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¿Qué es la teoría crítica de raza?

Por: Sofía García-Bullé

Este marco teórico ofrece una perspectiva histórica más completa y un mejor contexto para comprender el presente.

La historia es una ciencia social por demás activa, en artículos anteriores hemos hablado sobre su capacidad de autoanalizarse y reescribirse. La investigación, la perspectiva, los nuevos datos y lecturas son cruciales en la construcción del devenir histórico.

Elementos como la conciencia social o de raza también pueden influir en una reevaluación tanto de la historia, como de la forma en que se escribió. Un movimiento académico dentro de la comunidad de historiadores es ejemplo de estos cambios de óptica sobre el pasado. Estamos hablando de la teoría crítica de raza.

Las consideraciones de un racismo sistémico

La teoría crítica de raza es un marco teórico para enseñar historia y otras disciplinas sociales. El término fue acuñado por la jurista Kimberlé Crenshaw a finales de la década de los 80. Consiste en agregar al currículum y a la conversación esos incisos dentro del evento o tema de estudio que pudieron estar marcados por la raza y la discriminación racial. Por ejemplo, si estamos abordando el final de la Segunda Guerra Mundial, el regreso de los veteranos a Estados Unidos y el consecuente auge de los suburbios americanos durante la década de los 50, no podemos dejar de lado la experiencia de los soldados afroamericanos y todo el marco legal que evitó que evitó que pudieran hacerse de un hogar asequible igual que sus compañeros blancos.

Si dentro de determinado momento histórico existe una barrera legal o costumbre socialmente reforzada que habilite la discriminación racial sistémica, la teoría crítica de raza es necesaria para tener un panorama completo de cómo se desenvolvió ese momento del pasado y qué consecuencias podría seguir teniendo en el presente.

En el caso específico de la situación de vivienda de los veteranos afroamericanos de la Segunda Guerra Mundial, las consecuencias de ese serio desbalance para la obtención de casas puede verse reflejado en las dificultades actuales de la comunidad afroamericana para conseguir precios y préstamos bajos en comparación con los americanos caucásicos.

Este es un ejemplo básico acerca de cómo un análisis del pasado con una perspectiva que cubra aspectos relacionados con el racismo sistémico es vital para comprender las condiciones actuales de un grupo demográfico completo. Como herramienta de investigación y contextualización histórica, el rol de la teoría crítica de raza es difícil de discutir pero su presencia en programas académicos y aulas abre otro debate.

¿Debería enseñarse en las escuelas?

La conversación más acalorada sobre el tema de la teoría crítica de raza es si debería estar presente en las aulas. El racismo es un tema por demás complicado y hay validez en la idea de que no es necesario poner en los niños una carga cognitiva de esa naturaleza. El problema de este argumento, es que solo aplica si los niños en cuestión no pertenecen a ninguna etnia, raza o grupo social que este sujeto a discriminación.

En marzo del presente año, una niña de 9 años testificó en el caso de George Floyd, uno de los eventos de violencia sistémica racial más sonados de la década. Si una infante de tan corta edad puede ser expuesta a presenciar un homicidio y testificar sobre el mismo en la corte, debido a que la violencia racial es así de terrible en su país, ¿por qué privar a los niños de su edad de las herramientas cognitivas para entender y combatir el racismo sistémico bajo el argumento de que “es complicado”?

La raza y el racismo son constructos sociales, como sostiene Tony Morrison, Premio Nobel de literatura y activista para la educación sobre la conciencia de raza. Sin embargo, estos constructos no solo afectan seriamente la vida de millones de personas de minorías raciales en el mundo también juegan un papel importante en el diseño y ejecución de sistemas económicos.

Para erradicar el racismo sistémico es necesario un cambio estructural, y este es prácticamente imposible de gestionar sin una educación histórica y social ciega a la influencia de los desbalances provocados por la discriminación social.

¿Habías oído hablar antes de la teoría crítica de raza? ¿Te parecería buena idea incluir el tema en tus clases? Si eres estudiante, ¿algún curso que hayas llevado incluyó el tema? ¿Cuáles fueron tus impresiones? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/teoria-critica-raza

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¿Qué es el revisionismo histórico?

