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México: Publica SEP lineamientos para evaluar a docentes en educación básica y media superior

México/30 marzo 2017/Fuente: Insurgencia Magisterial

La Secretaría de Educación Pública (SEP) difundió este lunes los lineamientos para la evaluación del desempeño de personal docente y técnico docente en Educación Básica y Media Superior en el ciclo escolar 2017-2018, que entrarán en vigor este martes 28.

La dependencia dirigida por Aurelio Nuño también publicó en el Diario Oficial de la Federación las directrices que deberán tomarse en cuenta en la evaluación del desempeño de personal con funciones de Dirección y Supervisión en Educación Básica en el mismo ciclo escolar.

De acuerdo con la SEP, dichos lineamientos tienen por objeto establecer y describir los criterios, fases y procedimientos a los que se sujetarán las Autoridades Educativas Locales y los Organismos Descentralizados para llevar a cabo ambas evaluaciones, y explicó que el modelo de la prueba de desempeño deberá tener como referente a la escuela, el plantel o a los colegios de una zona escolar y estar vinculado a su contexto.

De igual manera, estar referida a las características del entorno y del grupo de alumnos; ser pertinente, buscando que sirva a la mejora de la práctica profesional, y enfatizar en la formación vinculada a la evaluación ofreciéndola antes, durante y después del proceso de prueba.

La evaluación del desempeño, agregó, debe ser transparente, justa y válida, para lo cual deberá considerar: el perfil, los parámetros e indicadores del desempeño y el alcance de las políticas educativas dirigidas a la educación obligatoria, así como los diferentes niveles, modalidades y tipos de servicios educativos que dan cuenta de cada función.

Según el documento publicado, los evaluadores que participen en la prueba de desempeño del personal con funciones de Dirección y Supervisión en Educación Básica, deberán estar calificados y certificados por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

La evaluación del desempeño de Docentes y Técnicos Docentes en Educación Básica y Media Superior y del personal con funciones de Dirección y Supervisión en Educación Básica, subrayó, tiene como finalidad medir la calidad y los resultados de la función que se desempeñe, así como asegurar que se cumple con el perfil y el compromiso profesional que requiere un sistema escolar, para garantizar el derecho a la educación de calidad.

Fuente:http://insurgenciamagisterial.com/publica-sep-lineamientos-para-evaluar-a-docentes-en-educacion-basica-y-media-superior/

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Los profesores vascos serán evaluados

Por: Eduardo Azumendi

El Departamento de Educación introducirá una materia en inglés a partir de cuarto de Primaria y presentará un nuevo plan contra el acoso escolar.

La consejera de Educación del Gobierno vasco, Cristina Uriarte, se ha visto las caras por primera vez con los parlamentarios tras conocerse  los malos resultados del examen PISA (6 de diciembre de 2016). En su comparecencia ante el Parlamento para dar cuenta de cuáles serán las líneas maestras de su departamento en la nueva legislatura, la consejera pasó de puntillas por el desastre PISA. Según ella, la bajada en las calificaciones se debe entender «como una oportunidad» y como un «impulso» para mejorar la enseñanza en general. Uriarte, quien volverá al Parlamento vasco para presentar un análisis más detallado, ha reconocido que se debe trabajar para elevar el nivel de cualificación básica de los estudiantes con la «incorporación de formas de enseñar que mejoren el aprendizaje y el desarrollo» de competencias matemáticas, científicas, tecnológicas y lingüísticas.

Hasta ahí sus referencias a PISA, cuyos ecos se siguen escuchando más de un mes después de conocerse los resultados. Entre otras medidas, la consejera avanzó que se iba a evaluar a los docentes “como herramienta de apoyo y orientación a la formación continua de maestros y profesoras”.

Así, enfatizó que la formación del profesorado iba a convertirse en un  elemento fundamental en la nueva legislatura. “Se trata de adecuar y actualizar el perfil docente a las necesidades del sistema educativo vasco”.

La estabilidad de las plantillas docentes también redunda directamente en la calidad de la enseñanza. Por eso, el departamento convocará ofertas públicas de empleo todos los cursos, lo que contribuirá a rejuvenecer las plantillas.

En el área de la enseñanza de inglés y otras lenguas extranjeras, Uriarte ha adelantado que el objetivo para 2020 es que los proyectos plurilingües lleguen al 75 % de los colegios (un total de 500). Educación incorporará la enseñanza de, al menos, una materia en inglés a partir de cuarto de Primaria, siempre que el proyecto del centro «lo haga posible». Además, ha anunciado que se fomentará el aprendizaje de una segunda lengua extranjera en el primer ciclo de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO).

Como complemento al protocolo contra al acoso escolar en los colegios, el departamento está diseñando un plan dirigido a todos los centros y destinado a «prevenir, detectar y abordar» estas situaciones.

Entre los principales retos, la consejera ha subrayado la necesidad de impulsar un nuevo Pacto por la Educación, como paso previo a la aprobación de una nueva Ley Vasca de Educación.

En relación a la Formación Profesional, se potenciará la formación dual. El objetivo es que en 2020, el 50% de los estudiantes de FP puedan formarse en este tipo de formación.

Fuente: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/profesores-vascos-evaluados_0_604740330.html

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El docente como ventana de la cultura

Por: Miguel Ángel Pérez

Hace tiempo, en una charla con Pedro Hernández, investigador de la Universidad de La Laguna en Tenerife, España, él hacía un recuento de las distintas imágenes y estilos de ser docente. En su propuesta, Pedro decía que “si para muchos niños y jóvenes la única ventana que tendrán para conocer la cultura es el maestro o maestra que tienen enfrente, entonces necesitamos maestros cultos y buenos contadores de historias”. Esta idea del docente que sirve como medio o como ventana para acceder a la cultura, lo planteo en este momento a propósito de dos cosas: a) de la cercanía en la realización de la versión 30 de la Feria Internacional del Libro (FIL) y b) el bombardeo de la evaluación docente y de los riesgos que se han generado producto de la misma.

En unos días estaremos celebrando la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, dicho hecho sin duda es relevante sobre todo, para algunas personas del grupo de la Universidad que ha hecho posible dicha empresa. Sin embargo, en el terreno social dicho evento a treinta años de distancia no nos ha hecho ni más cultos ni mejores lectores, tal vez estos objetivos no han sido planteados por el comité organizador, pero si no nos planteamos un compromiso social de un evento académico o cultural entonces estaremos simulando o capitalizando para unos pocos lo que debiera ser para muchos. La FIL sin duda es un evento trascendente en sí mismo, pero en el plano local y considerando el tejido cotidiano y la vida de todos los días de nuestras escuelas y nuestras prácticas educativas, no tiene mucho sentido dicho evento.

En el otro plano, la vida y la figura del docente, se ha visto empequeñecida por el bombardeo educativo. La evaluación punitiva ha generado un clima de paranoia en las prácticas educativas, los docentes no se sienten ni libres, ni seguros en su trabajo, ni tampoco realizan su tarea de manera flexible y despreocupada. Evaluar su desempeño, es dudar de sus resultados, de su nivel, preparación y compromiso profesional y de encontrar a toda costa inconsistencias en lo que realizan. El docente culto, es decir, aquella persona que ha tenido acceso a lo que la humanidad ha logrado acumular en términos básicos de conocimientos, avances científicos y tecnológicos, artes etcétera, es aquel que está bien informado, que tiene opiniones autorizados sobre algunos tópicos, sobre todo los relacionados con su profesión, que tiene una postura personal ante la política educativa, que conoce a los alumnos a su cargo y sabe qué requieren para aprender y actúa en consecuencia.

Todo ello se conjunta desde una perspectiva articulada, de la falta de espacios de acción y participación para los docentes. El SNTE ha usurpado el espacio de los maestros a participar culturalmente en el FIL y los docentes no han sabido apropiarse de un espacio que si bien no es suyo abre posibilidades para su participación.

La cultura de los maestros y maestras debe llegar de alguna parte, recuérdese que esa es la única ventana para miles de niños y niñas, el requerir maestros cultos no es sólo de un beneficio de la persona, es para provecho de miles de usuarios y beneficiados que serán mejores alumnos y mejores personas, si tuvieran a maestros que los lleven por los senderos, por el paseo y por los largos historias de una cultura interesante y significativa.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-docente-como-ventana-de-la-cultura/

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Inglaterra: ‘Uberfied’ higher education threatens diversity, claims author

Inglaterra / 26 de octubre de 2016 / Por: Jack Grove / Fuente: https://www.timeshighereducation.com

Academics will become blander, less diverse and less economically secure if the “uberfication” of higher education continues, according to a UK academic.

While many scholars might imagine that their working practices are not really that similar to those used by Uber, the global taxi app firm, Gary Hall, professor of media and performing arts at Coventry University, believes higher education has increasingly become subject to approaches used by the San Francisco-based technology giant.

Much like Uber customers, who are asked to rate the service provided by their taxi driver, today’s students are now obliged to score the performance of lecturers via internal and external surveys, observes Professor Hall in his new book, The Uberfication of the University, published by the University of Minnesota Press in September.

Like Uber drivers who score highly, academics who gain higher marks are more likely to be awarded repeat work, yet studies show that students and Uber users consistently rate staff lower if they come from different social backgrounds or ethnic groups from them, Professor Hall said.

“Uber drivers have to be chatty, upbeat and friendly if they want to secure good ratings, and it seems [that] lecturers must be the same,” Professor Hall told Times Higher Education.

“But not everyone can do this, so it will begin to affect who gets regular teaching,” he said, adding that “people tend to rate [lecturers] higher if they are like themselves”.

Those lecturers who are able to maintain “a positive, if largely bland, profile and reputation” that is unlikely to upset or challenge students will be those who prosper in the “uberised” world of higher education.

“You are going to see higher education professionals become much more like the students who use it,” he claimed – a trend that is likely to undermine efforts to make the academic workforce more ethnically and socially diverse, he added.

“Some will be allowed to operate in this sharing economy, and some will find it much more difficult,” he said.

With many more academics working on short-term, casualised contracts, they are increasingly becoming like the “freelance individual micro-entrepreneurs” used by Uber, Professor Hall also argued.

“Any freelance individual micro-entrepreneur who assumes an attitude of non-compliance, non-productivity…silence, refusal, time-wasting, or passive sabotage is unlikely to acquire the kind of rating and reputation score that is needed to retain a gig as an academic in a platform-capitalist higher-education market,” he said.

However, there may be some winners in an uberised world of higher education in which teaching is assigned primarily on feedback and ratings, Professor Hall said.

“There may be advantages for some people who do not have an impressive career history or years of experience as they will be judged on their metrics,” he said.

Another potential benefit of a fully-uberised higher education system manned by roaming “academic micro-entrepreneurs” might be lower costs for students, but it would come at a price, pointed out Professor Hall.

“It would be cheaper because students would not be paying for the costs of research or for academics to attend conferences, just teaching” he said. However, cost savings could be achieved only through a “parasitical” business model, in which many of the costs of training and developing staff were taken on by other parties, such as universities.

In short, the uberised model of higher education would lead to a workforce of “atomised, freelance micro-entrepreneurs in business for themselves [with] all the problems of deprofessionalisation, precarity and continuous performance monitoring”, Professor Hall said.

Fuente noticia: https://www.timeshighereducation.com/news/uberfied-higher-education-threatens-diversity-claims-author

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La culpa es de los maestros

Lev Moujahid Velázquez Barriga

Hyderabad Chávez Medina proviene de una familia de maestros con gran vocación; estudió la licenciatura en educación primaria en el Centro Regional de Educación Normal de Arteaga, Michoacán; maestría en interculturalidad en la Universidad Pedagógica Nacional; doctorado en pedagogía crítica en el Instituto McLaren y, además, los fines de semana participa de talleres y otros espacios para su formación continua. Sin duda, es un profesor con una alta preparación profesional y responsabilidad como docente.

Cada semana se traslada de Nueva Italia, su lugar de origen, a la comunidad  El Rincón, en la sierra del Occidente michoacano. Demora 3 horas de camino en auto particular hasta Aguililla, la cabecera municipal, y de ahí otros 40 minutos más en motocicleta por senderos de terracería para llegar finalmente a su escuela. Su situación ha mejorado indudablemente, porque en su anterior centro de trabajo tenía que viajar 3 horas adentrándose en la zona serrana para cumplir con su labor.

 “Hyder” como le dicen sus compañeros, es el único profesor de su escuela, de hecho el único trabajador de la educación que hay para atender la diversidad de funciones que ésta demanda. Además de sus labores administrativas, directivas y de intendencia, atiende alumnos desde primero hasta sexto grado de primaria y eventualmente los padres de familia le envían a sus hijos en edad preescolar como oyentes, porque no existe un jardín de niños en la comunidad.

La escuela de El Rincón sólo tiene un aula de 25 metros cuadrados para atender a los alumnos de todos los grados, no cuenta con luz eléctrica, mucho menos con aula de medios, no hay biblioteca, tampoco existen canchas deportivas, ni material didáctico alguno que le haya proporcionado la Secretaría de Educación Pública (SEP); sólo tiene unas cuantas butacas, un pintarrón, una silla y una mesa para el maestro.

Se podría pensar que las condiciones de Hyder para impartir clases son una cuestión excepcional entre el magisterio, pero no es así; son la regla en muchas escuelas mexicanas. Alrededor del 40 por ciento de las primarias son multigrado; es decir, no cuentan con los maestros necesarios para que cada grado sea atendido por un sólo docente. En esta condición están prácticamente el ciento por ciento de las escuelas comunitarias en todo el país.

Del informe 2016 del Instituto Nacional para Evaluación Educativa (INEE) La Educación obligatoria en México, se desprende que no hay docentes suficientes para cumplir con la formación integral de los alumnos; por consecuencia, los que existen enfrentan tareas pedagógicas multifacéticas, de suerte que la promesa de Escuela al Centro con su programa de organización completa que Aurelio Nuño anunció en este año, se descompone rápidamente  en el inmenso basurero de los incumplimientos.

Los datos arrojados por el informe dicen que a pesar de que el 67 por ciento de las escuelas reportan al menos un alumno con alguna discapacidad, únicamente son atendidas con apoyo de personal especializado el 33.8 por ciento de ellas; ahora, siendo la obesidad uno de los mayores problemas de salud infantil en México, sólo 54.7 por ciento de las escuelas cuentan con maestros de educación física; en tanto que el 85.8 por ciento no tienen maestro de artísticas, 85.7 por ciento carecen de maestro de computación y 76.4 por ciento de inglés.

Entonces, los maestros mexicanos no sólo deben coberturar las carencias pedagógicas que dejan los vacíos de personal en los centros escolares, también tienen que realizar otras funciones directivas y de carácter administrativo, todo a un mismo tiempo; según el mismo informe: 45.5 por ciento de los directores son, a su vez, maestros frente a grupo. Evidentemente, la carga laboral y horaria se incrementa considerablemente, pero no así su salario, porque no existen incentivos por hacer funciones adicionales.

Sin embargo, el  gobierno, los empresarios y los organismos de la globalización económica se han empeñado en hacer responsables a los maestros como factor único de cualquier deterioro educativo. A partir de esa tesis se les presenta de manera tendenciosa como un sector privilegiado laboral y salarialmente, pero que no está cumpliendo adecuadamente con su labor.

Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó suPanorama Educativo 2016 referente a México, en él se informó que los maestros, pese a que están por debajo de la media mundial, son los profesionistas mejor pagados del país y los medios masivos de comunicación no tuvieron ninguna duda en replicar como cierta tal afirmación, aun cuando no coincide con lo que se ha dicho en los últimos años.

Por ejemplo, en el informe 2015 del INEE Los Docentes en México se dijo textualmente que: “Más de la mitad de los docentes de educación preescolar y primaria tienen niveles salariales inferiores a los de otros profesionales con contratos de medio tiempo o más. En 2012, la mediana del salario real de las educadoras representó menos de la mitad de la mediana del salario de otros profesionistas con ese nivel de escolaridad y con jornadas de medio tiempo o más”.

Otra referencia que contradice a la OCDE es el estudio elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), llamado Compara Carreras 2016. Una herramienta sobre las consecuencias económicas de escoger una carrera, en el cual, al igual que el año anterior, coloca entre las 10 profesiones peor pagadas del país a 5 relacionadas con la docencia: formación docente para primaria; preescolar; por asignatura; física, artística y tecnología; así como orientación y asesoría educativa.

La falacia de los mentores con salarios de reyes se acompaña de otra que los presenta como profesionistas con baja preparación y con poca disponibilidad a seguir estudiando; pero las estadísticas de los propios organismos empresariales de la globalización OCDE-Mexicanos Primero, reconocen que cerca del 90 por ciento de los docentes en funciones participan en trayectos de formación continua, una taza muy alta con respecto de otros países.

Los Empresarios Primero intentan demeritar esta cualidad del magisterio diciendo que más del 70 por ciento no se sienten preparados. Las razones son más que lógicas porque las condiciones para asegurar una educación integral son precarias: ningún maestro que atienda necesidades pedagógicas específicas sin el apoyo de otros docentes especializados, que realice múltiples funciones adicionales teniendo una sobre carga laboral, que sea sometido a evaluaciones punitivas y sin espacios adecuados para el aprendizaje, tendrá la sensación de tener una formación completa, por más que se prepare, siempre le quedará la necesidad de seguir actualizándose.

Efectivamente la culpa es de los maestros, por su incapacidad para escindirse; no obstante, más allá de esa imagen distorsionada que dibujan los enemigos de la educación pública, habrá que rescatar las muestras cotidianas de gratitud que motivan a miles de educadores como Hyder a seguir adelante en las condiciones adversas que enfrentan en sus escuelas, las cuales se resumen en las conclusiones del Informe 2016 del INEE cuando dicen que: “los alumnos en general, consideran que tienen buenos maestros”.

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

*Doctor en pedagogía crítica y educación popular; integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Michoacán

Fuente del articulo: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/10/16/la-culpa-es-de-los-maestros/

Fuente de la imagen:http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/wp-content/uploads/2016/10/lev-velazquez-510-a.jpg

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Foro de Análisis del modelo educativo 2016. Una contribución crítica de las instituciones de educación superior

Observatorio del derecho a la educación y la justicia

El Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño presentó el pasado 21 de julio el nuevo Modelo Educativo, en el marco de la implementación de la reforma educativa que ya lleva tres años de vigencia en el sistema educativo mexicano. La presentación tardía de este modelo educativo, a más de tres años de la aprobación de la reforma, exige necesariamente una discusión y reflexión en torno a la política educativa impulsada por el Estado mexicano. Este fue el consenso de los especialistas presentes en el “Foro de Análisis del modelo educativo 2016” que se realizó en la Universidad Iberoamericana (UIA) en el mes de septiembre, a través del Departamento de Educación y el Instituto de Investigación para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la UIA, y que contó además con la participación de especialistas de instituciones de nivel superior y otras organizaciones. Con este objetivo, se organizaron cuatro mesas de trabajo de acuerdo a los siguientes ejes: aprendizajes claves; modelo pedagógico y plan curricular; inclusión y equidad; y formación docente. Cada mesa contó con la coordinación de destacados investigadores con probada experiencia en la materia.

La inauguración del foro estuvo a cargo del Mtro. David Fernández Dávalos S.J., rector de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, quien hizo un llamado a diseñar un modelo democrático y participativo que permitiera la expresión de los sectores oprimidos, con la participación de la sociedad civil en su conjunto. El rechazo a la violencia, compartir con los demás, escuchar para atender, conservar el planeta y redescubrir la solidaridad son principios clave para la adhesión libre a los valores de justicia, la equidad y la participación de todos los grupos de la sociedad, no sólo los de la mayoría, ni mucho menos los de los grupos de poder que ejercen el control social, señaló el rector de la UIA.

Desde la perspectiva de los especialistas que participaron en las distintas mesas de trabajo del Foro, se acordó que este modelo es una mera declaración de principios que, además de repetir declaratorias de modelos anteriores, no plantea cómo poner en práctica sus fines educativos, concepciones, fundamentos, componentes, especificidades del proceso de enseñanza y aprendizaje y la evaluación. Dado que un modelo educativo es antes que nada un proyecto social y cultural formulado en términos de intenciones educativas, debería indicar hacia dónde queremos llegar, pero en el caso del modelo educativo presentado recientemente por la SEP no se dice cómo, por lo tanto, no es un modelo educativo como tal. Sustentado bajo la premisa que educación es capaz de resolver todos los problemas sin importar las políticas económicas y sociales, carece de un diagnóstico preciso de la implementación de los modelos educativos anteriores, así como de las situaciones reales de los procesos de enseñanza y aprendizaje que ocurren en las instituciones mexicanas. Aun no se sabe qué sirvió o falló y sin esa valoración no se puede proponer una modificación curricular, indicaron los especialistas.

Luego de que ya fueron evaluados 131, 140 docentes[i] bajo un ambiente de coerción se advierte un modelo pedagógico eficientista que aspira a formar un sujeto cosmopolita, urbano y de clase media, con características muy lejanas de la realidad mexicana. Se reconoce entonces que la diversidad sociocultural se encuentra totalmente silenciada y desligada del proyecto educativo nacional que plantea el gobierno. Si bien la inclusión y la equidad aparecen como principios globales y transversales, los jornaleros agrícolas, las personas con discapacidad y de habla indígena permanecen invisibilizados en este nuevo modelo. Y a pesar de que los documentos mencionan que la propuesta curricular será flexible y que considerará la heterogeneidad de las escuelas, tal propuesta se ha diseñado para aplicarse en aulas regulares, en las que trabaja al menos un docente por grado escolar y no habla de la adaptación curricular que se requiere para trabajar en las escuelas multigrado, que al ciclo escolar 2013-2014 sumaban un 44% en primaria.[ii]

En cuanto al currículo, en el modelo educativo 2016 aparecen los aprendizajes clave como uno de los componentes del currículum, organizándose en tres campos formativos: lengua y comunicación; pensamiento matemático; y exploración y comprensión del mundo natural y social. Aunque el modelo presenta una propuesta curricular que viene a sustituir las competencias, no se justifica abiertamente la razón de incluir esos aprendizajes clave. En el análisis de estos componentes, los especialistas advirtieron una falta de gradación y de secuencia en la selección de contenidos que requieren alinearse con el propósito de aprendizaje que se pretende lograr, mostrando una falta de precisión entre el modelo pedagógico y su correspondiente currículo. En ese sentido, es necesario clarificar qué se entiende por contenido ya que existe un alto riesgo de comparar contenido con información y explicitar las estrategias de inclusión y de adaptabilidad a la diversidad cultural, que aún es materia pendiente en nuestro país.

Los especialistas aseguran que la escisión entre propósitos, estrategias didácticas, selección de contenidos y definición de aprendizajes esperados tendrá implicaciones para el trabajo cotidiano de los docentes y los afectará negativamente si estos temas se incorporan a la evaluación de su desempeño. En este sentido, se cuestionó al Servicio Profesional Docente la política de sostener una propuesta de examen de conocimientos permanente a un profesional que ya se graduó como tal y a quien no se le ha habilitado en el uso de este modelo educativo.

Se observa entonces que la actual propuesta no está a la altura de las necesidades de la sociedad mexicana y no recoge el conocimiento que se ha generado en el país en la materia, como los resultados de la investigación en materia de la filosofía de la educación, de la política educativa, del currículum, la docencia, el aprendizaje, el desarrollo y la evaluación, por mencionar algunos campos de estudio.

Entre otros aspectos críticos de este modelo, se destacó que, pese a que el modelo educativo actual se centra aparentemente en el alumno, el peso de la reforma está puesto sobre el docente. Esta ambigüedad se hace evidente en la ausencia de ciclos iterativos de mejora, que faciliten la adecuada comprensión del modelo por parte de los maestros. Esta desarticulación entre la práctica docente y la presentación del modelo se agudiza al no reconocer al docente como un profesional, sino más bien como un técnico, ya que no se consideran ni la autonomía ni la responsabilidad sobre las consecuencias de sus acciones, ambas características propias de un profesional. Sin embargo, el hecho de que el modelo no reconozca al docente como un profesional no quiere decir que éste no lo sea, sino más bien se invisibilizan las buenas prácticas y las alternativas pedagógicas que los docentes realizan como parte de un proceso político-educativo que siempre es complejo, innovador, contextualizado, histórico y en construcción permanente.

Los especialistas entienden que este desconocimiento del carácter de profesional para el docente se refleja en las limitantes que enfrentan las normales, como pilares de la formación docente. Se les exige que operen como Instituciones de Educación Superior, pero carecen de condiciones básicas para desempeñarse como tal, como la autonomía para definir el currículum.

Para concluir, entre las recomendaciones hechas por los especialistas aparece la necesidad de partir de un diagnóstico, mediante un análisis detallado de las reformas curriculares anteriores. Además, se señaló que es importante acompañar a los maestros en diferentes foros y en particular, en los Consejos Técnicos Escolares, por ser un espacio de la sociedad civil que representa el encuentro e intercambio de experiencias acerca del quehacer docente y de todos los sujetos participantes de los procesos político-pedagógicos.  Se sugiera además analizar más estrechamente el cómo acortar la brecha entre el currículo prescrito, el conceptual y el vivido, e identificar su valor ecológico en función de los sujetos a quienes representa y cómo los representa.

Como último apunte, los participantes del foro enfatizaron la importancia de revisar y reordenar los principios curriculares del modelo educativo, pero antes de ello resulta necesario no forzar la implementación del modelo educativo, dar tiempo para subsanar los errores e inconsistencias y de esa manera desarrollar el cómo del Modelo educativo y lo que se hará en el trabajo en el aula.

A dos años de que concluya el presente sexenio, que arrancó con la reforma educativa, se tiene un saldo marcado por la conflictividad. La misma operatividad de la reforma queda comprometida por sus propias fallas de origen, lo que motivó, junto con la movilización de la CNTE, la cancelación de la evaluación obligatoria programada para la segunda mitad de 2016.[iii] En ese contexto, la presentación del modelo educativo aparece como paliativo. Mientras tanto, las maestras y maestros seguirán laborando como siempre lo han hecho, con o sin modelo, con o sin apoyo. Solo hasta que estos pendientes se atiendan de manera rigurosa y consistente, se podrá hablar de un modelo educativo justo y pertinente.

*Universidad Iberoamericana, Ciudad de México

[i] Agencia EFE, “Más de 134 mil maestros fueron evaluados por primera vez en México”, 01.03.16

[ii] Robles, Héctor, Pérez, Mónica (2015). Panorama educativo de México 2014. Indicadores del sistema educativo nacional. Educación básica y media superior. México, INEE. Pp. 38.

[iii] Hernández, Lilian, Excélsior, “Evaluación de desempeño a maestros será voluntaria”, 26.08.16

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/foro-de-analisis-del-modelo-educativo-2016-una-contribucion-critica-de-las-instituciones-de-educacion-superior/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/09/IMG_2830-300×185.jpg

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Reforma educativa, profesionalización docente y derecho a la educación (de buena calidad): ¿es posible una relación entre ellas?

La vorágine de los hechos recientes –la radicalización de la resistencia magisterial, la represión gubernamental que implicó la pérdida de vidas de civiles y el inicio forzado de negociaciones entre un sector del magisterio y el gobierno federal– obliga a hacer una pausa y dar un paso atrás para recuperar la perspectiva necesaria que permita entender lo que sucede e intentar descifrar el rumbo que tomarán los acontecimientos y si ése es el adecuado para lo que queremos como Nación. Para ello es necesario puntualizar algunos elementos de carácter general.

Primero. Parafraseando una idea de Justa Ezpeleta relativa a la escuela de educación básica, se puede afirmar que el sistema educativo mexicano se ha encontrado en un estado permanente de reforma, al menos, desde hace casi 25 años. El ciclo reformista inició con el Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa, que afectó de modo simultáneo a los órdenes curricular, administrativo-organizativo y docente. Le siguieron diversas reformas, más particulares: la asociada a la obligatoriedad de la educación preescolar y la de la educación secundaria; que devinieron en la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB). Además, situada en el horizonte la declaración de obligatoriedad de la educación media superior, se implementó la Reforma Integral de ese nivel (RIEMS). Ahora nos encontramos en un tercer momento, a partir de la formulación de “la reforma educativa” de 2013.

En cada momento se han hecho presentes procesos de cambio en diversos órdenes, con distinta intencionalidad y profundidad, así como con diferente direccionalidad (en algunos casos se identifican ya procesos de contra-reforma): lo pedagógico-curricular, lo administrativo-organizativo (macro, del sistema y micro, de la escuela), así como lo relativo a los trabajadores de la educación (v. g. escalafón horizontal). La mayor parte de los planteamientos de reforma fueron justificados bajo la retórica del mejoramiento de la calidad de la educación.

Segundo. Desde finales de los años noventa se plantearon varios límites a las posibilidades de cambio real de los diversos programas con los que se buscaba concretar la reforma. Unos tenían qué ver con el peso histórico de las formas dominantes del trabajo cotidiano en las escuelas (las culturas y prácticas escolares).

Otros se referían a las mediaciones y ajustes a las propuestas de cambio derivadas de la peculiar relación entre la administración educativa federal y local y de ésta con la organización gremial del magisterio. Otros más aludían a la inestabilidad y discontinuidad de los planteamientos, a su carácter fragmentario y acumulativo, al modo tradicional de implementación en cascada, que generaron apatía y resistencia entre el profesorado. Se hizo referencia entonces a la necesidad de pensar en la profesionalización del magisterio como punto de partida para generar condiciones para un cambio educativo genuino que aportara a la mejora de la calidad de la educación. En ese horizonte se plantearon la reforma curricular y el fortalecimiento de las instituciones formadoras de docentes; se probaron estrategias diversas en el ámbito de la actualización del profesorado en servicio; se estimuló el desarrollo profesional de los profesores a través de la realización de estudios de licenciatura y posgrado.

La aparente ineficacia del conjunto de medidas llevó a reclamar la necesidad de controvertir a fondo el arreglo burocrático-corporativo-clientelar de la relación SEP-SNTE, arraigado en la normativa administrativa-laboral, que ha incidido en el conjunto de procesos de gestión operativa del servicio educativo que limitan de fondo las posibilidades de mejora.

Tercero. La ‘reforma educativa’ en curso se planteó con base en varios argumentos. Uno fue el de la “recuperación” de la rectoría del Estado en materia educativa. Otro ha sido el de la profesionalización del magisterio. Ambos argumentos están conectados. Limitar la injerencia sindical en los procesos de ingreso, permanencia, promoción y reconocimiento del profesorado exigió el planteamiento de un proceso/sistema de valoración de los méritos individuales de cada profesor. La transformación de la relación del Estado con el magisterio supone y exige su individualización (la desestructuración del andamio corporativo-clientelar derivado de la participación sindical en la gestión laboral, fuente de corrupción e impunidad).

La evaluación, por tanto, se esgrime como el argumento técnico generalizable que facilita el establecimiento de nuevas bases “objetivas” para la regulación de la relación del magisterio individualizado con el Estado. Pero esto significa que la reforma trasciende el ámbito educativo/administrativo/laboral y cobra un significado eminentemente político (Arnaut, 2014). Lo que está en curso es un proceso de reconstrucción de la racionalidad con la cual el Estado revolucionario se constituyó y que, para reproducirse/actualizándose, requiere establecer nuevas y distintas bases de relación con la sociedad (reconstruyendo a sus viejas clientelas).

La primacía de la evaluación en ese proceso sugiere el establecimiento de un sistema meritocrático basado en cierta clase de evidencias (objetivables y manejables a gran escala, como ‘big-data’), ya no en la valoración local del desempeño de los profesores en función de criterios referidos a los réditos político-electorales, al control social ejercido por el gremio, o el mantenimiento de la pax laboral dentro del sistema.

Cuarto. La evaluación, en tanto mediador técnico-científico de la nueva relación del Estado con el magisterio, funciona de manera instrumental como mecanismo para gestionar el ingreso, la permanencia y el reconocimiento al desempeño del magisterio, así como para operar la promoción de los docentes en el escalafón vertical, es decir, a puestos directivos y de supervisión. Sin embargo, no resulta claro cómo los dispositivos desarrollados para operativizar tal evaluación inciden en a) la profesionalización de los docentes, b) la mejora de la calidad de la educación que reciben los alumnos y c) la garantía del derecho a la educación (de buena calidad).

¿La evaluación continua, en las distintas etapas de la trayectoria laboral de los docentes y directivos, aporta a su profesionalización? Si entendemos por profesionalización “la capacidad, la facultad, la responsabilidad y el compromiso (…) de los profesores para tomar decisiones altamente calificadas sobre los aspectos cotidianos y de política general (…) que forman la esencia de su desempeño laboral” (Consejo de especialistas, 2006), no resulta claro que los dispositivos evaluativos den cuenta de cómo medir la profesionalización –o la profesionalidad progresiva del profesorado– en su complejidad. Supondría tener evidencias de un proceso helicoidal verificable de medición-juicio-recomendación-formación-capacitación-desarrollo-medición-juicio, aceptando –sin conceder– que existe una relación causal medición-juicio-capacitación-mejora del desempeño del profesorado.

Pero eso resulta complicado si también se reconoce que el magisterio es muy heterogéneo. Múltiples generaciones, diversas trayectorias formativas y laborales, distintas relaciones con y significaciones del trabajo docente. Coexisten de manera problemática diferentes “tipos” de profesores. De acuerdo con Fuentes (2013), se pueden identificar tres grupos de docentes: a) los buenos, tenaces y comprometidos; b) los que se desempeñan en la medianía y “cumplen” con los mínimos de su trabajo; y c) los que nunca debieron ser maestros y permanecen para cobrar la quincena y jubilarse. En otra aproximación, Rockwell (2013) identifica cinco tipos de docentes: a) los que son excelentes en su trabajo; b) los que son regulares pero cumplidos con su trabajo; c) los que tienen poca experiencia y enfrentan dificultades en su trabajo y d) el resto, en dos subgrupos: los que no muestran interés o gusto por su trabajo, y los mayores, que dan evidencias de cansancio y no tienen una opción digna de jubilación. Los anteriores sin contar a aquellos que abusan de su poder y de la seguridad de su plaza laboral. Entonces ¿la evaluación tal como está instrumentalizada puede favorecer procesos de profesionalización de los diversos tipos de docentes activos en el sistema?

¿La evaluación del profesorado contribuye a la mejora de la calidad de la educación? Se puede decir que sólo de modo potencial y parcial. Depende de qué dimensiones y aspectos de la práctica docente y del desempeño profesional sean evaluados –e intervenidos, en consecuencia. Si se privilegia la dimensión cognitiva, puede referirse a conocimientos formales o disciplinares. Sin embargo, se ha hecho notar la complejidad de observar, medir y valorar la disposición y uso del conocimiento profesional del profesorado, en tanto conjunto de conocimientos y saberes prácticos que tienen un carácter situado y contextual (De Ibarrola, 2014), es decir, no estandarizable (como parece suponer el proceso de evaluación general). Más allá de los conocimientos, prácticas y desempeños reales del profesorado, hay que reconocer el peso de la historia y la cultura de las comunidades en cada aula. Primero, el aprendizaje de los alumnos no depende sólo de las prácticas de enseñanza del profesor. Antes está el entorno social, económico y cultural en el que nacieron y se desarrollaron los alumnos, relacionado con sus posibilidades de aprendizaje y desarrollo.

Le siguen las trayectorias formativas y de aprendizaje de los mismos estudiantes (Rockwell, 2014). Luego están las condiciones en las que funciona la escuela, la disponibilidad –y manejo efectivo– de recursos de apoyo, el uso del tiempo en la operación de la escuela, la enseñanza y el aprendizaje, etc. (Fuentes, 2013). Las posibilidades de mejora de los aprendizajes escolares de los alumnos dependen más de intervenciones “sistémicas”, que atiendan con criterios de acción afirmativa las diferencias de origen social de los alumnos, que coordinen además el quehacer escolar cotidiano para centrarlo en mejorar el tiempo de enseñanza y las oportunidades de aprendizaje de los alumnos. Sólo en ese contexto cobra relevancia la evaluación del desempeño del profesorado o de sus prácticas docentes, así como las intervenciones orientadas a su mejora.

¿La evaluación del profesorado y del personal directivo contribuye a garantizar el derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes, titulares primordiales de tal derecho? En el proceso de implementación de la reforma algunas voces reprochan al magisterio que no está de acuerdo con ella porque sus paros atentarían contra el derecho a la educación de los alumnos pues éstos no asisten a la escuela. Otras voces arguyen que debe primar tal derecho por encima de los derechos laborales del magisterio, por lo que resultaría legítimo que el gobierno suprimiera la protesta y forzara a tal sector de trabajadores a “educar” a los alumnos. En el ámbito de los derechos humanos, sin embargo, se distingue entre el derecho “a la educación” y el derecho “en la educación”.

En el primer caso se alude a la accesibilidad y la asequibilidad de los servicios educativos/escolares para la población. Sin duda, la suspensión de labores en las escuelas afecta tales principios. Una escuela cerrada representa una educación inaccesible. Pero eso es contingente, en la medida en que es un recurso de fuerza empleado por el gremio. En el segundo caso, se recurre a las nociones de adaptabilidad y aceptabilidad del proceso y los resultados del trabajo educativo escolar. Y es aquí donde tienen gran centralidad las prácticas y los desempeños reales del profesorado, en el marco de las condiciones y recursos que les provee la escuela y el sistema escolar: ¿los programas y los materiales educativos facilitan al docente la posibilidad de tomar decisiones profesionales para adaptar el currículo al contexto sociocultural de los alumnos? ¿Las políticas escolares soportan las prácticas docentes inclusivas y no discriminatorias de los estudiantes; prácticas que atiendan de modo atingente (no contingente) las diferencias sociales, económicas, culturales de los alumnos? ¿La evaluación reconoce y valora la capacidad de los docentes para tomar decisiones relativas a la construcción de ambientes educativos que favorezcan la igualdad y eliminen el igualitarismo? Es difícil de saber el modo en que la evaluación de ingreso, permanencia o promoción del profesorado facilita el ejercicio de prácticas docentes y escolares orientadas a y sustentadas en los principios de adaptabilidad y aceptabilidad. La anunciada contextualización de la evaluación eventualmente pudiera aportar elementos, pero no sabemos si ello resuelve el problema de fondo.

Sin duda, la implementación de una reforma que requiere la reconstrucción de la relación entre el Estado y el magisterio nacional demanda que se privilegien –al menos temporariamente– las dimensiones política y laboral. El proceso ocupará todavía mucho tiempo y energía social. Más cuando de por medio se ha de edificar una gobernabilidad del sistema educativo sobre bases diferentes. La pax docente del futuro no podrá ser, de ninguna manera, la que funcionó y le dio réditos al sistema político en el pasado. Por lo mismo, no hemos de sofocarnos en la coyuntura conflictiva ni en el corto plazo de los arreglos políticos que pretendan superar la crisis de gobernabilidad del sistema educativo. Más bien, tenemos la responsabilidad de alzar la mirada y reiterar, al menos, dos preguntas: ¿cómo articular las políticas nacionales, las estrategias institucionales y los recursos culturales disponibles para construir –con la participación central e inalienable de los docentes– una reforma educativa capaz de asegurar la mejora de la calidad y de garantizar el derecho a la educación de las futuras generaciones de mexicanos? ¿Cómo superar los riesgos de una reforma política que apuesta demasiado a un vector –la evaluación docente– y no parece reconocer la importancia, relevancia y complejidad histórica-socio-cultural de lo que sigue, la intervención, transformación y mejora de procesos y prácticas docentes, escolares e institucionales, en los que se articulen de modo distinto los órdenes curricular, organizacional y docente?

Referencias

Arnaut, Alberto (2014) “Lo bueno lo malo y lo feo del Servicio Profesional Docente”. En: Del Castillo, Gloria y Giovanna Valenti (coord.) Reforma educativa ¿qué estamos transformando? México: FLACSO-México.

Consejo de Especialistas para la Educación (2006) Los retos de México en el futuro de la educación. México: Consejo de Especialistas para la Educación

Fuentes, Olac (2013) “Las tareas del maestro y los desafíos de la evaluación docente”. En: Ramírez, Rodolfo (Coord.). La reforma constitucional en materia educativa: alcances y desafíos. México: Senado de la República. Instituto Belisario Domínguez.

Ibarrola, María de (2014) “El conocimiento profesional docente en el marco de la reforma educativa”. En: Del Castillo, Gloria y Giovanna Valenti (coord.) Reforma educativa ¿qué estamos transformando? México: FLACSO-México

Rockwell, Elsie (2013) “La complejidad del trabajo docente y los retos de su evaluación: resultados internacionales y procesos nacionales de reforma educativa”. En: Ramírez, Rodolfo (Coord.). La reforma constitucional en materia educativa: alcances y desafíos. México: Senado de la República. Instituto Belisario Domínguez.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/reforma-educativa-profesionalizacion-docente-y-derecho-a-la-educacion-de-buena-calidad-es-posible-una-relacion-entre-ellas/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/04/evaluacion-extraordinaria-guerrero2-e1460132287865.jpg

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