2021 y ¿las bases de un gobierno progresista en Colombia?

Por: Yani Vallejo Duque* Y Alfonso Insuasty Rodríguez**

Las celebraciones de fin de año se mezclan con la realización de balances y propósitos para el año que viene, se habla de lo bueno, lo malo y lo que está por llegar; esto se realiza en todos los ámbitos de la vida, tanto personal como a nivel económico y político.

Esta columna tratará de mirar la foto actual de Colombia y su gobierno, generando insumos de reflexión sobre lo que creemos está por venir para el 2021 y sobre todo, lo que nos espera para el 2022.

Un Gobierno sin rumbo

Después del 7 de agosto del año 2002 el país se encuentra en manos de un Caudillo que representa una clase política altamente corrupta, emparentada con la mafia y el paramilitarismo, un sujeto que ha utilizado lo peor de la manipulación y las estrategias más cuestionables para mantenerse en el poder hasta el día de hoy.

Dicho personaje y grupo político han puesto un Presidente a la medida quien, cual títere, actúa bajo directrices concretas. Dicho mandatario tuvo en su momento, como único mérito, haber jurado lealtad o mejor, seguir a ciegas las órdenes de su caudillo y mentor.

Este año que va cerrando, dicho caudillo, apelando a consabidas argucias jurídicas, nuevamente intentó evadir la justicia, logrando por ahora, poner fin a la detención domiciliaria que pesaba en su contra, sin embargo, el proceso sigue abierto en su contra y derivado, ha perdido su curul como Senador.

Desde una de sus grandes haciendas, en la que se encuentra en medio de esta pandemia, como arriando animales da órdenes, cita a dirigentes políticos con quienes mueve los hilos del poder y ahora desde ese lugar proyecta acuerdos con esos clanes políticos mediados por escándalos, proyectando la nueva sucesión de poder, esas alianzas, cálculos para no perder el poder en las elecciones presidenciales del 2022.

Pero, la estantería se les cae a pedazos y es tan evidente que ya ni sus frases cargadas de odio, desinformación y manipulación logran ocultar la crisis profunda a la que él y su grupo político, han llevado el país.

La ultraderecha colombiana sólo vive de la propaganda, se dicen dueños de la seguridad y en lo corrido del año 2020 se han presentado ochenta y ocho (88) masacres (Indepaz, 2020), añadido a ello, la proliferación de grupos al margen de la ley que cada vez ganan más terreno gracias a la corrupción y con la complicidad de los organismos de seguridad, se predican buenos administradores pero, su supuesta “buena gestión” se basa en endeudar al país sin límite alguno, al punto que según la calificadora de riesgo Moody’s, la deuda para el 2021 asciendo peligrosamente al 70% del PIB del país. (Dinero, 2020).

Este gobierno, además, presenta negativos índices de productividad económica, malas relaciones con países vecinos y un servilismo, que raya con la vergüenza nacional, hacia gobernantes de otros países en los cuales se ven reflejados casos Trump en EE.UU. o Bolsonaro en Brasil.

Como ya es normal, en los gobiernos de derecha, la corrupción se naturalizada y todos los días aparece en los medios masivos un nuevo escándalo que es sepultado por otro de mayores magnitudes, ofreciendo para su solución “exhaustivas investigaciones” que al pasar de tiempo solo terminan en detrimento del erario sin mayores repercusiones políticas.

Ante toda pregunta por estos males, la respuesta mediática de los medios masivo al servicio de este tipo de gobiernos, siempre es la misma: el Presidente actual, sigue siendo un Aprendiz al que habrá que darle tiempo, además, se empeña en reiterar que toda culpa de los males del país o son del gobierno anterior o consecuencia de la Paz firmada entre el Estado y las Farc, importante acuerdo el cual, abiertamente y sin sonrojo no dejan de atacar. Ya la gestión de este “Aprendiz de Presidente” supera la mitad de su mandato y sigue gobernando con el espejo retrovisor.

La extrema derecha colombiana ya perdió cualquier nivel de vergüenza y ha acaparado todos y cada uno de los espacios de poder del país. Hoy controla el ejecutivo, compró la legislativo, en los órganos de poder logró ubicar fichas de su mismo gobierno, van por la captura del poder judicial con magistrados serviles y, con su registrador de bolsillo trata de cerrar el círculo realizando reformas al régimen electoral para favorecer a sus amigos politiqueros en las regiones, con miras a controlar al máximo, las elecciones 2022.

En términos del politólogo J. L. Talmon, nos encontramos en Colombia bajo una clara democracia totalitaria.

La Respuesta a la crisis

La crisis ética y económica que vive el país, como ya lo hemos dicho, no se le puede endilgar al Covid-19. Esta, ya era muy profunda antes de la pandemia y lo único que hizo el coronavirus fue develarla y por supuesto, profundizarla a límites inimaginables.

La respuesta a esta crisis mundial no ha sido otra que la misma fórmula neoliberal de siempre, hacer que los más pobres paguen la crisis sin tocar a ningún grupo económico poderoso.

Las ayudas a los pequeños y medianos empresarios fueron minúsculas a comparación de la entregada a grandes conglomerados económicos. (Cuestión Publica. 2020). Lo que se entregó finalmente como ayudas a los más pobres son tan irrisorias que rayan con meras limosnas.

Y ahora, la gran idea del ministro de hacienda del gobierno de turno, es la de avanzar con la paulatina y certera erradicación de los derechos laborales y pensionales alcanzados en luchas que costaron muchas décadas y que de un plumazo serán debilitadas considerablemente.

Avanza en éste orden, la radicación de proyectos de ley para darle vida a una nueva reforma Tributaria (El Tiempo. diciembre de 2020)., una reforma laboral y por supuesto una reforma pensional (El Tiempo. diciembre de 2020) que le meten la mano al bolsillo a millones de colombianos que comenzarán a pasar mayores necesidades, mientras los reportes del sector financiero seguirán mostrando imparables y abismales ganancias en medio de esta profunda crisis.

Preocupa la reforma a la Ley 100, la profundización del deterioro del ya precario sistema de salud, el cual, de paso sea decir, no estaba preparado para una crisis de esta magnitud en tanto sus Administradores lo habían ya debilitado, garantizando si el lucro, disminuyendo al máximo el bienestar.

Bajo el amparo de la Pandemia, el Gobierno de Turno, ha visto la mejor oportunidad para gobernar por Decreto entregando, además, licencias rápidas que de una vez por todas obsequien a empresas trasnacionales la explotación de nuestros recursos naturales a cambio de coimas y pequeñas migajas, poniendo en riesgo incluso, el suministro de agua de poblados, comunidades y ciudades capitales.

Las Condiciones están dadas.

Este panorama catastrófico se siente en cada hogar colombiano, basta con cruzar dos palabras en la calle con alguna persona para percibir la angustia de su situación actual en todos los ámbitos de su vida.

Parte del electorado de la derecha eran esos empresarios pequeños y medianos que sentían que las políticas neoliberales los ayudarían a acumular capital y llegar a ser como los grandes grupos económicos. Pero la realidad es que las políticas de estos gobiernos se han centrado en el discurso del “desarrollo” y el “progreso”, fortaleciendo el libre mercado, los Tratados de Libre Comercio (TLC) bajo condiciones humillantes para la resquebrajada economía colombiana, tanto que hoy, a consecuencia de estos tratados, la industria nacional se ha debilitado o desaparece, incluso se ha puesto en jaque la producción agropecuaria, dejando a muchos en la quiebra total.

La propuesta de una alternativa progresista empieza a calar en la mayoría de la sociedad, como se expresó con más de ocho millones de personas que dijeron No más a los sucesivos gobiernos autoritarios del caudillo.

Las condiciones vemos, están dadas, pero el 2021 será clave para posicionar las propuestas que diferenciarán una forma de gobierno a la otra.

La Unidad de nuevo es obligatoria, retomar la frase de Camilo Torres: “Insistir en lo que nos une, y prescindir de lo que nos separa”.

Las organizaciones sociales rurales y étnicas poseen formas organizativas tejidas durante largos tiempos de lucha y defensa de la vida y el territorio, éstas luchas continuarán y siguen avanzando en formas de articulación, pero, vemos que, esto no ocurre con la misma fuerza y potencia en los grandes conglomerados de personas se encuentran en las principales ciudades y de ahí, que sea clave retomar la idea de un gran movimiento urbano nacional que permita el intercambio de ideas y que pueda concretar su aporte a una gran agenda nacional a modo de Agenda Pública, con capacidad de transformar contextos y realidades, una que sea ejecutable.

Se tendrá sí, que superar la desinformación de los medios de comunicación masiva, las encuestas amañadas y los ataques de la derecha que siempre crean un sofisma con palabras sin contenido como “castrochavismo”.

Si no se aprovecha el 2021 para superar las diferencias y generar una verdadera propuesta de gobierno para las elecciones de mayo 2022, pasarán décadas para volver a tener estas condiciones y pesará en la historia que tuvimos la oportunidad de cambiar el rumbo del país y no estuvimos a la altura de ese reto.

Referencias.

Cuestión Publica. (30 abril de 2020). Los Pequeños empresarios víctimas de los bancos en la Pandemia. Obtenido de Cuestión Pública: https://cuestionpublica.com/pequenos-empresarios-victimas-de-los-bancos-en-pandemia/

Dinero (23 de septiembre de 2020). Moody’s ve deuda de Colombia por encima del 70% del PIB 2021. Obtenido de Dinero.com: https://www.dinero.com/economia/articulo/de-cuanto-sera-la-deuda-de-colombia-en-2021/301133

El Tiempo. (07 diciembre de 2020). Reforma tributaria se presentará en el primer trimestre de 2021. Obtenido de El Tiempo.com: https://www.eltiempo.com/economia/sectores/reforma-tributaria-gobierno-confirma-que-presentara-el-proyecto-en-el-primer-trimestre-de-2021-553407

El Tiempo. (10 diciembre de 2020). Embargar Ahorro pensional y otras 9 ideas al Respecto, en el Congreso. Obtenido de El Tiempo.com: https://www.eltiempo.com/economia/sectores/reforma-pensional-que-traen-10-proyectos-que-cursan-en-el-congreso-553804

Indepaz. (21 de diciembre de 2020). Informe de Masacres en Colombia durante el 2020. Obtenido de Indepaz: http://www.indepaz.org.co/informe-de-masacres-en-colombia-durante-el-2020/

Insuasty Rodriguez, A. (2020). Un mundo desigual. El Ágora USB, 20(1), 12-16. https://doi.org/10.21500/16578031.4641

Insuasty Rodríguez, A. (2020). Una debacle social en camino. Revista Kavilando, 11(2), 261-265. Recuperado a partir de https://www.kavilando.org/revista/index.php/kavilando/article/view/344

Nota.


*Abogado, especialista en derecho penal, defensor público e investigador Grupo Kavilando.

**Docente Investigador Universidad de San Buenaventura Medellín, Integrante Red Interuniversitaria por la Paz, actual Consejero de Paz Conpaz Medellín sector Universidades, e Integrante grupo Autónomo Kavilando. Contacto: Alfonso.insuasty@gmail.com

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/2021-y-las-bases-de-un-gobierno-progresista-en-colombia/

Comparte este contenido:

Democracia y dictadura

Por: Miguel Guerrero

Las dictaduras y los gobiernos autoritarios son más fáciles de sostener que una democracia auténtica. Sólo necesitan valerse de la fuerza y de la intimidación para mantenerse y luego el miedo los hace una costumbre. Esa ha sido la historia siempre. La hemos vivido una y otra vez en esta nación, en la que sus fundadores, los que se entregaron a la causa de la redención del pueblo dominicano, terminaron en el cadalso o murieron en medio de una pobreza atroz en el exilio, olvidados de aquellos que habían contraído con ellos una deuda de gratitud impagable.

La democracia, en cambio, requiere de una construcción basada en la tolerancia y la paciencia. No se edifica de un tirón como las dictaduras. Es una cultura. Los gobernantes democráticos están obligados por las constituciones y las leyes y están moral y legalmente forzados a respetarlas y hacerlas cumplir, por encima de sus simpatías y compromisos personales o de logias.

La dictadura y el autoritarismo son monolíticos. Tienen una sola finalidad y se alcanzan por el sometimiento. La democracia exige comprensión y en ella los gobiernos están sometidos a la autoridad del pueblo, al que deben servir. En la dictadura la fuerza se ejerce para doblegar voluntades y erigir fortunas ilícitas y famas tan frágiles como efímeras. En la democracia el legado es moral y permanente. No se mide en función de obras materiales que casi siempre tienden a acelerar perversos e ilegítimos procesos de acumulación. Se la estima en la medida en que construye el futuro en un clima de respeto y convivencia.

La dictadura adquiere modalidades adaptables al tiempo y las circunstancias y suele ser engañosa vistiéndose con un ropaje de mentiras y simulación. La democracia es auténtica e indivisible. No se practica a medias. El gobernante autoritario acumula poderes para provecho propio. El demócrata trabaja para preservar los derechos de sus compatriotas.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8806210-democracia-y-dictadura-2/

Imagen: https://pixabay.com/vectors/demonstration-show-me-demonstrate-2137450/

Comparte este contenido: