Reino Unido / 11 de noviembre de 2018 / Autor: Diego Sánchez de la Cruz / Fuente: Libre Mercado
El 2% de los centros de educación secundaria de lasislas británicasestá operando dentro del sistema de escuelas libres.
En 2010, el gobierno de coalición entre conservadores y liberales que encabezó David Cameron introdujo en Reino Unido un nuevo modelo de centro educativo conocido como escuelas libres. Este régimen permite que entidades sin ánimo de lucro gestionen colegios públicos con un alto grado de independencia.
Es cierto que las autoridades británicas sí fijan una serie de criterios básicos para regular algunos aspectos del funcionamiento de lasescuelas libres, pero el margen de diferenciación y el grado de autonomía que gozan los centros es notablemente mayor que el observado en colegios públicos cuya gestión está controlada directamente por el Estado.
Ocho años después, el 2% de los centros de educación secundaria de lasislas británicas está operando dentro del sistema de escuelas libres. Puede parecer una cifra baja, pero hablamos de cerca de 1,8 millones de plazas. Estos números podrían multiplicarse en los próximos meses, puesto que hay casi trescientas solicitudes de apertura pendientes de ser resueltas por las autoridades.
Los datos que maneja el gobierno británico certifican el éxito de esta iniciativa y desmontan las críticas que en su día recibió la propuesta de crear escuelas libres. Aunque se dijo que el experimento era una forma de crear un circuito de educación de élite financiado por los contribuyentes, lo cierto es que la mitad de las escuelas libres se ubican en las comarcas más pobres de las islas.
Pero, ¿acaso consiguen mejores resultados estos colegios? ¿Y qué hay del precio que pagan los contribuyentes para mantener estos centros? También en este sentido hay buenas noticias:
– El programa de evaluación conocido como Progress 8 ha destacado que las escuelas libres obtienen los mejores resultados de todo el sistema educativo británico, con calificaciones que rebasan en un 24% el resultado del centro promedio. Algo similar certifica el informe A-Level, en el que el porcentaje de alumnos que logra una nota alta o muy alta en los exámenes nacionales es casi cinco puntos superior en las escuelas libres que en el resto de centros. También va en misma línea el control de Ofsted, en el que una de cada tres escuelas libres obtiene el certificado de excelencia, superando la media del 21%.
– El coste de operar las escuelas libres también está por debajo de los niveles observados en las centros públicos tradicionales. Se estima que el ahorro para los contribuyentes ronda el 29% en la fase de construcción y desarrollo de los colegios, mientras que la operativa cotidiana arroja cifras de gasto idénticas a las del resto de la red pública.
“¡Nuestra escuela es todo el pueblo!”, exclama Miguel, acompañante del colectivo Wayra, un proyecto ubicado en Jubgado (Salamanca). Para describir un día en Wayra, primero hay que decir que la hora de entrada no existe. También hay que decir que no hay profesores, sino acompañantes. Y lo último que se debe saber es que no hay temario y cada día es una aventura diferente.
“La clase comienza cuando estamos todas”, asegura Miguel. “El grupo grande llega a la escuela con los dos acompañantes que somos Pablo y yo”, cuenta. Mientras llega el resto, los niños y niñas dibujan o juegan al ajedrez en un ambiente tranquilo y los acompañantes cortan fruta o rellenan el calendario. “Luego llega escalonadamente el resto de la tropa, algunos acompañados por sus padres y madres”, explica Miguel. Y es entonces cuando arranca el día. El Ayuntamiento ha cedido sus instalaciones municipales al proyecto, así que los niños y niñas deciden si quieren ir a la biblioteca, al salón de actos, al polideportivo o prefieren quedarse en una piedra o junto al río. “A lo largo de la mañana nos vamos dispersando en grupitos de peques y adultos pero siempre metemos una propuesta organizada al día. Hoy por ejemplo hemos hecho pigmentos naturales con carbón y hemos ido a una cueva a hacer pinturas rupestres porque estamos hablando mucho del paleolítico”, cuenta el acompañante de Wayra.
Esta escuela libre, ubicada en el medio rural, defiende un aprendizaje vivencial, en el que los conocimientos se adquieren con la experimentación. Es también un sistema asambleario en el que madres, padres, niñas y niños intervienen en las decisiones. “Proponemos actividades pero siempre son voluntarias; las niñas y los niños pueden hacer lo que quieran”, explica Miguel mientras añade que las familias también participan en el día a día, por lo que pueden permitirse aceptar a más peques y cada adulto acompaña a un grupo de dos o tres. Actualmente acuden a Wayra 18 peques a diario y han constatado que su modelo tiene cada vez más demanda. “El primer curso éramos seis familias y ahora somos quince. Nosotros nacimos en 2012 a la luz de este ‘boom’ de proyectos alternativos y en los últimos años hemos visto que las iniciativas se multiplican tanto en Salamanca como en provincias limítrofes”, explica.
UN BOOM QUE SE SOSTIENE
El directorio ludus.org recoge hoy 800 proyectos. “Hace dos años eran aproximadamente la mitad y cuando echó a andar el directorio, en 2013, tenía unos cuarenta”, dice su creadora, Almudena García, que advierte de que no es un directorio exhaustivo, pero sí cree que sus datos pueden dar una idea del cada vez mayor interés por las pedagogías alternativas.Waldorf, Montessori, Reggio-Emilia, escuela bosque, Amara-Berri o educación democrática son algunas de las categorías de este directorio. “Waldorf y Montessori, que son dos de las más conocidas, son como el agua y el aceite… y curiosamente además, ambas rechazan el calificativo de alternativas que la calle les ha asignado”, dice Almudena, que también es autora de Otra educación ya es posible (2016).
“Se califica estas metodologías deniñocéntricas porque entienden que el alumno ha de ser el elemento central ”, explica Almudena García, creadora de ludus.org y autora de Otra educación ya es posible
“Detrás de la etiqueta encontramos proyectos educativos muy variopintos que tienen en común el proponer soluciones a algunos de los problemas que aquejan al actual sistema educativo, como el abandono escolar temprano, la repetición, o la desmotivación de alumnos y profesores”, explica. “Con más o menos ironía se las califica de niñocéntricas porque entienden que el alumno ha de ser el elemento central del proceso educativo, que se han de tener en cuenta sus ritmos e intereses”.
Se trata, pues, de huir del modelo tradicional. Y, aunque se puede poner en cuestión qué es eso de “tradicional”, sí es fácil buscar unos patrones que estos sistemas ponen en cuestión, como el estar agrupados por edades: “Esto es algo que cuestionan Montessori o Amara-Berri, que defienden que la mezcla de edades es beneficiosa porque permite que los mayores ayuden a los pequeños, afianzando así sus conocimientos, a la vez que a los pequeños, que toman como modelo a los mayores, les resulta muy motivador aprender de ellos”.
Este último, Amara-Berri, es un sistema que se utiliza desde 1979 en una red de escuelas del País Vasco. Aunque la innovación no acaba de calar en las escuelas públicas, Almudena cree que “se están moviendo muchas cosas pese a que no lo tiene fácil: quienes están empezando a trabajar de una manera diferente se encuentran a menudo con trabas por parte de la administración”.
TRABAS ADMINISTRATIVAS
De trabas saben algo en Mayrit, una “escuela activa” y sin ánimo de lucro que echó a andar en 2015 tras dos años de gestación y por el empeño de un grupo de familias que llevaban a sus hijos e hijas a “escuelas respetuosas” en Madrid y no encontraban un lugar en el que pudieran continuar con los mismos principios en primaria. Silvia Guerrero es una de las implicadas en esta historia. “Cada niño es único y tiene unos intereses únicos, pero eso no se respeta en los colegios tradicionales, donde el currículo es muy rígido y se trata a todos por igual”, cuenta a El Salto. La forma que han encontrado para esquivar las exigencias de la Comunidad de Madrid es la creación de una “escuela internacional”. Eso les permite funcionar, explica Guerrero, “no en contra del sistema sino al lado”.¿Cómo es el día a día para el alumnado? “Pues hoy, por ejemplo, era día de lectura, porque así lo han decidido en una asamblea al comenzar el curso. Cuando lleguen van a encontrar libros que las acompañantes han seleccionado para ellas según sus intereses”, dice esta madre de dos alumnos de Mayrit. Las aulas, explica Guerrero, son multigrado (alumnos de varias edades comparten espacios), de modo que el más mayor enseña a leer al más pequeño, y de esta forma el mayor también aprende. Además, las emociones se trabajan mucho y “cuando hay un conflicto, Mayrit se para”.
Entre los objetivos está el poder ofrecer educación en la etapa de secundaria, donde la oferta escasea aún más. A la pregunta sobre si este proyecto es exclusivo para familias privilegiadas, Silvia responde plasmando sus contradicciones: “Nos da rabia porque Mayrit tiene espíritu de escuela pública, y esto tiene que ser accesible para todas las familias, pero lo cierto es que ha supuesto un esfuerzo que no todo el mundo puede asumir”.
Y es que, al no encontrar un espacio adecuado a su idea pedagógica, decidieron construir un colegio junto a un entorno natural, lo que hizo que el proyecto fuera aun más complejo. “El espacio es uno de los aspectos más relevantes para nosotros, y nuestros arquitectos se han sentado con nuestra directora para que ella les contara cómo es el día a día: el espacio se ha creado en función a esas necesidades”. Las obras han finalizado y el centro está a la espera de recibir los permisos pertinentes para abrir sus puertas el próximo curso. Mientras, el alumnado se encuentra en un espacio provisional.
ESCUELA LIBRE URBANA
Pero las escuelas libres también son compatibles con los entornos urbanos. La Tribu y Tartaruga, en los madrileños barrios de Villaverde y Aluche son prueba de ello. Desde La Tribu se definen como un proyecto colectivo de pedagogía libertaria y de acompañamiento respetuoso. Apuestan por el juego libre y la libertad de movimiento por los espacios y reúnen a peques que van desde los 30 meses a los seis años. Suele haber entre 5-7 peques por acompañante y no están divididos por aulas “porque eso es lo que hace el Estado para homogeneizar”, añaden.“Tenemos dos pilares básicos que son la autorregulación, un proceso en el que cada peque conecta con una necesidad para satisfacer un deseo propio, y la no directividad, que implica que las adultas no dirijamos su aprendizaje, en la línea del autoaprendizaje”, explican Olaya y Txelu, los dos acompañantes del proyecto.
Como apuntan desde Wayra, ellos también han detectado que los proyectos de educación alternativa cada vez tienen más espacio en la opinión pública. “Puedes encontrar artículos sobre educación libre en periódicos de derechas”, ejemplifica Olaya. “Hay un auge de este tipo de proyectos y en los últimos cinco o siete años han aparecido muchas escuelas libres”, añade Txelu.
Para los acompañantes de La Tribu, la escuela libre es incompatible con el modelo estatal, basados en la jerarquía aunque algunos adopten un enfoque más innovador
Ante este aumento de la demanda, cabe preguntarse si tendrían cabida dentro de la escuela pública. Para los acompañantes de La Tribu, la escuela libre es incompatible con el modelo estatal, aunque algunos colegios están adaptando sus metodologías a este nuevo escenario. “En los colegios estatales el modelo es la clase magistral. Se puede hacer un cambio y se puede trabajar por proyectos, las peques se dividen en grupos de cinco e investigan sobre un tema. Esto implica un cambio metodológico pero la relación entre profe y alumno sigue basándose en la jerarquía”, afirma Txelu. “En la escuela pública hay una finalidad: que aprendan algo en un determinado momento. En nuestra escuela no hay tiempos límite. En lo que se basan estas pedagogías es en el bienestar del peque, es algo más holístico —añade Olaya—. Hay proyectos dentro de la pública que son muy válidos. Pero en sí mismos son contradictorios. Tienes que seguir un currículum, tienes una ratio muy alta, de hasta 25 niños con una sola maestra. Hay ciertas cosas a nivel estructural que son contrarias a este tipo de pedagogías”.
