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Educación y salud, principales retos de El Salvador en el índice de progreso social

América Central/El Salvador/15-11-2020/Autora: Magdalena Reyes/Fuente: www.elsalvador.com

El Salvador ha tenido avances más lentos en estos indicadores, lo que lo posiciona en los últimos lugares a nivel de América Latina.

La baja matrícula en educación primaria y secundaria siguen siendo de los principales retos que tiene el país en el Índice de Progreso Social.

Así lo revela el documento titulado: “Cerrar las brechas de progreso social: prioridades y propuestas para El Salvador”, presentado ayer por la Fundación Poma, que junto al Centro de Progreso Social son los encargados del análisis y comportamiento del Índice de Progreso Social (IPS).

En el documento se analiza el país en tres momentos: la evolución del progreso social hasta el año 2019; una apreciación del impacto negativo de la pandemia durante 2020; y las dificultades económicas y fiscales que amenazan el progreso social en el futuro próximo.

“En el nivel de matrícula estamos en el último lugar de América Latina. Otro de los retos es la calidad de educación, poder hacer que los niños tengan acceso a calidad de educación”, se detalla.

El bajo acceso a internet que impide que los alumnos lleguen a los materiales remotos y las altas tasas de criminalidad son de los principales aspectos negativos que revela el informe.

En términos de inseguridad ciudadana, El Salvador se posiciona en el puesto 15 de 17 países.

“Los datos son de 2019, previo a la pandemia y antes que este Gobierno iniciara gestión”, detalló el coordinador del Centro de Progreso Social, Manuel Sánchez Masferrer.

Indicó que el objetivo del informe es ofrecer alternativas para aumentar el IPS de los salvadoreños.
El investigador destacó que el IPS está compuesto de varios indicadores agrupados en 12 componentes que representan diferentes aspectos del bienestar.

“En ese índice El Salvador está en la posición 14 de entre los 17 países de Latinoamérica y a nivel mundial está en la posición 94 entre 164 países”, explicó Sánchez Masferrer.

Esto significa que el país tiene un progreso social medio bajo, ya que a nivel de Latinoamérica únicamente está mejor posicionado que Guatemala, Honduras y Nicaragua.

Hace 10 años estaba en la posición 85, pero esto se debe a que los demás países han avanzado de manera más rápida.

Necesaria inversión social
En un contexto impactado por el COVID-19, que ha exigido mayor gasto para atender la pandemia y ante la apremiante situación fiscal, no se puede dejar de lado invertir en lo social para no comprometer los niveles alcanzados en el IPS, indicó el experto.

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“Estamos relativamente rezagados en comparación a la región, por eso es importante mantener aquellas cosas que son claves durante este periodo difícil en términos económicos”, apuntó.

Por su parte, el vicepresidente de Fundación Poma, Alejandro Poma, destacó la importancia del documento que están presentando.

“Además de estudiar los principales indicadores de bienestar a través de la metodología del Índice de Progreso Social (IPS), este documento es un esfuerzo que pretende brindar propuestas de política pública, basadas en un análisis técnico, objetivo y ejecutable”, subrayó Poma.

Agregó que desde el inicio de la pandemia, la Fundación Poma ha tomado un rol protagónico para aliviar necesidades urgentes en comunidades vulnerables y también ha contribuido, junto a organizaciones aliadas como el Centro de Progreso Social y ESEN, a la formulación de soluciones y propuestas en los momentos más críticos.

“Seguiremos poniendo al servicio de El Salvador nuestra experiencia, porque estamos convencidos de la importancia de cuidar los avances en materia de progreso social y evitar retrocesos”, enfatizó Poma.

¿En cuáles indicadores ha mejorado el país?

De acuerdo al análisis, El Salvador es un país con una mortalidad materna relativamente baja en América Latina; la mortalidad infantil también ha disminuido en los últimos 20 años.

Además revela que el acceso a la telefonía celular es otro indicador en los que está bien y que tiene pocas emisiones de gas invernadero.

También se ha mejorado en el goce de los derechos políticos y en el goce de la libertad religiosa.

Sin embargo, son componentes por los que se debe velar que no haya un retroceso, tomando en cuenta que el avance de El Salvador en el IPS ha sido lento, en comparación con los demás países.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/fundacion-poma-educacion-salud-indice-progreso-social/775287/2020/
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Solo una de cada 10 personas puede hacer teletrabajo en El Salvador, revela estudio

América Central/El Salvador/08-11-2020/Autora: Karen Molina Fuente: www.elsalvador.com

La economía salvadoreña está enfocada en los servicios, en los que se necesita de la interacción entre clientes, proveedores y usuarios, señala la investigación.

El estudio propone un mayor registro de las personas que hacen teletrabajo.

Solo una de cada diez personas puede hacer teletrabajo en El Salvador, según concluyó recientemente un estudio realizado por la investigadora María José Erazo, de la unidad de Mercado Laboral del Ministerio de Trabajo.

Según este estudio, denominado “Teletrabajo en El Salvador, factibilidad y retos ante la pandemia de COVID-19”, la matriz productiva del país está terciarizada en su mayoría, es decir, que está enfocada en los servicios, que requieren de la interacción personal entre clientes, proveedores y usuarios.

De las 2,529,473 personas ocupadas que registró la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2019, solo el 12.7 % puede hacer teletrabajo, cita el estudio.

Este indica, además, que son las mujeres (15.8 %) las que tienen más capacidad de hacer teletrabajo que los hombres (10.5 %).

