Entornos virtuales
Venezuela: Las Aulas Virtuales como Alternativa para la Educación Tradicional
Las Aulas Virtuales como Alternativa para la Educación Tradicional
Alcides Prieto
Los estudiantes universitarios actuales ya han vivido en la sociedad de la información. Según Marqués (2001):
La sociedad de la información está formada por el progreso científico continuo y la tendencia de la globalización económica y cultural. La información y la tecnología están ampliamente difundidas en todas las clases sociales y económicas Medios de comunicación telemática y audiovisual…
En este sentido, es habitual ver agilidad y facilidad en el manejo de todos los elementos que les proporciona la tecnología actual. Por ello, observamos cómo utilizan el nuevo sistema para comunicarse (SMS, correo electrónico). Compartir información (blog, YouTube), coordinación (wiki), búsqueda (Google), social (sala de chat, foro). Por ello, es el interés actual acercar la educación formal a la práctica diaria de los estudiantes, “ampliando los tipos de experiencias formativas de los estudiantes a través de los siguientes medios: encontrarán ubicuos en sus carreras y serán parte de la cultura tecnológica, lo impregna todo” Adell (1997); sin embargo, aunque el tema se encuentra actualmente en el statu quo, ha habido muy pocas investigaciones sobre estos aspectos en nuestro país. A partir de la experiencia, y como una forma de familiarizar a los estudiantes con la tecnología real, se decidió inicialmente usar páginas web para brindarles a los estudiantes materiales educativos para sus asignaturas y utilizar los recursos publicados en Internet para enriquecerlos.
Estos espacios evolucionan hacia entornos reales de aprendizaje y son considerados como aulas virtuales con doble función, ya que por un lado promueven la familiaridad de los estudiantes con las tecnologías de la información, y por otro lado, permiten el acceso a la información brindada, desde cualquier equipo de computación conectada a la red. En este sentido el docente ocupa una gran relevancia al momento de la publicación de los contenidos en una herramienta educativa desde el ámbito virtual, ya que lograr de manera satisfactoria el objetivo planteado, debe hacer diversas del material a publicar especialmente en clases, con la finalidad de mantener actualizados los contenidos publicados y adecuados a la realidad y la cotidianidad del día a día, de manera de que sean intercambiados entre los estudiantes tratando de promover la retroalimentación en cuanto a las opiniones generadas a partir de las respectivas interpretaciones de cada uno, lo que llevara a la expansión del conocimiento adquirido a través del respectivo procesamiento de los datos adquiridos desde la herramienta académica desarrollada y que forma parte del aula virtual.
Para el desarrollo de ese tipo de herramienta académica virtual, es necesario empoderarse de la marcada expansión que ha significado la Internet, como un nuevo hito en la educación a distancia. Por ejemplo, la educación virtual, también conocida como la cuarta generación de educación a distancia, se caracteriza por un mayor acceso a la educación a través de Internet; promover el aprendizaje colaborativo y el trabajo en grupo; fomentar el aprendizaje activo; establecer el aprendizaje Comunidad; centrado en el estudiante, haciendo más activos los roles tradicionales en el proceso de enseñanza. Las aulas virtuales también tienen sus ventajas, como menciona Tapia, G. (2016): Las ventajas de las aulas virtuales van más allá de las limitaciones de tiempo y espacio. (Página 22).
Al mismo tiempo, este último autor también destaca como se ha podido evidenciar a lo largo del tiempo que se han implementado, que las aulas virtuales tienen sus falencias y en este sentido establece que: “Entre las falencias de las aulas virtuales, las motivaciones de los estudiantes pueden ser complicadas”. En este sentido y con el fin de brindar a los docentes y estudiantes las herramientas necesarias para las aulas virtuales y su uso en Internet, hay que mejorara los conocimientos que se desean impartir, optimizando la facilidad de la percepción de los contenidos hacia los estudiantes lo que traerá en consecuencia, mejorar la enseñanza de esta herramienta virtual. En el ámbito del aprendizaje, se enseñará a profesores y estudiantes sobre las aulas virtuales y las herramientas necesarias que se utilizan en Internet para potenciar el conocimiento y mejorar el efecto didáctico de las herramientas virtuales, propiciando la investigación tanto en el campo de las aulas virtuales, como en el recurso para fortalecer su formación.
Figueroa I. (2015) cree que las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), ocupan una posición dominante en la sociedad actual incluyendo lo relacionado a la educación a distancia vía internet. Estas tecnologías utilizan los procesos de información y comunicación como elementos clave. En otras palabras, las TIC es pionera en el desarrollo del conocimiento en nuestra sociedad. En el nuevo sistema económico, la información y la comunicación son igualmente importantes, porque la información no solo es necesaria, sino que también está disponible de forma inmediata, por lo que la información y la comunicación son elementos clave de la competitividad de una empresa.
Vetancourt Y. (2015) señala que según Cabero (2000), las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) se utilizan para referirse a una serie de nuevos medios, como el hipertexto, la multimedia, Internet, la realidad virtual o la televisión por satélite.
Figueroa I. (2011) y González (1999: 27) define las NTIC, como «un conjunto de herramientas, soportes y canales para procesar y acceder a nuevas expresiones y nuevas formas de información. Participación y entretenimiento cultural…”, lo que soportan y propician en gran manera, los procesos desarrollados a partir de iniciativas que buscan implementar la educación a distancia, como una herramienta alternativa en la educación que de una salida efectiva a los métodos tradicionales que por muchas décadas, se han venido implementando a nivel mundial.
Navarro y Soto (2006) creen que la educación virtual requiere tecnología, docencia y apoyo social compuesto por aulas virtuales. Por tanto, el aula virtual es un entorno de enseñanza basado en aplicaciones telemáticas en el que interactúan los sistemas informáticos y de comunicación. Básicamente, un aula virtual debe contener las siguientes herramientas: distribución de información, intercambio de ideas y experiencias, aplicación y experimentación del conocimiento aprendido, evaluación del mismo, en concordancia con la confiabilidad del sistema computacional utilizado. En este sentido Polleri G. (2011) indica que:
La información y el conocimiento se convierten así en ejes centrales de la nueva sociedad emergente sustentados por la tríada que forman los vectores del aprendizaje, la instrucción y la educación, todo esto propiciado y apoyado por el avance vertiginoso de las TIC.
Algunos autores como Seymour Papert o David Cavallo (citado por Salinas, 1997), consideran que las TIC no son sólo una oportunidad sino también la excusa perfecta para introducir en la educación nuevos elementos que realicen una transformación profunda de la práctica educativa; un giro hacia una educación que se oriente a enseñar lo útil para la vida y para el desarrollo de la personalidad donde se considere las peculiaridades de cada individuo.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en la Conferencia Mundial sobre la Educación Universitaria realizada en París en 1998, en su artículo 12, el potencial y los desafíos de la tecnología (citado por Silvio, 2000) establece:
Los establecimientos de educación universitaria han de dar el ejemplo en materia de aprovechamiento de las ventajas y el potencial de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, velando por la calidad y manteniendo niveles elevados en las prácticas y los resultados de la educación, con un espíritu de apertura, equidad y cooperación internacional, por los siguientes medios: a) constituir redes, realizar transferencias tecnológicas, formar recursos humanos, elaborar material didáctico e intercambiar las experiencias de aplicación de estas tecnologías a la enseñanza, la formación y la investigación, permitiendo así a todos el acceso al saber; b) crear nuevos entornos pedagógicos, que van desde los servicios de educación a distancia hasta los establecimientos y sistemas virtuales de enseñanza universitaria, capaces de salvar las distancias y establecer sistemas de educación de alta calidad, favoreciendo así el progreso social y económico y la democratización así como otras prioridades sociales importantes. (p.116).
Ante esta realidad tanto desde el ámbito tecnológico como académico, se hace necesario el cambio de los paradigmas tradicionales referidos a las clases presenciales y magistrales, por recursos didácticos centrados en el empleo de las TIC. Debido a que en los estudios universitarios tradicionales se implementa en todas las carreras el uso de las TIC, es desde este punto de vista académico, investigativo y recreacional, para lo cual se requiere llevar a cabo habilidades didácticas, lúdicas y cognitiva, lo que conllevará a desarrollar diferentes tipos de prácticas como el manejo del computador, los elementos que lo integran y su uso adecuado, poniendo en práctica para ello los componentes para el avance de estas experiencias desde las perspectivas educativas, sociales y destrezas, lo que traerá beneficios a toda la comunidad educativa principalmente en su desarrollo integral.
En la actualidad, las aulas virtuales representan una gran oportunidad para los estudiantes en todos sus estratos, aunado a que innova en gran manera en el proceso enseñanza – aprendizaje, para todo aquel que está abierto al conocimiento nuevo y aplicable, así como una ventana de expansión que no teme romper con viejos paradigmas al adecuar su enseñanza y experiencia a través de un ambiente virtual.
Hay diferentes problemas o factores que motivan a que un porcentaje significativo de estudiantes abandonen su centro de estudio (escuela, universidad, entre otros) y esto es ocasionado principalmente, debido a que viven en lugares muy lejanos de las instituciones donde cursan sus estudios presenciales, impidiendo que el estudiante pueda realizar con facilidad y eficacia, su aprendizaje.
El estudio a través de las aulas virtuales como recurso para fortalecer el proceso formativo de los estudiantes, aportan mayor formación al grupo de profesores y estudiantes ya que propician el desarrollo de un conjunto de destrezas, que servirán de inicio a que los nuevos conocimientos adquiridos se puedan asumir con mayor facilidad, con la finalidad de que sean mejor interpretados y en consecuencia, se pueda coadyuvar en su reestructuración. En este sentido se deben desarrollar instrumentos que logren facilitar un espacio educativo tanto para los educando como para el educador, de manera que puedan desarrollar sus actividades académicas y de investigación, en donde puedan interactuar a través de las aulas virtuales para facilitar sus procesos de enseñanza-aprendizaje por medio de la red.
Ahora bien, ¿Cómo motivar, fortalecer, precisar los requerimientos técnicos, teóricos, humanos y económicos, la formación tanto de los estudiantes como de los profesores a través de las aulas virtuales? Para poder dar respuesta a la anterior interrogante, se estableció análisis descriptivos de campo que consta de la implementación de un cuestionario contentivo de quince (15) preguntas a partir de entrevistas guiadas y personales, a objeto de determinar el grado de opinión de los usuarios. Al respecto se elaboró una investigación de campo, con la finalidad de recopilar los datos requeridos en el lugar de estudio y poder hallar los posibles problemas existentes. Para esto, se escogió un grupo de doscientos diecinueve (219) estudiantes y quince (15) profesores del Programa de Formación de Grado (PFG) en Comunicación Social.
Debido a lo numeroso del grupo de estudiantes seleccionados para la población, se optó por calcular una muestra representativa de la misma, calculada en un treinta por ciento (30%) de la primera, tomando en consideración lo establecido por López F. (2013), quedando el grupo de estudiantes a entrevistar para así aplicar el instrumento de recolección de datos, en sesenta y seis (66) estudiantes. En lo relacionado al grupo tomado como población de profesores que ascienden a quince (15), se decidió tomar al grupo total para la aplicación del instrumento de recolección de datos, en vista de lo reducido del grupo quedando una muestra general de ochenta y una (81) personas, sujetas de estudio.
El resumen del análisis de los resultados a partir de la implementación del instrumento de recolección de datos al grupo muestral, se presenta a continuación:
A. Análisis estadístico de encuestas realizadas a profesores del PFG en Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Monagas
¿Tiene información sobre las aulas virtuales?
Fuente: Encuesta aplicada en los estudiantes de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
En el gráfico se puede observar que el cuarenta y ocho por ciento (48%) de los estudiantes encuestados tiene información sobre las aulas virtuales, mientras que el cincuenta y dos por ciento (52%) no tiene información de las mismas.
¿Ha utilizado alguna vez un Aula Virtual?
Fuente: Encuesta aplicada en los estudiantes de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
En la pregunta que se les hizo a los estudiantes del PFG en Comunicación Social de los sesenta y seis (66) encuestados, el veintinueve por ciento (29%) si ha utilizado alguna vez un Aula Virtual, mientras el sesenta y siete por ciento (67%) no ha utilizado alguna vez un Aula Virtual y un cinco por ciento (5%) no contesto.
¿Si tuvieras un aula virtual que te gustaría que incluyeran?
Fuente: Encuesta aplicada en los estudiantes de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
Las repuestas que emitieron los estudiantes en cuanto a la pregunta si tuvieras un aula virtual que te gustaría que incluyeran, el cuatro por ciento (4%) bienvenida, el seis por ciento (6%) consulta, el seis por ciento (6%) bibliografía, el tres por ciento (3%) imágenes, el diez por ciento (10%) tutoriales, el seis por ciento (6%) chat, el seis por ciento (6%) correo, el tres por ciento (3%) colores vivos (llamativo), el nueve por ciento (9%) biblioteca PDF, el nueve por ciento (9%) asesorías, el ocho por ciento (8%) enciclopedia, el cuatro por ciento (4%) enlace, el doce por ciento (12%) temas actuales, el diez por ciento (10%) video conferencia y el cinco por ciento (5%) ideas.
¿Cree que se debe preparar un docente para formar las aulas virtuales?
Fuente: Encuesta aplicada en los estudiantes de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
En esta pregunta realizada a los estudiantes de comunicación social, el noventa y cinco por ciento (95%) de los encuestados afirma, que se debe preparar un docente para formar las aulas virtuales y el cinco por ciento (5%) no debe ser preparar un docente para formar las aulas virtuales.
B. Análisis estadístico de encuestas realizadas a profesores del PFG en Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Monagas
¿Tiene información sobre las aulas virtuales?
Fuente: Encuesta aplicada en los profesores de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
En el gráfico se puede observar que el noventa y tres por ciento (93%) de los profesores del PFG en Comunicación Social encuestados tiene información sobre las aulas virtuales, mientras que el siete por ciento (7%) de los profesores de comunicación social encuestados no tiene información sobre las aulas virtuales.
¿Ha utilizado alguna vez un Aula Virtual?
Fuente: Encuesta aplicada en los profesores de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
En la pregunta que se les hizo a los profesores del PFG en Comunicación Social de los 15 encuestados, el treinta y tres por ciento (33%), si ha utilizado alguna vez un Aula Virtual, mientras el sesenta y siete por ciento (67%), no ha utilizado alguna vez un Aula Virtual.
¿Ha realizado algún proceso de formación en línea, a distancia, virtual o mediado por las tecnologías?
Fuente: Encuesta aplicada en los profesores de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
Fuente: Encuesta aplicada en los profesores de comunicación Social, durante el periodo octubre 2018.
El ochenta por ciento (80%) de los profesores del PFG en Comunicación Social encuestados, afirma que ha realizado algún proceso de formación en línea, a distancia, virtual o mediado por la tecnología, por su parte el veinte por ciento (20%) no ha realizado algún proceso de formación en línea.
Del anterior desarrollo sistemático de los datos recopilados y posteriormente procesados para brindar la información necesaria en cuanto al tema de las aulas virtuales se refiere, se puede establecer que de acuerdo a los resultados obtenidos, se observa que los estudiantes no manejan o no tiene conocimiento sobre las aulas virtuales siendo la internet y el ámbito computacional un recurso muy utilizado para sus diferentes actividades, situación que advierte que el desvío o la mala utilización de los aprendido, para obtener el conocimiento que se imparte en la universidad Bolivariana de Venezuela.
En cuanto a los profesores se pudo evidenciar, que aunque manipulan cotidianamente herramientas computacionales y tecnológicas de última generación al igual que los estudiantes, no están familiarizados con las aulas virtuales, lo que ha limitado el uso adecuando y eficiente de las tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje, situación que no ha permitido la contribución oportuna y necesaria desde la integralidad, en la calidad educativa en el país, alcanzando mayores niveles de desarrollo.
CONCLUSIÓN
El internet nos ha dado una comunicación mas fluida y con mayor efectividad en cualquier lugar del mundo, es un sistema mas barato, confiable y simple de utilizar. También en la parte de la educación y el conocimiento a hecho un aporte muy significativo para educandos y educadores. Las aulas virtuales como espacio de aprendizaje a nacido con la finalidad de facilitar una mejor calidad en la enseñanza y la distribución de materiales en líneas.
La educación a distancia en este nuevo entorno no pierde su carácter de la enseñanza. Los que reciben la instrucción siguen en el aula, pero esta es virtual, los estudiantes o están personalmente, ni se miran cara a cara con el profesor, si no se utilizan los medios para esta disposición como es el la computación y el Internet.
A igual que un aula tradicional se encuentran todos los factores para poder desarrollar dicha instrucciones, si embargo los estudiantes y profesores están separado tanto de sitio en diferentes horarios.
Seguidamente, se presentan las conclusiones derivadas del análisis de los resultados del estudio, las cuales se enfocan a concretar los resultados obtenidos a partir de los objetivos planteados inherentes al propósito principal de Fortalecer la formación de los estudiantes del Programa de Formación de Grado de Comunicación Social a través de aulas virtuales en la Universidad Bolivariana de Venezuela sede Monagas.
De acuerdo a los resultados obtenidos en las encuestas realizadas a los estudiantes y profesores del P.F.G. de Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela, en dicha consulta se observó los siguientes resultados.
En la pregunta si tiene información sobre las aulas virtuales, se evidencio claramente que un 52% de los estudiantes no tienen no tenia esa información sobre las aulas virtuales.
De igual forma con la siguiente pregunta Ha utilizado alguna vez un Aula Virtual, se pudor notar que un 67% de los estudiantes no ha utilizado las aulas virtuales.
Del mismo modo, se indagó con la encuesta realizada la siguiente pregunta ¿Estaría dispuesto a formar parte de un grupo para la creación de aulas virtuales?, y el resultado fue el siguiente, que el 87% respondió que si estaría dispuesta a formar parte de un grupo para la creación de las aulas virtuales.
Por lo tanto se observa que los estudiantes no manejas o no tiene conocimiento sobre las aulas virtuales, y que es un recurso muy importante que se esta perdiendo para obtener el conocimiento que se imparte en la universidad Bolivariana de Venezuela, debido a la situación actuar que presenta a los relacionado con la situación del país que todos conocemos que impide que estudiante se pueda dirigir a su centro de estudio.
Con lo relacionado a las preguntas de la encuesta que se le hizo a los profesores arrojan lo siguiente: ¿Ha utilizado alguna vez un Aula Virtual? Se observa que el 67% de los profesores de comunicación social no utilizan las aulas virtuales.
De igual forma en la consulta realizada a los profesores, ¿Estaría dispuesto a formar parte de un grupo para la creación de aulas virtuales?, el 93% estaría dispuesto a formar y crear aulas virtuales para preparar diversas materias de estudio o contenido a sus estudiantes.
Con respecto a la pregunta ¿si Conoce la herramienta tecnológica Moodle y su aplicabilidad en la U.B.V.? el 67% de los profesores no conocen la herramienta tecnológica Moodle y su aplicabilidad en la U.B.V.
De igual forma se preguntó a los profesores encuestados ¿Si Ha recibido capacitación para el manejo de la plataforma Moodle?, el 80% manifestó que no ha recibido capacitación para manejar dicha plataforma.
En otras palabras los profesores consultados no están familiarizados con las aulas virtuales, es decir como herramientas para la formación de los estudiantes de comunicación social, y es de vitar importancia el estudio de las aulas virtuales me ha llevado a desarrollar el presente trabajo de investigación, es necesario el uso adecuando de la tecnología para la enseñanza-aprendizaje para contribuir a la calidad educativa en nuestro país, Para alcanzar mayores niveles de desarrollo.
RECOMENDACIONES
- Realizar un estudio para comparar el grupo de estudiantes que participaron en el curso presencialmente sin apoyo virtual, y otros que utilizan esta herramienta a fin de obtener los resultados de aprendizaje obtenidos en el caso estudiado. Determinar el impacto de las aulas virtuales en estudiantes y profesores.
- Medir la participación de los estudiantes y profesores tanto en las aulas virtuales como en las aulas presenciales, con el fin de establecer el nivel de desarrollo de sus habilidades y destrezas en el trabajo en equipo, en cada uno de los ámbitos.
- Utilizar eficazmente el aula virtual en el P.F.G. de Comunicación Social, como centro de apoyo académico que coadyuve al desarrollo de los estudiantes, a partir de la inducción guiada por los profesores siendo estos propiciadores e incentivadores en el uso de las nuevas tecnologías, adecuando el contenido abordado a estas.
BIBLIOGRAFÍA
Adell, A. (1998). Nuevas tecnologías, comunicación audiovisual y educación. Ed. Cedecs, Barcelona 1998, págs. 177-211. [Revista en línea]. Disponible: http://www.uv.es/~jfbelda/Nucleo2/Practicas/TEXTOS/Adell_redesyeducacion.pdf [Consulta: 2008, Noviembre 11] |
Burch S. (2006). Sociedad de la información / Sociedad del conocimiento. https://vecam.org/archives/article518.html |
Cendro, J. (2007). LOS CAMBIOS EN LA EDUCACION VENEZOLANA Y LA ADOPCION DE LAS TIC’s. Disponible en: https://educacionhispanoamericana.blogspot.com/2007/06/educacion-en-venezuela-y-la-adopcion-de.html |
Figueroa I. (2015). USO DE HERRAMIENTAS TECNOLÓGICAS EN EL ÁMBITO UNIVERSITARIO. Disponible en: https://sites.google.com/site/fgtce04tecnologiauniversidad08/tecnologia-en-la-universidad/-que-son-las-tics |
María Guadalupe Camacho Zúñiga / Yetty Lara Alemán / Gersan Sandoval Díaz. Estrategias de aprendizajes para Entornos Virtuales http://acceso.virtualeduca.red/documentos/ponencias/puerto-rico/1399-63cb.pdf. Consulta: 2017, mayo 17 |
Polleris G. (2014). RÚBRICA DE DISEÑO INSTRUCCIONAL PARA AULAS VIRTUALES EN LA DOCENCIA UNIVERSITARIA. revistas.upel.edu.ve/index.php/educare/article/viewFile/2738/1292 |
Rivas R (1997). EVANT: evaluación automatizada en Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación. [Documento en línea]. Disponible http://www.ieev.uma.es/edutec97/edu97_c2/2-2-01.htm [Consulta: 2008, Noviembre 11]. |
Autor: Alcides Prieto
Fuente de la Información: CII OVE
Un decálogo para mejorar la enseñanza en línea
Por: Nacho Meneses
Doce profesores especializados en la educación digital publican un libro que repasa estrategias, herramientas y otras claves para conseguir que el aprendizaje a distancia sea un éxito
El incierto retorno a clase en medio de la pandemia revela que, aun manteniéndose en unos niveles relativamente bajos, la crisis sanitaria afecta cada vez a un mayor número de aulas en España. Esta semana había 2.852 grupos escolares en cuarentena, de un total de 386.214, o lo que es lo mismo, un 0,73 % del total. Pero con más de 10.000 nuevos positivos diarios de coronavirus en todo el país, parece seguro asumir que, en este nuevo curso, la presencialidad no será siempre posible, lo que obliga a los equipos docentes a estar permanentemente preparados ante una posible cuarentena que mande a sus alumnos a casa. Para ayudar en esta empresa, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha editado el Decálogo para la mejora de la docencia online. Propuestas para educar en contextos presenciales discontinuos, un libro gratuito que ha puesto a disposición de la comunidad educativa.
¿Estamos ahora mejor preparados para la enseñanza online de lo que estábamos hace unos meses? En marzo pasado, los docentes tuvieron que migrar a un entorno virtual de un día para otro sin que, en muchos casos, dispusieran de la formación o los recursos necesarios. Una muestra de ello es que más de 9.000 profesores de 47 países siguieron, durante los meses de abril, mayo y junio una propuesta formativa de emergencia del profesorado de la UOC para acompañar a los educadores en su transición forzada a la enseñanza no presencial.
La adaptación, por tanto, fue muy dispar. Aquellos más preparados sufrieron menos, pero también hubo centros donde la situación se afrontó encadenando una videoconferencia tras otra, y replicando en línea las mismas prácticas que venían aplicando en la enseñanza presencial; una práctica que, según los expertos en educación digital, dista mucho de ser idónea, por un sencillo motivo: un contexto tan diferente exige también nuevas formas de dar clase, nuevas estrategias, otras herramientas y nuevas formas de dinamizar, implicar y motivar a los estudiantes, todos ellos aspectos tratados en el libro publicado recientemente por la UOC.
Lo primero, diseñar bien el curso
Para superar ese distanciamiento social, “lo primero que hay que hacer es diseñar bien el curso, elaborar actividades en las que los estudiantes puedan participar y generar interacciones entre ellos”, explica Albert Sangrà, catedrático de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación en la UOC y coordinador de esta iniciativa editorial. Si las clases virtuales no proveen a los alumnos de oportunidades para trabajar en equipo, afirma, no es porque el contexto online tenga esas limitaciones, sino porque el curso está mal diseñado. Y a la hora de diseñar una programación, anima a los docentes a hacerlo con los objetivos que tiene el curso en mente: una vez que sabemos los conocimientos y competencias que queremos que los alumnos desarrollen, será posible identificar las acciones, actividades y herramientas que nos ayudarán en ese proceso.
Otro aspecto que destaca es el social: las relaciones han de ser fluidas entre los propios estudiantes y entre ellos y el docente, que a su vez ha de proporcionar un feedback constante que ayude a los alumnos a entender cómo es su progreso y el motivo de sus equivocaciones. “De esta manera, consigo que el alumno asuma por qué lo ha hecho mal, y que entienda más y mejor aquello que, en un principio, no había captado adecuadamente. En la formación en línea, a veces te encuentras con pruebas de tipo quiz que te marcan las respuestas que has dado mal, pero no te explican el porqué”, añade Sangrà. “Ahora bien, es recomendable hacerlo segmentando a los alumnos en grupos más pequeños, para no perder la capacidad de interactuar. En lugar de hacer sesiones maratonianas con toda la clase, tomo a cuatro o cinco, y hablo con ellos, y luego a otros cuatro o cinco más. Y entre tanto, tienen actividades para desarrollar”.
Se trata, en definitiva, de superar el distanciamiento social gracias a una serie de herramientas digitales que permiten a alumnos y profesores seguir trabajando conjuntamente. “Recomendamos, por ejemplo, que una videoconferencia no tenga nunca una duración superior a los 30 minutos. Y que sirva para aclarar dudas y conceptos; para iniciar temas y que los alumnos se puedan animar a participar”. Una metodología que se adapta muy bien a las llamadas aulas invertidas, como las que ya practican los docentes edutubers, y que facilita una mayor flexibilidad en el desarrollo de las clases. No es necesario ajustarse a un horario estricto, “sino que puede flexibilizarse en cierta manera cuándo trabajamos, cuándo leemos o estudiamos… de forma que hagamos crecer la capacidad de autonomía de los alumnos, menos desarrollada con respecto a lo que podría estar”, esgrime el experto.
Para Sangrà, se trata de un elemento fundamental, porque, “en el fondo, lo que hay detrás de esto es la competencia de aprender a aprender. Si lo vas trabajando desde pequeño, estás capacitando a los alumnos a desarrollarse de mejor manera incluso ante situaciones como la que estamos viviendo en estos momentos”. Una labor que, de la mano de los docentes, se complementa con el desarrollo de una actitud crítica con respecto a la tecnología, para que sepan cuándo es bueno utilizarla y cuándo no, y que aprendan a ser mejores personas desde un punto de vista ético: no solamente por el uso de la misma, en lo relacionado con la privacidad de terceras personas, por ejemplo, sino también por su interpretación. “Aquí entraría todo lo relacionado con las fake news, de manera que comprendan que el simple hecho de que una información esté en Internet no garantiza en modo alguno su veracidad; y que es imprescindible poder distinguir si las fuentes son o no son creíbles”.
Nuevas actividades y herramientas
Un aspecto es innegable: ya sea completamente online, semipresencial o con una presencialidad bañada por un alto grado de incertidumbre, estamos en un contexto distinto al habitual, y todo funciona, se ve y se percibe de manera diferente. Ello lleva necesariamente a que, para mantener implicado al alumno, sea imprescindible echar mano de actividades que sean motivadoras y atractivas, y que los alumnos comprendan por qué hacen eso y qué conseguirán con ello. Estas son algunas de las actividades sugeridas por el grupo de expertos de la UOC:
- Actividades de análisis y síntesis, normalmente individuales (mapas conceptuales, esquemas, infografías…).
- Actividades de investigación o resolución de problemas, ya sea de forma individual o en grupos pequeños, como estudios de caso, proyectos o trabajos de campo.
- Actividades de interacción y comunicación, en las que el docente debe estar atento para animar al estudiante a expresarse, debatir y discutir ideas preconcebidas (debates virtuales, encuestas de grupo seguidas de una discusión, etcétera). Unas tareas que, además, pueden desarrollarse de forma síncrona o asíncrona.
- Actividades de construcción colaborativa de conocimiento, resolviendo situaciones del mundo real que involucren una negociación y la elaboración colaborativa de soluciones.
- Actividades de reflexión.
Además del tipo de actividades, el decálogo de la UOC se hace eco de numerosas herramientas del entorno virtual que están a disposición de docentes y estudiantes, desde buscadores específicos como Google Académico, Pixabay (para imágenes) o CC Search (para contenido bajo licencias Creative Commons), a herramientas de comunicación social, ya sea a través de servicios de mensajería instantánea (como WhatsApp, Hangouts o Discord), videoconferencia (Zoom, Jitsi Meet, Skype, Open Meetings), redes sociales o blogs, pasando por herramientas para la creación de contenido, como editores de imagen o vídeo, capturadores de pantalla, creación de comics, podcasts o páginas web, presentaciones multimedia o infografías. Todo un inmenso abanico de posibilidades.
Nuevas formas de evaluar y nuevas estrategias
Uno de los elementos clave en este tipo de contexto es la forma de evaluación. Como explican los autores de Decálogo para la mejora de la docencia online, lo ideal en un entorno de estas características es diversificarla al máximo: que, en lugar de un solo examen final, la evaluación sea continua; que sirva para que el propio estudiante identifique sus puntos débiles y pueda mejorarlos; y que haya múltiples canales de evaluación (pruebas objetivas sencillas, trabajos, actividades en grupo…). “Hay alumnos a los que el sistema de quizzes no les va bien, porque les exige sobre todo memorización, para poder responder correctamente, y no evalúa, por ejemplo, todo el proceso para resolver un problema”, reflexiona Sangrà. “Esa diversidad ayuda a aplicar una evaluación más justa y más equitativa, porque tenemos menos riesgo de equivocarnos”.
Para el grupo de expertos de la UOC, un contexto de enseñanza virtual, semipresencial o presencial discontinuo, como el que tendremos este curso, obliga a tener muy en cuenta algunas estrategias. En primer lugar, facilitarles la organización: que tengan claro cuándo empieza una materia o una actividad; qué es lo que tienen que hacer y de qué forma van a ser evaluados: “Una información que tenemos que ir gestionando de tal manera que les llegue adecuadamente, en tiempo y forma; que ellos puedan sentirse tranquilos sobre si están haciendo lo que deben hacer, y como se espera que lo hagan. Que sientan que están participando en unos objetivos comunes e importantes para ellos, y que siempre hay, al otro lado, una persona que está preocupándose por ellos”, explica Sangrà. “Es un aspecto muy importante relacionado con el estrés emocional, y que ha sido motivo recurrente de conversación durante los meses de confinamiento”.
En segundo lugar, añade el catedrático, es necesario darles pautas y orientaciones, pero siempre dejando margen a la flexibilidad; y, finalmente, destaca la presencia del docente, incluso ante su ausencia. “Muchos docentes hemos creído, durante este periodo, que la única forma de estar presentes es que vean nuestra imagen a través de la pantalla. Pero en los entornos virtuales, nosotros podemos estar conectados aunque no estemos físicamente interactuando en un determinado momento: estamos presentes si, cuando alguien manda un mensaje, respondemos; estamos presentes si, cuando nos preguntan directamente, damos una respuesta en un periodo corto de tiempo; estamos presentes cuando, en un debate en un foro, participamos para reorientar la conversación y el estudiante se da cuenta de que estamos ahí”. Los entornos virtuales permiten crear comunidades de aprendizaje virtuales en las que los profesores son una presencia más, eso sí, muy importante, porque para ellos sigue siendo el referente.
“Por otro lado, tenemos que ayudar a las madres y a los padres a que entiendan que el que en un momento no se vea al profesor en una pantalla no significa que no esté haciendo su trabajo, sino que lo hace con mayor flexibilidad, tanto para él como para los alumnos”, argumenta Sangrà. Es decir, que puede estar ocupándose en esos momentos de unos estudiantes que tienen una mayor dificultad, por ejemplo, mientras que otros están avanzando porque ya han entendido muy bien lo que tienen que hacer. En definitiva –resume–, se trata de diseñar programaciones que contemplen la formación en los dos entornos, el presencial y el virtual, y de establecer los vínculos que permitan enlazar las actividades realizadas en ambos para que presencialidad y virtualidad se liguen de una forma fluida. “Si los estudiantes no pueden asistir a los centros educativos, convendrá que los centros vayan a ellos”.
Fuente: https://elpais.com/economia/2020/09/30/actualidad/1601468461_459471.html
Propuestas gratuitas para impartir con éxito clases online
01/04/2020/Autor y fuente: educaciontrespuntocero.com
La crisis sanitaria del Coronavirus obliga a los docentes a reinventarse. Para ayudarles en esta tarea, la consultora educativa Aonia Nueva Educación les sugiere una serie de contenidos y cursos gratuitos que les serán de gran ayuda durante estos días.
Con el cese temporal de la actividad presencial docente a consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus, Aonia Nueva Educación (especialista en proyectos educativos y digitalización del proceso de aprendizaje) se está volcando en ayudar a los centros educativos y universidades para que minimicen el impacto de esta crisis sanitaria y puedan seguir ofreciendo iniciativas que pongan la tecnología al servicio del ámbito educativo.
En este sentido, la consultora educativa ha trabajado en varios contenidos y cursos gratuitos a través de su plataforma AoniaLearning, que ayudarán a los docentes a mejorar y ganar seguridad al adaptar sus clases a entornos virtuales y de actividad online con ayuda de diferentes herramientas
Objetivo: ayudar a los docentes
¿Cómo pueden trasladar los docentes sus clases a la Red? ¿Cómo gestionar un aula digital? ¿Cómo fomentar el trabajo colaborativo con el alumnado? Todas estas preguntas las pueden responder realizando alguno de los itinerarios formativos que ha planteado Aonia Nueva Educación: lo hace adaptándose a los diferentes niveles (básico y avanzado) que un docente o un centro escolar puede presentar a la hora de gestionar clases virtuales utilizando las herramientas de Microsoft (Teams y OneNote) o de Google (Google Classroom y Google Drive). Así, y hasta el 26 de abril, lanza el acceso gratuito e ilimitado durante 7 días a su catálogo completo de COVID-19. Cada semana se lanzará una nueva convocatoria de 200 plazas.
Por otro lado, la consultora sugiere un proyecto de investigación en el que invitan a participar a directivos de educación y responsables TIC que quieran aportar datos, conocimientos y experiencias sobre la situación que se vive en estos momentos. El objetivo es documentar este proceso de adaptación pedagógica como comunidad educativa para analizar y extraer conclusiones sobre el impacto y las estrategias didácticas que emergen a partir de esta crisis sanitaria. Basta con dedicar 15 minutos y dirigirse a la página ‘Análisis global sobre el impacto del COVID-19: Guía para una educación digital’.
Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/aonia-nueva-educacion-propuestas-gratuitas-impartir-clases-online/
Cursos con vídeo tienen una menor tasa de deserción en el mundo
Redacción: Educación Futura
Una investigación centrada en la educación superior concluyó que, en cursos que han superado los 100 estudiantes, la tasa de deserción es menor cuando se cuenta con el recurso de vídeo. Por otro lado, en el caso de los cursos con menos de 100 estudiantes, el uso de vídeo no tuvo un efecto relevante. Este resultado muestra que detrás del uso del vídeo, los estudiantes en clases más grandes pueden verse más afectados para compensar su naturaleza de clase aparentemente impersonal.
Los valores absolutos muestran que en los cursos con hasta 100 estudiantes inscritos, no es posible registrar un impacto mayor. En las aulas con un máximo de 50 estudiantes, la tasa de abandono escolar es del 28,20% en los cursos con vídeo, en comparación con el 25,60% de los cursos que no tienen este recurso audiovisual. Se registra una diferencia aún menor para salones de clase con hasta 100 estudiantes, con tasas de 21.90% contra 22.60%.
Dado que los dos tipos de cursos experimentaron el mismo efecto, fue necesario verificar la conectividad social como una posible explicación. En las clases pequeñas, los estudiantes tienen muchas oportunidades de conectarse con sus maestros y otros estudiantes cara a cara. Sin embargo, a medida que aumenta la clase, las oportunidades para conectarse disminuyen, lo que hace que muchos estudiantes sientan que la comunicación basada en vídeo hace que sus maestros parezcan más reales y actuales.
Otra encuesta realizada en la red de Canvas, que ofrece cursos y clases en línea de las mejores universidades del mundo, muestra que en casi 30,000 páginas de contenido, los estudiantes buscaron los que contenían videos en una tasa mucho mayor que los que no tenían recursos.
«Cuando se trata de construir los tipos de cursos que mantienen a los estudiantes participando en clase, el video es un recurso muy efectivo. Contrariamente a lo que podríamos asumir, el uso de vídeos hace que la experiencia de EaD sea más humana e interactiva», concluyó Alejandro Sisniega, VP de Instructure para América Latina.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/cursos-con-video-tienen-una-menor-tasa-de-desercion/
Jeff Jarvis: «Le tenemos pánico moral a la tecnología»
Por: El Mundo
El periodista y escrito experto en tecnología conversa con PIXEL sobre las lecciones que la prensa podría sacar de las grandes empresas de Silicon Valley.
Es profesor, periodista y uno de los mayores expertos a a nivel mundial en la fina intersección en la que el periodismo y la tecnología se cruzan. También es una rara avis en un momento en el que las grandes tecnológicas se ven constantemente salpicadas por es escándalos, las mentiras y los abusos hacia los consumidores.
En lugar de sumarse a la oleada de críticas, Jeff Jarvis intenta sacar una lección positiva sobre como las grandes empresas de Sillicon Valley son capaces de leer el presente y adaptarse. Una filosofía que el autor introdujo en su primer gran éxito What Would Google Do?
Ahora atiende a PIXEL antes de dar una conferencia en la facultad de Económicas del CEU para compartir su visión actual sobre el ecosistema que componen las grandes empresas tecnológicas y los medios de comunicación.
Pregunta: ¿Es todavía Google un buen ejemplo?
Respuesta: Sí, todavía lo son, incluso más aun. Escribí el libro porque creo que es la empresa que mejor entendió Internet y cómo triunfar en ese entorno. Mientras tanto, los medios de comunicación seguimos intentando replicar nuestros viejos modelos en una nueva realidad pero Google es capaz de transformarse a sí mismo a medida que la realidad cambia.
En aquel momento no fui capaz de predecir que Google se convertiría en una compañía tan vinculada a la tecnología móvil que también fabricase sus propios productos. Han demostrado saber identificar las oportunidades y la demanda a medida que ha estado surgiendo y han sido capaces de de explotarlas de una manera muy inteligente.
P: Pero en el momento de escribir su libro no se conocía una ínfima parte sobre lo que Google sabe sobre nosotros y qué hace exactamente con nuestros datos. Incluso las personas más concienciadas solo pueden hacerse una idea pero carecen de toda certeza sobre todos los procesos a los que someten y explotan nuestros datos. ¿No debería Google enfrentarse a una legislación más potente para protegernos?
R: Me temo que estamos entrando en un pánico moral sobre la tecnología. Hay muchas historias sobre las consecuencias negativas y creo que podría afectar a Internet negativamente.
A día de hoy, la legislación en Europa creo que es bastante mala y puede tener consecuencias inesperadas.
P: ¿Por qué?
R: Por ejemplo, Alemania tiene una ley contra el discurso de odio que ha puesto a las redes sociales en el punto de mira y está provocando que Facebook destruya cualquier contenido que pueda ser remotamente perjudicial.
En otros países como Francia, tienen leyes contra las Fake news que arroga a los gobiernos y las empresas la potestad de decidir qué es verdad y es muy preocupante.
También me preocupa el derecho al olvido porque reescribir la historia siempre ha sido un ejercicio muy peligroso. Se trata de un punto que, además, nos debería preocupar especialmente a los periodistas.
En el otro extremo, por ejemplo, tenemos la GDPR que es una normativa bienintencionada pero muy difícil de asumir para las pequeñas empresas.
P: ¿Estaría entonces en contra de la regulación?
R: Para nada. Simplemente creo que necesitamos una regulación más inteligente. Pertenezco a un grupo de trabajo sobre libertad de expresión y moderación de contenidos en internet y me gustan dos ideas en las que estamos trabajando.
P:¿En qué sentido?
R: Pues que los asuntos legales se deberían tratar siempre en los tribunales. Ahora, por ejemplo, Facebook, Google y Twitter tienen que retirar en menos de 24 horas los contenidos manifiestamente ilegales. El asunto es que estas empresas no deberían tener que pronunciarse sobre si algo es ilegal. Eso debe suceder en un tribunal. Una opción sería la creación de tribunales nacionales específicos para Internet, con jueces con formación específica y pensados para operar con agilidad y decidir si un contenido debe eliminarse. Se trata volver a situar a la legalidad donde corresponde: en un tribunal. Nuestras leyes se deben discutir en público y de forma transparente. No en privado y con empresas.
En el caso de Francia, por ejemplo, están trabajando en una ley que obligue a las empresas tecnológicas a tener unas normas claras y públicas que se ajusten al derecho francés y exige a las compañías que cumplan con dichas normas. Lo que significa es que Twitter y Facebook pueden tener dos estándares distintos pero que ambos se han sometido a debate público y se adaptan a la ley francesa en lugar de que las empresas, con brocha gorda, decidan eliminar todo lo que consideren el discurso de odio.
Aun más peligrosa es la ley del Reino Unido, que dice que las plataformas deben eliminar, no solo el contenido ilegal, sino también el contenido que sea «legal pero dañino». Esto significa que el gobierno está convirtiendo cualquier contenido en algo potencialmente ilegal.
P: Lo que dices suena a establecer una censura de facto…
R: Efectivamente. Una censura legal cuyo poder para ejercerla queda en manos de las empresas. Además, no está claro lo que es «dañino» y eso tiene repercusiones en el discurso público.
P: Ha mencionado la ley francesa contra las fake news y esas dos palabras se han convertido en una fiebre en el discurso público. ¿Por qué hablamos tanto sobre fake news precisamente ahora? ¿Por qué es un tema de conversación sobre el que habla todo el mundo todo el rato?
R: ¿Cuál es tu teoría? (insiste en preguntarnos Jervis)
P: Creo que Trump contribuyó a convertir las palabras fake news prácticamente en un eslogan y fue quién disparó su popularidad y tuvo tanto éxito que convirtió esta expresión en una forma de tirar por tierra cualquier argumento sin tener que penar en otro para rebatirlo. Si alguien publica una información negativa sobre un político no necesita pensar en un modo de contrarrestarla o en la forma de generar su propia narrativa. Simplemente tiene que decir que eso es «fake news», que es más corto más, fácil de recordar e incluso tiene más musicalidad que cualquier argumento racional que se pudiera proporcionar.
R: Esto de acuerdo. Además, contribuya a generar un clima de desconfianza en el que se dude de todo y en el que todo sea sospechoso.
P: También creo que hablamos del tema porque la gente saca beneficio económico de ello, como hicieron en varios países de Europa del Este durante las elecciones norteamericanas. No era un tema político o ganas de incordiar en una elección. Simplemente podían ganar mucho dinero con los anuncios de Google. ¿Qué puede hacerse ante esta clase de fenómenos?
R: La respuesta siempre está en ser capaces de generar un discurso y un contenido de calidad. La respuesta a las fake news debe ser más periodismo, más noticias ciertas. Es como el juego de dar al topo con un martillo, intentas acabar con una fake news pero sale otra por otro lugar. Nunca vamos a ganar esa guerra. Se trata de educar al público para que aprenda en qué fuentes debe confiar. El problema es que hay mucha gente que quiere creerse esas informaciones falsas y yo en parte culpo de ello a Fox News y a Ruppert Murdoch por preparar el clima para generar esta desconfianza.
P: Hay periodistas y académicos que dicen que estas noticias falsas, con titulares engañosos o de mala calidad las ha propiciado Google y Facebook porque al llamativos, la gente les hace más caso que a las noticias legítimas, acaban leyéndose más y volviéndose más virales…
R: Las plataformas están intentando eliminar esa clase de titulares y noticias engañosas. Por ejemplo, Facebook dice que si la gente hace click en las noticias pero no leen las noticias, ese contenido pierde peso en su algoritmo. Sin embargo, la parte grande del problema es que los medios nos hemos lanzado a un negocio que funciona por el volumen de tráfico en un momento en el que los precios bajan y la desesperación sube. El problema es que eso acaba convirtiendo el contenido en gatitos y Kardashians… Estoy seguro que también tenéis una Kardashian en España.
Fuente: https://www.elmundo.es/tecnologia/creadores/2019/07/11/5d273fa4fdddff0b598b4572.html
Tecnología y humanismo
Por: Rodrígo J. García
Urge mejorar, reforzar y diversificar la enseñanza de la ciencia y la tecnología en todos los niveles y para todos los sectores. Deben formar parte de la cultura general y mejorar la capacidad de la ciudadanía para hacer frente, desde un posicionamiento crítico y abierto, a los retos que plantea una sociedad tecnologizada.
Durante el curso 2016-17, un grupo de estudiantes de la materia de Tecnología Industrial I, en 1º de Bachillerato,junto a su profesora Pilar Latorre, del Instituto Público de Educación Secundaria ‘Salvador Victoria’ de Monreal del Campo (Teruel), decidieron diseñar y construir un dispositivo (dispensador de pastillas, sensor de humos y gases…) que mejorase la autonomía y favoreciera la independencia de las personas mayores de su entorno que vivían solas.
Pilar Latorre (profesora): “La enseñanza de la Tecnología precisa del desarrollo de proyectos en los que, además de poner en práctica los conocimientos adquiridos, se fomente la capacidad de crear y de contribuir a resolver necesidades del entorno. El reconocimiento general que hemos encontrado en el desarrollo de este proyecto de creación del dispositivo dispensador de pastillas… nos anima diariamente a continuar en este propósito.”
La tecnología ocupa posiciones referentes en nuestro universo de comportamientos y de relaciones. Entendida desde una lógica expansiva, no respondería a más limitaciones que sus posibilidades para idear, crear y producir. Si algo puede concebirse tecnológicamente, se podría hacer.
Para garantizar su contribución al bienestar general, esta lógica necesita el contrapeso de preceptos morales, valores y rutinas culturales. La robotización y la investigación genética, por ejemplo, deben hacernos repensar, entre otros consensos, el conjunto de pactos y acuerdos sobre derechos humanos, proclamados por Naciones Unidas, en la Carta Internacional de Derechos Humanos.
Existen demasiadas evidencias del riesgo que, determinados avances tecnológicos y manufacturas, suponen para nuestra supervivencia y la del planeta. La integración en lo humano no se ha logrado y, en ocasiones, incluso se desprecia; y, aquí está el riesgo y, en consecuencia, el interés de este contenido educativo.
Esta pretensión integradora y su logro debe ser global y estar liderado por la ciudadana, de ahí el valor de la educación. El sociólogo alemán Ulrich Beck, autor de ‘La sociedad del riesgo Global’, advierte… “Una idea inicial es básica: en cuestión de peligros, nadie es un experto… y sobre todo no lo son los expertos”.
Ante el choque legítimo entre el avance tecnológico posibilitador/destructivo y el riesgo que suele conllevar, la pregunta que debemos hacernos, quizá, no sea tanto… ¿Qué seremos dada la tecnología con la que contamos?, sino, más bien, ¿Qué queremos ser, dada la tecnología de la que disponemos?
Incorporar la tecnología en los currículos escolares necesita de éstas y otras reflexiones acerca del sentido educativo de su enseñanza y el valor formativo de su aprendizaje.
Plantear en el ámbito escolar el dominio de las tecnologías sin aquilatar sus fines, nos aleja de las referencias éticas exigibles a todo comportamiento humano individual y/o social, y nos condena a un tratamiento instructivo de las tecnologías, ‘sin conciencia’, que no merece denominarse educativo.
Estas referencias acrecientan su valor como materia curricular y hacen necesaria una educación en una cultura tecnológica ‘con sentido’ para toda la población, actualmente empotrada en una vertiginosa evolución científico-tecnológica que media toda actividad humana.
La tecnología como producción cultural debe revertir en la mejora ‘universal’, no elitista, de la condición humana, en la salud individual y social y en la del entorno. Su tratamiento curricular necesita aportar un mensaje valioso: El principal objetivo del progreso tecnológico y científico es el bienestar social. “Los alimentos, el agua, la vivienda, el acceso a la atención médica, la seguridad social y la educación son la base del bienestar humano.” (UNESCO).
Estas consideraciones deben inspirar el desarrollo de una buena educación tecnológica. Abordar el aprendizaje del uso consciente y el dominio de las diversas tecnologías, modos de proceder, creación de ‘prototipos’ y de las técnicas y los conocimientos científicos que las sustentan necesita hacerse compatible con su singular servidumbre humana. Tener continuamente presente que la razón del esfuerzo, la creación, la investigación y el desarrollo científico y tecnológico es la búsqueda de la felicidad y el bienestar; la equidad y el bien común.
Las inquietudes planteadas están presentes en el trabajo docente de la profesora Pilar Latorre. Podemos observarlas en los proyectos que aborda, en el qué y el cómo aprenden sus estudiantes, cuando idean, diseñan y construyen aparatos y dispositivos de aplicación práctica y real, orientados al bienestar general. A este respecto, os recomendamos la escucha del siguiente audio…
Los proyectos de aprendizaje que afrontan Pilar Latorre y sus estudiantes están atentos siempre a procurar un tratamiento interdisciplinar. Entienden que se debe impregnar de valores culturales tecnológicos muchas de las disciplinas académicas que se abordan en el curricular escolar. Chequean y promueven la implicación y colaboración de otros docentes, departamentos y materias, como podemos observar en el siguiente vídeo, con las declaraciones de algunos profesionales del centro, en este caso, profesorado de Matemáticas y del departamento de Orientación Educativa.
La educación tecnológica que sostiene y promueve Pilar se sustenta en la metodología de resolución de problemas, que conlleva un aprendizaje por proyectos. De esta manera es respetuosa con el método científico de conocimiento, el rigor y la planificación y supone una aproximación al estudio de la realidad de una forma globalizada, práctica y observable.
Esta actitud favorece el trabajo integrado de un amplio abanico de competencias curriculares: La competencia matemática en la realización de cálculos necesarios para la confección de cada diseño; la competencia digital en el uso de hardware y en la programación específica del software en cada proyecto; la competencia ciudadana con los estudios de campo sobre las necesidades de la ciudadanía; el trabajo grupal, en colaboración, y el impuso investigador nutrientes de la competencia de aprender a aprender; la recopilación de información, la redacción de informes y defensa oral y escrita de los proyectos, integrantes de la competencia lingüística…
Podemos encontrar más trazos de esa visión del ‘saber’ y del ‘saber hacer’, en el visionado del siguiente vídeo, en el que estudiantes de la clase de Pilar presentan otro de sus proyectos: un dispositivo de carga del teléfono móvil, integrado en la bicicleta que asegure la conectividad del ciclista ante cualquier contratiempo.
Pero volvamos a nuestro comienzo prometedor, el de un grupo de cuatro estudiantes (Vicente Andrés, Ana Latorre, Pablo López y Ángela Pérez) que guiados por su profesora Pilar Latorre hicieron realidad el proyecto denominado «Senior Assistant«. Su propósito era ayudar a las personas mayores que viven solas.
Se proponían la creación de un dispositivo conectado a una aplicación móvil desarrollada mediante ‘App inventor’ (un entorno de desarrollo de aplicaciones para dispositivos Android) que les permitiera programar el momento en el que una persona mayor debería tomar una determinada medicación. Estaba soportado en una plataforma de creación electrónica de código abierto (Arduino), que regula un dispensador de pastillas y de otros elementos de seguridad como un sensor de humos y gases, avisador de accidentes… Cuando la persona mayor no toma la medicación o aparece una situación de peligro, el sistema avisa a sus familiares.
Como puede deducirse, el proceso de construcción fue complejo e intenso, exigía: una indagación detallada de las necesidades sociales de su entorno, la elaboración de instrumentos (cuestionarios, entrevistas…) necesarios en esa indagación, un informe fundamentado de conclusiones, una formación específica presencial y en entornos virtuales (que les permitiera idear, diseñar y valorar la viabilidad del dispositivo), conseguir, disponer o crear recursos y materiales mediante la fabricación de piezas ‘ad-hoc’, una planificación por fases muy secuenciada que asegurase la creación del prototipo final…