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Clases a distancia: ¿televisión apagada?

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz*

La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) informó, con respecto al ciclo escolar 2019-2020, que caso la mitad de los docentes (46.3%) consideró que los contenidos de los programas de televisión de Aprende en casa no fueron suficientes para que los alumnos siguieran aprendiendo; sólo el 40.8% de estudiantes usó los programas de televisión siempre o con regularidad (MEJOREDU, 2020, pp. 5-6). Una encuesta del periódico Reforma (2020) encontró que dos de cada tres padres de familia indicaban que a sus hijos no les agradaban las clases por televisión (68%). Por su parte, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) dio a conocer, a través de los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED), un diagnóstico todavía más severo con respecto a la televisión: sólo 5.3% de la población objetivo manifestó emplearla en sus actividades escolares o clases a distancia (INEGI, 2021, p. 8).

Parece pues que el impacto de las clases por televisión no corresponde con el entusiasmo que en su momento mostró Esteban Moctezuma, previo al ciclo escolar 2020-2021, al anunciar un histórico acuerdo con televisoras privadas, a cambio de 450 millones pesos, para así ampliar la cobertura de la oferta educativa remota. Aunque se tiene en cuenta el alto porcentaje de uso de teléfonos inteligentes, además de otros medios como las computadoras o las tablets, a través de los cuales se puede acceder a las clases remotas, la revisión de las cifras del canal oficial de Aprende en casa en YouTube parecen ser acordes con el diagnóstico expresado en el párrafo anterior.

Las clases del 22 de marzo, de primero a sexto grados de primaria, en el canal oficial de Aprende en casa en YouTube, tuvieron un promedio de 8,881 visualizaciones (cálculo al 4 de abril de 2021 a las 11:00 horas, repartiendo por igual las visualizaciones en el caso de clases compartidas entre dos grados). ¿Qué tanto representan 8,881 visualizaciones? Si se considera que la población total de educación primaria es de 13,682,321 alumnos y se repartiera de manera uniforme esta cantidad en los seis grados, se tiene un promedio de 2,310,386 estudiantes por grado. Entonces las sintonizaciones de cada clase en YouTube ese día apenas alcanzaron al 0.38% de la población promedio de cada grado. Esta proporción aumentaría si se considera que en ciertas de ellas pudiera estar presente más de un alumno, aunque evidentemente la mejoría no sería considerable. Incluso suponiendo, con mucho optimismo, que a cada visualización correspondan tres niños, se podría decir que apenas uno de cada cien de los alumnos de cada grado tomó las clases por YouTube.

La evolución de la cantidad de visualizaciones, tomadas en la misma fecha señalada, de los videos en YouTube del primer día de clases de cada mes (desde octubre) en educación primaria manifiestan una probable disminución del interés por los programas. Mientras en las clases del primer día de octubre de 2020 la cantidad de visitas promedio fue de 31,102, a partir de 2021 las medias de los tres meses transcurridos se ubicaron entre 12,000 y 13,000 espectadores.  Desde luego se deben tener presentes factores que hacen que el cálculo tenga cierto grado de imprecisión, como lo es que las clases más antiguas puedan acumular más visitas, aunque éstas no se hayan efectuado cuando los videos fueron emitidos. Asimismo, debe asumirse que las clases, aunque en menor medida, son retransmitidos por otros canales dentro de YouTube o en redes sociales como Facebook. Sin duda un cálculo en las fechas de emisión de cada video sería más fiable. Aún con estos factores, se advierte una disminución del uso de Aprende en casa en YouTube.

La tercera edición de las clases de Aprende en casa tiene algunas mejoras, como el hecho de haber superado la obsesión por conocimientos declarativos, le eliminación de videos descontextualizados que se empleaban en las primeras versiones y la inclusión de profesores. Sin embargo, parece que aún pesan algunos defectos, tales como promover un papel pasivo en el alumno (en algunas sesiones incluso el docente va contestando los ejercicios), el predominio del diálogo maestro-conductor, la ausencia de materiales concretos para explicar algunos conceptos, no contemplar el error en los procedimientos y un aparente escaso impacto de los conductores en la amenidad de los programas.

Como se observa, hay elementos que apuntan hacia un éxito limitado de la oferta televisiva de Aprende en casa, pese al optimismo de las autoridades con respecto a la estrategia educativa a distancia. Desde luego que no se puede separar la posible disminución del impacto de los programas con las dificultades sociales y económicas que muchas familias están sufriendo con la pandemia y que impiden su participación en las actividades escolares. Sin embargo, las cifras referidas en este texto deberían ser motivo para reflexionar sobre los aspectos a mejorar en la oferta televisiva que, en muchos casos, es la única opción formal que niños y jóvenes tienen para educarse en el confinamiento. ¿Por qué apagaron la televisión?

