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España: Dénia es sede de unas jornadas sobre la prevención de la violencia en el ámbito socioeducativo

Europa/España/23 de septiembre de 2016/www.denia.es

Abiertas a la ciudadanía, se celebran en el Centro Social los días 22, 26, 27 y 28 de septiembre

El Servei Psicopedagògic Escolar (SPE) Marina Alta y el Centro de Formación, Innovación y Recursos Educativos (CEFIRE) de Alicante, con la colaboración del Ajuntament de Dénia, las asociaciones de padres y madres de los centros educativos de Dénia, La Xara y Jesús Pobre y gabinetes municipales autorizados de la comarca, han organizado las I Jornadas Socioeducativas de Dénia centradas en la temática ”Violencia 0 desde los 0 años”. Las jornadas se celebrarán en el auditorio del Centro Social los días 22, 26, 27 y 28 de septiembre, en horario de tarde.

Con la finalidad de mejorar la convivencia de los niños, niñas, jóvenes y adultos en los diferentes contextos de socialización –centros educativos, familia y sociedad- las jornadas se centrarán en la difusión del modelo dialógico de socialización preventiva, un modelo de convivencia cuyo rasgo diferencial radica en que está basado en premisas científicas, según ha apuntado la directora del SPE, Remei Gómez.

El primer día (22 de septiembre), las jornadas abordarán las aportaciones científicas internacionales para la erradicación de la violencia de la mano del catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona Ramón Flecha y la doctora en Sociología por la Universidad de Barcelona y miembro del Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades (CREA), Lidia Puigvert.

 Dénia es sede de unas jornadas sobre la prevención de la violencia en el ámbito socioeducativo Las jornadas del 26 y 27 de septiembre estarán dedicadas a la presentación de las experiencias de varios centros educativos públicos, concertados y privados de la Comunidad Valenciana y Cataluña en la aplicación del modelo dialógico para la eliminación de la violencia.

El último día (28 de septiembre) se llevará a cabo un taller de análisis titulado “No al acoso: colectivos vulnerables” que conducirá Oriol Ríos, profesor de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.

La directora del SPE ha hecho especial incidencia en que se trata de una actividad abierta al público que se ha hecho extensiva al colectivo educativo, familias, asociaciones locales relacionadas con la igualdad, la discapacidad o la juventud, y los sectores judicial, sanitario y de seguridad.

La organización ha hecho una ampliación del número de plazas ante la expectación que han despertado las jornadas. A fecha de hoy hay 348 personas inscritas y todavía quedan plazas hasta cubrir el aforo del Centro Social.

Junto a la representante del SPE, han intervenido en la presentación de las jornadas el alcalde de Dénia Vicent Grimalt, quien ha felicitado a la organización y ha destacado la importancia de empezar a educar y concienciar sobre la no violencia en los centros educativos “que es donde más tiempo pasan nuestros niños y jóvenes“; el concejal de Educación, Rafa Carrió, quien ha resaltado la importancia de la temática de las jornadas y el hecho de que estén dirigidas a todo el mundo, educativo o no; y José Antonio Poves, director del CEFIRE Alicante, quien ha recordado el trabajo de formación que desde hace años desarrolla el organismo en centros de Dénia y la comarca de la Marina Alta y confía en que las jornadas registren una asistencia numerosa.

Tomado de: http://www.denia.es/es/informacio/actualitat/new.aspx?id=4420

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Colombia: Cuatro mil docentes se formaron en herramientas TIC

Cartagena / 21 de septiembre de 2016 / Por: TANIA FLÓREZ DECHAMPS / Fuente: http://www.eluniversal.com.co/

A finales del mes pasado se entregó el informe oficial del Centro de Innovación Educativa Regional (CIER) Norte, ubicado en la sede Zaragocilla de la Universidad de Cartagena y operado, durante sus primeros dos años y medio, por la Universidad Tecnológica de Bolívar.

El CIER Norte y otros cuatro centros de innovación (uno por cada región natural) fueron creados en 2014 como parte del proyecto “Construyendo capacidad de uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para innovar en educación”, que desarrolló el Ministerio de Educación en alianza con la compañía surcoreana LG CNS.

La finalidad de esta iniciativa era cerrar las brechas intraregionales en educación y tecnología para conseguir una formación escolar más equitativa en todas las poblaciones del país.

Para desarrollar el proyecto en la región Caribe, se aliaron seis secretarías de educación y seis instituciones de educación superior, que desarrollaron el proyecto en tres frentes: formación docente, creación de contenidos digitales e investigación.

El reporte entregado por la UTB,  indica que desde su apertura y a través del programa Creatic, el CIER  formó 4 mil docentes escolares de la región Caribe en pedagogía, tecnología, investigación, creación y diseño de contenidos digitales para usar en el aula, tales como ayudas multimedia e infografías, entre otras. De esos maestros, 700 son de Bolívar.

Alba Cárdenas, docente de planta de la Tecnológica y directora del CIER durante el proyecto, indicó que Creatic más allá de acercar a los docentes con la tecnología, les enseñó cómo hacerla parte de sus clases, a partir de materiales virtuales que ellos mismo pueden diseñar.

“Las habilidades adquiridas les permiten acercarse más a esta generación que es de nativos digitales, pues las clases son más agradables, más participativas porque fomentan que el estudiante también diseñe contenidos digitales que luego pueden ser compartidos a través de las redes sociales.

Es poner la tecnología al servicio de los procesos del aula”.

En ese mismo período de tiempo se produjeron 13.300 ayudas virtuales tanto para estudiantes como para maestros de los grados sexto y séptimo, que fueron alojadas en el portal colombiaaprende.edu.co para que toda la comunidad escolar del país  pueda acceder a ellas.

“Cada CIER asumió la producción de ayudas para dos niveles de formación escolar, de tal manera que juntos nos convertimos en la mayor fábrica de contenidos educativos desde primero hasta undécimo grado. Juntos logramos crear 50 mil contenidos virtuales”, anotó Cárdenas.  En investigación, el tercer ámbito que abarcó el proyecto, se estudiaron los impactos de la formación de docentes y de los contenidos digitales en diez instituciones educativas focalizadas, denominadas como Escuelas Innovadoras. Lo anterior con el fin de retroalimentar los programas y recopilar buenas prácticas en torno a él.

Una nueva etapa

A finales del mes pasado se terminó el proyecto del Mineducación con LG CNS y con esto, también finalizó la administración del CIER por la UTB.

Así, se creó un convenio entre el Ministerio, la Secretaría de Educación Distrital y la Universidad de Cartagena, en el que se designó a esta última institución como nueva operadora del centro de innovación.

Como parte de ello, se entregaron los equipos que al año 2014 tenían un valor de $4.700 millones.

“En los 30 meses que la UTB estuvo al frente del CIER sentamos las bases sólidas para que permanezca en el tiempo y jalone procesos por una educación incluyente, trabajando en los mismos tres ejes de intervención”, dijo Alba Cárdenas.

El rector de la Universidad de Cartagena, Édgar Parra Chacón, aplaudió la operación del centro por la UdeC, dijo que permitirá entrar en un proceso tecnológico y revolucionario que fortalecerá la calidad educativa y sostuvo que “ello obedece a la confianza que nos brinda el Ministerio a través de la oficina de innovación educativa para estar en consonancia con las políticas de Estado, pero con los lineamientos propios del centro de innovación”. Parra pidió a los decanos involucrarse en estos procesos.

El nuevo director del CIER Norte, Édgar Orlando Alarcón, quien lideró la formación durante el proyecto,  precisó que las líneas están trazadas y garantizadas para el autosostenimiento; sin embargo hace énfasis en que los temas de formación como Gobierno en Línea, innovación, producción de contenidos propios e inclusión son algunas de las variables donde se fundamentarán a docentes y estudiantes para la nueva etapa.

Además reveló que la UdeC le apunta a la producción de programas virtuales como diplomados, especializaciones y maestrías virtuales al servicio de la comunidad nacional e internacional y será el trampolín que apoye a la reacreditación y sostenimiento de los programas presenciales, a distancia y virtuales.

Alarcón explicó que se adelantan conversaciones con otros CIER del país, para contemplar la posibilidad de fusionar los servicios que se manejan de manera independiente para fortalecerse y brindar asesoría en la prestación de servicios no solo en la educación, sino a los demás ministerios, a la industria de software y así generar empleo.

Fuente noticia: http://www.eluniversal.com.co/cartagena/cuatro-mil-docentes-se-formaron-en-herramientas-tic-235929

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Learning in Cultures of Social Interaction

Harry Daniels

Department of Education. University of Oxford (United Kingdom)

El aprendizaje en culturas de interacción social

 

 

Resumen

Este artículo aborda las formas en que las culturas de las instituciones y los patrones de interacción social ejercen un efecto formativo en el qué y cómo del aprendizaje. El modo en que se regulan las relaciones sociales de las instituciones tienen consecuencias cognitivas y afectivas para aquellos que viven y trabajan dentro de las mismas. El actual estado del arte en las ciencias sociales se esfuerza por proporcionar una conexión teórica entre formas específicas, o modalidades, de regulación institucional y de la consciencia. Los intentos que se han llevado a cabo para hacerlo tienden a la incapacidad de generar análisis y descripciones de formaciones institucionales que sean predictivos de consecuencias para los individuos. Al mismo tiempo, la política social tiende a no comprometerse con las consecuencias personales de las diferentes formas de regulación institucional. Se discutirá un enfoque con el fin de establecer conexiones entre los principios de la regulación de las instituciones, las prácticas discursivas y de la formación de la consciencia. Este enfoque se basa en el trabajo del sociólogo británico, Basil Bernstein y el teórico social ruso Lev Vygotsky.

Palabras clave: Vygotsky; Bernstein; instituciones; aprendizaje; cultura.

 

Abstract

This paper is concerned with the ways in which the cultures of institutions and the patterns of social interaction within them exert a formative effect on the what and how of learning. The way in which the social relations of institutions are regulated has cognitive and affective consequences for those who live and work inside them. The current state of the art in the social sciences struggles to provide a theoretical connection between specific forms, or modalities, of institutional regulation and consciousness. Attempts which have been made to do so tend not to be capable of generating analyses and descriptions of institutional formations that are predictive of consequences for individuals. At the same time social policy tends not to engage with the personal consequences of different forms of institutional regulation. I will discuss an approach to making connections between the principles of regulation in institutions, discursive practices and the shaping of consciousness. This approach is based on the work of the British sociologist, Basil Bernstein, and the Russian social theorist, Lev Vygotsky.

Keywords: Vygotsky; Bernstein; institutions; learning; culture.

Introduction

This paper is concerned with the ways in which the cultures of institutions and the patterns of social interaction within them exert a formative effect on the what and how of learning. This is part of a more general argument to which I subscribe. This is that we need a social science that articulates the formative effects of a much broader conception of the social than that which inheres in much of the slew of research which emanates from the writings of Vygotsky and his colleagues. The boundaries which shape researcher’s horizons often serve to severely constrain the research imagination. Sociologists have sought to theorise relationships between forms of social relation in institutional settings and forms of talk. Sociocultural psychologists have done much to understand the relationship between thinking and speech in a range of social settings with relatively little analysis and description of the institutional arrangements that are in place in those settings. At present there is a weak connection between these theoretical traditions.

An important point of departure is with the understanding of learning itself. The Russian word, used by Vygotsky and his colleagues, obuchenie is often translated as instruction. The cultural baggage of a transmission based pedagogy is easily associated with obuchenie in its guise as instruction. Davydov’s (1995) translator suggests that teaching or teaching-learning is more appropriate as the translation of obuchenie in that it refers to all the actions of the teacher in engendering cognitive development and growth. In the plethora of approaches to the analysis of teaching and learning, whether they be situated or distributed, or espousing an internalisation, participation or transformational model, there has been relatively few attempts to forge the elusive connection between macrostructures of power and control and micro processes of the formation of pedagogic consciousness (see Daniels, 2001, 2008, for details). There also appears to be an assumption in many accounts of learning that it may be described and analysed as a homogenous phenomenon. In his original formulation of expansive learning, Engeström (1987) draws on Bateson’s formulation, in 1972, of levels of learning. Down (2003) provides a summary of Bateson’s levels as shown in Table 1.

Engeström (1987) draws attention to Learning III. He argues that this form of learning involves the reformulation of problems and the creation of new tools for engaging with these problems. This ongoing production of new problem solving tools enables subjects to transform “the entire activity system”, and potentially create, or transform and expand, the objects of the activity (pp. 158-159).

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Expansive learning involves the creation of new knowledge and new practices for a newly emerging activity; that is, learning embedded in and constitutive of qualitative transformation of the entire activity system. Such a transformation may be triggered by the introduction of a new technology or set of regulations, but it is not reducible to it. All three types of learning may take place within expansive learning, but these gain a different meaning, motive and perspective as parts of the expansive process. A full cycle of expansive transformation may be understood as a collective journey through the zone of proximal development of the activity (Engeström, 1999a).

Whatever the type or form of learning that is taking place there is a need to understand its emergence in relation to the circumstances in which it is taking place. My argument is that the way forward is to be found in an exploration of the dialectical relation between theoretical and empirical work which draws on the strengths of the legacies of sociological and psychological sources to provide a theoretical model which is capable of descriptions at levels of delicacy which may be tailored to the needs of specific research questions. The development of the theoretical model along with the language of description it generates will hopefully open the way for new avenues of research in which different pedagogic practices are designed and evaluated in such a way that the explicit and tacit features of processes of the mutual shaping of person and context may be examined (Daniels, 2010). This will enable significant contributions to be made to the possibilities for studying fields or networks of interconnected practice (such as those of the home, school and community) with their partially shared and often contested objects. Alongside this enhancement of the outward reach of the theory must be increased capacity and agility in tackling inward issues of subjectivity, personal sense, emotion, identity, and moral commitment. In the past these two directions have tended to remain the incompatible research objects of different disciplines with an emphasis on collective activity systems, organizations and history on the one hand and subjects, actions and situations on the other hand (Engeström & Sannino, 2010).

Here I will consider the institutional level of social formation. I will outline an approach to the study of learning which examines the way in which societal needs and priorities and/or curriculum formations are recontextualised within institutions such as schools or universities. This approach seeks to understand, analyse and describe the structural relations of power and control within institutions and deploy a language of description to the discursive formations to which the structural formations give rise. I argue that the practices of interaction, which particular institutions seek to maintain, differentially deflect and direct the attention, gaze and patterns of interaction of socially positioned participants.

Institutions and the Social Formation of Mind

The way in which the social relations of institutions are regulated has cognitive and affective consequences for those who live and work inside them. The current state of the art in the social sciences struggles to provide a theoretical connection between specific forms, or modalities, of institutional regulation and consciousness. Attempts which have been made to do so tend not to be capable of generating analyses and descriptions of institutional formations that are predictive of consequences for individuals. At the same time social policy tends not to engage with the personal consequences of different forms of institutional regulation. I will discuss an approach to making connections between the principles of regulation in institutions, discursive practices and the shaping of consciousness. This approach is based on the work of the British sociologist, Basil Bernstein, and the Russian social theorist, Lev Vygotsky.

From a sociological point of view Bernstein (1996, p. 93) outlined the challenge as follows:

The substantive issue of . . . [this] theory is to explicate the process whereby a given distribution of power and principles of control are translated into specialised principles of communication differentially, and often unequally, distributed to social groups/classes. And how such a differential/unequal distribution of forms of communication, initially (but not necessarily terminally) shapes the formation of consciousness of members of these groups/classes in such a way as to relay both opposition and change.

The following assertion from Vygotsky (1960/1981, p. 163) recasts the issue in more psychological terms but with the same underlying intent and commitment:

Any function in the child’s cultural [i.e. higher] development appears twice, or on two planes. First it appears on the social plane, and then on the psychological plane. First it appears between people as an inter-psychological category, and then within the child as an intra-psychological category.

I argue that, taken together, the Vygotskian and Bernsteinian social theory has the potential to make a significant contribution to the development of a theory of the social formation of mind in specific pedagogic modalities.

A sociological focus on the rules which shape the social formation of discursive practice may be brought to bear on those aspects of psychology which argue that cultural artefacts, such as pedagogic discourse, both explicitly and implicitly, mediate human thought and action. Sociocultural theorists argue that individual agency has been significantly under acknowledged in Bernstein’s sociology of pedagogy (Werstch, 1998a). Vygotsky’s work provides a compatible account that places an emphasis on individual agency through its attention to the notion of mediation. Sociologists complain that post-Vygotskian psychology is particularly weak in addressing relations between local, interactional contexts of activity and mediation, where meaning is produced and wider structures of the division of labour and institutional organisation act to specify social positions and their differentiated orientation to activities and cultural artefacts (Fitz, 2007).

Vygotsky’s Sociogenetic Approach

Vygotsky provided a rich and tantalising set of suggestions that have been taken up and transformed by social theorists as they attempt to construct accounts of the formation of mind which to varying degrees acknowledge social, cultural and historical influences. There is also no doubt that Vygotsky straddled a number of disciplinary boundaries. Davydov (1995) went as far to suggest that he was involved in “a creative reworking of the theory of behaviourism, gestalt psychology, functional and descriptive psychology, genetic psychology, the French school of sociology, and Freudianism” (p. 15).

Recent developments in post Vygotskian theory have witnessed considerable advances in the understanding of the ways in which human action shapes and is shaped by the contexts in which it takes place. They have given rise to a significant amount of empirical research within and across a wide range of fields in which social science methodologies and methods are applied in the development of research-based knowledge in policy making and practice in academic, commercial and industrial settings. His is not a legacy of determinism and denial of agency, rather he provides a theoretical framework which rests on the concept of mediation. These developments have explored different aspects of Vygotsky’s legacy at different moments.

It is clear that many disciplines contributed to the formation of Vygotsky’s ideas. For example, Van der Veer (1996) argues that Humboldt with reference to linguistic mediation and Marx with reference to tool-use and social and cultural progress influenced Vygotsky’s concept of culture. He suggested that the limitations in this aspect of Vygotsky’s work are with respect to non-linguistically mediated aspects of culture and the difficulty in explaining innovation by individuals. Vygotsky’s writing on the way in which psychological tools and signs act in the mediation of social factors does not engage with a theoretical account of the appropriation and/or production of psychological tools within specific forms of activity within or across institutions. Just as the development of Vygotsky’s work fails to provide an adequate account of social praxis, so much sociological theory is unable to provide descriptions of micro level processes, except by projecting macro level concepts on to the micro level unmediated by intervening concepts though which the micro can be both uniquely described and related to the macro level.

Bernstein’s Sociology of Pedagogy

Amongst sociologists of cultural transmission, Bernstein (2000) provides the sociology of this social experience which is most compatible with, but absent from, Vygotskian psychology. His theoretical contribution was directed towards the question as to how institutional relations of power and control translate into principles of communication and how these differentially regulate forms of consciousness. It was through Luria’s attempts to disseminate his former colleague’s work that Bernstein first became acquainted with Vygotsky’s writing.

I first came across Vygotsky in the late 1950s through a translation by Luria of a section of Thought and Speech published in Psychiatry 2 1939. It is difficult to convey the sense of excitement, of thrill, of revelation this paper aroused: literally a new universe opened (Bernstein, 1993, p. 23).

This paper along with a seminal series of lectures given by Luria at the Tavistock Institute in London sparked an intense interest in the Russian Cultural Historical tradition and went on to exert a profound influence on post war developments in English in Education, the introduction of education for young people with severe and profound learning difficulties, and theories and practices designed to facilitate development and learning in socially disadvantaged groups in the United Kingdom. In November 1964 Bernstein wrote a letter to Vygotsky’s widow outlining her late husband’s influence on his developing thesis.

As you may know, many of us working in the area of speech (from the perspective of psychology as well as from the perspective of sociology) think that we owe a debt to the Russian school, especially to works based on Vygotsky’s tradition. I should say that in many respects, many of us are still trying to comprehend what he said (Bernstein, 1964, p. 1).

In a commentary on the 1971 publication of “The Psychology of Art’”, Ivanov identifies Bernstein’s influence on the dissemination of Vygotsky’s ideas in the west, despite somewhat inaccurate claims about publication and disciplinary identity.

It was Vygotsky’s (Vygotsky, 1930-1934/1978) non-dualist cultural historical conception of mind claims that intermental (social) experience shapes intramental (psychological) development that continued to influence Bernstein’s thinking. This was understood as a mediated process in which culturally produced artefacts (such as forms of talk, representations in the form of ideas and beliefs, signs and symbols) shape and are shaped by human engagement with the world (Daniels, 2008; Vygotsky, 1982/1987).

Durkheim influenced both Vygotsky and Bernstein (Atkinson, 1985). On the one hand Durkheim’s notion of collective representation allowed for the social interpretation of human cognition, on the other it failed to resolve the issue as to how the collective representation is interpreted by the individual. This is the domain so appropriately filled by the later writings of Vygotsky.

Although Vygotsky (1930-1934/1978, 1982/1987) discussed the general importance of language and schooling for psychological functioning, he failed to provide an analytical framework to analyse and describe the real social systems in which these activities occur. The analysis of the structure and function of semiotic psychological tools in specific activity contexts is not explored. The challenge is to address the demands created by this absence.

Bernstein (1996) outlined a model for understanding the construction of pedagogic discourse. In this context pedagogic discourse is a source of psychological tools or cultural artefacts. “The basic idea was to view this [pedagogic] discourse as arising out of the action of (…) a group of specialised agents operating in specialised setting in terms of the interests, often competing interests, of this setting” (p. 113).

In Engeström’s (1996) work within activity theory, which to some considerable extent has a Vygotskian root, the production of the outcome of activity is discussed but not the production and structure of cultural artefacts such as discourse. The production of discourse is not analysed in terms of the context of its production, that is the rules, community and division of labour, which regulate the activity in which subjects are positioned. It is therefore important that the discourse is seen within the culture and structures of schooling where differences in pedagogic practices, in the structuring of interactions and relationships, and the generation of different criteria of competence, will shape the ways in which children are perceived and actions are argued and justified. This is the agenda which Hasan (2005) has pursued in an approach that draws on Halliday, Vygotsky and Bernstein.

The application of Vygotsky by many social scientists (e.g. linguists, psychologists and sociologists) has been limited to relatively small scale interactional contexts often within schooling or some form of educational setting. The descriptions and the form of analysis are in some sense specific to these contexts.

In his work on schooling, Bernstein (2000) argues that pedagogic discourse is constructed by a recontextualising principle which selectively appropriates, relocates, refocuses and relates other discourses to constitute its own order. He argues that in order to understand pedagogic discourse as a social and historical construction attention must be directed to the regulation of its structure, the social relations of its production and the various modes of its recontextualising as a practice. For him symbolic tools are never neutral; intrinsic to their construction are social classifications, stratifications, distributions and modes of recontextualizing.

The language that Bernstein (2000) has developed allows researchers to take measures of institutional modality. That is to describe and position the discursive, organizational and interactional practice of the institution. His model is one that is designed to relate macro-institutional forms to micro-interactional levels and the underlying rules of communicative competence. He focuses on two levels: a structural level and an interactional level. The structural level is analysed in terms of the social division of labour it creates (e.g. the degree of specialisation, and thus strength of boundary between professional groupings) and the interactional with the form of social relation it creates (e.g. the degree of control that a manager may exert over a team member’s work plan). The social division is analysed in terms of the strength of the boundary of its divisions; that is, with respect to the degree of specialisation (e.g. how strong is the boundary between professions such as teaching and social work or one school curriculum subject and another). Bernstein (1996) refined the discussion of his distinction between instructional and regulative discourse. The former refers to the transmission of skills and their relation to each other, and the latter refers to the principles of social order, relation and identity. Regulative discourse communicates the school’s (or any institution’s) public moral practice, values beliefs and attitudes, principles of conduct, character and manner. Pedagogic discourse is modelled as one discourse created by the embedding of instructional and regulative discourse. Bernstein provides an account of cultural transmission which is avowedly sociological in its conception. In turn the psychological account that has developed in the wake of Vygotsky’s writing offers a model of aspects of the social formation of mind which is underdeveloped in Bernstein’s work.

Mediation

Discourse may mediate human action in different ways. There is visible (Bernstein, 2000) or explicit (Wertsch, 2007) mediation in which the deliberate incorporation of signs into human action is seen as a means of reorganising that action. This contrasts with invisible or implicit mediation that involves signs, especially natural language, whose primary function is in communications which are part of a pre-existing, independent stream of communicative action that becomes integrated with other forms of goaldirected behaviour (Wertsch, 2007). Invisible semiotic mediation occurs in discourse embedded in everyday ordinary activities of a social subject’s life.

As Hasan (2001, p. 8) argues, Bernstein further nuances this claim:

What Bernstein referred to as the ‘invisible’ component of communication (see Bernstein 1990: 17, figure 3.1 and discussion). The code theory relates this component to the subject’s social positioning. If we grant that “ideology is constituted through and in such positioning” (Bernstein 1990: 13), then we grant that subjects’ stance to their universe is being invoked: different orders of relevance inhere in different experiences of positioning and being positioned. This is where the nature of what one wants to say, not its absolute specifics, may be traced. Of course, linguists are right that speakers can say what they want to say, but an important question is: what is the range of meanings they freely and voluntarily mean, and why do they prioritize those meanings when the possibilities of making meanings from the point of view of the system of language are infinite? Why do they want to say what they do say? The regularities in discourse have roots that run much deeper than linguistics has cared to fathom.

This argument is strengthened through its reference to a theoretical account which provides greater descriptive and analytical purchase on the principles of regulation of the social figured world, the possibilities for social position and the voice of participants.

These challenges of studying implicit or invisible mediation have been approached from a variety of theoretical perspectives. Holland, Lachiotte, Skinner, & Cain (1998) have studied the development of identities and agency specific to historically situated, socially enacted, culturally constructed worlds in a way that may contribute to the development of an understanding of the situatedness of the development of social capital. This approach to a theory of identity in practice is grounded in the notion of a figured world in which positions are taken up constructed and resisted. The Bakhtinian concept of the space of authoring is deployed to capture an understanding of the mutual shaping of figured worlds and identities in social practice. They refer to Bourdieu (as cited in Holland et al., 1998) in their attempt to show how social position becomes disposition. They argue for the development of social position into a positional identity into disposition and the formation of what Bourdieu refers to as habitus. Bernstein is critical of habitus arguing that the internal structure of a particular habitus, the mode of its specific acquisition, which gives it its specificity, is not described. For him habitus is known by its output not its input (Bernstein, 2000).

Wertsch (1998) turned to Bakhtin’s theory of speech genres rather than habitus. A similar conceptual problem emerges with this body of work. Whilst Bakhtin’s views concerning speech genres are ‘rhetorically attractive and impressive, the approach lacks … both a developed conceptual syntax and an adequate language of description. Terms and units at both these levels in Bakhtin’s writings (1978, 1986/1986) require clarification; further, the principles that underlie the calibration of the elements of context with the generic shape of the text are underdeveloped, as is the general schema for the description of contexts for interaction (Hasan, 2005). Bernstein acknowledges the importance of Foucault’s analysis of power, knowledge and discourse as he attempts to theorise the discursive positioning of the subject. He complains that it lacks a theory of transmission, its agencies and its social base.

Identity and Agency

Hasan brings Bernstein’s concept of social positioning to the fore in her discussion of social identity. Bernstein (1990, p. 13) used this concept to refer to “the establishing of a specific relation to other subjects and to the creating of specific relationships within subjects”. He forged a link between social positioning and psychological attributes. This is the process through which Bernstein talks of the shaping of the possibilities for consciousness. The dialectical relation between discourse and subject makes it possible to think of pedagogic discourse as a semiotic means that regulates or traces the generation of subjects’ positions in discourse. We can understand the potency of pedagogic discourse in selectively producing subjects and their identities in a temporal and spatial dimension (Diaz, 2001). As Hasan (2005) argues, within the Bernsteinian thesis there exists an ineluctable relation between one’s social positioning, one’s mental dispositions and one’s relation to the distribution of labour in society. Here the emphasis on discourse is theorised not only in terms of the shaping of cognitive functions but also, as it were invisibly, in its influence on “dispositions, identities and practices”(Bernstein, 1990, p. 33).

Within Engeström’s approach to Cultural Historical Activity Theory (1999a) the subject is often discussed in terms of individuals, groups or perspectives/views. I would argue that the way in which subjects are positioned with respect to one another within an activity carries with it implications for engagement with tools and objects. It may also carry implications for the ways in which rules, the community and the division of labour regulate actions, including learning, of individuals and groups.

Holland et al. (1998) have studied the development of identities and agency specific to historically situated, socially enacted, culturally constructed worlds. They draw on Bakhtin and Vygotsky to develop a theory of identity as constantly forming and in which the person is understood as a composite “of many, often contradictory, selfunderstandings and identities (…) [which are distributed across] the material and social environment and (…) [are rarely] durable” (p. 8). Holland et al. (1998) draw on Leont’ev in the development of the concept of socially organized and reproduced figured worlds which shape and are shaped by participants and in which social position establishes possibilities for engagement. They also argue that figured worlds:

Distribute “us” not only by relating actors to landscapes of action (as personae) and spreading our senses of self across many different fields of activity, but also by giving the landscape human voice and tone (…). Cultural worlds are populated by familiar social types and even identifiable persons, not simply differentiated by some abstract division of labor. The identities we gain within figured worlds are thus specifically historical developments, grown through continued participation in the positions defined by the social organization of those world’s activity [emphasis added] (Holland et al. 1998, p. 41).

This approach to a theory of identity in practice is grounded in the notion of a figured world in which positions are taken up constructed and resisted. They argue for the development of social position into a positional identity into disposition and the formation of what Bourdieu refers to as habitus. It is here that I feel that this argument could be strengthened through reference to a theoretical account which provides greater descriptive and analytical purchase on the principles of regulation of the social figured world, the possibilities for social position and the voice of participants.

Engeström (1999b), who has tended to concentrate on the structural aspects of CHAT, offers the suggestion that the division of labour in an activity creates different positions for the participants and that the participants carry their own diverse histories with them into the activity. This echoes the earlier assertion from Leont’ev:

Activity is the minimal meaningful context for understanding individual actions… In all its varied forms, the activity of the human individual is a system set within a system of social relations… The activity of individual people thus depends on their social position [emphasis added], the conditions that fall to their lot, and an accumulation of idiosyncratic, individual factors. Human activity is not a relation between a person and a society that confronts him…in a society a person does not simply find external conditions to which he must adapt his activity, but, rather, these very social conditions bear within themselves the motives and goals of his activity, its means and modes. (Leont’ev, 1978, p. 10).

In activity the possibilities for the use of artefacts depend on the social position occupied by an individual. Sociologists and sociolinguists have produced empirical verification of this suggestion (Bernstein, 2000; Hasan, 2001; Hasan & Cloran, 1990). My suggestion is that the notion of subject within activity theory requires expansion and clarification. In many studies the term subject perspective is used which arguably infers subject position but does little to illuminate the formative processes that gave rise to this perspective.

Holland et al. (1998) also argue that multiple identities are developed within figured worlds and that these are “historical developments, grown through continued participation in the positions defined by the social organization of those worlds’ activity” (p. 41). This body of work represents a significant development in our understanding of the concept of the subject in activity theory.

Conclusion

The language that Bernstein has developed allows researchers to develop measures of school modality. That is, to describe and position the discursive, organizational and interactional practice of the institution. He also noted the need for the extension of this work in his discussion of the importance of Vygotsky’s work for research in education.

“His theoretical perspective also makes demands for a new methodology, for the development of languages of description which will facilitate a multilevel understanding of pedagogic discourse, the varieties of its practice and contexts of its realization and production” (Bernstein, 1993, p. 23).

This approach to modelling the structural relations of power and control in institutional settings taken together with a theory of cultural–historical artefacts that invisibly or implicitly mediate the relations of participants in practices forms a powerful alliance. It carries with it the possibility of rethinking notions of agency and reconceptualising subject position in terms of the relations between possibilities afforded within the division of labour and the rules that constrain possibility and direct and deflect the attention of participants.

It accounts for the ways in which the practices of a community, such as school and the family are structured by their institutional context and that social structures impact on the interactions between the participants and the cultural tools. Thus, it is not just a matter of the structuring of interactions between the participants and other cultural tools; rather it is that the institutional structures themselves are cultural products that serve as mediators in their own right. In this sense, they are the message, that is a fundamental factor of education. As Hasan (2001) argues, when we talk, we enter the flow of communication in a stream of both history and the future. There is therefore a need to analyze and codify the mediational structures as they deflect and direct the attention of participants and as they are shaped through interactions which they also shape. In this sense, combining the intellectual legacies of Bernstein and Vygotsky permits the development of cultural historical analysis of the invisible or implicit mediational properties of institutional structures which themselves are transformed through the actions of those whose interactions are influenced by them. This move would serve to both expand the gaze of post Vygotskian theory and at the same time bring sociologies of cultural transmission into a framework in which institutional structures are analyzed as historical products which themselves are subject to dynamic transformation and change as people act within and on them.

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Fuente del Artículo:

http://revistas.um.es/rie/article/view/252801/195001

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China ofrecerá formación profesional para futuros especialistas en videojuegos

China/Septiembre de 2016/spanish.peopledaily.com

Llegan buenas noticias para los adictos a los videojuegos de China y sus padres, ya que las interminables horas delante del ordenador jugando servirán de algo después de todo.

La especialidad «Deportes Electrónicos Competitivos y Gestión» será una de las 13 nuevas especializaciones de las escuelas de formación profesional en China, según el Ministerio de Educación. La especialidad estará en la categoría de deportes y educación.

La especialidad estará disponible en las escuelas de formación profesional de China a partir de 2017. Entre las otras especiales están: «Desarrollo Infantil Temprano y Cuidado de la Salud», «Bienestar Público y Gestión de la Beneficencia», «Comunicación de la Música» y «Tecnología y Aplicación de Big Data».

«Finalmente ha llegado el momento con el que soñaba», dijo Li Xiaofeng, mejor conocido como «Cielo», estrategia que jugó a tiempo real en el juego Warcraft III: The Frozen Throne, de la empresa Blizzard Entertainment. Li fue bautizado como el «Rey de los Humanos» y se hizo famoso cuando consiguió la primera posición en World Cyber Games en 2005 y 2006. Siguió siendo un jugador excelente de Warcraft y ganó alrededor de 1 millón de dólares hongkoneses al año hasta que decidió retirarse el año pasado.

En 2003, los juegos deportivos electrónicos fueron reconocidos oficialmente por la Administración General del Deporte de China como un evento deportivo.

La industria ha crecido considerablemente en los últimos años con recompensas más importantes y diversas competiciones. También se ha convertido en un tema candente después de que muchos equipos chinos brillaran en principales eventos de este tipo en todo el mundo.

El 14 de agosto, un equipo chino ganó el mayor premio de la historia de de los juegos deportivos electrónicos en Estados Unidos. Los cinco miembros compartieron un premio de 9,1 millones de dólares después de vencer a EE.UU en la final del Campeonato Internacional DOTA 2 celebrada en Seattle.

Una escuela de formación profesional en Xilingol, región autónoma de Mongolia Interior, se ha convertido en la primera escuela de China en ofrecer esta especialidad en el mes de agosto. El programa fue establecido en cooperación entre la escuela y las empresas de juegos electrónicos de deportes.

Li Ailong, responsable del programa y también presidente de la Asociación de Juegos de Deportes Electrónicos de Mongolia Interior, dijo que la industria tienen un déficit grave de talento. «Se tardan dos o tres meses para entrenar a un nuevo empleado. El costo humano es enorme”, dijo Li, añadiendo que aunque la industria tenía un gran potencial, la mayoría de los profesionales no tiene formación profesional.

Yang Shaohua , jefe de marketing de la plataforma de streaming online TV Panda, dijo que la industria no es tan grande como muchos lo piensan. «Los juegos de deportes online son diferentes de los deportes tradicionales, que tiene muchas categorías como fútbol y baloncesto».

Yang cree que las escuelas deben centrarse en los profesionales de la industria del entrenamiento como instructores en vez de jugadores profesionales y directores de programas.

Li Ailong explicó que la edad media de los jugadores profesionales suele ser entre 16 y 23 años, después de la cual disminuye el interés, la receptividad y la coordinación de los jugadores. Sin embargo, los graduados de escuelas vocacionales en China suelen tener por lo menos 22 años.

 

Fuente: http://spanish.peopledaily.com.cn/n3/2016/0909/c31614-9113154.html

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El islam académico echa a andar en España

España/Septiembre de 2016/El País

Las universidades islámicas buscan contrarrestar las interpretaciones extremistas que circulan por la web.

La primera universidad islámica de España ha abierto sus puertas esta semana. Con sede en San Sebastián, el centro formará a imanes, profesores de religión y a cualquiera que desee licenciarse en ciencias islámicas. La idea es contrarrestar con el conocimiento “lecturas desviadas y corrientes extremistas”, asegura Rachid Boutarbouch, su fundador. La necesidad de ofrecer formación a los musulmanes españoles la comparte la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), que prepara ya la apertura también de su propia universidad islámica este otoño, pero que discrepa con el planteamiento del centro vasco por impartir las clases en árabe y no buscar un encaje en el sistema educativo español. Ambas iniciativas son una muestra del momento de redefinición que atraviesa el islam europeo y de la necesidad de hacer frente desde el ámbito académico a la marea de propaganda terrorista que circula por la web en nombre del islam.

“Hay una necesidad clara. La mayoría de los imanes en España no están preparados. Aquí viene alguien de Marruecos, no encuentra trabajo y se va a la mezquita a trabajar como imán. Hay también mucha gente que conoce el Corán, pero que no sabe cómo enseñarlo”, piensa Boutarbouch, quien se desmarca de sus supuestas vinculaciones con Justicia y Caridad, el movimiento islamista ilegalizado en Marruecos. El representante de la Universidad vasca, Badar Hijra explica que “hay muchos jóvenes que quieren conocer nuestra religión, pero solo lo pueden hacer por la Red. Queremos que nuestros jóvenes no acepten los pensamientos radicales”.

Boutarbouch, el rector del centro de San Sebastián explica que han recibido muchos correos de alumnos que quieren matricularse. Son “imanes, médicos, ingenieros y todo tipo de profesionales que quieren aprender la religión islámica”. Muchos son parte de los cerca de dos millones de musulmanes de España, pero también hay estudiantes de Francia, Italia o Alemania, detalla por teléfono desde Rabat, donde se encuentra para asistir a la fiesta del sacrificio Cordero. La universidad de San Sebastián ofrece sus cursos on line, pero los exámenes serán presenciales en la sede física en la ciudad vasca. La ley islámica, la emisión de fetuas o la tradición profética o la jurisprudencia para minorías musulmanas en Occidente son algunas de las asignaturas que se reparten a lo largo de cuatro años. Es una filial de la universidad Islámica de Minesota y el título estará homologado por la universidad de Al Azhar en El Cairo, la gran escuela del islam suní. El curso empezará a principios de octubre.

Las asignaturas se imparten en árabe clásico, aunque preparan un curso intensivo en castellano. Este es precisamente uno de los puntos de conflicto con el proyecto que la FEERI tiene previsto lanzar en las próximas semanas. “La universidad islámica deben hacerla los musulmanes españoles. No estamos de acuerdo con que haya una sucursal de una universidad extranjera en España, porque la idea es que sea un islam adaptado a la vida en Europa. Aquí sabemos qué islam necesitamos”, arranca Mounir Benjelloun, presidente de la FEERI. Para las segundas y terceras generaciones de musulmanes españoles estudiar en árabe clásico resultaría prácticamente imposible, porque su día a día transcurre en castellano. La FEERI, que agrupa a 450 comunidades musulmanas aspira a que su licenciatura sea imparta íntegramente en castellano en unos cuatro años. “El problema es que es muy difícil encontrar profesores de ciencias islámicas en castellano”. De momento, contarán con profesores de Marruecos, Reino Unido, Bélgica y Francia. Trabajan también en la traducción de manuales, a menudo procedentes de países como Arabia Saudí, con interpretaciones del islam alejadas de la práctica europea.

Titulación reconocida

Benjelloun aspira a que la titulación de la FEERI sea reconocida en España como la del resto de universidades. “Los musulmanes tenemos el derecho por los acuerdos a tener nuestros centros de estudios. Igual que hay universidades católicas, debe haber universidades musulmanas que se rijan por la ley española”. Hace referencia al Acuerdo de Cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España de 1992, que en su Artículo 10.6. establece que los musulmanes “podrán establecer y dirigir centros docentes […] así como Universidades y Centros de Formación Islámica”. La universidad que impulsa la FEERI será una licenciatura de unos tres o cuatro años y planean ofrecer también masters para alumnos que no sean musulmanes. “Hay muchos funcionarios, políticos o periodistas interesados. Debe ser una ventana abierta a todo el mundo, para acercar la sociedad al islam”.

Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España explica que ellos también barajan “cuatro o cinco proyectos educativos”, que han tanteado universidades en Egipto y en Líbano, pero que de momento, no les han convencido. “Queremos hacer algo aquí, debe ser algo español”. Tatary cree que urge la formación de imanes españoles, sobre todo en centros penitenciarios y que hay que formar a los líderes religiosos en la jurisprudencia española.

La fórmula de un proyecto que cuente con el reconocimiento oficial español es la “idónea”, según Fernando Arias, director de la Fundación Pluralismo y Convivencia, el organismo del ministerio de Justica encargado de los asuntos interreligiosos. Arias considera evidente “la necesidad de una formación arraigada aquí, desde una perspectiva de socialización en España”, pero reconoce que faltan recursos y que en cualquier caso lo ideal sería que no fuera un proyecto exclusivo de la FEERI, sino que naciera del consenso entre todas las organizaciones musulmanas agrupadas en la Comisión Islámica de España, el órgano de interlocución con el Estado, históricamente dividida.

Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2016/09/09/actualidad/1473432256_159464.html?id_externo_rsoc=TW_CM

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Desarrollo de capacidades en el futuro docente

Por: Arturo González Polo

Título original: Desarrollo de los rasgos del perfil de egreso del futuro docente y su concreción en el tratamiento de los contenidos del currículo

En este artículo se presenta un recuento sucinto del los resultados de una investigación realizada al interior de una Escuela Normal, enfocado al análisis de un caso sobre la transferencia de los contenidos del currículo vigente en la realidad concreta del aula y específicamente en el trabajo con las asignaturas, con los estudiantes y los maestros.

Se reconocen en los testimonios de los estudiantes y maestros sobre un caso de una Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Español, la experiencia y situación natural del aula, las circunstancias sobre la enseñanza de los contenidos disciplinares en función de un conjunto de factores implicados, en tanto producen efectos en el desarrollo de un conjunto de rasgos que configuran un perfil de egreso.

El problema de la inconsistencia entre el tratamiento de los contenidos como alternativa para el desarrollo de un perfil de egreso, tiene que ver con las propuestas de formación de docentes en el ámbito normalista desde su origen en el ideario de la Revolución Francesa 1789 y en nuestro país en el contexto de las aspiraciones educativas emanadas de la Revolución Mexicana. El ideario de tales movimientos con respecto al quehacer educativo, demanda del Estado por mandato constitucional la formulación de Planes y Programas de Estudio, convirtiendo a la profesión normalista en una profesión de Estado . De ahí la creciente expansión de Escuelas Normales que por tradición despliegan un marcado énfasis en las materias pedagógicas y, por tanto, privilegian el cómo enseñar, transformando la identidad profesional en la pericia para la práctica docente y en el conocimiento previo de contenidos, lo que la dota de una profesión de tipo técnico, fundada en la idea de que los maestros no son los sabios, sino los que saben cómo enseñar los contenidos establecidos en los programas oficiales.

La tradición el saber técnico es privativo de la profesión normalista que la distingue de otros profesionales de la educación, sobresale la exaltación del «cómo enseñar», frente y a veces contra quienes saben el «qué enseñar» propio de profesionales de la educación como sujetos de investigación. Este saber técnico arraigado durante mucho tiempo en la Escuelas Normales, es un referente de la cultura pedagógica que inmoviliza la actividad de los formadores de docentes sobre las prescripciones del currículo. Tarea que queda circunscrita al «método» como dispositivo para la concreción de la enseñanza de los contenidos.

Pero a pesar de mostrar un elevado dominio en el cómo enseñar, hoy día han sido muy cuestionados sus resultados educativos, constantemente en las publicaciones con respecto a los debates del sentido del normalismo, estas instituciones educativas permanecen en la mira dado el papel que tiene ante los nuevos desafíos y oportunidades educativas. Es muy común escuchar voces reiterativas que advierten que su actividad educativa ha dejado de responder a lo que su esencia dicta, que es la formación magisterial, al forzar su entrada a un proceso de entrenamiento para la competencia del mercado laboral, que privilegian su labor en memorizar contenidos para aprobar evaluaciones con fines de competitividad.

Consecuentemente uno de los principales problemas en la concreción de un perfil de egreso, tiene que ver con la concreción del currículo, porque puede haber cientos de reformas y si cada una de ellas es asumida en función de tradiciones, costumbres y rituales pedagógicos, de nada sirve un nuevo discurso escrito. En tal caso es conveniente puntualizar que aunque la actual reforma a la Educación Normal señala importantes acciones para la transformación académica de las Escuelas Normales y, el currículo esta caracterizado de un sentido formativo bajo la asunción de un modelo de desarrollo de competencias propias de la profesión docente y respaldado en el ejercicio de la reflexión como medio para la recuperación de la experiencia y construcción de saberes. En realidad pocos son los resultados que saltan a la vista en cuanto a la formación de docentes con los rasgos del perfil de egreso deseado.

Por tanto, aquí se comparte una aportación que revela las contradicciones encontradas en un escenario natural de confrontación entre el currículo pensado y el currículo vivido en la especificidad del tratamiento de los contenidos de las asignaturas y su grado de correspondencia en el desarrollo del perfil de egreso. Los testimonios confirman que a pesar de que el currículo pensado invita a trascender sobre un cúmulo de contenidos de carácter formativo, que puedan ser interpretados por el docente en el aula en correspondencia con los estudiantes, desde la apuesta de la reflexión sobre su utilidad y posibles aplicaciones en el marco de la asignatura impartida. La realidad confirma la poca incidencia de las mismas en la práctica docente, esto prueba que los elementos causantes de estos resultados, tiene que ver con la escasa concordancia entre lo prescrito en el currículo y el ejercicio cotidiano en el aula; las acciones educativas homogéneas y aplicables por igual al interior del salón de clases; la centralización del tratamiento de los contenidos en modelos restrictivos de enseñanza, que privilegian la fase interactiva de dar clase; y a un perfil profesional del formador de docentes que no corresponde a las implicaciones de la reforma.

Estas circunstancias y otros aspectos implicado en el desarrollo o no de los rasgos del perfil de egreso, están encubiertos en el tratamiento de los contenidos, como son los procesos de enseñanza y aprendizaje regulados por el modo en que los profesores elaboran y procesan la información, que luego aparece proyectado en situaciones de enseñanza e interpretación de situaciones educativas y la toma de decisiones.

Generalmente la exploración de todos estos sucesos está a cargo de quienes se interesan por su investigación, quienes luego se encargan de difundir sugerencia de acciones de cambio, que muy pocas veces encuentran el respaldo de los docentes involucrados. En este sentido, no se trata de excluir o suplantar contenidos al currículo, lo que se enfatiza aquí, es la necesidad de incorporar elementos que puedan contribuir, tanto en el conocimiento del cómo y el por qué de los sucesos del aula, a fin de sentar las bases sobre posibilidades innovadoras para la formación docente.

