Disciplina de exclusión ¿un problema o una solución?

Por: Paulette Delgado

Suspender a un alumno por su mal comportamiento hace más daño que beneficio, según estudio.

 

Una tarea abrumadora para los maestros y personal de cada escuela es la disciplina. Por años, las instituciones castigan a los alumnos por mala conducta con una suspensión o expulsión, pero ¿esto realmente ayuda?

Las prácticas de disciplina de exclusión, es decir, la suspensión y exclusión operan bajo un modelo de situación del comportamiento, es decir, que el estudiante cambie a una conducta dócil por medio del castigo. Y aunque puede ser convincente para algunos, si el alumno no disfruta de la escuela en primer lugar, o de sus compañeros, es poco probable que cambie su comportamiento, hasta puede reforzar malas prácticas.

Según el estudio “Exclusionary School Discipline: Recommendations to Improve Outcomes” de la Universidad de Wisconsin, el autor Clark Thelemann, este tipo de acciones no ofrecen una intervención eficaz hacia los problemas de comportamiento de los estudiantes. Lo que ellos necesitan es un enfoque más preventivo y positivo, capacitar a los alumnos y al personal para saber cómo resolver conflictos de manera eficaz y no violenta, así como fomentar una buena comunicación entre los padres, estudiantes y docentes.

Hasta la década de los sesenta, en Estados Unidos, el castigo corporal era un método de disciplina aceptado. Luego, durante los setenta, dependía de cada estado decidir y muchos prohibieron el castigo corporal. Buscando cómo disciplinar de manera efectiva a los estudiantes el sector educativo volteó hacia la suspensión y expulsión.

En su lucha por disciplinar eficazmente, se creó una intolerancia generalizada por los delitos menores y la desobediencia juvenil ya que lo veían como una manera de prevenir crímenes serios.

Según el estudio de Thelemann, alrededor del 97 % de los delitos cometidos en la escuela caen en una de las siguientes cinco categorías:

  1. Falta de respeto o insubordinación

  2. Pelea

  3. Comportamiento perturbador y conducta desordenada

  4. Hacer amenazas

  5. Hurto menor

Aunque inició con buenas intenciones, el suspender y expulsar crea un entorno donde se criminaliza lo que antes se consideraba un comportamiento adolescente normal, como insubordinación. Acciones que podrían verse como actos de rebeldía adolescente y ser una oportunidad de aprendizaje para el alumno, se ven como una violación a las políticas estudiantiles.

Además del por qué, es importante identificar y revisar qué alumnos están siendo suspendidos y expulsados. Según estadísticas de la Comisión de Derechos Civiles De Estados Unidos, hasta 95 % de las suspensiones son por acciones no violentas, como molestar la clase, actuar irrespetuosamente, llegar tarde, decir maldiciones o violar el código de vestimenta.

Los datos también demuestran que estas políticas afectan de manera desproporcionada a las minorías. En el caso de Texas, el gobierno hizo un estudio a un millón de estudiantes de preparatoria y se encontró que los estudiantes negros eran más propensos que los latinos o blancos a ser disciplinados por tardanza, salir temprano de la clase, violaciones del código de vestimenta, etcétera. Sin embargo, los tres grupos cometen delitos como posesión de drogas o armas en tasas similares. Incluso, la investigación encontró que casi tres cuartas partes de los estudiantes que calificaron para recibir servicios de educación especial fueron suspendidos o expulsados al menos una vez.

Además, la disciplina excluyente a menudo afecta a alumnos que tienen menos probabilidad de tener supervisión en su hogar. Según la investigación de Jane G. Coggshall, David Osher y Greta Colombi, aquellos con padres solteros, tienen entre dos y cuatro veces más probabilidades que los que tienen a ambos padres en el hogar. Esto hace que suceda una de dos cosas cuando un estudiante es suspendido o expulsado: que tenga poca o ninguna supervisión o que su guardián no vaya a trabajar para poder cuidarlo, lo que puede crear problemas financieros.

Sustituyendo la expulsión y suspensión

El estudio demuestra que este método puede contribuir a los mismos comportamientos que trata de corregir. Para mejorar la conducta, Thelemann, propone ocho sugerencias en lugar de la suspensión o expulsión. A continuación, se describe cada una:

  1. Reducir el uso de la disciplina de exclusión

    1. Explorar alternativas y eliminar las prácticas disciplinarias excluyentes es el primer paso para mejorar los resultados educativos. Aunque hay casos donde la expulsión es necesaria, esta debe ser el último recurso. Si un alumno se porta mal, la primera respuesta debe ser reconocer esa conducta como un síntoma de lo que puede ser un problema mayor y usarlo como una oportunidad para ofrecerle apoyo, no suspenderlo.

  2. Identificación e intervención tempranas

    1. El entorno de aprendizaje debe estar alineado con las fortalezas y necesidades del joven, él necesita sentirse seguro, valorado y respetado. Se necesita un enfoque proactivo donde se desarrollen relaciones entre el educador y el alumno para que se identifiquen comportamientos que pueden provocar conductas problemáticas. Por ejemplo, el absentismo escolar es a menudo el primer signo de problemas y el indicador más poderoso de conducta delictiva.

  3. Intervención y apoyos de conducta positiva

    1. Las intervenciones y apoyos conductuales positivos ayudan a establecer una cultura prosocial donde se establezcan expectativas de comportamiento. Adoptar este sistema busca desarrollar un conjunto de valores fundamentales a los que todos deberían adherirse. Una vez que se establecen, se refuerza los comportamientos que los apoyen a través del reconocimiento positivo. Aquellos estudiantes que se comporten en contra de esos valores fundamentales, se les enseñan comportamientos apropiados para que cumplan con las expectativas.

  4. Prevención y respuesta al acoso escolar

    1. El acoso, o bullying, puede causar daños a corto y largo plazo a las personas, por eso es importante prevenirlo y crear un entorno escolar más seguro y conectado. El personal escolar debe recibir capacitación sobre la prevención e identificación para saber cómo intervenir cuando ocurra.

  5. Resolución de conflictos y capacitación en habilidades para la vida

    1. Las escuelas deben adoptar un plan de estudios que enseñe a los estudiantes cómo resolver los conflictos de manera eficaz y no violenta o abusiva. La mayoría de los profesores y padres creen que es responsabilidad de la escuela preparar a los alumnos para unirse a la sociedad, por lo que se debe exigir que las instituciones deben capacitarlos en habilidades como la inteligencia emocional para que aprendan a regular sus sentimientos.

  6. Conexiones y conectividad

    1. La conexión entre un estudiante con los adultos involucrados en la escuela y la institución provoca vínculos sociales positivos que apoyen un entorno inclusivo, así como apego, apoyo y buenas relaciones. La capacidad de conectarse con el personal educativo está asociada positivamente con el rendimiento académico, la motivación e ir a la universidad y en caso de ser negativa provoca delincuencia, inadaptación socioemocional y la deserción. Además, la conexión escolar se relaciona con niveles más bajos de abuso de sustancias, violencia, ideación suicida, embarazo y angustia emocional. Se deben desarrollar oportunidades positivas para que los jóvenes se involucren y se conecten con los docentes y la comunidad.

  7. Capacitación y evaluación de salud mental

    1. Aumentar la capacitación del personal sobre discapacidades de aprendizaje, minorías y problemas de salud mental es clave ya que son los que están más propensos a ser suspendidos o expulsados. Además, se necesita que las instituciones tengan más profesionales capacitados en salud mental ya que ayudaría a identificar a los que tienen mala conducta por ser adolescentes y aquellos que realmente presentan tendencias delictivas. Haciendo esta distinción, se pueden ofrecer diferentes tipos de intervenciones.

  8. Educación y respuesta al trauma

    1. Hay estudiantes que han sido expuestos a traumas como ser víctimas de abuso o negligencia, estos tienen más probabilidad de verse afectados negativamente por los enfoques de disciplina excluyente y contribuir aún más a los sentimientos de aislamiento. El sistema educativo debe enseñar resiliencia y cuidado personal adecuado a los docentes y a los estudiantes ya que esto ayuda a amortiguar las secuelas del trauma y refuerza un sentido de esperanza y optimismo. Esa resiliencia pueden ser factores individuales como un sentido de control o dominio de sí mismo, sentido de relación con los demás y reactividad emocional.

La disciplina de exclusión no ha logrado crear un ambiente seguro ni controlar el comportamiento de los estudiantes. Si bien, parecían ser una respuesta rápida para reemplazar la falta del castigo corporal, no se ha demostrado que sea una manera eficaz de controlar o mejorar el comportamiento de los estudiantes. Existen mejores alternativas a los problemas de disciplina que se enfocan en la prevención más que en el castigo, alentando el comportamiento positivo.

Más que una solución, la suspensión y expulsión sólo deja preguntas cómo: ¿qué sucede exactamente cuando se saca a un niño del aula? Y quizás lo más importante, ¿qué se hace para asegurar que el progreso académico y el desempeño del alumno continúe o mejore fuera de la escuela?

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/disciplina-de-exclusion

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Estados Unidos retira visas de estudiantes a extranjeros que tomen clases virtuales por COVID-19

América del Norte/Estados Unidos/07-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Estados Unidos -el país con más muertos por el coronavirus- suspendió también hasta finales de 2020 la entrega de visas de trabajo para proteger el empleo.

Estados Unidos anunció este lunes que suspenderá las visas para los estudiantes extranjeros cuyas clases sean trasladadas a un formato virtual por la pandemia del COVID-19.

La Oficina de Inmigración y de Aduanas de Estados Unidos indicó en un comunicado que los estudiantes con visas F-1 y M-1 cuyas escuelas operen solamente de forma en línea “deben abandonar el país o tomar otras medidas, como ser transferidos a una escuela con instrucción presencial”.

Si no lo hacen, los estudiantes se arriesgan a ser sometidos a un proceso de expulsión.

Según las nuevas normativas, cuando los estudiantes estén en un centro con un modelo mixto, van a tener que acreditar que están inscritos en la máxima cantidad de cursos presenciales para conservar su visa.

Estados Unidos -el país con más muertos por el coronavirus, con más de 130,000 fallecidos- suspendió también hasta finales de 2020 la entrega de visas de trabajo para proteger el empleo.

Muchas universidades y centros de enseñanza no retomarán las clases presenciales cuando comience el próximo curso lectivo en septiembre, en momentos en que todavía no hay vacuna contra la COVID-19 y los casos están en alza por un aumento de los contagios en el sur y el oeste del país.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/internacional/estados-unidos-retira-visas-estudiantes-extranjeros-clases-virtuales-covid-19/730528/2020/

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India: Our best investment

India/Agosto de 2017/Autor: Vikram Patel /Fuente: The Indian Express

Resumen: El gobierno revisó recientemente la sección de la Ley de Derechos de los Niños a la Educación Gratuita y Obligatoria (RTE) que estipula que «ningún niño admitido en una escuela será retenido en ninguna clase o expulsado de la escuela hasta la finalización de la educación primaria» Abarca las clases 1 a 8. Esta decisión, que ahora permite a los estados imponer exámenes que pueden detener y, presumiblemente, expulsar a los niños durante la educación primaria, ha sido bien recibida por muchos maestros porque la promoción automática de los estudiantes conducía a que un gran número de estudiantes En la Clase 9 sin habilidades básicas de aprendizaje. Esto, a su vez, los condenó a fallar los exámenes de Clase 9 y en última instancia desencadenar la deserción.

The government recently reviewed the section of the Right of Children to Free and Compulsory Education (RTE) Act which stipulated that “no child admitted in a school shall be held back in any class or expelled from school till the completion of elementary education”, which covers Classes 1 to 8. This decision, which now permits states to impose examinations which can detain, and presumably expel, children during elementary education, has been welcomed by many teachers because the automatic promotion of students was leading to large numbers of students landing up in Class 9 without basic learning abilities. This, in turn, doomed them to failing the Class 9 examinations and ultimately triggering drop-out.

It is presumed that detection of learning under-achievement during elementary education will trigger efforts by students, and, one would hope, their teachers, ultimately improving educational outcomes. But besides the obvious pedagogical reasons such as large class sizes and the focus on rote learning, there is one major reason why this sudden change of policy is unlikely to reap the dividends the government and educational community hopes for: It is happening far too late in the life of the child.

The latest report of the Annual Survey of Education, published last year, and based on assessments of basic abilities of reading, writing and arithmetic of over five lakh rural children, offered a glimpse into the scale of the challenge confronting India. While 95 per cent of children aged 6 to 11 years were enrolled in schools, a large proportion of children were simply not learning. Nationally, less than half the children in Class 3 were able to read a Class I level text, a figure which had shown virtually no improvement since 2011. One of every four children enrolled in Class 8 could not read at Class 2 levels. Just over a quarter of Class 3 children could do a two-digit subtraction and a similar proportion of Class 5 children could do simple division.

Will the new detention policy lead to these staggering numbers of India’s children being held back? And, if so, are schools adequately resourced to support these students’ learning needs to help them clear the
examinations?

