Explotación Laboral
La esclavitud moderna: Un caso en Brasil
Un caso en Brasil evidencia la persistencia de intolerables casos de abuso de los derechos humanos.
La mirada sobre la esclavitud ha adquirido notoriedad en los últimos años a partir de los ataques a figuras de esclavistas que, como se ha analizado largamente, no pueden ser juzgados bajo la ética y las normas del presente. Que el tráfico de esclavos fue un capítulo aterrador, nefasto y aún no superado es una cuestión siempre digna de revisitar, aunque asumiendo ese principio de extemporaneidad que lo sitúe en su perspectiva histórica. Lo que sí requiere una mirada muy exigente del presente es la herencia viva de la esclavitud que perdura entre nosotros. Mucho más extensa de lo que se suele considerar y con tentáculos enormes en todos los contextos.
El rescate de Madalena Gordiano, una brasileña captada por una familia del Estado de Minas Gerais cuando apenas tenía ocho años y pedía limosna, en cuyo seno ha servido casi 40 años como criada sin sueldo, sin derechos, sin educación e incluso explotada económicamente como un activo bajo su propiedad, debe remover conciencias. Y abrir debates.
Gordiano, que al ser liberada en noviembre tras la denuncia de un vecino tenía 46 años y se expresaba con dificultad, es un símbolo del legado de la esclavitud que pervive en Brasil, el último país americano en abolirla después de 350 años de una explotación que dejó una herencia aún insoportable. Se trata de un caso extremo que está en manos de los jueces, pero nos recuerda que la explotación a personas sin recursos —especialmente si son mujeres— y sin el poder que da la raza blanca corroe nuestro universo.
En Brasil, los negros y mestizos, herederos de los africanos, constituyen el 56% de la población, pero su esperanza de vida, sus ingresos, su formación y seguridad es sensiblemente menor a la de la población blanca. El 75% de las víctimas de asesinato son negros o mestizos. En los últimos 25 años, en Brasil han sido rescatadas 55.000 personas de trabajos esclavos, labor más complicada en el caso de las criadas.
La desigualdad a la que condujo el esclavismo y que pervive en la actualidad forma parte de los debates abiertos en el continente americano, desde las protestas del Black Lives Matter en Estados Unidos a la mencionada ofensiva contra las estatuas esclavistas. Pero la fenomenología del abuso de derechos básicos con sabor a esclavitud del siglo XXI es plural y en muchos casos no tiene que ver con un componente racista, desde los niños soldados hasta la explotación sexual o trabajos forzosos de distinta índole. La línea de avance que une el Renacimiento, la Ilustración, la Declaración Universal de Derechos Humanos y otras conquistas más recientes tiene todavía recorrido por delante, incluso en los países más avanzados. No cabe complacencia de ninguna clase.
El largo camino por recorrer de los países africanos con los derechos de las niñas
A las niñas africanas se les roba su futuro y se las está condenando a una vida de discriminación y desigualdad, según el informe “The African Report on Child Wellbeing” de la organización African Child Policy Forum (ACPF). En su sexta edición, el trabajo evalúa el desempeño de 52 países africanos a través del Índice de Amigabilidad con las Niñas (GFI). Asimismo, recoge y transmite el mensaje y voces de las menores participantes.
“Las niñas africanas han soportado durante demasiado tiempo creencias culturales perjudiciales, actitudes patriarcales de género y leyes, políticas y prácticas discriminatorias”, manifiestaba la directora Ejecutiva del ACPF, la Dra. Joan Nyanyuki. “A pesar de la lentitud de los progresos en algunas áreas, las niñas de todo el continente siguen despertando a la realidad cotidiana de la injusticia. Toda una generación de niñas y mujeres jóvenes está fracasando”.
