África/Costa de Marfil/05 Diciembre 2019/El país
UNICEF y la empresa social Conceptos Plásticos se unen para crear una fábrica en Costa de Marfil que convertirá estos residuos en material de construcción para la creación de escuelas.
La manera en la que gestionamos los residuos plásticos es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad. La incapacidad para reciclar un volumen que se acerque a lo que se produce en todo el planeta acarrea consecuencias tan graves a nuestro ecosistema que desde hace tiempo se habla de una “emergencia climática”. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada minuto se compran un millón de botellas de plástico, mientras que cada año se utilizan unos 500.000 millones de bolsas del mismo material. Ocho millones de toneladas de estos residuos acaban en los océanos al año. Unas cifras que nos obligan a afrontar el futuro desde una perspectiva distinta, y también a encontrar soluciones nuevas.
Costa de Marfil no es, ni mucho menos, inmune a esta situación. Las estimaciones sitúan en tan solo un 5% el total del plástico que se recicla en todo el país, un hecho que, además de tener un efecto grave en el medio ambiente, está directamente relacionado con problemas de salud como la diarrea, la malaria o la neumonía. Por esa razón, UNICEF se ha unido con Conceptos Plásticos, una empresa social colombiana especializada en proyectos innovadores de reciclaje, para ofrecer una solución imaginativa que, además, ayuda a paliar otro problema, la falta de escuelas. ¿La idea? Convertir ese plástico desechado en escuelas.
Este proyecto es posible con la creación de la primera fábrica de Costa de Marfil especializada en la creación de ladrillos 100% realizados con plástico reciclado. Una iniciativa pionera mediante la cual los residuos salen de las calles y los vertederos y se emplean para proporcionar un futuro mejor a los niños del país. Los ladrillos realizados con este material son incombustibles, son un 40% más baratos y un 20% más ligeros. También presentan una mayor durabilidad que los materiales de construcción tradicionales. Los ladrillos, que se producirán en la ciudad de Abijan, se ensamblan fácilmente, como piezas de Lego, lo que facilita la construcción en zonas en las que la necesidad de aulas para dar cabida a los alumnos es apremiante.
Y no solo eso, para poder colaborar con iniciativas como ésta que contribuyan a reducir la gestión de nuestros residuos entre otras cosas, UNICEF ha lanzado el programa Unidos por el cambio climático, una nueva forma de colaborar para abordar una de las grandes emergencias de la sociedad global. Durante solo seis meses, todos aquellos que quieran colaborar pueden hacerlo eligiendo la cantidad que quieren aportar, y que irá a parar íntegramente a paliar los efectos del cambio climático en las vidas de los niños y niñas.
Una solución a dos problemas
“Esta fábrica será pionera en la creación de soluciones inteligentes y escalables para las principales dificultades educativas a las que se enfrentan los niños y las comunidades de África”, declara Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “Tiene un triple potencial: proporcionar más escuelas para los niños de Costa de Marfil, conseguir que haya menos residuos plásticos en el medioambiente y generar vías de ingresos adicionales para las familias más vulnerables”.
La primera escuela realizada con ladrillos procedentes de plástico reciclado ya ha sido inaugurada en Sakassou, un pequeño pueblo de una zona remota a dos horas de Abijan. En esa zona, los niños y niñas antes se veían obligados a caminar más de siete kilómetros al día para asistir al colegio. Se espera que en este nuevo centro escolar el año que viene haya 30 clases más que puedan albergar a unos 1.400 alumnos.
Pero no solo los estudiantes se beneficiarán de este material para la construcción. Una vez que la fábrica de Abijan funcione a pleno rendimiento, en ella se reciclarán 9.600 toneladas de residuos plásticos al año, lo que también supondrá una fuente de ingresos para mujeres en situación de pobreza que podrán acceder al mercado laboral. De la misma forma, los ladrillos realizados con plástico reciclado se utilizarán para la creación de otros edificios además de escuelas, proporcionando una alternativa rápida, asequible y duradera para distintas construcciones.
Unidos por el cambio climático
Los niños y niñas no son responsables del cambio climático, pero en muchas ocasiones son los que más sufren sus consecuencias. En muchos lugares del planeta el aire que respiran, el agua que beben y la comida que ingieren está condicionada por los efectos provocados por las generaciones anteriores. En torno al 90% de las enfermedades que se pueden atribuir a esta emergencia global, como el cólera, la malaria o el dengue, afectan a niños y niñas menores de cinco años.
La fábrica de Abiyán es una iniciativa para combatir los efectos de la acción del hombre sobre el medio ambiente, pero no es la única. Gracias a programas como Unidos por el cambio climático UNICEF está paliando las consecuencias que sufren los niños y las niñas. Pequeños que están pagando el precio de una situación que ellos no han provocado.
Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/11/27/eps/1574871286_552583.html