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Combatir el hambre y el veneno en los alimentos

En este artículo el autor reflexiona sobre la situación de miseria que sufren 19 millones de personas en Brasil como consecuencias de las políticas aporofóbicas del presidente Bolsonaro.


La alimentación es el derecho humano número uno. En Brasil, 19 millones de personas (el 9% de la población) padecen hambre crónica, agravada por la pandemia, el desempleo, el aumento del precio de los alimentos (el más alto desde 2003) y, sobre todo, el desgobierno de Bolsonaro.

La inseguridad alimentaria moderada y severa afectaba al 21,5% de la población en 2004; al 10,3% en 2013; y en 2020 alcanzó el 20,5% (Rede Penssan – Red de Investigación Brasileña sobre Soberanía Alimentaria y Nutricional). En la actualidad, 116 millones de personas en Brasil sufren inseguridad alimentaria, es decir, no saben qué tendrán que comer al día siguiente o no tienen acceso a una dieta que contenga los nutrientes esenciales.

En 2004, la pobreza afectaba al 21,5% de la población brasileña. Diez años después (2014) se redujo al 8,4%. Subió al 11% en la recesión de 2015-2016, y al 16% en el primer semestre de 2021.

Acción Colectiva Comida de Verdad, una red formada por 13 movimientos comprometidos con la promoción de la seguridad alimentaria, identifica 310 iniciativas de sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles en Brasil, desde huertos comunitarios hasta cooperativas y campañas de financiación colectiva. De estos 310, el 58,9% se dedican a la comercialización, como las ferias agroecológicas y la distribución de cestas de agricultura familiar. Y el 31% son acciones solidarias destinadas a facilitar el acceso a los alimentos de los grupos vulnerables; y el 7,5% son el resultado de políticas públicas.

Desde el lanzamiento del programa Hambre Cero, en el gobierno de Lula, se propone que los municipios cancelen el IPTU (impuesto sobre la propiedad) de las parcelas y terrenos baldíos que sean cedidos por sus propietarios para el cultivo de huertos comunitarios.

En 1950, según el censo del IBGE (Instituto Brasilero de Geografía y Estadística) -, dos tercios de la población brasileña (64%) vivían en zonas rurales. En el último censo, en 2010, el 84% vivía en ciudades y el 16% en zonas rurales. Esto se traduce en favelas, desempleo, violencia y, sobre todo, en el consumo de alimentos industrializados de escaso valor nutritivo.

El MST (Movimiento de los Sin Tierra) es hoy el mayor productor de arroz orgánico de América Latina, es decir, sin insumos como fertilizantes y pesticidas químicos. De hecho, estos productos se encarecieron durante la pandemia, afectando al precio de los alimentos. En el MST, un paquete de 1 kg de arroz cuesta entre 7 y 8 reales (1,20 $US). En Rio Grande do Sul, el movimiento espera recolectar, para la cosecha de 2022, 300 mil sacas. A principios de 2021, se cosecharon 248 mil sacas, por un valor de 20 millones de reales, y 130 mil aún están en stock, ya que la principal dificultad es vender la producción, ya que el principal comprador es el gobierno, la Conab (Compañía Nacional de Abastecimiento) y el Programa Nacional de Alimentación Escolar. Y en cuanto a los productos de la MST… la Conab no ha realizado ninguna subasta para comprar productos de la agricultura familiar. El gobierno federal tampoco muestra ningún interés en mantener las reservas de regulación.

Brasil es el tercer país del mundo que utiliza pesticidas, por detrás de China y Estados Unidos (datos de FAO). En 2019, se vendieron 620.000 toneladas de pesticidas en Brasil (datos Ibama). De este total, el 38,3% son «muy o muy peligrosos», el 59,3% «peligrosos» y sólo el 2,4% «poco peligrosos».

El gobierno de Bolsonaro ha flexibilizado el registro de agrotóxicos. Desde la ley de 1989, se había evitado aprobar cualquiera que contuviera sustancias que provocaran graves trastornos respiratorios, cáncer, mutaciones genéticas, malformaciones fetales, Parkinson, así como alteraciones hormonales y reproductivas.

El decreto del 7 de octubre de este año (10.833/2021) aprobó el «paquete de veneno». Reduce el plazo de aprobación de los plaguicidas, aumenta la participación del Ministerio de Agricultura y crea «límites de seguridad» para que se aprueben sustancias antes prohibidas. Las entidades que se oponen a la medida dicen que Brasil tiene un gran potencial para producir biodefensivos, pero el gobierno los ignora.

De enero a septiembre de 2021, se liberaron 1.215 plaguicidas en Brasil (Diário Oficial). Entre 2005 y 2015 el ritmo de aprobación fue de unos 140 al año. Este año ya se han publicado 345. De los productos utilizados en Brasil, el 30% tiene sustancias activas prohibidas en los países europeos, como la atrazina, el acefato y el paraquat. Este último herbicida, utilizado en plantaciones de algodón, maíz y soja, fue vetado en 2017, pero se permitió su uso hasta julio de este año. Está prohibida en 37 países. Provoca Parkinson en los agricultores.

Desde 1997, los pesticidas reciben incentivos fiscales del gobierno. Al permitir la exención de hasta el 60% del ICMS (Impuesto a la Importación) sobre el comercio de venenos, los estados dejan de recaudar ¡6.000 millones de reales al año!

Una de las principales fuentes de venenos en los alimentos son los productos ultraprocesados. El gobierno debería regular la publicidad, aumentar los impuestos y obligarles a imprimir etiquetas de advertencia, como con los cigarrillos. A partir de octubre de 2022, los productos con altas concentraciones de sodio, azúcar y grasas saturadas tendrán que mostrar los índices en sus envases.

La dieta in natura es más cara que el consumo de productos ultraprocesados, cuyo mayor coste se deriva del envasado, el transporte y la publicidad. Los productos ultraprocesados se fabrican, no para alimentar, sino para fomentar el consumo excesivo. Los refrescos, por ejemplo, no están pensados para calmar la sed, sino para crear adicción en el consumidor. Favorecen la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Y lo peor: aquí son alentados por el gobierno. Los refrescos fabricados en la Zona Franca de Manaos reciben subvenciones en forma de créditos fiscales.

En septiembre, el Idec (Instituto Brasilero de Defesa do Consumidor), denunció que el 59,3% de los productos ultraprocesados tienen residuos de pesticidas. Entre los 27 productos, más de la mitad contenían residuos de glifosato o glufosinato, dos herbicidas muy utilizados en los cultivos de soja, maíz y algodón. Según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, vinculada a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glifosato provoca cáncer. Aparece en bocadillos, panecillos, galletas de agua y sal, galletas rellenas, cereales, pan de trigo y bebidas de soja, artículos muy consumidos por niños y adolescentes.

Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria), que controla el nivel de pesticidas en los productos ecológicos, no lo hace cuando se trata de productos industrializados.

El agronegocio reconoce que, en los últimos 30 años, el área de siembra en Brasil ha crecido sólo un 50% y, gracias al uso de pesticidas, ¡la producción de granos aumentó un 360%!

¡Sálvese la bolsa, dañándose la vida!

Frei Betto es asesor de movimientos sociales. Autor de 53 libros, publicados en Brasil y en el extranjero, ganó dos veces el premio Jabuti (1982, con «Batismo de Sangue», y 2005, con «Típicos Tipos»).

Traducción: Correspondencia de Prensa.

Fuente (de la traducción): https://correspondenciadeprensa.com/?p=22771

Fuente (del original): https://www.correiocidadania.com.br/colunistas/frei-betto/14842-combater-a-fome-e-o-veneno-na-alimentacao

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Informe de UNICEF: ‘Sobrevivir sin lo básico’: la crisis en Líbano pone en jaque el futuro de la infancia

Un informe de UNICEF advierte de que la situación de los niños libaneses ha empeorado en los últimos meses.

“Ahora no puedo ni pagar el alquiler, ni siquiera puedo mantener a mis hijos”, cuenta Ghada, una madre de la ciudad libanesa de Becá. Esta es la realidad a la que se enfrentan miles de familias en Líbano. En los últimos meses, la situación de la población, y de los niños en particular, ha empeorado notablemente. Cada vez son menos las familias que pueden procurarse un techo o alimentos para subsistir.

Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), titulado Sobrevivir sin lo básico, retrata, basándose en dos evaluaciones rápidas realizadas en abril y octubre de este año, el alto riesgo al que están expuestos los niños. Los testimonios recabados por la oenegé dibujan un panorama un tanto desolador para el país de Oriente Próximo.

Muchos menores, sumidos en la pobreza, no ven más opción que abandonar la escuela y trabajar para ayudar a su familia a sobrevivir.

Aquí antes se erigían los hogares de los habitantes del campamento de Hesbi.

Aquí antes se erigían los hogares de los habitantes del campamento de Hesbi. Fouad Choufany UNICEF
Desde hace unos años, Líbano experimenta una de sus peores crisis económicas. La pandemia de la covid-19, sumada a la tragedia de la explosión del puerto de Beirut en agosto del año pasado, ha terminado por devastar su débil economía.

El acceso a servicios básicos como la educación, la salud o simplemente disponer de agua y saneamiento adecuados, se han convertido en los problemas cotidianos de la mayoría de familias libanesas. Según estimaciones recientes, 8 de cada diez personas viven en situación de pobreza, y alrededor de un tercio de la población sufre pobreza extrema.

El hambre es otra de las consecuencias de la crisis socioeconómica en la que está sumido el país. Debido a la incapacidad de adquirir alimentos variados, el pan y el zaatar –mezcla de especias, hojas secas y semillas típicas de la zona– se han convertido en la comida principal de muchas familias.

“Comemos aceitunas, tomillo y aceite. Esto supone tres cuartos de nuestra alimentación. Hace dos meses que no traemos carne a nuestro hogar”, cuenta Khalid.

8 de cada diez personas viven en situación de pobreza en Líbano

Además, los medicamentos y el acceso a la salud están al alcance de pocos. “No puedo llevar a mis hijos al médico, nuestra única opción es la farmacia, que es más barata”, cuenta Fadla.

Para aliviar estos problemas, UNICEF ha puesto en marcha el programa Haddi, que procura un ingreso básico mensual a más de 95.000 niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Sin embargo, como afirma Hanan, “la situación ha empeorado”. Esta joven madre de cuarto niños asegura que “hace cuatro años, la situación no era como ahora, vivíamos bien”. Y reconoce que, a pesar de que no eran ricos, podían vivir cómodamente y se sentían seguros.

Hanan, una joven de 29 años vive con su esposo y sus cuatro hijos a las afueras de Trípoli, al norte del país.

Hanan, una joven de 29 años vive con su esposo y sus cuatro hijos a las afueras de Trípoli, al norte del país. Fouad Choufany UNICEF

El deterioro de la situación económica del país obligó a Tarek, su marido y principal sustento de la familia, a cerrar su negocio, que venía arrastrando muchas deudas. Todo su equipamiento y herramientas pasaron a manos del casero. Aunque su situación actual ha mejorado respecto a hace unos meses, esta familia todavía tiene dificultades para pagar el transporte a la escuela de sus hijos o para alimentarlos.

“Ahora, no tengo nada más que vender para alimentar a mis hijos”, señala Hanan. Alrededor del 40% de las familias, como la de Hanan y Tarek, se han visto obligadas a vender objetos domésticos para sobrevivir. Y siete de cada diez han tenido que comprar comida a crédito o pedir dinero prestado para comprar alimentos.

“A veces, mando a mis niños a la escuela hambrientos, sabiendo que esto está fuera de mi control. Estoy desesperada”, lamenta Hanan.

Ser refugiado en Líbano

Líbano es uno de los países con mayor ratio de refugiados del mundo, con alrededor de 900.000 personas en esta situación. En este contexto desfavorable, las consecuencias de la crisis son incluso más notables.

La inflación que sufre la economía nacional, el incremento de la pobreza y la escasez de puestos de trabajo, unidas a un contexto político muy inestable, han condenado al país a una situación crítica. Los más vulnerables entre los vulnerables son los menores, especialmente los refugiados.

