La formación docente y el regreso de las malas prácticas

Por: Freddy Leo Flores*

Recientemente, diversas instituciones públicas y privadas han ofrecido de manera constante una amplia y variada oferta de formación profesional para los docentes y demás personajes ligados al sector educativo. Dicha situación se incrementó a ritmos acelerados a raíz de los rumores que generaba el regreso de un sistema parecido a lo que fue carrera magisterial.

Una vieja añoranza de lo que se vivió ya hace varios ayeres, tan glorioso para algunos como anhelado por otros que apenas iniciamos este largo peregrinar dentro de la docencia. Según los Lineamientos Generales de Carrera Magisterial (2011), este fue un sistema de promoción horizontal en donde los profesores participaban de forma voluntaria e individual, teniendo a su vez la posibilidad de incorporarse o promoverse si cubrían todos los requisitos y se evaluaban conforme a lo indicado en dichos lineamientos.

El sistema de Carrera Magisterial buscaba promover el mejoramiento de la calidad de la educación mediante el pago de un estímulo por las horas dedicadas a actividades cocurriculares, ponderando la preparación profesional y los años de servicio como requisitos para el ingreso. El impacto en los resultados educativos hasta la fecha es cuestionable, sobre todo si se toma en cuenta la ausencia de mecanismos de seguimiento de las acciones de fortalecimiento curricular y su huella en la mejora de los resultados académicos.

Algunos docentes que vivieron el auge de dicho sistema de estímulos, afirman que uno de los grandes errores del mismo, fue el abaratamiento de la preparación profesional, en donde invariablemente el factor corrupción no estuvo alejado de ello. Dentro de las malas prácticas fomentadas, directa o indirectamente, destacan principalmente la “compra de cursos”, falsificación de documentos, venta de respuestas de los exámenes hasta líderes sindicales que eran beneficiados sin necesidad de pasar por dichos instrumentos de evaluación, ni demás requisitos que el resto de los docentes si tenían que cumplir como lo afirma Ornelas (Excélsior, 15/06/2011), ejemplos hay muchos.

El 30 de Septiembre del 2019, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Decreto por el que se expide la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, en donde se pone de manifiesto la importancia que tendría para los siguientes procesos de evaluación (ingreso y promoción) la capacitación didáctica o pedagógica, cuantitativamente hablando. A partir de la publicación del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, la realización de cursos y/o diplomados, demostrable con documentos oficiales que acreditarán la culminación de los mismos, tendría asignado un valor dentro del puntaje global. Esta “nueva” modalidad ya tuvo su primera aparición en los elementos multifactoriales que se tomarán en cuenta para la Admisión y la Promoción Vertical en Educación Básica y Media Superior para el próximo ciclo escolar 2020-2021.

Por tanto, diversas instituciones se han encargado de ofrecer cursos y diplomados de todos tipos y sabores, para todos los gustos y necesidades, varios de ellos, no está por demás decirlo, muy interesantes y completos. No quepa la menor duda, los docentes deben invariablemente actualizar su formación pedagógica. Incluso, Perrenoud (2007), catalogaba la organización de la propia formación continua como una de las diez competencias profesionales que debian ser desarrolladas con gran prioridad, el problema radicaba, según él, cuando el factor obligatoriedad se hacía presente generando en los docentes la manifestación de ciertas resistencias. En contraparte, cuando la actualización pedagógica se convierte en una opción, los maestros en un grupo muy reducido, suelen escapar de ellos. Menuda encrucijada.

Hablar de obligatoriedad trae consigo diversas implicaciones no tan difíciles de identificar, más asociadas a la oposición que al convencimiento de querer hacer las cosas. Es innegable que ante estos factores, el accionar humano suele manifestarse de forma curiosa, y ante la renuencia de algunos, el oportunismo de otros sale a escena.

Posiblemente sean conocidos por usted, estimado lector, la gran cantidad de personas que promueven, en redes sociales, la realización de todo tipo de cursos y/o diplomados a cambio de una módica cantidad, la cual suele ser proporcional al “esfuerzo intelectual” dedicado por quien o quienes brindan el servicio, mismos que ofrecen incluso todas las garantías imaginables como si fuesen una prestigiosa tienda del ramo que su imaginación guste colocar.

No es un caso fuera de lo común la venta de constancias o documentos comprobatorios, tampoco es nuevo que haya gente que se ofrezca a prestar este tipo de servicio, lo lamentable es que docentes en servicio, o futuros maestros, realicen estas prácticas. Cuestionable de forma y de fondo, sin lugar a dudas. La disyuntiva aquí sería si es una cuestión de ausencia de ética profesional o una prueba del innegable fracaso de la oferta de formación profesional, aclaro con ello que no trato de justificar las malas prácticas.

Es irrefutable la necesidad de mejorar la formación de los docentes para que puedan, en consecuencia, desarrollar en las niñas, niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país, una formación integral, continua y permanente. Si las ofertas de formación profesional para el buen ejercicio docente y los elementos de preparación profesional están a la orden del día, ¿cuál es el motivo de que haya tan poco interés en ello?

Algunos autores en la década de los 90´s, entre ellos Fullan (1991), afirmaban que las causas del fracaso de los programas de formación y actualización se debían principalmente a los siguientes motivos: 1) los contenidos suelen ser seleccionados por personas alejadas de la realidad escolar; 2) no existe apoyo o acompañamiento adecuado para introducir nuevas ideas, e idealmente, nuevas prácticas; 3) se carece de evaluación del impacto que dichos programas tienen en los docentes; 4) no cubren las necesidades individuales debido a la gran diversidad de contextos en los que se desempeñan los profesores; 5) no existe una base conceptual sólida en donde se fundamenten los programas de actualización, entre otras. Como puede apreciarse en la estructura de los programas de formación y actualización docente de nuestros días, poco o prácticamente nada ha cambiado.

Los aspectos mencionados dan una pauta más clara de las deficiencias que presentan dichos programas, y es que parecería más que difícil que con la actual estructura de los cursos y diplomados, la mayoría de las veces alejados por completo de la realidad escolar, los docentes puedan alcanzar las competencias necesarias para el buen ejercicio pedagógico. Podría ser esta, una razón más que explique el poco o nulo interés en los profesores ante la oferta de formación profesional actual.

Según Latapí (2003), los cursos de actualización académica aportan si presentan y discuten experiencias significativas por maestros que las han realizado; de lo contrario solo dejan un conocimiento libresco, alejados de las necesidades de la práctica. Por tanto, es necesaria la reflexión sobre las características de las ofertas de formación profesional, una revisión más de fondo que de forma que lleve al replanteamiento de la estructura de los programas de formación y actualización docente. Dicha revisión tendría forzosamente que partir del análisis de los contenidos, buscando que estos sean estructurados en función de la realidad escolar, además de ello se deberían desarrollar mecanismos de apoyo o acompañamiento adecuado para introducir los conocimientos obtenidos en su ejercicio diario, a nivel micro y macro destacando principalmente el papel de la autoridad inmediata superior; finalmente se tendrían que aplicar mecanismos de evaluación del impacto que dichos programas tienen en los docentes y en los resultados académicos.

La revisión y modificación sustancial de los programas de formación pedagógica, seguramente no eliminará de golpe la venta de cursos o diplomados, sin embargo ello provocaría que los verdaderos docentes opten por aquellos que realmente ofrezcan alternativas aplicables a su realidad escolar. Es por todos sabido que la condición esencial para que el maestro aprenda es que tenga disposición a aprender. Por tanto, ante una oferta interesante, variada y adecuada a los contextos educativos, la permanencia y elección de las malas prácticas, quedaría en manos de la ética profesional de los docentes.

Referencias Bibliográficas

Fullan, M. y Hargreaves, A., ( 1991). La escuela que queremos. Buenos Aires, Argentina.: Editores Amorrortu.

Latapí, P., (2003). ¿Cómo aprenden los maestros?. México, D.F.: SEP.

Ornelas, C., (15 de Junio de 2011). Carrera magisterial. La cuarta vertiente. Excelsior. Recuperado de https://www.excelsior.com.mx

Perrenoud, P,.(2007) Diez Nuevas Competencias para Enseñar. Barcelona, España.: Ed. Graó.

SEP., (2011). Programa Nacional de Carrera Magisterial. Lineamientos Generales Recuperado de : https://www.sep.gob.mx/es/sep1/sep1_Lineamientos_Generales_de_Carrera_Magisterial

SEP., (2019). Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. Recuperado de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGSCMM_300919.pdf

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-formacion-docente-y-el-regreso-de-las-malas-practicas/

Imagen: https://pixabay.com/

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China emite directriz para fomentar ética profesional y virtudes de educadores

Asia/China/04 Enero 2020/spanish.xinhua

China ha emitido una directriz para reforzar la ética profesional de los maestros, anunció hoy lunes el Ministerio de Educación.

El documento incluye 15 medidas en cinco aspectos y pone la ética profesional como el criterio más importante para la evaluación de los docentes, indicó Ren Youqun, funcionario del ministerio en una conferencia de prensa.

Añadió que la nueva directriz forma parte de los esfuerzos de China por elevar la ética y las virtudes de los maestros, así como para alentar el respeto público por los educadores y el apoyo de la sociedad a la educación.

La directriz también señala que se implementarán programas sociales y un enfoque holístico para prevenir violaciones de la ética profesional de los maestros, dijo Ren.

Los infractores de la ética profesional se enfrentarán a severos castigos y las violaciones graves conllevarán una prohibición de por vida para la enseñanza, precisó Ren.

Ren agregó que la directriz cita a la ética profesional como el criterio primordial respecto a la autentificación de la calificación, reclutamiento y clasificaciones profesionales de los maestros.

También por primera vez, el documento presenta los requisitos sobre respeto público para los educadores y el apoyo público para la educación, y propone medidas para elevar el estatus social y garantizar los derechos e intereses de los educadores, dijo Ren.

La directriz fue emitida conjuntamente por siete departamentos administrativos, entre ellos el Ministerio de Educación, el Departamento de Publicidad del Comité Central del Partido Comunista de China, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2019-12/16/c_138635907.htm

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Campaña: Unidos contra la violencia en las escuelas

Internacional de la Educación

Todos los niños y niñas tienen derecho a una educación de calidad en paz. Los centros educativos deben ser santuarios de aprendizaje, creatividad y descubrimiento. #EducacionEsPaz #MarchForOurLives @eduint

Me uno en solidaridad a los estudiantes, maestros y maestras y sus comunidades que se alzan en favor de una educación de calidad en escuelas libres de violencia! #EducacionEsPaz #MarchForOurLives @eduint

Los docentes rechazamos enfáticamente la noción de portar armas en nuestras aulas y escuelas. Esto va en contra de nuestra ética profesional y nuestra misión como educadores. #EducacionEsPaz #MarchForOurLives @eduint

Me uno en solidaridad a los estudiantes, maestros y maestras y sus comunidades que se alzan en favor de una educación de calidad en escuelas libres de violencia! Todos los niños y niñas tienen derecho a una educación en paz!

Fuente de la Campaña:

https://ei-ie.org/spa/detail/15765/unidos-contra-la-violencia-en-las-escuelas

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La ética profesional

09 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.cronica.com.ec/

Por: Augusto Costa Zabaleta

“Nadie debe escribir como periodista lo que no puede decir como caballero” Walter Williams.

Este enunciado, que fuera adoptada como premisa mayor del código del Primer Congreso Panamericano de Periodistas del 7 al 13  de abril de 1926 y afirmado como credo por la Sociedad Interamericana de Prensa, en su Sexta Asamblea general, el 13 de Octubre de 1950, sintetiza con profundo criterio la Ética del Periodista, sustanciada en el Decálogo del Periodista Latino-Americano.
Los postulados en el contexto profesional se resumen a: “Independencia: el periodista debe estar amparado en el secreto de información; patriotismo: debe lucha por la soberanía nacional y el progreso nacional; imparcialidad: debe valorizar, honrar y dignificar; objetividad: tiene un compromiso especial con la sociedad; libertad de expresión: la libertad de prensa debe ser protegida por el periodista como un derecho esencial de la humanidad: veracidad: la verdad es el contenido fundamental de la misión periodística; decencia: no injuriar, difamar, calumniar o lastimar el honor de las personas; moral: combatir toda expresión de obscenidad, pornografía o publicación denigrante; cultura: esforzarse permanentemente en perfeccionar sus conocimientos técnicos, profesionales y formación integral; y la prudencia: palabra que no es expresada, jamás causa daño”.
Estos postulados sintetizan con veracidad la armonía, el profesionalismo y los comunes fundamentales de un periodismo congruente a los objetivos de informar a la sociedad, para obtener la opinión pública bien orientada, con criterios fidedignos, imparciales y edificantes, apartada de la suspicacia y de las conclusiones equivocadas. (O).

Fuente  artículo: http://www.cronica.com.ec/opinion/columna/columnista/item/15653-la-etica-profesional

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