Eduardo Backhoff
El artículo 31 de la Ley General de Educación y el artículo 63 de la Ley General del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación establecen que este Instituto (INEE) tiene la obligación de rendir un informe anual al Congreso de la Unión, a las autoridades educativas y a la sociedad en general sobre el estado que guarda la educación obligatoria en México.
Cumpliendo con esta responsabilidad, los pasados 19 y 26 de abril la junta de gobierno de esta institución entregó a las cámaras de Diputados y de Senadores, respectivamente, el informe correspondiente. Con este, suman tres los informes presentados desde que se le otorgó al INEE, en 2013, autonomía constitucional.
El contenido del informe de 2017 se deriva de los resultados de los diversos estudios generados por el Instituto en los dos últimos años, e incluye información producida por otras instituciones e investigadores. En consecuencia, da cuenta de aquellos componentes, procesos y resultados del Sistema Educativo Nacional (SEN) de los cuales el INEE tiene información reciente.
Este informe (ver: http://www.inee.edu.mx/index.php/publicaciones-micrositio) se conforma de dos secciones que agrupan siete capítulos; incluye además una introducción, un apartado de reflexiones finales y un anexo. La primera sección, “Oportunidades y resultados educativos”, comprende cuatro capítulos que brindan un panorama básico sobre algunas características del SEN.
El primero ofrece información del contexto socioeconómico y de las condiciones escolares en las entidades federativas. El segundo capítulo explica las relaciones que existen entre las oportunidades de aprendizaje que tienen los alumnos de primaria y el logro educativo que alcanzan en Español y en Matemáticas. El tercero analiza algunas condiciones de la oferta educativa en la educación obligatoria para atender a los estudiantes con discapacidad. El capítulo 4 describe los tipos de competencias pedagógicas que tienen los docentes de educación básica en servicio, La segunda sección denominada “Evaluación de políticas públicas” se compone de tres capítulos que evalúan diversos programas públicos.
Así, el quinto capítulo aborda la política de inserción a la docencia de docentes noveles; el sexto analiza la oferta educativa que reciben los niños indígenas y el capítulo 7 trata el abandono escolar en educación media superior. Finalmente, en un anexo se describen las acciones realizadas por las autoridades federal y locales para dar seguimiento a las directrices emitidas por el INEE en materia de formación inicial de los docentes.
De manera muy sintética este informe constata que, aunque hoy existen políticas públicas que atienden numerosos aspectos antes desestimados, el cumplimiento universal al derecho a la educación sigue siendo una meta a cumplir cabalmente. Entre las conclusiones a las que llega el INEE, con relación a la obligación del Estado de ofrecer servicios de calidad en la educación obligatoria, destacan las siguientes. Por un lado, es claro que se ha avanzado considerablemente en la expansión de la matrícula y en la cobertura escolar; ha aumentado la ecacia educativa, lo que se traduce en tránsitos escolares más regulares y mayores niveles de asistencia a la escuela de los niños y jóvenes de 3 a 17 años de edad; y, se han reducido progresivamente las tasas de abandono escolar y han aumentado las proporciones de egresados en los distintos niveles educativos. Por otro lado, el SEN sigue adoleciendo de problemas graves que son importantes de atender lo antes posible. Entre los de mayor importancia, el informe destaca los siguientes.
Siguen existiendo inequidades significativas que impactan a las poblaciones que viven en los contextos socioeconómicos en mayor desventaja, como es el caso de los niños y jóvenes indígenas, de quienes viven en las zonas más alejadas de los centros urbanos y, especialmente, de quienes padecen algún tipo de discapacidad. En el terreno de los aprendizajes es donde se observa el mayor rezago educativo, que es producto de una combinación desafortunada de condiciones sociales, oferta escolar y características personales que afectan de manera significativa el logro educativo de los estudiantes.
Un área de oportunidad para revertir estos problemas se encuentra en mejorar las condiciones de infraestructura, equipamiento y de gestión de los centros escolares más desfavorecidos, así como en incrementar la eciencia con la que se ejerce el gasto educativo en cada una de las entidades federativas. Resulta alentador, sin embargo, comprobar que el magisterio vive un momento de transición hacia nuevas formas de su práctica profesional. En este marco de desafíos es igualmente esperanzador el lanzamiento del Nuevo Modelo Educativo, que complementa los cambios emprendidos con el Servicio Profesional Docente y abre nuevos horizontes a la educación nacional.
Consejero presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación