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Estos son los planes europeos para África

Redacción: El País

La UE busca dejar atrás el paternalismo con un nuevo acuerdo pensado para fortalecer lazos intercontinentales y apostando por la digitalización, el empleo y la transición verde.

La construcción de alianzas sólidas se ha convertido en una tarea compleja para la diplomacia europea. Mirando a Occidente, Bruselas se topa con el cambiante humor de Donald Trump y el fragmentado bloque latinoamericano. En la otra dirección, el ruso Vladimir Putin y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan son fuente habitual de conflicto. Y en el resto del flanco oriental, los países árabes no terminan de encontrar una salida a la guerra en Siria, la promesa India no acaba de cumplirse y China emerge como un socio puntual, pero también como un formidable rival económico. En medio de ese laberinto geopolítico, los Veintisiete giran la vista hacia el Sur para actualizar su relación con África, un continente que tiene casi todo de lo que Europa carece, para bien —pujanza demográfica, potencial económico— y para mal: 560 millones de personas aún viven en una situación de pobreza multidimensional, es decir, que son pobres de todo.

Un compromiso sobrevuela el futuro acuerdo entre ambos continentes, cuyo borrador se presentó este lunes en Bruselas: diseñar una política conjuntamente con África y no para África. “Somos dos continentes en pie de igualdad”, insistió el Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell. El objetivo es que el pacto esté listo para ser rubricado en la cumbre entre la UE y la Unión Africana en octubre, y que gire en torno a cinco puntos.

Transición verde

Unos niños trepan por un cocotero derribado tras el paso del ciclón Idai en Beira, Mozambique, el 27 de marzo de 2019. Decenas de miles de víctimas fallecieron a causa de un desastre natural empeorado por el cambio climático.ampliar foto
Unos niños trepan por un cocotero derribado tras el paso del ciclón Idai en Beira, Mozambique, el 27 de marzo de 2019. Decenas de miles de víctimas fallecieron a causa de un desastre natural empeorado por el cambio climático. YASUYOSHI CHIBA AFP
2050 se ha convertido para la UE en la fecha clave para su ambición verde. Ese año, la neutralidad climática debe ser una realidad en los Veintisiete. La cuestión se ha convertido también en un eje de sus relaciones comerciales y diplomáticas: Bruselas incluye en sus pactos el respeto al Acuerdo de París como condición. Con África no se hará una excepción. “Pese a que el continente africano tan solo emite un 2% de las emisiones totales de energía a nivel global, es la región más golpeada por las consecuencias del cambio climático. Se trata de un desafío que solo puede afrontarse de manera conjunta”, afirma la eurodiputada de Ciudadanos Soraya Rodríguez, presidenta de la Delegación para las relaciones con el Parlamento Panafricano. En el documento que sirve de base a la negociación, Bruselas advierte contra la sobreexplotación pesquera, la desertificación y la deforestación, y llama a invertir en energías renovables, basarse en modelos de urbanización inteligentes y combatir juntos los delitos contra el medio ambiente.

¿Cómo se ve desde África? >>> En África, atenuar los daños y combatir el calentamiento global son dos prioridades. Al mismo tiempo, el continente está inmerso en un ambicioso proyecto de industrialización para el que va a necesitar cada vez más energía. ¿Cómo resolver esta ecuación? Acudiendo a las fuentes limpias y renovables. Y ya ocurre. Hace unos días, Senegal inauguraba el parque eólico más grande de África Occidental, en Marruecos ya cuentan con la mega planta solar de Noor, una de las más potentes del mundo, y Etiopía está a punto de poner en marcha la Gran Presa del Renacimiento que aprovechará el curso del Nilo para producir la electricidad que necesita.

Digitalización

Dos mujeres utilizan los cajeros automáticos del banco Nedbank en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el 15 de marzo de 2016.
Dos mujeres utilizan los cajeros automáticos del banco Nedbank en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el 15 de marzo de 2016. MIKE HUTCHINGS REUTERS
Un dato marca el convencimiento de la UE de que África debe llevar la digitalización a todos los sectores de su economía. Por cada 10% de aumento de la cobertura digital, el PIB africano sube un 1%. Bruselas cree que hay mucho margen para implantar tecnologías en sectores como la agricultura, comercio electrónico, servicios financieros, educación o administración pública. “La UE deben profundizar su colaboración en este ámbito, incluyendo medidas de prevención frente al uso de Internet con fines terroristas o extremistas”, recoge el texto.

¿Cómo se ve desde África? >>> La Agenda 2063 impulsada por la Unión Africana es la auténtica clave de bóveda del crecimiento continental. En este documento, aprobado en 2013, ya se propone una «revolución del conocimiento» en materia tecnológica a la que Europa podría contribuir. Sin embargo, el bloguero y cíberactivista Cheikh Fall advierte de ciertos riesgos. «La colaboración está bien, pero los Estados africanos deben estar muy atentos a la hora de mantener su independencia digital. Debemos dotarnos de leyes y protocolos que nos permitan guardar nuestra soberanía en un nuevo espacio como este», asegura. Uno de los grandes desafíos para un continente donde la mitad de la población tiene menos de 20 años es que nadie quede descolgado del futuro. El mundo digital debe penetrar en las escuelas. «Europa podría invertir ahí, acompañarnos», añade Fall.

Crecimiento sostenible y empleo

Pastores de la etnia hausa-fulani se trasladan con su ganado por las inmediaciones de algunas granjas de Sokoto, en el norte de Nigeria. La pobreza les lleva a emigrar hacia el norte donde hay más oportunidades de empleo.ampliar foto
Pastores de la etnia hausa-fulani se trasladan con su ganado por las inmediaciones de algunas granjas de Sokoto, en el norte de Nigeria. La pobreza les lleva a emigrar hacia el norte donde hay más oportunidades de empleo. LUIS TATO AFP
La UE es el mayor inversor extranjero en África con 222.000 millones de euros, por encima de Estados Unidos (42.000) y China (38.000). El objetivo es afianzar esa posición y redirigir ese flujo de dinero hacia proyectos que hagan al continente más resistente frente a los envites del cambio climático. Bruselas aplaude el Acuerdo de Libre Comercio en África (ZLEC), en vigor desde mayo pasado, considerado como el primer paso hacia la creación de una de las zonas de intercambios económicos más grandes del mundo, y está dispuesta a compartir sus conocimientos sobre cómo ha funcionado el mercado único europeo y la unión aduanera.

Para aumentar el capital extranjero presente en la región, la UE cree que África debe emprender reformas que creen un ambiente propicio para los negocios y liquidar malas prácticas como la corrupción, el fraude, el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.

Con 375 millones de jóvenes incorporándose al mercado laboral en los próximos 15 años, la formación de esos futuros empleados es una de las grandes inquietudes para un continente que acoge en su seno a seis de las diez economías que más crecieron en 2018. “La UE debería facilitar la movilidad de estudiantes, profesores, formadores e investigadores, proteger los derechos sociales y, en particular, erradicar el trabajo infantil”, recomienda el documento.

En plena crisis del coronavirus, los Veintisiete también recogen la intención de aumentar su apoyo a los sistemas de salud de los países africanos, en muchos casos precarios. “Los problemas sanitarios en los países africanos existían antes del virus y seguirán existiendo después”, alertó Borrell en un ejercicio de realismo.

¿Cómo se ve desde África? >>> «Toda esa narrativa, esos esfuerzos, tienen como objetivo combatir la creciente influencia china en África, la UE está obligada a reaccionar, a cambiar su discurso», asegura el economista senegalés Demba Moussa Dembelé. Pero los nuevos vientos no proceden solo de Pekín. Estados Unidos y Rusia también han entrado en el tablero con fuerza. Sin embargo, un acontecimiento puede cambiarlo todo. El próximo mes de julio el ZLEC dará sus primeros pasos efectivos, lo que permitirá ir creando un gigantesco mercado único de hasta 1.200 millones de personas. «Esta iniciativa tendrá sentido si favorece la industrialización del continente, si logramos transformar nuestras materias primas y negociar con una sola voz en los acuerdos comerciales», añade el experto. De continuar esta tendencia de integración, no exenta de obstáculos, los acuerdos comerciales bilaterales entre Estados y la UE serán cosa del pasado en una década, como asegura el economista bisauguineano Carlos Lopes. Y ahí África saldrá ganando.

Paz y gobernanza

Catherine Amidu, a la derecha, con su mejor amiga Aisha en su casa de Machinga, en Malawi, el 9 de febrero de 2020.ampliar foto
Catherine Amidu, a la derecha, con su mejor amiga Aisha en su casa de Machinga, en Malawi, el 9 de febrero de 2020. THOKO CHIKONDI AP
“Garantizar la paz y la seguridad duradera en África es tanto del interés de África como de la UE”, señala la comunicación sobre la estrategia europea. En ella, se insta a los países europeos a tratar de resolver las crisis del Sahel, la región de los Grandes Lagos o el Cuerno de África utilizando la diplomacia y el diálogo en cumbres al más alto nivel. Para los dirigentes africanos, un recado para sacar a sus Estados del círculo vicioso de la pobreza y la violencia: la inclusión económica, la educación, el acceso igualitario a servicios sociales y la justicia, y la redistribución de recursos son el motor de las sociedades capaces de crear empleo y crecimiento y atraer inversores.

¿Cómo se ve desde África? >>> Las guerras en África ya no son lo que eran, y la gran amenaza de hoy es el avance del terrorismo. Países como Somalia, Nigeria, Malí, Burkina Faso, República Centroafricana, Mozambique y Níger se enfrentan a la emergencia de un enemigo con múltiples rostros que se nutre de las injusticias y la pobreza. Según el experto Bakary Sambe, director del Instituto Timbuktu, «Europa debe tomar conciencia de la nueva situación creada por la amenaza terrorista. Para ser eficaces, las iniciativas europeas necesitan un mínimo de coordinación, es aberrante que hoy haya más de 18 estrategias para el Sahel con una intensa presencia militar mientras las poblaciones locales se sienten más inseguras que nunca».

La última cumbre de la Unión Africana rescató el reto de «hacer callar las armas» en el que ha fracasado con estrépito durante los últimos años, con viejas guerras como la de RDC y nuevos conflictos como el de Malí que se enrocan o incluso se agravan. A juicio de Sambé, «el enfoque militar intenta curar los síntomas superficiales de un mal más profundo. Mientras los grupos yihadistas estrechan sus vínculos y colaboración, los esfuerzos de la comunidad internacional se dispersan».

