Coral Herrera Gómez: La mayor parte de los héroes de nuestros hijos son asesinos: Activista

Por: María Sánchez.

Para la activista Coral Herrera, el machismo es causa de muchas formas de violencia, por ello cree importante una educación feminista desde los niveles más básicos y promover la pacificación a través de los derechos humanos

Sinaloa.- Abordar las diversas formas de violencia que se manifiestan en la sociedad mexicana, y por lo tanto en la sinaloense, implica adentrarse en los diferentes procesos sociales que las originan y las condicionan.

Para la escritora, feminista e investigadora Coral Herrera Gómez, una de las raíces de dicha violencia es el machismo, debido al cual se producen muchas agresiones mediante violencia física, sexual, psicológica y económica, principalmente hacia las mujeres, pero también en el hecho de que los hombres mantengan una personalidad condicionada, rígida y dominante para definirse y afirmarse como masculinos.

La investigadora comentó que, como en el resto del mundo, las manifestaciones de violencia contra las mujeres en Sinaloa, así como las que se dan dentro del mundo del narcotráfico y de la sociedad en general, están inmersas en la violencia machista, porque esta es parte de la cultura, y es palpable en la necesidad que tienen los hombres de sostener un estatus de poder basado en el sometimiento.

En este sentido, Coral Herrera compartió a esta casa editorial las ideas que ella cree necesario implementar para erradicar la violencia originada por el machismo.

Coral, ¿por qué es necesario promover la igualdad entre hombres y mujeres?

«Hace falta un cambio cultural y educativo radical, desde arriba hacia abajo, y desde abajo hacia arriba y en todas las direcciones, porque creo que hay un problema evidente de masculinidad y que además los hombres en general no están reaccionando bien; es decir, la mayoría se escuda en posiciones defensivas, diciéndote que no todos los hombres violan, que no todos los hombres matan, pero la realidad es que el 95 por ciento de los asesinos del planeta son hombres, y el 95 por ciento de la población reclusa son hombres, entonces los hombres tienen un problema en su masculinidad, y simplemente se trata de ofrecerles herramientas para que los hombres puedan adaptarse a los nuevos tiempos y a todos los cambios sociales y políticos que están viendo para que aprenden a relacionarse con las mujeres en un plano de igualdad y sobre todo para que renuncien a la violencia como método para conseguir lo que quieren y lo que necesitan».

¿Es posible fomentar la no violencia en niños y niñas?

Creo que es posible trabajar el tema de las masculinidades. ¡Vamos! Creo que hay muchas formas de ser hombres que no pasan por repetir el modelo patriarcal violento. Hay que trabajar mucho. Por un lado, hay que trabajar en todas las instituciones educativas para enseñar a los niños a resolver sus conflictos sin violencia y también para darles herramientas, de manera que puedan aprender a gestionar sus emociones, para que no les inunden y les arrasen. Creo que la educación feminista es fundamental desde las primeras etapas de la formación, desde el kínder, hasta la universidad».

¿Cómo debe ser la educación que modifique estos patrones de violencia?

«Creo que es una educación feminista que, por un lado, tiene que ser educación sexual y educación emocional, pero también se tienen que explicar lo que son las luchas por las mujeres, por los derechos de las mujeres, por la libertad de las mujeres y la igualdad».

¿Crees qué los hombres deberían atender sus comportamientos machistas?

60%
No
40%

¿Cómo acercamos estas ideas de igualdad a los niños?

«Creo que es fundamental que haya una educación integral que permita a los niños entender que la dominación masculina no tiene ningún sentido y que no es justa, y que la única manera de cambiar el mundo, de frenar el desastre climático y de frenar las guerras en las que estamos es acabar con el patriarcado. Yo creo que es bien sencillo cuando a alguien le explicas lo que es la estructura en la que estamos. La estructura es el patriarcado, y cuando la gente entiende que no es más que un sistema de dominación, de unos sobre otros, de los más fuertes sobre los más débiles, del pez grande que se come al chico, pues es fácil de entender que no tiene ningún motivo de ser».

¿Podrías ilustrarlo, Coral?

