Juan Romeu: “Las redes sociales acercan la ortografía y la gramática a los estudiantes”

Por: Laura Roman.

Juan Romeu es lingüista y autor del libro ‘Ortografía para todos’. En él, y con el objetivo de acercar las reglas ortográficas a los alumnos, propone unirlas a los 118 elementos de la tabla periódica. Estas son las claves de esta particular unión.

Cofundador de la web ‘sinfaltas.com’, el lingüista Juan Romeu asesora y ayuda a resolver dudas lingüísticas. Su libro ‘Ortografía para todos’ es un manual ortográfico basado en la tabla periódica y con la que ha sido capaz de explicar cada una de las normas ortográficas del castellano. En esta entrevista desvela algunos trucos para mejorar la manera de escribir de los estudiantes y defiende las redes sociales como una herramienta beneficiosa para ello.

Pregunta: Es usted autor de una tabla periódica de la ortografía, en la que enlaza los elementos químicos con las reglas ortográficas. ¿Cómo establece la relación entre unos y otros?

Respuesta: Lo que hago en la tabla periódica de la ortografía es relacionar el símbolo de cada elemento con alguna cuestión ortográfica que tenga que ver con las letras que forman dicho símbolo. Así, por ejemplo, en el caso del helio, cuyo símbolo es He, se da una regla relacionada con la ‘h’. En concreto que se escribe  ‘He hecho menos que tú’, pero ‘Te echo de menos’. Y en el boro, con símbolo B, se explica que la b y la v se pronuncian igual en español. En la tabla se ofrecen estas pequeñas indicaciones y en el libro de ‘Ortografía para todos’ se desarrolla cada una en dos páginas.

P: ¿Cuáles son, a su juicio, las claves para que los estudiantes mejoren su ortografía?

R: Es muy importante que lean mucho intentando prestar atención a las palabras, pero más importante aún es que tengan cuidado a la hora de escribir. Si al hacerlo tratan de consultar cada duda que les surja buscando la palabra o expresión en el diccionario (el de la RAE, el panhispánico de dudas…), mejorarán ostensiblemente su ortografía. No hay que frustrarse por tener que mirar muchas veces algo: es normal que de repente dudemos sobre cómo se escribe una palabra que hemos escrito mil veces.

“El uso de los móviles no tiene por qué ser perjudicial para la salud ortográfica”

P: ¿Hay alguna metodología o técnica pedagógica que haga más sencilla la asimilación de las reglas ortográficas para el alumnado?

R: Como digo, lo importante es consultar cualquier duda que nos surja al leer y al escribir. Aun así, para memorizar mejor las reglas e, incluso, aprenderlas para siempre, hay distintos trucos y reglas mnemotécnicas que pueden ayudar. Además, si se entiende la razón de por qué existen determinadas reglas, es más fácil recordarlas. Para eso, en el libro explico cuestiones como por qué huérfano se escribe con ‘h’, pero orfanato no, o por qué hay que escribir bricolaje o tejer con ‘j’, pero ambages o coger con ‘g.

P:  Es cofundador del sitio web sinfaltas.com, un asesor lingüístico online. ¿Cuáles cree que son los errores ortográficos más comunes entre los estudiantes?

R: Aparte de las tildes, se falla mucho con clásicos como la ‘b’ y la ‘v’, la ‘g’ y la ‘j’ o la ‘h’. También con elementos que se pueden escribir en una o dos palabras, como ‘si no’ y ‘sino’, ‘por qué’ y ‘porqué’, o en pares como ‘de parte’ y ‘aparte’ o ‘a ver’ y ‘haber’. De la puntuación es mejor no hablar y mucho menos de otras cuestiones ortográficas más avanzadas, como las mayúsculas o la escritura de prefijos, símbolos y abreviaturas.

P: ¿Cree que influye el uso continuado de los dispositivos móviles en el nivel ortográfico de los más jóvenes?

R: El uso de los móviles no tiene por qué ser perjudicial para la salud ortográfica. Lo que pasa más bien es que, como se escribe mucho en ellas, se muestran más abiertamente las carencias ortográficas de cada uno. Pero precisamente el hecho de que escribamos más gracias al móvil puede servir para practicar todos los días.

ortografía
Kids spelling out words with alphabet blocks

Como decía, una de las claves para mejorar la ortografía es escribir. Y las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea como WhatsApp son las herramientas perfectas. Eso sí, para que ayuden a mejorar hay que esmerarse a la hora de escribir y buscar cualquier palabra o expresión con la que dudemos en lugar de escribirla de cualquier manera. Así pues, lejos de deteriorar la ortografía, el uso continuado del móvil puede llegar a ser beneficioso si se quiere.

P: ¿De qué forma pueden usarse las redes sociales para acercar la gramática y la ortografía al alumnado de cualquier edad?

R: Las redes sociales han demostrado ser una vía idónea para acercar las reglas de la gramática y la ortografía a los alumnos y a cualquier persona interesada. No hay más que ver la cantidad de preguntas que le llegan a la RAE por Twitter y a nosotros en SinFaltas. Las redes permiten informar de manera breve, rápida y atractiva, y ayudarnos así a consolidar los conocimientos. Pero además los nuevos medios facilitan la difusión de materiales como la tabla periódica de la ortografía y de otras muchas infografías que se publican. Si a esto le sumamos la cantidad de recursos lingüísticos gratuitos que tenemos a nuestro alcance en Internet, está claro que quien no escribe bien es porque no quiere.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/redes-sociales-son-adecuadas-acercar-ortografia-estudiantes/106852.html

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Redacción: Unión Guanajuato

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Diez genios que quedan tras la muerte de Stephen Hawking

Colombia/24 de Marzo de 2018/El Colombiano

Stephen Hawking nació un 8 de enero, el mismo día en que murió Galileo Galilei y falleció un 14 de marzo, fecha del nacimiento de Albert Einstein. Sumado a esto su muerte se dio el mes 3 y el día 14, que en matemáticas se conoce como número Pi (3,14). Cosas de genios.

Galileo se dio cuenta de que la Tierra no estaba en el centro de todas las cosas, Einstein cambió el mundo con su teoría de la Relatividad y Hawking demostró que el origen del Universo estuvo marcado por un Big Bang y sacó del anonimato a los agujeros negros.

Pero, además, desafió todos los pronósticos médicos, que no le daban más de dos años de vida, a sus 21, cuando fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica. Vivió 55 años más.

Curioso desde niño por el funcionamiento de las cosas, construía modelos de aviones y de barcos, en Highgate, donde residía la clase intelectual británica. Durante sus primeros años de carrera en Oxford estudiaba poco, pero ganaba todas las pruebas. En ese momento él pensaba que la genialidad consistía en mostrar el mínimo esfuerzo. Luego sabría que no era así.

Tenía un coeficiente intelectual (CI) de 160, pero sus movimientos empezaron a ser torpes. En su último año en Cambridge se cayó de las escaleras, después tropezó, mientras esquiaba en una Navidad en casa, y nunca más volvió a levantarse.

Comenzó a escuchar música de Wagner y aunque perdió, por un tiempo, la voluntad para seguir sus investigaciones en Cambridge, entendió que debía esforzarse más por vivir, al punto que escribió un ensayo que ganó el Premio Adams. Este significó el primer gran paso en sus investigaciones y la base del libro (con George Ellis) ‘La estructura a gran escala del espacio-tiempo’.

Dicha obra lo llevaría a grandes hallazgos, como la radiación de Hawking, que consiste en la teoría comprobada de que los agujeros negros no permanecen así para siempre, sino que lentamente se ‘difuminan’, perdiendo su energía al emitir radiación.

“Para mis colegas, soy solamente otro físico, pero para el público en general, me he convertido en, posiblemente, el más conocido científico del mundo. Esto es, en parte, porque los hombres de ciencias, aparte de Einstein, no son ampliamente conocidos, y porque encajo en el estereotipo de genio inválido”, bromeaba.

Tras la muerte de Hawking, a los 76 años, muchos se preguntan sobre los genios que aún viven y los que están por nacer. Para citar un ejemplo, Craig Venter, biólogo y empresario estadounidense, quien descifró el genoma humano, creó el primer genoma artificial de una bacteria. Y ahora va por el mundo navegando a bordo de su yate para explorar la diversidad genética de los mares. Polémico por haber patentado la primera forma de vida (artificial) creada por el ser humano, (Mycoplasma Laboratorium), no deja de ser genial.

Las mujeres también han ocupado un lugar de distinción en el top de las ‘genialidades’. Judit Polgár venció en 2002 a Garry Kasparov, el ajedrecista que más tiempo estuvo de primero en el ranking mundial y tiene un CI de 190.

Con 170 de CI, Polgár ganó el título de Gran Maestro Internacional a los 15 años. Es la única mujer que estuvo entre los diez primeros ajedrecistas de la clasificación mundial. Aprendió a jugarlo gracias a su padre, quien ideó para sus hijas un programa educativo en donde el deporte ciencia era el centro. Sus hermanas también son maestras internacionales, él insistió en que no participaran en torneos femeninos, solo en mixtos. Judit ya se retiró del ajedrez de competición.

Otro tipo genial, con el mismo CI de Judit, Andrew Wiles, le rompió la cabeza a sus colegas al resolver el problema matemático más difícil del mundo: el teorema de Fermat.

Y en Hollywood no hay solo acosadores, también hay genios que se sienten tontos, como Rick Rosner, guionista de televisión con un CI de 192. “Siempre he pensado que mi inteligencia es una compensación por mi falta de habilidades comunicativas”, dice este hombre con grandes habilidades para la matemática y la física.

También está James Woods, politólogo con un CI de 180, que declinó su otra carrera, la de cirujano, para dedicarse a la actuación. Su madre, sin mucho entusiasmo con la idea, le dio la bendición a su hijo genio, quien obtuvo una puntuación de 1580 en sus pruebas de acceso a la universidad, incluyendo una nota perfecta (800) en el examen verbal. Ha sido ganador de tres Emmy y nominado a un Óscar.

Cualidades geniales

Para su libro ‘Creatividad’, el profesor Mihaly Csikszentmihalyi entrevistó a 91 genios, de todas las disciplinas, incluyendo a 14 premios Nobel. Concluyó que las mentes brillantes que logran creaciones excepcionales, poseen dos cualidades, curiosidad y determinación.

Un estudio del profesor de la Universidad de California en Davis, Dean Keith Simonton, que se basó en los expedientes académicos de más de 300 genios, nacidos entre 1450 y 1850, como Leonardo da Vinci, Galileo, Beethoven o Rembrandt, determinó cuánta educación formal había recibido cada uno y midió sus niveles de eminencia a través de sus obras. Los genios más destacados eran quienes recibieron educación media, como diplomados, mientras que quienes tuvieron una mayor o menor educación eran menos creativos.

Los genios que más se destacan siguen estudiando, pero son autodidactas y adictos al trabajo. Según el crítico literario V.S. Pritchett, se esfuerzan, “nunca dejan de trabajar y no pierden un minuto”.

De acuerdo con el psicólogo Howard Gardner, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2011, Picasso, Freud o Stravinsky tenían una similitud en su forma de trabajar, basada en el ensayo y error. Analizaban un problema, buscaban la solución, la probaban y generaban una retroalimentación. Las mentes creativas son las más metódicas, dice el psicólogo.

Son sacrificados, solitarios y, a veces, neuróticos. Siempre piensan en sus obras y eso implica el sacrificio de su vida personal. Según Csikszentmihalyi, la mayoría de genios son marginados en la adolescencia, “su intensa curiosidad e intereses muy focalizados resultan extraños a sus compañeros”.

Los genios se desviven por su trabajo y no se entregan a él por dinero, según Dan Pink en su libro ‘La sorprendente verdad sobre qué nos motiva’.

Terence Tao

Nació en Australia. Tiene un IQ de 230. A sus 2 años enseñó matemáticas e inglés a un niño de 5. Desde los 24 años es profesor de matemática en la UCLA. Publicó un borrador (en 2004) que demostraba el teorema de Green-Tao, que afirma que existen infinitas progresiones aritméticas de números primos arbitrariamente largas.

Christopher Hirata

Con 36 años y un IQ de 225. A sus 13 años fue el más joven acreedor al oro en la Olimpiada Internacional de Física y a los 22 tenía su doctorado de la Universidad de Princeton. Investiga la energía oscura, la aceleración del Universo, la lente gravitatoria, el fondo cósmico de microondas y la época de re-ionización.

Valentina Tereshkova

La cosmonauta rusa fue la primera mujer en el espacio en 1963 que completó 48 órbitas a la Tierra en 3 días. Hay un cráter de la luna que lleva su nombre. El programa de EE.UU. empleó a varias genios de las matemáticas que ayudaron en el primer alunizaje e inspiraron la película ‘Talentos ocultos’.

Noam Chomsky

La lingüística actual no podría entenderse sin sus estudios. Nacido en Filadelfia, en 1928, descubrió la jerarquía de Chomsky, clasificación de lenguajes formales importantes en la teoría de la computación. Dice que tenemos una ‘gramática interna’ que nos permite hablar y entender el lenguaje.

Tim Berners-Lee

Británico, padre de la Web, invento más revolucionario de la comunicación, desde la imprenta de Gutenberg. De padres matemáticos, se graduó en física a los 21 años. En su libro ‘Tejiendo la red’, explica qué la tecnología web es libre y gratis.

Malala Yousafzai

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Recibió el Nobel de la Paz en 2014, a los 17 años, siendo la más joven en ganarlo. Comenzó su lucha por la educación de las mujeres a los 11 años en Pakistán. Escribía en un diario-blog anónimo que publicaba en la BBC de Urdu sobre su deseo de estudiar, y el terror de ir a clases, luego que los talibanes le dispararon en la cara cuando volvía en autobús de la escuela. Ahora vive en Inglaterra.

Phiona Mutesi

Una de las más jóvenes genios de la historia, creció en Katwe, una zona deprimida de la capital de Uganda, Kampala. Cuando tenía 3 años, su padre murió de Sida, y su hermana falleció después. A los 6 años tuvo que dejar la escuela, pero buscando lograr una vida mejor, aprendió ajedrez. A sus 16 años, se convirtió en Candidato a Maestro (CM), tras la Olimpiada de Ajedrez de 2010. Inspiró la película ‘Queen of Katwe’.

Kim Ung-Yong

A los 8 años de edad ya trabajaba en la Nasa y a los 16 ya tenía un doctorado en física. A los 4 años resolvía cálculos integrales y diferenciales. Con un CI de 220, el coreano demostró en un programa de TV su habilidad como políglota. Fue estudiante invitado de física en la Universidad de Hanyang desde los 3 años.

James Watson

Biólogo estadounidense, descubrió la estructura de la molécula de ADN (con Francis Crick), lo que le valió el Nobel en Fisiología o Medicina. Ha hecho declaraciones polémicas de las que se ha excusado, alegando que fue tergiversado, que no llamó a África “genéticamente inferior”, y que cuando dijo que las mujeres podrían abortar si los análisis preparto mostraran que su hijo iba a ser homosexual, era hipotético.

Gloria Steinem

Periodista y escritora judía estadounidense, referente del movimiento feminista estadounidense a finales de 1960 y principios de 1970. Una de las fundadoras de la revista Ms Fue diagnosticada de cáncer de mama en 1986. No tuvo hijos por elección.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/tecnologia/ciencia/stephen-hawking-genios-que-quedan-en-el-mundo-MC8411592

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La evolución del lenguaje: una perspectiva biolingüística. Entrevista a Noam Chomsky

América del Norte/Estados Unidos/22 Octubre 2016/Autor: C.J Polychroniou/Fuente: Truthout

En la búsqueda científica hacia la comprensión del ser humano, el lenguaje resulta crucial, y lo es por tanto para desvelar los misterios de la naturaleza humana. En la siguiente entrevista a Noam Chomsky, el académico que por sí solo revolucionó la lingüística moderna, se trata la evolución del lenguaje y se expone una perspectiva biolingüística (la idea de que el lenguaje humano representa el estadio del algún componente de la mente). Este es un planteamiento que todavía desconcierta a muchos no expertos, muchos de los cuales han intentado refutar la teoría sobre el lenguaje desarrollada por Chomsky sin comprenderla realmente.

El periodista y escritor reaccionario Tom Wolfe ha sido el último en hacerlo con la publicación de su nuevo y ridículo libro The Kingdom of Speech (El reino del habla), en el que intenta desmontar las teorías de Charles Darwin y Noam Chomsky con comentarios sarcásticos e ignorantes, atacando sus personalidades y expresando un profundo odio a la izquierda. De hecho, este libro tan publicitado no solo demuestra una ignorancia tremenda sobre la evolución en general y el campo de la lingüística en particular, sino que también pretende dar una imagen maléfica de Noam Chomsky (por motivo de sus constantes e implacables denuncias sobre los crímenes de los EE. UU. en el ejercicio de su política exterior y otros desafíos al statu quo). [La entrevista la realizó C. J. Polychroniou, un politólogo y economista que ha enseñado y trabajado en universidades y centros de estudio de Europa y los EE. UU.]

C. J. Polychroniou: Noam, en un libro publicado recientemente junto con Robert C. Berwick [¿Por qué solo nosotros?: Evolución y lenguaje, Kairós (2016)], abordas la cuestión de la evolución del lenguaje desde una perspectiva que sitúa a la misma en tanto que parte del mundo biológico. Ese fue también el tema de tu discurso en la conferencia internacional de Física celebrada este mes en Italia, y parece que la comunidad científica muestra un mayor reconocimiento y una comprensión más sutil de tu teoría sobre la adquisición del lenguaje que la mayor parte de los investigadores sociales, los cuales parecen tener importantes reservas en relación a la biología y la idea de la naturaleza humana en general. En realidad, ¿no es cierto que la cuestión de la habilidad específica del ser humano para adquirir cualquier idioma ha sido un asunto de especial interés para la comunidad científica moderna desde los tiempos de Galileo?

Noam Chomsky: Sí que es cierto. Al término de la revolución científica moderna, Galileo y los científicos y filósofos del monasterio de Port-Royal plantearon un desafío para aquellos que se hacen preguntas sobre la naturaleza del lenguaje humano; un desafío que tan solo había sido reconocido hasta que se retomó a mediados del siglo XX para convertirse en la principal preocupación de buena parte del estudio sobre el lenguaje. Para resumir, me referiré a él como el Desafío de Galileo. A estos grandes padres de la ciencia moderna les asombraba que el lenguaje permitiese al ser humano (cito textualmente) construir “con 25 o 30 sonidos, una variedad infinita de expresiones que, a pesar de que no se parezcan en absoluto a lo que pasa por nuestro pensamiento, consiguen desvelar todos los secretos de nuestras mentes y hace inteligible para los demás lo que imaginamos y todos los diversos movimientos de nuestra alma”.

Podemos ver ya que el Desafío de Galileo requiere ciertas reservas, pero es algo muy real y debería, en mi opinión, ser reconocido como uno de las perspectivas más profundas en la rica historia de la investigación científica sobre el lenguaje y la mente de los últimos 2.500 años.

Pero el Desafío no se había abandonado totalmente. Para Descartes, en torno a la misma época, la capacidad humana para usar el lenguaje de manera ilimitada y apropiada constituía el fundamento primario de su postulado que concibe la mente como un principio creativo. Años más tarde, se da cierto reconocimiento del lenguaje como actividad creativa que implica “un uso infinito de unos medios finitos”, según lo formuló Wilhelm von Humboldt, y proporciona “señales audibles para el pensamiento”, en las palabras del lingüista William Dwight Whitney, hace un siglo. También ha habido cierta conciencia sobre el carácter único y propio de esta capacidad humana (la característica más sorprendente de este curioso organismo y la base de sus notables hazañas). Pero, al respecto, poco era lo que se decía.

Pero, ¿por qué motivo no es hasta bien entrado el siglo XX que se retoma la perspectiva del lenguaje como una capacidad propia de la especie humana?

Hay una buena razón por la que este planteamiento se debilita hasta mediados del siglo XX: no había las herramientas intelectuales que permitiesen formular el problema de manera suficientemente clara como para abordarlo con seriedad. Esta situación cambia con el trabajo de Alan Turing y otros grandes matemáticos que establecieron la teoría general de la computabilidad sobre una base sólida, mostrando cómo un objeto finito como el cerebro puede generar una variedad infinita de expresiones. Después, se hizo posible, por primera vez, tratar al menos parte del Desafío de Galileo de manera directa (a pesar de que, desgraciadamente, toda la historia anterior, como los avances de Galileo y Descartes en el campo de la filosofía del lenguaje o la Gramática de Port-Royal de Antoine Arnauld y Claude Lancelot, les era desconocida).

Con estas herramientas intelectuales al alcance, se hace posible formular lo que podríamos llamar la Propiedad básica del ser humano: la facultad del lenguaje proporciona medios para construir una variedad infinita de expresiones estructuradas, cada una de las cuales posee una interpretación semántica que expresa un pensamiento y se puede exteriorizar de modo sensorial. El conjunto infinito de objetos interpretados semánticamente constituye lo que se ha dado en llamar el “lenguaje del pensamiento”: el sistema cognitivo que recibe expresiones lingüísticas que pasan al razonamiento, la deducción, la previsión y otros procesos mentales y que, al exteriorizarse, pueden ser empleadas para la comunicación y otras interacciones sociales. En mayor medida, el uso del lenguaje es interno (pensar en lenguaje).

¿Podrías desarrollar el concepto de lenguaje interno?

Ahora sabemos que, aunque el habla es la forma común de exteriorización senso-motriz, también puede ser un símbolo o una sensación física, lo cual implica reformular ligeramente el Desafío de Galileo. Este requisito fundamental tiene que ver con el modo en que el desafío está expuesto, que es en términos de producción de expresiones. Formulado así, el Desafío pasa por alto algunos conceptos básicos. La producción, como la percepción, accede al lenguaje interno, pero no se puede identificar con él. Debemos distinguir el sistema interno de conocimiento de las acciones que acceden a él. La teoría de la computabilidad nos permite establecer esa distinción, que es sustancial y común en otros ámbitos.

Piensa, por ejemplo, en la competencia aritmética humana. Cuando se trata de estudiarla, se distingue normalmente ente el sistema interno de razonamiento y las acciones que acceden a él, como la multiplicación de números en nuestra mente, una acción que implica diversos factores que van más allá del pensamiento intrínseco, como los límites de la memoria. Lo mismo sucede con el lenguaje. La producción y la percepción acceden al lenguaje interno pero conllevan otros factores, como la memoria a corto plazo. Estas ideas empezaron a estudiarse con atención en los primeros momentos en que se tomó el Desafío de Galileo, ahora reformulado con el lenguaje interno en el centro de la cuestión, en tanto que sistema cognitivo al que acceden la producción y percepción reales.

¿Significa esto que hemos resuelto el misterio del lenguaje interno? El propio concepto todavía es cuestionado en algunos ámbitos, a pesar de que, aparentemente, haya una amplia aprobación por parte de la mayoría de la comunidad científica.

Se han dado importantes progresos en entender la naturaleza del lenguaje interno, pero su uso libremente creativo todavía es un misterio. Y ello no sorprende. En un estudio reciente y vanguardista que trata casos más simples de acción voluntaria, dos grandes estudiosos de la neurociencia, Emilio Bizzi y Robert Ajemian, mantienen que hemos empezado a conocer algunas cosas sobre la marioneta y los hilos, pero el titiritero permanece envuelto en misterio. Esto es todavía más cierto cuando se trata de actos tan creativos y de uso diario como el lenguaje; la única capacidad humana que ha asombrado a los fundadores de la ciencia moderna.

A la hora de formular la Propiedad Básica, asumimos que la facultad del lenguaje es compartida entre los humanos. Esta es una idea que parece estar sólidamente asentada. No se conocen diferentes grupos en la capacidad lingüística y las variaciones a nivel individual son marginales. De manera general, las variaciones genéticas entre humanos son bastante escasas, lo cual no resulta sorprendente si tenemos en cuenta los recientes y comunes orígenes de los mismos.

La tarea fundamental del estudio sobre el lenguaje es determinar la naturaleza de la Propiedad Básica: el legado genético que subyace a la capacidad lingüística. En la medida en que se consiga comprender sus propiedades, podremos investigar los lenguajes internos particulares, todos ellos ejemplos de la Propiedad Básica, del mismo modo que cada sistema visual individual es un ejemplo de la facultad humana de la visión. Podemos estudiar cómo se adquieren y se emplean los lenguajes internos, cómo se desarrolla el lenguaje, sus fundamentos genéticos y los modos en que operan en el cerebro humano. Este programa general de investigación se ha llamado Programa biolingüístico. La teoría de la facultad lingüística sobre base genética se llama Gramática Universal y la teoría del lenguaje individual se llama Gramática Generativa.

Pero los idiomas varían enormemente de unos a otros. ¿Cuál es la relación entre la Gramática Generativa y la Gramática Universal?

Las lenguas parecen extremadamente complejas y radicalmente diferentes entre ellas. De hecho, hace 60 años, existía la creencia entre lingüistas profesionales de que los idiomas podrían variar de manera arbitraria y cada uno debe ser estudiado sin prejuicios. La misma visión se tenía en aquella época sobre los organismos en general. Muchos biólogos estarían de acuerdo con la conclusión del biólogo molecular Gunther Stent de que la variabilidad de organismos es tan libre como para constituir casi “una infinitud de particulares que deben tratarse caso por caso”. Cuando la comprensión es mínima, tendemos a ver una variedad y complejidad extremas.

No obstante, se ha aprendido mucho desde entonces. Desde el punto de vista de la biología, se reconoce ahora que la variedad de formas de vida es limitada, tanto que la hipótesis de un “genoma universal” ya ha dado serios avances. Mi impresión es que la lingüística ha seguido un camino similar, y defenderé esa postura científica con respecto al estudio del lenguaje en nuestros días.

La Propiedad Básica concibe el idioma como un sistema computacional, por lo que cabe esperar que se observen las condiciones generales para la eficiencia computacional. Un sistema así consiste en una serie de elementos atómicos y reglas para la creación de elementos más complejos. Para la creación del lenguaje del pensamiento, los elementos atómicos son como las palabras, pero no son palabras; para cada idioma, este elemento es el léxico. Comúnmente, las unidades léxicas son percibidas como productos culturales, que varían enormemente con la experiencia y que se vinculan con entidades exteriores a la mente (objetos que están completamente fuera de nuestro cerebro, como un árbol al otro lado de una ventana). Esta premisa se puede observar en el título de algunas obras básicas, como el influyente estudio de W. V. Quine Palabra y objeto. Si lo examinamos con mayor cuidado, descubriremos una imagen muy diferente y que plantea numerosos misterios. Pero dejemos eso por un momento, y hablemos del proceso computacional.

Evidentemente, trataremos de encontrar el proceso computacional más simple y coherente con la información relativa al lenguaje, por motivos que son implícitos dado el objetivo fundamental de la investigación científica. Hace tiempo que se reconoce que la simplicidad en la teoría conduce directamente a una mayor profundidad explicativa. Una versión más concreta de esta búsqueda de la comprensión la encontramos gracias a una conocida máxima de Galileo que ha servido de guía para la ciencia desde los tiempos modernos: la naturaleza es simple y es tarea de los científicos demostrarlo, desde el movimiento de los planetas, hasta el vuelo de un águila, el funcionamiento interno de una célula o el desarrollo del lenguaje en el cerebro de un niño. Pero la lingüística posee una motivación adicional propia para tratar de buscar la teoría más simple. Esta ciencia debe enfrentarse al problema de la adaptabilidad evolutiva. No se sabe mucho sobre la evolución del humano moderno, pero los pocos hechos que están consolidados, y otros que se han dado a conocer recientemente, son muy sugerentes y se ajustan a la conclusión de que la facultad del lenguaje es casi óptima para un sistema computacional, lo cual es el objetivo al que deberíamos aspirar, sobre la base de fundamentos puramente metodológicos.

¿Existía el lenguaje antes de la aparición del Homo sapiens?

Una realidad que parece completamente consolidada es, como ya he dicho, que la facultad del lenguaje es una capacidad propia de la especie humana que se muestra invariable en diferentes grupos humanos (y, además, atendiendo a sus características esenciales, única en el ser humano). Se desprende de ello que esta facultad apenas ha evolucionado desde que los grupos humanos se separaron unos de otros. Estudios en torno a la genómica publicados recientemente sitúan ese momento no mucho después de la aparición del humano anatómicamente moderno, hace 200.000 años aproximadamente, quizás 50.000 años más tarde, cuando el grupo San de África se separó de otros humanos. Algunas pruebas indican que podría incluso haber sido algo antes. No existe indicio de algo similar al lenguaje humano o de actividades simbólicas antes de la aparición de los seres humanos modernos, el Homo sapiens sapiens. Esto nos lleva a pensar que la facultad del lenguaje aparece junto con el ser humano moderno, o no mucho después (un momento muy breve en la historia de la evolución). Y por consiguiente, la Propiedad Básica debería ser de gran sencillez. Esta conclusión se adapta a los descubrimientos llevados a cabo en los últimos años en torno a la naturaleza del lenguaje, lo cual supone una convergencia bien recibida.

Los descubrimientos sobre la temprana separación de los pueblos San son altamente sugerentes, ya que estos poseen lenguajes exteriorizados que son significativamente diferentes. A pesar de las pequeñas excepciones, sus idiomas son el mismo lenguaje con chasquidos fonéticos y correspondientes adaptaciones en el tracto vocal. La explicación más plausible para estos hechos, tal como ha sido expuesta y desarrollada por el lingüista holandés Riny Huijbregts, es que la tenencia del lenguaje interno es anterior a la separación de estos grupos, que a su vez precedió a la exteriorización, la cual se dio de manera diferente en los distintos grupos. La exteriorización parece estar asociada a las primeras señales de comportamiento simbólico, según los estudios arqueológicos, tras la separación. Si tenemos en cuenta todas estas observaciones, parece que nos acercamos a un punto en la búsqueda de la comprensión en el que las razones de la evolución del lenguaje se puedan exponer de maneras que hasta hace poco tiempo eran inimaginables.

¿Cuándo se hacen evidentes las propiedades universales del lenguaje?

Las propiedades universales del lenguaje comenzaron a evidenciarse tan pronto como se empezó a avanzar en la construcción de las gramáticas generativas, incluidas aquellas que eran muy simples pero nunca se habían advertido y que son bastante sorprendentes (un fenómeno común en la historia de las ciencias naturales). Una de estas propiedades es su dependencia estructural: las reglas que producen el lenguaje del pensamiento atienden solamente a propiedades estructurales y no adopta propiedades de la señal exteriorizada, ni siquiera propiedades muy sencillas como el orden lineal.

Para mostrarlo, pensemos en la oración “los pájaros que vuelan instintivamente nadan”. Tiene un significado ambiguo: el adverbio instintivamente puede estar vinculado al verbo anterior (vuelan instintivamente) o al siguiente (instintivamente nadan). Supongamos ahora que extraemos el adverbio de la frase y formamos la oración “instintivamente, los pájaros que vuelan nadan”. Así se resuelve la ambigüedad: el adverbio se interpreta vinculándolo con el verbo nadar, más lejano teniendo en cuenta el orden lineal, pero más cercano estructuralmente, y no con el verbo volar, que es más cercano según el orden lineal pero más lejano en términos de estructura. La única interpretación posible (los pájaros nadan) es la antinatural, pero no importa. Las normas se aplican necesariamente, independientemente del significado o del hecho. Lo que resulta asombroso es que las normas pasan por encima del simple cálculo de distancia lineal y siguen un cálculo mucho más complejo de distancia estructural.

La dependencia estructural está presente en todos los idiomas, lo cual es algo muy sorprendente. Además, se sabe sin necesidad de pruebas de peso, ya que se muestra evidente como en el caso que acabo de emplear y muchos otros. Algunos experimentos muestran que los niños pueden entender el carácter estructuralmente dependiente del lenguaje tan pronto como se puede comprobar, en torno a los tres años de edad, y no cometer errores (sin, por supuesto, que se les haya enseñado). Podemos estar seguros, por lo tanto, de que la dependencia estructural se deriva de los principios de la Gramática Universal que se encuentran en las propias raíces de la facultad humana del lenguaje. Existen indicios que soportan la teoría de que la dependencia estructural es un verdadero universal lingüístico, primariamente vinculado al diseño del lenguaje. Un estudio realizado en Milán hace una década por Andrea Moro mostró que los idiomas inventados que observan el principio de la dependencia estructural provocan la activación normal de las áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje, mientras que otros sistemas más simples que emplean el orden lineal, sin mantener el principio estructural, causan una activación más difusa, lo cual indica que los sujetos de estudio trataban esos idiomas como rompecabezas y no como lenguaje. Resultados similares se desprendieron del estudio realizado por Neil Smith y Ianthi Tsimpli en torno a un sujeto deficiente a nivel cognitivo pero especialmente dotado a nivel lingüístico. También dieron en señalar una interesante observación que supone que las personas con capacidades cognitivas medias pueden resolver un problema si se les presenta como un rompecabezas, pero no si se les presenta como un idioma, presumiblemente activando la facultad del lenguaje.

La única conclusión posible, por lo tanto, es que la dependencia estructural es una característica propia de la facultad del lenguaje; un elemento de la Propiedad Básica. ¿Pero por qué es así? Solo hay una respuesta posible y, afortunadamente, es la respuesta que buscamos por razones generales: las operaciones computacionales del lenguaje son las más simples posible. De nuevo, ese es el resultado que esperamos obtener sobre una base metodológica y a la luz de las pruebas sobre la evolución del lenguaje que ya hemos mencionado.

¿Qué sucede con la llamada doctrina representacional del lenguaje? ¿Qué la hace una mala idea para aplicarla al lenguaje humano?

Como ya he dicho, el punto de vista convencional es que los elementos atómicos del lenguaje son productos culturales y que los más básicos (aquellos que se emplean para referirse al mundo) están asociados a entidades exteriores a la mente. Esta doctrina representacional fue adoptada casi universalmente en los tiempos modernos y parece servir asimismo para la comunicación animal: la llamada de un mono, por ejemplo, está asociada a eventos físicos específicos. Pero es rotundamente falsa para el caso del lenguaje humano, tal como se reconoció ya en la Grecia clásica.

Para mostrarlo, tomemos el primer caso de discusión en la filosofía pre-socrática, el problema de Heráclito: ¿Cómo se puede cruzar dos veces el mismo río? En otras palabras, ¿por qué dos apariencias se entienden como dos estadios del mismo río? Los filósofos contemporáneos sugirieron que el problema se soluciona si entendemos el río como un objeto de cuatro dimensiones. Pero así, sólo se conseguía reformular el problema: ¿por qué este objeto y no otro diferente, o ninguno?

Cuando atendemos a esta cuestión, abundan los enigmas. Supongamos que invertimos el curso del río. Todavía es el mismo río. Imaginemos que el producto que fluye es un 95% arsénico por culpa de las fugas de una empresa situada río arriba. Todavía es el mismo río. Lo mismo contestaríamos si imaginásemos otros cambios radicales del objeto. Por otro lado, con cambios sutiles ya dejaría de ser un río. Si en sus márgenes se construyen unas barreras y se emplea para el tránsito de petroleros, ya no es un río, sino un canal. Si su superficie sufriese un cambio y se endureciese, si se pintase una línea en medio y se emplease para ir a la ciudad cada día, entonces sería una autovía y no un río. Bien pensado, descubrimos que lo que constituye un río depende de construcciones y acciones mentales. Lo mismo sucede incluso, de forma general, con los conceptos más elementales: árbol, agua, casa, persona, Londres… o, de hecho, cualquier de las palabras básicas del lenguaje humano. Radicalmente, y a diferencia de los animales, los elementos del lenguaje y el pensamiento humano contradicen la doctrina representacional.

