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En España gusta el ocio sostenible

Isabel Benítez

El vaso puede estar medio lleno o medio vacío. Todo depende de los ojos que lo miren. Sin embargo, en este caso, parece que, objetivamente, podemos quedarnos con la parte positiva. Avanzamos, sin prisa pero sin pausa, y cada vez son más las personas que en nuestro país se decantan por festivales y otras actividades de ocio sostenibles y más cuidadosas con el entorno y las personas.

Es la conclusión que extrae Ecovamos tras varios años trabajando en este sector. La agenda online de eventos de ecología y bienestar ha notado un incremento del 70% en su oferta de propuestas alternativas desde 2014. De hecho, confirma que un 3% de la población de la comunidad de Madrid y un 2,5% de la población de Cataluña están interesados en asistir a eventos de ocio y turismo sostenible.

Estas propuestas alternativas incluyen desde talleres de cosmética natural y cursos de permacultura hasta festivales de música en los que el cartel pasa a un segundo plano en favor de la interacción humana, el sentimiento de pertenencia y la identificación con unos valores concretos. De hecho, la Asociación de Festivales Independientes (AIF) constata que el 58% de los asistentes a festivales de música escoge el evento en función del ambiente del recinto, frente al 7% que lo hace fijándose exclusivamente en el cartel.

Pero ¿por qué tienen éxito los festivales sostenibles?

5 razones para elegir ocio alternativo

Ecovamos identifica diferentes factores que están contribuyendo al éxito de los festivales responsables. El componente ético juega un papel fundamental. Es decir, no solo hablamos de festivales medioambientalmente más sostenibles (que reutilizan materiales promocionales o instalan inodoros ecológicos), sino de proyectos que piensan más en las personas (salarios justos, apoyo al emprendimiento social…).

“Los eventos deberán aportar valor y empezar a entender cómo han cambiado los nuevos viajeros.”

Ese carácter alternativo también se deja sentir en la oferta musical que comienza a dar mayor protagonismo a los artistas independientes, una baza a favor de las caras nuevas y la cultura en general. Además, los conciertos comienzan a combinarse con meditación, yoga, talleres de pintura, dinámicas de grupo y todo tipo de actividades relacionadas con el bienestar físico y mental de los asistentes. Algo a lo que se une, por último, la comida sana, ecológica e incluso local, sin olvidar a vegetarianos y veganos.

Los Festivales Sostenibles en España

Este tipo de festivales comienza a ser una realidad en nuestro país. Destacan nombres como Low Cost, SOStenible 4.8 o Rototom Sunsplash Festival. Este último, por poner un ejemplo, hace hincapié en 3 valores fundamentales: la cultura de paz, la solidaridad y lo que llama greensplash. Unos principios que en la práctica se traducen en:

  • Su reconocimiento por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Evento Ejemplar por su labor en la promoción de la Cultura de Paz y la No Violencia;
  • Su contribución económica a proyectos sociales en África y América Latina;
  • Su firme compromiso con el uso responsable del agua, la reducción de basura y el reciclaje -solo en 2015 consiguió recuperar más de 16.200 kilos de envases ligeros y 7.400 kilos de papel y cartón para su posterior reciclaje.

No hay vuelta atrás

Vaya antes el huevo o la gallina, lo cierto es que la oferta y la demanda de festivales y actividades de ocio responsables va en aumento.

Como explica la fundadora de Ecovamos, María José Fuertes, los eventos deberán aportar valor y empezar a entender cómo han cambiado los nuevos viajeros. Por su parte, parece que es el momento oportuno para que los usuarios y consumidores reclamen aquello que de verdad consideran prioritario. Con suerte, habrá muchos puntos de encuentro con los que disfrutar.

Fuente del articulo: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2016/09/28/en-espana-gusta-el-ocio-sostenible/

Fuente de la imagen:https://isabelrbenitez.files.wordpress.com/2016/09/rototom-sunsplash-2016_1608_main-stage_damian-marley_gc_05-04-24_004.jpg?w=625&h=390&crop=1

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Reseña de película: Carlitos y el campo de los sueños.

Carlitos y el campo de los sueños es una película española, del género de comedia familiar, dirigida por Jesús del Cerro y producida por Emilio Aragón. Está protagonizada por Guillermo Campra y Josep Maria Pou. Se estrenó en las salas españolas el 22 de agosto de 2008.

Argumento

La película narra la historia de Carlitos, un niño huérfano que siempre ha deseado dos cosas por encima de todo: una familia que lo adopte y convertirse en jugador de fútbol. Para ello deberá sortear numerosos obstáculos, como a Don Hipólito, el director del orfanato donde reside, quien odia el deporte. Pero también contará con el apoyo de sus amigos Trampas, el Seta, y la Flaca, que le ayudarán a conseguir su sueño.2

Su productor Emilio Aragón define la cinta como «una película amable, una oportunidad de ir al cine con los más pequeños y disfrutar con ellos, compartiendo sus sueños, comprendiendo sus miedos. Supone una apuesta por demostrarnos a nosotros mismos, que el cine familiar es necesario»

Fuente: https://youtu.be/D72nDsTbt9s

Imagen: http://www.antena3.com/clipping/2009/07/26/00017/31.jpg

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Educación y república

Agustín Moreno

No sólo de pan vive el hombre.
Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan;
sino que pediría medio pan y un libro.
Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan.
Federico García Lorca

La educación ha sido tradicionalmente un privilegio del poder político, económico y religioso. No tenía como objetivo la educación general de la población, sino la formación de las élites dirigentes. A lo largo de casi toda la historia de España fue una minoría con suficientes recursos económicos la que pudo estudiar. La educación pública con carácter universal es un concepto reciente. La mayoría de la población no tenía acceso a la educación o ésta se realizaba con un currículo muy devaluado (leer, escribir, las cuatro reglas y el catecismo).

Antes de la Segunda República, sólo sería destacable la labor de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), fundada en 1876 por Francisco Giner de los Ríos y otros intelectuales progresistas, para impartir una enseñanza no confesional, basada en las nuevas corrientes pedagógicas, en la libertad de ciencia, la tolerancia y el contacto con Europa. Con la influencia de la ILE se emprendieron importantes reformas en los terrenos jurídico, educativo y social, y se crearon organismos, como la Junta de Ampliación de Estudios, para ampliar y modernizar el sistema escolar. Pero la tasa de analfabetismo ascendía al 65% de la población. Bartolomé Cossío, a finales del siglo XIX, constataba la existencia de una población infantil escolarizable de más de cuatro millones, mientras el sistema escolar existente sólo daba atención a dos millones.

Con la Segunda República, las ideas de los liberales democráticos, republicanos y socialistas abrieron la posibilidad de expandirse en la educación. Durante el bienio reformista (1931-1933) se produjo una importante apuesta presupuestaria en el ámbito educativo, tanto para la creación de espacios escolares dignos, la atención a la formación y salario de los maestros y otras muchas iniciativas que vinculaban la educación con la cultura.

Estos dos años fueron únicos en la preocupación gubernamental por la educación pública; no en vano se consideraba la educación el motor del cambio social en España. Como decía don Gregorio, el maestro de La lengua de las mariposas: “El lobo nunca dormirá en la misma cama con el cordero. Pero de algo estoy seguro: si conseguimos que una generación, una sola generación, crezca libre en España, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad. Nadie les podrá robar ese tesoro” (ver arriba).

Los principios de la Segunda República en materia de educación la consideraban una función esencial del Estado (pública), laica, obligatoria y gratuita (especialmente en la primaria). Debía tener un carácter activo, creador y también social: la escuela debía integrarse en la sociedad y tener una mayor conexión entre los padres. Defendía la coeducación, la renovación metodológica y pedagógica. Se facilitó el acceso a los más pobres con una política de becas.

Toda una revolución en aquella época y una auténtica Edad de Oro de la pedagogía española y también de la cultura. Fue muy brillante la experiencia de las Misiones Pedagógicas (ver documental), que llevaban bibliotecas, cine, museo ambulante, teatro, audiciones musicales, etc. a las aldeas más remotas y a lomos de caballería cuando no podían llegar las camionetas.

La prioridad fue la atención a la escuela primaria, ya que se pensaba que era la piedra angular del edificio. Se planteó la construcción de 27.000 escuelas para escolarizar a toda la población infantil que no asistía a la escuela. En la etapa del bienio progresista (1932-33) hubo un fuerte impulso reformador en el terreno educativo, esfuerzo inversor, formación y dignificación del magisterio; aunque con problemas de financiación, por la crisis económica consecuencia del crack de 1929. El bienio conservador (1934-35) supuso un frenazo a las reformas anteriores.

El franquismo acabó con aquel proyecto modernizador y auténticamente revolucionario por su apuesta por la formación y educación de la ciudadanía. Fue brutal la represión: encarcelamientos, depuraciones y asesinatos. Muchos maestros fueron fusilados sin formación de causa. Era tal la animadversión del fascismo hacia su labor que se produjeron situaciones con tanta carga simbólica como la de disparar a la escuela al no poder hacerlo sobre el maestro por haber escapado a tiempo, como se puede ver en el documental ‘La escuela fusilada’.

Cuando en vez de llegar la paz, llegó la victoria, la Ley de Instrucción Primaria de 1939 volvió a una educación concebida como un derecho de la familia, de la Iglesia y del Estado. Su ideología se basó en el nacional-catolicismo, y fue de carácter confesional y patriótico, haciendo hincapié en la unificación lingüística de todo el territorio español. Se trataba de hacer no una “escuela pública”, sino una escuela estatal como medio de propaganda del régimen.

Los poderosos cambios económicos y sociales producidos en los años 60 obligaron a una reforma educativa en profundidad, que se plasmó en la ley General de Educación de 1970. En los más de treinta años del actual período democrático se ha desarrollado una profusa legislación educativa. Se ha  aumentado la inversión educativa de forma notable y potenciado su carácter público. Pero a la vez se desarrolló una segunda red privada-concertada que es una bomba de relojería para el sistema. Las más importantes normas legales en la etapa democrática actual han sido la LODE, la LOGSE (1990), la LOPEG. Ya en el siglo XXI, las últimas  leyes son la LOE y la LOMCE, esta última sin ningún consenso social ni político.

Lo destacable del periodo democrático es el reconocimiento del derecho a la educación como un derecho social, que los poderes públicos están obligados a prestar. La escolarización se ha universalizado, se ha ampliado la cobertura en Educación infantil, se ha extendido hasta los 16 años la educación obligatoria, y ha crecido la población atendida en las etapas educativas postobligatorias: Bachillerato, Formación Profesional y las distintas modalidades de rango universitario.

Este repaso a las políticas educativas debe ayudar a tomar conciencia de la fragilidad que el sistema público de enseñanza tiene en España, ante la ofensiva neoliberal y privatizadora. Si no se detiene, el gran retroceso en la inversión educativa y las reformas legales conservadoras, crearán un futuro incierto para la educación al no estar asegurado ni su carácter público, ni su calidad, pudiendo quedar reducida a un subsistema devaluado y residual.

La importancia que hay que dar a la educación y a la cultura queda reflejada en la actitud de la Segunda República y en las palabras de Federico García Lorca, al inaugurar una biblioteca en Fuente Vaqueros (Granada) en Septiembre 1931: “Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. ¡Libros! ¡Libros! (…) Que el lema de la República debe ser: “Cultura”. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz”.

Podremos valorar el retroceso que se ha producido en algunos campos en relación a la escuela de la República cuando vemos que, 85 años después, aumenta el alumnado de religión en bachillerato frente a otras asignaturas como Cultura Científica o Francés. La escuela pública de todos y para todos que necesitamos será posible con el proyecto de regeneración democrática que debe ser la Tercera República.

Fuente del articulo: https://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2016/04/13/educacion-y-republica/1416

Fuente de la imagen: https://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/files/2016/04/Niisones_Pedagogicas_Alpujarras.jpg

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Qué hacemos con la educación en españa.

Por: Gorka Maneiro

El Gobierno del PP, porque está en minoría, ha iniciado el camino de la deconstrucción de la LOMCE, la ley de Educación aprobada por el PP la pasada legislatura contra viento y marea y toda la variada oposición parlamentaria, la razonable y sensata y también la que quiere romper España. Ayer mismo, el ministro anunció la eliminación de las polémicas reválidas en un iniciático proceso que debería desembocar en un Pacto educativo firmado por las principales fuerzas políticas, iniciático proceso que se inicia consecuencia de la presión de todo el arco parlamentario y algunas CCAA, las gobernadas por la izquierda y las gobernadas por quienes quieren romper España. Que el gobierno actual del PP escuche las reivindicaciones de la izquierda es, no sólo razonable sino indispensable; que ceda ante las pretensiones de quienes pretenden la desmembración del Estado, inaceptable.

España necesita un Pacto educativo que dure al menos 20 años y una ley de Educación que no sea de un solo partido político, por muy grande que sea. Pero necesita más cosas, por mucho que haya grupos parlamentarios, partidos políticos o nacionalistas varios que lo hagan difícil. Y principalmente las siguientes: que la Educación sea competencia del Estado, de modo que los gobiernos autonómicos que no creen en la igualdad ciudadana y especialmente los nacionalistas no puedan utilizar la Educación para fomentar la disgregación y el enfrentamiento, la parcelación del Estado, la independencia de su territorio o el odio al resto de España; que la Educación sea competencia del Estado para explicar a los educandos que forman parte de un país que se llama España y que es el que les garantiza disfrutar de los derechos de los que disfrutan y les impone las obligaciones que son iguales para todos; que la Educación sea competencia del Estado para garantizar la igualdad de oportunidades y la libre circulación de profesores y alumnos; una Educación que prime el esfuerzo, el mérito y la excelencia y que sirva para procurar a los estudiantes un futuro laboral digno pero sobre todo para formarles como ciudadanos críticos que pueden entender, valorar y disfrutar el mundo plural y diverso que les rodea; una Educación bien financiada, más igualitaria, con menos desigualdad territorial y ciudadana y que supere las históricas diferencias territoriales actualmente existentes que se mantienen casi invariables desde hace décadas; una Educación que incluya una asignatura que haga entender a nuestros chicos y chicas el funcionamiento de la democracia, la legalidad vigente, todo el ordenamiento jurídico que nos afecta, las instituciones del Estado y la Constitución Española, todo ello perfectamente modificable a través de los procedimientos legales establecidos; una Educación que incluya una asignatura que incluya la transmisión devalores ciudadanos como la igualdad, la solidaridad, los derechos cívicos y el bien común, se llame Educación para la Ciudadanía o de otro modo; una Educación prioritariamente pública y de calidad donde el profesorado (verdadero experto del asunto), bien formado y respetado, sea la columna vertebral del sistema para poder dispensar adecuadamente una educación de calidad para todos los alumnos y haga posible superar los altos niveles de fracaso electoral; una Educación laica donde no se imparta asignatura de religión alguna, pues las creencias religiosas deben permanecer en el ámbito particular de cada cual y el Estado ser neutral ante todas las religiones presentes en su territorio respetuosas con los derechos humanos y el ordenamiento jurídico; una Educación de calidad y permanentemente inspeccionada y analizada, para corregir posibles disfunciones e ineficiencias; y una ley nacional de educación que impida las imposiciones lingüísticas y garantice el derecho a estudiar en la lengua común del Estado, el castellano.

Consecuencia de la minoría en la que se encuentra el PP, la LOMCE irá siendo derogada. Espero que esta legislatura sea la que logre alcanzar todos los objetivos citados más arriba. Sería una buena noticia para el conjunto de la sociedad española.

 Fuente:http://www.larazon.es/blogs/politica/sin-temor-ni-temblor/que-hacemos-con-la-educacion-en-espana-EH14025302

Imagen:http://www.larazon.es/documents/10165/0/658×418/0c0/643d354/none/10810/XGGR/image_content_5741561_20161128221617.jpg

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Europa abronca a España por su tasa de abandono escolar pese a ser la mejor cifra de la historia.

Por: Joaquin Vera.

El Gobierno saca pecho de los datos porque dice que el descenso se debe a la Lomce, mientras que los expertos apuntan al «miedo» al paro.

La Unión Europea vuelve a sacarle los colores a España en materia educativa. Un nuevo varapalo a través de un informe publicado por Bruselas este lunes que coloca a nuestro país en la lista de los países europeos que menos gasta en educación y de una forma más ineficaz, ya que somos los líderes en abandono escolar. Sin embargo, este indicador lleva varios años mostrando unas mejoras notables: del 26,6% de 2011 al 19,4% del tercer trimestre de 2016. “La mejor cifra de la historia”, según el Ministerio de Educación.

Desde hace cuatro años, cada trimestre en el que se conoce la Encuesta de Población Activa, el Ministerio dirigido por Íñigo Méndez de Vigo saca pecho de la bajada de la tasa de abandono escolar. Son seis puntos menos desde que el Partido Popular sustenta al Gobierno y se ha bajado la barrera psicológica del 20%, pese a que estamos aún -muy- lejos del 15% con el que Mariano Rajoy se ha comprometido antes de 2020.

La tendencia a conseguir lo fijado es evidente, pero ¿a qué se debe este descenso tan pronunciado de esta cifra que señala la población de 18 a 24 años que ha logrado como máximo título el de Educación Secundaria Obligatoria (ESO)?

En primer lugar cabe aclarar dos términos que, si bien están íntimamente ligados, no son lo mismo: fracaso escolar y abandono escolar temprano. El primero hace referencia a aquellos estudiantes que abandonan las aulas sin haber obtenido una titulación que acredite haber finalizado satisfactoriamente la ESO. El segundo, el que nos ocupa, y está a la baja, se refiere a aquellos chavales que si bien consiguen el título de ESO no prosiguen estudiando -ni Bachillerato, ni Formación Profesional-

Desde el Ministerio de Alcalá 34 justificaron la reforma de la ley educativa como instrumento para hacer frente al abandono escolar. Así, el ex ministro José Ignacio Wert apostó por introducir en el sistema la nueva Formación Profesional Básica pero, según Europa, “tras dos años de funcionamiento, las tasas de matriculación y de transición son bajas, lo que cuestiona la eficacia del programa”.

No obstante, el titular de Educación en entrevistas e intervenciones parlamentarias, siguiendo el argumentario monclovita, insiste en que este logro “histórico” se debe a la ley para la mejora de la calidad educativa (Lomce). Así lo expresó Méndez de Vigo recientemente, y además se mostró convencido de que la Formación Profesional “ha sido un instrumento decisivo en la mejora del empleo” y ha servido para “favorecer la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo, reduciendo el abandono escolar temprano e impidiendo la exclusión social”.

“Podemos afirmar con gran satisfacción que nuestro país se ha dotado de un marco jurídico que permite un desarrollo flexible de estas enseñanzas y las hace más atractivas a nuestros jóvenes”, concluyó el ministro.

NO ES LA LOMCE

Que la Lomce y la supuesta apuesta por la Formación Profesional sean los elementos que hayan reducido el abandono temprano en las aulas es algo que no comparte la mayoría de agentes sociales. “Cómo va a ser gracias a la Lomce si ésta ni tan siquiera se ha terminado de implantar”, exclaman a este diario desde Comisiones Obreras.

Efectivamente, como se ha señalado anteriormente, esta tasa se refiere a la población de 18 a 24 años, y teniendo en cuenta que este curso 2016-2017 es el primer año en el que la Lomce está vigente en 4º de la ESO y 2º de Bachillerato, son pocos los alumnos de este tramo que han abandonado las aulas sólo con el título de educación secundaria.

“La tasa de abandono escolar temprano mide indicadores sociolaborales -por eso se publica en la EPA-. En ningún caso responde a medidas educativas. Por eso, cuando el desempleo no sea tan sangrante, volverá a subir”, explica Miguel Recio, responsable de Estudios de CCOO.

A su juicio, los alumnos que han hecho que esta estadística disminuya son aquellos que no salen del instituto “por miedo” a la elevada tasa de paro -cuatro de cada diez jóvenes españoles es desempleado- o vuelven a las aulas nocturas para lograr otro título que les permita encontrar un trabajo. “No hay alternativa, no hay alternativa”, repite Recio. En el caso de haberla, matiza, es durante “campañas puntuales” como en Navidad o los meses de verano.

“MEJOR ECONOMÍA, PEORES RESULTADOS”

La crisis económica ha contribuido “paradójicamente” a la disminución de dicha tasa. Esto es, en opinión del inspector de Educación, Francisco Javier Fernández, debido a la “escasa importancia que la sociedad concede a la Educación”:  “Cuando mejor marcha la economía, peores resultados académicos arroja el sistema educativa y más prescindibles se perciben los efectos del mismo y viceversa”.

Para Fernández, la crisis ha hecho regresar a las aulas a muchos alumnos que en plena burbuja del ladrillo abandonaron las clases buscando “dinero inmediato en vez de postergar los premios en base a una adecuada formación”.

En la misma línea, una investigación del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona -firmado por Aina Tarabini y Alejandro Montes, asegura que la política educativa que establece la Lomce para luchar contra el abandono “es claramente limitada”. “Se trata de una estrategia de maquillaje estadístico que si bien conseguirá acercar a España a las metas europeas establecidas en este campo lo hará a costa de la exclusión de miles de estudiantes del sistema ordinario”, analizan.

“El resultado, sin duda, será un aumento de la desigualdad y la consolidación de un sistema educativo dual para diferentes perfiles de estudiantes”, concluyen Tarabini y Montes.

Fuente: http://www.elespanol.com/espana/sociedad/20161107/168983515_0.html

Imagen:http://s2.eestatic.com/2016/11/07/espana/sociedad/Educacion-LOMCE-Estudiantes-CC-OO-_Comisiones_Obreras-Sociedad_168994073_20818252_1706x1280.jpg

 

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Lápices en pie de guerra.

El boicot de una asociación de padres a los deberes de sus hijos en casa abre la polémica sobre estos trabajos: ¿Son abusivos o necesarios?

Por: Pascual Perea.

Ramiro Peláez se levanta cada día a las siete de la mañana, se asea, se ajusta la corbata ante el espejo, desayuna apresuradamente y parte hacia el trabajo como otros miles de vecinos de su ciudad. En el autobús consulta la agenda y recuerda que tiene que exponer ante sus superiores y compañeros el informe que le ha traído de cabeza los últimos días, así que repasa los datos una vez más; se juega mucho, no puede fallar. Afortunadamente, la evaluación transcurre sin problemas. Trabaja intensamente mañana y tarde -tiene la costumbre de comer en el tajo-, y a las cinco aprovecha el trayecto de regreso para echar una cabezadita en el autobús. Al llegar a casa se desanuda la corbata, cuelga la chaqueta y se asoma a la nevera. Luego suspira: como siempre, se ha traído un montón de trabajo a casa y no terminará hasta la hora de la cena.

Ramiro no es un ‘yuppie’ estresado, sino un niño de doce años. Por término medio, y según datos oficiales, cada escolar español carga semanalmente con seis horas y media de deberes para hacer en casa después de largas jornadas en el colegio. Que se multiplicarán por dos o por tres cuando comience el Bachillerato. Para muchos padres, estas tareas son el único medio de que los niños no den guerra al llegar a casa; para otros, una sobrecarga que agobia a los menores y a ellos les obliga a convertirse en maestros auxiliares. Harta de clamar en el desierto contra esta ‘explotación infantil’, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado, Ceapa, ha anunciado una huelga de ‘lápices caídos’: durante todo el mes de noviembre, los alumnos no harán ni un solo trabajo en casa.

«Exigimos que desaparezcan los deberes porque pertenecen a un modelo educativo que ya no funciona para educar integralmente a los alumnos del siglo XXI», expone José Luis Pazos, presidente de Ceapa. «Afirmamos que son excesivos y negativos para la educación porque son fuente de desigualdad, de fracaso y abandono escolar temprano. En el momento en que la escuela delega parte de la enseñanza del currículo formal en los hogares y obliga a que las familias quieran, sepan y puedan acometer esa labor están dejando a muchos niños en desventaja respecto a aquellos cuyas familias pueden hacerlo. Porque no todas pueden hacerlo, ni todas saben ni todas quieren».

En absoluto. Cuando nosotros planteamos que sea la escuela la que consiga el éxito escolar del cien por cien del alumnado, lo que queremos es igualar por arriba. Igualar por abajo, simplemente, sería decir: rebajemos los estándares y dejemos que cada cual haga lo que quiera. Nosotros no planteamos eso, lo que decimos es que esa función educadora del currículum formal, el que conduce a un título, corresponde a la escuela y a nosotros, los padres, se nos tiene que dejar tiempo para desarrollar otro currículum tan importante como aquél: el compañerismo, la solidaridad, la empatía, todo ese tipo de valores y formas de actuar que son imprescindibles en la educación integral. La sociedad nos reclama que las familias asumamos ese papel, que eduquemos a nuestros hijos y que lo hagamos bien. Nosotros queremos dedicar más tiempo a eso.

Los niños, entretenidos

¿Por qué en España se ponen tantos deberes?

Porque mantenemos un modelo que supone la preeminencia de la instrucción sobre la educación. Volcamos contenidos aislados, fragmentados, que se supone que tienen que memorizar para volcarlos en un examen, y para ello entendemos que les tenemos que hacer repetir hasta la saciedad tareas rutinarias. Para muchas personas es mucho más importante conocer la fecha en que se produjo la Revolución Francesa que comprender sus orígenes, motivos y consecuencias. Y tengo que decir que son muchos los docentes que quieren trabajar en esta óptica que Ceapa plantea, y son los padres y madres los que les dicen: ‘No, no, usted mándeles deberes porque si no ¿qué hago yo con el niño tantas horas?’. Hay padres y madres que entienden que si los críos están en su cuarto pegados a una mesa dan menos guerra y menos problemas que si hacemos actividades con ellos. Nosotros no participamos de esa premisa.

Si en vez de a hacer deberes este tiempo lo dedican a ver la tele, saldrán perdiendo.

Ese es un argumento falso por parte de quienes defienden los deberes. El hecho de que un niño no esté haciendo los deberes no significa que esté de brazos cruzados el resto del día. Incluso en el caso de que pueda estar en un momento determinado aburriéndose, tiene derecho al aburrimiento, que es necesario para la creatividad. Enfrentarse a la pregunta ‘¿qué hago ahora?’ es vital para ellos.

¿Cuántas horas dedican los colegiales a hacer deberes?

El informe que España manda a Europa registra seis horas y media a la semana, pero nosotros sabemos que es muy superior en las etapas de secundaria porque los chicos de nuestro país están llegando a dedicar a los estudios medias de sesenta horas a la semana. Eso ningún adulto lo aceptaría para él, entre otras cosas, porque la ley lo prohíbe. Y, sin embargo, que los menores pasen tres o cuatro horas cada día después de clase trabajando en casa es algo muy habitual. No solo eso, sino que es lo que se recomienda en las tutorías de principio de curso a los padres. Se nos dice que además de la jornada en el instituto necesitan por lo menos dos o tres horas de deberes en casa, porque si no el curso no se aprueba. Ahora sume: siete horas de clase y tres de deberes cinco días a la semana, más las que meten el fin de semana, salen sesenta.

Dice que los deberes son fuente de desigualdad, pero si no se los mandan es probable que aquellos padres con mayor poder adquisitivo manden a sus hijos a hacer extraescolares, clases de inglés o de refuerzo…

La vida no es perfecta, nosotros defendemos que el centro público tiene que proveer de estas actividades. Faltan políticas y ayudas a la familia para acometer esa educación integral, pero en cualquier caso siempre va a haber desigualdades. Lo que tenemos que procurar es que la escuela garantice que lo básico, lo elemental, está resuelto. Si alguno quiere llegar más lejos, qué le vamos a hacer. Nadie va a hacer desaparecer de la noche a la mañana las diferencias entre ricos y pobres.

¿Realmente hay algún país que no mande deberes en casa?

Bueno, Francia los tiene prohibidos por ley. China ha vetado los deberes a todos los niños de once años para abajo. No creo yo que todos los chinos estén equivocados.

«Quitarse el marrón»

Resulta llamativo que, en un asunto tan importante para los alumnos, las dos asociaciones de padres más importantes del país discrepen radicalmente. «Nosotros somos partidarios de unos deberes proporcionados, lógicos y acordes al nivel educativo, que lo único que pretenden es afianzar lo que se ha estudiado por la mañana», expone Pedro José Caballero, presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos, Concapa. «Lo que no podemos contemplar y nadie quiere es unos deberes que nos obliguen a estar hasta las nueve o las diez de la noche trabajando con los niños y que al final lleguemos a la triste situación de que los padres los terminen para quitarse el marrón de encima, porque no hay otra forma. Eso lo hemos vivido todos, te puede pasar una vez, pero no constantemente».

En su opinión, la culpa de que en España se impongan demasiados deberes es de la mala conciliación laboral y familiar. «¿De qué me sirve -se pregunta- que un niño no lleve tareas a casa si está solo hasta las ocho, cuando llegan sus padres de trabajar?». Caballero critica que la Ceapa «utilice a los menores como moneda de cambio en una situación que nos parece muy partidista y que no es nada pedagógica. Si buscamos la calidad educativa debemos enseñar a los alumnos que las cosas se consiguen con esfuerzo y con trabajo, no quitando autoridad al profesor y no haciendo nada. Tenemos que sentarnos todos a una mesa a hablar hasta llegar a un consenso en temas tan sensibles como éste, y nunca usar un boicot, una insumisión».

La convocatoria de huelga de deberes tampoco ha gustado nada en el sindicato de la enseñanza ANPE. «Este boicot cuestiona la labor del profesorado y atenta contra la libertad de cátedra y el principio de autonomía pedagógica y organizativa de los centros educativos», clama Sonia García Gómez, secretaria de comunicación de la central.

Este sindicato se posiciona a favor de los deberes escolares, por varias razones. «Porque van a afianzar lo aprendido en el aula, inculcan una serie de hábitos de estudio, fomentan el esfuerzo personal, incluso la planificación y organización del trabajo diario del alumno. Si un estudiante no ha desarrollado el hábito de hacer deberes en el bachillerato, cuando llegue a la universidad difícilmente lo conseguirá, eso no se coge de un día para otro. Eso sí, esos deberes deben ser adecuados, moderados y proporcionados a la edad y el nivel educativo del alumno. Lo que nunca pueden ser es algo nuevo que le sobrepase y le obligue a pedir ayuda externa. En la etapa infantil no los necesitan, en primaria se pueden prolongar unos veinte minutos, cuando pasan a secundaria en torno a una hora, y en bachillerato tendrán que dedicar a lo mejor dos horas diarias».

La posibilidad de aprender

«En este conflicto hay distintos intereses, y no todos miran por el desarrollo educativo de los niños», advierte el profesor de la Facultad de Psicología y Educación de la Universidad de Deusto Jesús Marauri. Si se consideran deberes aquellos trabajos mandados por el centro educativo y que el niño tiene que hacer en casa, Marauri sentencia: «Sí a los deberes, porque creo que no podemos quitar a los niños la posibilidad de aprender». Respecto a los contenidos, añade, «no tiene sentido que haga lo mismo que hace en el colegio. Este tipo de deberes repetitivos, memorísticos, son poco atractivos. En cambio, resulta muy valioso fomentar actividades como la lectura. Los deberes deben ser estimulantes y sugerentes: la búsqueda de información en internet, la elaboración de algún tipo de escrito… Y, por último, deben aprovechar las tecnologías del siglo XXI para aprender interactuando con personas de su entorno o con otros alumnos de su clase».

horas y media dedican a los deberes de media semanal los niños españoles, cifra que se triplica en el Bachillerato. España se sitúa entre los países que más trabajo casero mandan a los escolares, por detrás de Rusia, Italia, Irlanda y Polonia. En el otro extremo, con menos de la mitad de tiempo, Corea del Sur y Finlandia.

Fuente: http://www.laverdad.es/murcia/sociedad/201611/03/lapices-guerra-20161103013834-v.html

Imagen: http://www.laverdad.es/noticias/201611/03/media/104905960.jpg

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Una Escuela funciona cuando el maestro entiende que lo es de todo el centro,no de su clase.

Por: Pau Rodríguez.

Desde que la escuela Fructuoso Gelabert nació, en 2004, muchos han considerado esta escuela barcelonesa, que dirigía Joan Domènech, una rara avis. Mucha participación del alumnado, pocos libros de texto -y menos para encargar deberes-, exámenes contados… Una serie de planteamientos educativos revolucionarios que, ahora, abarcan cada vez más escuelas, pero que, según Domènech, aún debe superar escollos como el control “excesivo” de la Administración o el individualismo de los docentes y las escuelas. Por eso él reivindica la red. Redes de maestros, de centros. No es casualidad que su escuela haya sido activa en las principales iniciativas de cambio educativo de las últimas décadas, desde los movimientos de renovación pedagógica (que presidió durante siete años) hasta la Red de Escuelas insumisa a la LOMCE, pasando por la coordinadora de escuelas 0-12 o la más reciente iniciativa Escuela Nueva 21.

¿Compartes, tal como se repite cada vez más, que estamos viviendo una ola de transformación en escuelas e institutos? ¿Se trata de una nueva primavera pedagógica, como decía Jaume Carbonell?
Es un momento muy interesante, y no solo en Cataluña. En los años 80 ya se vivió un gran cambio con el paso de la escuela selectiva en la comprensiva, con voluntad de escolarizar a todos hasta los 16 años, con un currículo avanzado… Pero esto ha quedado trastornado con la llegada de la sociedad del conocimiento, que ha cambiado las reglas del juego.Hay una necesidad imprescindible de cambiar el modelo de escuela y, las que hace años que trabajamos en este sentido, nos encontramos en condiciones óptimas. Hace 13 años, en Fructuoso Gelabert nos veían como una rara avis;ahora nadie nos discute la propuesta. En este sentido, puede volver a haber una nueva primavera pedagógica, sí, porque hay inquietud y se dan condiciones externas.


¿Cuáles son estas condiciones? ¿Una mayor exigencia de las familias? ¿Las nuevas necesidades del mercado laboral?
Hay condiciones macro y micro. Muchas familias han visto que el modelo de escuela que vivieron ya no les sirve: se han incorporado al mercado de trabajo, o en la vida en general, y pocas cosas de su escuela les han sido útiles. Esto hace 40 años no ocurría. Pero hay condiciones más macro: los grandes propósitos de la educación -acceso al conocimiento, justicia y equidad, emancipación- han entrado en crisis. El conocimiento que antes se transmitía a la escuela ¿ahora dónde está? En todas partes. Es poliédrico, polivalente.

¿La pérdida del monopolio del conocimiento sitúa la escuela en una posición más débil?
Más compleja. Te obliga a convivir con la incertidumbre. Es un trabajo muy personal que deben hacer los maestros, el de aceptar que esta es la cultura en la que les ha tocado vivir, y que los objetivos de hoy habrán cambiado mañana. Esto implica que los currículos rígidos y encorsetados actuales no sirven. El maestro debe estar atento a lo que pasa, y mantener un diálogo constante entre lo que los niños quieren saber y lo que él cree que deben aprender.


En tu libro Elogio de la educación lenta destacas que también en el ámbito educativo hay que distinguir entre lo urgente y lo importante. Ahora que la escuela parece que está dispuesta a replanteárselo todo, ¿qué es lo realmente importante que hay que cambiar?
Lo más importante es el debate sobre los propósitos. ¿Por qué educamos? Se lo debe preguntar la sociedad, la Administración, los maestros… Los problemas urgentes se pueden resolver con recursos, recetas, formación, equipos.Pero hay un debate en profundidad que da sentido a la profesión. Y este ha sido uno de los déficits de la Administración de los últimos 30 años. La LOGSE lo apuntó, pero desde entonces no se ha avanzado. Y en cualquier caso aquel debate ya no sirve.

Es decir ¿por qué educamos?
Martha Nussbaum decía que educamos para saber qué debemos hacer de nuestras vidas. Me parece una definición fantástica. Adorno dice que educamos para que no se repita Auschwitz. Kant dice que para ser personas libres y capaces de pensar por sí mismas. Lo que han dicho estos pensadores sigue siendo válido, aunque lo que tenemos que hacer es interpretarlo en nuestra situación.

Vuestra escuela ha tenido este debate y ha avanzado con algunas propuestas, pero me decías que a menudo se le ha tachado de bicho raro.¿Qué es lo que más os ha frenado durante este 14 años de vida del centro?
Hay dos cosas en el sistema que ponen palos en las ruedas al proceso de cambio. Una es la política de control de la Administración, esta idea de que decirte constantemente qué hacer, con los mecanismos de control correspondientes para ver que lo haces. Nosotros hemos dicho ‘no’ a hacer una parrilla determinada, o una evaluación concreta, razonando bien, y hemos ido tirando excepto en algunos casos que nos han hecho acatar. Hay que decir que a menudo encontramos comprensión y tolerancia por parte de la Administración, pero lo que no encontramos son estímulos. El otro gran problema es el individualismo profesional. Una escuela funciona cuando los maestros entienden que lo son de todo el centro, y no de su clase. Y lo mismo con una escuela: debe tener conciencia de barrio, de red con otras escuelas.Debe colaborar con su entorno, trasvasar conocimiento. Pero esto no suele pasar. Los directores lo son de su escuela, y los maestros, de su clase. Falta mucho trabajo en equipo.


El informe TALIS lo constata. El 87% de los maestros no han entrado nunca en la clase de un compañero. Casi el doble que la media de la OCDE.¿Por qué ocurre esto?
Mi percepción es que es un tic del sistema educativo franquista. No nos hemos acabado de desembarazarse del individualismo, como tampoco del control de la Administración. Las reformas educativas, desde los años 80, lo han reformado todo menos la Administración.


Su escuela ha sido una de las insumisas en la LOMCE. ¿Ha percibido control en casos como el de las pruebas externas? ¿Cómo lo ha vivido?
Este tema generó mucho debate en la escuela. Son pruebas que van en contra de nuestro sistema de evaluación, sobre el que estamos reflexionando profundamente. La percepción, como
escuela, es que estas pruebas no nos ayudan en el trabajo que hacemos. Y es un punto de conflicto porque, además, existe la polémica de que son obligatorias, de si le puede caer un puro al director si no se hacen. Por eso hemos tenido suerte con que las familias, que están muy integradas en el proyecto de la escuela, lo han entendido y han tomado la iniciativa de no llevar a los niños a clase esos días. Ha sido una solución que ha evitado poner en un compromiso a los maestros.

¿Pero Enseñanza aseguró que las pruebas no son las mismas que las de la LOMCE, sino que son las de competencias básicas que hacen desde hace años. ¿Esto le convence?
Sí, pero la lectura que llega a la escuela es: ¿necesita pruebas externas para saber cómo están los alumnos? ¿No confía en nosotros? ¿En nuestro proyecto de evaluación? ¿En nuestro seguimiento? Están devaluando el trabajo que hacemos.En la escuela hemos iniciado un proyecto de tres años para reflexionar y profundizar en temas de evaluación, y es esto lo que nos ayuda a crecer en la escuela y los alumnos. Esta idea de rigidez, de que todos tenemos que pasar por el aro …

Es una idea muy de la LOMCE. Curriculum, pruebas, modelo lingüístico… Todo centralizado e igual para todos.
Hay excesiva normativa e injerencia. Hay que dejar a las escuelas y los maestros trabajar, si no nunca serán autónomos.Serán autómatas. Es como lo que les pasa algunas familias, la pescadilla que se muerde la cola: si sobreproteges a tu hijo nunca será autónomo. Si constantemente le dices a la escuela qué tiene que hacer para mejorar, para innovar, nunca conseguirás que pueda hacer este proceso de forma autónoma. Tenemos que pasar de una Administración reglamentista y burocrática a una que crea las condiciones para que cualquiera pueda cambiar.

Este es uno de los grandes debates, a menudo cerrado en falso, del sistema educativo: la autonomía de los centros, un concepto recogido en la legislación pero que pocos centros perciben como real.
Se han hecho críticas al concepto de autonomía de los centros como, por ejemplo, que pueden dar lugar al amiguismo o favorecer las desigualdades. Dos críticas que los que trabajamos en las escuelas creemos que se pueden neutralizar fácilmente. Ante el amiguismo, equipos democráticos y transparentes. Ante las desigualdades, redes sólidas de escuelas. La autonomía no debe comportar competitividad entre centros, al contrario, debemos crear redes con cultura de interdependencia. Que a una escuela no le dé igual si la del lado se está quedando sin matrícula, por ejemplo.

Asignaturas, exámenes, arquitectura… El debate sobre la transformación educativa ha puesto el foco en muchos elementos escolares, pero quizás no tanto sobre el tiempo, un elemento que tú has estudiado a fondo.¿Los tiempos escolares son demasiado rígidos?
Ahora estamos entendiendo que todo es educación, que las separaciones se difuminan… Pero seguimos teniendo un tiempo escolar fragmentado. No tiene ningún sentido. Para aprender hay tiempo para hacer, para conversar, para aplicar, para curiosear… ¿Y cómo tenemos que hacerlo con un currículo que lo único que quiere es saber las horas que haces de cada asignatura? Pues rompiendo las estructuras que no sirven para aprender.

La disposición del tiempo no responde a lo que decías que era el más importante de los cambios educativos: el propósito.
Exacto. ¿Cuántas horas tenemos que hacer de catalán? Pues depende. Lo importante es quée quieres hacer, crear entornos de aprendizaje donde el tiempo sea lo que necesitan los alumnos para aprender. El tiempo no debe limitar o definir qué aprendes, debe ser al revés. Este es el cambio de mirada. Los árboles no crecen tirando de las hojas, era el título del libro de un psicólogo argentino, J. Miguel Hoffmann. Nos hemos creído que los procesos se pueden acelerar, que se puede aprender más deprisa y antes, pero no. La capacidad que tenemos los humanos de aprender ha variado poco. Y luego hay otro elemento: el tiempo que tú necesitas para aprender es diferente del que necesita otro.


Esto nos lleva a la personalización de la educación. ¿Es posible?
Lo debe ser. De eso trata la atención a la diversidad, y la inclusión. Tenemos que pensar que las evaluaciones no pueden ser iguales para todos. Dice Jaume Trilla que la atención a la diversidad nos hace más iguales y más diferentes. Iguales porque compartes con los compañeros una cultura, valores, formas de aprender, y diferentes porque en este proceso cada alumno encuentra lo que más le interesa, en lo que tiene más facilidad. La no personalización de la educación significa el fracaso.

Has sido 7 años presidente de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica (FMRPC). Tu centro ha participado en iniciativas pedagógicas diversas, como la coordinadora de escuelas 0-12 y ahora Escuela Nueva 21. ¿Crees que los motores de renovación en las escuelas se han diversificado?
Este cambio viene de diez o quince años atrás. Los Movimientos de Renovación Pedagógica tienen su gran momento entre los años 80 y 90, pero después aparecen muchas más iniciativas. Este análisis ya lo hizo la renovación pedagógica, que ahora tiene un carácter mucho más extendido, difuso… Esto es una realidad. Hay redes de escuelas sistémicas, libres, Waldorf, cristianas, de todo tipo. Y eso es un avance. Para que la cultura profesional se multiplique, se debe circular; las redes son una lucha contra el individualismo. La coordinadora de escuelas 0-12 funciona desde 1999, aunque con los últimos años de recortes ha perdido peso. Y Escuela Nueva 21 ha supuesto un intento de sacudida del sistema con más recursos, con instituciones con mayor capacidad como la Fundación Jaume Bofill o la UNESCO. Tienen claro que el cambio debe ser sistémico. Pero para mí, aquí, la debilidad es el papel de la escuela pública.

¿En qué sentido?
Temo que las escuelas públicas participen con la idea de “voy a mejorar mi centro”. Tenemos que conseguir que no participen solo a título individual. Que entiendan que están jugando un papel de revolución del sistema, porque es la pública la que debe conseguir el cambio sistémico a la Administración. ¿Cómo participan las privadas? Con algún centro, pero con voluntad de transformar toda su red. Pues las públicas deben hacerlo también al máximo como una red. Que el efecto sea multiplicador.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/joan-domenech-una-escuela-funciona-cuando-el-maestro-entiende-que-lo-es-de-todo-el-centro-no-de-su-clase/

Imagen:

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