«Yo, por ejemplo, cuando trabajo con adolescentes y les pregunto por qué alguien que se cree superior cree que tiene derecho a maltratar a alguien que es inferior, en realidad no saben qué contestarte. Tú dices, bueno, suponiendo que haya gente que es superior a otra, unos superiores y otros inferiores, ¿qué derecho tiene una persona que se cree superior a tratar mal a otra persona que considera ella inferior?, ¿qué ocurre cuando la persona que tú consideras inferior no se considera a sí misma una persona inferior, sino un sujeto con todos los derechos del mundo? Creo que el patriarcado es fácilmente desmontable, primero analizable, y luego lo podemos desmontar muy fácilmente».

¿A qué información podemos recurrir para reforzar estas ideas de igualdad?

«Bueno, tenemos ahí toda la filosofía basada en el tema de los derechos humanos que contempla que todos los humanos tenemos los mismos derechos, las mismas obligaciones y las mismas oportunidades».

¿Hemos avanzado como sociedad en el reconocimiento de los derechos humanos?

«Creo que soy optimista en el sentido de que pienso ahora mismo que el feminismo está cambiando la vida de millones de personas en el mundo; de mujeres, pero también de hombres, y porque cada vez veo que hay más grupos de hombres trabajando para cambiar esto, para acabar con el patriarcado, para deconstruirse a sí mismos, para hacer un trabajo por un lado individual y otro colectivo. Creo que a nivel político y social es fundamental que apoyemos a estos grupos de hombres, que les demos visibilidad, y que los chavales, que los chicos jóvenes sepan que hay otras formas de ser hombres y que hay mucha gente trabajando; bueno, mucha no, porque la verdad es que son una minoría los hombres que trabajan para deconstruirse y para despatriarcalizarse, pero yo siento que son cada vez más, por eso soy optimista».

¿Qué dificultades observas para que se den condiciones de igualdad ?

«Lo que pasa es que es bien complicado, porque si acaso te enseñan en el colegio eso, que la violencia no es el camino, luego ves que los Gobiernos utilizan la violencia para reprimir y para solucionar conflictos, pues es que realmente les estamos mandando a los chavales mensajes muy confusos, ¿no?».

¿Qué se puede hacer para promover el cambio?

«El caso es que yo creo que tiene que haber una revolución absoluta en el ámbito educativo, pero también creo que tiene que haber una revolución fortísima a nivel cultural. No podemos seguir glorificando y mitificando al macho violento». 

¿Por qué está la imagen del macho aceptada socialmente?

«Porque, por ejemplo, todas, todas nuestras películas están basadas en la glorificación de los asesinos, ya sean unos mafiosos, unos narcos unos presidentes del Gobierno; ya sean guerreros, ya sean soldados… Todas, todas nuestras producciones culturales están basadas en la idea de que hay que admirar al macho robot, que ni siente ni padece, y la verdad es que la mayor parte de los héroes de nuestros hijos son asesinos».

¿Se justifica de alguna manera la imagen del macho violento?

«Lo que pasa es que, bueno, nosotros distinguimos entre los asesinos buenos y los asesinos malos; pero, si te fijas, no hay ningún superhéroe que arregle el mundo desde el diálogo o que intente conseguir lo que necesita y lo que quiere utilizando su cerebro, casi todos los héroes utiliza la fuerza bruta y la violencia: matan, aniquilan, exterminan y torturan. 

»Lo que hacen los medios y la industria del cine y todas las industrias culturales es glorificar todo el tiempo a ese macho que ni siente ni padece, y que tiene un objetivo en la vida y le importa un bledo los medios que tenga que emplear para conseguir sus fines. Mientras esto siga así, y mientras se sigan ensalzando las figuras de los narcos, de los machos que tienen el poder, será difícil cambiar esto, por eso creo que la revolución feminista se está librando en muchos frentes: por un lado, las leyes, y también el tema económico. Creo que es fundamental que las mujeres tengamos soberanía y autonomía económica para poder ser libres y para no depender de los hombres».

¿Cuál sería un punto clave para disminuir la violencia ejercida por los hombres?

«Para mí, una de las claves es esta en dejar de mitificar al macho violento en la tele, en los cómics, en los videojuegos, en las películas, en las revistas, en las series de televisión… Creo que los medios tienen un papel fundamental en el cambio que tienen que ir experimentando las masculinidades, y creo que estamos en ello, estamos concienciando poco a poco».

¿Qué más podemos hacer para educar en el respeto?

