Lo que hay detrás de los regalos de fin de curso a los profesores

Por: Carlota Fominaya

Esto es lo que según los expertos implica hacer un presente a los docentes de tu hijo.

Llega el fin de curso, y empiezan a arder los grupos de WhatsApps. La propuesta de regalar un detalle (y por qué importe) al profesor centran el tema, junto con la búsqueda también del padre o madre voluntario que se va a encargar de ir y escoger el presente. De hecho, tal y como reconoce Verónica Rodríguez Orellana, psicóloga y directora en Coaching Club, «a estas alturas del año el regalo a los profesores es un tema que, en muchas ocasiones, se trae a sesión de terapia».

Ella misma trata a una paciente con una niña de 11 años que se cuestiona el hecho de tener que hacerle un regalo a los maestros que ha tenido su hija a lo largo del año lectivo. «¿Por qué tengo que escoger algo, ponerme de acuerdo con el resto de los padres, entrar en un tira y afloja para luego pagar por algo que en el fondo ni siquiera estoy de acuerdo con ello? Se cuestiona la mujer en nuestras charlas», asegura Rodríguez Orellana.

A la pregunta de esta experta sobre qué le parece a esta madre que sería más interesante hacer, ella propone que sean los propios niños que valoren, que sean a ellos a los que se les enseñe a dar lo que ellos, tienen ganas de ofrecer realmente. «Es una propuesta que está empezando a circular entre algunos progenitores. Reúnen a sus niños y salen cosas muy interesantes como por ejemplo: dibujos, pasteles que luego reparten y comen todos juntos, cuentos, cartas colectivas, collages, videos, canciones. Todas producciones realizadas por los propios interesados, los niños, que han tenido al docente a lo largo del año. De esta forma ellos aprender el valor de dar algo que no tiene que ver ni con el dinero, ni la clase social, solo tiene que ver con el agradecimiento que cada uno pueda sentir».

Cuando finalmente se regala…

La realidad es que finalmente la mayoría de las familias participan en el regalo material que han consensuado vía WhatsApp y, tal y como indica la psicóloga Sheila Alcaraz, directora y Psicóloga de Instituto Alcaraz, con hechos como este «nos olvidamos de dar ejemplo». «Si a un profesor por terminar un curso le regalamos un objeto, ¿qué podemos esperar que nos pidan nuestros hijos? En este caso, podríamos actuar en consecuencia y una opción podría ser que los alumnos participaran en alguna dinámica en el aula para cuidar, acoger y mimar al profesor, tal como él ha hecho durante el curso, o bien preparar alguna clase con un tema de interés del mismo. La enseñanza en este caso es la consecuencia a su conducta “tú me cuidas y yo te cuido”», razona Alcaraz.

De hecho, tal y como recuerda la psicóloga Úrsula Perona, autora de Hijos de Alta Demanda (Ed. Toromítico), «hay un dicho que sugiere: ‘Lo que se paga no se agradece’». Sin embargo, Perona también cree que esto tiene matices. «Cuando uno hace lo esperado en su trabajo, es cierto que su sueldo cubre esto. Pero y el ¿sobreesfuerzo? ¿Y lo que se sale de los mínimos? Es una cuestión muy personal, y cada madre o padre debe sentirse en la libertad de poder elegir si quiere o no participar de este detalle. Y en ambos casos estará bien». Recordemos, añade Perona, «que en el acto de regalar hay afecto, hay respeto, hay cariño y muchas otras emociones. Eso es lo que encierra un regalo. Y no tiene nada de malo si nos nace y nos apetece tener un detalle con el profe de nuestro hijo».

Así lo corrobora Maribel Martínez, psicóloga, directora del Centro Terapia Breve y autora de «¿Cuántas veces te lo tengo que decir?» (Ed. Arpa), para quien el objetivo de este regalo «no es otro que el agradecimiento, no la coacción». «Y este es un gran valor que todos deberíamos tener. Educar a los hijos en los valores es una de nuestras misiones como padres. Hacer partícipes a los hijos del regalo al profesor es ser un ejemplo de agradecimiento. La imitación es uno de los mecanismos de aprendizaje básicos. Los padres somos un modelo para los hijos. Así que, en este sentido, propongo que ese agradecimiento sea compartido por padres e hijos. Aunque se pueda comprar algún detalle, el mejor regalo para elprofesor no se puede comprar, porque es el que proviene de sus alumnos: un dibujo, una carta o una manualidad son un tesoro».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-detras-regalos-curso-profesores-202106210057_noticia.html

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Carlota Fominaya

Licenciada en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo. Ha trabajado en el suplemento Nuevo Trabajo, la sección de Economía y Local. En la actualidad es redactora de la sección ABC Familia