“Nuestro modelo va en contra de la propia institución. Un espacio en donde hay niños y niñas aprendiendo lo que quiere el ministerio de Educación es contrario a acompañar en el desarrollo. En la escuela estatal, ni las peques, ni las familias ni el profesorado puede decidir qué es lo que necesita cada peque en cada momento. Lo único que pueden hacer es cambiar de metodología. Pero la estructura jerárquica es esa y no se puede acabar con ello desde dentro. Iría contra nuestra propia esencia”, sentencia Txelu.
Milena, del proyecto Tartaruga, comparte esta visión. “Hay muchas herramientas que se pueden intentar copiar desde la pública, pero hay cosas incompatibles. Cada escuela es muy diferente dependiendo de quiénes la componen en la medida en que esas personas pueden tomar decisiones, es asamblearia, horizontal… y esto es incompatible con la pública actual. Creo que hasta que no se invierta más y se reduzca la ratio va a ser imposible. Estos proyectos precisan de unas ratios más pequeñas”, asegura.
Para procurar que estas pedagogías sean accesibles para todo el mundo, muchas de estas escuelas libres se muestran flexibles con el pago de cuotas. “En nuestro caso las familias aportan una cantidad baja en función de sus ingresos. Tenemos familias que aportan desde 200 euros al mes hasta 100 euros”, explican en La Tribu. Desde Wayra cuentan que durante un tiempo la contribución era voluntaria, pero ahora existe una cuota para el sueldo de los acompañantes que varía en función de la posibilidad de cada familia.
Lo que sí es cierto es que el universo de la educación alternativa es muy amplio y hay ciertos proyectos que pecan de elitistas, tal y como relatan los acompañantes de estas escuelas. “Son poquitas las escuelas que tienen modelos accesibles, con cuotas libres o en función de ingresos como lo hacemos en estas escuelas libres”, explica Milena.
Centroamérica / 15 de abril de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: MetroRD
Los ministros de Cultura de Centro América que participaron en la en la 27° Reunión del Consejo de Ministros y Ministras de Cultura de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana del Sistema de Integración Centroamericana (CECC/SICA), acogieron como replicable en sus países el “Sistema Nacional de las Escuelas Libres” de República Dominicana.
Los dignatarios que adoptaron una serie de resoluciones durante la sesión de este martes, además de felicitar a República Dominicana por la presentación del programa cultural, concluyeron en que la propuesta “puede ser considerada para enriquecer el quehacer de los países del área SICA.
Los participantes disfrutaron del repertorio de piezas musicales populares como “El farolito”, “Oregón”, “Liborio” y “Papá Bocó”, La banda estuvo dirigida por el maestro Santy Rodríguez.
A la presentación asistieron los ministros y titulares de Cultura de Costa Rica, Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, además del anfitrión, ministro de Cultura Pedro Vergés, Presidente Pro-Témpore del Consejo de Ministros de Cultura de la CECC-SICA.
En el auditorio de Bellas Artes, el viceministro Espinal y el profesor Ángel Mejía, director Nacional de Escuelas Libres, presentaron e hicieron un recuento sobre la creación, desarrollo e impacto registrado por dicho programa que impacta los barrios y provincias del país.
El documento lo firman Patrick Faber, vice Primer Ministro de Educación, Juventud, Deportes y Cultura. BELIZE; Viviana Boza Chacón, viceministra de la juventud de Costa Rica; Silvia Elena Regalado Blanco, secretaria de Cultura de la presidencia de El Salvador y Juan Alberto Monzón Esquivel, viceministro de Cultura de Guatemala.
Otros firmantes fueron José Lorenzana, ministro consejero de la embajada de Honduras en República Dominicana y Bibs Bettina Rodríguez de Leets, embajadora de Nicaragua en la República Dominicana.
El programa fue presentado durante la 27° Reunión del Consejo de Ministros y Ministras de Cultura de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana del Sistema de Integración Centroamericana (CECC/SICA), como una de las iniciativa relevante e innovadora del Ministerio de Cultura.
La presentación fue hecha por el viceministro de Cultura para la Creatividad y Participación Popular, Cayo Claudio Espinal, en el Centro de Convenciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, lugar donde se llevó a cabo esta sesión.
Perú / 12 de noviembre de 2017 / Autor: FILOSOFÍA TV / Fuente: Youtube
Publicado el 6 nov. 2017
Debate con Juan Rivera Palomino (Docente cesante, Facultad de Letras, UNMSM), Alfredo Rodríguez Torres (Docente, Facultad de Educación, UNMSM) y Jhon Ochoa (Docente, Escuelas Libres).
Un avión de guerra ruso bombardeó la escuela de Batbo, en la zona rural de Alepo, destruyéndola completamente. El incidente causó la interrupción de todas las actividades escolares y la suspensión de los estudios en todas las escuelas libres hasta el próximo fin de semana. Tres escuelas han sido atacadas en zonas liberadas por la aviación de al-Assad y sus aliados rusos en menos de 24 horas. Informe frente a la escuela de Batbo en la zona rural de Alepo. Septiembre 27, 2017
El homeschooling es una práctica aún no muy extendida que puede ocasionar problemas porque la escolarización es obligatoria entre los 6 y los 16 años
El Constitucional resolvió en 2010 que esta opción no entraba en «las libertades constitucionales» y varias sentencias han forzado la matriculación en colegios
«Son familias con un nivel educativo alto, muy preocupados por la educación. Por eso, en la práctica hay pocos casos en los que se persigue», dice un experto.
Los tres hijos de Cristina y Sergio nunca han ido al colegio. La pareja tomó la decisión de que los educarían en casa, con sus propios recursos, hasta que se mudaron a Bruselas, donde los matricularon en una escuela libre que sí les convencía. En España, cuentan, nunca encontraron esta opción y se lanzaron al homeschooling a pesar de que es una práctica que aquí no está contemplada.
Esta modalidad, elegida por unas 2.000 personas en España según los cálculos de las asociaciones, se encuentra en un vacío legislativo. No está prohibida expresamente por ley. La Ley Orgánica de Educación dice que los niños y niñas deben estar escolarizados obligatoriamente de los 6 a los 16 años, pero el Tribunal Constitucional resolvió en 2010, a raíz de dos casos en Málaga, que la «invocada facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización obligatoria por motivos de orden pedagógico no está comprendida en ninguna de las libertades constitucionales».
Esta sentencia obligó a varias familias a escolarizar a sus hijos y «ha condicionado el comportamiento de los jueces y de la administración, están más vigilantes», apunta Madalen Goiria, profesora de derecho civil de la Universidad del País Vasco con una tesis doctoral sobre homeschooling. Tras el pronunciamiento del Alto Tribunal se han dictado diversas sentencias en varias comunidades que han forzado a madres y padres a matricular a sus hijos e hijas en colegios ordinarios en contra de su voluntad.
En 2012, por ejemplo, la Audiencia Provincial de Granada dictaminó que el hijo de una pareja de maestros que recibía clases en su casa debía incorporarse a «un centro oficial». El magistrado aludía en el auto a la jurisprudencia del TC y también a una sentencia reciente en Alicante, que concluyó que la escolarización es obligatoria «aunque el menor no se encuentre en situación de abandono o aislamiento que implique una perturbación dañosa», como ocurre en la mayoría de estos casos.
