América de Norte/México/14 de febrero de 2017/Fuente: la jornada
Aprender de manera horizontal, compartiendo computadoras, mesas de trabajo y pizarrones en los que se puede intervenir y cuestionar, es posible en el aula del futuro, un proyecto de la UNAM en donde la tecnología es un instrumento de la educación, sostuvo el investigador Fernando Gamboa Rodríguez.
El experto del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM y coordinador del proyecto, dijo que en esta aula la tecnología no “viste” al salón de clases de modernidad y herramientas atractivas para los alumnos.
«Va más allá, y ensaya nuevas formas de enseñar y aprender, basadas en espacios colaborativos. Usa dispositivos electrónicos (tabletas, computadoras, pizarrones electrónicos y muros colaborativos) como una forma de compartir el conocimiento», subrayó en un comunicado.
Sostuvo que aquí se aprende a trabajar en equipo, a cuestionar al maestro, a mejorar el trabajo del compañero, a ser ciudadano participativo…
“Se llama aula del futuro porque se trata de imaginar nuevas maneras de hacer la enseñanza-aprendizaje, y en esos ambientes cómo se vería la tecnología”, resumió.
Argumentó que “no es una propuesta tecnológica, sino educativa; pero además es aspiracional, pues nunca llegamos al futuro, siempre estamos caminando con nuevas ideas y propuestas; es una utopía que sirve para caminar”.
Con diversas instituciones educativas (desde preescolar hasta posgrado), su equipo multidisciplinario ayudan a definir esos nuevos espacios, como son salones de clases, bibliotecas, salas de reuniones, laboratorios (de ciencia y de arte) y repositorios, dijo.
“Proponemos dinámicas e interacciones que se pueden establecer entre los alumnos y el profesor, pues queremos hacer de la escuela un nuevo punto de encuentro, donde el aprendizaje sea más significativo”, dijo el experto.
Sin espacios rígidos ni alineados, el aula del futuro es esencialmente flexible. Funciona entre iguales, así que tiene mesas modulares que se separan o unen en una más grande (redonda o cuadrada) y tienen una superficie interactiva, en donde los alumnos y el maestro pueden compartir ejercicios y experiencias, y no sólo trabajar en su computadora personal.
También tiene un muro colaborativo, que sustituye al pizarrón y al que se puede acceder desde el asiento del alumno. “Se trata de ser flexibles, de cuestionar y colaborar, de poner la tecnología al servicio de la educación”, concluyó.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/02/11/educacion-horizontal-gracias-a-la-tecnologia-en-el-aula-del-futuro-unam
Imagen: www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/02/11/educacion-horizontal-gracias-a-la-tecnologia-en-el-aula-del-futuro-unam/aula.jpg