El Informe Africano sobre el Bienestar Infantil 2020: ¿Cuán amigables son los gobiernos africanos con las niñas?, en su traducción al castellano, concluye que “las niñas que viven en África tienen más probabilidades de ser víctimas de la trata, el abuso sexual y la explotación laboral; de casarse mucho más jóvenes y/o de sufrir la mutilación genital femenina que las niñas de cualquier otro lugar del mundo. Las niñas son discriminadas por las leyes relativas al matrimonio y la herencia; y tienen más probabilidades de ser más pobres que los niños.
Educación
En materia de educación, “las menores corren un mayor riesgo de padecer problemas de salud mental; más probabilidades de ser excluidas de la atención de la salud; y se les niega una educación decente mientras son obligadas a abandonar la escuela“.
África cuenta con una población de 308 millones de niñas menores de 18 años. Sin embargo, en muchos países, sólo una de cada cinco tiene acceso a la educación secundaria. Un tercio de las escuelas primarias y una cuarta parte de todos los institutos no tienen instalaciones sanitarias. El acoso sexual y el abuso emocional contra ellas, tanto por parte de los profesores como de sus compañeros, es algo común, lo que obliga a muchas niñas a abandonar la escuela por completo, según el informe.
“Los hechos dibujan un panorama detallado de la situación de las niñas africanas y nos recuerdan que los esfuerzos de los gobiernos simplemente no son suficientes y no están a la altura de los innumerables desafíos a los que se enfrentan”, añadió la presidenta de la Junta Directiva Internacional de la ACPF, Graça Machel. “Como madre y abuela, me duele el corazón al ver a una madre niña y, por desgracia, tenemos millones de ellas en este continente.”
Chad y Sudán los peores para las niñas
El singular Índice de Amistad con las Niñas (GFI) de la ACPF muestra que las altas tasas de matrimonio infantil y de malnutrición, así como los bajísimos niveles de matriculación escolar, convertían al Chad y el Sudán meridional como los peores lugares de África para nacer niña. A este grupo se les sumaba naciones como Eritrea, el Níger, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo y las Comoras.
En cambio, Mauricio era el país mejor valorado. El estado se encuentra entre los países que han reformado sus leyes sobre los derechos de las niñas y las han armonizado con las normas internacionales. La nación insular tiene la tasa más alta de educación preescolar y todas las adolescentes embarazadas tienen acceso a la atención prenatal, según el trabajo. En la categoría de países más con políticas más progresivas en la materia se encuentran también Túnez, Sudáfrica, Seychelles, Argelia, Cabo Verde y Namibia.
“Sin una acción decidida y específica, las niñas africanas quedarán rezagadas a medida que intensifiquemos los esfuerzos para lograr el Programa 2063 de África y, más concretamente, el Programa de África para la Infancia 2040″, remarcaba la Dra. Joan Nyanyuki.
Fuente: https://eldiariosolidario.com/ninas-africa-derechos
OIT: Las mujeres ganan en promedio un 17% menos que los hombres por cada hora trabajada
En un reciente informe de La Organización Internacional del Trabajo (OIT) llamado Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo indica que la situación de las mujeres en el mercado de trabajo de América Latina y el Caribe presenta un panorama mixto.
Las mujeres han conseguido grandes logros en el acceso a la educación, pero aún deben sortear numerosos obstáculos para acceder al trabajo decente. Estos obstáculos son la causa de la persistente desigualdad de género.
Aunque el nivel general de educación de la subregión ha aumentado en ambos sexos, las mujeres han superado recientemente a los hombres en este ámbito.
Las mujeres nacidas en torno a 1.955 han tenido más probabilidades que los hombres de terminar la educación superior (es decir, de haber cursado al menos 13 años de educación formal). Entre los nacidos en 1990, el 40 por ciento de las mujeres terminó la educación superior, frente al 25 por ciento de los hombres. La cantidad de personas que tienen seis años de estudios o menos ha disminuido constantemente y, también en esta tendencia, las mujeres se han beneficiado más que los hombres.
La evolución de los niveles educativos ha implicado cambios en la estructura familiar. El promedio de edad al que las mujeres tienen hijos ha subido y el número de hijos nacidos por mujer ha disminuido en todos los países sobre los que se dispone de datos, a saber: Estado Plurinacional de Bolivia, Colombia, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Perú (ibid.). Además, ha aumentado la proporción de hogares encabezados por mujeres. En el Brasil y el Uruguay, por ejemplo, estos representan más del 30 por ciento de los hogares. Así, los ingresos de las mujeres han pasado a desempeñar un papel más importante en la sociedad.
El creciente número de hogares encabezados por mujeres obedece a la mayor prevalencia de concubinatos, personas solteras, separaciones y divorcios, así como a la mayor proporción de mujeres que viven con un cónyuge pero también se identifican como jefas de familia.
Con respecto a los salarios, un estudio reciente de la OIT que examina la brecha salarial de género en 17 países de América Latina y el Caribe (que representan el 85 por ciento de la población total de la subregión) concluye que las mujeres ganan en promedio un 17 por ciento menos que los hombres por cada hora trabajada, incluso habiendo tenido en cuenta factores como la edad, el nivel educativo, la residencia urbana frente a la rural, el tipo de trabajo y la estructura del hogar. Si se tiene en cuenta además la cantidad de horas trabajadas por semana, la brecha salarial de género alcanza casi el 25 por ciento (OIT, 2019g).
La brecha salarial de género es más amplia entre los trabajadores que menos ganan. Ello parece obedecer en parte a que las mujeres se ven muchísimo más afectadas que los hombres por la informalidad, así como al incumplimiento de las normas sobre salarios mínimos por parte de los empleadores.
El dato suscita preocupación en cuanto a la tasa de pobreza entre las mujeres trabajadoras. Así pues, tres de las dificultades más acuciantes de la subregión –la desigualdad de género, la pobreza y la informalidad– están íntimamente relacionadas entre sí. Esto implica que toda política diseñada para combatir cualquiera de esos tres grandes problemas tendrá consecuencias indirectas en los otros dos.
En el rango intermedio de los grupos de ingreso, la brecha de género se reduce, pero a partir de la mediana (el percentil 50) comienza a ensancharse. Esto apunta a la posible existencia de «techos de cristal», es decir, a las dificultades particulares a las que se enfrentan las mujeres para llegar a los puestos directivos y otros puestos de alta remuneración.
Las disparidades de género descritas anteriormente pueden ser el resultado de una discriminación directa pero, en términos más generales, también obedecen a normas culturales patriarcales, al machismo en el hogar y a diversos factores que generan un sesgo de género inconsciente. De hecho, muchos de los obstáculos al progreso de las mujeres se encuentran en el seno del hogar. La distribución de las tareas domésticas entre hombres y mujeres sigue siendo abrumadoramente desigual. Las mujeres se encargan del 80 por ciento de las tareas domésticas, lo que limita su participación efectiva en la fuerza de trabajo (CEPAL, 2019; OIT, 2019a y 2019g).
Fuente: https://www.finanzasdigital.com/2020/10/oit-las-mujeres-ganan-en-promedio-un-17-menos-que-los-hombres-por-cada-hora-trabajada/
Mundo: ¿Cómo ha impactado la Covid-19 el sector del trabajo doméstico?
Mundo/14-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net
Muchas trabajadoras domésticas se han visto «persuadidas/presionadas a pernoctar en sus lugares de trabajo, manteniéndose alejadas de sus familias y sin el descanso adecuado».
Durante la pandemia del nuevo coronavirus, las mujeres empleadas en el sector del trabajo doméstico han desempeñado una labor crucial dentro de la respuesta a la Covid-19 debido a su rol fundamental en el cuidado de niñas y niños, personas enfermas y dependientes, así como el mantenimiento de los hogares.
No obstante, este importante rol que han desempeñado las sitúa como uno de los principales colectivos más afectados por la crisis.
Un reciente informe realizado por la organización de las Naciones Unidas, ONU Mujeres; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal); y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), refiere que la situación de especial vulnerabilidad que atraviesan las trabajadoras domésticas en América Latina y el Caribe, se ha debido, entre otras razones, a la precariedad en el empleo que presenta este sector, “caracterizado por bajos salarios y falta de prestaciones sociales para su supervivencia y el sostenimiento de sus familias ante situaciones de despidos o frente a la reducción de sus ingresos”.
Trabajo doméstico en América Latina
La OIT define el trabajo doméstico como “el trabajo realizado en un hogar u hogares, o para los mismos”. De esta forma, reconoce la organización internacional que si bien las tareas consideradas en el trabajo doméstico pueden variar de un país a otro, “principalmente involucran cocinar, limpiar, cuidar de niñas y niños, personas adultas mayores y personas con discapacidades, ocuparse del jardín o de mascotas, realizar compras o conducir el automóvil familiar”.
En América Latina y el Caribe, el mercado laboral se encuentra segmentado y discrimina a las mujeres por ser “responsables de los cuidados”. En este sentido, se concibe al empleo doméstico como una de “las pocas alternativas de empleo precario a la que pueden optar las mujeres que no han podido avanzar en la educación o no han tenido acceso a formación profesional”.
Condiciones de trabajo digno para#trabajadorasdelhogar implica hacer visible la importancia de desnaturalizar la cultura del privilegio que generaliza el aumento de la desigualdad#COVID19 #cuidemosaquiennoscuida@OITAmericas @ONUMujeres @cepal_onu @EcuadorCut @monka78
Por otra parte, más del 77,5 por ciento de las mujeres empleadas en el sector del trabajo doméstico lo hacen en condiciones de informalidad. Mientras, estimaciones de la OIT señalan que un 17,2 por ciento de las personas ocupadas como trabajadoras domésticas son migrantes, siendo un 73,4 por ciento de ellas mujeres.
Esta situación, se ha visto agravada por la propagación de la pandemia del nuevo coronavirus en la región. De acuerdo con la directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, María Noel Vaeza, la Covid-19 ha agudizado las desigualdades y las crisis sistémicas previas, registrándose impactos significativos en las trabajadoras del hogar en particular.
Coronavirus y trabajadoras domésticas
Explica el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, que la crisis derivada de la pandemia de la Covid-19 ha exacerbado las vulnerabilidades y las desigualdades existentes. “Además del fantasma del desempleo, la informalidad, la baja cobertura de la protección social y la falta de contratos escritos en muchos casos les impiden acceder a las ayudas establecidas por los gobiernos”.
Las medidas de restricción impuestas en la mayoría de los países para frenar la pandemia, han incrementado la responsabilidad de los cuidados y el mantenimiento de los hogares, tareas en las que las trabajadoras remuneradas del hogar ocupan un lugar crucial.
Sin embargo, refiere el informe de la Cepal, OIT y ONU Mujeres, que muchas se han visto “persuadidas/presionadas a pernoctar en sus lugares de trabajo, manteniéndose alejadas de sus familias y sin el descanso adecuado”. Mientras, en otros casos, les han cancelado contratos y se les ha reducido el tiempo de trabajo y el pago.
70,4% de las #TrabajadorasDelHogar de la región están afectadas por las medidas de cuarentena, la disminución de la actividad económica, desempleo y la reducción de ingresos y salarios.
Conoce más en: http://unwo.men/Y3RS50A5khD #CuidaAQuienTeCuida #RespuestaCOVIDー19
Según estimaciones de la OIT, el 70,4 por ciento de las trabajadoras domésticas están afectadas por las medidas de la cuarentena, por disminución de la actividad económica, desempleo, reducción de las horas o pérdidas de salarios.
No podemos volver a la normalidad, el telón de fondo antes del #COVID19, era la cultura del privilegio. #ALC presenta un punto de quiebre respecto a la continuidad del modelo de desarrollo existente, enfatizó @aliciabarcena en evento #TrabajadorasDelHogar.
Recomendaciones para garantizar derechos
Propone el informe que para abordar los impactos de la Covid-19 en las trabajadoras del sector se deben impulsar medidas para garantizar la retención de empleos en el trabajo doméstico como ampliar y promover las prestaciones por desempleo para trabajadoras domésticas. Así como garantizar transferencias monetarias o subsidios sociales de emergencia.
La «nueva normalidad» debe reconocer carácter esencial de trabajo doméstico. Se requiere formalización aliada a protección social para #trabajadorasdelhogar dijo hoy @vinciuscp de @OITAmericas en conversatorio virtual con @ONUMujeres y @cepal_onu.#NoContagiemosAlEmpleo
Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/coronavirus-como-impacta-sector-trabajo-domestico-20200612-0050.html#
Slavoj Zizek: el 1 de mayo en el mundo viral es un feriado para la NUEVA clase trabajadora
Por: Slavoj Zizek
Lo primero que llama la atención es que, al contrario del lema barato «estamos todos en el mismo barco», las divisiones de clase han estallado. En el fondo de nuestra jerarquía, están aquellos, refugiados, personas atrapadas en zonas de guerra, cuya vida es tan pobre que, para ellos, la pandemia no es el principal problema. Si bien nuestros medios de comunicación siguen ignorando a estas personas, somos bombardeados por celebraciones sentimentales de enfermeras en la primera línea de nuestra lucha contra el virus. Pero las enfermeras son solo la parte más visible de toda una clase de ‘cuidadores’ que se explota, aunque no en la forma en que se explotaba la vieja clase trabajadora retratada en las imágenes marxistas. En cambio, como dice David Harvey, forman una «nueva clase trabajadora».
El dice :“La fuerza laboral que se espera que se encargue de los números crecientes de los enfermos, o que brinde los servicios mínimos que permiten la reproducción de la vida diaria, es, por regla general, altamente de género, racializada y étnica. Esta es la «nueva clase trabajadora» que está a la vanguardia del capitalismo contemporáneo. Sus miembros tienen que soportar dos cargas: al mismo tiempo, son los trabajadores con mayor riesgo de contraer el virus a través de sus trabajos, y de ser despedidos sin recursos financieros debido a la reducción económica impuesta por el virus. La clase trabajadora contemporánea en los Estados Unidos, compuesta principalmente por afroamericanos, latinos y mujeres asalariadas, se enfrenta a una elección fea: entre sufrir contaminación en el curso del cuidado de las personas y mantener abiertas las formas clave de suministro (como los supermercados),
Por eso, en Francia, estallaron revueltas en los suburbios pobres del norte de París, donde viven los que sirven a los ricos. Y es por eso que, en las últimas semanas, Singapur ha tenido un aumento dramático en las infecciones por coronavirus en los dormitorios de los trabajadores extranjeros. Como informó CNN , “Singapur es el hogar de aproximadamente 1,4 millones de trabajadores migrantes, que provienen en gran parte del sur y sudeste de Asia. Como amas de casa, empleadas domésticas, trabajadores de la construcción y trabajadores manuales, estos migrantes son esenciales para mantener el funcionamiento de Singapur, pero también son algunas de las personas más vulnerables y peor pagadas de la ciudad «. Esta nueva clase trabajadora estuvo aquí todo el tiempo: la pandemia lo impulsó a la visibilidad.
Para definir este sector adecuadamente, Bruno Latour y Nikolaj Schultz acuñaron el término «clase geo-social». Muchos de ellos no son explotados en el sentido marxista clásico de trabajar para quienes poseen los medios de producción; en cambio, son explotados a través de las condiciones materiales de su vida: su acceso a agua y aire limpios, su salud, su seguridad. La población local se explota cuando sus tierras se utilizan para la agricultura a gran escala destinada al mercado de exportación, o para la minería extensiva. Incluso si no trabajan para una empresa extranjera, son explotados en el simple sentido de ser privados del uso completo de la tierra que les permite mantener su estilo de vida. Tomemos a los piratas somalíes, por ejemplo: recurrieron a la piratería porque las compañías extranjeras que practican la pesca a escala industrial agotaron su costa en el mar. Parte de su territorio fue apropiado por los países desarrollados y utilizado para mantener nuestro estilo de vida, mientras que la de ellos disminuyó. En este sentido, Latour sugiere que deberíamos reemplazar el término“Apropiación de plusvalía” con “apropiación de existencia excedente”, donde “existencia” se refiere a las condiciones materiales necesarias de la vida.
Como hemos descubierto, en una pandemia, cuando incluso las fábricas están paralizadas, la clase geo-social de cuidadores tiene que seguir trabajando. Entonces, parece apropiado dedicarles este 1 de mayo, en lugar de la clásica clase obrera industrial. Son ellos los verdaderamente sobreexplotados: explotados cuando trabajan porque su trabajo es en gran medida invisible y explotado incluso cuando no trabajan debido a sus condiciones materiales. No solo se explotan en lo que están haciendo: se explotan en su propia existencia.
El sueño eterno de los ricos es el de un territorio totalmente separado de las viviendas contaminadas de los pobres: solo piensen en todos esos éxitos de taquilla posapocalípticos, como la película de Eillium de Neill Blomkamp, ambientada en 2154, en la que vive la élite. una gigantesca estación espacial hecha por el hombre, mientras que el resto de la población reside en una Tierra en ruinas que se parece a una favela latinoamericana expandida. Mientras tanto, en el mundo real de hoy, esperando algún tipo de catástrofe global, los ricos están comprando villas en Nueva Zelanda o renovando bunkers nucleares de la Guerra Fría en las Montañas Rocosas. Pero el problema con una pandemia es que uno nunca puede aislarse por completo. Al igual que un cordón umbilical que no se puede cortar, una conexión con la realidad contaminada es inevitable, sea cual sea su estado social. Como hemos descubierto, en una pandemia, cuando incluso las fábricas están paralizadas, la clase geo-social de cuidadores tiene que seguir trabajando. Entonces, parece apropiado dedicarles este 1 de mayo, en lugar de la clásica clase obrera industrial. Son ellos los verdaderamente sobreexplotados: explotados cuando trabajan porque su trabajo es en gran medida invisible y explotado incluso cuando no trabajan debido a sus condiciones materiales. No solo se explotan en lo que están haciendo: se explotan en su propia existencia.
Fuente e Imagen: https://www.rt.com/op-ed/487517-slavoj-zizek-new-working-class/
Educación propone que un solo profesor trabaje a la vez en dos aulas contiguas para la fase 2
Por: Josefina G. Stegmann
Consultado el ministerio por estas cuestiones, ha señalado que para atender a la vez a dos grupos que quieran asistir clase «hay varias formas de organizarlo. Por ejemplo, pueden estar en aulas contiguas y mientras explica a un grupo, el otro hace ejercicios o tareas que les haya puesto».
Este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el plan de desescalada aprobado en Consejo de Ministros llamado, oficialmente, «Plan para la transición hacia una nueva normalidad».
Si bien no hay fechas determinadas sí hay un calendario aproximado de un plan que se ha dividido en cuatro fases (0, 1, 2 y 3) y que se prolongará durante ocho semanas, es decir, hasta finales de junio y que empezará el 4 de mayo en todo el territorios salvo cuatro islas (Formentera, en Baleares; La Gracioso, La Gomera y el Hierro, en Canarias), que entrarán antes de esa fecha en la fase 1. ¿Cómo afectan estas fases al ámbito educativo, es decir a colegios, institutos y universidades? De acuerdo a las diferentes fases, será la siguiente:
Fase 0: En el ámbito educativo supone el fomento de la educación on line o a distancia.
Fase 1: Los centros educativos abrirán para su desinfección, acondicionamiento y el trabajo administrativo y preparatorio de los docentes y personal auxiliar. También se abrirán las Universidades para su desinfección, acondicionamiento y para gestiones administrativas y de investigación. Se contempla también la apertura de laboratorios universitarios.
Fase 2, «es la fase intermedia», dijo Sánchez que anunció que el curso escolar se reanudará en septiembre pero que en esta etapa se permitirán las actividades de refuerzo (el docente decidirá quién necesita dicho refuerzo, según Educación), los niños menores de 6 años podrán acudir a los centros en caso de que ambos padres tengan que trabajar presencialmente sin posibilidad de flexibilización y siempre con limitaciones de aforo. También se podrá celebrar la EBAU.
Esta última cuestión que ha generado mucha polémica. Los problemas que plantea son cómo puede el profesor atender simultáneamente con su misma jornada a los alumnos que acuden presencialmente y a los que se quedan en casa. Y en caso de los semigrupos paralelos, se plantea lo mismo: ¿cómo puede atender un mismo profesor dos grupos a la vez? Ello por no tener en cuenta el caso en que los grupos se tuvieran que dividir en más de dos (en Bachillerato la capacidad máxima por aula es de 35, por lo que si fuesen todos los alumnos habría que hacer 3 grupos)
Consultado el ministerio por estas cuestiones, ha señalado que para atender dos grupos a la vez «hay varias formas de organizarlo. Por ejemplo pueden estar en aulas contiguas y mientras explica a un grupo, el otro hace ejercicios o tareas que les haya puesto. O pueden ir en días alternos o en horarios diferentes. Cada centro lo organizará según el número de alumnos que vayan y sus posibilidades».
En cuanto al trabajo de los profesores a distancia y de forma presencial, Educación señaló que impartir «a la vez es difícil, pero se pueden organizar horarios. No todas las actividades educativas a distancia son clases como tal».
«Como pedirle a un músico que toque varios instrumentos a la vez»
Nicolás Fernández Guisado, presidente del sindicato de docentes ANPE, señaló que la medida «parte de una concepción errónea porque los profesores están actualmente teletrabajando y atendiendo a los alumnos si estos cursos vuelven a las aulas de este modo. No se le puede exigir a un profesor que entre y salga de un aula a la otra a la vez dos o tres cuestiones diferentes y al mismo tiempo programe y realice actividad telemática con los que voluntariamente hayan decidido no asistir a las aulas».
Comparó la situación con exigirle «a un músico que toque varios instrumentos a la vez o a un actor que interprete varios papeles al mismo tiempo. Creo que hay que diseñar un plan de trabajo específico que tienen que elaborar el propio equipo directivo con la flexibilidad que requiere la situación y contando siempre con el cumplimiento de las medidas sanitarias».
Aumentar la plantilla
Por su parte, el presidente del CSIF Educación, Mario Gutiérrez, ha señalado «para la reducción de las ratios, se debe disponer de plantilla necesaria para su ejecución. Y para ello aumentar las plantillas de los centros educativos para su puesta en práctica. No olvidemos que los docentes siguen con su actividad lectiva online. Así que si la administración quiere imponer clases en junio, tiene que negociarse todo el plan y por supuesto, asumir el coste».
Añadió que el hecho de que «los centros y profesorado hayan tenido que hacer todo ellos para dar continuidad al curso puede justificarse por la urgencia del estado de alarma. Pero sería injustificable que la vuelta no se planificara de manera correcta para que esto no vuelva a suceder. CSIF exige que si se impone la vuelta en junio, la salud sea lo primero, recordando que los centros educativos no son guarderías. Exigimos que dicha vuelta sea negociada y reivindicamos: test masivos, desinfección de todos los centros, que no asistiera ningún personal de riesgo, ratio de 12 alumnos y material de protección como mascarillas, guantes y dispensadores de hidrogeles. Y desde luego todo planificado y presupuestado por parte de las administraciones educativas».
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/sociedad/abci-educacion-propone-solo-profesor-trabaje-aulas-contiguas-para-fase-2-202004300134_noticia.html