«Son familias por lo general con un nivel educativo alto, muy preocupados por la educación. Por eso, en la práctica hay pocos casos en los que se persigue o investiga», explica Rafael Feito, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. El experto advierte de que es una práctica que «no tiene la pretensión de ser elitista pero posiblemente lo sea» porque implica una dedicación y una renuncia al empleo, «normalmente de las mujeres». Y para eso hay que tener un soporte económico sólido.
En el caso de Cristina y Sergio fue ella quien dejó de trabajar para enseñar a sus tres hijos en casa. «Dedicar el 100% del tiempo a al educación es un sacrificio, muchos no quieren y de los que quieren no todos pueden hacerlo», explica Sergio, registrador de la propiedad. Mientras vivieron en España se planteaban los días, cuenta, adaptándolos a los ritmos de Sergio, Rodrigo y Alejandra. No poníamos el despertador y cada uno se ponía a trabajar a una hora. Cristina se encargaba de buscar materiales atractivos con ejercicios y tutoriales. También viajábamos mucho y hacíamos de cada viaje una oportunidad para enseñar más allá del libro», describe.
A veces, resume, estudiaban «los tres en común» –los pequeños son mellizos– y «otras no». «Lo importante es responder a sus preguntas, a sus intereses, aprovechar esas inercias en lugar de imponerles los aprendizajes. El problema de la escuela es que es demasiado rígida, compartimenta por edades, por horarios, estandariza contenidos, hace exámenes. Y creemos que eso es perjudicial para el aprendizaje y para la felicidad», argumenta Sergio, cuya familia se va a mudar ahora a Reino Unido.
¿Hay riesgos?
Los homeschoolers conviven menos tiempo con sus iguales que las niñas y niños que van a clase todos los días. ¿Es eso perjudicial para su socialización? Feito considera que «es necesario que estén con otros de su grupo de edad», pero también que eso puede subsanarse con otro tipo de «actividades extraescolares».
Sergio explica, en este sentido, que sus hijos hacen «todo tipo de actividades, como musicales o deportivas, y tienen cubierta esa necesidad». «Educar en casa no implica que el niño o la niña esté encerrado en una habitación. No es educar en una mazmorra», aclara, y carga contra la socialización impuesta de la escuela: «los estudiantes están encerrados en un sitio en el que por definición no pueden hablar, atendiendo a explicaciones de unos profesores y solo con personas de su edad, ¿es eso buenísimo?».
El sociólogo Rafael Feito sí percibe en el homeschooling un riesgo en algunos casos. «Dependiendo de cómo sean tus padres te educarás de un modo u otro. En la escuela conoces a otros y te insertas completamente en la sociedad en tanto el aula es una muestra. Si el homeschooling lo practican comunidades cerradas, incluso sectarias, es peligroso», señala el catedrático.
El perfil de homeschoolers en Estados Unidos, por ejemplo, responde a familias religiosas que rechazan la educación laica de las escuelas y dan una formación vertebrada en fuertes creencias, según la investigación de Madalen Goiria. Esto, sin embargo, no ocurre casi nunca en Europa.
En el entorno europeo varios países que contemplan como opción legal la educación en casa pasan controles a las familias. En Francia, por ejemplo, tienen que registrarse previamente y se dan inspecciones en casa que valoran la planificación. La administración puede negar a las familias el permiso para continuar. La legislación en Portugal obliga a matricular a todos los niños y niñas en la zona en la que viven y después pueden elegir la modalidad presencial o no presencial, pero todos tienen que hacer los exámenes. En Italia, Irlanda, Bélgica o Estados Unidos también es legal y Austria la ha regulado. Entre los del entorno que no están Grecia, Países Bajos y Alemania.
Cómo se investiga a las familias
Algunas comunidades autónomas, como Euskadi, aseguran que denuncian sistemáticamnete ante la Fiscalía de Menores cuando tienen conocimiento de un niño o niña no escolarizado. El aviso puede llegar del colegio, si ha dejado de asistir, o de servicios sociales con un parte de absentismo.
«Esta información está en el padrón de los ayuntamientos. Lo normal es que tras detectarlo se pregunte a las familias y se les pida, en el caso de estar educando en casa, la documentación correspondiente vía inspección educativa», explica la experta Madalen Goiria. Si las respuestas satisfacen a la administración, a veces archivan; si no, se lleva a Fiscalía de Menores y de ahí al juzgado. Puede pasar algo parecido, señala Goiria, cuando los estudiantes están en proyectos educativos no homologados, las conocidas como escuelas libres.
«Es difícil saber en cuántos casos el periplo ha terminado con una orden de escolarización por la vía civil. La gente no lo va contando normalmente. Les provoca angustia y se sienten mal porque piensan que les han expropiado el derecho a proporcionar la formación que consideran más adecuada para sus hijos», indica la experta. eldiario.es no ha logrado que ninguna familia que está educando en casa cuente su experiencia. El motivo, dicen: el miedo a significarse.
Varios de los expertos consultados explican que a veces estas familias matriculan a sus hijos en cursos de escuelas norteamericanas para que puedan examinarse. Esto mismo pasó en el caso de Alicante: el niño al que la justicia obligó a escolarizar estaba apuntado a un curso a través de internet en California que permite convalidar el título en España.
El Ministerio de Educación cuenta con un Centro para la Innovación y Desarrollo de la Educación a Distancia (CIDEAD) pensado para estudiantes de todos los niveles que «se ven imposibilitados para recibir enseñanza a través del régimen ordinario», lo que no sería aplicable a los homeschoolers. La cartera que dirige Iñigo Méndez de Vigo recuerda que, con la Lomce –como con la LOE– «todos los alumnos de entre 6 y 16 años han de estar necesariamente escolarizados y asistir a un centro educativo» ya que la enseñanza básica –que comprende ese rango de edad– es obligatoria para todas las personas.
América del Sur/Chile/22 de noviembre de 2016/Fuente: el ciudadano
Con un diagnóstico crítico de la educación formal y de su trabajo con la infancia migrante en Chile, los miembros de Escuelas Libres se decidieron a abrir una nueva iniciativa en Barrio Yungay, «el corazón de la migración capitalina».
El proyecto de Escuelas Libres ya tiene más de 7 años de vida desarrollándose como una alternativa al sistema de educación formal. Desde los barrios y las poblaciones, un grupo de voluntarios con vocación transformadora ha impulsado una nueva manera de entender la educación en Chile, lejos de las lógicas de libre mercado y los valores propios de una sociedad neoliberal.
Gratuitas y abiertas a niños de entre 7 y 13 años que deseen apoyo escolar, las Escuelas Libres vienen funcionando en centros comunitarios, parroquias o juntas vecinas y albergan hasta 20 niños, que son ayudados y atendidos personalmente por monitores voluntarios.
Así lo explica Marco Álvarez, fundador de Escuelas Libres: “En estos años de acumulación de experiencias en materia de educación alternativa, hemos podido fortalecer nuestro proyecto, bajo esa hermosa lógica de un Chile que aún se construye a pulso. Aún estamos en pañales, pero tenemos todas las ganas de aprender a correr”
La idea de construir una nueva Escuela Libre para niños y niñas migrantes tiene varios años. La inquietud surgió por el aumento sostenido de familias extranjeras que han llegado a nuestro país el último tiempo, algo que resulta aún más visible en algunos barrios del centro de Santiago, como el histórico Yungay. Llenos de esperanza por reconstruir sus vidas y en busca de un mejor porvenir, muchos migrantes se encuentran con obstáculos en diversas áreas de la institucionalidad chilena, incluida la educación formal.
Además, la discriminación sigue siendo un problema gigante para estas comunidades a la hora de integrarse a un país como Chile.
“Lamentablemente, una franja importante de nuestra sociedad, embriagada por los medios de comunicación y un mal espíritu chovinista, no le han dado el recibimiento que se merecen. Ataques xenófobos se han vuelto pan de cada día en el Chile actual, siendo la infancia popular la más perjudicada en esta espiral de violencia racista que nos imponen los poderosos de siempre. Asimismo, el Estado hace oídos sordos o impulsa políticas migratorias insuficientes para abordar la problemática de la gente que viene desde tierras lejanas”, argumenta Álvarez.
LA OTRA EDUCACIÓN Y SU RESPONSABILIDAD CON LA INFANCIA MIGRANTE
La organización de la nueva Escuela Libre en el Barrio Yungay, al que los organizadores apuntan como “el corazón de la migración capitalina”, comenzó este año, en colaboración con la Fundación Míguel Enríquez, que cuenta con un comodato en el sector.
Por ahora, el grupo trabaja en constituir las comisiones de trabajo para planificar las actividades de la próxima escuela. En cuanto al aprendizaje, los talleres se trabajan desde la perspectiva de las Escuelas Libres de Chile, que abogan por la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.
Álvarez enfatiza que “siempre decimos que nuestro proyecto tiene como columna vertebral la cuestión del combate axiológico. Mientras la educación formal impulsa lo valores de la competencia y egoísmo, nosotros y nosotras, levantamos las banderas de la solidaridad y el respeto“. En este sentido, el enfoque educativo se estructura en base a la educación popular, que desde la alternativa educativa del proyecto piensa en “La otra Educación”, que se nutre del proceso de aprendizajes y experiencias acumuladas en actividades permanentes.
“Uno de los ejes centrales de nuestros talleres y materias será la integración de los pueblos y sus culturas. No es que nosotros meramente les vayamos a enseñar nuestra cultura imperante, sino que, a la vez, nos nutriremos de sus propias costumbres y alegrías, que tanto nos haría bien”, describe.
Hoy, el sistema no sólo no está preparado para recibir e integrar a niños y niñas migrantes, sino que además tiende a segregar la infancia popular migrante y a perjudicarla en su proceso educativo.
Un ejemplo de ello, señala Álvarez, es que “en vez de generar programas de nivelación de estudios para los menores en el caso de las y los niños haitianos, los deja dos o tres cursos más abajo en referencia a su edad. Esta posición de comodidad para la educación formal, genera un desmedro significativo en las y los menores. Por ello, uno de los desafíos de nuestra nueva Escuela Libre es hacer de talleres de nivelación para las y los niños, con el objeto que en un futuro no tengan que vivir este tipo de situaciones”.
ESCUELA SE INAUGURARÁ EN DICIEMBRE PRÓXIMO
En contraste con la educación formal, que a través de sus contenidos y metodologías autoritarias es funcional a la reproducción del modelo neoliberal y las injusticias sociales, “La Otra Educación”, tiene por objeto situarse en la trinchera de la construcción de un país más justo y solidario.Esto, dicen, acompañados de numerosas organizaciones socialices “que se domicilian en la esquina del sentido común en virtud de una sociedad mejor”.
Para los docentes de las Escuelas Libres, el principal interés de la educación no es que niños y niñas memoricen en base a la imposición de contenidos, algo que Paulo Freire llama “la educación bancaria”.
“Todas nuestras actividades van en función de constituirnos y que se lea el “nos” con énfasis, entendiéndose todos los que participan en el proceso educativo, nos constituyamos como sujetos críticos, en el largo y complejo proceso de la emancipación”, comentó el fundador del proyecto.
Durante la tarde del próximo sábado 17 de diciembre, la inauguración de la nueva Escuela Libre en el corazón de Yungay se hará realidad, Agustinas 2384. Desde ya, todos y todas están invitados a conocer un poco más del proyecto y a animarse a colaborar y participar, ya que la construcción de una nueva educación es tarea transversal de aquellos y aquellas comprometidos con el futuro.
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