Por: Sofía García-Bullé

El revisionismo histórico nació muy cerca de la política, pero puede ser útil si su fin es académico.

La historia es, sin duda, una de las ciencias sociales más fascinantes. A través del registro de eventos podemos hacernos una idea de lo que ha sucedido en el pasado y cómo este transcurrir ha formado el mundo que conocemos.

En artículos anteriores hemos hablado sobre lo que es la historia y la historiografía. Siendo la primera la recolección y documentación de eventos importantes que comprenden un pasado común, y la segunda un estudio de cómo se realiza esta tarea. La historiografía, más que contarnos sobre un sucesos históricos como la conquista de México, la Revolución Industrial o el primer aterrizaje en la luna, nos cuenta sobre cómo escribieron las personas que participaron en el evento.

Esta disciplina se centra en el análisis de la historia. Se conforma de una serie de teorías y técnicas para estudiar, entender e interpretar los hechos históricos. El trabajo del historiador es tomar las piezas del rompecabezas que representan las diferentes fuentes de un suceso o período histórico para culminar en un relato cohesionado.

Darle sentido a la historia es un proceso que puede realizarse de distintas maneras, por eso existen varias escuelas y corrientes de la historiografía. Una tendencia que ha tomado popularidad esta última década ha sido el revisionismo histórico.

¿Por qué mirar el pasado con ojos del presente?

El revisionismo histórico, como su nombre lo indica, consiste en volver a revisar las fuentes sobre un registro o periodo histórico, ya sea con una perspectiva diferente o con nuevos datos que pudieran alterar cómo vemos una parte de la historia.

Esta forma de revisitar la historia desprende aspectos tanto positivos como negativos. Casos como los de Rosalind Franklin, cuyo trabajo fue instrumental en el descubrimiento de la cadena de ADN, no habría sido conocido ni se hubiera vuelto foco de conversación de la comunidad científica de no existir una intención de regresar a rescatar elementos importantes de una historia que ya había sido contada y solidificada en la memoria colectiva.

Otras instancias positivas de la aplicación del revisionismo histórico están ayudando a rescatar visiones completas sobre sociedades antiguas como la vikinga, por ejemplo, de la que se ha descubierto recientemente que se era multiétnica y no exclusivamente escandinava, además de contar con una visiones muy progresivas acerca de género y sexualidad.

El punto clave para dimensionar el uso del revisionismo histórico como algo positivo es que el propósito de aplicarlo sea completar la información sobre algún evento o periodo o revelar algún conocimiento oculto pero verdadero sobre el tema en cuestión. El problema con este enfoque, es que no siempre se utiliza con este propósito.

Negacionismo y revisionismo político

El origen del revisionismo es político, al haber surgido como una forma de revisitar y mirar con otros ojos el marxismo. Sin embargo, hay que tener cuidado en qué tan políticos e ideológicos son los fines de revisitar y proponer nuevas formas de dimensionar un hecho histórico. Esta tendencia académica también ha sido la base para buscar formas de negar eventos históricos importantes, como el Holocausto judío, el genocidio armenio, e inclusive, fundamentar un interés por el terraplanismo. El ideal del revisionismo histórico es encontrar la verdad en un devenir pasado, completar panoramas históricos y enriquecer la forma en que vemos los sucesos que han construido nuestra realidad actual.

Mientras el propósito de esta corriente historiográfica sea saber más y entender mejor la historia, contará como una herramienta epistémica valiosa. Pero para lograr esto es necesario que los historiadores estudien e investiguen si bien, no con una completa objetividad, si con un compromiso académico y educacional mayor a cualquier afiliación política e ideología.

¿Habías oído antes sobre el revisionismo histórico? ¿Qué piensas de su rol en la forma en  que vemos la historia hoy en día? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Libro (PDF): Historias que hacen historia

 

Reseña: CLACSO

Este libro es el resultado del diplomado «Enseñanza de la historia en el marco del bicentenario». Incluye temas retomas de experiencias vivenciales de las maestras y los maestros en el aula, relacionado con el pensamiento histórico, las teorías de la historia, didáctica de la enseñanza, el entrecuzamiento de la historia con las ciencias sociales y aspectos académico-curriculares relacionados con el tema. El lector encontrará en estos escritos un amplio mundo de cuestiones relativas a la historia, que no sólo dan cuenta de épocas pretéritas sino que, desde allí, enlazan con la historia reciente de de Colombia, evidenciando los problemas no resueltos de nuestra construcción como Estado y Nación a lo largo de dos siglos de independencia política. Tiene como valor agregado, académico y disciplinar-histórico, la capacidad de generar en estudiantes y docentes un diálogo-reflexión acerca de la importancia de la historia dentro de las ciencias sociales específicamente, lo cual equivale a examinar la interrelación estructural entre las disciplinas.

 

 

Autor/a:    Ortiz, María Carlota –   González, Mireya –   Barrantes, Raúl –   Cortés Salcedo, Ruth Amanda – Arévalo Salazar, María Angélica – Castillo Jiménez, Claudia Marcela –   Rodríguez Pérez, Luz Cristina –  Hernández Neira, Alejandro – Córdoba, Francis Giomar – Amaya, Bernardo –  Borda, Nelson Efrén –  Ardila Ariza, Margoth – Bermúdez, Gloria – Martínez Cabrera, Yiseth –  Álvarez, Humberst – Romero Sánchez, Martha Consuelo – Barrantes Clavijo, Ana Margot – Calderón Rodríguez, Ingrid Yisela – Pinilla, Anjie Natalia – Abril, Carlos – Velasco, Ángela –  Castellanos, Ángela.  

Editorial/Editor:         Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico, IDEP

Año de publicación:   2012

País (es):                          Colombia

Idioma:                             Español.

ISBN :                                 978-958-8780-02-3

 

Descarga:   Libro (PDF) Historias que hacen historia

Fuente  e Imagen:    http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=disciplina&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

 

 

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La importancia de la enseñanza de la Historia para el futuro de los estudiantes

Por Pedro Pérez Herrero y Gonzalo Andrés García Fernández

Cuando hablamos de investigación histórica nos vienen a la mente varios conceptos como el pasado, la historia y una serie de imágenes y nociones sobre lo que, supuestamente, ha sucedido tiempo atrás. Dicha percepción lineal, rígida, objetiva y monolítica de la historia que, a menudo, se confunde con el pasado es la introducción para este artículo. Y decimos esto ya que el pasado no se entiende en singular, sino en plural. La enseñanza de la historia en la actualidad forma parte de la enseñanza de “un pasado” específico: la historia-nación.

Tres ejes fundamentales

Se trata de un asunto que nos remonta al siglo XIX y principios del siglo XX. Para empezar a desgranar esta problemática de la historia escolar debemos señalar tres ejes fundamentales:

  1. Historia o narrativa histórica. Se trata de una dimensión que está reservada recelosamente a un pequeño colectivo intelectual (historiadores profesionales). A pesar de ello, estamos ante una dimensión académica muy influyente en el que será nuestro segundo eje.
  2. La educación. Esta situación es fruto de una especie de simbiosis política, intelectual e ideológica producida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la Europa occidental y el continente americano. ¿Entre quiénes exactamente se produjo esta simbiosis más allá de los conceptos abstractos “historia” y “educación”? Pues nos referimos específicamente al Estado-nación, recientemente configurado, pero todavía neonato en materia de desarrollo político, y también al colectivo académico de historiadores.

¿Qué sucederá entre el Estado y los historiadores? Nacerá la profesionalización de la historia de la mano del Estado, pero sobre todo de la nación, un concepto problemático, incluso, hasta nuestros días.

¿Entonces, por qué el Estado-nación necesita del colectivo de historiadores? Para no extendernos demasiado, esto lo resumiríamos de la siguiente manera: el Estado necesita de la nación para legitimarse como estructura de poder tras los procesos revolucionarios de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.

Pero, al mismo tiempo, la nación necesita de una historia, es decir, de un relato para construir una identidad nacional que sirva como verdadero pegamento social y cultural en prospectiva.

¿El resultado? La construcción de los relatos nacionales o historias generales de la nación que hoy en día conocemos como historias de países (de España, de Chile, de México, de Francia, de Marruecos, de China, de Japón y un largo etc.).

¿Pero, qué pasa con nuestro segundo eje, el de la educación? A esto se responde con una pregunta: ¿cómo hizo el Estado, y sigue haciendo, para construir ciudadanía?

Esto se llevará a cabo a través de un sistema educativo centralizado que gire, en última instancia, en torno a las naciones.

Y es aquí es donde entra nuestro tercer eje:

  1. La ciudadanía o formación ciudadana. El sistema educativo de cada país, de cada nación, de cada Estado, se encarga de construir planes educacionales-formativos en lo que se denomina escolarización. Así pues, desde la escuela, la niñez y la juventud temprana se edificará en torno a ciertos valores, conceptos, normas y percepciones.

Extensión de este sistema educativo

A lo largo del siglo XX lo que hemos podido comprobar es una evolución progresiva de la extensión y masificación de este sistema educativo en todo el mundo. Eso sí, a diferentes velocidades y con las particularidades pertinentes, pero con los mismos fines. Hoy en día nuestro mundo sigue siendo el regido bajo el ideal liberal-republicano de naciones.

Llevamos más de doscientos años bajo este modelo. Y todo ello muy a pesar de la globalización o de los procesos tecnológicos revolucionarios que avanzan a una velocidad vertiginosa sin que apenas nos demos cuenta.

¿Es la historia escolar importante en la formación de sociedades en la actualidad? Se habla mucho de la importancia de la historia ¿pero, sabemos realmente las consecuencias que tiene aquello en la construcción de percepciones de los jóvenes sobre lo que sucede en el mundo?

Hay un “gen profesionalizante” de la historia al cual todo historiador debe “lealtad académica”: la nación. Pero no solo la nación, también el Estado, e incluso el todopoderoso liberalismo republicano (o, dicho de otra forma, las repúblicas de gobierno representativo vigentes hoy en día).

¿Influye la historia escolar en la formación ciudadana de los jóvenes del siglo XXI?

La historia no solo importa en este ámbito, sino que es fundamental. Tal es su importancia que cuando un ministerio o gobierno la intenta eliminar del currículo, los profesores salen a la calle, tal y como está sucediendo hoy en Chile, por ejemplo.

Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile. Bombardeo del Palacio de La Moneda (palacio de gobierno) Biblioteca del Congreso Nacional de ChileCC BY

¿Pero, por qué defender la historia si lo que está haciendo es construir una ciudadanía con contenidos estancos y conceptos homogeneizantes y obsoletos?

El ejemplo de la guerra entre la ministra de Educación chilena, Marcela Cubillos, con el Colegio de Profesores de Chile y con una mayoría social bastante transversal y diversa, es una muestra empírica de que la historia es parte de la identidad chilena, de sus valores patrios, sus tradiciones, sus costumbres y, más importante, su pasado.

Es aquí cuando se establece lo que entendemos que es el primer error: el eje pasado-historia. La historia no es el espejo del pasado. Otra cosa es que las historias nacionales pretendan que así lo sea bajo un relato lineal, androcéntrico, blanco, occidentalocéntrico y que versa sobre la cronología del ejercicio de poder y los poderosos.

A pesar de que este relato ha sido objeto de críticas, no lo es en su principio fundacional. Autores como Frank AnkersmitGeorg G. IggersHayden White o Herman Paul se han dedicado a cuestionar el rol positivista e historicista de la historia, es decir, de una percepción objetiva y axiomática de la misma.

El problema que crea una historia objetiva en los estudiantes

En estudios de este tipo (Teoría de la Historia) nos encontramos precisamente con un reconocimiento literario y subjetivo de la historia. Lo que sucede es que finalmente los estudios e investigaciones acerca de la Teoría de la Historia no dialogan con los estudios sobre Didáctica de la Historia, y aún menos con estudios etnográficos acerca de lo que ocurre en la escuela y con los estudiantes. Por eso, faltan importantes esfuerzos interdisciplinares en este campo o problemática de estudio.

La historia en el sistema escolar no está creando niños, niñas y jóvenes reflexivos, creativos y pensantes. Y si lo hacen, lo harán dentro de unas limitaciones conceptuales como el liberalismo político, el republicanismo, la democracia, la ciudadanía, la nación y un largo etc.

¿Se puede ser reflexivo y crítico con estas categorías de modernidad y progreso? Sí, pero no es posible superar cognitivamente ciertas problemáticas políticas, sociales y culturales en la actualidad si no superamos este laberinto epistemológico, es decir, del origen del conocimiento enseñado.

Por esta razón, la pregunta que nos hacemos es qué se está enseñando y no tanto cómo se está enseñando. Autores como Juan Sisinio Pérez Garzón, Sebastián Plá, Joaquim Prats, Antoni Santisteban Fernández, Joan Pagès o Mario Carretero, entre otros, son protagonistas en los estudios de la didáctica de la historia. En ellos vemos una defensa generalizada de una historia escolar menos memorística y más reflexiva, sumado a una transformación al cómo ofrecer clases de Historia.

Retrocesos y limitaciones

Por esto es muy importante poner el acento en cómo muchos de esos conocimientos nos están provocando serios retrocesos y limitaciones de cara a la construcción de diferentes futuros posibles.

La historia no estaría ayudando a construir una ciudadanía verdaderamente libre, sino a seres pasivos ante lo que ocurre en el mundo, es decir ciudadanos espectadores y no activos en los principales problemas de nuestra sociedad.

Quizás parezca raro, pero hubo una vez que la historia sirvió para elaborar utopías. Hoy en día eso es sinónimo de debates metafísicos que, al final, no tienen ninguna transcendencia ni incidencia en nuestras vidas.

Finalmente, la esclavitud del siglo XXI parece no estar únicamente en lo material y financiero, sino también en lo intelectual. Estamos condenados socialmente si no logramos emanciparnos cognitivamente, ya que no podemos permitirnos como colectivo humano seguir encadenados a un pasado que nos limita, a un presente que cada vez nos oprime más y a un futuro inexistente y vacío de toda esperanza.

Fuente: https://theconversation.com/la-importancia-de-la-ensenanza-de-la-historia-para-el-futuro-de-los-estudiantes-121205

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¿Qué aprenden los estudiantes sobre la esclavitud? Depende de donde vivan.

Cuando la Junta de Educación del Estado de Texas se reunió en 2010, 145 años después de que terminó la Guerra Civil, decidió establecer nuevos estándares de estudios sociales para enseñar sobre el conflicto más mortal de Estados Unidos. Un tema polémico ante ellos: ¿cuán central fue la esclavitud para causar la guerra? Como lo vio la junta, no muy.

La esclavitud, dijo un miembro de la junta en ese momento, era «un tema secundario de la Guerra Civil». Por lo tanto, la junta decidió nuevas normas. A los aproximadamente 5 millones de estudiantes del estado se les enseñaría que la causa de la guerra fue «el seccionalismo, los derechos de los estados y la esclavitud».

La decisión de marginar el papel de la esclavitud al incluirla en el tercer lugar fue atacada por muchos, incluidos historiadores y profesores de estudios sociales. Señalaron una evidencia abrumadora de que el Sur se separó precisamente porque le preocupaba que la elección de Abraham Lincoln en 1860 significara un impulso para terminar con la esclavitud. El año pasado, después de muchas disputas, la junta modificó su estándar para poner la esclavitud a la vanguardia.

En sus estándares oficiales para la enseñanza de estudios sociales e historia, algunos estados exigen explícitamente la enseñanza sobre aspectos de la esclavitud a lo largo de la educación K-12 de un estudiante, mientras que otros se refieren a ella de pasada o no.

Massachusetts menciona la esclavitud 104 veces en su marco de historia y estudios sociales. Los estándares de Louisiana para los estudios sociales K-12 se refieren a la esclavitud cuatro veces. Las pautas de Idaho mencionan la esclavitud dos veces. Pocos estados mencionan la esclavitud de los nativos americanos en sus estándares a pesar de la creciente erudición que apunta a que se extendió a principios de la América colonial y continuó durante gran parte del siglo XIX, particularmente en los estados y territorios occidentales.

Para Tiffany Classie Williams, profesora de historia en Birmingham, Alabama, que es afroamericana, educar a los estudiantes sobre la esclavitud va mucho más allá de las 15 menciones de la esclavitud en las pautas de Alabama. Para Williams, es personal. Y es una oportunidad para inculcar en sus alumnos, casi todos negros, un sentido de resolución y orgullo.

«Obviamente soy descendiente de esclavos, y por eso quiero enseñarlo y enseñarlo bien», dijo Williams, quien es negro y ha estado enseñando en Huffman High durante 12 años. “Quiero que mis alumnos sean resistentes. Diré: ‘No lo olviden, sus antepasados ​​sobrevivieron al Pasaje Medio’. Y si sobrevivieron al Pasaje Medio, entonces, bebé, puedes hacer cualquier cosa ”.

Mark Hoey enseña historia estadounidense de colocación avanzada a estudiantes de tercer año en la High School secundaria de Filadelfia para niñas. Los estudiantes de su clase han tomado el curso de historia afroamericana requerido el año anterior y están bien versados ​​en sus lecciones.

«Mis hijos son realmente fuertes en eso», dijo Hoey. «Es un área en la que sé que tendrán la opinión de expertos y expertos».

Para algunos historiadores y educadores, como Daina Ramey Berry, profesora de historia de la Universidad de Texas y autora de «El precio de su libra de carne: el valor del esclavo, desde el útero hasta la tumba, en la construcción de una nación», uno La opción para corregir la falta de conocimiento sobre la esclavitud sería centrar un curso completo sobre el tema en la escuela intermedia o secundaria.

“Es una parte tan importante de la historia estadounidense, pero se pasa por alto. Quiero decir, la base de nuestra economía inicial se basó en la esclavitud, y eso está desaparecido ”, dijo Berry. “Y también, es la base de algunos de los desafíos que tenemos con las relaciones raciales actuales. Nunca nos curamos de esto. Es como ese elefante en la sala de nuestra historia del que la gente no quiere hablar porque es incómodo ”.

Pero incluso los maestros que desean centrarse más en la esclavitud descubren que a menudo están presionados por el tiempo.

«La historia, especialmente en los grados más jóvenes, se deja de lado para las pruebas», dijo Jordan Dunkerson-Hurst, quien enseña historia estadounidense en la escuela secundaria Ernest Childers en Broken Arrow, Oklahoma, un suburbio de Tulsa. «Y así, incluso si eres una persona que quiere profundizar en las cosas reales, a veces te ves obligado a echar un vistazo para obtener lo que necesitas hacer en el tiempo que te asignan».


Tatum Maly, Kaira Moore y Julius McVay hablan sobre la esclavitud durante una lección en la clase de Jeff Nease en la Academia Broken Arrow Freshman en Oklahoma en mayo. (Shane Bevel para The Washington Post)

Pero Dunkerson-Hurst, miembro de la tribu Choctaw, no escatima cuando se trata de enseñar a sus alumnos sobre el papel que ha jugado la esclavitud en Estados Unidos. Y señala que su tribu, y otros en Oklahoma que habían sido forzados al oeste en el Sendero de las Lágrimas en 1838 por el presidente Andrew Jackson, también mantenían a los afroamericanos como esclavos.

«Siempre les digo … cuando aprendemos sobre historia, dejamos de repetir nuestros errores», dijo. “Y mi objetivo no es solo enseñar historia. Es crear mejores personas hasta cierto punto «.

Si bien algunos estados y distritos escolares han avanzado mucho para abordar la escasez de conocimiento sobre la esclavitud y poner un mayor énfasis en estudiarla, el enfoque ha sido inconsistente y desordenado. Hay pocos libros de texto o planes de lecciones que aborden adecuadamente su alcance e impacto. Y, al menos por ahora, sigue habiendo una falta de comprensión social sobre cuán dramática e implacablemente la esclavitud ha moldeado casi todos los aspectos de la historia de Estados Unidos, y su presente.

Eso es un problema, dicen educadores e historiadores. Creen que la historia de la esclavitud que la mayoría de los estudiantes de EE. UU. Están aprendiendo no comienza a capturar la magnitud de la práctica o cómo continúa afectando al país hoy.

El barco de esclavos que no estaba destinado a ser encontrado
La reportera Nicole Ellis visita Africatown, Alabama, para conmemorar el Clotilda, el último barco de esclavos conocido que llegó a las costas de los Estados Unidos. (El Washington Post)

La incapacidad de educar a los estadounidenses sobre la esclavitud de una manera profunda e inquebrantable refuerza las divisiones, dijo Bethany Jay, profesora asociada de la Universidad Estatal de Salem y coeditora de «Comprender y enseñar la esclavitud estadounidense».

La nación se ve dividida por cuestiones divisivas como las estatuas confederadas, los atletas arrodillados, la reforma penitenciaria y la ciudadanía por derecho de nacimiento porque, dijo Jay, hay una «falta de contexto sobre cómo todos esos temas se vinculan con la esclavitud misma o sus consecuencias inmediatas». Y eso es culpa de cómo hemos estado hablando sobre este tema en nuestras escuelas y museos y en nuestra vida y cultura públicas «.

Los historiadores y los maestros piden una adopción nacional de estándares que aborden plenamente cómo la esclavitud formó la economía de Estados Unidos, fue codificada en sus leyes, protegida por los tribunales y ampliada por la política nacional, incluso cuando otros países prohibían la práctica y los abolicionistas la calificaban de inmoral. Quieren una enseñanza más explícita de cómo la esclavitud estadounidense fue justificada por las creencias racistas.

En un informe el año pasado titulado «Enseñanza de la historia difícil: la esclavitud estadounidense», el proyecto de Tolerancia de la enseñanza del Centro de Derecho de la Pobreza del Sur examinó 15 conjuntos de normas estatales para ver qué tan bien abordaban 10 conceptos clave relacionados con la esclavitud. Esos conceptos incluían la enseñanza de que la esclavitud existía en las 13 colonias, que las protecciones para la esclavitud estaban incluidas en los documentos fundacionales y que la esclavitud y la trata de esclavos eran fundamentales para el desarrollo y el crecimiento de la economía estadounidense. Según el informe, los estándares estatales rara vez abordaban los conceptos clave de manera significativa.

Por ahora, muchos maestros e historiadores dicen que las escuelas públicas de Estados Unidos no cumplen con ese estándar.

Sobre el proyecto: Enseñanza de la esclavitud

Para este proyecto sobre cómo se enseña la esclavitud, The Washington Post entrevistó a más de 100 estudiantes, maestros, administradores e historiadores de todo el país y se sentó en clases de historia de secundaria y preparatoria en Birmingham, Alabama; Fort Dodge, Iowa; Germantown, Md .; Concord, Mass .; Flecha rota, Okla .; y Washington DC

Los artículos de este proyecto examinan las lecciones que los estudiantes están aprendiendo sobre la esclavitud, los obstáculos que enfrentan los maestros al enseñar esta difícil materia, la edad adecuada para introducir conceptos difíciles sobre la esclavitud a los jóvenes estudiantes y cómo los maestros conectan la historia de la esclavitud con el racismo del siglo XXI y la supremacía blanca. Nuestro enfoque se centra en las escuelas públicas porque los encargados de formular las políticas y los funcionarios escolares elegidos toman decisiones de enseñanza que determinan el plan de estudios y cuyas decisiones son implementadas por los administradores y maestros cuyos salarios se financian con fondos públicos. 

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Estados Unidos: Una ley en Illinois obliga a las escuelas públicas a enseñar el papel de las personas LGTBQ en la historia

Redacción: Aleteia

Illinois se une a otros cuatro estados de la Unión Americana que ya han aprobado leyes similares: California, Colorado, Nueva Jersey y Oregón

El gobernador del Estado de Illinois (Estados Unidos) JB Pritzker (Partido Demócrata) firmó una legislación que, entre otros aspectos que se consideran discriminatorios en la enseñanza de la historia del Estado y del país, garantiza que las escuelas públicas de la entidad enseñen el papel y las contribuciones de las personas LGBT en la historia tanto de Illinois como de Estados Unidos.Pritzker firmó el viernes pasado una ley educativa en la que se señala que “la enseñanza de la historia debe incluir el estudio del papel y las contribuciones de los afroamericanos y otros grupos étnicos incluyendo –pero no restringiendo—a los polacos, lituanos, alemanes, húngaros, irlandeses, bohemios, rusos, albaneses, italianos, checos, eslovacos, franceses, escoceses, hispanos, asiáticos americanos, etcétera, en la historia de este país y este Estado”.

Y más adelante señala que “solamente en escuelas públicas la enseñanza de historia debe incluir el estudio del papel y las contribuciones de las lesbianas, gays, bisexuales y transgénero en la historia de este país y del Estado”, lo cual también estará dispuesto en los libros de texto oficiales de Illinois.

Según informa el sitio web The Hill, la Junta de Educación del Estado también está obligada a publicar anualmente una lista de los libros de texto autorizados para que se puedan comprar según la ley.

“Cada distrito escolar público y escuela no pública reconocida por el estado, sujeto a las asignaciones para ese propósito, recibirá una subvención por alumno para la compra de libros de texto seculares y no discriminatorios”, se lee en el texto de la nueva legislación estatal.

El proyecto de ley también incluye una sección que permite al Departamento de Educación de Illinois adoptar reglas “según sea necesario” para la implementación de la ley y “para garantizar la neutralidad religiosa del programa de subvención en bloque de libros de texto”.

La senadora estatal Heather Steans (Demócrata), una de las co-patrocinadoras de la legislación, ha dicho que “una de las mejores formas de superar la intolerancia es a través de la educación y la exposición a diferentes personas y puntos de vista”. Y agregó: “Un plan de estudios inclusivo no solo enseñará una versión precisa de la historia, sino que también promoverá la aceptación de la comunidad LGBTQ”.

“Espero que enseñar a los estudiantes sobre las valiosas contribuciones que las personas LGBTQ han hecho a lo largo de la historia creará un entorno más seguro con menos incidentes de acoso”, dijo Steans. “Los niños y adolescentes LGBTQ también podrán obtener nuevos modelos a seguir que compartan experiencias de vida con ellos”.

Según el sitio web The Blaze, Victor Salvo, director ejecutivo de The Legacy Project, una organización LGBTQ sin fines de lucro, emitió una declaración el mismo viernes 2 de agosto elogiando la aprobación de la ley: “Aplaudimos y agradecemos al gobernador Pritzker por aprobar esta ley y por su compromiso con la inclusión LGBTQ. Illinois está en el lado correcto de la historia con esta importante ley que salva vidas”.

De acuerdo con el edicto publicado por la Asamblea General de Illinois, las nuevas disposiciones en materia de educación y enseñanza de la historia estatal y nacional entrarán en vigor a partir de primero de julio de 2020.

Illinois se une a otros cuatro estados de la Unión Americana que ya han aprobado leyes similares: California, Colorado, Nueva Jersey y Oregón.

Fuente: https://es.aleteia.org/2019/08/14/una-ley-en-illinois-obliga-a-las-escuelas-publicas-a-ensenar-el-papel-de-las-personas-lgtbq-en-la-historia/

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