«Creo que todos tenemos que asumir la responsabilidad de decir, tanto los productores culturales, los que ponen el dinero, los que crean esos contenidos culturales y también la educación que damos mamás y papás a los niños, porque a mí me sorprende mucho, por ejemplo, que cuidemos mucho qué comen los niños, que no coman productos superprocesados, que tengamos cuidado con el azúcar, etcétera; pero nadie cuida los contenidos que ven sus hijos a través de las pantallas, y creo que es fundamental ver qué le estamos ofreciendo al cerebro de los niños y cómo influye toda la violencia que consumen.

Además, creo que exponer a los niños a la violencia es violencia en sí, solo que los papás y las mamás no han caído en eso, a ellos les parece natural que los niños consuman violencia y que se crean que es lo normal. Entonces, yo creo que hay que hacer un cambio muy radical y hay que concienciar mucho a educadores, educadoras, papás, mamás, productores culturales, periodistas.

Es una labor colectiva esto que tenemos, el cambio para las masculinidades. También pienso que los hombres tienen que hacer mucha, mucha autocrítica personal y colectiva. Nosotras las mujeres ya llevamos años, sobre todo las mujeres feministas, haciendo autocrítica para liberarnos de los patriarcados que nos habitan, y los hombres se tienen que sumar a este trabajo, porque es un trabajo de todas y de todos».

El costo social y económico del machismo en México

El estudio llamado «Caja de masculinidad» sugiere que las formas de ser hombre en México tienen un alto costo económico y social.

En el estudio se midieron seis categorías, que integran los comportamientos vinculados con la experiencia de la hombría en México: violencia y acoso escolar, violencia sexual, depresión, suicidio, consumo excesivo de alcohol y accidentes de tráfico.

El estudio sugiere que la masculinidad tóxica genera violencia sexual, acoso escolar y tiene efectos directos en la salud de los hombres y es causa de discriminaciones, desigualdades y violencia que ellos ejercen entre sí y contra mujeres, niñas y niños.

El estudio desarrollado por Promundo, MenEngage México, AXE y Unilever destaca que México pierde alrededor de 1400 millones de dólares anuales por los problemas asociados a la masculinidad tóxica.

Reveló también los siguientes costos en 2016: por abuso de alcohol, l 160 mil 600 millones de dólares (mdd); acoso escolar, 670 mmdd; violencia sexual, 314 mil 800 mdd; por accidentes viales, 134 mil 200 mdd; suicidios, 79 mil 200 mdd; y depresión , 2 mil 900 mdd.

Fuente de la entrevista: https://www.debate.com.mx/estados/La-mayor-parte-de-los-heroes-de-nuestros-hijos-son-asesinos-Activista-20191125-0205.html

Comparte este contenido:

Una de cada diez niñas ha sufrido algún tipo de violencia sexual en su vida, según la ONG Plan Internacional

26 de noviembre de 2016/Fuente: antena3

Con motivo del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la ONG Plan Internacional ha denunciado que «la violencia de género es una pandemia» que afecta a alrededor de 150 millones de niñas en todo el mundo. Según la OMS el 35% de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida, cifra que aumenta hasta el 70% según algunos estudios nacionales.

Alrededor de 150 millones de niñas en todo el mundo, es decir, una de cada diez, han sufrido violaciones o algún tipo de violencia sexual en su vida, según ha denunciado la ONG Plan Internacional, subrayando que la mitad de dichas agresiones las sufren menores de 16 años.

Según ha recordado con motivo de la celebración este viernes del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las niñas sufren en mayor medida formas de discriminación y violencia como el matrimonio infantil, que afecta a 15 millones de niñas cada año; la mutilación genital femenina, de la que han sido víctimas 200 millones de niñas y mujeres; y los embarazos adolescentes, que acarrean complicaciones que suponen la principal causa de muerte en menores de 19 años.

«La violencia de género es una pandemia que viola los derechos de las niñas en todo el mundo», ha subrayado la directora general de Plan Internacional en España, Concha López. «Plan International solicita el compromiso de los gobiernos para poner en marcha las partidas y acciones necesarias para cumplir las promesas realizadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que marcan como meta eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en el ámbito público y privado para 2030», ha añadido.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70% de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida, según Plan.

En el caso de la violencia de género en las escuelas, la ONG ha subrayado que se trata de «una violación de los Derechos Humanos y del derecho a la educación y limita la participación y el acceso de las niñas a una educación segura y de calidad, incrementando las tasas de abandono y fracaso escolar».

Un estudio que realizó Plan en once países de todo el mundo en 2014 puso de manifiesto que un 28% de las niñas nunca se siente segura en el camino al colegio, y una de cada cuatro jamás se siente cómoda usando los aseos de las escuelas.

