Da clases a niños de 1º a 6º, es director, conserje y siembra para darle de comer a sus alumnos.

Por: El Diario de Nuevo Laredo. 23/06/2017

El profesor José Ángel Olvera Guevara de 30 años y originario de Tula, Tamaulipas, nunca se imaginó la responsabilidad  que conllevaría realizar su labor como docente al recibir su primera orden de servicio en Nuevo Laredo al estar al frente de una escuela unitaria y ser el único responsable del plantel.

“Cuando presenté mi examen de docencia y me asignaron a esta ciudad, no me esperaba que me tocara una primaria unitaria, pues yo estuve en una escuela rural con el mismo sistema, pero eso no fue lo que me sorprendió, sino estar al frente de la escuela sin ayuda de otro maestro o más personal, pero aquí hace ocho años trabajo con los niños de todos los grados”, dijo el maestro.

La primaria Niños Héroes  ubicada en la colonia Claudette al norponiente de la ciudad, es una primaria unitaria de tiempo completo, sistema que se caracteriza por tener  un número reducido de alumnado, que recibe la atención de un solo docente, sin embargo, el profesor José Ángel ya no se da abasto con los más de 45 alumnos de los diferentes grados  que tiene a su cargo.

“Una de las necesidades que más tenemos es la falta de maestros, yo me hago cargo de los niños desde primero a sexto año y es difícil porque la mayoría  no contaba con el preescolar, he tenido que enseñarles a los niños más pequeños hasta como agarrar un lápiz durante los ocho años y al mismo tiempo enseñarles a los más grandes”, señaló.

POR FIN UN APOYO
“Hasta hace poco ya contamos con una maestra de apoyo que es la que se encarga de enseñarles lo de preescolar”, aseguró.

“Tampoco contamos con intendente por lo que aquí le hacemos de todo; limpiamos, pintamos y arreglamos la escuela como podemos y a veces los niños les gusta ayudarme con estas actividades y el día de hoy, gracias a una solicitud Servicios Públicos Primarios nos apoyó a limpiar los jardines, pues salen muchos animales ponzoñosos al estar el río cerca y ojalá y que no sea la única vez que nos ayuden”, expresó.

SIN DÍAS LIBRES

El joven maestro ha tenido que dejar su vida personal a un lado, ya que al ser el único maestro que funge como director, conserje y hasta vigilante no tiene tiempo de distraerse en otras actividades en su tiempo libre ya que los días de descanso los ocupa en organizar y preparar la documentación y administración de la primaria.

“Entro a trabajar antes de las ocho de la mañana y hasta las seis de la tarde, ya que es una escuela de tiempo completo, dejo de dar clases a las cuatro, pero tengo que quedarme para gestionar la documentación y  administración de la escuela por lo cual a veces debo quedarme aquí día y noche y hasta los fines de semana, no me da tiempo para nada más”, sostuvo el profesor mil usos.

SIEMBRAN PARA EL COMEDOR ESCOLAR

Una de las actividades que en lo personal le gusta realizar al maestro de la primaria Niños Héroes, es la siembra, por lo que también los alumnos han aprendido a sembrar y cosechar para consumo de ellos.

“A los niños les gusta mucho la cosecha hasta se pelean por su matas de sandía, y han sembrado tomate, rábano, acelga y repollo mismas que hemos cosechado para llevar al comedor de la primaria y consumirlo y seguiremos haciéndolo ya que a los niños les gusta”, expresó.

El profesor José Ángel Olvera recalcó que aun cuando la situación se ha complicado al tener tantas responsabilidades, su función como maestro en esta primaria no la dejará  por ningún motivo aun cuando la carga de trabajo sea demasiado pesada, porque la misión de enseñar a los niños la hace por gusto y pasión.

 

Fuente: http://www.diariolaredo.com/archivos/52501

Fotografía: El Diario de Nuevo Laredo

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Maturana: “El futuro de la humanidad no son los niños, son los mayores”

Entrevista a: Humberto Maturana

Por: Alejandra Jara

De visita en la Región del Biobío, el Premio Nacional de Ciencias conversó sobre la importancia de que los niños crezcan en un espacio que acoja, escuche, se diga la verdad y donde sus preguntas sean contestadas. “Sólo así se transformará en una persona reflexiva, seria y responsable”, aseguró.

“Cuando uno aplaude a alguien sin haber escuchado nada, entonces uno aplaude las expectativas”, dijo un sorprendido Maturana apenas subió al escenario de la escuela Hipólito Toro y Salas de Chiguayante, en la región del Biobío, donde fue invitado ayer miércoles a inaugurar el año académico.

La noticia de que visitaría la región se masificó rápido y decenas de personas, ajenas a la comunidad educativa del establecimiento, llegaron hasta el colegio para escuchar al Premio Nacional de Ciencias, arriesgándose incluso a que no las dejaran entrar.

Bastó que lo mencionaran como el invitado de honor de esta ceremonia, donde también se premió a los profesores destacados de Chiguayante, para que el público estallara en aplausos mientras las cámaras, que transmitieron en directo su presentación vía streaming, enfocaron a varios jóvenes y adultos que se acomodaron como podían al interior del auditorio donde reinó el silencio durante los poco más de 20 minutos que duró su presentación.

“Pero las expectativas nunca se cumplen, ni las propias, ni las ajenas. Lo cual es bueno. Uno puede escuchar sin prejuicios, sin supuestos, sin exigencias y uno puede hablar también desde la espontaneidad”, recordó el biólogo y autor de El árbol del conocimiento (1984), antes de comenzar a hablar de “Amar educa”, el tema central de su ponencia.

El futuro de la humanidad

“Los niños, niñas y jóvenes se van a transformar con nosotros, con los mayores, con los que conviven, según sea esa convivencia. El futuro de la humanidad no son los niños, somos los mayores con los que se transforman en la convivencia”, dijo Maturana en la mitad de su presentación.

El biólogo se dio cuenta de lo sorprendidos que quedaron los auditores con esta aseveración y continuó: “Nosotros hoy somos el futuro de la humanidad. Los niños se transforman con nosotros. Van a reflexionar, van a mentir, van a decir la verdad, van a estar atentos a lo que ocurre, van a ser tiernos, si nosotros los mayores, con los que conviven, decimos la verdad, no hacemos trampa, o somos tiernos”, explicó.

Por lo tanto, el enseñar, como parte de la convivencia, es indicar, apuntar la mirada, guiar la reflexión, pero “en cualquier caso los niños se van a transformar con los mayores con los cuales conviven”, agregó el biólogo.

“Cuando decimos que amar educa, lo que decimos es que el amar como espacio que acogemos al otro, que lo dejamos aparecer, en el que escuchamos lo que dice sin negarlo desde un prejuicio, supuesto, o teoría, se va a transformar en la educación que nosotros queremos. Como una persona que reflexiona, pregunta, que es autónoma, que decide por sí misma”, sostuvo.

Maturana explicó que una de las cosas que surge del lenguaje es la conciencia. Y que existen dos preguntas fundamentales que los niños viven. Una de ellas es “¿mamá cómo se hace?, lo que revela que el niño quiere hacerlo bien. “Todos queremos hacer bien las cosas que sabemos y por eso preguntamos”, aclaró el biólogo.

Y la otra pregunta es la que le hace la mamá o el papá al niño: “¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?”. “Esa es una pregunta maravillosa, lleva la mirada sobre sí mismo. Abre el espacio de la reflexión”, dijo Maturana.

Y enfatizó: “Amar educa. Si creamos un espacio que acoge, que escucha, en el cual decimos la verdad y contestamos las preguntas, nos damos tiempo para estar allí con el niño o niña, ese niño se transformará en una persona reflexiva, seria, responsable que va a escoger desde sí”.

Porque el acto de escoger es fundamental y constituye un acto de conciencia, aseguró el Premio Nacional de Ciencias Exactas. “El poder escoger lo que se hace, el poder escoger si uno quiere lo que escogió o no, ¿quiero hacer lo que digo que quiero hacer?, ¿me gusta estar dónde estoy?”, son algunas de las preguntas que aparecen”, explicó Maturana.

El origen de los problemas

En su ponencia, Maturana también abordó que los problemas humanos nunca son de inteligencia, sino corresponden a conflictos de emociones. “Son todos conflictos de deseos y se resuelven con la reflexión”, dijo el experto.

También explicó que los humanos hacemos teorías, es decir, constructos lógicos que se fundan en premisas básicas aceptadas a priori desde la emoción. Y para resolver las discrepancias con los otros “hay que ver las coherencias del ámbito en el cual estamos hablando”, agregó el Premio Nacional de Ciencias.

Si no nos podemos poner de acuerdo, es porque estamos en ambos teóricos distintos. Estamos argumentando desde premisas básicas diferentes. “Y la única solución es mirar desde donde estamos diciendo lo que estamos diciendo”, sostuvo Maturana.

En este tema, el ex académico del MIT fue consultado por uno de los asistentes sobre cómo transformar la política pública en educación que está volcada a los indicadores.

“Conversando”, respondió el experto y agregó que “El colegio de profesores se transformó a lo largo de la historia en un sistema gremial, pero en su origen era un sistema de reflexión académica sobre la educación. Un modo de conversar sobre lo que hacemos. Porque si no conversamos ¿qué diremos ante las autoridades gubernamentales?”, se preguntó.

Por lo tanto, lo que hoy hay que responder es “¿qué queremos con la educación”, dijo el biólogo. Es decir, saber si queremos formar jóvenes que se preparen para la competencia del mercado laboral o para una convivencia democrática, honesta, de mutuo respeto, en la colaboración, en la reflexión.

“Ese es nuestro tema, tenemos que conversar. Pero no tenemos que tratar la conversación como algo banal (…) Tenemos que atrevernos no en una huelga, sino en la conversación y la reflexión”, aseguró el Premio Nacional de Ciencias.

Amar educa

“Para que el amar eduque hay que amar y tener ternura. El amar es dejar aparecer. Darle espacio al otro para que tengan presencia nuestros niños, amigos y nuestros mayores”, sostuvo Maturana.

Por eso, la educación es la tarea más importante de un país. “Define el ámbito de convivencia en el que ese país se va constituyendo, momento a momento, día a día”, agregó el biólogo.

Como yo lo había mencionado anteriormente, en este ámbito la reflexión juega un rol fundamental porque permite mirar dónde estamos. “Si no reflexionamos vamos a caer en un fanatismo, en un ámbito de autoridad absoluta para el que otro obedezca”, aseguró Maturana.

Pero a nadie le gusta obedecer, porque es una negación de sí mismo. Sin embargo, en el colaborar “tengo presencia, soy libre, escojo”, lo que recordó que es importante aplicar en la crianza de los niños.

“La educación es una transformación en la convivencia y seguirá un camino u otro según la teoría desde las cuales actuemos. Las teorías no son superfluas, definen el espacio en el que nos movemos y las aceptamos. Pero si aceptamos las teorías aceptamos las premisas básicas desde donde se constituyen, de modo que tenemos que ser siempre, o deberíamos ser capaces, de preguntarnos las premisas básicas desde donde se construyen las teorías, el sistema lógico con el cual fundamentamos lo que hacemos”, concluyó el Premio Nacional de Ciencias.

https://www.facebook.com/municipalidadchiguayante/videos/646777745508622/

Fuente: http://culto.latercera.com/2017/03/23/maturana-la-humanidad-los-ninos-los-mayores/

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