España: Calendario escolar en Asturias | Primaria y Secundaria comienzan y finalizan el curso el mismo día por primera vez

Europa/España/01-04-2022/Autor(a) y Fuente: www.elcomercio.es

El curso en Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato comenzará el 12 de septiembre y concluirá el 23 de junio.

La Consejería de Educación ha aprobado hoy el calendario escolar para el próximo curso (2022-2023), que unifica por primera vez el inicio y el final del curso de Infantil y Primaria con el de Secundaria y Bachillerato. La supresión de los exámenes de recuperación de septiembre en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), tras la entrada en vigor de la LOMLOE, ha permitido ajustar las fechas, ya que los centros tendrán más margen organizativo.

Por otra parte, la estructura del calendario escolar mantiene los periodos de respiro en mitad de los dos primeros trimestres, que son los más extensos. Las vacaciones de Navidad suman 16 días y las de Semana Santa se alargan a 11 para favorecer el descanso del alumnado. Estas últimas se reparten por delante y por detrás del puente festivo.

La directora general de Planificación e Infraestructuras Educativas, María Elena Arango, ha presentado una propuesta que trata de conciliar las peticiones presentadas por adelantado por representantes de las familias, los sindicatos de la enseñanza pública y de la privada-concertada y las direcciones de los centros, a través de los comités.

«La organización que hemos sacado adelante intenta acercar las posturas de toda la comunidad educativa, con un equilibrio entre los trimestres y ofreciendo una respuesta a las necesidades metodológicas y pedagógicas que requiere el alumnado», ha explicado Arango.

El calendario mantiene 177 días lectivos, a los que hay que descontar los dos festivos de cada concejo.

El curso en Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato comenzará el 12 de septiembre y concluirá el 23 de junio. Se conservan los dos principales periodos vacacionales: el primero, del sábado 24 de diciembre al domingo 8 de enero, y el segundo, del sábado 1 de abril al martes 11 de abril.

Además, se introducen dos periodos de respiro de cinco días cada uno y uno de cuatro en mitad de los dos primeros trimestres. El primero de estos puentes está previsto al mes y medio del inicio de las clases. Así, se fijan como no lectivos el 31 de octubre y el 2 de noviembre, que se unen al 1 noviembre, festivo nacional, y al fin de semana.

El de cuatro días coincide con el puente de la Constitución. Se considera no lectivo el lunes, día 5 de diciembre, que se encadena al puente y al día de la Constitución. No obstante, sí habrá clase el miércoles 7 y el viernes 9.

El segundo descanso de cinco días llegará en febrero. Así, se establecen como no lectivos los días 17, 20 y 21, que se unen nuevamente a un fin de semana, coincidiendo con Carnaval.

Con este calendario, el alumnado tendrá 68 días de clase en el primer trimestre, 57 en el segundo y 52 en el tercero.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/asturias/calendario-escolar-asturias-2022-2023-20220331150447-nt.html

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Los profes opinan: así ha sido el curso 2020-21 en pandemia

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Docentes de Secundaria y expertos comparten sus impresiones sobre el curso que acaba de terminar protagonizado por la pandemia.

Termina uno de los cursos escolares más complicados que se recuerdan en el que la pandemia mundial ha sido protagonista indiscutible. En EDUCACIÓN 3.0 hemos querido conocer de primera mano la opinión de los docentes sobre cómo han vivido este año, cómo tuvieron que recuperar los contenidos que no se pudieron impartir durante el confinamiento y, por supuesto, surgen cuestiones que, muy probablemente, estarán en la mente de los profesionales del sector relacionadas con la formación ofrecida al alumnado. Así ha sido el curso 2020-21, según docentes y expertos:

Volver después del confinamiento

Para hablar de este curso recién terminado, es preciso remontarse al anterior ya que, debido al confinamiento, quedaron contenidos sin impartir. Así lo corrobora el ‘Profe Ramón’, profesor de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria en un centro de Sevilla y autor del libro ‘#SoyMaestro de Tuit en Tuit’, que cuenta que la materia que no se pudo impartir durante el confinamiento, se trató en cuanto comenzó este curso. No obstante, deja claro que la vuelta al cole no fue fácil: “Los protocolos y las medidas de seguridad en los centros educativos repercutieron de lleno en los horarios de las clases, en las entradas y salidas, en las metodologías a emplear (no hemos podido trabajar en cooperativo, por ejemplo), lo que ha dificultado mucho, otra vez, terminar las programaciones en algunas materias”. Esto, según explica, supone que el próximo septiembre tendrán que volver a “hacer un nuevo repaso de aquellos contenidos que se quedaron en el limbo”.

¿Ha afectado la pandemia al cumplimiento del temario este curso?

Francisco Vicente Alemany, docente de Historia en 1º y 2º de Bachillerato en el IES Gabriel Miró de Orihuela (Alicante) apunta por su parte que a muchos de sus alumnos les ha terminado pasando factura este año el final del curso pasado. Esto se ha debido en su opinión a que se ha utilizado parte del comienzo del curso 20-21 para repasar lo que quedó fuera del temario por el confinamiento y, también, porque siguiendo las directrices de la comunidad autónoma se ha tenido que impartir el mismo temario en la mitad de horas lectivas: “Por cuestiones sanitarias se planteó el desdoblamiento de los grupos por días de asistencia, sin que existiera como alternativa el aumento de espacios y de personal docente, o la dotación tecnológica para las clases online en tiempo real”, explica.

A vueltas con el modelo híbrido

“A nuestro alumnado la semipresencialidad le ha afectado en dos sentidos”, continúa Alemany. “El no asistir al centro todos los días ha permitido a los estudiantes tener tiempo para organizarse y sacar adelante tareas de todo tipo dentro de las aulas virtuales pero, para la mayoría, la falta de ritmo y de una rutina de trabajo, esfuerzo y dedicación les ha provocado un efecto contraproducente y ha favorecido la ‘desconexión de un viernes’ constante”.

¿Se han resentido los conocimientos? Alemany es tajante: “Sin duda, ya que no ha quedado más remedio que tomar una decisión: o seleccionar ‘lo importante’ o hacer un repaso liviano a los contenidos para concluir de forma aceptable el temario”. Sea como fuere, añade: “En cualquier caso, el profesorado ha hecho un esfuerzo titánico por intentar mitigar los efectos que esta situación puede provocar a corto plazo”.

Sin embargo, el Profe Ramón cree que no se ha reducido el nivel de formación de los jóvenes. “Durante el confinamiento y la posterior modalidad semipresencial la comunidad educativa ha realizado un sobreesfuerzo increíble por hacer que su alumnado no solo avance en las diferentes materias, en las que creo que sí que han salido preparados, sino que además se hayan sentido en todo momento protegidos y seguros, además de acompañados”.

¿Y sobre el curso que viene? “Lamentablemente la sensación de improvisación que se tuvo hace un año cuando se preparaba el curso 20-21, vuelve a repetirse, ya que ninguna de las medidas que realmente pudieran mejorar la calidad educativa (al margen de la enésima ley educativa) parece vislumbrarse: el aumento de espacios, recursos y docentes es clave. La reducción de la ratio junto con la presencialidad sí que es la fórmula de éxito”, zanja el docente.

Nuevas habilidades

A pesar de no haberse completado el temario en muchos casos, algunos expertos creen que toda esta situación ha servido para que los jóvenes desarrollen habilidades sociales que les será de utilidad en un futuro. Así, Jordi Perales y Sylvie Pérez, psicólogos investigadores y expertos en el ámbito educativo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), creen que la crisis sociosanitaria no ha implicado una pérdida en la adquisición de conocimientos curriculares. Según ellos, “aprenden en cada situación en la que se encuentran y es innegable que la preparación que tienen actualmente es seguramente más completa y compleja que la que tenían previa a la pandemia”.

Nuevas habilidades adquiridas durante este curso 2020-21 en pandemia

Ambos están de acuerdo en que esta nueva realidad ha ‘empujado’ a los adolescentes a aprender a manejarse con la incertidumbre, lo cual puede tener consecuencias positivas en su futuro laboral. De hecho, en un estudio llevado a cabo por LinkedIn en 2020, entre las habilidades blandas más demandadas por las empresas se encuentra la adaptabilidad y, en otro informe publicado por IEBS Business School en 2021, señalan la flexibilidad. “Cada generación ha sido preparada según los conocimientos, habilidades y necesidades de su momento actual. Es difícil prepararse para trabajar en un mundo cada vez más cambiante, más impredecible y menos seguro. Y quizás, en este sentido, la capacidad de adaptación al cambio será una de las habilidades clave en el mercado laboral. Se trata de poder adaptarse a una incertidumbre continua para dar respuesta a situaciones nuevas e imprevistas”, concluyen Perales y Pérez.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/curso-2020-21-en-pandemia/
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Lo que hay detrás de los regalos de fin de curso a los profesores

Por: Carlota Fominaya

Esto es lo que según los expertos implica hacer un presente a los docentes de tu hijo.

Llega el fin de curso, y empiezan a arder los grupos de WhatsApps. La propuesta de regalar un detalle (y por qué importe) al profesor centran el tema, junto con la búsqueda también del padre o madre voluntario que se va a encargar de ir y escoger el presente. De hecho, tal y como reconoce Verónica Rodríguez Orellana, psicóloga y directora en Coaching Club, «a estas alturas del año el regalo a los profesores es un tema que, en muchas ocasiones, se trae a sesión de terapia».

Ella misma trata a una paciente con una niña de 11 años que se cuestiona el hecho de tener que hacerle un regalo a los maestros que ha tenido su hija a lo largo del año lectivo. «¿Por qué tengo que escoger algo, ponerme de acuerdo con el resto de los padres, entrar en un tira y afloja para luego pagar por algo que en el fondo ni siquiera estoy de acuerdo con ello? Se cuestiona la mujer en nuestras charlas», asegura Rodríguez Orellana.

A la pregunta de esta experta sobre qué le parece a esta madre que sería más interesante hacer, ella propone que sean los propios niños que valoren, que sean a ellos a los que se les enseñe a dar lo que ellos, tienen ganas de ofrecer realmente. «Es una propuesta que está empezando a circular entre algunos progenitores. Reúnen a sus niños y salen cosas muy interesantes como por ejemplo: dibujos, pasteles que luego reparten y comen todos juntos, cuentos, cartas colectivas, collages, videos, canciones. Todas producciones realizadas por los propios interesados, los niños, que han tenido al docente a lo largo del año. De esta forma ellos aprender el valor de dar algo que no tiene que ver ni con el dinero, ni la clase social, solo tiene que ver con el agradecimiento que cada uno pueda sentir».

Cuando finalmente se regala…

La realidad es que finalmente la mayoría de las familias participan en el regalo material que han consensuado vía WhatsApp y, tal y como indica la psicóloga Sheila Alcaraz, directora y Psicóloga de Instituto Alcaraz, con hechos como este «nos olvidamos de dar ejemplo». «Si a un profesor por terminar un curso le regalamos un objeto, ¿qué podemos esperar que nos pidan nuestros hijos? En este caso, podríamos actuar en consecuencia y una opción podría ser que los alumnos participaran en alguna dinámica en el aula para cuidar, acoger y mimar al profesor, tal como él ha hecho durante el curso, o bien preparar alguna clase con un tema de interés del mismo. La enseñanza en este caso es la consecuencia a su conducta “tú me cuidas y yo te cuido”», razona Alcaraz.

De hecho, tal y como recuerda la psicóloga Úrsula Perona, autora de Hijos de Alta Demanda (Ed. Toromítico), «hay un dicho que sugiere: ‘Lo que se paga no se agradece’». Sin embargo, Perona también cree que esto tiene matices. «Cuando uno hace lo esperado en su trabajo, es cierto que su sueldo cubre esto. Pero y el ¿sobreesfuerzo? ¿Y lo que se sale de los mínimos? Es una cuestión muy personal, y cada madre o padre debe sentirse en la libertad de poder elegir si quiere o no participar de este detalle. Y en ambos casos estará bien». Recordemos, añade Perona, «que en el acto de regalar hay afecto, hay respeto, hay cariño y muchas otras emociones. Eso es lo que encierra un regalo. Y no tiene nada de malo si nos nace y nos apetece tener un detalle con el profe de nuestro hijo».

Así lo corrobora Maribel Martínez, psicóloga, directora del Centro Terapia Breve y autora de «¿Cuántas veces te lo tengo que decir?» (Ed. Arpa), para quien el objetivo de este regalo «no es otro que el agradecimiento, no la coacción». «Y este es un gran valor que todos deberíamos tener. Educar a los hijos en los valores es una de nuestras misiones como padres. Hacer partícipes a los hijos del regalo al profesor es ser un ejemplo de agradecimiento. La imitación es uno de los mecanismos de aprendizaje básicos. Los padres somos un modelo para los hijos. Así que, en este sentido, propongo que ese agradecimiento sea compartido por padres e hijos. Aunque se pueda comprar algún detalle, el mejor regalo para elprofesor no se puede comprar, porque es el que proviene de sus alumnos: un dibujo, una carta o una manualidad son un tesoro».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-detras-regalos-curso-profesores-202106210057_noticia.html

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Fin de curso: trozos y retales

Por: Xavier Besalú

Pobreza, educabilidad, papel docente, sexismo y flexibilidad y ganas de mejora con algunos de los elementos que no debemos olvidarnos al pensar en la escuela, en la educación.

Uno. Aunque se trata de un clásico, al menos desde el Informe Coleman, no está de más recordarlo cuando lo profundo tiende a difuminarse y lo aparente se expande: “El 90% de los que nacen pobres mueren pobres, por más esfuerzo o mérito que hagan, mientras que el 90% de los que nacen ricos mueren ricos, independientemente de que hagan o no mérito para ello”. Lo ha proclamado Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía. No lo leo como una defensa del determinismo sociológico, sino como una nueva llamada de atención a un grave problema, como un poner el foco sobre lo esencial. ¿Se acuerdan ustedes de aquellos que lo basaban todo en la llamada cultura del esfuerzo? ¿De aquellos que atribuyeron el fracaso y el abandono escolar a los propios alumnos por no esforzarse como es debido? ¿Cuántas veces –desde la propia institución escolar- no hemos hecho gala de la igualdad con que tratamos a los alumnos, de la igualdad de oportunidades que se les ofrece y de que los resultados obtenidos, en consecuencia, serían estrictamente debidos a sus capacidades individuales? La pobreza en la escuela es una realidad invisible, una situación que poco a poco va revistiéndose de nuevos ropajes, de forma que el que entró pobre en muchos casos acabó saliendo suspendido o sin expectativas…

Dos. Xavier Bonal, sociólogo, reclama “más educabilidad y menos educación” si de verdad queremos mejorar los resultados escolares de los pobres, porque los factores asociados a la pobreza (capital económico, capital cultural, red de relaciones, expectativas instructivas y laborales, condiciones sanitarias y alimenticias, uso del tiempo libre, etc.) impiden en gran manera el aprovechamiento de las oportunidades educativas. Poner el acento en la educabilidad tiene como mínimo dos consecuencias. La primera: que garantizar el acceso a un puesto escolar es de todo punto de vista insuficiente. Porque, debido a la segregación sistémica que se da en muchas ciudades españolas, no todas las escuelas disponen de los recursos, contextos y ambiente adecuados. Porque la equidad debe demostrarse también en todo el recorrido escolar, desde que se entra en él hasta que se sale, y en garantizar a todos el dominio de las llamadas competencias básicas y la adquisición de los saberes indispensables para poder seguir en el sistema o para seguir aprendiendo autónomamente a lo largo de la vida. La segunda: que la política educativa no se agota, ni queda restringida, al ámbito del Ministerio de Educación, sino que compete a las políticas del gobierno en general, de manera especialmente significativa a las que dependen de los Ministerios de Igualdad; Sanidad, Consumo y Bienestar Social; Ciencia; Alimentación; Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; Cultura y Deporte…

Tres. La escuela y los profesores cuentan. Sabemos que las desigualdades estructurales delimitan y comprimen el campo de posibilidades. Tenemos claro que la enseñanza no es un mundo aparte, sino que se inscribe en el conjunto de políticas y acciones sociales que buscan mejorar la vida de todas las personas, especialmente de las más necesitadas o vulnerables. Pero una vez conseguida la escolarización universal –logro que desgraciadamente todavía no ha llegado a todos los rincones del mundo, no lo olvidemos– los educadores adquirimos una responsabilidad ante la sociedad en su conjunto, ante cada familia en particular y ante cada alumno en singular. “No nos podemos contentar con dar de beber a quienes ya tienen sed; también hay que dar sed a quienes no quieren beber”, nos dice el pedagogo Philippe Meirieu. Ahí radica el núcleo duro del oficio de educar: en buscar, proponer, organizar, mostrar, ejemplificar… alternativas, posibilidades, situaciones, actividades, retos, problemas… que saquen a la luz el deseo de aprender, el ansia de corregir lo que sale mal, el anhelo de comprender lo que parece incomprensible, las ganas de saber, de todos y cada uno de los alumnos, especialmente de aquellos que parecen menos predispuestos o más alejados de la cultura escolar. Aunque la situación no es equivalente, puede ser útil comparar el docente con un entrenador deportivo que busca que cada jugador dé lo mejor de sí mismo y, para ello, procura conocer lo mejor posible a cada uno de sus pupilos, sus carencias y sus posibilidades, para corregir aquellas y potenciar éstas, no para calificarlas, sino para que todos aprendan y mejoren. En contrapartida, ningún jugador tiene la tentación de esconder sus debilidades y errores –como sí ocurre lógica y desgraciadamente en las aulas– sino que es el primero en ponerlas de manifiesto justamente para poder enmendarlas…

Cuatro. El sexismo, la consideración de que las mujeres son inferiores a los hombres, es una discriminación profundamente arraigada en nuestra sociedad y, por ello, muy difícil de revertir. El sexismo tiene manifestaciones dramáticas que afortunadamente la sociedad española mayoritariamente ya no excusa, ni consiente: la violencia de género en los hogares españoles, los abusos y violaciones en el espacio público… la violencia y la violación como técnica de humillación y de combate en tantas guerras y éxodos… Pero más allá de estas agresiones inadmisibles y reprobables, hay todo un mundo de creencias, de imaginarios, de actitudes, de predisposiciones, sutiles, cargadas de ambigüedad, interpretables, que responden a esa misma matriz sexista, androcéntrica, patriarcal. Una de las estudiosas más persistentes de cómo se construye esta ideología y de cómo puede repararse y combatirse desde la educación es Marina Subirats que, en uno de sus últimos artículos publicados, hace especial énfasis en la educación infantil: “El género se adquiere por transmisión desde el nacimiento, al mismo tiempo que se adquiere el idioma o el movimiento, puesto que son mensajes que están en todas partes. Entre los tres y los cuatro años los niños ya muestran desprecio por los juguetes o ropas de niña y las niñas se apartan cuando un niño quiere coger una bicicleta o un juguete”. Si tenemos evidencias más que suficientes de la importancia de la educación infantil, tanto para compensar las carencias y las distancias de las criaturas de familias pobres, como para combatir desde su misma raíz el racismo, el sexismo y la LGTBIfobia, que impregna todavía la cultura y la vida cotidiana, no se explica que los espacios educativos para los niños de 0 a 2 años no sean considerados un servicio público universal y gratuito como lo es el parvulario y se dejen al albur del mercado y de las cuotas, también los centros públicos, muchos de ellos en manos municipales. Dice también Subirats: “Cuando llegan a la adolescencia ya es demasiado tarde” y es sumamente complicado revertir la creencia de que los géneros son fruto de la naturaleza y que ésta ha establecido la superioridad del macho sobre la hembra.

Y cinco. Me gusta la gente que duda, la que está dispuesta a cambiar, a probar; la gente que tiende a ser comprensiva, a perdonar, a ser flexible; aquella que atiende a los matices, a las circunstancias, y no se aferra a los principios, a las tablas de la ley como argumento inamovible y definitivo, caiga quien caiga y tenga las consecuencias que tenga. Por eso cito al filósofo Josep Maria Terricabras, que ahora ejerce de eurodiputado: “Los valores absolutos se mueven siempre en una especie de cielo platónico, lejos de la realidad: si se afirma que aquellos valores valen para siempre y en cualquier circunstancia, es precisamente porque allí, en el paraíso, no hay vida ni circunstancias. Los valores absolutos solo valdrían para un mundo absolutamente puro, pero no para el nuestro, avezado, complejo, ambiguo, difícil”. La ética de los principios absolutos y permanentes suele ser el camino más directo a toda clase de fundamentalismos, políticos, religiosos, pedagógicos… Lo contrario no es –como algunos pretenden– ni el relativismo del todo vale, ni la inseguridad del que siempre se abstiene, ni la indiferencia del que pasa de todo, sino la actitud del que escucha al otro, del que está dispuesto a contrastar sus argumentos, del que está convencido de que la perfección total solo puede existir en algunas pruebas de gimnasia…

¡Feliz verano!

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/07/16/fin-de-curso-trozos-y-retales/

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Educación para el cambio.

Por: Maria Ángeles Pastor.

El adelantado el fin de curso por las fechas del Rocío, los estudiantes de 2º de Bachillerato empiezan ya a preparar la nueva PBAU, prueba que ha sustituido a la llamada Selectividad cambiando de nombre para seguir prácticamente como estaba. El simulacro ha servido para tener desorientados a profesores y alumnos durante buena parte del curso, con daños colaterales en los currículos de algunas materias. No importa demasiado: en la enseñanza estamos acostumbrados desde siempre a lidiar con los cambios, muchos de ellos acompañados de un agudo enfrentamiento político y un abultado debate social.

En este sentido, el caso de la Lomce no ha sido distinto. Es bueno que la discusión acompañe los cambios que se decidan en el sistema educativo, porque nos lo jugamos todo ahí: la educación está conectada con el futuro, con el tipo de sociedad que buscamos, con los valores ciudadanos que queremos. Por eso es tan absurdo que el grueso del debate educativo se centre en asuntos periféricos. Claro que tenemos que innovar en las formas de enseñar y aprender, pero lo decisivo no se juega en las competencias, estándares o lo que al próximo pedagogo se le ocurra, sino en qué se enseña, qué se aprende, para qué y al servicio de quién.

Nuestros alumnos (y alumnas, para que los de coeducación de la Junta no se enfaden) aprenden a ser buenos productores y consumidores, en un contexto marcado por la precariedad que no les dejará mucho tiempo para ocuparse en cultivar su espíritu crítico. Aprenden a ser constantemente sometidos a evaluaciones externas (ellos mismos, y los centros en los que estudian), y a continuación clasificados como le interesa al sistema -la nota de corte le corta la vida a más de uno-. Y están desconectados de muchas de las problemáticas sociales a las que tendrán que enfrentarse. ¿Cómo afrontarán en el futuro el hundimiento de la democracia tal como la conocemos, los movimientos migratorios que no han hecho más que empezar, la crisis ecológica que nos obligará a vivir de otra manera…? De todo esto, la escuela no quiere saber nada.

Querremos ciudadanos honestos, participativos y autónomos, pero les enseñamos individualismo, competitividad y sumisión, aunque no exista asignatura alguna con esos nombres. No hacen falta tantos cambios en educación, que se lo digan a los que han terminado 2º de Bachillerato. Lo que necesitamos, cada vez con más urgencia, es una educación para el cambio.

Fuente: http://www.huelvainformacion.es/opinion/articulos/Educacion-cambio_0_1139886097.html

Imagen: https://image.slidesharecdn.com/unaeducacinparaelcambioexpo-140710030052-phpapp02/95/una-educacin-para-el-cambio-expo-1-638.jpg?cb=1404961295

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