Inmigración

Fotografía del 29 de febrero de 2020 en la que una mujer migrante de origen africano llora a su llegada a la costa de Lesbos, en Grecia, después de una peligrosa travesía en patera desde Turquía.ampliar foto
Fotografía del 29 de febrero de 2020 en la que una mujer migrante de origen africano llora a su llegada a la costa de Lesbos, en Grecia, después de una peligrosa travesía en patera desde Turquía. ANGELOS TZORTZINIS DPA
El apartado migratorio aparece situado en último lugar, aunque suele ser el que más preocupa en Europa. La UE ha otorgado ayudas a Marruecos para que blinde su frontera. Y aunque los mayores flujos de los últimos años no proceden de África sino de la guerra en Siria, estos han dejado cicatrices en la política comunitaria al aprovechar los movimientos populistas la oleada migratoria para buscar réditos electorales. Borrell insistía este lunes en que África “fue, es y será fuente de migración hacia los países europeos”, pero cree que la cuestión no debe monopolizar el debate sobre África. Organizaciones como Oxfam y Cáritas han mostrado el mismo temor a que la migración opaque el resto de la agenda. Bruselas muestra su interés por favorecer la inmigración legal, y afirma que continuará en contacto con los países de origen, tránsito y destino.

¿Cómo se ve desde África? >>> Al contrario que el medio ambiente, la digitalización, la paz y el crecimiento económico, las migraciones no forman parte de la agenda pública africana. Porque si para Europa representa un «problema», en África son más bien una solución: válvula de escape social, herramienta política de presión sobre Europa que redunda en proyectos de desarrollo como los del fondo fiduciario aprobado en la cumbre de La Valeta y envío de remesas. Así la perciben muchos Estados y dirigentes africanos.

En primer lugar habría que dimensionarla: el 85% de las migraciones africanas se producen dentro del continente. «Europa está obsesionada con las migraciones», asegura Bakary Sambe, «en lugar de eso debería abrir las perspectivas de una relación más sostenible construida conjuntamente en el marco de un nuevo acuerdo estratégico». La nula gestión de flujos por parte de la UE, que se limita a la apuesta represiva de las vías clandestinas mientras tapona toda opción legal, es muy criticada en África. «Si saqueas los bienes de la gente, esa gente va a seguir el mismo camino: emigrar», añade el líder político panafricanista Ousmane Sonko.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/03/10/planeta_futuro/1583843614_981609.html

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Libro(PDF): «Litio en Sudamérica: Geopolítica, energía y territorios»

Reseña: CLACSO

Este libro ofrece una mirada integral de la “cuestión litio” y calibra la dimensión efectiva de las ilusiones que el “oro blanco” despierta en Sudamérica. La primer sección es de escala global y se centra en dos tópicos claves: relaciones norte-sur y transición energética justa. La segunda compone un análisis transversal de la dinámica extractiva, las cadenas de valor y el accionar de las comunidades locales en el “Tríangulo del litio” (Argentina, Bolivia y Chile). Por último, se analizan problemáticas centrales: la situación ambiental y la cuestión litífera en Brasil.

La energía del litio nos brinda la oportunidad de diseñar nuevas estrategias de posdesarrollo, construyendo sociedades económicamente igualitarias, ecológicamente sustentables y radicalmente democráticas.

Autores (as):  Bruno Fornillo. [Coordinador]

Melisa Argento. Martina Gamba. Martín Kazimierski. Florencia Puente. Gustavo Romeo. Elaine Santos. Ariel Slipak. Santiago Urrutia. Julián Zicari. Bruno Fornillo. [Autores y Autoras de Capítulo].

Editorial/Editor: IEALC – Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe. El Colectivo. CLACSO.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-47280-0-5

Descarga: Litio en Sudamérica: Geopolítica, energía y territorios

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1528&pageNum_rs_libros=4&totalRows_rs_libros=1342

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Libro(PDF): «La integración latinoamericana en debate: Incertidumbre, formatos institucionales fragmentados y caminos alternativos latentes»

Reseña: CLACSO

Este libro retoma la temática de la integración desde una mirada sociológica para comprender, en diálogo con otras perspectivas de las ciencias sociales, las trayectorias y experiencias propias ensayadas en América Latina. Así pues, se presentan las modalidades de regionalismo poshegemónico o posneoliberal con los diversos formatos y contenidos ensayados en las iniciativas de integración en la región, y los distintos actores políticos y sociales emergentes en los diversos escenarios y escalas de los procesos de integración, y se abordan las múltiples dimensiones involucradas en los procesos de integración más allá de los aspectos exclusivamente comerciales, así como las dinámicas de las desigualdades y las disputas internas en los juegos de poder geopolítico y de actores sociales.

Autores (as):  José Briceño Ruíz. Jorge Leal. Alberto Rocha Valencia. Miguel Serna Forcheri. [Coordinadores]

Diego Hernández Nilson. Marco Narea. Daniele Benzi. Flavia Guerra Cavalcanti. Mercedes Botto. María Agustina Frisch. María Belén Herrero. Jorgelina Loza. Marcela Belardo. Bárbara Carvalho Neves. Franklin Cleber Batalha. Ignacio Mariano Sabbatella. Ana Lía del Valle Guerrero. Lincoln Bizzozero Revelez. Nicolás Pose. Evaristo Nunes de Andrade Júnior. Roberto Goulart Menezes. Pamela Torres Castillo. Juan José Abad Godoy. [Autores y autoras de Capítulo].

Editorial/Editor: CLACSO. Teseo. ALAS.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español/Portugués

ISBN: 978-987-723-222-6

Descarga: La integración latinoamericana en debate: Incertidumbre, formatos institucionales fragmentados y caminos alternativos latentes

Fuente: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1753&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1338

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Hacia un nuevo orden mundial de la cultura y la comunicación

Por: Fernando Buen Abad

Toda organización política (y, por lo tanto, toda organización) debe tener en su “agenda” la problemática histórica actual en materia de Cultura y Comunicación. No es mucho pedir y no hay escapatorias. Ya tuvimos tiempo de sobra para aprender que, entre todas las batallas que la humanidad libra hacia su emancipación, los “territorios” de la Cultura y la Comunicación han sido especialmente colonizados y mayormente plagados con derrotas muy severas.