Además, el 70.3 % de las personas que pueden hacer teletrabajo residen en el área urbana, pero la factibilidad de hacer teletrabajo por área es reducida, ya que un 13.6 % de las personas que residen en el área urbana pueden hacer teletrabajo, y en el área rural solo el 10.9 % de las personas ocupadas podrían realizar esa modalidad.

La edad también influye. Con base a los datos retomados, solo el 8.2% de los jóvenes de 16 a 24 años pueden hacer teletrabajo, y esta cifra asciende a 14.4 % cuando se trata de adultos entre los 45 a los 59 años. Además, el 18.8 % de los adultos mayores puede hacer teletrabajo, lo que significa que cuatro de cada cinco no pueden desempeñar su trabajo desde su hogar.

El teletrabajo fue la alternativa inmediata que las empresas salvadoreños debieron adoptar para mantenerse productivos en medio del confinamiento para evitar contagios de COVID-19.

Antes de marzo, esta modalidad ni siquiera estaba regulada en El Salvador. Fue hasta el 20 de marzo que la Asamblea Legislativa aprobó la Ley de Regulación del Teletrabajo para asegurar el ingreso de miles de salvadoreños en medio de la pandemia. La promesa de los diputados era salvar al menos 20,000 empleos durante la pandemia.

Camarasal confirma dificultad

Sin embargo, no todas las empresas pudieron sobrevivir bajo esta modalidad pues, como lo indica el estudio, necesitaban personal de forma presencial para realizar sus labores.

El último sondeo realizado por la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal) revela que el 57 % de las empresas salvadoreñas, a pesar de la crisis por COVID-19, no ven el teletrabajo como una opción. La mayoría de empresas encuestadas se dedican al rubro de servicios.

“Recordemos que en esta encuesta el sector más representado es el de servicios y muchas actividades que están incluidas ahí son ocio, restaurantes, turismo, salones de belleza y otros que tienen que ofrecerse de manera presencial”, dijo el director ejecutivo de la Cámara, Federico Hernández, durante la presentación de su encuesta.

Este último sondeo se realizó entre el 9 y el 21 de octubre ya con la reactivación económica y participaron 717 empresas ubicadas en todo el territorio nacional, con una participación de 87 % de medianas, pequeñas y micro empresas.

Del total de empresas que no ve el teletrabajo como una opción, el 34% pertenece al comercio, 20 % a la industria y el 46 % a servicios.

En efecto, según el Banco Central de Reserva, uno de los sectores que más ha crecido en el pasado quinquenio (2015-2019) ha sido el de servicios (18.99 %).

La autora del estudio del Ministerio de Trabajo dice que debido a que el teletrabajo surge como alternativa para las empresas para no perder sus ingresos por las medidas de confinamiento y distanciamiento por COVID-19, “aquellos trabajadores que no puedan adaptarse a esta modalidad podrían verse más afectados en relación a su empleo, profundizando las brechas existentes en el mercado laboral”.

“En general, existe poca factibilidad de hacer teletrabajo en el mercado laboral salvadoreño, lo que supone retos para la transición de la mayoría de las actividades económicas en el corto y mediano plazo a esta modalidad de trabajo”, señala la autora.

Y aunque considera positivo que el país cuente ahora con una legislación específica para desarrollar esta modalidad laboral, señala que es necesaria una política de teletrabajo para afrontar los retos estructurales que tiene el mercado laboral.

Registro de quienes teletrabajan

Una de las conclusiones que detalla el estudio es que, ahora que se cuenta con una herramienta legal, también es necesario crear un registro de quienes hacen teletrabajo para identificar las características de quienes laboran de esta forma y con ello ver desigualdades, evoluciones y tendencias.

Uno de sus artículos de la ley aprobada por la Asamblea señala que “será obligación del empleador proveer al trabajador los equipos, conexiones, herramientas, programas y aplicaciones que fueren necesarios e indispensables para la ejecución de las labores”.

El estudio dice que los marcados roles de género, las diferencias entre territorios urbanos y rurales, los amplios niveles de informalidad, el limitado acceso a internet en los hogares y la discriminación a la población joven desencadenan desigualdades que resultan en brechas de oportunidades para las personas para hacer teletrabajo.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/teletrabajo-trabajo/772254/2020/

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El Salvador: Sindicalistas de Astram mantienen parcialmente bloqueado el paso en autopista a Comalapa

América Central/El Salvador/23-10-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Desde las 5:30 de la mañana se han apostado con pancartas frente a la planta de transferencia Aragón, un carril hacia San Salvador ya está habilitado.

Los manifestantes siguen protestando por el impago de los descuentos del salario de los trabajadores de la Alcaldía de San Salvador. Foto Menly Cortez.

Sindicalistas de la alcaldía de San Salvador han cerrado, nuevamente, el paso en la autopista a Comalapa, frente a la planta de transferencia Aragón.

Los sindicalistas siguen con su letanía de protestas contra el alcalde de San Salvador por el supuesto no pago de prestaciones laborales.

Desde temprano llegaron con pancarta y han bloqueado ambos carriles de entrada y salida de la capital salvadoreña.

Los trabajadores también denuncia los despidos que ya fueron efectuados por la alcaldía y que continuarán durante los siguientes meses debido a las malas finanzas que la administración ha aumentado. Foto Menly Cortez

Se recomienda a los automovilistas buscar desde ya vías alternas para tomar la ruta hacia el aeropuerto de Comalapa si viaja desde la 49 avenida Sur.

