La importancia del enfoque y uso del mindfulness como método del manejo del estrés académico en el estudiante online.

La importancia del enfoque y uso del mindfulness como método del manejo del estrés académico en el estudiante online.

Mtra. Diana Cortes Cano

 

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El estrés académico un fenómeno que ha sido estudiado desde la década de los 90 ́cuyo impacto ha denotado la relación entre los estudiantes y la vida universitaria principalmente destacando la forma de interrelacionarse entre los estresores académicos (analizados en mayor medida por el impacto al desempeño académico) y los síntomas que este produce (no relacionándolo como fenómeno prioritario aun cuando las afectaciones somato psicológicas son alarmantes).

“Es sabido que el estrés está presente en casi todas las actividades y contextos en los cuales se desenvuelve el ser humano” (Martínez y Díaz, 2007)

Este fenómeno crece cuando el estudiante no controla escenarios de la vida propia y que son el resultado de acciones que reflejan la poca capacidad de relacionarse consigo mismo, de organizarse en las múltiples acciones de la vida (escuela, hogar, amigos, relaciones inter y extra personales, trabajo, ocio…) lo que los lleva a situaciones que “sobrepasan” su capacidad de cumplimiento llevándolos a experimentar sobrecarga de tareas y trabajos, a la falta de concentración en los procesos de evaluación, a la sensación de incumplimiento con los padres y por supuesto al desarrollo de la ansiedad.

Es curioso como características culturales han hecho que existan diferencias en este fenómeno, en 2004 Misra y Castillo realizaron un estudio donde reafirman que la percepción y manejo del estrés esta relacionado con las diferencias culturales como resultado de la manifestación de soportar y adaptarse a situaciones nuevas (Nathaly Berrio García, 2011).

Esto por supuesto afecta al rendimiento académico justamente por la percepción del estudiante en relación al docente y el manejo de su materia, considerando que el rendimiento académico es el resultado del aprendizaje suscitado por la actividad didacta del profesor y producido por el estudiante expresado en las famosas “calificaciones “ ( otro elemento considerado como estresor académico) (Lamas, 2015).

Pero, ¿Por qué se encuentra relacionado? Si bien para tener una nota que refleje un buen rendimiento se requiere que el estudiante cumpla metas, destrezas y habilidades disciplinares, los objetivos de los programas académicos y por supuesto las competencias del mismo generan en el estudiante un acumulo masivo de estresores académicos no bien manejados llevándolo al colapso emocional y en muchas ocasiones a la sensación de fastidio y poca tolerancia a la frustración.

El concepto del Mindfulness ha sido introducido al ámbito educativo debido a que por naturaleza del término se entiende como la forma de prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Dentro de los términos más comunes encontramos a la atención plena, plena consciencia, presencia mental y presencia plena entre las más significativas y todas tienen en común lograr que el estudiante se “concentre y preste atención “ (Salud, s.f.).

Cuantos de los docentes solo tiene objetivo lograr captar la energía del estudiante por tal vez los 50- 90 min que dure la clase, cuantos solo buscan que el estudiante “escuche y entienda” su clase… Esta práctica debería de ir más allá de solo la concentración momentánea, sino lograr una verdadera interiorización de la realidad DEL AQUÍ Y EL HORA.

En el libro el arte de la guerra de Sun Tzu describe los factores fundamentales que se deben considerar como parte de la reflexión previa a iniciar “una batalla”, encontrando así la influencia moral, el clima, el terreno, el mando y la disciplina (Tzu, 2012), mismos que si son trasladados al ámbito educativo están relacionados fuertemente con lo que los estudiantes del silo XXI enfrentan mucho mas en esta era digital donde se solicita al estudiante que su nivel de concentración sea elevado en la misma proporción que las herramientas tecnológicas se han vuelto un arma de doble filo, ya que sino se usan de manera adecuada en lugar de ayudar al desarrollo de nuevas habilidades entorpecen el proceso del aprendizaje como consecuencia de la facilidad de automatismos.

Dentro de los elementos que considera como parte de las estrategias de ataque se encuentra LA ENERGIA donde resalta la importancia de saber usar las habilidades de manejo de la tropa considerando que “mandar sobre pocos es igual a mandar sobre muchos, solo hay que saber organizarse” pero no solo eso es necesario se requiere además hacer una evaluación de las capacidades de los miembros de la tropa ya que se deben asignar las responsabilidades en base a sus cualidades, de no ser así las tareas corren el riesgo de no ser cumplidas.

