Todas ellas, de una u otra manera, son madres adolescentes que han renunciado a la escuela, a sus sueños de muchachas y hoy se ocupan de sus hijos.
Felizmente, a pesar de que sus cuerpos no estaban del todo preparados para la maternidad, ninguna de ellas tuvo problemas para dar a luz. Sin embargo, ésta suerte no la tienen todas las madres adolescentes en nuestro país.
En los últimos años Bolivia se ha convertido, por amplio margen, en el país de toda Latinoamérica donde más embarazos adolescentes se producen. No se trata solamente de un problema de falta de información y educación sexual para adolescentes, o de poco acceso a métodos anticonceptivos.
Estadísticas señalan que las menores cada vez están más expuestas a ser víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual, violencia de género, violaciones, secuestros y otros delitos que agudizan el problema del embarazo adolescente en la región.
El más reciente informe sobre el “Estado de la población mundial”, del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), señala que la tasa de natalidad en mujeres entre 15 y 19 años en Bolivia es de 116 por cada 1.000.
Mientras que el promedio regional en América Latina de partos en adolescentes es de 77 por cada 1.000. Un asesinato, violaciones y maltratos son los flagelos agravantes de esta situación.
El reporte, presentado a fines del año pasado, indica que detrás de Bolivia se encuentran Honduras, donde 101 adolescentes dan a luz por cada 1.000, y Venezuela, con 95 casos en cada millar de mujeres.
Pero otro factor que agrava el problema es que Bolivia se ubica, sólo detrás de Haití como el país con mayor mortalidad materna y en este parámetro duplica el promedio latinoamericano.
La tasa de mortalidad materna en el país es de 206 por cada 100.000 nacidos vivos, mientras que en América Latina el promedio es de 92 en cada 100.000.
Aterrizando en estadísticas
De acuerdo a datos más específicos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDSA) del año 2008, el 18% de las adolescentes de entre 15 a 19 años ya son madres o están embarazadas.
Al menos un 70% de estos embarazos no fueron planificados, y en el área rural esta cifra de adolescentes embarazadas aumentó al 22% en 2003 y al 25% en 2008.
Las jóvenes que tienen un menor nivel educativo, que viven en zonas rurales y en condiciones de pobreza, incrementan las cifras de embarazo y maternidad tempranos.
En el caso de las adolescentes más desfavorecidas, 1 de cada 3 del quintil más pobre es madre o se encuentra embarazada, frente a 1 de cada 10 del quintil superior. Las diferencias más notorias de este grupo se dan entre las que acceden o no a educación: un 32% de las jóvenes que no cuentan con educación primaria se quedan embarazadas en la adolescencia, frente a un 4% de las que cuentan con educación superior.
Los municipios con mayores porcentajes de adolescentes y jóvenes con al menos un embarazo son: El Alto con 83%, Santa Cruz 71%, Guayaramerín 76%, Riberalta 71% y Colcapirhua 74%, según la Encuesta Nacional de Juventudes de 2008.
El flagelo de la trata y la violencia
¿Por qué Bolivia es uno de los países con más embarazos adolescentes? Para expertos internacionales ha quedado demostrado que la trata de personas, la prostitución infantil, la violencia sexual y la violencia sexual comercial tienen relación directa con el problema.
Según la Fiscalía General de Bolivia, los casos de trata anuales se han duplicado en los últimos cinco años. Entre 2012 y fines de 2015 se registraron 2.119. Además, 7 de cada 10 mujeres reconocen haber sufrido alguna forma de abuso o acoso sexual.
Pero sumado a esto, organizaciones de la sociedad civil denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que en Bolivia se encubre la violencia sexual contra niñas y adolescentes por cómo está tipificado el delito y por la falta de preparación de los operadores de justicia.
Una de cada tres niñas y adolescentes bolivianas sufre violencia sexual antes de cumplir los 18 años, lo que convierte al país en uno de los que tienen más víctimas de este tipo de abusos.
El Estado dispone de un abanico de leyes y planes para proteger a las menores pero, según las organizaciones, no se cumplen muchas de las medidas vigentes y deben cambiarse algunas de las normativas.
Los programas del Gobierno
Bajo el lema de “Vivir mi sexualidad responsablemente”, el Ministerio de Salud boliviano realiza ferias educativas. La ministra de Salud, Ariana Campero, destacó que gracias a los programas que se implementan, los casos de embarazos precoces se han reducido en los últimos años.
Empero, esto no parece dar solución definitiva al problema, por lo que el Gobierno, además, intenta ampliar las causales de práctica de un aborto legal en razón a la forma en la que se produjo el embarazo, la condición socioeconómica, la edad y la situación familiar de la mujer afectada.
De acuerdo al oficialismo boliviano, el 10% de las muertes de mujeres en ese país se producen por abortos mal practicados.
UNFPA señala que existe un vínculo entre los altos índices de embarazo adolescente y elevada la mortalidad materna en Bolivia, pues los embarazos en menores son en sí embarazos de riesgo.
Pero más allá de esto autoridades gubernamentales también señalan que otro de los problemas es la falta de educación sexual adecuada. Por lo que el gobierno boliviano anunció programas en todos los municipios del país para brindar información a los jóvenes sobre cómo prevenir embarazos no deseados.
Las víctimas de la pobreza
El embarazo y la maternidad en adolescentes se registran con mucha mayor frecuencia entre quienes tienen menor acceso a educación y viven en zonas rurales y en condiciones de pobreza.
Una de cada tres adolescentes del quintil más pobre es madre o se encuentra embarazada, frente a una de cada 10 del quintil superior. Otra diferencia se observa al considerar el acceso a educación, pues entre quienes no tienen educación primaria dicho porcentaje alcanza un 32 por ciento.
Una de las diferencias en cuanto al porcentaje de embarazos en la adolescencia se observa al considerar el acceso a educación, entre quienes no tienen educación primaria, el porcentaje es de 32 %, frente a un 4 % de las que cuentan con educación superior.
Aunque la Ley de la Juventud reconoce los derechos sexuales y reproductivos de adolescentes y jóvenes y garantiza el acceso a servicios de salud con atención diferenciada, educación sexual y reproductiva, sólo el 12,5 % de adolescentes y jóvenes usa algún método anticonceptivo (Endsa 2008). En Bolivia, la tasa de prevalencia de anticonceptivos modernos en mujeres en edad fértil es de 34,6 %.
Un quintil es la quinta parte de una población estadística ordenada de menor a mayor en alguna característica de ésta. El término es utilizado en economía
La educación sexual es una prioridad
¿Por qué se debe priorizar la educación sexual? El embarazo adolescente es uno de los problemas que podrían combatirse mediante la educación sexual, pero además existen otras problemáticas que también podrían combatirse. Conoce a continuación 10 razones por las que la educación sexual es fundamental:
Por el derecho a la educación, donde se incluye la educación sexual
Para prevenir el embarazo adolescente
Para prevenir el suicidio de adolescentes, en los casos en donde está relacionado con los embarazos adolescentes no deseados
Para luchar contra la violencia sexual
Para luchar y prevenir el VIH o Sida
Para combatir los abortos clandestinos
Por los derechos del niño, la niña y los adolescentes
Por los derechos humanos en educación
Por la construcción de una sociedad con personas más felices
Porque los docentes deben tener las herramientas como materiales de texto y recursos pedagógicos para sensibilizarse sobre estos temas y poder transmitirlos.
Avances más importantes sobre embarazo adolescente
El Programa de Adolescentes del Ministerio de Salud y Deportes ha desarrollado el Plan Nacional para la Salud Integral de las y los Adolescentes (2009-2013), con intervenciones concretas para prevenir el embarazo adolescente y acciones de promoción de cuidado de la salud sexual y reproductiva. El mismo fue elaborado en seguimiento al acuerdo de Ministros/as del área Andina (REMSAA XXVIII / Plan Andino de Prevención del Embarazo en Adolescentes)
En el modelo de Salud Familiar Comunitaria Intercultural -SAFCI, se ha iniciado el proceso de implementación de la atención diferenciada para adolescentes, mediante el desarrollo de competencias de los y las prestadores de servicios de salud pública; el abordaje de las redes de salud para que se complementan con las redes sociales favoreciendo así al balance entre oferta y demanda.
También se emitió una resolución Ministerial declarando la última semana de septiembre como la “Semana de Prevención del embarazo en adolescente”, con el objetivo de ratificar y reflexionar sobre la importancia de la prevención del embrazo en adolescentes en el marco del respeto a sus derechos.
Se reconoció el acceso a servicios de salud con atención diferenciada, educación sexual y reproductiva y a los derechos sexuales y reproductivos de adolescentes y jóvenes en el marco de la Ley de la Juventud (Art. 11, 37, 38, 39, 40 de la Ley 342 – Ley de la Juventud).
Desde 2007 a la fecha y en el marco del Plan Andino para la Prevención del Embarazo en Adolescentes – PLANEA, más de 10.000 jóvenes han participado activamente en jornadas por la prevención del embarazo en adolescentes a nivel nacional y miles más han impulsado los derechos de la juventud en los estatutos autonómicos, cartas orgánicas, y planes estratégicos a nivel departamental y municipal.
En varios municipios del país se está trabajando en cartas orgánicas y estatutos autonómicos para incluir propuestas de derechos de adolescentes y su reconocimiento como sujetos de derechos y actores participativos de desarrollo, así como la implementación de acciones locales para responder oportunamente a la situación de embarazo en la adolescencia.
El desarrollo de planes municipales de atención integral a salud de adolescentes, tal es el caso del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, que junto a organizaciones y redes juveniles, ha implementado acciones que aseguran el acceso a servicios de calidad y calidez a adolescentes y jóvenes en dos hospitales municipales, donde se brindan servicios de consulta externa, interconsulta y acceso a información con personal capacitado bajo un enfoque de atención diferenciada.
En definitiva se han hecho muchas cosas pero los esfuerzos aún no se han reflejado en la reducción de las cifras.
Fuente: http://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/local/item/261419-los-flagelos-detras-de-los-embarazos-precoces-en-bolivia