Podrías leer: Sindicalistas bloquean paso vehicular sobre la autopista a Comalapa por planta de basura Aragón

El lunes anterior, los sindicalistas bloquearon el mismo punto ante la débil intervención de la Policía Nacional Civil.

Según los manifestante, el bloqueo se debe a irregularidades en la alcaldía de San Salvador como el no pago de cuotas retenidas a los empleados. Desde hace varios meses, esta organización sindical ha desarrollado diferentes protestas y ha cerrado el paso por la planta de transferencia y el botadero de Mides en las cercanías de Nejapa.

Sin embargo, el alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt ha manifestado que los intereses son electorales y la acción es parte de una campaña sucia.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/alcaldia-de-san-salvador-sindicatos-bloquean-autopista-comalapa/767038/2020/

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Los nueve derechos humanos vulnerados durante la pandemia del COVID-19 en El Salvador, según informe

América Central/El Salvador/27-09-2020/Autora: Liseth Alas/Fuente: www.elsalvador.com

Escasez de agua, negación a la salud, la falta de transparencia de datos y detenciones arbitrarias, entre otros, son parte de los derechos humanos fundamentales vulnerados durante la emergencia del coronavirus en El Salvador en el marco de las medidas aplicadas por el Gobierno, según los resultados de la Contraloría Social de la Gestión Pública de la Pandemia causada por el COVID-19 que desarrolló la Alianza Ciudadana contra la Privatización de la Salud y el Foro Nacional de Salud.

El informe fue presentado este martes en un evento en línea organizado por las instituciones, donde se expusieron los datos recopilados a través de una encuesta virtual en la que participaron los líderes de las comunidades, quienes se han mantenido vigilantes de las necesidades que ha atravesado la población de sus sectores durante la pandemia.

La muestra se recopiló con 253 personas y se desarrolló del 1 de mayo al 31 de julio en 60 municipios de nueve departamentos de El Salvador.

La contraloría concluyó que por lo menos nueve derechos humanos fundamentales han sido vulnerados en el país durante las medidas aplicadas por el Ejecutivo, algunos de estos pese a las resoluciones de la Sala de lo Constitucional que, según el análisis, fallaron a favor de la ciudadanía que se amparaba en esta al considerar que se tomaban decisiones arbitrarias que los afectaban.

“Qué significa, que estos derechos han sido transgredidos por la autoridad o por es Estado”, indicó el consultor Marcos Fermán, quien fue el encargado de la ponencia del documento.

De acuerdo con los resultados de la contraloría estos son los derechos humanos cuestionados a la gestión pública de la pandemia:

1. Derecho a participar en la toma de decisión en los asuntos públicos a nivel local

Ni el gobierno central ni las alcaldías han involucrado a las comunidades en sus planes de prevención y sobre todo en la fiscalización de los recursos financieros y sanitarios para la atención del COVID-19, explicó Fermán.

“Antes de la pandemia y hoy con la pandemia, todos los problemas y procesos se ven cuestionados... La participación ciudadana en su sentido estricto ha sido violentada”, agregó.

2. Derecho de acceso a recibir información pública

Este derecho es complementario al de participación, dijo el consultor, pues incluso está estipulado en el artículo 6 de la Constitución de la República y en la Ley de Acceso a la Información Pública. De acuerdo con el estudio, el 65% de los encuestados indicó no haber recibido información sobre cómo prevenir el COVID-19 por parte de ninguna entidad local o del gobierno central.

“El Salvador ha sido uno de los países un tanto más cuestionados, porque una de las disposiciones que se tomó en uno de los decretos fue cerrar todos los procesos administrativos y judiciales, el acceso a la información es un proceso administrativo y en la pandemia se cerró… Hay gente que aún ha solicitado información y no se la han entregado”, apuntó Fermán.

Lamentó que durante la pandemia “el Gobierno de El Salvador puso en cuarentena el acceso a la información, eso debe de quedarnos claro que estamos frente a un gobierno con poca vocación democrática”.

También cuestionó a los diputados: “Esta fue una ley de emergencia nacional y se les pasó, dejando de responder las solicitudes de información, donde se suspendían los procesos administrativos y judiciales”.

3. Derecho a la integridad personal

Esta vulneración se refirió a las atribuciones que el Gobierno otorgó a la Policía y Fuerza Armada y las retenciones que se desarrollaron por presuntamente violar la cuarentena, lo que provocó que ciudadanos se avocaran ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y esta determinó que no se debía restringir la circulación de personas.

Según datos de la Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos (PDDH) retomados en el informe, del 21 de marzo al 13 de abril se recibieron 471 denuncias “por acciones arbitrarias de diversa índole, principalmente detenciones abusivas sobre quienes infringían la norma de aislamiento”.

Centro de Contención en el Injuve de la colonia Zacamil. Muchos denunciaron hacinamiento, falta de pruebas y mucho tiempo retenidos. Foto EDH / archivo

“Quiero señalar que la restricción del derecho a la libre libertad de tránsito establecida en la Constitución de la República solo se puede establecer en los estados de excepción no en una emergencia, esa es una gran confusión que ha tenido el gobierno central”, afirmó el consultor del Foro Nacional de Salud en la ponencia.

Además, se refirió a otro error que, según él, se está cometiendo en la actualidad al exigir la prueba COVID-19 a los salvadoreños que ingresan al país. “Después rectificaron la plana y dicen que a quienes se les está exigiendo es a las aerolíneas… se siguen vulnerando derechos, muchos constitucionalistas ya se pronunciaron”.

4. Derecho a la seguridad personal y seguridad ciudadana

El 45% de los encuestados consideró que se descuidó la seguridad en las comunidades, el 30% percibió que no, mientras 10% dijo que no sabe y un 15% señaló que “la inseguridad se traduce en hechos de violencia contra las mujeres”.

5. Derecho a la salud

Un 37% de los participantes en la consultoría dijo que se les negó la atención a la salud “porque solo se atendían casos” relacionados al COVID-19. Manifestó que, incluso, hubo centros de salud que optaron por cerrar o suspendieron la consulta externa.

La consulta externa en el ISSS y hospitales públicos permaneció suspendida durante la emergencia. Foto/ Archivo

 “No han estado atendiendo las enfermedades crónicas, solo dan el medicamento y no le dan seguimiento de cómo es que va la salud, no hay promotores de salud en algunas comunidades”, señaló Yeni Jiménez, representante del equipo coordinador de la Mesa Nacional Territorial.

6. Derecho a la alimentación

El informe cuestiona las canastas de alimentos que entregó el Gobierno al considerar que lo hizo de forma desproporcional y que hubo personas de escasos recursos que no fueron beneficiarias ni del paquete de comida ni con el bono de $300. Además, critican “el tipo de comida” que se repartió que “no tiene un enfoque cultural”.

“Y yo recibí platanitos, pensaba ver huevos, frutas pero algo es algo no” escribió Carolina en su cuenta de Twitter junto a la foto de la primera bolsa de víveres que recibió.

“Quienes no tienen energía eléctrica no se vieron beneficiados con la canasta y los que intentaron obtenerla fue toda una odisea”, señaló Alba Villatoro, de la Mesa Territorial de Prevención de Violencia Social hacia la Mujer.

“Hubo mucha improvisación, falta de planificación y falta de participación de la gente en la toma de decisión”, dijo Fermán.

“La alimentación no se está regalando, al final pagamos el costo del alimento y del bono”, sostuvo Jiménez.

También, en el análisis se señala que no hubo control de precios de la canasta básica durante la emergencia.

7. Derecho a la educación y la cultura

“La pandemia expuso la brecha digital existente en la familia”, indicó Fermán. Agregó que maestros y padres de familiar han tenido que invertir en internet para continuar en línea las clases, incluso, tienen conocimiento, que hay quienes deben pagar por impresiones de las guías.

Edgardo recibe sus clases a través de canal 10. La nueva modalidad de envío de tareas por WhatsAPP les ha generado un gasto a su familia. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“Esto significa que la educación ha dejado de ser pública y gratuita, porque hay muchos maestros y familias que han tenido que pagar internet y conseguir los dispositivos para las clases”, aseveró el consultor.

8. Derecho al acceso al agua

El 41% de los encuestados dice que desde siempre ha estado desabastecido de agua potable; un 26% afirmó que no contó con el servicio durante la pandemia, mientras un 31 % expresó que sí contó con el suministro y un 2% respondió que no sabe.

El informe criticó que los municipios más afectados por la escasez de agua son los que registran más contagios de COVID-19, entre estos San Salvador, Soyapango y Santa Tecla.

“El GOES y entidades de salud han enfatizado que el primer frente de defensa es el lavado de manos con agua y jabón”; no obstante en El Salvador, de acuerdo con la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2019, “para ese año 131,918 hogares urbanos y 154,887 rurales no tenían un nivel de acceso básico y elemental al agua”.

“El tema del agua se ha evidenciado y colocado en la agenda pública durante la pandemia, pero siempre hemos estado desabastecidos de agua, siempre ha caído de manera irregular y siempre hemos tenido agua de mala calidad”, cuestionó Fermán.

9. Derecho a un vida libre de violencia para las mujeres

El 49% de los participantes en la encuesta respondió que sí tiene conocimiento de hechos de violencia contra la mujer en el marco de la pandemia, un 40% dijo que no y un 11% respondió que no sabe.

De los casos registrados, según los datos recopilados en el informe, solo un 9% (25 personas) se atrevió a denunciar, pero de estos solo 1% (3 personas) fue atendido.

A criterio del experto “la Policía descuidó la seguridad ciudadana y personal por atender la pandemia, eso no es malo, pero yo debo saber administrar los recursos para atender la pandemia, pero sin descuidar las otras atenciones o la realización de otros derechos”.

El confinamiento por la pandemia del COVID-19 se ha sumado a los patrones culturales ya existentes, como el caso del machismo, para que se repitan actos violentos contra centenares de salvadoreñas. Foto Referencia. Archivo

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/nueve-derechos-humanos-vulnerados-pandemia-coronavirus/756151/2020/
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El Salvador: Alumnos rezagados cursarán dos grados en el 2021, según Educación

América Central/El Salvador/20-09-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Las autoridades del ramo planean echar mano de la modalidad educación acelerada para nivelar alumnos. Docentes aún no reciben lineamientos hacia el próximo año.

La ministra de Educación, Carla Hananía de Varela, afirmó que en 2021 aplicarán un proceso de recuperación con los niños que se queden rezagados académicamente este año y aplicarán la modalidad de enseñanza acelerada para nivelar a los que no lograron estudiar.

“Vamos a tener que trabajar dos años en uno para aquellos alumnos que se han quedado atrás y que no han estado conectados (a internet); tampoco los vamos a dejar abandonados y para ellos estamos diseñando una estrategia de educación acelerada especial”, dijo Hananía de Varela el pasado jueves.

La educación acelerada es la misma que bajo la sombrilla del Programa Modalidades Flexibles, ha sido servida desde 2005 para lograr reinsertar al sistema educativo a aquellos jóvenes que por diversas razones habían abandonado sus estudios.

“Hay que hacer adecuaciones curriculares para llevar al niño a que tenga el máximo conocimiento, eso se tiene que hacer, porque de lo contrario, no eso de dos años en uno no es posible”

Paz Zetino Gutiérrez, Secretario general Bases Magisteriales

“El Ministerio de Educación tiene esas metodologías, cuenta con ellas, están probadas y son exitosas”, reconoció la funcionaria.

Paz Zetino Gutiérrez, presidente de la gremial de docentes Bases Magisteriales, sostuvo que el próximo año todos los países tendrán que hacer adecuaciones curriculares para reforzar a los niños que llevan vacíos de conocimientos hacia el siguiente grado, de lo contrario los escolares se frustrarán, sobre todo de los primeros grados.

Zetino Gutiérrez señaló que la titular de Educación reconoce que se tendrá que hacer un gran esfuerzo titánico para que los alumnos se nivelen, sin embargo cuestiona que se esté hablando de que los alumnos harán dos grados en uno.

“Esa frase de dos años en uno no es lo más correcto, eso es imposible, pero usted debe saber que los programas están diseñados de manera gradual, al grado tal que el conocimiento de contenido de tercer grado, con el de cuarto grado difieren en muy poco, pero hay un nivel de adelanto en el cuarto grado”, advirtió.

El dirigente gremial reiteró su preocupación sobre el rezago que se pueda dar en los niños de primero, segundo y tercer grado en donde se aprenden códigos de lectura, escritura y cálculos básicos; por tanto considera que “ahí es donde tendremos que hacer quizás jornadas mucho más complementarias”.

Según lo externado por Zetino Gutiérrez sí hay preocupación ante el hecho de que a estas alturas los funcionarios no tengan una planificación definida de qué es lo que se va a hacer con los niños rezagados al fin de este año lectivo, dado de que la ministra habla de que no habrá promoción automática; sobre la evaluación de los bachilleres y el proceso de recuperación a inicios del 2021.

“Ese plan (de recuperación académica del próximo año) no se puede estandarizar a todos, porque no todos los alumnos han estado atendidos de igual manera; unos han sido mejor atendidos porque se han conectado, tienen más recursos y hay otra cantidad que tiene mucho más problema”, agregó.

Para el secretario general de Bases Magisteriales a la larga el plan de recuperación lo va a tener que hacer cada escuela, cada maestro, dependiendo del diagnóstico que se tenga a partir de febrero: “Es el profesor el que va a tener que diseñar todo ese paquete”.

El profesor Daniel Rodríguez, secretario general del Simeduco, externó que están de acuerdo con la ministra en que se debe ayudar a los niños y adolescentes a salir del rezago en que han caído, ya sea por falta de acceso a tecnología u otras razones, puesto que es cuestión de solidaridad que no pierdan el año escolar.

A raíz de la pandemia, las clases presenciales quedaron suspendidas durante el resto del año. Foto EDH

Rodríguez manifestó que hasta el lunes 7 de septiembre, Educación no había presentado ningún plan a las gremiales del sector y que están a la espera de ello, pero reiteró que “si el plan es viable y no recarga de trabajo a los docentes creo que no habría problemas”.

Por su parte Óscar Martínez, secretario general de SEDESA, coincidió con Rodríguez en que la iniciativa ministerial es aceptable dado que hay muchos niños que han perdido la continuidad educativa.

“Implementar eso de la educación acelerada ya se ha hecho con las administraciones anteriores y resulta un poco”, comentó.

Martínez, quien es director del Complejo Educativo Anselma Sánchez de Mancía, dijo que ellos tuvieron el programa de educación acelerada tiempo atrás y dio buenos resultados, pero fue claro en señalar que eso depende de que el proceso esté bien orientado, que los maestros estén bien capacitados y que haya un seguimiento técnico del Ministerio de Educación (MINED).

El dirigente de SEDESA, al igual que su colega de Bases Magisteriales, sostuvo que el maestro será quien al final haga el diagnóstico de cada uno de sus estudiantes y tendrá que determinar las acciones a tomar en cada caso porque no todos llegan con el mismo nivel.

Enfatizó que los padres van a tener que seguir ayudando definitivamente en este proceso de recuperación porque ya anunciaron que el próximo año el proceso educativo será semipresencial para evitar contagios.

Martínez explicó que por el momento esperan más detalles de parte de educación sobre cómo se aplicará el proceso de recuperación al final del año con los niños que no alcancen las competencias.

“Hasta ahorita está esa debilidad que no hay una definición a esta altura cómo se va a evaluar educación básica para el cierre del año, no hay línea todavía”, indicó.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/alumnos-rezagados-cursaran-dos-grados-2021-educacion/753821/2020/

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Un falso dilema educativo

Por: Luis Armando González

La situación de crisis suscitada por el coronavirus –que al parecer seguirá presente, aunque con menor virulencia, a lo largo de 2020 — ha puesto en uno de los primeros lugares del debate académico el asunto de lo virtual y presencial en la educación. Y es que la crisis aludida forzó la entrada en vigor de estrategias formativas no presenciales, en prácticamente todos los niveles educativos; en ellas, se recurrió –por lo general de manera improvisada y abrupta— a los distintos recursos ofrecidos por Internet y la telefonía celular: desde las plataformas que permiten realizar videoconferencias grupales, pasando por el correo electrónico y los mensajes en Messenger y WhatsApp, hasta las llamadas telefónicas.

Salvo los procesos educativos diseñados previamente para ser impartidos virtualmente –y que continuaron, y aún continúan, con una lógica previamente establecida—, las actividades docentes que habían sido planeadas según criterios presenciales tuvieron que ser implementadas de manera no presencial. En la práctica, esto generó distintas complicaciones no sólo en razón de la disponibilidad de los recursos tecnológicos (personales o institucionales), sino en razón de las deficiencias en las habilidades técnicas por parte de docentes –no todos, por supuesto— no preparados para atender cursos, materias, seminarios, talleres o grupos de tesis de manera virtual. Aunado a ello, estaban (y siguen estando presentes) dos temas nada secundarios: primero, la pedagogía y la didáctica virtuales son distintas de las presenciales; y segundo, los contenidos (teóricos y metodológicos) presenciales no se trasiegan automáticamente hacia lo no presencial.

Al calor de esas y otras dificultades –que, cabe sospechar, se han tenido en distintos sistemas educativos alrededor del mundo— se fue generando un interesante debate acerca de lo virtual y lo presencial en la educación, debate en el cual se pueden identificar distintas posturas. Una especialmente llamativa consiste en proponer que la educación virtual ha llegado para reemplazar totalmente a la educación presencial, a la que se le reprochan las más variadas fallas y debilidades. Quienes abanderan esta posición, además de ver en lo virtual-tecnológico algo extraordinario para la educación, entienden que las pruebas de ello se encuentran en la actual experiencia en la cual lo presencial fue suspendido drásticamente y las actividades educativas virtuales pudieron ensayarse a plenitud. Hay quienes piensan que se trató de una novedad absoluta, como si antes de la actual situación no se hubiesen impulsado interesantes experiencias formativas virtuales, en las cuales si bien ya se visualizaban sus virtudes –lo virtual tiene ciertamente virtudes—, también se visualizaban sus limitaciones que no son únicamente técnicas o de procedimientos, sino que muchas veces involucran aspectos sustantivos.

En el polo opuesto se sitúan quienes opinan que la educación presencial es irremplazable, y que lo virtual no tiene (o no debe tener) un lugar importante en los procesos educativos que en verdad quieran ser tales. En favor de quienes creen esto está la ya milenaria tradición educativa que se remonta cuando menos a Sócrates y cuyos logros culturales (científicos, filosóficos, literarios) sólo una persona escasamente informada puede poner en duda. Es indiscutible que un nervio de la educación, entendida como un proceso de asimilación crítica de nuevos conocimientos, es el diálogo, la dialéctica, el contraste de ideas y opiniones, en lo cual intervienen la razón y la pasión.

Y el espacio privilegiado, durante cientos de años, para ese ejercicio es el espacio ocupado físicamente por los actores principales del proceso educativo (maestros y alumnos): el aula o salón de clases, el auditórium o, como prefería Aristóteles, el jardín de su Liceo. Ciertamente, la educación presencial, dialógica, tiene un largo recorrido histórico, pero no es por eso que se la debe considerar valiosa, pues que algo sea antiguo no lo hace bueno o positivo y, obviamente, tampoco lo nuevo o reciente es, sólo por eso, positivo o bueno. Son los logros los que cuentan; y la educación presencial tiene en su haber los suficientes como para tomarse con reservas las propuestas de su supresión total por mecanismos, estrategias y prácticas educativas virtuales. Los logros de la educación presencial no deben ocultar sus limitaciones o sus posibilidades de mejora; no deben impedir determinar qué áreas de ella pueden ser asumidas y tratadas de una mejor manera por mecanismos y estrategias virtuales. No es cierto que no se tengan pistas sobre esto último: tanto las experiencias previas a la crisis sanitaria como las experiencias suscitadas durante la crisis ofrecen información relevante sobre áreas o ámbitos educativos en los cuales lo virtual puede convertirse en un soporte de primera importancia para lo presencial. Y por supuesto que también las experiencias apuntadas revelan lo que no se puede pedir o esperar de lo virtual en materia educativa. Ni se tiene que ser extremadamente fantasioso con las posibilidades de lo virtual ni excesivamente pesimista o escéptico sobre sus potencialidades.

Lo prudente es sopesar, con honestidad y realistamente, los pros y contras. Por lo apuntado hasta ahora, es claro que la visión antitética de lo virtual y lo presencial en educación nos enfrenta a un falso dilema.

No se trata de elegir entre lo uno y lo otro –de abolir la educación presencial y poner en su lugar una educación virtual; o de cerrar las puertas a lo llegada de modalidades o prácticas virtuales en la educación—, sino de situarse en una postura intermedia, viendo a lo virtual como un buen complemento de unos procesos educativos que no deben renunciar a uno de sus nervios fundamentales: la dialéctica, el diálogo, el contraste y lucha de ideas entre interlocutores que interaccionan físicamente; el tensionamiento racional y pasional que permite la muerte de ideas inservibles y el surgimiento de ideas mejores, y que hasta ahora, después de 2,500 años, no encontrado mejor espacio para su desarrollo que ese espacio en el cual maestro y alumnos se las ven cara a cara. Y es partir de estas dinámicas que se han fraguado y se fraguan habilidades y capacidades investigativas que, tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales, permiten explorar el mundo natural y social –es decir, plantearse problemas e indagar sobre los mecanismos que los explican— de modo fáctico, no virtual. Esas capacidades y habilidades, asimismo, requieren en gran medida, aunque no en exclusiva, actividades prácticas en el aula y fuera de la misma –por ejemplo, en comunidades, museos, archivos, empresas, mercados, hospitales o laboratorios— que son vitales para la formación de los estudiantes y para el cultivo de un saber que se problematiza sobre la realidad, y no sólo sobre abstracciones mentales matemática o conceptuales.

Esa vitalidad en el conocimiento debe ser –y tiene que ser—potenciada por cualquier recurso, estrategia o práctica, que esté disponible o que sea accesible a los sistemas educativos, en sus distintos niveles. Aunque no sus capacidades más óptimas, la tecnología que permite acceder a recursos educativos virtuales ha llegado a un país como el nuestro. Hay instituciones que están utilizando esos recursos para el desarrollo incluso de cerreras completas al nivel de maestría. Algunas lo han hecho de manera meditada, ponderando bien los objetivos formativos que se persiguen y planeando con suficiente tiempo y meticulosidad los contenidos y las metodologías de enseñanza adecuadas para procesos educativos virtuales. Otras quizás no tanto, aunque esto debería ser objeto de un estudio detallado y profundo.

Lo que aquí se quiere destacar es que, en El Salvador, se tiene (o se va consiguiendo) una buena experiencia en estrategias educativas de carácter virtual que deberían ser tomadas en cuenta, en sus virtudes y en sus limitaciones, a la hora de realizar los ensambles entre los virtual y lo presencial, sin perder de vista que uno de los propósitos irrenunciables de la educación en todos sus niveles, pero especialmente a nivel superior, es formar personas con una concepción bien fundamentada –desde criterios científicos— de la realidad social y natural, lo mismo que con las capacidades y habilidades para explorar-investigar las dinámicas que hacen que las cosas naturales y sociales se comporten de la forma en que lo hacen.

La pregunta es cómo (de qué manera) determinadas estrategias formativas virtuales pueden contribuir a una educación integral y de calidad. Y, complementado con ello, la otra pregunta es cómo lo virtual puede ayudar a corregir, mejorar o potenciar lo que se hace en las estrategias educativas presenciales. De alguna manera, fue la pregunta que se hicieron los investigadores del CERN, a cuya cabeza estaba el físico Tim Berners-Lee, cuando decidieron crear la WEB: se trataba facilitar, entre los físicos, el intercambio de ideas, artículos, documentos, resultados de experimentos mediante una red ágil de comunicación e intercambio de información. A estas alturas, las potencialidades y eficacias de la WEB para distintas actividades educativas y de investigación son indiscutibles. El reto es hacer, en cada país y sistema educativo particulares, el mejor ensamble entre los recursos virtuales disponibles (o que se puedan diseñar) en Internet (que es algo más amplio que la WEB) y las estrategias educativas presenciales de forma tal que, en lugar de la anulación o exclusión de uno de las dos instancias, se logre una integración provechosa entre ambas.

Como en el presente, y visto desde El Salvador, es lo presencial lo predominante, lo virtual debería irse definiendo, e implementando, a partir de aquello que requiera mejora, o incluso supresión, en ese ámbito. Pero no a tientas ni a ciegas, o usando criterios de rentabilidad o de ahorro, sino teniendo en mente el objetivo de lograr una educación integral, en lo científico, lo técnico y lo humano. Si sucediera lo contrario, es decir, si fuera lo virtual lo predominante en educación, lo recomendable sería buscar en lo presencial recursos de apoyo, corrección o mejora. Pero no es el caso. Así que es lo virtual lo que debe contribuir a mejorar la educación presencial. En cada nivel educativo deben hacerse los análisis y estudios que indiquen los modos en los que se apoyo puede ser más eficaz y oportuno; y es que lo que puede ser potable y viable en educación superior (en algunas carreras, materias, seminarios, trabajos de investigación o debates teóricos o metodológicos) puede ser inviable o ineficaz, por ejemplo, en educación básica. Lo contrario también es cierto: lo viable y potable en educación básica (o en bachillerato) puede no serlo en educación superior.

En fin, lo que debería promoverse, en educación, es una articulación potenciadora de los virtual en lo presencial, y no un reemplazo total de lo presencial por lo virtual o un blindaje de lo presencial ante lo virtual. Hay quienes están trabajando, con seriedad y profesionalismo, en lograr esa articulación potenciadora. Hacen gala de sentido común, criterio racional y equilibrio en el juicio. Los hay también quienes están atrapados en las garras de la desmesura en su apreciación de lo virtual, y que están dispuestos a hacer todo lo que esté a su alcance por hacer que la educación presencial deje de existir. Si llegaran a salirse con la suya –nunca se sabe— lo más probable es que la formación integral de las personas (una formación de naturaleza crítica, reflexiva, fundamentada científicamente, investigativa, racional y pasional) se resentiría tremendamente. Y es que, en definitiva, lo virtual, por definición, no puede dar a las personas las vivencias, las experiencias, los tensionamientos y los desafíos que ofrecen las interacciones sociales efectivas, dentro y fuera del aula, y los problemas reales naturales y sociales. Sin esas vivencias, experiencias, tensionamientos y desafíos (no virtuales, sino reales porque tienen su raíz en las interacciones que las personas tienen con la realidad natural y social) no hay educación propiamente dicha, sino un remedo “virtual” de la misma.

San Salvador, 6 de septiembre de 2020

Fotografía: Fundación Telefónica Ecuador.

Fuente e Imagen: https://insurgenciamagisterial.com/un-falso-dilema-educativo/

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El Salvador: Gremio de colegios privados reporta la deserción de 44,000 alumnos de sus aulas

América Central/El Salvador/Autor(a): Susana Joma/Fuente: www.elsalvador.com

No descartan que el número de alumnos que se retirará aumente porque hay un porcentaje de ellos que no está atendiendo actividades académicas y sus padres no contestan las llamadas del personal del centro educativo.