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

REFERENCIAS

INEGI (2021). Encuesta para la medición del impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID_ED). Presentación de resultados. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/OtrTemEcon/ECOVID-ED_2021_03.pdf

MEJOREDU (2020). Experiencias de las comunidades educativas durante la contingencia sanitaria por covid-19. Educación básica. Informe ejecutivo.  México: autor.

REFORMA (6 de noviembre de 2020). Divide a padres clases por TV. Disponible en: https://www.reforma.com/video/secciones.aspx?rielprogramaid=120&zona=46&idp=3

Fuente e Imagen: http://proferogelio.blogspot.com/2021/04/clases-distancia-television-apagada.html

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La escuela de Frankfurt: historia y representantes

Por: Bloghemia

«En lo que a mí respecta, creo que la Escuela de Frankfurt planteó problemas en los que todavía se está trabajando» – Michel Foucault-

La Escuela de Frankfurt era un grupo de académicos conocidos por desarrollar la teoría crítica  y popularizar el método dialéctico de aprendizaje al interrogar las contradicciones de la sociedad. Está más estrechamente asociado con el trabajo de Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Erich Fromm y Herbert Marcuse. No era una escuela, en el sentido físico, sino más bien una escuela de pensamiento asociada con académicos del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt en Alemania.

En 1923, el erudito marxista Carl Grünberg fundó el Instituto, inicialmente financiado por otro erudito de este tipo, Felix Weil. Los estudiosos de la Escuela de Frankfurt son conocidos por su tipo de teoría neomarxista centrada en la cultura: un replanteamiento del marxismo clásico actualizado a su período sociohistórico. Esto resultó ser fundamental para los campos de la sociología, los estudios culturales y los estudios de los medios.

Originalmente estaba ubicado en el Instituto de Investigación Social ( Institut für Sozialforschung ), un instituto adjunto de la Universidad Goethe en Frankfurt, Alemania. El Instituto fue fundado en 1923 gracias a una donación de Felix Weil con el objetivo de desarrollar estudios marxistas en Alemania. Después de 1933, los nazis forzaron su cierre, y el Instituto fue trasladado a los Estados Unidos, donde encontró hospitalidad en la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.

La influencia académica del método crítico es de gran alcance. Algunos de los temas clave y las preocupaciones filosóficas de la Escuela implican la crítica de la modernidad y la sociedad capitalista, la definición de la emancipación social, así como la detección de las patologías de la sociedad. La teoría crítica proporciona una interpretación específica de la filosofía marxista con respecto a algunas de sus nociones económicas y políticas centrales, como la mercantilización, la reificación, la fetichización y la crítica de la cultura de masas.

Algunas de las figuras más destacadas de la primera generación de teóricos críticos fueron Max Horkheimer (1895-1973), Theodor Adorno (1903-1969), Herbert Marcuse (1898-1979), Walter Benjamin (1892-1940), Friedrich Pollock (1894 -1970), Leo Lowenthal (1900-1993) y Eric Fromm (1900-1980). Desde la década de 1970, una segunda generación comenzó con Jürgen Habermas, quien, entre otros méritos, contribuyó a la apertura de un diálogo entre las llamadas tradiciones continentales y analíticas. Con Habermas, la Escuela de Frankfurt se volvió global, influyendo en enfoques metodológicos en otros contextos y disciplinas académicas europeas. Fue durante esta fase que Richard Bernstein, filósofo y contemporáneo de Habermas.

Orígenes de la escuela de Frankfurt

En 1930 Max Horkheimer se convirtió en director del Instituto y reclutó a muchos de los académicos que llegaron a ser conocidos colectivamente como la Escuela de Frankfurt. A raíz de la fallida predicción de revolución de Marx, estos individuos se sintieron consternados por el surgimiento del marxismo del Partido Ortodoxo y una forma dictatorial de comunismo. Dirigieron su atención al problema del gobierno a través de la ideología , o el gobierno llevado a cabo en el ámbito de la cultura . Creían que los avances tecnológicos en las comunicaciones y la reproducción de ideas permitían esta forma de gobierno.

Sus ideas coincidían con la teoría de la hegemonía cultural del erudito italiano Antonio Gramsci . Otros miembros tempranos de la Escuela de Frankfurt fueron Friedrich Pollock, Otto Kirchheimer, Leo Löwenthal y Franz Leopold Neumann. Walter Benjamin también se asoció con él durante su apogeo a mediados del siglo XX.

Una de las principales preocupaciones de los estudiosos de la Escuela de Frankfurt, especialmente Horkheimer, Adorno, Benjamin y Marcuse, fue el surgimiento de la «cultura de masas». Esta frase se refiere a los desarrollos tecnológicos que permitieron la distribución de productos culturales —música, cine y arte— a escala masiva. (Considere que cuando estos académicos comenzaron a elaborar sus críticas, la radio y el cine eran todavía fenómenos nuevos y la televisión no existía). Se opusieron a cómo la tecnología condujo a una uniformidad en la producción y la experiencia cultural. La tecnología permitió que el público se sentara pasivamente ante el contenido cultural en lugar de participar activamente entre sí para entretenerse, como lo había hecho en el pasado. Los académicos teorizaron que esta experiencia hizo que las personas fueran intelectualmente inactivas y políticamente pasivas,

La Escuela de Frankfurt también argumentó que este proceso era uno de los eslabones perdidos en la teoría de la dominación del capitalismo de Marx y explicó por qué la revolución nunca llegó. Marcuse tomó este marco y lo aplicó a los bienes de consumo y al nuevo estilo de vida del consumidor que se acababa de convertir en la norma en los países occidentales a mediados del siglo XX. Argumentó que el consumismo funciona de la misma manera, ya que se mantiene mediante la creación de necesidades falsas que solo los productos del capitalismo pueden satisfacer.

Traslado del Instituto de Investigaciones Sociales

Dado el estado de la Alemania anterior a la Segunda Guerra Mundial, Horkheimer reubicó el Instituto por la seguridad de sus miembros. En 1933 se trasladó a Ginebra y dos años después se trasladó a Nueva York en afiliación a la Universidad de Columbia. En 1953, mucho después de la guerra, el Instituto se restableció en Frankfurt. Los teóricos Jürgen Habermas y Axel Honneth se convertirían en activos en la Escuela de Frankfurt durante sus últimos años.

El propósito de la teoría crítica

Max Horkheimer definió la teoría crítica en el libro  Traditional and Critical Theory. En este trabajo, Horkheimer afirmó que una teoría crítica debe hacer dos cosas importantes: debe dar cuenta de la sociedad dentro de un contexto histórico, y debe buscar ofrecer una crítica sólida y holística incorporando conocimientos de todas las ciencias sociales.

Además, Horkheimer afirmó que una teoría solo puede considerarse una verdadera teoría crítica si es explicativa, práctica y normativa. La teoría debe explicar adecuadamente los problemas sociales que existen, ofrecer soluciones prácticas sobre cómo responder a ellos y acatar las normas de crítica establecidas por el campo.

Horkheimer condenó a los teóricos «tradicionales» por producir obras que no cuestionan el poder, la dominación y el status quo. Amplió la crítica de Gramsci sobre el papel de los intelectuales en los procesos de dominación.

Una gran parte de la teoría crítica ha sido criticar el arte y la cultura, en particular la cultura del consumidor, la publicidad, los medios de comunicación y otras formas de cultura popular. Algunos de los argumentos en los Dilemas del yo de Giddens, como el yo evaporado y la experiencia mercantilizada, son muy similares a la teoría crítica. De hecho, es en el ámbito de la cultura donde la teoría crítica sigue siendo relevante e innovadora.

El marxismo es una forma de teoría crítica, ya que el marxismo proporciona una crítica del capitalismo y el modernismo. El marxismo de muchos partidos comunistas y sociedades socialistas establecidas generalmente no se considera como una teoría crítica, sino que son teorías marxistas que intentan mostrar las deficiencias de la sociedad e instituciones existentes que se consideran teorías críticas.

Kellner señala: «La teoría crítica ha estado profundamente preocupada por el destino de la modernidad, y ha ofrecido teorías sistemáticas y completas de la trayectoria de la modernidad, combinadas con diagnósticos críticos de algunas de las limitaciones, patologías y efectos destructivos de esta última, al tiempo que proporciona defensas de algunas de sus elementos progresivos»

Fueron teóricos marxistas alemanes como Benjamin, Horkheimer, Adorno, Fromm, Marcuse y, más recientemente, Habermas y Offe, quienes generalmente se identificaron como el establecimiento y el desarrollo de una teoría crítica de la sociedad moderna. Otros, como el marxista húngaro Lukacs y algunos norteamericanos contemporáneos, especialmente Calhoun y Kellner, también se consideran teóricos críticos.

La teoría crítica difiere de los enfoques posmodernos de la teoría social. Los teóricos en la última perspectiva tienden a argumentar que la modernidad ha terminado, o que la modernidad debe ser rechazada en su totalidad. Los posmodernos pueden incluso rechazar la teoría social y la práctica política, mientras que los teóricos críticos tienden a teorizar ampliamente y algunos argumentan que la política puede usarse para perseguir el progreso. Los teóricos críticos generalmente tienden a tener una teoría social integral y general y una idea de progreso y un mundo mejor, incluso si no pueden encontrar formas de llegar allí. Por el contrario, es más probable que un enfoque posmoderno se asocie con el rechazo de la teoría integral y universal.

Fuente e Imagen: https://www.bloghemia.com/2021/02/la-escuela-de-frankfurt-historia-y.html?m=1

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Colombia: Lo que no sabemos (y deberíamos tener claro) sobre el retorno a los colegios

América del Sur/Colombia/16-04-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

A la niñez del país y al cuerpo docente les urge volver a clases presenciales, pero la pelea por las condiciones de seguridad para hacerlo tiene enfrentados a sindicatos, sociedad civil y Ministerio de Educación. La desigualdad y la falta de información son factores determinantes e ignorados en la discusión.

Aunque pocos, hay diagnósticos que nos ayudan a entender el estado de la educación y de los colegios del país. Gracias a la sistematización del Laboratorio de Economía de Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, sabemos que hay casi ocho millones de estudiantes y 43.956 sedes educativas oficiales en Colombia, además de otras 10.000 que son privadas. También sabemos que el 90 % de quienes estudian allí pertenecen a estrados 0, 1 y 2, y que el 63 % de los estudiantes de colegios oficiales no tienen computador ni internet en su casa.

Pero no todos los colegios de Colombia son iguales, y aunque para todos los niños, niñas y adolescentes volver al colegio es una urgencia (como ha señalado en varias ocasiones Unicef), hay unos para quienes el asunto es de vital importancia. Por ejemplo, la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico), reportó cuarenta eventos en donde se habían podido reclutar o vincular a grupos armados 190 niños, niñas y adolescentes en el primer semestre de 2020. Otra urgencia es evitar el trabajo infantil, el aumento de la pobreza, el embarazo adolescente y el rezago de lo ganado en materia de educación para las niñas.

La semana pasada, el Ministerio de Salud anunció que será obligatorio que alcaldías y gobernaciones le pidan autorización para cerrar colegios por coronavirus. Esta medida se suma a las ya establecidas para la reapertura de colegios, que va lenta y cada día es más urgente. Pero la cancha está dividida: mientras la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) no ve garantías para el regreso, otra facción de académicos, padres de familia y pedagogos piden que se abran los colegios, y la voz de los niños no está por ninguna parte.

Lo que sí está claro es que la educación en Colombia no es solo desigual sino variopinta y, tras trece meses de encierro, aún no hay un diagnóstico general de qué necesita cada institución educativa para volver. Mientras una necesita abrir urgentemente para evitar el reclutamiento, otra necesitará mejorar los baños y el alcantarillado, alguna tendrá recursos propios para abrir (especialmente los privados), otra necesitará más docentes para cumplir con la alternancia sin sobrecargar laboralmente a los que ya están contratados, otros necesitan actualizar su currículo académico. Aunque esto debería estar en manos de las secretarías de Educación departamentales, aún no se ha adelantado en forma (a excepción de las secretarías de Palmira (Valle), el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Bogotá.

Dado que no todos los colegios tienen las mismas condiciones, y que no todas las zonas del país tienen la misma cantidad de casos de coronavirus, una de las propuestas para superar la desigualdad es que se abran los colegios tomando en cuenta los municipios que no tengan altas tasas de contagio. Esta idea fue informada por Silvana Zapata, epidemióloga de la Gobernación de Antioquia y una de las divulgadoras científicas en la pandemia.

La epidemióloga cruzó los datos de 39.276 instituciones educativas (IE) públicas del país con la afectación de COVID-19 por municipio y el porcentaje de ocupación de UCI en cada departamento, y calculó que 9.238 colegios podrían volver a tener actividades presenciales con riesgo bajo o nulo, el 23,5 %. De esos hay 2.387 que no son oficiales y que, se supone, deberían poder gestionar ciertas condiciones para volver, por lo menos en materia de infraestructura.

Aunque quienes exigen que se retorne a clases presenciales acogieron esta propuesta (que no es nueva, sino actualizada con datos más recientes), El Espectador no pudo determinar si alguna facción de la sociedad civil está en contacto con el Ministerio de Educación para discutir estas medidas. Al cierre de esta publicación, Constanza Alarcón, viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, no había respondido a las preguntas que este diario le hizo llegar a través de la jefatura de prensa.

El único contacto con el MEN, hasta donde sabemos, lo tiene la Fecode, que desde que se anunció la reapertura de colegios, en septiembre del año pasado, ha sentado su posición sobre no retornar hasta que “existan las condiciones necesarias”. Esto implica incluir al cuerpo docente y estudiantes como grupo priorizado en el Plan Nacional de Vacunación, que el coronavirus sea incluido como riesgo profesional ante EPS y aseguradoras, que se expida un certificado de comorbilidades para COVID-19, además de las otras peticiones (aprobación de las cesantías para vivienda, nivelación salarial, etc.).

“En las mesas que hemos tenido con el Gobierno propusimos que se hiciera un trabajo en terreno, sede por sede, para verificar que los protocolos funcionen como corresponde y ahí sí dar apertura, pero hay colegios que han comenzado sin tener eso y nadie lo vigila, ni siquiera las secretarías de Salud”, dice Martha Alfonso, vicepresidenta de Fecode.

Estos diálogos también evidencian cierta desigualdad, porque si bien Fecode ha exigido que los docentes sean tenidos en cuenta como personal de primera línea, otros critican que para abrir los colegios no se puede esperar a resolver una deuda histórica con los maestros, el clamor de investigadores en educación (que en muchos casos también son padres y madres con sus hijos en la casa desde hace trece meses) es que se abran los colegios con urgencia y que se garantice lo mejor posible la bioseguridad, pero esta facción no tiene diálogo con el Ministerio. Fecode, por otro lado, tiene manera de hacer presión gubernamental, dado que tiene representantes en prácticamente cada municipio y ha demostrado su capacidad de poner temas en la agenda pública, como con el paro de maestros de 2018, en donde tenían exigencias similares a las de este año (solo que la pandemia se sumó al pliego de peticiones de 2021).

Ni la niñez, ni la infraestructura de jardines y colegios, ni el cuerpo docente da espera, pero estamos en el momento más álgido del tercer pico y las UCI en Medellín o Bogotá están al máximo de su capacidad, ¿entonces qué hacemos?

Por ahora, y hasta donde sabemos, no hay propuestas formalizadas ante el MEN, aunque rectoras y rectoras hacen lo que pueden para mantener las clases sin importar si hay internet, computadores, caminos para llegar al colegio o no. El profesor Arlis Montilla, que enseña en un colegio de Chaparral (Tolima), opina que no puede volver a su colegio porque hay solo tres baños para noventa niñas y dos para noventa niños. “No hay lavamanos buenos y nosotros sacamos el agua de una quebrada que hay detrás del colegio, pero en invierno se crece y queda puro barro, y no tenemos agua. Yo por ahora no volvería. Sigo enviándoles tareas a mis estudiantes por WhatsApp, pero la conexión es pésima y muchos viven metidos en la montaña. Por eso necesitamos plata hasta para las fotocopias y no la hay, no la hemos podido redimir de la Secretaría por problemas administrativos”. De hecho, el MEN destinó $311.000 millones a las secretarías de Educación del país, pero solo el 23 % de esta plata se ha ejecutado.

Otros han tratado de actualizar la información local disponible. Por ejemplo, la Gobernación de Antioquia ya hizo el listado de cuántas sedes educativas de Antioquia no tienen agua, para saber a dónde dirigir los recursos que gira el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME). Por ejemplo, el 49 % de las que están en Urabá y el 18 % de las del Bajo Cauca no tienen acceso al agua. Pero no todas las secretarías tienen este diagnóstico y por eso el giro de dinero a las IES se dificulta. Según el MEN, se han asignado $400.000 millones para adquirir guías, talleres, textos y, en general, material de apoyo pedagógico; también recursos al Programa de Alimentación Escolar para garantizar un complemento alimentario en el período de la educación en casa.

“Desconozco los criterios con los cuales se hace la asignación de recursos, pero debería ser por el tamaño de la matrícula en cada colegio y por las necesidades de cada IES. Lo que me parece sorprendente es que trece meses después de los cierres de colegios aún no tengamos información oficial sobre las adecuaciones que necesita cada sede educativa, de las condiciones precisas en las que están los colegios colombianos”, dice Sandra García, de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, quien es defensora del retorno seguro a las aulas.

Otra apuesta es mejorar la virtualidad en zonas remotas. El Ministerio de Tecnologías y Comunicaciones anunció que les dará conectividad gratuita a 14.745 colegios oficiales hasta el 2031. Según El Tiempo, el proceso de licitación (que ganaron Claro y UT Centros Poblados) levantó algunas críticas en días pasados porque Camilo Ernesto Valencia Suescún, abogado de uno de los proponentes al proyecto Unión Temporal SES Inred, era asesor jurídico del Mintic.

Otra iniciativa consiste en invertir más en los estudiantes y maestros de colegios públicos, que concentran la mayoría del alumnado del país. Según la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá, en un colegio privado se invierten entre $20 y $50 millones por niño al año, mientras que en uno público se invierten $3′696.000. Al menos estos son los datos de 2014, la brecha entre las cifras se puede haber acrecentado. De hecho, Colombia no está entre los cinco primeros puestos en inversión del PIB para educación, a pesar de que por primera vez el presupuesto para educación superó al de defensa, en 2019.

Entre otras, tampoco está muy claro de quién sería la responsabilidad de un contagio dentro del aula. En marzo de este año, la Institución Educativa Altos del Rosario, en Sincelejo, fue cerrada por orden de la Secretaría de Educación tras la muerte de una docente por COVID-19. El retorno de los estudiantes a las aulas es voluntario, pero dejar de prestar un servicio educativo no, bien sea porque un colegio pierde sus matrículas y se ve obligado a cerrar o porque es imperativo garantizar la educación básica, primaria y secundaria. Por otro lado, es obligación de cada establecimiento dar estricto cumplimiento a los protocolos de bioseguridad, así que algunas instituciones (por ejemplo la U. de los Andes) han pedido a sus docentes firmar un documento en donde se les exime de responsabilidad por posibles contagios, dado que volver a la presencialidad es voluntad única del docente. Según Fecode, aún no han sido reemplazados los docentes fallecidos por coronavirus, y la sobrecarga laboral de los docentes está afectando su salud mental y su entorno familiar, pero a la fecha no hay diagnósticos ni encuestas que soporten esta obvia realidad. Al preguntarle al Ministerio si existen directrices que eximan al Estado colombiano por posibles contagios a consecuencia del retorno a la presencialidad, no obtuvimos respuesta.

Pero mejoras en la infraestructura y mayor inversión no son la única manera de lograr que la niñez vuelva al colegio y cerrar las brechas que había antes de la pandemia, pero aumentaron. Según Andrés Molano, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, “por ahora no hay nadie proponiendo nuevos modelos pedagógicos que puedan garantizar la interacción social, el aprendizaje del cuidado o los afectos. Las escuelas no son solo para enseñar a leer y escribir”.

Las realidades entre los colegios no son iguales y parte del problema, según Molano, es pensar en una solución única. Incluso, lo que consideramos desventajas pueden ser ventajas: “Un colegio rural, aunque no tenga el lavamanos o el acceso al agua potable, tiene la ventaja de la ventilación y los espacios abiertos que un colegio público urbano en Bogotá no necesariamente tiene. Hay que buscar la manera de examinar colegio por colegio. Además, se han cerrado calles enteras para abrir restaurantes, por qué no cerrar calles para hacer clases”.

“El primer paso es preparar a los colegios físicamente, pero más importante es desarrollar el aprendizaje y bienestar emocional perdido por el trauma del encierro. Ese debe ser el debate que nos convoque a quienes trabajamos en el sector educativo. La crisis de aprendizaje será tremenda y para eso hay que desarrollar nuevos modelos educativos y resolverla antes de avanzar”, dice García.

Por ahora, ante nuevos picos y la llegada de nuevas variantes del coronavirus, colegios de Toronto (Canadá) y Francia han decidido volver a cerrar hasta nuevo aviso.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/regreso-a-clases-lo-que-deberia-saber/

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¿Es importante que los niños vivan toda su etapa escolar en un mismo centro educativo?

Por: ABC

Según los expertos, estudiar en el mismo colegio tiene grandes beneficios en la educación y desarrollo de los alumnos tanto académicamente como a nivel personal.

Cada vez son más las familias que optan por que sus hijos vivan toda su etapa educativa, desde Infantil hasta Bachillerato, en un mismo centro escolar. Además de la comodidad que puede suponer para ellos, estudiar en el mismo colegio tiene grandes beneficios en la educación y desarrollo de los alumnos tanto académicamente como a nivel personal. A continuación, os dejamos algunas de las principales ventajas que, según el British School of Valencia, tiene el vivir toda la etapa escolar en un mismo centro educativo.

Sentimiento de pertenencia. Estudiar desde Infantil hasta Bachillerato en un mismo centro escolar, ayuda a que se cree una relación muy especial entre los alumnos y el colegio convirtiéndose prácticamente en su segundo hogar durante más de diez años. Esto puede ser muy positivo ya que contribuye a que los alumnos no pierdan la motivación y las ganas de ir al colegio para continuar aprendiendo pues lo sienten como suyo.

Relación de confianza con el profesorado. El hecho de permanecer en un mismo colegio a lo largo de toda su vida académica permite que los alumnos tengan la oportunidad de conocer a prácticamente todos los profesores, aunque no les hayan dado clase. De este modo, empezar un nuevo ciclo académico no supone un cambio tan brusco y hace más llevadera la transición de una etapa de aprendizaje a la siguiente.

Trato personalizado. Al igual que es beneficioso que los alumnos conozcan a los profesores, también lo es a la inversa. Esta relación permite que los docentes tengan un conocimiento previo de las circunstancias que hay detrás de cada alumno y así, ofrecer una educación más personalizada a cada uno de ellos, tal y como ocurre en BSV donde cada alumno es único, es conocido y apreciado por sus méritos y por su esfuerzo.

Acompañar en el desarrollo completo del alumno. Los colegios que ofrecen todas las etapas educativas en su proyecto educativo, como es el caso de BSV, tienen la oportunidad de vivir el paso de sus alumnos de niños a jóvenes adultos. De este modo, no ofrecen únicamente educación en conocimientos, tanto prácticos como teóricos desde pequeños, también les dotan con herramientas que van a favorecer su desarrollo integral como personas contribuyendo además a que el profesor se convierta en un guía en ese crecimiento personal de sus alumnos.

Amistades duraderas. Entablar relaciones de amistad puede ser una tarea complicada para algunos niños. El hecho de no conocer puede suponer un desafío para los alumnos a medida que van creciendo y más si a lo largo de ese camino educativo su vida está marcada por cambios de colegio. A estas edades, el vínculo que se establece entre compañeros puede llegar a convertirse en una amistad fuerte y duradera que marcará sus primeros años tanto en el plano académico como en el personal. Es importante que los niños tengan la oportunidad de crear estos vínculos afectivos, marcados por la confianza y el compañerismo para así poder crecer en materia de bienestar.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-importante-ninos-vivan-toda-etapa-escolar-mismo-centro-educativo-202104090103_noticia.html

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Educación profesional sube a nuevas alturas en China

Asia/China/16-04-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com 

China es el hogar de unos 30,88 millones de estudiantes que adquieren habilidades en 11.300 instituciones de educación profesional, según las estadísticas del Ministerio de Educación.

El ministerio ha aprobado a 27 instituciones que ofrecen educación profesional a nivel de pregrado desde 2019, cuando el Consejo de Estado lanzó un plan para reformar el sistema de educación vocacional.

Entre las 1.349 especializaciones que figuran en un nuevo catálogo de especialidades profesionales publicado por el ministerio este año, 247 son carreras de pregrado, agregó.

El ministerio ha venido trabajando por promover el trato justo a estudiantes que reciben la educación profesional, garantizando que disfruten de igual oportunidad que los de escuelas regulares en términos de inscripción, empleo y ascensos laborales, según un funcionario del ministerio.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2021-04/11/c_139872973.htm

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¿Es necesaria la escuela concertada?

El Congreso de los Diputados ha aprobado la llamada ley Celaá, la LOMLOE, y recientemente se ha publicado el nuevo Decreto de admisión de alumnos por parte del Departamento de Educación de Catalunya. Son dos normas legales que sobre el papel representan pasos importantes para frenar el aumento de las segregaciones escolares. Esperamos y deseamos que ambas disposiciones se apliquen, que no ocurra como con el Decreto de Inclusión, también de Catalunya, que continúa medio paralizado por falta de recursos para llevarlo a cabo. Son dos disposiciones que posibilitan avanzar a pesar de las dificultades: la segregación escolar se mantendrá mientras exista la segregación socioeconómica.

Además, como ya manifesté en una de las comisiones del Pacto contra la Segregación que impulsó el Síndic de Greuges de Cataluña, nos encontramos ante unos topes evidentes: sin eliminar el inexistente derecho a elegir centro por parte de las familias y los privilegios de la concertada no se puede evitar la segregación escolar. Lo que podemos hacer, eso sí, es proporcionar cuidados paliativos que mejoren la enfermedad pero sin curarla. De todas formas, bienvenidas sean las nuevas normas legales; esperamos y deseamos que su aplicación responda a las expectativas que se han creado, que los gobiernos autonómico y central tengan suficiente empuje y voluntad política para llevarlas a cabo a pesar de las resistencias que se han producido y que continuarán dificultando su aplicación a lo largo de los próximos cursos escolares.

De entre las novedades que establece el Decreto del Departamento de Educación quisiera apuntar que no sería de recibo, en caso de necesidad, repartir sólo el alumnado señalado por las llamadas Unidades de detección de NEE por causas socioeconómicas y no el resto de criaturas y adolescentes escolarizados. Si las OME, las Oficinas Municipales de Escolarización, recogieran todas las peticiones e hicieran la distribución equitativa de todo el alumnado, se conseguiría un trato equitativo a familias autóctonas o recién llegadas o con diversas situaciones sociales y/o económicas. Añadiría que para paliar los efectos de las llegadas de nuevo alumnado a lo largo del año (lo que se llama “matrícula viva”) se debería mantener una reserva de plazas todo el curso.

A la vez que celebramos la llegada de las nuevas legislaciones, debemos recalcar que ambas normas mantienen los privilegios a la concertada. La patronal de las escuelas privadas, religiosas o no, ha puesto el grito en el cielo, pero no representa nada más que unas cuantas maniobras de distracción y de intentar poner palos en las ruedas a su tramitación. La escuela concertada no pierde ninguna de sus privilegios. ¿Por qué?

Los sistemas de enseñanza en toda Europa están programados para mantener la sociedad estratificada que tenemos. No están pensados para luchar en contra, como debería ser el papel de una verdadera educación. A los poderosos, los que tienen el poder de verdad, les interesa que se mantenga esa estratificación social, es decir, su situación de privilegio. Y los gobiernos europeos no se atreven a ir en contra de sus deseos. En nuestro país el poder social necesita la escuela concertada, los gobiernos central y autonómicos están dispuestos a aceptar sus indicaciones. En Cataluña (y en toda España) la triple red escolar (privada, concertada y pública) cumple este papel.

Un pequeño recordatorio histórico: En los años 80 del siglo pasado el Departamento de Enseñanza en Catalunya cerró más de mil aulas públicas. El descenso demográfico del país, iniciado a partir de 1976, amenazaba con hacer irrelevante la presencia de las escuelas privadas o concertadas (entonces se llamaban subvencionadas). A causa de los intereses que hemos mencionado, los gobiernos de Convergencia llevaron a cabo el gran recorte de la escuela pública para así permitir que las privadas, regentadas por la Iglesia Católica y por unas patronales amigas del gobierno catalán, subsistieran.

Al poder no le conviene la igualdad, necesita la desigualdad para continuar aprovechándose de ella, para continuar mandando y aumentando sus beneficios económicos. Lejos de cambiar la situación en los últimos años, tenemos una constatación bien reciente: durante los meses que llevamos de la pandemia de la Covid, el gran capital ha aumentado sus beneficios y la mayoría de la población (el 99%) los ha visto disminuir. Conclusión: del mismo modo que los gobiernos no evitan el aumento de las desigualdades sociales y económicas, es muy difícil que eliminen los privilegios a la concertada.

Y para completar estas reflexiones, un último apunte. Todo esto tiene que ver también con la situación política a raíz de las elecciones al parlamento de Cataluña. A lo largo de la última campaña electoral se habló a menudo de hacer frente al fascismo, de parar los pies a la ultraderecha. La presencia de Vox ha provocado que la mayoría del resto de formaciones políticas y entidades de la sociedad civil se pusieran de acuerdo, al menos, en no querer su presencia en las instituciones. Han hablado y han publicado diferentes manifiestos y acordado algunas actuaciones. Sin embargo, diría que para hacer frente a la ultraderecha, al racismo y al fascismo hay que cambiar las condiciones socioeconómicas que lo hacen posible. Sin alternativas a la crisis endémica del capitalismo, a la desigualdad que aumenta, crecerán los fascismos y los movimientos de ultraderecha. En esta línea de propuestas, la segregación escolar no ayuda a hacer frente a la derechización social, sino que más bien le da argumentos. Con pan, trabajo y viviendas dignas para todos la ultraderecha tendría muy pocos argumentos. Las manifestaciones que los medios de desinformación bautizan con el adjetivo de violentas son la expresión, consciente o no, del grave malestar que la gravísima crisis provoca. Sobre todo entre la generación joven, que ve muy complicado su presente y su futuro vital. La ultraderecha puede aparecer como una falsa alternativa ante la ausencia de alternativas reales.

Sin revertir los recortes, sin frenar las enormes desigualdades entre hombres y mujeres, sin devolver a la gestión pública las privatizaciones de servicios sanitarios y de enseñanza, será difícil evitar que las derechas no dominen el panorama político y social en los próximos años. Desde las escuelas e institutos, maestros y las maestras y toda la comunidad educativa tenemos nuestra parte de responsabilidad, pequeña o grande, para lograr avances y no retrocesos. Para intentar, como dice el maestro protagonista de La lengua de las mariposas (1999), que toda una generación sea educada en libertad; porque este hecho sería irreversible.

Joan M. Girona es maestro y psicopedagogo

Fuente: http://www.mientrastanto.org/boletin-200/notas/es-necesaria-la-escuela-concertada

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