Cientos de niñas de estos países relatan incidentes de violación por parte de profesores, sexo por buenas notas, violencia y acoso en la escuela o en el camino hacia ella. Además, en la calle, las niñas viven situaciones de violencia de forma cotidiana.

Este tipo de violencia contra las niñas tiene causas estructurales con raíces muy profundas entre las que destacan la pobreza, la desigualdad y la discriminación, ha explicado Plan, incidiendo en que la mayoría de estos actos de violencia ocurren sin formar parte de las estadísticas oficiales; menos aún si éstos ocurren en el hogar o en el lugar de trabajo de aquellos que sufren la violencia y son encubiertos como costumbres o prácticas tradicionales.

Plan International, que desde 2007 lidera el movimiento global Por Ser Niña, trabaja en 70 países para acabar con la desigualdad y todas las formas de violencia contra las niñas y transformar las relaciones de poder, de manera que todas las niñas del mundo puedan aprender, liderar, decidir y prosperar.

Para transformar las escuelas y las comunidades en entornos seguros, inclusivos e igualitarios, libres de todo tipo de violencia, trabaja con los gobiernos y las organizaciones para hacer que los sistemas educativos se diseñen con enfoque de género y que las leyes y regulaciones sean efectivas en cuestiones de protección infantil.

Según ha subrayado, es fundamental contar con los niños y los hombres para conseguir un cambio verdadero y sostenible en el tiempo. El programa ‘Campeones del Cambio’ de Plan International sensibiliza a chicos y hombres sobre igualdad de género, para que ellos sean agentes de cambio en sus comunidades.

Fuente: http://www.antena3.com/noticias/mundo/cada-diez-ninas-sufrido-algun-tipo-violencia-sexual-vida-segun-ong-plan-internacional_20161124583722da0cf24c3ff6a2a2da.html

Imagen: fotografias.antena3.com//clipping/cmsimages01//2016/11/11/8CB358C1-D8E8-460C-90E6-1E61B0E95CBF/58.jpg

Comparte este contenido:

Machomáticas

Miguel Lorente Acosta

Sin duda se trata de un gran descubrimiento, algo así como la Piedra Rosetta del machismo, las claves que permiten descifrar parte de su lenguaje. Hablamos de las “Machomáticas”, el conjunto de reglas y procedimientos que utiliza el machismo para alcanzar los números exactos y las conclusiones necesarias para que todo encaje en su universo XY, desde el que poder hacer pasar una realidad por otra con la fuerza de su palabra.

El tema viene de lejos. ¿Recuerdan aquello de “…y el verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros?, pues algunos lo han seguido al pie de la letra, y desde su deidad han elaborado un sistema propio de cálculo con el que concretar lo abstracto de sus ideas en números enteros y decimales con los que cuadrar las cuentas. Y claro, como las palabras tienen sinónimos, estos hombres tan divinos, en su omnipotencia y omnipresencia, no se han cortado un pelo para dar también “sinónimos” a los números en ese lenguaje “machomático”.

Podría parecer algo imposible, pero no lo es. Hay que recordar que el poder del machismo se concentra en dos grandes elementos; por una parte, en la capacidad de condicionar la realidad para que las cosas sean como tienen que ser según el orden, las ideas y valores que ellos han decidido que deben actuar como referencia. Y por otra, en la capacidad de dar significado a la realidad, especialmente cuando se aparta de su modelo, que es cuando podría ser cuestionada. Por ejemplo, cuando un hombre agrede a otro hombre es una agresión, pero cuando un hombre agrede a la mujer con la que mantiene una relación es un asunto privado y algo normal, a no ser que el resultado sea especialmente grave. Y cuando se produce ese resultado y las consecuencias traspasan el umbral de la normalidad, pues recurren a otro significado, y si el hombres es un anciano dicen que se le fue la cabeza, si es un joven fue por celos, y si se trata de un hombre adulto comentan que fue por el alcohol consumido.

De ese modo la violencia de género no existe, y cuando se comprueba que sí existe y que está presente como parte de las relaciones, se dice que no es así, que es producto de determinadas circunstancias que afectan a algunos hombres o, incluso, de la provocación de la mujer, del famoso “algo habrá hecho”. Y ese significado está construido sobre el valor de la palabra de los hombres, de esa capacidad de crear realidades sólo con pronunciarlas o de borrarlas al silenciarlas. La palabra de los hombres se convierte así en el instrumento más poderoso del machismo, y por ello la idea de “palabra de hombre” o de un “hombre de palabra” se presenta como referencia del valor de una cultura patriarcal asentada en esa combinación “hombre-palabra” hecha voz. Y para darle un reconocimiento añadido, la propia cultura no sólo le quita ese significado a la palabra de las mujeres, sino que es presentada como lo contrario, como algo falso, pasajero e interesado, cuando no directamente dirigida contra ellos, como recogen algunas expresiones que tanto me repetían los maltratadores cuando actuaba como médico forense: “sí, yo le he pegado… pero es que mi mujer se empeña en llevarme la contraria”.

Todo forma parte de las combinaciones y significados que han instaurado como claves para que la realidad tenga sentido y sea armónica con su concepción de modelo de sociedad. Por ello utiliza la fuerza y su influencia a través de la capacidad de darle significado para presentarse como merecedores de su superioridad al hacer creer que “tener razón” es ser inteligente. Y para conseguirlo imponen su razonamiento a través de la violencia (explícita o como amenaza), y concluyen que son muy inteligentes al ver que todo el mundo asiente ante sus posiciones. Por eso luego se producen tantas sorpresas cuando algunos destapan el “tarro de las esencias” y no sale nada. Pero esa construcción, como tantas otras, es falaz.

Ya lo expresó Don Miguel de Unamuno con aquello del “vencer y el convencer”; el machismo podrá vencer con la violencia e influir con su poder, pero no convencer con la razón que no tiene. Y en su desesperación han llegado a los números y a las “machomáticas” para intentar callar las palabras que los cuestionan, de ahí que hayan inventado un lenguaje particular a base de cifras para que luego las letras les sigan dando la razón. Es una lengua muerta que ni siquiera ellos entienden, pero la presentan como una divinidad, como algo en lo que necesitan creer para darle sentido y trascendencia a unas vidas construidas sobre la mentira del machismo.

Y al margen de sus cálculos y de sus cuentas, como decía antes, han cambiado la literatura por la aritmética para darle sinónimos a los números y, de ese modo, convertir esas cuentas en cuentos. Así, por ejemplo, para el 0’014% de las denuncias falsas utiliza el sinónimo del 80%, y cuando hablan de que este tipo de denuncias representan el 80% en verdad no están mintiendo, sólo que aplican un sinónimo.

Otro ejemplo, al hablar de hombres asesinados por sus parejas dicen que cada uno de estos últimos años han matado a 30, cuando los datos del CGPJ hablan de cifras entre 4 y 8, pero no debemos entender sus palabras como una falacia, tan sólo que han aplicado otro sinónimo numérico dentro de su lenguaje “machomático”. Es algo similar a cuando hablan de que se producen más de 8000 suicidios de hombres por “divorcios abusivos”, a pesar de que el número total de suicidios masculinos está alrededor de 3500; no piensen que es un intento de manipular, nada de eso, es otro sinónimo dentro de su literatura aritmética que convierte las cuentas en cuentos.

Puede parecer complejo en una primera aproximación, pero no lo es tanto. Si se dan cuenta es lo que sucede cuando nos acercamos a cualquier lengua extranjera, que al principio no entendemos nada, pero en cuanto aprendemos algunas palabras y algunas claves sobre su gramática y significado ya somos capaces de ir avanzando por su entramado. Por eso he elaborado una primera “tabla” que nos ayude a entender sus cálculos y sus cuentas, con las que comprender la historia de fondo que aparece en sus cuentos, y la moraleja que tratan de hacernos llegar para que no lleguemos muy lejos de la mano de la Igualdad.

Es una tabla que puede parecer sofisticada, como la propia cultura, pero en realidad es muy simple. En ella se mezclan todo tipo de operaciones, tanto la suma como la multiplicación, la resta y la división, pues el objetivo es que todo encaje.

Echémosle un vistazo a una parte de esa “Tabla de las Machomáticas”:

  • Uno por uno = Diente por diente .
  • Uno más uno = “Mis cojones” .
  • Uno más una = Uno .
  • Una y una = Ninguna .
  • Dos entre uno = Tres .
  • Cinco por una = Burundanga .
  • 19 entre 130.000 = 80% .
  •  90 hombres, 10 mujeres = Igualdad .
  •  50 hombres, 50 mujeres = Discriminación
A partir de esta tabla se puede hacen las operaciones más diversas bajo sus reglas. Un par de ejemplos rápidos. El primero, cuando un factor determinado se multiplica por el factor “mis cojones”, el resultado tiende a infinito. De manera que cuando alguien dice “eso no lo hago” y un machista lo multiplica por su factor testicular y apunta, “por mis cojones que lo vas a hacer”, el resultado es que tenderá a hacerse siempre.
El segundo, con independencia de que el resultado de una operación sea un número positivo, en realidad puede ser igual a cero cuando se acompaña del decimal “de eso nada”. Así, si se dice que la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 20% y se pone detrás, como si fuera un decimal, “de eso nada”, para las “machomáticas” la brecha salarial es igual a cero.No traten de entenderlo, es “machomática pura”. 

Fuente del articulo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218633&titular=%93machom%E1ticas%94-

Fuente de la imagen: http://radio.uchile.cl/wp-content/uploads/2013/11/genero.jpg

Comparte este contenido:

Siete estrategias para frenar la violencia contra los niños

INSPIRE/30 de agosto de 2016/Fuente: bebesymas

No es un problema lejano ni que afecte a pocas personas. Las cifras son estremecedoras. En el mundo, según datos de Unicef, cada cinco minutos un niño muere como resultado de la violencia, uno de cada cuatro sufre abuso físico y a lo largo de su vida una de cada cinco niñas es abusada sexualmente al menos una vez.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados han presentado recientemente la renovación de INSPIRE: siete estrategias para reducir la violencia contra los niños, medidas que ya han sido puestas a prueba y demostrado su efectividad, por lo que mediante su implantación se podría reducir radicalmente las tremendas cifras con las que hemos iniciado estas líneas.

En el último año, hasta mil millones de niños han sufrido violencia física,sexual o psicológica, una violencia que adopta muchas formas pero que a menudo es invisible.

Las siete estrategias que la iniciativa «INSPIRE» pone de relieve son las siguientes:

  • Aplicación y control del cumplimiento de las leyes: como aquellas que limitan el acceso de los jóvenes a las armas de fuego y a otros tipos de armas (Sudáfrica) y las que penalizan la imposición de castigos violentos a los niños por los padres (muchos países europeos).

  • Normas y valores: modificación de las creencias y los comportamientos respecto de los roles de género.
  • Entornos seguros: adopción de medidas para eliminar los lugares conflictivos y mejora del entorno edificado, por ejemplo las viviendas.
  • Apoyo a padres y cuidadores: por ejemplo proporcionándoles capacitación en materia de crianza.
  • Reforzamiento económico y de ingresos: incluida la microfinanciación, junto con capacitación sobre normas de género.
  • Servicios de respuesta y apoyo: como programas de tratamiento para menores infractores.
  • Educación y formación en aptitudes para la vida: por ejemplo, estableciendo un entorno escolar seguro y mejorando la vida y las aptitudes sociales de los niños.

Este conjunto de estrategias ha sido elaborado en colaboración con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, UNICEF, End Violence Against Children, la Organización Panamericana de la Salud, el Banco Mundial…

Ahora queda por ver si los gobiernos, las instituciones, organismos de las Naciones Unidas, la sociedad civil, el sector privado, investigadores… unen sus fuerzas para articular soluciones de modo que se cumpla uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, «poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños».

Y es que esta violencia tiene muchas consecuencias para los menores, no solo la muerte sino consecuencias graves que perduren en su salud de por vida: lesiones, enfermedades transmisibles y no transmisibles, problemas de salud mental como depresiones, ansiedad, síndrome de estrés postraumático…

Los servicios sanitarios, jurídicos y sociales son los más afectados en todos los países por las consecuencias del maltrato infantil, y suelen ser los más comprometidos en la lucha contra este.

El primer paso, está en la familia, en nuestra responsabilidad como padres, en el respeto y amor a nuestros hijos y en la atención frente a otros modos de violencia que no provengan del núcleo familiar cercano. Por desgracia, muchos niños no cuentan con ese apoyo primario, por eso es necesaria la implicación de toda la sociedad.

Fuente: http://www.bebesymas.com/salud-infantil/inspire-siete-estrategias-para-frenar-la-violencia-contra-los-ninos

Imagen: i.blogs.es/a35f24/istock_2494204_medium/1366_2000.jpg

Comparte este contenido: