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Colombia: Insuficiencia de recursos del sistema público educativo nacional

América del Sur/Colombia/30-04-2021/Autor(a) y Fuente: www.fecode.edu.co

El siguiente es el desglose minucioso de los recursos que el Gobierno de Iván Duque destinó este año al sistema público educativo nacional, así como evidenciando el déficit en inversión que tiene el sector desde hace décadas.

Cada año cuando se aprueba el presupuesto general de la nación, el gobierno hace un anteproyecto de éste dependiendo de las necesidades de cada sector, para así conocer las insuficiencias que éste presenta y subsanarlas en el siguiente presupuesto. Sin embargo, en materia educativa las problemáticas en infraestructura, conectividad y garantías de bioseguridad, entre otras, se han hecho cada vez más evidentes debido a que los recursos para educación no son suficientes para atender las necesidades del sector y más aún si se tiene en cuenta que éstos son en su totalidad para todo el conjunto de la educación pública desde el preescolar hasta la educación superior.

Si bien, el presupuesto para la educación este año es de 47.3 billones de pesos, es importante precisar que se desglosa en dos principales rubros: funcionamiento e inversión, lo que significa que los gastos en funcionamiento corresponden a los recurrentes del sector para la prestación del derecho, y los gastos de inversión son los que están asociados al financiamiento de los servicios a cargo de las entidades territoriales y apuntan a la cobertura, calidad y eficiencia.

Ahora bien, los 47.3 billones de pesos del presupuesto para el sector educativo se encuentran distribuidos así:

Presupuesto Destinación
26.8 billones de pesos

Corresponden al

Sistema general de participaciones  

– Matrícula de 8 millones de estudiantes del sector público.

– Dotación, mantenimiento, construcción y servicios públicos de instituciones educativas.

– Pago de nómina planta docente nacional.

– Cierre de las 6 brechas estructurales (acceso al sistema educativo, canasta educativa, implementación de la jornada única, infraestructura educativa, relaciones técnicas y educación rural).

10    Billones de pesos -Para el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio, Fomag, que comprende salud y pensiones de los maestros.

4.7 billones de pesos – Recursos para la educación superior, asignados para el funcionamiento de las 33 universidades públicas del país.

4.3 billones de pesos – Que van desde la educación preescolar hasta la educación superior, distribuidos así: para la educación preescolar, básica y media son para infraestructura, calidad de la educación, primera infancia y educación rural. Para educación superior el 70% de estos recursos van para el ICETEX con el otorgamiento de créditos estudiantiles y programas de la generación e.

 

1.2 billones de pesos – Programa de Alimentación Escolar, PAE, destinando a las entidades territoriales, recursos que solo van dirigidos a la administración de este programa.

De otra parte, al analizar en detalle la regionalización del presupuesto de inversión educativa en los 33 departamentos incluido Bogotá, entre el año 2020 y 2021 para infraestructura educativa en los niveles preescolar, básica y media, tenemos que: cinco departamentos no tienen asignado ningún recurso para esta necesidad los cuales son: Caquetá, Norte de Santander, Putumayo, Vaupés y Vichada; y 13 departamentos para el año 2021 ven reducido el presupuesto entre el 6 y el 100% como: Amazonas (-19.4%), Atlántico (-67.6%), Boyacá (-59.22%), Caldas (-6.3%), Cauca (-55.9%), Cesar (-85.6%), Chocó (-58.8%), Córdoba (-32.4%), Cundinamarca (-29%), Guaviare (-100%), magdalena (-75%), Nariño (-7.2%) y Santander (-30%).

Este panorama, demuestra que el presupuesto destinado para la educación en el 2021 es insuficiente, no solo porque el déficit en inversión al sector asciende aproximadamente a los 90 billones de pesos, sino porque la pandemia trajo consigo otros retos en materia de inversión educativa. Así mismo, cómo evidencia que los recursos para la educación cada año son insuficientes, ya que no alcanzan para la canasta educativa como: mejoramiento de infraestructura, calidad de la educación, educación rural, matriculas estudiantiles, pago de prestaciones sociales del magisterio y dotación de herramientas escolares. Por eso, Fecode continuara en la lucha por la reforma constitucional al sistema general de participaciones para asegurar el crecimiento real y progresivo de los recursos que garanticen una educación digna y de calidad.

Fuente e Imagen: https://www.fecode.edu.co/index.php/insuficiencia-de-recursos-del-sistema-publico-educativo-nacional.html

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Colombia: Lo que no sabemos (y deberíamos tener claro) sobre el retorno a los colegios

América del Sur/Colombia/16-04-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

A la niñez del país y al cuerpo docente les urge volver a clases presenciales, pero la pelea por las condiciones de seguridad para hacerlo tiene enfrentados a sindicatos, sociedad civil y Ministerio de Educación. La desigualdad y la falta de información son factores determinantes e ignorados en la discusión.

Aunque pocos, hay diagnósticos que nos ayudan a entender el estado de la educación y de los colegios del país. Gracias a la sistematización del Laboratorio de Economía de Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, sabemos que hay casi ocho millones de estudiantes y 43.956 sedes educativas oficiales en Colombia, además de otras 10.000 que son privadas. También sabemos que el 90 % de quienes estudian allí pertenecen a estrados 0, 1 y 2, y que el 63 % de los estudiantes de colegios oficiales no tienen computador ni internet en su casa.

Pero no todos los colegios de Colombia son iguales, y aunque para todos los niños, niñas y adolescentes volver al colegio es una urgencia (como ha señalado en varias ocasiones Unicef), hay unos para quienes el asunto es de vital importancia. Por ejemplo, la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico), reportó cuarenta eventos en donde se habían podido reclutar o vincular a grupos armados 190 niños, niñas y adolescentes en el primer semestre de 2020. Otra urgencia es evitar el trabajo infantil, el aumento de la pobreza, el embarazo adolescente y el rezago de lo ganado en materia de educación para las niñas.

La semana pasada, el Ministerio de Salud anunció que será obligatorio que alcaldías y gobernaciones le pidan autorización para cerrar colegios por coronavirus. Esta medida se suma a las ya establecidas para la reapertura de colegios, que va lenta y cada día es más urgente. Pero la cancha está dividida: mientras la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) no ve garantías para el regreso, otra facción de académicos, padres de familia y pedagogos piden que se abran los colegios, y la voz de los niños no está por ninguna parte.

Lo que sí está claro es que la educación en Colombia no es solo desigual sino variopinta y, tras trece meses de encierro, aún no hay un diagnóstico general de qué necesita cada institución educativa para volver. Mientras una necesita abrir urgentemente para evitar el reclutamiento, otra necesitará mejorar los baños y el alcantarillado, alguna tendrá recursos propios para abrir (especialmente los privados), otra necesitará más docentes para cumplir con la alternancia sin sobrecargar laboralmente a los que ya están contratados, otros necesitan actualizar su currículo académico. Aunque esto debería estar en manos de las secretarías de Educación departamentales, aún no se ha adelantado en forma (a excepción de las secretarías de Palmira (Valle), el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Bogotá.

Dado que no todos los colegios tienen las mismas condiciones, y que no todas las zonas del país tienen la misma cantidad de casos de coronavirus, una de las propuestas para superar la desigualdad es que se abran los colegios tomando en cuenta los municipios que no tengan altas tasas de contagio. Esta idea fue informada por Silvana Zapata, epidemióloga de la Gobernación de Antioquia y una de las divulgadoras científicas en la pandemia.

La epidemióloga cruzó los datos de 39.276 instituciones educativas (IE) públicas del país con la afectación de COVID-19 por municipio y el porcentaje de ocupación de UCI en cada departamento, y calculó que 9.238 colegios podrían volver a tener actividades presenciales con riesgo bajo o nulo, el 23,5 %. De esos hay 2.387 que no son oficiales y que, se supone, deberían poder gestionar ciertas condiciones para volver, por lo menos en materia de infraestructura.

Aunque quienes exigen que se retorne a clases presenciales acogieron esta propuesta (que no es nueva, sino actualizada con datos más recientes), El Espectador no pudo determinar si alguna facción de la sociedad civil está en contacto con el Ministerio de Educación para discutir estas medidas. Al cierre de esta publicación, Constanza Alarcón, viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, no había respondido a las preguntas que este diario le hizo llegar a través de la jefatura de prensa.

El único contacto con el MEN, hasta donde sabemos, lo tiene la Fecode, que desde que se anunció la reapertura de colegios, en septiembre del año pasado, ha sentado su posición sobre no retornar hasta que “existan las condiciones necesarias”. Esto implica incluir al cuerpo docente y estudiantes como grupo priorizado en el Plan Nacional de Vacunación, que el coronavirus sea incluido como riesgo profesional ante EPS y aseguradoras, que se expida un certificado de comorbilidades para COVID-19, además de las otras peticiones (aprobación de las cesantías para vivienda, nivelación salarial, etc.).

“En las mesas que hemos tenido con el Gobierno propusimos que se hiciera un trabajo en terreno, sede por sede, para verificar que los protocolos funcionen como corresponde y ahí sí dar apertura, pero hay colegios que han comenzado sin tener eso y nadie lo vigila, ni siquiera las secretarías de Salud”, dice Martha Alfonso, vicepresidenta de Fecode.

Estos diálogos también evidencian cierta desigualdad, porque si bien Fecode ha exigido que los docentes sean tenidos en cuenta como personal de primera línea, otros critican que para abrir los colegios no se puede esperar a resolver una deuda histórica con los maestros, el clamor de investigadores en educación (que en muchos casos también son padres y madres con sus hijos en la casa desde hace trece meses) es que se abran los colegios con urgencia y que se garantice lo mejor posible la bioseguridad, pero esta facción no tiene diálogo con el Ministerio. Fecode, por otro lado, tiene manera de hacer presión gubernamental, dado que tiene representantes en prácticamente cada municipio y ha demostrado su capacidad de poner temas en la agenda pública, como con el paro de maestros de 2018, en donde tenían exigencias similares a las de este año (solo que la pandemia se sumó al pliego de peticiones de 2021).

Ni la niñez, ni la infraestructura de jardines y colegios, ni el cuerpo docente da espera, pero estamos en el momento más álgido del tercer pico y las UCI en Medellín o Bogotá están al máximo de su capacidad, ¿entonces qué hacemos?

Por ahora, y hasta donde sabemos, no hay propuestas formalizadas ante el MEN, aunque rectoras y rectoras hacen lo que pueden para mantener las clases sin importar si hay internet, computadores, caminos para llegar al colegio o no. El profesor Arlis Montilla, que enseña en un colegio de Chaparral (Tolima), opina que no puede volver a su colegio porque hay solo tres baños para noventa niñas y dos para noventa niños. “No hay lavamanos buenos y nosotros sacamos el agua de una quebrada que hay detrás del colegio, pero en invierno se crece y queda puro barro, y no tenemos agua. Yo por ahora no volvería. Sigo enviándoles tareas a mis estudiantes por WhatsApp, pero la conexión es pésima y muchos viven metidos en la montaña. Por eso necesitamos plata hasta para las fotocopias y no la hay, no la hemos podido redimir de la Secretaría por problemas administrativos”. De hecho, el MEN destinó $311.000 millones a las secretarías de Educación del país, pero solo el 23 % de esta plata se ha ejecutado.

Otros han tratado de actualizar la información local disponible. Por ejemplo, la Gobernación de Antioquia ya hizo el listado de cuántas sedes educativas de Antioquia no tienen agua, para saber a dónde dirigir los recursos que gira el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME). Por ejemplo, el 49 % de las que están en Urabá y el 18 % de las del Bajo Cauca no tienen acceso al agua. Pero no todas las secretarías tienen este diagnóstico y por eso el giro de dinero a las IES se dificulta. Según el MEN, se han asignado $400.000 millones para adquirir guías, talleres, textos y, en general, material de apoyo pedagógico; también recursos al Programa de Alimentación Escolar para garantizar un complemento alimentario en el período de la educación en casa.

“Desconozco los criterios con los cuales se hace la asignación de recursos, pero debería ser por el tamaño de la matrícula en cada colegio y por las necesidades de cada IES. Lo que me parece sorprendente es que trece meses después de los cierres de colegios aún no tengamos información oficial sobre las adecuaciones que necesita cada sede educativa, de las condiciones precisas en las que están los colegios colombianos”, dice Sandra García, de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, quien es defensora del retorno seguro a las aulas.

Otra apuesta es mejorar la virtualidad en zonas remotas. El Ministerio de Tecnologías y Comunicaciones anunció que les dará conectividad gratuita a 14.745 colegios oficiales hasta el 2031. Según El Tiempo, el proceso de licitación (que ganaron Claro y UT Centros Poblados) levantó algunas críticas en días pasados porque Camilo Ernesto Valencia Suescún, abogado de uno de los proponentes al proyecto Unión Temporal SES Inred, era asesor jurídico del Mintic.

Otra iniciativa consiste en invertir más en los estudiantes y maestros de colegios públicos, que concentran la mayoría del alumnado del país. Según la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá, en un colegio privado se invierten entre $20 y $50 millones por niño al año, mientras que en uno público se invierten $3′696.000. Al menos estos son los datos de 2014, la brecha entre las cifras se puede haber acrecentado. De hecho, Colombia no está entre los cinco primeros puestos en inversión del PIB para educación, a pesar de que por primera vez el presupuesto para educación superó al de defensa, en 2019.

Entre otras, tampoco está muy claro de quién sería la responsabilidad de un contagio dentro del aula. En marzo de este año, la Institución Educativa Altos del Rosario, en Sincelejo, fue cerrada por orden de la Secretaría de Educación tras la muerte de una docente por COVID-19. El retorno de los estudiantes a las aulas es voluntario, pero dejar de prestar un servicio educativo no, bien sea porque un colegio pierde sus matrículas y se ve obligado a cerrar o porque es imperativo garantizar la educación básica, primaria y secundaria. Por otro lado, es obligación de cada establecimiento dar estricto cumplimiento a los protocolos de bioseguridad, así que algunas instituciones (por ejemplo la U. de los Andes) han pedido a sus docentes firmar un documento en donde se les exime de responsabilidad por posibles contagios, dado que volver a la presencialidad es voluntad única del docente. Según Fecode, aún no han sido reemplazados los docentes fallecidos por coronavirus, y la sobrecarga laboral de los docentes está afectando su salud mental y su entorno familiar, pero a la fecha no hay diagnósticos ni encuestas que soporten esta obvia realidad. Al preguntarle al Ministerio si existen directrices que eximan al Estado colombiano por posibles contagios a consecuencia del retorno a la presencialidad, no obtuvimos respuesta.

Pero mejoras en la infraestructura y mayor inversión no son la única manera de lograr que la niñez vuelva al colegio y cerrar las brechas que había antes de la pandemia, pero aumentaron. Según Andrés Molano, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, “por ahora no hay nadie proponiendo nuevos modelos pedagógicos que puedan garantizar la interacción social, el aprendizaje del cuidado o los afectos. Las escuelas no son solo para enseñar a leer y escribir”.

Las realidades entre los colegios no son iguales y parte del problema, según Molano, es pensar en una solución única. Incluso, lo que consideramos desventajas pueden ser ventajas: “Un colegio rural, aunque no tenga el lavamanos o el acceso al agua potable, tiene la ventaja de la ventilación y los espacios abiertos que un colegio público urbano en Bogotá no necesariamente tiene. Hay que buscar la manera de examinar colegio por colegio. Además, se han cerrado calles enteras para abrir restaurantes, por qué no cerrar calles para hacer clases”.

“El primer paso es preparar a los colegios físicamente, pero más importante es desarrollar el aprendizaje y bienestar emocional perdido por el trauma del encierro. Ese debe ser el debate que nos convoque a quienes trabajamos en el sector educativo. La crisis de aprendizaje será tremenda y para eso hay que desarrollar nuevos modelos educativos y resolverla antes de avanzar”, dice García.

Por ahora, ante nuevos picos y la llegada de nuevas variantes del coronavirus, colegios de Toronto (Canadá) y Francia han decidido volver a cerrar hasta nuevo aviso.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/regreso-a-clases-lo-que-deberia-saber/

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Colombia: Las exigencias de Fecode para volver a la presencialidad

Por: Redacción Vida de Hoy

A través de un video los maestros pidieron agilizar el proceso de vacunación hacia este gremio.

A través de un video publicado en redes sociales, la Federación Colombiana de Trabajadores (Fecode) ha manifestado su posición frente a la alternancia y frente a las demoras del gobierno en la implementación de las medidas de bioseguridad en los colegios del Distrito.

Martha Alfonso Bernal, Segunda Vicepresidenta y Coordinadora de Derechos Humanos de Fecode, dice que «desde julio de 2020 Fecode solicitó al Ministerio de Educación Nacional, declarar la emergencia educativa para asignar recursos que posibilitaran adecuar las plantas para el retorno físico y universalizar la conectividad». Sin embargo, no se acogió.

Asegura también que presentaron una propuesta al Congreso de la República para que se hiciera una adición al presupuesto de educación 2021 de 650.000 millones de pesos para implementar los protocolos de bioseguridad «el Gobierno nacional se opuso rotundamente».

«Del presupuesto que existe(…) 400.000 millones de pesos, de los cuales solo se ha ejecutado el 23 por ciento por parte de las entidades territoriales certificadas. Le propusimos al Ministerio una verificación conjunta de sedes educativas para que se establecieran las inversiones mínimas ordenadas por el Ministerio de Salud para implementar los protocolos de bioseguridad, se negaron totalmente», recalca la Segunda Vicepresidenta.

Fecode también ha solicitado que se agilicé la atención de salud de pruebas covid para maestros y maestras: «hoy puede tardar hasta ocho días para que se ordene una de ellas. Así es imposible un testeo o un cerco epidemiológico a tiempo».

Solicitan que se acelere la vacunación para toda la población en el país, pues este será un factor determinante para el retorno presencial a los colegios.

«Seguiremos defendiendo la vida, la salud y la educación pública financiada y administrada por el Estado»; puntualiza Alfonso.

REDACCIÓN VIDA DE HOY

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Comunicado-FECODE: Continúa la Arremetida del Gobierno en Contra del Magisterio Colombiano

Desde el inicio del gobierno de Iván Duque se vienen generando situaciones que atentan contra las conquistas que a través de la lucha ha obtenido el magisterio colombiano. La eliminación de los factores salariales para liquidar la mesada pensional de cientos de maestros que han entregado buena parte de su vida al servicio de la educación pública estatal; la dilación frente al curso remedial para el ascenso de los 8000 maestros en lista, acordado con el Gobierno en la III cohorte de la ECDF; la declaratoria de legalidad de la Directiva Ministerial No. 11, mediante la cual se obliga a la comunidad educativa a regresar a las aulas en medio de la pandemia sin la verificación mínima del cumplimiento de las condiciones establecidas por el propio Gobierno; el incumplimiento de los contratos de salud por parte de los actuales prestadores sin que el Ministerio de Educación y la Fiduprevisora adelanten acciones efectivas que como fideicomitente y contratante les corresponden; la negación del derecho a la seguridad y salud en el trabajo de manera integral tal como lo establece el Decreto 1655 de 2015; adicionalmente en la actualidad, se impide a los trabajadores de la educación reclamar su dinero de cesantías cada vez que lo requieran para los fines establecidos, y en un contubernio del Ministerios de Hacienda y Educación, el Gobierno desconoce y bloquea el derecho reconocido por sentencia judicial de solicitar anticipo de sus cesantías sin la barrera de esperar tres años desde el último pago.

Leer el comunicado completo aquí: Comunicado FECODE

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Colombia: No será un fácil regreso a clases en medio de un segundo pico de la pandemia

América del Sur/Colombia/22-01-2021/Autora:Helena Calle/Fuente: www.elespectador.com

Los casos más preocupantes para reapertura se presentan en 2.796 sedes educativas que tienen más de 35 estudiantes promedio por aula.

El mensaje que Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, publicó la semana pasada es contundente: los niños no pueden permitirse otro año sin ir al colegio. “El precio del cierre de las escuelas (que en el momento álgido de los confinamientos por la pandemia afectó al 90 % de los estudiantes del mundo y privó del acceso a la educación a distancia a más de una tercera parte de los niños en edad escolar) ha sido devastador”.

El pasado junio, el Ministerio de Educación publicó los lineamientos para la “alternancia”, que ya comenzó a ser aplicada en colegios puntuales como el Marymount y el Rochester, en Bogotá y Chía (ambos privados). A vuelo de pájaro, depende de los padres o guardianes legales el retorno de los niños, pero la clave está en el aforo: entre estudiante y estudiante debe haber dos metros de distancia. El número de aforo se determina dependiendo del tamaño y el tipo de infraestructura, la jornada, la población que atiende, cuántos profesores hay por estudiante, la instalación de medidas de bioseguridad como lavamanos, y la entrega de tapabocas y caretas a los docentes. El uso del tapabocas es obligatorio.

En cuanto a Bogotá, ya está listo el regreso a clases de 399 colegios oficiales. En Antioquia, Alexandra Peláez, secretaria de Educación, dijo en Teleantioquia que regresarán cerca de 31.000 estudiantes a ocupar entre el 6 y 19 % de las sedes a partir del 1° de marzo.

Aunque algunos se oponen al retorno de niños al colegio, y a la larga depende de sus padres o custodios legales el permitirles volver, el retorno de las clases presenciales es una realidad que comienza este año. Aquí tratamos de responder algunas de las dudas que persisten antes del regreso a clases:

¿Hay más riesgo de contagio para los niños en los colegios?

La transmisión en las escuelas ha representado una minoría de todos los casos de COVID-19 en un país determinado. La mayoría de los niños no desarrollan síntomas cuando se infectan con el virus o presentan una forma muy leve de la enfermedad. No se ha encontrado evidencia que sugiera que los niños o los entornos educativos sean los principales impulsores de la transmisión del virus SARS-CoV-2.

Otro artículo (esta vez una preimpresión de la Asociación Nacional de Pediatría de Estados Unidos) analizó el riesgo de reinfección en colegios, hizo el rastreo epidemiológico de nueve semanas con más de 90.000 niños en Carolina del Norte (Estados Unidos) y determinó que la tasa de transmisión del Sars-Cov-2 era muy baja: 773 niños se contagiaron (de los cuales 32 contagios fueron en colegios) y no se registró ni un solo caso de transmisión del virus de niños a adultos. Todo esto gracias a medidas de distanciamiento social y disciplina en el uso del tapabocas.

¿Por qué algunos piden retrasar el regreso al colegio?

De acuerdo con Nelson Alarcón, presidente de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), no es prudente que los estudiantes vuelvan al aula en este momento: “Iniciemos como corresponde: que se mitigue la pandemia y se garantice la vida de los niños y los recursos que se han girado desde septiembre”. El año pasado, se giraron $92.000 millones desde el Fondo de Mitigación de Emergencias a las Secretarías de Educación, pero si tenemos en cuenta que hay 44.006 establecimientos educativos oficiales en Colombia, a cada una le tocan $2 millones. Es insuficiente frente a las inversiones que han realizado colegios privados como el Rochester, que gastó cerca de $400 millones en adaptación a los protocolos de bioseguridad.

Para Luz Karime Abadía, co-directora del Laboratorio de Economía en Educación de la Universidad Javeriana, los estudiantes de más bajos recursos son los más afectados por la pandemia, “no solo porque vienen rezagados en aprendizaje debido a la falta de herramientas tecnológicas para recibir las clases remotas, sino porque además no cuentan con los recursos económicos para adquirir elementos de bioseguridad Y agrega: “Es inaudito que la mayoría de los colegios no tengan las adecuaciones y los elementos necesarios para un retorno a las aulas, después de diez meses que se decretó la emergencia sanitaria y no se avanzó en este frente. Para un retorno seguro, es fundamental que todas las instituciones educativas tengan las herramientas esenciales para garantizar los protocolos de bioseguridad. Entre ellas tener la infraestructura que permita el distanciamiento social, servicios de agua y luz para el adecuado lavado de manos y dotación de implementos como termómetros, tapetes antibacteriales y elementos bioseguros, como tapabocas, gel antibacterial y alcohol”.

Sin embargo, epidemiólogas como Silvana Zapata, de la Gobernación de Antioquia, sugiere que comiencen a abrir los colegios en los municipios con menor cantidad de casos. “Seguiría un modelo de alternancia en los municipios con afectación moderada, que son 471, y virtual a los 157 municipios que tienen indicadores altos de afectación. Sin embargo para los de nivel alto (que pueden estar en las ciudades capitales) se pueden tener medidores de CO2 y métodos de alternancia. En el área urbana, hay que focalizarse en la ventilación, porque las medidas de agua, mascarilla y conectividad pueden estar mediana y altamente resueltas”, escribió en Twitter.

En cuanto a servicios como el agua potable, según datos del DANE, en el 2019 había nueve departamentos que no tenían un adecuado porcentaje de cubrimiento en el servicio de acueducto: Amazonas, Vaupés, Guaviare, Guainía, Vichada, La Guajira, Chocó, Cauca y Putumayo (menor al 70 %). Ninguna institución educativa de Chocó tiene agua potable de forma permanente y al menos 495 sedes estaban sin agua potable en Antioquia.

¿Cómo se adaptarán los colegios oficiales y rurales?

Parte de las preocupaciones sobre reabrir colegios se ha enfocado en la ruralidad. Por un lado, la infraestructura no es óptima, y garantizar condiciones de bioseguridad en esos espacios es complejo. De acuerdo con el informe “Reflexiones innegociables en educación básica y media para 2018-2022” publicado por la Fundación Empresarios por la Educación en 2018, en Colombia había más de cinco millones de niños y adolescentes por fuera del sistema educativo nacional, un tercio del total de menores de edad que habitan en el país. El 40 % de esa población que no asistía a la escuela vivía en zonas rurales afectadas por el conflicto armado.

En las zonas rurales, por ejemplo, solo el 37 % de los centros educativos tienen agua potable, mientras que en la ciudad el 100 % de los colegios tienen garantizado este servicio. Algo parecido ocurre con el acceso a internet.

Según el Laboratorio de Economía de la Educación de la U. Javeriana (LEE), el 79 % de los 9’302.507 estudiantes del país pertenecen a colegios oficiales y aunque son más las sedes de colegios oficiales (44.006) que las no oficiales (9.843), el número de estudiantes por sede y por curso es significativamente mayor en los colegios oficiales: “Mientras en los colegios oficiales se estiman treinta niños por curso, en los no oficiales este número es de aproximadamente veinte (un 33 % menos). Los casos más preocupantes para consideraciones como la reapertura se presentan en 2.796 sedes educativas que tienen más de 35 estudiantes promedio por aula (1.682 oficiales y 1.114 no oficiales)”, escribieron en un informe publicado en julio de 2020.

Sin embargo, esto puede ser positivo para los colegios rurales. Según el LEE, en los establecimientos oficiales hay alrededor de 600 alumnos por sede urbana y 61 por sede rural (lo que garantiza que habrá más distancia social) y en el sector oficial, independientemente de la zona de atención, la razón de alumnos por sede es de 200, aproximadamente.

También preocupa que una gran parte de los niños del país no tiene acceso a internet ni computadores. Según cifras recopiladas por el LEE, la falta de internet afecta a 1’969.969 estudiantes rurales y rurales dispersos; es decir, que no habitan en la cabecera municipal y que, por lo general, carecen de servicios públicos, según cifras de Mineducación.

¿Qué pasará con los profesores mayores de sesenta años?

No podrán dar más clases presenciales por el momento. De hecho, ni estudiantes ni docentes con comorbilidades (diabetes, hipertensión, asma u obesidad, entre otras) podrán volver al aula por ahora. Cabe resaltar que dentro de lo propuesto por el Mineducación no hay propuestas para atender la salud mental de esta población en medio de la pandemia. En promedio, dos de cada diez docentes de educación básica y media oficial en Colombia son mayores de sesenta años, el 30 % de los cuales están en Quibdó, Pasto y Neiva.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/no-sera-un-facil-regreso-a-clases-en-medio-de-un-segundo-pico-de-la-pandemia/

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Firma a petición de la Campaña Mundial de Solidaridad con FECODE y el Magisterio Colombiano

Por: Otras Voces en Educación

Portal Otras Voces en Educación (OVE) lanzó esta petición dirigida para Directora General de la UNESCO

El magisterio colombiano y sus sindicatos agrupados en la Federación Colombiana de Educadores (FECODE), son un referente internacional respecto a la lucha sindical, la construcción pedagógica alternativa, y por su constante defensa de los derechos humanos y de la democracia.

El movimiento pedagógico colombiano, desde la década de los ochenta del siglo pasado, desarrolló una hermosa experiencia de vínculo entre la educación emancipadora para todo el pueblo y la defensa de los derechos de les trabajadores de la educación.

Lee todo el comunicado y firma la petición
http://chng.it/QSf2bPVdHS

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Colombia: La propuesta sobre Fecode contenida en el referendo uribista

América del sur/Colombia/Noviembre 2020/semana.com

El Centro Democrático dijo que su iniciativa busca que haya educación de calidad. Los docentes manifestaron su posición.

El Centro Democrático presentó los argumentos en su propuesta de referendo, específicamente en el capítulo de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode). “El Estado deberá garantizar la gratuidad en la educación para todos los colombianos, quienes según el nivel de ingresos podrán elegir si desean estudiar en una institución pública, privada, mixta o solidaria. Para ello, el Estado deberá ser el mayor financiador de la educación, subsidiando hasta en un 100% la enseñanza, incluso en instituciones privadas para aquellos estudiantes provenientes de los sectores más vulnerables del país”.

De acuerdo con la colectividad, “uno de los grandes problemas que tiene el país es que un amplio sector de la población no tiene acceso a la educación, debido a la falta de recursos. Por eso, la gratuidad debe tener una focalización socioeconómica que identifique a aquellos estudiantes de los estratos más bajos, para que accedan a la financiación necesaria que les permita entrar a instituciones educativas de la mejor calidad”.

El partido del uribismo fue especialmente crítico al señalar que Fecode no debe adoctrinar sino enseñar. “En este primer borrador de referendo no se está discutiendo si la formación debe ser pública o privada, lo que se busca es garantizar que haya educación, no adoctrinamiento. El monopolio oficial a través de Fecode ha sustituido la ciencia y la libertad de enseñanza, por el adoctrinamiento político a nueve millones de estudiantes en el país”.

En Vicky en SEMANA, el presidente de Fecode, Nelson Alarcón, dijo que ellos no adoctrinan a los alumnos y sí terminan estigmatizados. El presidente de Fecode consideró que el debate no es movilizar a los estudiantes a colegios privados o la virtualidad de clases en el marco del coronavirus. El asunto radica, insistió, en mejorar políticas de conectividad y mejorar las condiciones para que los estudiantes de colegios públicos puedan recibir información adecuada en sus centros educativos. “Aquí el tema de los bonos viene en una política de privatización de la educación pública, un derecho constitucional que tiene la clase más vulnerable”, dijo Alarcón al indicar que no comparte la tesis de que se contemple un modelo de educación político privada.

Los bonos a los que refirió Alarcón fueron mencionados en su momento por la congresista Paloma Valencia, del Centro Democrático. La senadora Paloma Valencia habló con Vicky en SEMANA de la propuesta que lanzó de darles un bono a estudiantes de colegios públicos en caso tal de que la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) decida no regresar a las aulas. “Si Fecode no quiere volver a clases, el Gobierno debe ofrecer de manera inmediata un bono escolar para que los padres puedan llevar a sus hijos a colegios privados”, fue el mensaje que la congresista publicó en Twitter con su iniciativa.

Hasta ahora, integrantes de esa colectividad e integrantes de Fecode han chocado porque, por un lado, los educadores se resisten al regreso a clases presenciales. Y, por el otro, por el supuesto adoctrinamiento a los estudiantes con las filiaciones políticas de los docentes del sector público. A juicio de Fecode, hay colegios públicos que no cuentan con los elementos de bioseguridad y por tanto la salud y la vida de la comunidad educativa está en riesgo.

A su modo de ver, lo que requiere es inversión por parte del Gobierno y por eso le han hecho saber al Ministerio de Educación. Sin embargo, dijo Paloma Valencia, si bien es cierto algunos requerimientos son razonables, también es cierto que atender todas las demás de Fecode implicaría mucho tiempo y por ello es necesario buscarles una solución a los estudiantes de instituciones públicas.

Alarcón señaló que hay intenciones de privatizar la educación, mientras la congresista del Centro Democrático lo negó. “Los docentes son evaluados al ingreso, en periodo de prueba, en ejercicio mientras demuestra lo que hace y al final de año. Todos los días se evalúan a lo maestros. Tenemos más de 100.000 maestros, doctores y ganan 1′400.000 pesos. Aquí hay mucha tela por cortar”.

“No queremos privatizar la educación, no. La educación pública hay que fortalecerla y que el ciudadano escoja si quiere educación pública o privada. Uno no tiene que quedar obligado por su nivel económico”, aseguró. Fecode, por su parte, aseguró que los bonos buscan favorecer personas. “Haría una pregunta suelta y es a cúanto equivalen esos bonos. Hay que fortalecer la educación pública”. El debate sigue abierto.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-propuesta-sobre-fecode-contenida-en-el-referendo-uribista/202007/

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