Los colegios privados cerrarán el año lectivo en la segunda semana de noviembre, esto tras una jornada complicada por la pandemia y en la que dicho sector resiente la deserción de 44,000 estudiantes, según datos brindados por la Asociación de Colegios Privados de El Salvador (ACPES).

Javier Hernández Amaya, presidente de la ACPES, afirmó ayer que ese sector aglutina a 220,000 alumnos y hoy en día lidian con un 20 % de deserción escolar pura, según una encuesta que realizaron a finales de julio entre 230 colegios del país.

Hernández Amaya dijo que se trata de un porcentaje de estudiantes cuyos padres los han retirado de los centros educativos, pero no para trasladarlos a otra institución privada ni pública, es decir se quedan sin estudiar.

Según indicó, un 50 % de escolares sí está respondiendo al proceso educativo virtual de forma eficiente y sus padres siguen cancelando, por lo cual terminarán el año lectivo en tiempo. “El comportamiento de la deserción es lamentable para el país, porque eso es descapitalizar académicamente al país, porque es una inversión irrecuperable en estos estudiantes”, señaló.

Sostuvo que la cifra de desertores puede incrementar puesto que hay un 30 % de alumnos que no responde a la actividad educativa virtual, sus padres no están pagando a pesar de que se les han dado alternativas para cancelar cuotas, se les cita y no llegan a los centros de enseñanza, tampoco contestan mensajes a sus celulares ni han manifestado si sus hijos continuarán o no.

El dirigente de la ACPES manifestó que el riesgo de que ese otro porcentaje de alumnos deserte es grande, porque en este momento el personal de los colegios ni siquiera puede hacerles visitas domiciliares para ofrecerles a ellos y a sus padres el plan no presencial, no virtual de estudios, que ellos han diseñado para ayudarles. En este se provee de material impreso al estudiante y al finalizar octubre se presente al colegio para rendir una evaluación sumativa.

Hernández Amaya sostuvo que los colegios tienen alternativas para que los padres que han caído en mora puedan cancelar y no obliguen a sus hijos a desertar. “Por ejemplo el estudiante que tiene una mora de todo el año por ejemplo se le han hecho planes de pago en que paguen cuotas sin intereses de mora, divididas en lo que faltan de meses del año escolar.

“Para todo este tipo de situaciones el colegio tienen alternativas (académicas y de pago) para poder incorporarse al sistema y poder salir adelante en este año escolar”, insistió.

La deserción según indicó también pone en vilo la operación de los colegios, sobre todo los pequeños, que tienen poca población y dependen mucho de las cuotas escolares.

El presidente de la ACPES también informó que este año las graduaciones de Parvularia y bachillerato las llevarán a cabo de manera no presencial, como las han realizado los colegios biculturales.

No obstante, aclaró que este es un tema cosmético, voluntario y se llevará adelante toda vez los padres de familia lo soliciten como símbolo de finalización de un ciclo, pero también aquellos que no quieran participar en ello no están obligados.

Pendientes de incentivos del gobierno

Con respecto al cierre de los colegios, Hernández Amaya sostuvo, que de diez instituciones que habían confirmado solo cinco de San Salvador mantienen la decisión de cierre y estos ya lo anunciaron a sus comunidades educativas.

Detalló que de los cien centros que a finales de julio manifestaron tener intención de finalizar sus operaciones muchos han dejado de hacerlo, esto luego de que el gobierno, tras una publicación hecha en este periódico, les ofreciera incentivos.

El presidente de la ACPES precisó que en una capacitación que recibieron de parte de Bandesal, del Ministerio de Educación y Ministerio de Economía les informaron que había oportunidad para que los colegios optaran a capital de trabajo y al subsidio del 50 % de planilla por los últimos cuatro meses del año.

“Esta noticia llevó a tener alguna esperanza en estos colegios privados y han disminuido el número de colegios que piensan cerrar el 2020. Sin embargo, como no se han materializado este proceso sino que ha quedado, por el momento en un ofrecimiento, no podemos decir si esa cifra se va aumentar o se va a mantener de colegios a cerrar”, indicó.

Subrayó que es importante que se concrete el acceso a esos recursos ofrecidos por el gobierno de cara a la significativa inversión que los colegios tendrán que hacer cuando en el 2021 las autoridades de Educación y Salud den luz para volver a la modalidad presencial.

“Los colegios declaramos que dependemos de la disponibilidad de los recursos ofrecidos por el gobierno como capital de trabajo vía los préstamos de BANDESAL, tomando en cuenta el comportamiento de cuentas incobrables de la empresa educativa privada ha llegado a niveles insospechables”, indicó.

Hernández Amaya informó que para cuando llegue el momento han propuesto un retorno escalonada y selectiva de estudiantes y personal administrativo a los centros educativos privados, esto implica que los que primeros que vuelvan sean los menos vulnerables.

“También estamos proponiendo que el ciclo escolar 2021 se divida en cuatro periodos y que cada
periodo tenga una escalonada incorporación al sistema presencial. Como el año escolar tiene 40 semanas, las primeras diez semanas sean cien por ciento virtual, las segundas diez semanas sean el 20 % presencial, las terceras diez semanas sea el 40 % presencial y las últimas diez semanas sea el 70 % presencial”, indicó.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/desercion-escolar-colegios-privados-ministerio-de-educacion-el-salvador-coronavirus-pandemia/748926/2020/

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