vez a lidiar con alumnado desmotivado y conflictivo!
Pero lo que sí parece es que la mayoría de nosotros sentimos, aunque sea de distinta manera, la importancia de la educación. De ese derecho (todavía no logrado para todos y cada uno de los niños y jóvenes del planeta) y deber fundamental de poder contar, desde que nacemos, con un entorno que nos proporcione el bienestar y la atención necesarias para poder crecer, aprender y participar con responsabilidad en nuestra sociedad.
En nuestro entorno social contamos con una institución: la Escuela, a la que le hemos adjudicado el papel principal de “educar” y “enseñar” a niños, niñas y jóvenes. Y como vivimos momentos de cambios sociales, económicos, políticos, culturales y tecnológicos, no solo cada vez más acelerados sino más alejados del control y la participación real de los ciudadanos, cada vez somos más los que pensamos en la necesidad imperiosa de revisar, transformar, mejorar el funcionamiento de este poderoso dispositivo. Para que este dispositivo inercial e ideado en otro momento histórico, con otras necesidades y circunstancias, no se convierta en un freno, cuando debería ser un acelerador (piénsese en los importantes porcentajes de abandono y desafección escolar). Y aquí viene el sentido del título de esta columna.
La necesidad de revisar, transformar, mejorar la educación institucional ha llevado, entre otras cosas, a la proliferación de “gurús” (palabra de origen hindú que significa ‘maestro espiritual’, una persona importante que muestra el sendero, originalmente del yoga, y que ahora se ha extendido distintos ámbitos sociales). De ahí que, en el pasado mes de marzo, un colega de la universidad me enviase una lista publicada por la organización Global gurus consistente en siete mujeres y veintitrés hombres, considerados como los treinta mejores gurús del ámbito de la educación. Global gurus es una organización de investigación, que dice financiarse con sus anunciantes en sus sitios de internet y no de los seleccionados como gurús. De los que afirman que no son líderes de la industria, sino personas que apoyan el conocimiento y el desarrollo personal y organizativo a través de charlas, capacitación, libros y medios de comunicación, en distintos campos: liderazgo, gestión, comunicación, ventas, coaching, programación neurolingüística, hospitalidad, marcas, atención al cliente, lenguaje corporal, mercadotecnia en Internet, cultura organizativa, gestión del tiempo, conferenciantes motivadores y empresa emergente (starup). ¡Cada campo tiene su lista de 30 gurús! Parece que guías no nos faltan, pero lo importante es qué pasa en “el sendero”.
En el caso de la educación, la mayoría son o han sido docentes e investigadores mayoritariamente en la universidad y algunos han creado o están vinculados a organizaciones educativas, con más o menos afán de lucro. Todos comparten un interés por la educación y por promover su mejora. Algunos, pocos, son conocidos en nuestro contexto. Pero todos han realizado y realizan aportaciones interesantes que contribuyen a repensar y reimaginar la planificación y la práctica de la educación. De hecho, ojalá algunas de sus aportaciones fuesen más conocidas y consideradas por los diseñadores de las políticas educativas y los educadores.
En el mismo momento en que leí el contenido de las aportaciones de los miembros de la lista, estaba inmersa en el trabajo de campo de un estudio de caso sobre la transformación educativa propiciada por la participación en la Red de Competencias Básicas, en una escuela primaria pública. Una iniciativa de la Consejería de Educación de Cataluña, en la que participan más de 500 centros de primaria y secundaria públicos. Su finalidad es favorecer la transformación y mejora de la educación desde las escuelas e institutos, siendo el profesorado el motor de la iniciativa, a través del aprendizaje cooperativo, la articulación del currículo por proyectos y la evaluación formativa.
Esta actividad de investigación me llevó a compartir bastantes horas con un grupo de docentes en un barrio popular del área metropolitana de Barcelona. En una antigua fábrica, convertida en dos escuelas, que comparten distintos servicios (comedor, patio de recreo, algunos pasillos…) y que, al entrar, producía una sensación de calma y alegría. En una institución que acoge niños y niñas con dificultades de audición, con más del 40% del alumnado es extranjero, con aulas repletas, matrícula viva y una clara escasez de personal. Pero la acogida que nos depararon, la cantidad de momentos de gran calidad educativa a los que tuvimos ocasión de asistir y la actitud de todos los miembros del equipo (incluidos personal de apoyo, conserjes, cocineras), me llevó a pensar que allí, como en muchos otros centros, estaban los auténticos gurús. Los que no solo mostraban el sendero, sino lo construían con alumnado y familias.
No contaban con gran reconocimiento aunque, habiendo sido maestra considero que un abrazo espontáneo de un niño o una niña, o el hecho de que un niño pakistaní aparezca un día en clase sin hablar una palabra de catalán o castellano, y pueda pasar un día en la escuela sin desesperarse, o que algunas familias pregunten cómo pueden contribuir más a la escuela, son algo inenarrable. Ni con ingresos extra y tratamiento de VIP. Pero a medida que lo pensaba, más me convencía de que estas maestras (son la mayoría) y el personal de apoyo, eran los auténticos gurús.
De ahí que al pensar la primera columna del curso 2019-2020, además de resaltar la importancia de la teoría y la práctica, quisiera dedicársela a ellas y a todos los docentes que construyen cada día el sendero con el alumnado y sus familias, realizando una labor impagable para el presente y futuro de la educación.
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