What is also clear from these grim figures is that a huge proportion of India’s children, exceeding 50 million in a recent estimate, experiences fundamental limitations of learning abilities which have their roots well before they even enter primary school. In short, their intellectual capabilities, a direct outcome of the level of cognitive development of the brain, have been blighted by enormous deprivations in the early years of their lives. These deprivations are mostly the direct result of poverty, from the lack of adequate nutrition which leads to bodies, and minds, being stunted, to the lack of a responsive parenting environment due to the enormous economic and social barriers experienced by their parents, in particular their mothers.

We now know that the brain is exquisitely sensitive to the environment, and toxic influences ranging from the lack of essential nutrients to the lack of essential stimulation, adversely impact the architecture and function of the developing brain. A vast proportion of India’s children who are failing to learn in school were already condemned to this fate before they entered school.

This loss of human potential threatens a perfect storm for a country with the largest number of children in the world and a global economic environment in which entire segments of employment — in particular in the service sector, which is often the only opportunity to those who do not complete school — are being replaced by digital technologies. The future looks truly bleak for tens of millions of our children who are, in effect, doomed to a life of servitude or unemployment even before they have stepped into school, perpetuating the transmission of poverty from their parent’s generation to their own.

The good news is that, just as the brain is damaged by harmful environments, the “plastic” nature of this most precious organ of our body can overcome these challenges when provided with a nurturing alternative, one where both the primary emotional and physical needs are met. Some of these are finally being addressed on a war-footing, for example through improvements in sanitation and hygiene by the eradication of open defecation.

But beyond the attention to physical health, we must act on the need that young children have for intellectually and emotionally nurturing environments, through providing adequate support and information to the care-givers of young children to stimulate them through play, building parent skills to be responsive and non-punitive, and providing affordable and appropriate pre-school child education and high quality engaging primary education.
A few years ago, the World Bank referred to the development of young children as “one of the best investments that countries can make” because a child’s earliest years presented “a unique window of opportunity to address inequality, break the cycle of poverty, and improve a wide range of outcomes later in life”.

A key philosophy was that children should be intellectually “ready” for primary school. While India was amongst the earliest countries to acknowledge the importance of this investment through the Integrated Child Development Scheme launched in 1975, the observations on learning abilities are testimony to the limited success of this scheme. Further, the scheme is almost entirely facility based, missing the enormous opportunity to provide nurturing environments in the homes of young children.

As we celebrate the fact that India’s children now survive in unprecedented numbers, we must turn our attention to giving every child the opportunity to thrive so that they ultimately become capable adults who not only attain their own dreams, but also contribute to the development agenda of the nation. For this to happen, we will need a massive and renewed national commitment to investing in the earliest years of a child’s life.
The writer is the Pershing Square Professor of Global Health at Harvard Medical School and affiliated with Sangath and the Public Health Foundation of India.

Fuente: http://indianexpress.com/article/opinion/columns/our-best-investment-right-of-children-to-free-and-compulsory-education-in-india/

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Las nuevas políticas de retorno de la Unión Europea ponen a los niños en peligro

Bruselas / 08 de marzo de 2017 / Fuente: https://www.unicef.org

Las nuevas políticas de retorno de la Unión Europea ponen a los niños en peligro

La Comisión Europea aprobó ayer una Recomendación y un nuevo plan de acción dirigido a los Estados miembros de la UE sobre los procedimientos de devolución o expulsión de hombres, mujeres y niños que se encuentran de forma irregular en la Unión Europea, a sus países de origen o tránsito. En ellos se anima a los Estados miembros a efectuar retornos rápidos que limitan las garantías básicas y los derechos que todos los migrantes deberían tener garantizados. Estos procesos rápidos se aplican, incluso, en los casos que afectan a niños.

Las agencias de Naciones Unidas y las organizaciones en defensa de los derechos de los niños temen que estas medidas animen a los Estados miembros a llevar a cabo “devoluciones rápidas” de personas, incluyendo niños, lo que conlleva menos garantías procesales y que se recurra con mayor frecuencia a la detención. El nuevo enfoque pondría en peligro la vida de los niños y violaría la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, ratificada por todos los Estados miembros de la UE.

Acogemos favorablemente que el documento se refiera a la necesidad de evaluar el interés superior del niño en aquellas decisiones que tengan que ver con el retorno de menores no acompañados. Es esencial que se adopten procedimientos sólidos para determinar el interés superior antes de emitir ninguna decisión sobre el retorno de niños, incluidos aquellos que están acompañados de sus familias. A la hora de valorar si el retorno de un niño se está decidiendo de acuerdo a su interés superior, es imprescindible que sus opiniones hayan sido tenidas en cuenta. Las expulsiones forzosas y las detenciones son extremadamente perjudiciales para los niños y sus familias. Los niños nunca deben ser detenidos por causas relacionadas con la migración, ni siquiera como último recurso.

