Rio Resiste I: La Escuela Quilombista en Alemão

Por: Raúl Zibechi

“Descubrí el colonialismo en esta escuela”, sonríe Paloma, de poco más de 20 años, explicando que su participación en los talleres de la Escola Quilombista Dandara de Palmares fue un punto de inflexión en su vida. Tiempo después se incorporó como docente voluntaria en la alfabetización de niños y niñas de 8 a 10 años que en la escuela estatal ni siquiera aprender a leer.

La escuelita fue creada unos cuatro años atrás, por jóvenes que habían participado en Ocupa Alemão, un movimiento de resistencia a la militarización de la favela que nació en 2012, luego de una larga ocupación que, con la excusa del narcotráfico, pretendió intimidar a una población rebelde.

Dandara fue una guerrera negra, esposa de Zumbí, líder del Quilombo de Palmares creado por esclavos que huían de las plantaciones en el siglo XVII, en el Nordeste de lo que hoy es Brasil y era colonia portuguesa en la época. Dandara fue hecha prisionera y se lanzó al abismo desde una cantera para no volver a vivir como esclava, mientras el quilombo, que resistió casi un siglo, fue derrotado después de 18 expediciones coloniales.

Recuperar la historia para seguir resistiendo

El Complejo de Alemão en el norte del municipio de Rio de Janeiro, alberga más de 70 mil personas en 16 favelas, siendo el barrio más pobre de la ciudad. En una de las calles más amplias de la zona, se encuentra el local de lo que denominan como “escuela comunitaria”, que recibe niños y niñas de 5 a 12 años, ofreciendo diversas actividades de apoyo afectivo, social y pedagógico.

Nos reciben Paloma, una vecina de muchos años en el barrio de nombre Zilda y Leo, al que conocía de visitas anteriores. Al relatar la breve historia de la escuelita, insiste en que se trata de “una organización autónoma gestionada por vecinos y vecinas de las favelas que no recibe ninguna ayuda, ni gubernamental ni privada”.

Más que enseñar en el sentido tradicional, pretenden que los niños y niñas desarrollen su potencial y con ellos retroalimenten su territorio y la comunidad. Leo relata que antes de la pandemia la escuela funcionó en otros espacios, pero ahora lo hace en la parte delantera de la casa donde vive con su compañera Deisi, que también es docente en la escola quilombista.

Cuentan con una sala y dos habitaciones donde imparten talleres de música y arte, más baño y cocina. Y una enorme azotea donde realizan las actividades al aire libre. Ahora asisten unas quince crianças, pero antes de la pandemia llegaban a 45. Son muchos y diversos los talleres que funcionan varios días a la semana: capoeira, música, danza, artes, yoga, trenzas, apoyo escolar, audiovisual, teatro y matemáticas. Nadie recibe salario, toda la actividad es voluntaria y la escuela se mantiene con el apoyo y las colectas de madres y padres de quienes asisten.

La escuela tuvo mucha visibilidad durante la pandemia, porque en la favela había hambre y se dedicaron a distribuir cestas a las familias, siempre en base a la solidaridad dentro del barrio. “No hacemos caridad sino apoyo comunitario”, dijo Leonardo en ese momento al periódico Voz das Comunidades, del Movimento de Comunidades Populares.

Ensayan formas de trabajo adecuadas a la cultura negra y recuperan los versos del poeta Nelson Maca: “Encare sus problema y dance. Enfrente sus angustias y dance”. Poniendo el cuerpo en movimiento, van apareciendo las opresiones y las potencias liberadoras, sostienen en la escuela.

Paloma, por ejemplo, no alfabetiza en base al método de la educación popular de Paulo Freire, sino con dinámicas de juego e interacción entre niños y niñas, que muchas veces la lleva a improvisar, experimentar y buscar nuevos modos de hacer. No hay una pedagogía preestablecida, sino que se orientan en base a la recuperación de la autoestima de un pueblo avasallado, que necesita recuperarla para seguir existiendo.

Creaciones colectivas

En algún momento las palabras van girando hacia un tema sensible: las personas negras que se alisan los cabellos, para ser parecidas al modelo blanco. En este punto interviene Zilda: “Fui la primera mujer en la favela en hacerme las trenzas, pero ahora ya son muchas las que tienen”. Leo y Paloma también se lo alisaban, pero ahora lucen sus cabellos naturales. Leo recuerda que en una ocasión se le quemó parte de la piel y hasta una oreja por los ácidos que se utilizan.

Cuando afinamos las fechas en las que pasaron del alisado al pelo rizado o las trenzas, las cosas van tomando otro cariz. Algo sucedió hacia 2012 y 2013 que modificó la relación de la población negra consigo misma. En 2012 fue la reacción organizada a la ocupación militar de las favelas y en Junio de 2013 las enormes movilizaciones reclamando igualdad bajo el gobierno del Partido de Trabajadores, encabezado por Dilma Rousseff.

Sus referencias política son bien claras cuando nos acercamos a la mesa donde exponen libros cuya venta es uno de los ingresos de la escuela comunitaria: Bell Hooks, Audre Lorde y Malcolm X son muy visibles, pero también los brasileños, desde Hamilton Borges del movimiento Reaja (Reacciona) hasta el escritor Lima Barreto y la activista Beatriz Nascimento.

La escuela fue una creación comunitaria que estaba apenas dando sus primeros pasos durante mi anterior visita a Alemão, a fines de 2018 (vientosur.info/palomas-en-el-basural). En aquel momento el intercambio giró en torno al teleférico construido en 2011, desplazando decenas de familias, como parte de las monstruosas obras para albergar los Juegos Olímpicos de 2016.

Pero el teleférico cerró poco después que los últimos atletas dejaran la Villa Olímpica y ahora sólo quedan instalaciones destartaladas y la rabia de una población empobrecida y marginalizada, que contempla cómo se derrochan recursos del Estado para beneficio de las grandes empresas constructoras que, en su momento, apoyaron a Lula y a Dilma con generosos recursos para sus campañas electorales.

Creaciones colectivas como la Escuela Quilombista Dandara de Palmares se multiplican en las favelas, en particular en la última década, cuando comenzó a visibilizarse la potencia que albergan las comunidades. Para el observador externo, estas creaciones pueden parecer de escasa proyección, pero siempre debe recordarse que la favela es el espacio de la violencia estatal, del tráfico armado, de la represión pura y dura, donde la acción colectiva se enfrenta a enormes dificultades. El asesinato de Marielle Franco, en marzo de 2018 por las milicias, es apenas una muestra de ello.

La escuela no es un fin en sí misma, sino parte del actual movimiento de las favelas. Quizá una frase de Malcolm X sea la mejor síntesis de las intenciones de las decenas de personas que participan en la escuela: “La educación es un medio para ayudar a nuestros hijos y a las personas a redescubrir su identidad y, así, a aumento su auto-respeto. La educación es nuestro pasaporte para el futuro”.

* Todas las fotos, y muchas más, se pueden encontrar en la web de la escuela: https://www.facebook.com/pages/category/Community-Service/Escola-Quilombista-Dandara-de-Palmares-1956425914624411/

Fuente de la información: https://desinformemonos.org

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Estados Unidos: Parlamento de Florida aprueba ley para limitar enseñanza de asuntos LGTBI en escuelas

El Senado de Florida aprobó este martes una ley para prohibir la enseñanza de asuntos relacionados con la orientación sexual o la identidad de género en las escuelas primarias, una decisión que, según sus detractores, podría perjudicar a la comunidad LGTBI en ese estado del sureste de Estados Unidos.

El texto, aprobado ahora en las dos cámaras estatales de mayoría republicana, tiene que ser refrendado por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que ya ha expresado su apoyo a la iniciativa.

La oposición demócrata y los activistas LGTBI han tratado de frenar un proyecto al que llaman «Don’t Say Gay» («No Digas Gay») y que se aplicará desde el parvulario hasta el tercer grado, donde los alumnos suelen tener ocho o nueve años.

La ley prohíbe también la enseñanza de asuntos sobre la orientación sexual o la identidad de género «de una manera no apropiada a la edad o al desarrollo de los estudiantes». Una formulación que, según sus críticos, podría extender el alcance del texto a alumnos de más edad.

Los republicanos afirman, sin embargo, que el proyecto no prohíbe las charlas espontáneas entre los profesores y sus estudiantes, sino que impide la inclusión de lecciones sobre el tema en el programa escolar.

El secretario estadounidense de Educación, Miguel Cardona, criticó este martes la medida. «Los líderes de Florida han decidido que las leyes basadas en el odio y en la discriminación tengan prioridad sobre el hecho de que los estudiantes se recuperen de la pandemia», tuiteó.

La ONG Equality Florida, que defiende los derechos de la comunidad LGTBI, acusó a los legisladores de «aliarse con las enfurecidas turbas que lanzaban improperios anti-LGTBI a quienes no pedían más que un lugar seguro para ir a la escuela sin tener que ocultar quiénes eran».

El voto en el Senado había llevado en los últimos días a cientos de estudiantes a protestar ante la sede del Parlamento en Tallahassee (norte).

Los republicanos del estado libran desde hace meses una batalla para que los padres tengan un mayor poder de decisión sobre la educación de sus hijos.

«Vamos a asegurarnos de que los padres puedan enviar a sus hijos a la guardería sin que se les inyecten algunas de estas cosas en el plan de estudios», declaró DeSantis el lunes en una rueda de prensa.

La batalla educativa se centra también en la Teoría Crítica de la Raza, una doctrina que propone estudiar el pasado esclavista y de segregación del país como origen del racismo actual.

La Cámara de Representantes de Florida aprobó el 24 de febrero una ley para prohibir la enseñanza de asignaturas centradas en la raza en los planes de estudio.

Fuente: https://www.elfinancierocr.com/cables/parlamento-de-florida-aprueba-ley-para-limitar/X65WZARWXNEXVI3ODQNP6DMY7M/story/

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Opinión: Las Guerras De La Historia, Los Monumentos Y La Enseñanza

Por: Sofía García Bullé

 

Existe una diferencia entre la memoria cultural, el registro histórico y la necesaria discusión sobre cómo los eventos del pasado forjan una realidad social que falla en ser equitativa.

Para las personas que han estado al tanto de los sucesos durante el último mes, temas como la justicia social, la revisión de la historia, además del culto a los monumentos, son conversaciones muy presentes en los espacios virtuales hoy en día.

Bajo este contexto, el caso de George Floyd no solamente activó un repudio generalizado hacia la violencia racial, además de protestas alrededor de todo el mundo y una vez más abrió el debate sobre la conservación de monumentos que podrían estar glorificando un pasado histórico racista en Estados Unidos.

El país norteamericano no ha sido el primer participante en este conjunto de conversaciones que pretenden reevaluar cómo se lleva el registro histórico en un país, de hecho, existe un término específicamente acuñado para definir este tipo de debate, denominado Guerras de Historia.

El origen de las Guerras de Historia

El término guerras de historia fue acuñado en Australia para designar una serie de debates públicos sobre la interpretación de la historia de la colonización británica en este país, así como el desarrollo de la sociedad australiana contemporánea, concerniente al impacto sobre los aborígenes australianos y los isleños de Torres Strait.

El punto más importante sobre estos debates es cómo se retrató la historia del proceso de colonización además de una serie de preguntas fundamentales: ¿quién escribe la historia?, ¿quiénes son las figuras históricas y porqué?, ¿cuáles son los eventos que se resaltan?, ¿estos eventos ayudan a formar una identidad nacional?, ¿esa identidad nacional sienta las bases para un sistema social que discrimine o excluya a determinados grupos o etnias?

Estas preguntas son fundamentales al momento de analizar por qué la historia es contada de cierta forma y por qué determinados elementos de ese pasado histórico siguen vigentes en nuestro presente, ya sea en forma de algo intangible como alguna costumbre, ley o tradición, así como un monumento o una estatua.