Además, el intricado conocimiento de los medios de, incluso, las palabras más simples (dejemos otras aparte) se adquieren prácticamente sin experiencia. En los periodos álgidos de la adquisición del lenguaje, los niños aprenden sobre una palabra cada hora, esto es, una representación. Debe ser, por lo tanto, que el rico significado de incluso las palabras más elementales es substancialmente innato. El origen evolutivo de tales conceptos es un completo misterio, uno que quizás no se pueda resolver con los medios disponibles hoy en día.

Por lo tanto, debemos diferenciar el habla del lenguaje, ¿no es cierto?

Volviendo al Desafío de Galileo, debe reformularse para distinguir lenguaje y habla, para distinguir la producción del conocimiento interno (este, siendo un sistema computacional interno que produce un lenguaje del pensamiento; un sistema que puede ser sorprendentemente simple y confirmaría lo que sugieren los estudios evolutivos). Un segundo proceso elaboraría las estructuras del lenguaje a uno u otro sistema sensorial o motor para su exteriorización. Estos procesos parecen ser el centro de gravedad de la complejidad y variedad del comportamiento lingüístico y su mutabilidad a lo largo del tiempo.

Existen ideas recientes muy sugerentes sobre el fundamento neuronal de las operaciones del sistema computacional y sus posibles orígenes evolutivos. El origen de los átomos de la computación, no obstante, es todavía un misterio, al igual que una cuestión principal que ocupó a aquellos que formularon el Desafío de Galileo: la cuestión cartesiana de cómo el lenguaje puede ser empleado de su forma creativa normal, de un modo apropiado para determinadas situaciones pero no provocado por ellas, de formas que se incitan pero no se imponen, en términos cartesianos. Este misterio se aplicaría incluso para las formas más simples de movimiento voluntario, como hemos dicho anteriormente.

Han sido muchos los avances en el estudio del lenguaje desde que empezó el programa biolingüístico. Es justo decir, en mi opinión, que se ha avanzado más en el estudio de la naturaleza del lenguaje y de una variedad muy amplia de lenguajes tipológicamente distintos, que en los 2.500 años de historia de estudio sobre el lenguaje. Pero, como sucede a menudo con las ciencias, cuanto más aprendemos, más descubrimos lo que ignoramos. Y más desconcertante parece.

Traducción: José Manuel Sío Docampo

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217797&titular=la-evoluci%F3n-del-lenguaje:-una-perspectiva-bioling%FC%EDstica-

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El juego, una parte importante de la educación

12 de octubre de 2016 / Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/

Por: Andres Ruíz

Jugar con otros es importante para el desarrollo de un niño. Habilidades para la vida se aprenden cuando los niños juegan, el juego puede ayudarles a hacer y mantener amigos. Como padre, usted puede animar a su hijo a participar del juego y la interacción, llevándolo a un parque a jugar con otros niños o uniéndose a un grupo de juego organizado. El comportamiento agresivo entre los niños es normal, pero como padre y el supervisor hay una serie de pasos que puede tomar para mantener el comportamiento agresivo al mínimo.

  • Jugar con los demás es un trabajo importante para el niño
  • Apoye el juego al hacer de su hogar un buen lugar para jugar.
  • Enseñe las habilidades necesarias para jugar bien con los demás.
  • Aprender a jugar bien con los demás no es una lección de una sola vez. Se necesita tiempo y práctica.
  • Habilidades importantes de la vida se aprenden cuando los niños juegan. Estas habilidades le ayudarán a hacer y mantener amigos.
  • Cuando los niños pequeños juegan con los niños cerca de su misma edad, aprenden: Cómo colaborar, Cuando dirigir y cuándo seguir, ¿Cómo resolver problemas
  • Jugar crea oportunidades
  • Invite a otros niños a su casa o a jugar en el parque del barrio.
  • La primera visita debe ser corta (aproximadamente 1 hora) y es mejor que sea solamente con otro niño.
  • Planee terminar antes de que todos se pongan demasiado cansados.
  • Sepa cómo comunicarse con los padres del otro niño.
  • Vaya a la casa de otro niño.
  • Conozca a los padres del otro niño. Es importante generar la capacidad de ayudarse el uno al otro
  • Únase a un grupo de juego organizado.
  • Al jugar sin sus padres, a los niños les va mejor con un pequeño número de niños.

Averigüe con quien le gusta jugar a su hijo.

Haga que su hogar un gran lugar para jugar

Planee con anticipación. Evite cosas como disfraces de superhéroes y pistolas de juguete que fomentan el juego agresivo.

Descubra lo que goza de su visitante. Pregúntele a su hijo qué actividades disfruta del amigo. El tiempo de juego será más divertido, y esto enseña a su hijo a ser reflexivo.

Tener suficientes elementos para todos. Si no hay suficientes, sugiera otra actividad.

“Favorita” de su hijo no tiene que ser compartida. Deje que su niño guarde algunas cosas que están fuera de los límites.

Haga de su hogar un lugar seguro. Cosas como venenos necesitan ser encerrados. Los hogares sin armas son los más seguros. Pero si hay armas, estas necesitan ser almacenadas bajo llave y descargadas; las balas deben ser almacenadas en otro lugar bajo llave.

No planee demasiado.

Sólo tiene que configurar el escenario con materiales e ideas. Deje que los niños utilicen su creatividad e imaginación!

Ayude a los niños con algunas actividades, como cortar formas de artes y oficios, y mantenga un ojo sobre ellos en todo momento. En su mayor parte, es mejor si solo se involucra cuando necesitan su ayuda. Deles la oportunidad de resolver sus diferencias por sí mismos.

Enseñe a su hijo a ser un buen compañero de juegos

 Antes, durante, y después de que su hijo juegue con otros niños, hable sobre cómo llevarse bien con los demás.

 Establezca unas cuantas reglas sencillas y muy específicas.

– “La gente no es para golpear.”

– “No agarramos los juguetes de otros niños.”

– Muéstrele a su hijo cómo resolver los problemas.

– Explique por qué algo no es posible y ofrecer otras opciones.

– Observe y elogie a los niños por las cosas que salieron bien.

“Fue muy bueno escuchar que el uso de sus palabras amables!”

 El comportamiento agresivo es Normal

Dado que es difícil para los niños pequeños a entender el punto de vista de otra persona, habrá algunos argumentos. Los niños pequeños reaccionan al momento y pueden hacer cosas sin pensar.

El comportamiento agresivo a menudo no está destinado a ser hostil o hacer daño a otros. De hecho, los niños pequeños con frecuencia se molestan cuando otro niño se lastima durante el juego.

Cuando sucede algo que es molesto, hable con todo el mundo. Ayude a cada niño a tratar de ver el punto de vista del otro niño. De esta manera, los niños aprenderán cómo evitar la violencia.

Si usted está preocupado por el comportamiento agresivo de su hijo, hable con su pediatra.

Proporcionar la cantidad correcta de espacio.

Un pequeño número de niños en un espacio muy grande, o un gran número de niños en un espacio pequeño, tiende a aumentar el juego agresivo. Tenga la cantidad correcta de espacio para evitar conflictos.

Planee cómo responder de una manera positiva.

Es más fácil de guiar a los niños a la buena conducta en lugar de decirles qué no hacer. “Estaré aquí; ven y dime si necesitas mi ayuda “.

Redirija comportamientos como empujar, golpear, o tomar los juguetes de otra persona a una actividad más positiva.

A menudo, esto significa que es hora de una nueva actividad. “No nos agarramos juguetes; compartimos juguetes. Parece que haya terminado con ese camión por ahora. Aquí hay un poco de papel y marcadores para usted “.

Enseñe a los niños a usar palabras para expresar sentimientos, deseos y necesidades.

La primera reacción de un niño suele ser “física”, por lo que esto puede ser difícil de aprender. Con palabras, los niños aprenden a resolver sus propios problemas. Enseñe a su hijo a decir algo así como: “No me gusta eso.

Supongamos que un niño hace algo por una buena razón, incluso si la acción no es agradable.

Lo que parece agresivo, como agarrar los juguetes de otros, puede ser el intento de un niño a unirse con los demás. Enseñe a los niños a tomar turnos en lugar de enojarse con ellos para agarrar juguetes.

Preste atención a la comodidad y necesidades básicas.

Los conflictos son más probables que ocurran cuando los niños tienen demasiado calor, demasiado frío, hambre o cansancio!

Fuente: https://www.healthychildren.org/English/ages-stages/toddler/fitness/Pages/Young-Children-Learn-A-Lot-When-They-Play.aspx

Fuente artículo: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/1877

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La música, estrategia para mejorar las competencias cognitivas

05 de octubre de 2016 / Por: Andres Ruiz / Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/

La finalización del año escolar resulta un momento ideal para hacer balance de los logros alcanzados y de los desafíos por venir para millones de niños y niñas en todos los continentes

En la mayoría de los modelos educativos del planeta, existen dos indicadores de desempeño educativo: las competencias lingüísticas y las competencias matemáticas. Se podría decir mucho a favor y en contra de que sean estas los dos dominios que se privilegian en la educación convencional, especialmente cuando las investigaciones científicas han llegado a identificar muchos tipos de inteligencia. Sin embargo, la realidad es que si un niño o joven reprueba estos dos componentes se entiende que no tiene el nivel de desarrollo esperado para ser promovido al siguiente nivel educativo.

Muchos padres de familia, desesperados por el bajo rendimiento de sus hijos en lo que se refiere a competencias lingüísticas recurren a psicólogos, fonoaudiólogos, pedagogos para que puedan diseñar planes de refuerzo escolar. Pese a todo pronóstico, la solución a un bajo desempeño en las competencias lingüísticas puede ser la formación musical.

La música, es el verdadero lenguaje universal. La música tiene toda la estructura de un idioma: gramática, ortografía, vocabulario y fonética. Para algunos niños y jóvenes podría resultar más fácil aprender música y , a través de ella, entender y aplicar los elementos propios de la lengua hablada o escrita.

Siendo la gramática el estudio de las clases de palabras, sus inflexiones, sus funciones y sus relaciones en una frase resulta más fácil que un estudiante con dificultades en el entendimiento de las estructuras y las funciones de las palabras, primero entienda las funciones de las formas musicales, las notas, y como ellas se entrelazan con otras unidades musicales para hacer melodías. Escuchar atentamente una melodía y notar sus transformaciones, sus inflexiones, cuando se modifica alguno de los elementos.

Si se entiende la ortografía como el arte de escribir las palabras con las letras adecuadas según el uso aceptado por el lenguaje hablado se entenderá porqué la música puede colaborar con la articulación entre el lenguaje hablado y el lenguaje escrito. Muchos niños, jóvenes e incluso adultos, tienen dificultades para identificar como representar las palabras habladas en la versión escrita. La música ayuda a identificar la entonación y el ritmo para que el estudiante pueda recordar con mayor facilidad cual es la forma escrita correcta para las palabras.

Muchas dificultades en el proceso de desarrollo de las competencias lingüísticas tiene que ver con la fonética, es decir, con el sonido de las palabras. A estos niños y niñas, les puede resultar muy útil la formación musical que les da un adecuado soporte en la pronunciación correcta, entrena la vocalización, la respiración, la dicción. Adicionalmente, la formación musical ayuda maravillosamente a vencer el pánico escénico que juega malas pasadas cuando un estudiante debe leer en voz alta, proclamar un poema, emitir un discurso o presentar cualquier forma de evaluación oral.

Así las cosas, nada más conveniente que clases de música para estudiantes con bajo desempeño escolar en las competencias lingüísticas básicas.

 Fuente noticia: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/1897

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