Y a todo esto pensemos…. Cuantos estudiantes no han identificado su capacidad de energía, cuantos de ellos se encuentran “apagados”, cuantos de ellos van por mundo sin inspiración, cuantos desconocen su realidad actual…

Estudiar en la era digital requiere de una habilidad importante de autoconsciencia, autoconcentración, autoevaluación, autoaprendizaje y por supuesto de un nivel de inteligencia personal capaz de hacer que el estudiante pueda gestionar y administrar tanto sus tiempos como sus cualidades en relación a la enfrenta con el mundo actual, donde no solo se requiere un estudiante con conocimientos seculares sino con dominio de su propio ser.

Si bien el sentido del mindfulness es lograr ese estado de concentración a través de la meditación es importante rescatar la necesidad de despertó la capacidad del estudiante de estar en el presente, entendiendo que conocer su momento actual requiere un ejercicio de verdadero análisis introspectivo, mismo que debe ser dirigido por el docente de manera hábil, para ayudarlo a identificar su capacidad y su potencial como persona antes que como estudiante.

Tal vez se requiere tiempo, tal vez el sentido del docente es dar y cumplir el contenido programático de la materia debemos considerar en palabras de Sun Tzu” conoce a tu enemigo, conócete a ti mismo y tu vitoria nunca será amenizada, conoce el terreno, conoce las condiciones que te rodean y tuvictoriaserátotal”estoyseguraqueconunseguimientoconsientedeambasparteselestudiante y el maestro saldrán victoriosos en LA BATALLA DE LA EDUCACIÓN.

Referencias:

Lamas, H. A. (2015). Sobre el rendimiento escolar. Propósitos y Representaciones, 313-386. Martínez, E. &. (2007). Una aproximación psicosocial al estres escolar. Educación y Educadores,

11-22.
Nathaly Berrio García, R. M. (2011). Estrés Académico. Revista de Psicologia Universidad de

Antioquia,65-82.
Salud, S. M. (s.f.). Sociedad Mindfulness y Salud. Obtenido de ¿Qué es Mindfulness?:

https://www.mindfulness-salud.org/mindfulness/que-es-mindfulness/ Tzu, S. (2012). El arte de la guerra.México: EMU.

Mtra. Diana Cortes Cano

Licenciada en Fisioterapia por BUAP. Maestría en desarrollo pedagógico Universidad de Oriente Puebla. Titular de líneas de investigación licenciatura en fisioterapia. Docente en Universidad de Oriente Puebla

Fuente de la Información: https://alternativaeducacion.com/?p=2408

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China copa la cima del informe PISA entre críticas por la presión escolar

Asia/China/05 Diciembre 2019/El país

Los excelentes resultados de China continental, Macao y Hong Kong contrastan con las críticas domésticas ante la presión que el sistema educativo impone a los estudiantes

China continental —representada por Pekín, Shanghái, Jiangsu y Zhejiang— se sitúa primera en el podio de la evaluación educativa PISA con una valoración media de 578 puntos. A la región administrativa especial de Macao le ha correspondido el bronce (542) por delante de Hong Kong, cuarta (530). Solo otro país asiático, Singapur, segundo (556), ha logrado interponerse en la hegemonía del sistema educativo chino, el cual, sin embargo, es objeto de críticas dentro del país por la presión que sufren los escolares.

China triunfa en todo: lectura, matemáticas y ciencia. Incluso «su 10% inferior mostró una capacidad lectora superior a la media de los países de la OCDE», remarca Ángel Guría, secretario general del organismo, en el prefacio del informe. Aunque la victoria tiene, no obstante, truco: las cuatro regiones seleccionadas son las más ricas del país. Ordenadas de acuerdo a su PIB per cápita según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas china, Pekín es la primera, Shanghái la segunda, Jiangsu la cuarta y Zhejiang la quinta de un total de 31 provincias de riqueza muy desigual. Solo las cifras de esta última —98.643 yuanes en 2018 (unos 12.600 euros)— suponen más del doble de cualquiera de la mitad inferior. Precisamente por eso, el propio informe reconoce que el nivel educativo en estos cuatro territorios, cuya población conjunta supera los 180 millones de habitantes, “está lejos de representar a China por completo”.

Lenora Chu, periodista y autora del libro Little Soldiers —Pequeños soldados, en inglés— sobre el sistema educativo chino apunta por teléfono que, pese a los condicionantes, “los resultados merecen atención ya que, aunque la muestra comprende a las provincias más prósperas del país, su nivel de ingresos per cápita sigue siendo inferior a la media de los países de la OCDE [36.750 euros en 2018]”. “Hay tres razones fundamentales que explican esto”, añade, “la primera es que escolarización de los hijos se afronta como un esfuerzo de toda la familia, hasta el punto de constituir el primer gasto del hogar; la segunda es un método de aprendizaje en el que la memorización tiene un mayor peso; y, por último, una mentalidad de crecimiento: los alumnos entienden el éxito como una cuestión de trabajo más que de capacidad intelectual”.

La educación en China se ha caracterizado tradicionalmente —haciendo del habla popular ciencia— por el trabajo intensivo. Los resultados de PISA reflejan, en efecto, que los escolares chinos son los segundos más aplicados con más de 55 horas semanales de estudio sumando aula y casa, muy por delante de las 44 de media de la OCDE. “El Gobierno chino necesita que sus ciudadanos crean en el sistema, en la idea de que si trabajas lo suficientemente duro alcanzarás un futuro mejor: esa es la base sobre la que el partido ha edificado su legitimidad”, apunta Chu. La escolarización es para los jóvenes, por tanto, “una manera de asegurar que se mantienen en esa escalera”.

El sistema educativo del gigante asiático está atravesado de sucesivos cortafuegos: grandes exámenes como el zhongkao —al acabar la escuela primaria— o el gaokao —antes de acceder a la universidad— sin los que no es posible alcanzar el siguiente escalón. Esto provoca que, como si de una competición se tratara, muchas familias opten por complementar el aprendizaje de sus hijos con una segunda escuela, para así garantizar los mejores resultados posibles en clase. Es el caso, por ejemplo, de Chen Shiyu, una niña de 10 años, alumna de un centro de primaria en el norte de Pekín. Según cuenta su madre, Chen tiene un tutor privado con el que estudia chino, inglés y matemáticas, las tres asignaturas fundamentales a su edad. “Lo hacemos para asegurarnos de que pase de nivel y, sobre todo, por su confianza personal: si las cosas no le van bien en clase, no tendrá seguridad en sí misma y no querrá ir a la escuela”.

Ello se traduce en que, en una jornada normal, Chen termina su segunda ronda de clases a las cinco de la tarde. Hasta las diez, hora en la que se va a la cama, tendrá que cenar y hacer deberes por partida doble, colegio más academia, durante una media de tres horas, por lo que su madre calcula que solo disfruta de una hora de tiempo libre al día. “Todos los padres sufren por no poder dejar que sus hijos disfruten de la infancia”, explica, “pero al mismo tiempo el resto de niños están aprendiendo cosas y hay una enorme presión competitiva”.

El sistema educativo chino mantiene, de este modo, un extraño equilibrio: de un lado, excelentes resultados en los test internacionales; de otro, fuertes críticas por producir “graduados con puntuaciones altas, habilidades bajas y salud débil”, tal y como exponen los investigadores Xu Zhao, Robert L. Selman y Helen Haste en un estudio titulado Estrés académico en las escuelas chinas. Este texto se hace eco de una encuesta según la cual, de una muestra de más de 2.000 niños chinos, un 81% aseguraba preocuparse “mucho” por los exámenes y un 73% confesaba haber sufrido castigos físicos a causa de su desempeño escolar. El Libro Azul de Educación publicado en 2014 por el Gobierno del país ya apuntaba que el 93% de 79 suicidios de jóvenes investigados ese año estaban relacionados con cuestiones académicas.