Lo anterior es crítico para comprender la conversación en Estados Unidos sobre por qué se deberían (o no)  conservar monumentos que conmemoran la vida y obra de figuras históricas que se pronunciaron a favor del esclavismo o de la violencia racial.

¿Los monumentos son parte integral de la historia?

La conmemoración, referencia y culto a la historia, está profundamente engravada en la cultura global. Las calles tienen nombres de figuras o eventos históricos, también algunas escuelas y parques;  podemos encontrar estatuas en plazas, museos y espacios públicos.

Estas instancias tangibles nos ayudan a rememorar y a crear una relación personal con nuestra historia e identidad cultural, pero tener un objeto histórico tangible con el que podamos conectarnos no es lo mismo que aprender historia. La pregunta clave cuando hablamos de monumentos históricos y su diferencia con la historia real es: ¿Que importa más? ¿El culto a personas y eventos del pasado, o el estudio crítico de estos?

En el caso de los monumentos estadounidenses que están ligados a un pasado histórico racista, el punto de discusión no son los hechos históricos, ni siquiera cómo están registrados, sino cómo perciben las personas estos hechos y cómo los idealizan.

Una estatua de Cristóbal Colón por ejemplo, serviría para conmemorar y quizás iniciar conversación sobre un suceso tan importante como el descubrimiento y colonización de América, pero fallaría en abarcar el complicado legado del explorador genovés, o porqué es necesario reevaluar y reenmarcar las narrativas que circundan su vida y obra.

Imagen: Istock/mcdustelroy

Imagen: Istock/mcdustelroy

Robert E. Lee,  comandante del Ejército Confederado de Virginia del Norte durante la Guerra Civil Estadounidense puntualizó la razón exacta por la que los monumentos que conmemoran eventos históricos como guerras, conquistas o instancias de regímenes políticos pueden abrir brechas sociales atemporales, aún cuando el conflicto que rememoran ha terminado.

“Creo que es más sabio no mantener abiertas las heridas de la guerra, sino más bien seguir el ejemplo de las naciones que  hicieron campaña para erradicar toda marca de pugna civil, dejar en el olvido los sentimientos que engendró”. Comentó Lee desde el retiro ante la posibilidad de que se erigiera un memorial para recordar la batalla de Gettysburg. A través de letras del general Lee se puede apreciar una profunda máxima que traza una clara línea entre el recuerdo que evoca un monumento y el registro histórico que le da contexto.

Bajo esta línea de pensamiento, la remembranza es un acto personal ligado a la percepción y emociones de un individuo. Bien puede ser valioso para una persona, una familia o una comunidad, pero no tiene cabida en espacios públicos y no es un sustituto o equivalente para el registro histórico. Como lo explica Annette Gordon Reed, para Harvard Gazette. La historiadora de esclavitud estadounidense, académica del ámbito jurídico y miembro de la Iniciativa Presidencial en Harvard sobre el Legado de la Esclavitud, explicó por qué el retiro de monumentos no representaba un peligro para la historia.

“La historia seguirá siendo enseñada en las aulas. Sabremos quién fue Robert E. Lee, quién fue Jefferson Davis, Frederick Douglas, Abraham Lincoln. Hay peligros mucho mayores para la historia. El desfinanciamiento de las humanidades, recortar las clases y los departamentos de historia. Esas son amenazas reales para historia”.

La declaración de Gordon Reed es clara y terminante, pero también sugiere cuál es el espacio correcto para hablar de historia: el salón de clases. Es en este espacio donde puede darse una conversación abierta y crítica con fines didácticos sobre el registro histórico y cuál es su rol en la realidad que tenemos hoy en día.

Hay valor en la idea de rememorar la historia, de honrar eventos que importantes, personas cuyo trabajo ayudó a formar la realidad del presente, pero esto no nos ayuda ni a formar un entendimiento del pasado histórico ni de las lecciones que deberíamos aprender del mismo, para esto es necesario un registro histórico fidedigno y profesor que facilite su lectura crítica.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/monumentos-historia-educacion

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