Pero no se trata de priorizar a la Cultura y a la Comunicación en una “agenda” donde se las entienda exclusivamente como “espectáculo”, “entretenimiento” o “curiosidad”… como suele hacer cierto sector de las oligarquías y sus burocracias. No se trata de fingir, con discursos, que nos ocupa o preocupa la “diversidad” expresiva de los pueblos. No se trata de repetir la mueca clientelista que reparte becas, o subsidios, a los amigos y a los amigos de los amigos. No se trata de convencernos con sesudas disquisiciones academicistas ni convenciones internacionales plagadas con naderías en la práctica. De lo que sí se trata es de habilitar, profundizar y ensanchar el ejercicio de derechos humanos inalienables como son el Derecho a la Cultura y el Derecho a la Comunicación, no sólo en igualdad de “oportunidades” sino, principalmente, en igualdad de condiciones.

Una “agenda” de Cultura y Comunicación para nuestro tiempo, debe interesarse por la democratización de las herramientas de producción, distribución e interlocución del “sentido”. Debe interesarse por el ascenso de una corriente semántica renovada por el fragor de las luchas sociales que en todos los ámbitos (ciencias, artes, filosofías, tecnologías…) viene librando la especie humana para garantizarse un lugar digno en su propio desarrollo y no un lugar de “espectador” sometido por un sector social acaparador e históricamente opresor de las mayorías. Tal “agenda” debe interesarse, (inter, multi y transdisciplinariamente) por erradicar los medios y los modos con que los pueblos han sido infiltrados con “valores” o “antivalores” que sólo convienen el statu quo y que han inoculado núcleos de “falsa conciencia” redituables a la ignorancia funcional, al mundo de la mentira como verdad, al sometimiento de consciencias y al mercantilismo desaforado infectado de individualismo y consumismo.

De las fuerzas políticas actuales (que dicen ser emanación de la voluntad popular o de las clases trabajadoras) no podemos espera menos que un modelo comprensivo y dinámico que, en materia de Cultura y Comunicación, se disponga a corregir las asimetrías en el campo de la disputa por el sentido. Que sepa desarrollar un arsenal de herramientas para la crítica (en todos los “sentidos”) ante la hegemonía de la “Iniciativa Privada”; contra el burocratismo clientelista y contra el silenciamiento de las comunidades semánticas más variadas que, además de diversas, son mayoría abrumadora. Que, además de las herramientas para la crítica ponga al alcance de todos los cuerpos legales, las fuentes metodológicas, los espacios de formación, las herramientas de producción, las infraestructuras de transmisión, los modelos de evaluación y la dinámica de la retroalimentación. Abiertas, participativas, auto gestionadas, autónomas y de revocabilidad consensuada desde las bases. Para empezar.

No es posible aceptar políticas de Cultura y Comunicación sin consultas desde las bases y desde la historia. No es aceptable abandonarse a los caprichos del mecenazgo, no es recomendable aspirar al mundo feliz de las “industrias culturales” reproductoras de la lógica de la mercancía en el campo de las ideas y las emociones sociales. Cultura y Comunicación no son mercancías, son Derechos Humanos Fundamentales y al Estado compete su desarrollo, ensanchamiento y profundización. O será nada.

Una organización política que en su “agenda” no contenga, como prioridad de corto plazo, el desarrollo de una Política de Cultura y Comunicación, descolonizadora y transformadora, debe revisarse a fondo contrastándose con los hechos duros y crudos que han venido amenazando a las democracias en las décadas recientes, tal como lo advirtió el Informe MacBride de 1980. No es que falten casos ejemplo, autores denunciantes ni amarguras realmente existentes en el escenario actual donde la Cultura y la Comunicación han sido secuestradas por los poderes monopólicos trasnacionales. Lo que sí está faltando es la decisión política de fuerzas organizadas, con mandato de la clase trabajadora, para desplegar una experiencia nueva y renovadora atenta a las exigencias de los tiempos actuales y del futro inmediato.

“Se requieren nuevos discursos y enfoques que sirvan de referencia a las políticas culturales” ya reclamaba Irina Bokova de la UNESCO. En su reclamo, desde luego están las exigencias cualitativas y cuantitativas, están las consideraciones administrativas y de gestión gubernamental, además de estar a expectativa geopolítica acentuada en una visión Sur-Sur. Y lo que está faltando es la ordenación de las acciones que garanticen un cambio de paradigmas, a fondo, por cuanto compete a la comprensión teórica y práctica de la Cultura y la Comunicación no sólo como expresiones “reflejo”, “espejo” del pensar y el “sentir” social sino como instrumentos para la acción transformadora directa. Hay que romper con resabios y taras de las “culturas” desarrolladas por los colonialismos para contar con pueblos mansos y tributarios de la riqueza para los “amos”.

Hace falta sepultar a la andanada mercantilistas creadora de las “culturas” de la adicción (como el alcoholismo, la farmacodependencia y todas las adicciones autodestructivas). Hay que romper con todo lo que oprime y deprime a los pueblos, obligándolos a resignarse a una cultura de esclavo, a una moral de súbditos y a una estética colonizada que derivan siempre en beneficios comerciales para las clases opresoras. Eso le falta a las Políticas de Cultura y Comunicación que han de nacer en esta etapa y en el seno de las organizaciones políticas que quieran ser respetadas por su respeto histórico a las luchas de sus pueblos. Cultura y Comunicación para la emancipación. Nuevo orden.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=258022

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La revolución 5G

Por: Manuel Castells

Con el aséptico nombre de 5G se presentó la nueva generación de comunicación móvil en el Mobile World Congress de Barcelona, a finales de febrero. Se trata de una profunda transformación tecnológica con importantes consecuencias empresariales, sociales y geopolíticas. La estrella del congreso fue el nuevo modelo Mate X de Huawei, la principal empresa tecnológica china. Claro que el teléfono no sirve de mucho mientras no se despliegue la red por la que circulan las señales. Y esto se supone que ocurrirá, al menos en China, Europa y Estados Unidos, en el 2020.

La conexión de internet con 5G se proyecta como 40 veces más rápida que la del 4G que actualmente utilizamos y el volumen de datos comunicados significativamente mayor (aquí las estimaciones varían). La importancia de esta tecnología es que constituye la infraestructura necesaria para el funcionamiento de la nueva sociedad en red, incluyendo la nueva economía. Esta nueva estructura, que ya existe en gran medida, está en la base de la conexión de grandes bases de datos (big data), del despliegue de las aplicaciones de inteligencia artificial y, por tanto, de la robótica avanzada (máquinas capaces de aprender) y, sobre todo, de la llamada “internet de las cosas”. Por tal se entiende la multiplicidad de conexiones ultrarrápidas de internet no sólo entre humanos y sus organizaciones, sino entre objetos de todo tipo, en el ámbito doméstico, el dinero móvil, el coche sin conductor, la cirugía a distancia, la enseñanza virtual o las guerras de drones. No hablamos de ciencia ficción, sino de lo que ya ha sido investigado, diseñado, producido y es operativo.

Como indicación de lo que ocurre, en el 2014 había unos 1.600 millones de objetos/máquinas conectados. En el 2020 se estima que serán 20.000 millones. Sin embargo, el funcionamiento real de estas múltiples redes sobre una única infraestructura de comunicación requiere una red con las características del 5G. Con sus consiguientes riesgos. Por un lado, el de la ciberseguridad (interferencias y vigilancias de todo tipo, sobre todo de gobiernos, incluidos todos). Por otro lado, los peligros potenciales para la salud aún poco evaluados. Resulta que una característica clave de esta nueva red es una altísima densidad de miniantenas que están sembrando en todas las ciudades para, mediante su cobertura coordinada del espectro, obtener una comunicación ubicua de cualquier punto de la red a cualquier otro. Antes de que le entre pavor piense que esta red, como todo lo que hemos ido inventando, se va a desplegar y usted (o sus hijos o sus nietas) la van a utilizar, sí o sí. Con lo cual lo urgente es analizar seriamente los impactos de estos múltiples campos electromagnéticos sobre la salud (sobre lo que hay muchos mitos, parecidos al movimiento antivacunas) y encontrar soluciones técnicas para prevenir el daño potencial.

En cualquier caso, la construcción y gestión de la(s) red(es) 5G se convierte en un campo esencial de la lucha por el poder y el dinero, porque vivimos en la época del capitalismo de los datos y los datos sólo sirven cuando pueden ser procesados y conectados.

Por eso se ha desatado una violenta reacción del Gobierno estadounidense contra la participación de Huawei en el diseño y construcción de la red. Y es que resulta que, en opinión de la mayoría de los expertos, Huawei posee la tecnología de diseño y fabricación más avanzada del mundo en las redes de telecomunicación 5G. Creo que el choque psicológico del Gobierno (mucho menos el de las empresas) es comparable al pánico surgido ante el Sputnik soviético en 1957.

¿Cómo es posible –dicen en Estados Unidos– que los chinos estén más avanzados cuando se suponía que su ventaja competitiva estaba en copiar y fabricar más barato explotando su mano de obra, sin añadir valor mediante investigación? Estamos en presencia de una mezcla de complejo de superioridad e ignorancia. Huawei está entre las primeras cinco empresas del mundo en gasto en I+D, tiene decenas de miles de investigadores, con centros en todo el mundo, no sólo en China, sino en Silicon Valley y otros núcleos tecnológicos. Y obtuvo más patentes tecnológicas en el 2017-2018 que cualquier empresa tecnológica en Estados Unidos. Aun así, la paranoia de los estrategas estadounidenses es tal que, teniendo en cuenta las consecuencias geopolíticas e incluso militares de esta tecnología, decidieron que la ventaja de Huawei sólo podía provenir del espionaje industrial y han arrestado y procesado a la directora financiera, Meng Wanzhou, hija del fundador de la empresa. ¿Pruebas? En el momento de su detención llevaba un iPhone y un iPad. Concluyente, ¿no? La acusación en serio es que Huawei es una empresa estatal (falso, es privada, como lo es Alibaba, la mayor empresa de e-commerce del mundo) y está introduciendo un acceso de “puerta trasera” en la red mediante el cual se puede espiar a todo el mundo. Y sólo faltaba que justo ahora el Gobierno chino lance su iniciativa de construcción de infraestructuras de transporte y comunicaciones en Europa y Asia (la nueva ruta de la seda) en colaboración con diez países europeos, incluida Italia, para que el 5G se interprete como un proyecto de dominación china sobre Occidente.

Objetivamente, hace falta mucho cinismo para presentar al Gobierno de Estados Unidos, así como los europeos, como respetuosos de la privacidad. Hay múltiples revelaciones y documentos (en particular los papeles de Snowden) que muestran la práctica sistemática de vigilancia legal o ilegal de las agencias estadounidenses en todo el mundo, como hace el Gobierno chino. Y la ayuda de mercados militares a empresas como Boeing y a Silicon Valley es un hecho.

La nueva revolución tecnológica se está convirtiendo en un campo de batalla geopolítico, en detrimento de la cooperación sinérgica que intentan algunas empresas europeas.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=255802

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Manuel Castell: Guerra tecnológica

Por MANUEL CASTELLS

El 19 de abril Trump declaraba en la Casa Blanca, mientras anunciaba sanciones contra la empresa Huawei, refiriéndose a la tecnología de redes de comunicación inalámbricas: “No podemos dejar que ningún otro país supere a Estados Unidos en la poderosa industria del futuro. La carrera del 5G es una carrera que tenemos que ganar”. De hecho, ya la ha perdido, porque la única alternativa actual a la tecnología de redes de la ­empresa china Huawei es la que ofrecen Nokia y Ericsson, dos empresas ­europeas cuyas posibilidades de competir dependen sobre todo del perjuicio que ocasione a Huawei el Gobierno ­estadounidense.

¿Por qué la competición tecnológica se centra en esta tecnología de redes? Porque de estas redes, que multiplican por veinte la capacidad de transmisión y por cincuenta el volumen de datos transmitidos, depende el despliegue de la llamada internet de las cosas, que conecta miles de millones de objetos y máquinas (no personas) difundiendo la información en todos los ámbitos de la vida con extraordinaria rapidez y de forma global. Es la infraestructura de la sociedad red que ahora sí constituye la base material de nuestra existencia, nos guste o no. La cuestión es que quien domine los estándares de comunicación en el inicio de esta nueva tecnología de redes domina su futuro, porque el 6G ya está en la fase de prototipos en Huawei.

¿Cómo puede ser que las empresas estadounidenses no estén a la altura? Este es el choque sufrido por Trump. Fundamentalmente, porque en el mundo de los negocios preocupa menos la política y cada uno se dedicaba a lo que le hacía ganar más dinero y luego se complementaban entre ellos sin preocupar la nacionalidad de los componentes que entran en la producción. En realidad, la mayoría de sectores tecnoló­gicos del complejo 5G tienen otras empresas dominantes, generalmente de Estados Unidos: en la microelectrónica, el principal proveedor es Intel; en los módems y la dirección IP es Qualcomm; en los centros de datos es Cisco; en servicios de telecomunicación sigue siendo ATT, aunque sufrió un golpe cuando se descubrió que su 5G Evolution era en realidad su 4G disfrazado. Y, sobre todo, en las máquinas, o sea, los teléfonos inteligentes y demás, el Samsung Galaxy 10 es el más avanzado, aunque iPhone sigue ahí, y Huawei, en función de su precio y diseño, es el segundo productor mundial. Y Android, un sistema operativo de Google, es la base de las aplicaciones de los teléfonos Huawei. Pero todo ese complejo tecnológico depende de las redes de comunicación y aquí Huawei tiene, según la opinión casi unánime de los expertos, una clara hegemonía que va incrementándose. Si pensáramos en una economía global interconectada y con tecnología compartida, la división del trabajo sería beneficiosa. Pero si se piensa en naciones Estado defendiendo territorios ­mediante aplicaciones militares y ciberespionaje, ahí la geopolítica manda, aunque retrase el desarrollo tecnológico de todos. Los pretextos iniciales de Trump se han demostrado pueriles. Que si Huawei negocia con Irán. Que si es una empresa del Gobierno (no lo es, pero es igual porque hay empresas públicas en todo el mundo). Que si espía. Huawei no está en ese negocio. Pero claro que el Gobierno chino sí, y el Gobierno estadounidense y todos los gobiernos en lo que pueden. Y utilizan todas las redes y tecnologías a su alcance. Pensar que porque una red sea china pueden introducir una puerta trasera mediante la que superar los controles informáticos es confundir las redes con el software, donde eso sí se practica.

¿Tendríamos que dejar de usar el software Microsoft porque sea estadounidense? El profundo significado de esta batalla es que ha empezado la guerra por el nuevo poder mundial. Estados Unidos estaba relativamente tranquilo en su hegemonía porque estaba seguro de su superioridad tecno- ­lógica (en gran medida derivada de sus universidades), que se traducía en superioridad económica y militar. La ­superioridad económica ya ha desaparecido. El déficit comercial es insostenible (de ahí la guerra de aranceles con China), la deuda pública se dispara y China retiene un 20% de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Y la superioridad tecnológica empieza a desvanecerse en sectores clave, como el 5G. Si a ello unimos la política china de construir la nueva ruta de la seda global en infraestructuras de transporte y comunicaciones, cooperando con países de todo el mundo, se entiende el pánico de los que siguen pensando en mantener la supremacía occidental.

Es una confrontación peligrosa y equivocada. En lo inmediato, Huawei tiene suficiente capacidad tecnológica (invierte en I+D más que cualquier otra empresa) para producir sus propios componentes, incluido un nuevo sistema operativo. Perderá partes de mercado en la gama baja de sus móviles, pero no en los nuevos modelos, imbatibles por ahora en calidad/precio. Y lleva tres años anticipando esta batalla y diseñando aplicaciones sustitutivas de las de Google.

En cuanto a la reacción del Gobierno chino, la primera medida que se prevé sería la restricción de la venta de tierras raras a empresas estadounidenses. Le remito al excelente artículo publicado por Piergiorgio Sandri en este diario. Estos minerales son esenciales para múltiples usos de la industria actual, incluyendo luces led, pantallas de plasma, móviles, baterías de coches eléctricos, etcétera. China produce el 83% y posee el 55% de las reservas. Una medida así sería devastadora para la industria global. Y Xi Jinping ya la ha insinuado.

Imbricada en la guerra comercial, está la guerra tecnológica que se amplía a cada vez más sectores. La segmen­tación de la economía global por razones de nacionalismo geopolítico puede conducir a una recesión de la economía mundial. Mientras, Europa sigue titubeante y desorientada en este debate. Esa es la forma de convertirse en irrelevante. Esperemos que estas elecciones lo cambien.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/opinion/20190525/462440941108/guerra-tecnologica.html

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La revolución 5G, ¿la vigilancia de los humanos y las cosas?

Por: Aram Aharonian

La nueva generación de comunicación móvil 5G significa una profunda transformación tecnológica con importantes consecuencias empresariales, sociales y geopolíticas, desde el momento en que los investigadores y las empresas chinas tomaron la delantera, despertando la paranoia de los estrategas y el gobierno estadounidenses, teniendo en cuenta las consecuencias geopolíticas e incluso militares de la misma.

En 2017 la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) dispuso algunas especificaciones para el 5G, como una velocidad mínima de descarga de 20 Gigabits por segundo (Gbps) y una mínima de subida de 10 Gbps.

El internet de las cosas (IOT por sus siglas en inglés) que se avizora, donde se propone un mundo en el que todos los objetos estén conectados a la “red de redes” e interconectados, requiere de altas velocidades, de convergencia en los accesos y de baja latencia. Sin duda esta quinta generación de tecnologías de telefonía móvil será hacia donde miren los proveedores de servicios para poder cumplir con la enorme demanda de acceso e interconexión de dispositivos en el mundo entero.

Como todo en tecnología, el 5G levanta voces adversas y despierta humanas alertas y temores sobre lo que vendrá, alertas que debieran enfocarse a pensar sobre el impacto político y social de la introducción de estas nuevas tecnologías y de millones de dispositivos aportando al gran panóptico tecnológico. ¿Podemos estar al margen del inmenso control global al que ya nos sometemos casi sin notarlo?

Algo sigue siendo claro: la tecnología por sí misma es inocua y por lo tanto dependerá de quién la domine, alerta el experto uruguayo Enrique Amestoy.

Para que quede claro, esta tecnología será 40 veces más rápida que la del 4G actual con un significativo aumento del volumen de datos comunicados y por ello el gobierno estadounidense está sumamente preocupado por la participación de la china Huawei en el diseño y construcción de la red (y trata de impedirla).

Pero hete aquí que es la que tiene la tecnología de diseño y fabricación más avanzada del mundo en las redes de telecomunicación 5G. Hay pánico en Washington y muchos nerviosismo en las megaempresas que hasta ahora se habían apoderado de los sistemas de comunicación e información, y vendían sus datos a quien los pagara, fueran gobiernos o no.

Los prepotentes (y a veces hasta ignorantes) estrategas de Sillicon Valley y de Washington decidieron que la ventaja de la empresa china Huawei sólo podía provenir del espionaje industrial y ante esta premisa no encontraron nada mejor que arrestar y procesar a la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, hija del fundador de la empresa, por portación de un iPhone y un iPad.

Si bien la acusación fue que Huawei es una empresa estatal (lo que es falso, ya que es privada, como lo es Alibaba, la mayor empresa de e-commerce del mundo) lo cierto es que China está introduciendo un acceso de “puerta trasera” en la red mediante el cual se puede espiar a todo el mundo, incluso a los espías.

EEUU, basado en su complejo de superioridad e ignorancia, se aferraba a que la ventaja competitiva china en los mercados estaba en copiar, clonar y fabricar más baratos que las empresas occidentales, explotando su mano de obra. Pero la realidad es que Huawei está entre las primeras cinco empresas del mundo en gasto en I+D, tiene decenas de miles de investigadores en centros de todo el mundo, hasta en Silicon Valley.

Y, silenciosamente, China lanzó su iniciativa de construcción de infraestructuras de transporte y comunicaciones en Europa y Asia (la llamada nueva ruta de la seda) en colaboración con diez países europeos, incluida Italia. Obviamente, algunos interpretararán que el 5G es un proyecto de dominación china sobre Occidente.

Un mundo para muy pocos ¿Cuántas de las profesiones que conocemos hoy en día seguirán existiendo en el futuro? ¿Qué actividades humanas pueden verse completamente automatizadas por máquinas o sistemas de machine learning? ¿Qué labores nos quedarán a los humanos? Son todas preguntas que surgen de las nuevas realidades, cuando algunos proyectan un mundo para mil millones de personas, o sea seis mil quinientos millones menos que la población mundial actual. ¿Un mundo sólo para el 1% de la población billonaria, dejando fuera al 99% restante? El Centro de Investigación de Futuro e Innovación de la South Wales Business School, proyectó que en los próximos 15 años el impacto de las nuevas tecnologías llevará a que al menos 30% de los empleos sean automatizados, desplazando del mercado laboral a los humanos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el principal problema de hoy de los mercados de trabajo en el mundo es el empleo de mala calidad: 700 millones de personas, obligadas a aceptar condiciones de trabajo deficientes viven en situación de pobreza o pobreza extrema en el mundo. La mayoría de los 3300 millones de personas empleadas en el mundo no goza de un nivel suficiente de seguridad económica, bienestar material e igualdad de oportunidades.Se corre el riesgo de que algunos de los nuevos modelos empresariales propiciados por nuevas tecnologías, socaven los logros conseguidos en el mercado laboral, por ejemplo los relativos a formalidad laboral y seguridad en el empleo, protección social y normas del trabajo, que ya sufre el 61% (dos mil millones de trabajadores) sobreviven en la economía informal. Hoy, más de una de cada cinco jóvenes (menores de 25 años) no trabaja, ni estudia, ni recibe formación, por lo que sus perspectivas de trabajo se ven comprometidas.

Uruguay pica en punta

Con el apoyo de la finlandesa Nokia, el ente estatal uruguayo de telecomunicaciones Antel ha logrado completar con éxito la instalación en America Latina de la primer red comercial de quinta generación (5G). Las primeras radiobases se han desplegado en el departamento de Maldonado y se encuentran operativas y listas para brindar servicio.

La nueva tecnología 5G permite tener una capacidad conexión de hasta un millón de dispositivos por km2, navegar a velocidades mayores a 1 Gbps, con una respuesta de red inmediata, señaló Antel.

Internet de las personas y las cosas

La importancia de la nueva tecnología es que constituye la infraestructura necesaria para el funcionamiento de la nueva sociedad en red, incluyendo la nueva economía, que se basa en la co­nexión de grandes bases de datos (big data), del despliegue de las aplicaciones de inteligencia artificial (y de la robótica avanzada, las máquinas capaces de aprender) y, sobre todo, de la llamada internet de las cosas, señala Manuel Castells..

No se trata solo de la mutiplicidad de conexiones ultrarrápidas de internet entre humanos y sus organizaciones, sino también entre objetos de todo tipo: en el ámbito doméstico, el dinero móvil, el automóvil sin conductor, la cirugía a ­distancia, la enseñanza virtual o las guerras de drones. No se trata de ciencia ficción, sino de una tecnología que ya está operativa

La estrella del congreso Mobile World (en febrero último en Barcelona, España) fue el modelo Mate X de la empresa china Huawei. Por ahora hablamos de un prototipo, ya que el celular no sirve de mucho mientras no se despliegue la red por la que circularán las señales, lo cual está previsto para el año próximo en China, ­Europa y Estados Unidos.

Si en el 2014 había unos mil 600 millones de objetos/máquinas conectados, para 2020 se espera que sean unos 20 mil millones, para lo que se requiere una red con las características del 5G.

Después de la sorpresa, llega la evaluación de riesgos, entre ellos el de la ciberseguridad, con las interferencias, espionajes y vigilancias de todo tipo; los peligros po­tenciales para la salud aún poco evaluados, ya que la red se desarrolla sobre una densidad de miniantenas (se calcula que una por manzana en los centros urbanos) que, mediante su cobertura coordinada del espectro, obtener una comunicación ubicua de cualquier punto de la red a cualquier otro en el mundo.

Por eso se vuelve ­urgente analizar los impactos de ­estos múltiples campos electromagnéticos sobre la salud y encontrar soluciones técnicas para prevenir el daño potencial. ¿La 5G conduce al aumento masivo de la exposición obligatoria a la radiación inalámbrica?, se pregunta el experto uruguayo Julio González.

Según González se triplicarán los riesgos para la salud con el despliegue de la 5G, que conduce al aumento masivo de la exposición obligatoria a la radiación inalámbrica. Es efectiva sólo a muy corta distancia y por ende se requerirán muchas antenas nuevas y la implementación de esta tecnología a gran escala resultará en antenas promedio, cada manzana en áreas urbanas, aumentando masivamente la exposición obligatoria.

Con el mayor número de transmisores 5G (incluso dentro de las viviendas, escuelas, plazas, tiendas y hospitales, etc.) y los accesorios como refrigeradores, lavadoras, persianas, cámaras de vigilancia, las llamadas “casas inteligentes”, los autos y autobuses que conducen por sí mismos, etc.) serán parte de la Internet de las Cosas.

Numerosas publicaciones científicas han demostrado que los Campo Electro Magnéticos-CEM afectan a los organismos vivos (no solo a los humanos) en niveles muy por debajo de la mayoría de las directrices internacionales y nacionales, cuyos efectos incluyen mayor riesgo de cáncer, estrés celular, aumento de radicales libres dañinos, daños genéticos, cambios estructurales y funcionales del sistema reproductivo, déficit de aprendizaje y memoria, trastornos neurológicos e impactos negativos en el bienestar general de los seres humanos.

Estudios realizados por un equipo ruso de investigadores también mostraron que los CEM de los teléfonos celulares causan a largo plazo un significativo deterioro cognitivo en los niños. Quizá sea el momento para los padres determinar si los niños deberían utilizar estos dispositivos en sus cuerpos en crecimiento y su cerebro en desarrollo.

El desarrollo de la tecnología no está sirviendo para multiplicar el tiempo de ocio y los espacios de libertad, sino que está multiplicando la desocupación y está sembrando el miedo.

Aram Aharonian: Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la ). Autor de Vernos con nuestros propios ojos, La internacional del terror mediático y El asesinato de la verdad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons , respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la información:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=255907&titular=la-revoluci%F3n-5g-%BFla-vigilancia-de-los-humanos-y-las-cosas?-

 

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