A principios de este año, tres niños afganos no acompañados se suicidaron en Suecia. Las personas encargadas del caso explicaron que los pequeños se sentían solos y eran incapaces de afrontar la ansiedad del proceso y la perspectiva de ser deportados a un lugar donde no se sentían seguros.

Los niños y familias retornados corren el riesgo de ser rechazados por sus familiares o comunidades en sus países de origen, así como de ver violados sus derechos. A menudo enfrentan graves discriminaciones y son vulnerables a la explotación, a ser reclutados por grupos armados o a ser empujados a realizar trabajos forzosos.

En lugar de enmendar los daños que las políticas de retorno de la UE y sus estados miembros ya han causado a los niños, el documento de la Comisión recomienda medidas que no harán sino agravarlos. Promueve menos garantías, devoluciones automáticas y más rápidas, más expulsiones forzosas y más detenciones.

Lejos de abordar los verdaderos desafíos migratorios que existen en toda la UE, estas propuestas sólo empeorarán la situación. Además, no hay evidencia de que la expulsión forzosa disuada a las personas de migrar. Obligarles a volver a situaciones insostenibles sólo aumenta el riesgo de nuevos ciclos de migración precaria e insegura.

Por encima de las decisiones políticas y del objetivo de hacer cumplir las normativas de retorno están las vidas de los niños y sus familias. La UE y sus estados miembros han liderado durante mucho tiempo la defensa de los derechos de los niños. Ahora les pedimos que respeten sus compromisos con ellos, independientemente de su situación migratoria.

Notas para los editores:
• Un estudio de UNICEF ‘Silent Harm‘ sobre el impacto psicosocial en los niños expulsados a la fuerza a Kosovo reveló que 1 de cada 3 mostraba signos asociados con el trastorno de estrés post-traumático, incluyendo perturbaciones del sueño, pesadillas, flashbacks, ansiedad derivada de la separación, aislamiento social y rabia o agresividad. Casi uno de cada dos adolescentes sufría depresión y uno de cada cuatro pensaba en el suicidio.

• Para testimonios de niños explicando cómo les ha afectado la experiencia de la expulsión forzosa (o el miedo a la misma), consultar los documentos ‘Silent Harm‘ (2012) Y PICUM ‘Hear Our Voices’ (2016).

• Una política de retorno voluntario bien implementada podría ser lo más favorable al interés de determinados niños, ya estén solos o en compañía de sus familias. Un procedimiento formal, sólido e individual para determinar precisamente cuál es ese interés superior del niño debe anteponerse siempre a los objetivos de control migratorio. Son necesarias numerosas garantías para asegurar que este procedimiento es correcto. No se puede retornar a los niños si los cuidados más inmediatos que se facilitan en el lugar de retorno pasan por la institucionalización.

• Más allá de cualquier decisión sobre retorno, independientemente de que afecte o no a los niños, debe permitirse el acceso efectivo de estas personas a información, recursos legales y asesoría legal. Para más información, consulte los Principios y Directrices recomendados sobre los derechos humanos en las fronteras internacionales del ACNUDH (2014).

• La detención nunca podrá coincidir con el interés superior del niño. Se ha demostrado repetidamente que el internamiento de los niños y las familias en centros de detención tiene un impacto profundo y negativo en su salud y bienestar, además de ser innecesario. Cada vez más normas de Derecho Internacional exigen a los gobiernos que pongan fin rápida y completamente a esta práctica. De hecho, todos los gobiernos de la UE se comprometieron a ello en la Asamblea General de Naciones Unidas, el 19 de septiembre de 2016. En lugar de efectuar detenciones, los estados deberían promover alternativas a la detención, facilitando a familias y niños alojamientos en entornos comunitarios. No sólo es una necesidad legal, es lo más eficaz y lo más barato.

Para obtener más información, sírvase dirigirse a:

Elisabeth Schmidt-Hieber, PICUM, +32 2 210 1780, elisabeth.schmidt-hieber@picum.org
Simon Ingram, Oficina de UNICEF, UE, +32 491 90 5118, singram@unicef.org
Irina Todorova, Oficina Regional de la OIM para el EEE, UE y la OTAN, +32 2 287 7113, itodorova@iom.int

Fuente noticia: https://www.unicef.org/spanish/media/media_95028.html

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