Todo esto está empezando a cambiar. En el distrito en el que vive Chen, las autoridades locales han comenzado a limitar la cantidad de deberes, en algunos casos hasta eliminarlos por completo. “El ministerio de educación está desarrollando un enorme esfuerzo para reformar el sistema. Creen que los niños trabajan demasiado duro y desean prepararlos para una educación más moderna, haciendo énfasis en la creatividad y la flexibilidad”, explica Chen, quien no es optimista. “Creo que fundamentalmente las cosas no han cambiado. Puede que los niños dejen de tener deberes en el colegio, pero seguirán realizando tareas relacionadas con sus actividades extracurriculares para obtener más ventajas competitivas frente a sus compañeros”. Una frase del informe PISA resume lo que está en juego: “la calidad de las escuelas hoy alimentará la fortaleza de la economía mañana”.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/12/03/actualidad/1575374189_233671.html

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Terapia con perros y otras maneras de evitar el estrés académico

Por: Nacho Meneses

La Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Affinity desarrollan un programa para mejorar los niveles de estrés, bienestar y habilidades sociales de los estudiantes

Estrés por aprobarlo todo, por sacar una media mejor o por haber empezado tarde a estudiar; por sentirse demasiado solos o por unas clases en ocasiones muy exigentes. Los problemas derivados de un mal manejo del estrés (como trastornos de ansiedad y del estado de ánimo) son el principal motivo por el que los estudiantes acuden a los servicios de atención psicológica de las universidades, y la razón por la que la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Affinity han desarrollado Compludog, una intervención de terapia asistida con perros que ha servido para mejorar los niveles de estrés (percibido y fisiológico), el bienestar y las habilidades sociales de los 53 estudiantes de primer año de entre 18 y 25 años que han participado en el programa piloto.

“Los estudiantes de primer curso sufren niveles de estrés más altos y tienen menos relaciones sociales que el resto, puesto que se acaban de incorporar a un nuevo entorno desconocido, donde además sienten mucha presión”, explica Diana Peña, experta en terapias asistidas con animales y coordinadora del programa. Aunque se trata de una iniciativa pionera en España, ya existen programas similares consolidados en universidades de prestigio como Harvard o Yale. Tan solo fue necesario adaptarlo al entorno académico español, “ya que en Estados Unidos suele ser muy común que los estudiantes tengan un sentimiento de añoranza de su hogar que no es tan normal aquí, porque la mayoría de las veces estudias en la misma comunidad autónoma en la que vive tu familia”. Los buenos resultados obtenidos han hecho que la institución madrileña haya confirmado la continuación del programa, que este curso se implantará en al menos dos centros más de las sedes de Moncloa y Somosaguas.

Al contrario de lo que pudiera pensarse, los expertos indican que el estrés académico no siempre es malo. Por debajo de un cierto nivel, resulta beneficioso, “ya que nos facilita una predisposición a activarnos y afrontar los desafíos que nos vienen por delante, en este caso los exámenes”, explica María Robles-Martínez, doctora en Psiquiatría por la Universidad de Cádiz. Pero cuando sobrepasa un cierto nivel, puede afectar tanto al rendimiento académico como al bienestar emocional y las relaciones interpersonales de los estudiantes: el 35 % de ellos sufre ansiedad ante las pruebas académicas, de acuerdo con la Universidad de Almería, y el 60 % sufre algún episodio [de estrés o ansiedad] a lo largo de sus estudios, según los centros Nascia.

Efectos beneficiosos a corto y medio plazo

Las estudiantes que participaron (en su mayoría mujeres, predominantes en la Facultad de Educación) lo hicieron a lo largo de tres sesiones de una hora en tres semanas consecutivas, de manera que la última de ellas fuera unos 15 días antes de comenzar los exámenes. “Así, ellos se pueden concentrar ya en el estudio, pero los beneficios que han obtenido del programa aún perduran”, cuenta Peña. Cada uno de los animales, añade, tiene su propia personalidad, lo que resulta muy útil para adaptarse a cada persona: “Skot siempre ha sido un perro manta, de relajación; tú te tumbas conmigo y me acaricias. Lupi era una perra que estaba abandonada, y ha tenido una vida más complicada, lo que nos ayuda a trabajar con los alumnos que son así, a los que normalmente te cuesta acceder. Y para Pepo, un mestizo de labrador de nueve años que parece un cachorro, todo es juego y diversión”.