Las reflexiones en torno a los resultados de la investigación, recomiendan como área de oportunidad, un seguimiento permanente al desarrollo de los programas educativos, específicamente en la atención de la práctica y de lo que en ella ocurre, en la exploración de los procederes de los docentes en cuanto a su aplicación de sus saberes adquiridos y sus efectos en los estudiantes, los puntos de vista de estos sobre las acciones que se promueven en la situaciones de la clase y su participación en las mismas.

Evidencias recogidas durante el proceso de investigación, confirman la debilidad de parte de los formadores de docentes, de experimentar con otras opciones que tomen en cuenta el carácter formativo de un profesional de la educación, para ello, justamente guarda sentido el perfil profesional al que esta orientada la intervención docente, tal definición cobra especial importancia por cuanto actúa como punto de referencia y de guía de todo el resto del proceso. Los contenidos que se tratan, las prácticas que se incorporan al salón de clase y la secuencia que integra todo ello, está condicionada también por el tipo de profesional que anhela el currículo, que en el caso del currículo vigente, no está referido a contenidos en el sentido tradicional de conceptos o informaciones que se tienen que asimilar, sino de un conjunto de características comunes para el ejercicio de la profesión docente que desarrollan en el contexto y la prácticas concretas de enseñanza.

Pero las incursiones en la particularidad del tratamiento de los contenidos prescritos en los programas de las asignaturas en la formación de docentes, recogen resultados benéficos para proyectar opciones de cambio y mejora educativa, sobre todo en lo que respecta al trabajo con los futuros docentes. Esto, por cuanto el uso de estrategias que exigen que muchas de las actividades normalmente realizadas por el profesor son delegadas a los estudiantes: exposiciones de contenidos, demostración de técnicas y equipos; discusiones organizadas por grupos de alumnos, reportes verbales o escritos sobre lectura de contenidos, actuación que obviamente vuelve a centrar la tarea en la repetición y memorización de contenidos que no logran traducirse en tal proceso formativo que apuesta al desarrollo de competencias propias del profesional educativo.

En el proceso no se trata sólo de soltar a los estudiantes para que pasen mucho tiempo intentando desarrollar tareas correspondientes a la memorización y repetición de contenidos, de lo que se trata es que ese periodo de tiempo que pasan en clase se pueda aprovechar para experimentar en situaciones de realidad educativa concreta, la construcción del saber que se traduzca en conocimientos, del saber hacer en habilidades o destrezas y el ser en sentimientos y actitudes. No basta con que la formación normalista procure «saber sobre» o «saber cómo», el proceso formativo tiene que trascender a «saber operar prácticamente», ejercicio que implica la movilización de conocimientos, habilidades y actitudes exclusivos de la docencia.

El escenario que manifiesta entonces la discrepancia entre el currículo pensado y el curriculo vivido en la Escuela Normal, es producto de una tradición pedagógica circunscrita en la práctica docente, constituida por el empleo del recurso técnico como mediación del tratamiento de contenidos, que reblandece la actividad docente a una posición metodológica que a pesar de las innovaciones del currículo, privilegia la memorización de contenidos por vía de la lectura, la escritura y la exposición verbal, a efecto de enfrentar con éxito pruebas con carácter competitivo, que peligrosamente le va apartando de su esencia que es la formación profesional .

Entonces el análisis del tratamiento de los contenidos lleva sin lugar a dudas a probar su verdadera fortaleza en el desarrollo del perfil de egreso, o en su defecto a deducir de ello sobre qué competencias y habilidades profesionales deben asumir los nuevos docentes para responder de forma crítica a las exigencias curriculares y de los propios escolares, lo que quiere decir, que la consecusión del perfil de egreso no de pende de la prescripción de los contenidos curriculares, sino de todo aquello que involucra su tratamiento.

Al respecto las circunstancias del entorno del salón de clase en la formación de docentes, reconoce la indiferencia manifiesta sobre la relación entre la teoría y la práctica, que cuando se adjudica la segunda en detrimento de la primera, la reflexión crítica se ve empobrecida. Esto significa que un profesional que nunca trasciende los límites del «hacer», acaba por perderse en una rutina que se agota a sí misma. Por tanto, el contenido de este artículo ofrece una oportunidad de reflexión sobre la práctica educativa de formación de docentes desarrollada al interior de las Escuelas Normales y punto de partida clave para emprender acciones de transformación y mejora de la calidad en su servicio.

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Para citar este artículo:

Arturo González Polo, (2012). Desarrollo de capacidades en el futuro docente. Recuperado de Revista Vinculando: http://vinculando.org/educacion/desarrollo-de-capacidades-en-el-futuro-docente.html

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China avanza a pasos agigantados en calidad de educación: UNESCO

Por:  Zhang Jianhua y Gui Tao

LONDRES, 7 sep (Xinhua) — China avanza «a pasos agigantados» en educación de calidad y se dirige hacia la educación para el desarrollo sostenible, indicó la directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova.

En una reciente entrevista con Xinhua en Londres, Bokova resaltó los avances de China en la reducción de la pobreza y el analfabetismo y en el desarrollo de educación de calidad para las áreas urbanas y rurales.

«Por obvias razones, China tiene efecto en muchos de los objetivos de desarrollo del mundo por sus dimensiones, su desarrollo dinámico, sus desafíos y sus oportunidades», dijo la directora general.

Bokova indicó que la Unesco reconoce los «pasos agigantados» de China para el alivio de la pobreza.

«China ha realizado enormes esfuerzos para reducir el analfabetismo. China ha sido uno de los defensores del marco de trabajo de Unesco contra el analfabetismo y China ha mostrado liderazgo en este proceso», añadió.

Bokova también señaló que China ha puesto mucho énfasis en la formación técnica y vocacional. La directora recordó que, en asociación con instituciones chinas e internacionales, la Unesco convocó en 2012 el Tercer Congreso Internacional sobre Educación y Formación Técnica en Shanghai.

La jefa de Unesco elogió el que China y Estados Unidos hayan ratificado el Acuerdo de París sobre cambio climático, un documento legal histórico que perfila la gobernanza climática mundial posterior a 2020.

«Considero que China se dirige hacia la educación para el desarrollo sostenible; esto es algo que alentaremos de forma enérgica y estamos listos para trabajar con China», dijo Bokova.

La directora añadió que China ha sido «un muy interesante y alentador caso de ejemplo» con el uso nuevas tecnologías y de recursos educativos abiertos.

El año pasado, la Unesco y el Ministerio de Educación de China celebraron de forma conjunta en la ciudad costera de Qingdao la Conferencia Internacional sobre Tecnologías de la Información y la Comunicación y Educación Posterior a 2015.

La Unesco ha dado su patrocinio al Centro Internacional de Investigación y Capacitación para la Educación Rural en Beijing, un importante instituto bajo los auspicios de Unesco dedicado a la educación en áreas rurales, según Bokova.

La directora dijo que es una «ambición muy justificada» para elevar la calidad de la educación en áreas rurales y urbanas» al mismo nivel.

«Me alegra mucho tener esta asociación educativa tan fuerte con China», dijo Bokova a Xinhua.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2016-09/08/c_135670654.htm

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