Pero ¿cómo se desarrolla el programa? En la primera sesión, se crea un clima de confianza, que facilita el que estudiantes, perros y profesionales se conozcan y se sientan cómodos trabajando juntos, y se les explica cómo tratar y premiar a los canes. En la segunda, “les explicamos qué dicen los perros y cómo debemos comportarnos con ellos, cuántos tipos de movimiento de cola hay, qué significa que esté bostezando o se estén relamiendo… Y luego todo esto lo pasamos al ser humano: qué nos dicen las personas y cómo nos comunicamos con ellas, a través de un role-play», argumenta Peña. En la tercera y última, se practica una relajación en la que los participantes se tumban con los perros y leen un cuento o simplemente están en silencio, según lo que vaya surgiendo. “Ahí hacemos una apertura emocional, en la que se les pide a los estudiantes que cuenten la mejor o la peor experiencia que ellos consideran que han vivido en su vida, de manera libre. No todos lo tienen que contar; lo hacen voluntariamente: nos hemos dado cuenta de que, al final, se apoyan los unos a los otros, porque se produce un ambiente seguro y de tanta confianza que da lugar a muchas reacciones emocionales”.

La efectividad de la terapia asistida se mide científicamente: en los programas de visita animal como este, se busca modificar las respuestas endocrinas que se generan en situaciones de estrés y equilibrar los niveles de cortisol, epinefrina y neopinefrina gracias al contacto animal. Por eso, el equipo de investigación de la Facultad de Educación realizó tres mediciones de cortisol salivar: dos semanas antes de comenzar el programa, para establecer los niveles con que partían; dos semanas después de la última sesión, y a las seis semanas, en plena época de exámenes, para observar los efectos a medio plazo. A su vez, también se recogieron muestras a 40 estudiantes del mismo grado que no participaron en el programa activamente, a fin de compararlos. En la primera medición, los niveles de estrés de estos estudiantes y los que sí participaban eran similarmente altos; en la segunda, este nivel bajaba para aquellos que participaban en las intervenciones; y en la última, el estrés del grupo de control era más alto que al principio, mientras que los estudiantes del programa no alcanzaban los niveles iniciales.

¿Cómo evitar el estrés en época de exámenes?

Para Mencía Ruiz, directora del Servicio de Atención Psicológica, Educativa y Social de la Universidad Loyola, la tensión prolongada provocada por los exámenes académicos se manifiesta a través de una respuesta triple: fisiológica, cognitiva y conductual. “Los universitarios experimentan un deterioro del sueño vinculado al estrés y la ansiedad, que a su vez se asocia a un mal funcionamiento académico y al riesgo de desarrollo de problemas psicopatológicos. A nivel cognitivo, aparecen pensamientos automáticos negativos del tipo “voy a suspenderlo todo” o “soy un fracaso”, y baja autoestima”, explica. Y a nivel conductual, se puede producir un rendimiento bajo, un mal funcionamiento general o una tendencia a evitar o escapar de determinadas situaciones.

Como se ha mencionado ya, el estrés puede inicialmente tener unos efectos positivos que nos permiten estar más alerta, ver con mayor claridad y responder de forma eficaz. Sin embargo, si la presión es excesiva o prolongada “se entra en una fase de resistencia que va seguida de otra de agotamiento que sobrepasa a la persona. Es lo que se conoce como la curva del estrés”, ilustra Ruiz. Un estado de excitación que termina por afectar negativamente a la salud, “a través de sintomatología específica de fatiga como el insomnio, irritabilidad, falta de concentración, agotamiento y desajustes orgánicos que finalmente pueden desencadenar trastornos como la ansiedad y la depresión; hay estudios que incluso avalan los efectos nocivos que el estrés puede ejercer sobre el sistema inmunológico”, añade la experta. Por ello, aconseja aprender a manejar niveles moderados de estrés por periodos cortos de tiempo, de manera que se adquieran las técnicas necesarias para aquellas situaciones que están por encima de nuestros límites.

Un momento de la terapia impartida con los perros del programa Compludog.
Un momento de la terapia impartida con los perros del programa Compludog. NACHO MENESES

Para evitar que el estrés nos domine y se convierta en algo patológico, es recomendable seguir una serie de pautas que María Robles Martínez resume en este decálogo de buenas prácticas:

  1. Lo más importante es identificar el estrés académico; comprender que, aunque no es una etapa fácil, pronto pasará.
  2. Planificar el tiempo de estudio adecuadamente, a lo largo del periodo en que se esté dando la materia. Así será posible llegar al examen con todo leído al menos una vez. Es deseable que los apuntes estén ya preparados al gusto de cada uno.
  3. Dormir el tiempo necesario para asegurarnos un buen descanso; el sueño es imprescindible para memorizar la información aprendida durante el día.
  4. Estudiar en un lugar en el que nos sintamos a gusto es fundamental, para concentrarnos mejor.
  5. Reducir al máximo las distracciones (especialmente del móvil).
  6. Cuidar la alimentación nos ayudará a controlar el estrés.
  7. Hacer descansos cada hora u hora y media, ya que tras ese tiempo la atención, concentración y capacidad de memorización empiezan a disminuir, y el estrés aumenta proporcionalmente.
  8. También es esencial descansar después de estudiar, hacer ejercicio físico y dedicarse a actividades que se consideren placenteras. Ello ayuda a liberar endorfinas y sentirse mejor.
  9. No abusar de los estimulantes como el café, la Coca-Cola o las bebidas energéticas ya que, aunque nos mantengan despiertos, pueden posteriormente generar más estrés.
  10. A las personas más nerviosas o con tendencia a pasarlo muy mal durante los periodos de mayor estrés académico, puede serles muy beneficioso practicar técnicas de relajación o meditación.

Fuente e imagen: https://elpais.com/economia/2019/12/03/actualidad/1575413019_167499.html

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Cuba: Estrés juvenil: ¿inevitable?

Cuba / 17 de junio de 2018 / Autor: 

Aprender a conocer las emociones propias y aceptar que a las responsabilidades siempre viene asociado un poco de estrés es el inicio del camino para no sentirse desbordado por la presión

Muchos jóvenes cubanos confiesan haber sentido en alguna ocasión un poco de estrés durante la etapa estudiantil y laboral. Las consecuencias de este fenómeno se observan con frecuencia tanto en el plano emocional como en el desempeño de cada individuo.

El Doctor en Ciencias Sicológicas Miguel Ángel Roca Perara manifiesta que el estrés –una reacción fisiológica del organismo que se presenta en casos donde estamos sometidos a una tarea difícil de asumir– tiene una importante connotación social, tanto cuando la persona se aísla exponiéndose a una mayor soledad, como cuando se encoleriza lastimando a personas afines.

De acuerdo con los especialistas, las causas más frecuentes por las cuales un joven puede sentirse estresado se reflejan fundamentalmente en las exigencias de un alto rendimiento escolar, los conflictos familiares, el acoso, falta de tiempo libre, problemas con su autoimagen, cambios hormonales y conflictos económicos.

Destacan, además, que a veces un poco de estrés viene bien, porque da el empuje y la energía que se necesitan para sobrellevar ciertas situaciones, como tomar un examen o cumplir con algún plazo en el trabajo. Sin embargo, una cantidad excesiva  puede tener consecuencias sobre la salud y afectar adversamente  el sistema inmunitario, cardiovascular, neuroendocrino y nervioso central.

En este sentido y según la opinión del doctor Jorge Bergado Rosado, en la investigación Estrés es tres, «un poco de estrés no es dañino. Los seres humanos, sobre todo aquellos que viven en ambientes sobreprotectores, buscan a veces ese poco de estrés en entretenimientos peligrosos y miedos provocados; pero la situación cambia radicalmente cuando el estrés, físico o sicológico, se prolonga y se torna crónico».

EN LA JUVENTUD CUBANA

Iralmis Ramírez Herrera, estudiante de la Universidad de Ciencias Médicas, afirma que uno de los principales motivos por los que se siente estresada es «la acumulación desmedida de obligaciones estudiantiles con muy poco tiempo para realizarlas y que requieren de una preparación suficiente como para obtener buenos resultados».

Por su parte, Amanda González plantea que «cuando las responsabilidades en la escuela y al mismo tiempo en la casa son demasiadas, siempre existe un poco de estrés, así como en momentos en los cuales las cosas no salen tan bien como quisiera, decepciones amorosas, por ejemplo».

«Normalmente me duele la cabeza a menudo cuando me siento muy estresado, más bien, fatigado intelectualmente, y se presenta casi siempre al momento de terminar una larga jornada en la universidad», expresa Carlos Caparrós, joven de 18 años.

Ante el estrés, muchos jóvenes presentan cambios de humor, con lo cual coincide la joven Patricia Guerra Soriano y refiere, además, que se siente estresada cuando «alguna enfermedad le imposibilita realizar actividades».

«El estrés es inevitable para todo el que quiera obtener buenos resultados en su trabajo o carrera. Cuando sumas la presión del súbito cambio del régimen de estudio con el rigor de autogestionar el contenido, hacer las tareas, participar en las actividades de la FEU e ir a las fiestas (porque también hay que relajar), te das cuenta un día que tienes tantas obligaciones que lo mejor es tomarlo todo con calma», destaca Alejandra Brito Blanco, estudiante del municipio capitalino de Diez de Octubre.

¿NEGATIVO O POSITIVO?

Como ya afirmamos, los estudios han revelado que el estrés influye tanto positiva como negativamente en el ser humano. Al respecto, una investigación mexicana titulada Estrés, cómo repercute en la adolescencia (2015), lo presenta como «la  fuerza  que  nos  ayuda  a avanzar  en  nuestra  vida.  La  clave  entonces  consiste  en  aprovecharlo ante situaciones que demandan nuestro esfuerzo», refiere.

Sobre la repercusión negativa de este fenómeno, el estudio explica que viene determinada por un  contexto y la persona simplemente lo  padece, por ejemplo: el exceso de trabajo, cierto conflicto en una relación interpersonal, muerte de un ser querido.

En los jóvenes cubanos el estrés académico y laboral repercute en el rendimiento, las calificaciones, resultados en el trabajo, y para algunos sicólogos trae como consecuencia la distracción en las actividades cotidianas.

Algunos buscan refugio en las nuevas tecnologías, computadoras y celulares hacen olvidar por un momento la existencia del estrés. Otros, el aislamiento como forma de liberar tensiones; escuchar música o simplemente tratan de hallar un pequeño momento para realizar actividades recreativas con el fin de «despejar un poco», aunque el tiempo no sea suficiente.

Para muchos jóvenes el estrés es un camino inevitable cuando se enfrentan a ciertas responsabilidades.

Asumir un estilo de vida saludable y la realización con frecuencia de ejercicio físico, entre otras actividades, es una vía para superarlo adecuadamente.

¿CÓMO DISMINUIR EL ESTRÉS JUVENIL?

CONOCERSE A SÍ MISMO

– Conozca las señales del estrés, como dificultad para concentrarse o tomar decisiones, enojo, irritabilidad o pérdida del control, dolores de cabeza, tensión muscular o falta de energía.

RECONOZCA CÓMO ENFRENTA EL ESTRÉS

– Determine si practica conductas perjudiciales como fumar, beber o comer alimentos inadecuados para controlar el estrés, o si pierde la paciencia con sus hijos, cónyuge o compañeros de trabajo cuando se siente abrumado por las presiones laborales.

REGLAS DE CONEXIÓN

– Deje que la tecnología trabaje para usted, en vez de convertirse en un esclavo de la tecnología.

CREAR UNA LISTA DE TAREAS PENDIENTES

– Con esto no solo reducirá los riesgos de olvido, sino que también podrá concentrarse mejor en el trabajo que está realizando.

TOMAR RECESOS BREVES

– Mantenga la energía y la productividad dedicándole uno o dos minutos periódicamente a pararse, estirarse, respirar profundo y librarse de la tensión acumulada.

BUSCAR FORMAS SALUDABLES DE CONTROLAR EL ESTRÉS

– Trate de sustituir las estrategias perjudiciales, como consumir alimentos poco sanos, fumar o beber alcohol, por conductas saludables como ejercitar, meditar o hablar con amigos y familiares. Recuerde que algunas son extremadamente difíciles de cambiar y pudieran necesitar la ayuda de un profesional certificado como un sicólogo.

CUIDARSE A SÍ MISMO

– Coma adecuadamente, duerma lo necesario, beba agua suficiente y practique actividades físicas habitualmente.

PEDIR APOYO PROFESIONAL

– Aceptar ayuda de sus amigos y familiares puede perfeccionar su capacidad para controlar el estrés. Si sigue sintiéndose abrumado por el estrés académico o laboral, sería conveniente consultar con un sicólogo, quien podrá ayudarle a controlar mejor el estrés y a cambiar las conductas dañinas a su salud.

* La autora es estudiante de periodismo de la Universidad de la Habana

Fuente de la Noticia:

http://www.granma.cu/cuba/2018-06-12/estres-juvenil-inevitable-12-06-2018-20-06-41

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