Además, todos estos factores, sumados a las consecuencias del covid-19, han puesto a miles de familias al borde de la hambruna.

“No puedo llevar a mis hijos al médico; la farmacia es más barata” cuenta Fadla 

A las afueras de la ciudad de Saida se localiza el campamento de Hesbi, donde viven como pueden 22 familias libanesas de origen palestino a las que UNICEF presta ayuda y cuya evolución ha seguido de cerca.

La vida en el campamento de Hesbi se ha vuelto cada vez más dura: este año, el campamento sufrió un incendio que calcinó gran parte de las tiendas. En la actualidad, sólo dos quedan en pie.

“Durante los últimos seis meses, hemos dormido en el suelo al aire libre”, relata Asad Mostapha, residente de este campamento. “Ya no tenemos viviendas, lo único que pedimos es que nos procuren un espacio seguro para nuestros hijos, necesitamos ayuda para esto”, reclama.

La pequeña figura de Aya, una niña de cinco años aparece y susurra no queremos nada más que un nuevo hogar.

La pequeña figura de Aya, una niña de cinco años aparece y susurra «no queremos nada más que un nuevo hogar». Fouad Choufany UNICEF

La situación de los niños es cada vez más complicada. Ahmad, de 14 años, explica cómo no ha tenido oportunidad de continuar sus estudios. “Mis hermanos y yo tenemos trabajo como mozos. Subimos cosas a camiones desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Gano 30.000 libras libanesas al día [alrededor de un dólar y medio]”. Él y sus hermanos, dice, al menos están bien.

Pero su historia no es única: los 62 niños que viven en el campamento han tenido que dejar de ir a la escuela.

Ante la complicada situación de los menores en Líbano, Yukie Mokuo, representante de UNICEF en el país, hace un llamamiento a los líderes políticos: “El Gobierno debe actuar rápidamente para salvaguardar el futuro de los niños. Esto requiere ampliar de manera importante las medidas de protección social, garantizar el acceso a educación de calidad para cada niño, y fortalecer la atención sanitaria primaria y los servicios de protección infantil”.

Desde 2019, Líbano experimenta una situación crítica. La retirada de los subsidios a los productos básicos y la ausencia de un sistema de protección social efectivo condenan a muchas familias a vivir en condiciones infrahumanas, y los más vulnerables, como suele suceder en otros contextos adversos, son los niños.

Fuente: https://www.elespanol.com/enclave-ods/historias/20211203/sobrevivir-sin-basico-crisis-libano-pone-jaque-futuro-infancia/630937982_0.html

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Mundo: Agencias de la ONU respaldan plan de comidas saludables en escuelas

Mundo/19-11-2021/Autor(a) y Fuente: ultimasnoticias.com.ve

Las agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) anunciaron hoy su apoyo a una coalición internacional con el objetivo de mejorar rápidamente la nutrición, la salud y la educación de los niños en edad escolar en todo el mundo tras el cierre de escuelas provocado por la pandemia.

En una declaración conjunta, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aportarán un conjunto específico de conocimientos especializados a la coalición, reseñó la Agencia Venezolana de Noticias.

Más de 50 socios, incluidas ONG, la sociedad civil, fundaciones y otras organizaciones han dicho que también brindarán apoyo a las cinco agencias se comprometieron a ayudar a School Meals Coalition, una agrupación de más de 60 países liderada por Francia y Finlandia, cuya visión es brindar a todos los niños necesitados la oportunidad de recibir una comida nutritiva en la escuela para 2030.

La coalición también está comprometida con programas de comidas escolares «inteligentes», que combinan comidas regulares en la escuela con intervenciones complementarias de salud y nutrición para el crecimiento y el aprendizaje de los niños.

En 2020, la pandemia de Covid-19 causó una gran interrupción en las escuelas y la educación en todo el mundo y millones de niños no pudieron obtener sus comidas escolares o beneficiarse de los servicios de salud y nutrición en las escuelas, como la desparasitación, la vacunación y el apoyo psicosocial. A nivel mundial, más de 150 millones de niños siguen sin recibir comidas y servicios esenciales de salud y nutrición.

«Los programas de salud y nutrición escolares son intervenciones impactantes para apoyar el crecimiento y desarrollo de los escolares y adolescentes», dijeron los líderes de las agencias de la ONU en su declaración.

Además, enfatizaron que todas estas acciones «Pueden ayudar a combatir la pobreza infantil, el hambre y la desnutrición en todas sus formas. Atraen a los niños a la escuela y apoyan el aprendizaje de los niños y la salud y el bienestar a largo plazo».

Los escolares no son los únicos que se benefician

Los líderes de las cinco agencias señalaron que las comidas escolares pueden servir como «trampolín» para la transformación del sistema alimentario.

«Siempre que sea posible, pueden utilizar alimentos cultivados localmente, apoyando los mercados y sistemas alimentarios nacionales y locales, mejorando las oportunidades para los pequeños agricultores y las empresas de catering locales, muchas de ellas dirigidas por mujeres. Estos programas pueden contribuir al logro de al menos siete de los ODS».

La coalición trabajará para restaurar las comidas escolares y otros programas de salud y nutrición que estaban vigentes antes de la pandemia de Covid-19, expandirlos para llegar a 73 millones de niños que no estaban cubiertos antes de la pandemia y mejorar su calidad en parte mediante el establecimiento de estándares y vinculándolos a la producción local de alimentos cuando sea posible.

En su declaración de apoyo, los líderes de las cinco agencias de la ONU se comprometieron a trabajar con los gobiernos para lograr los objetivos de la coalición, brindando apoyo técnico y operativo donde fuera necesario, además de abogar por la financiación y ayudar a recopilar mejores datos sobre el impacto de la escuela. programas de salud y nutrición.

Fuente e Imagen: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/general/agencias-de-la-onu-respaldan-plan-de-comidas-saludables-en-escuelas/

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Mundo: Pérdida de biodiversidad en medio de la lucha contra el hambre

Mundo/29-10-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Los pequeños productores son los que protegen los recursos naturales y, al hacer esto, los ecosistemas son saludables y diversos.

La pérdida de la biodiversidad está amenazando a los pequeños agricultores y con ello a la lucha contra el hambre.

Esa fue la advertencia dada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola en su último informe, el cual refiere que las personas en situaciones más vulnerables no podrán adaptarse al cambio climático ni producir alimentos de forma sostenible si esta situación continúa.

Son los productores rurales quienes más sufren, a escala mundial, los efectos del hambre y de la pobreza.

De acuerdo con el análisis, al menos el 80 por ciento de las necesidades de las personas pobres del mundo están relacionadas con recursos biológicos, entre ellos, para las actividades agropecuarias y producir ingresos.

Sumado a esto, la fauna y la flora también están amenazadas por esta situación, con un millón de especies en peligro de extinción, luego que 31 fueran declaradas como extintas en 2020.

Momento crítico

El informe nombrado Biodiversity Advantage- Thriving with Nature: Biodiversity for Sustainable Livelihoods and Food Systems refiere que la agricultura a gran escala es la causa principal de la pérdida de biodiversidad, partiendo de su expansión e intensificación.

La vicepresidenta adjunta del Departamento de Estrategia y Conocimientos del Fondo y encargada del estudio, doctora Jyotsna Puri, comentó que actualmente la humanidad vive un momento crítico.

“La pérdida de la biodiversidad nos impedirá luchar contra el cambio climático o el hambre. Sabemos que la agricultura a gran escala amenaza la biodiversidad”, alegó.

Además, afirmó que son los pequeños productores los protegen los recursos naturales y, al hacer esto, “los ecosistemas son saludables y diversos, y los agricultores disfrutan de una mayor producción y resiliencia al cambio climático”.

Foto: FAO

En el informe también se destaca que la diversidad biológica permite la producción de alimentos mediante la formación de los suelos, el control de plagas y enfermedades, así como la reposición de las aguas subterráneas y servicios de polinización.

Los manglares, además de los arrecifes de coral, son barreras biológicas que disminuyen el impacto de desastres naturales, por lo que el aumento de la biodiversidad agrícola en las pequeñas explotaciones facilita tener suelos más saludables y productivos, que requieren una mayor cantidad de carbono y suponen una importante contribución al almacenamiento del mismo.

Importancia de las inversiones en biodiversidad

Sobre las inversiones en biodiversidad, el informe destaca que estas ayudan a consolidar la igualdad de género, también a mejorar de la nutrición e impulsar el empoderamiento de mujeres y jóvenes.

Un ejemplo de ello fue la restauración de bosques llevada a cabo en Kenia, lo que contribuyó a una mejor captación del agua de lluvia, aumentando el suministro y su calidad, así como la productividad de los agricultores.

De igual modo, en Burkina Faso se aplicaron diversas técnicas agroecológicas y se han plantado varios árboles, permitiendo que las cosechas mejoren. Todo esto ha hecho posible que se almacenen más de 1,7 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Foto: UNPD

“Si no se tiene presente la naturaleza cuando se invierte en el desarrollo, estamos malgastando dinero”, fue el comentario de la doctora Puri.

El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola prevé destinar, hasta el 2030, un 30 por ciento de su financiación para contribuir a aquellas soluciones que se concentren en la naturaleza y la agricultura rural a pequeña escala, ayudando así a disminuir el daño ocasionado al ambiente.

Estas soluciones son las que promueven la conservación, gestión y restablecimiento de los ecosistemas naturales y la biodiversidad, de cara a los desafíos que trae el cambio climático, ante fenómenos extremos que no se han visto antes y una alerta roja para que la humanidad tome conciencia sobre sus acciones y se una para salvar el planeta.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/telesuragenda/perdida-biodiversidad-lucha-contra-hambre-20211026-0036.html

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Alimenta la Solidaridad le pertenece a todos

Por: Roberto Patiño

Hace cinco años comenzamos un proyecto para contribuir a paliar la inseguridad alimentaria, una de las consecuencias de la emergencia humanitaria compleja que vive el país, dirigido a los niños y jóvenes afectados por la crisis económica. Alimenta la Solidaridad, forma parte de un movimiento de organización popular que se resiste a aceptar que las nuevas generaciones de venezolanos, crezcan bajo el signo del hambre.

Hoy Alimenta la Solidaridad va mucho más allá del trabajo de llevar un plato de comida a miles de venezolanos, es un proyecto que ha convocado a los mejores talentos del país para empoderar a los liderazgos que existen en los sectores populares, es una iniciativa que apoya el emprendimiento de las familias que luchan por construir un futuro que les pertenezca, es un programa de formación de liderazgo femenino, apoyo a la educación, recuperación de espacios de la comunidad, entre otras iniciativas que se ancla en el trabajo en red de las comunidades, apoyando y acompañando un esfuerzo de trabajo para lograr la Venezuela del cambio que todos queremos.

Recientemente anuncié mi separación de Alimenta la Solidaridad. Fue una decisión difícil pero meditada y la asumo por mi respeto a los principios de la asistencia humanitaria  y para proteger del debate político a este esfuerzo solidario, que le pertenece a miles de venezolanos. Lo hago convencido de que Alimenta no está atado al destino de una sola persona, cuenta con un equipo de profesionales, líderes y madres que seguirán a pulso con esta lucha que ha llevado esperanza a miles de familias

Estoy convencido de que gracias al gran equipo de profesionales, voluntarios, madres de comedores, líderes comunitarios, aliados y donantes, que se ha construido en estos cinco años, Alimenta la Solidaridad va a seguir creciendo. Alimenta es una iniciativa, un proyecto y una convicción de vida que se ancla en las comunidades y ya no le pertenece a nadie, porque le pertenece a todos.

www.robertopatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/alimenta-la-solidaridad-le-pertenece-a-todos/

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Pilar Benejam: «El que no cree en la formación de maestros no cree en la democracia»

Por: 

  • Geógrafa, pedagoga, maestra y, sobre todo, maestra de maestros, Benejam afirma que «lo más importante de todo es la formación del profesorado, lo he creído toda la vida y moriré diciéndolo». Desde los movimientos de renovación luchó para que esta formación tuviera el máximo rango universitario, y de ello habla en el libro que acompaña la exposición ‘Per una educació en llibertat’ (Por una educación en libertad).

Una maestra y dirigente sindical me dijo una vez que había una persona a la que se le tenía que hacer un homenaje más pronto que tarde. Se lo comento a Pilar Benejam el día que la entrevisto en su casa y me dice que ya le han hecho muchos, que no se necesitan más. De hecho, aún le hacen encargos, porque Benejam (Ciutadella, Menorca, 1937) firma el último capítulo, dedicado a la formación del profesorado, del libro Per una educació en llibertat. El libro lo ha editado el Ayuntamiento de Barcelona para acompañar la exposición del mismo nombre que se puede ver (o, mejor dicho, que hay que ver) en el Born Centro de Cultura y Memoria hasta marzo de 2022. Una exposición que parte de un acto tan poco poético como es la aprobación de un presupuesto municipal, pero que de este modo nos recuerda la importancia capital de los recursos para sacar adelante los cambios sistémicos.

Cuando preguntamos en el Born con quién podríamos hablar de la exposición nos sugieren a Pilar Benejam, lo que nos llena de alegría. Porque ya la entrevistamos en 2014, cuando publicó ¿Qué educación queremos? (Rosa Sensat), pero entonces todavía no nos habían hecho ver que, como publicación de comunidad, teníamos una deuda pendiente con ella. O sea que valga esta entrevista también de pequeño homenaje.

¿Qué encontraremos, en la exposición?

Es la historia de la educación en Barcelona de 1908 a 1979. De todos modos, de la parte final hay poca cosa, prácticamente se acaba en la Barcelona de la posguerra. El Ayuntamiento ha tenido interés en mostrar que siempre ha tenido una inquietud por la educación, lo cual no es nada sorprendente porque si crees en la democracia, o se cuida de la educación o no se es demócrata. Para votar se debe hacer de forma cuerda y, para hacerlo, debes tener cultura. Ahora hay todo un movimiento que encuentra que los ayuntamientos deberían participar mucho más en la escuela, sobre todo en infantil y primaria, donde tradicionalmente siempre habían participado.

Me parece que ya quieren y lo mejor es que no les dejan.

Está claro que la Generalitat tiene las competencias, pero a mí me parece que los ayuntamientos deberían meterse más en la educación, más allá de su presencia en los consejos escolares.

¿Qué mensaje deja la exposición?

Recupera todo este presupuesto extraordinario de cultura de 1908, porque fue muy rompedor. Era un momento de una gran actividad (e inestabilidad) social. Había grandes enfrentamientos políticos, pero este presupuesto extraordinario lo pudieron hacer porque llegó al Ayuntamiento la Solidaridad Municipal, en donde se encontraban republicanos, catalanistas, radicales… Pero quienes realmente defendieron el presupuesto extraordinario fueron los republicanos catalanistas, la Lliga desertó al final, y los radicales de Lerroux también, una por demasiado izquierdista y, el otro, por imponer el catalán. Hubo mucha discusión, sobre todo, en lo que afectaba a la educación, porque tocaba dos intereses muy importantes: primero, quería dar cultura al pueblo, y eso es darle poder, y después había quienes no estaban de acuerdo con que el catalán fuera la lengua de la escuela. Promovía una educación universal, gratuita, mixta y con neutralidad religiosa, imagínate si era moderno, y por eso el cardenal Casañas se opuso frontalmente, y la Lliga se acabó echó atrás y no votó el presupuesto.

Foto: Pol Rius

La Iglesia casi tenía el monopolio de la educación…

Que la escuela debía ser universal ya lo había dicho la ley Moyano, que es de 1857, si bien en ese momento la primaria era de los 6 a los 9 años. Pero, como sabes, en España siempre hay leyes, pero no se cumplen nunca, porque esta escuela que llamamos universal y gratuita no la hemos tenido hasta 1982. Por ello, el hecho de que este presupuesto quisiera impulsar esta educación universal en una ciudad donde el analfabetismo era del 50%, significaba que había que hacer mucha escuela pública.

¿Y gratuita?

Bueno, lo pagaban los ayuntamientos. Y ya sabes aquel dicho que dice que pasas más hambre que un maestro, porque los ayuntamientos pagaban muy mal y lo hacían cuando querían. Y, además, todos los alumnos que podían ayudar, pagaban una cuota voluntaria.

El presupuesto extraordinario de 1908 fue muy rompedor, porque quería dar cultura al pueblo, y eso es darle poder, y promovía una educación universal, gratuita, mixta y con neutralidad religiosa

¿Cuándo deja de ser verdad que los maestros pasan hambre?

Cuando la competencia pasó al Estado y se fijó un salario, que igualmente durante el franquismo fue muy bajo. Ahora ya no lo es. Con toda la eclosión de la renovación pedagógica se consiguieron tres cosas: unos sueldos dignos para los maestros, un trabajo estable por quienes hacen oposiciones, y un horario racional. Aquí (por Catalunya) todavía no hay jornada intensiva pero, por ejemplo, en Baleares, de donde yo soy, hacen de 9h a 14h. Y una ratiode escolaridad que también es adecuada, entre 20 y 23 alumnos por aula.

De hecho son 25 y, a veces, alguno más.

Sí, como máximo debería ser 25. ¡Yo he tenido 60! Lo que pasa es que con la inclusión en clase se tienen niños y niñas con otras dificultades que necesitan ayuda específica. Al final, lo que se necesita es que todo el mundo llegue al nivel básico, porque no se puede suspender nadie. Esto es lo que yo he defendido toda la vida.

¿A nadie?

No, claro, ¿Cómo vas a suspender a la gente que ha de votar? La educación general básica ha pasado de 9 años a 10, de 10 a 12, de 12 a 14, de 14 a 16, y nosotros decíamos que debe pasar a 18, porque a los 16 no pueden trabajar.

Me está hablando de la educación obligatoria.

Pues obligatoria, la que es para todos. Si es obligatoria para todos los ciudadanos, ¿quién es un ciudadano? Una persona que vota y decide. Por lo tanto, esta persona, ¿cómo puede suspender? O el profesor no tiene suficiente habilidad o conocimientos suficientes, o la organización no funciona, o algo pasa, pero cómo es posible que suspenda un ciudadano que debe votar.

Pues es bien posible porque pasa cada día.

Entonces que no voten. Claro, el gran problema de la educación es el fracaso y el abandono escolar.

¿Qué haces, pues, con los alumnos que no alcanzan el nivel mínimo de conocimiento que fija el currículo?

Antes de estar en la universidad, yo estuve en primaria y en secundaria, durante 10 años. Y no suspendí a nadie.

¿Y todos aprendían?

Todos tenían el nivel básico. Los currículos son muy excesivos, no los hace nadie que haya estado en la escuela. Por lo tanto, tú debes tener suficiente conocimiento para decir que, de todo esto que me piden. yo hago nueve lecciones. Así lo hacía yo, cuando daba geografía, una lección cada mes. Yendo de excursión, pateando la ciudad, haciendo entrevistas, haciendo no sé qué… a los alumnos que tiraban mucho les ponía trabajos extraordinarios. Aquí no es el alumno quien es malo, es la enfermedad que es muy grave. Hay niños y niñas a los que no puedes salvar, porque la enfermedad es tan grave que no puedes, pero con gente que no tiene una enfermedad tan grave, pueden aprobar todos. Si haces lo básico y si no pretendes la excelencia, porque excelente no lo es nadie, todos podemos ser mejores. Entonces hay gente que llega al nivel básico fundamental, y que puede sacar un 5, y hay gente que es muy capaz, porque le interesa mucho, o porque tiene mucha inteligencia lógica deductiva o lo que sea, y que puede rendir más y ser un 10. Bueno, eso de las notas es otra cosa que en tiempos de la República no se hacía nunca.

Foto: Pol Rius

Usted se ha dedicado mucho a la formación del profesorado. ¿Cree que su mensaje ha cuajado?

No, ¡un fracaso total! Yo siempre digo que me dan muchos premios y muchas medallas y luego nadie hace lo que digo. Yo estuve en todo el momento aquel de la renovación pedagógica, en la que aprendimos mucho de los demás, porque había personas como Alexandre Galí, que había sido profesor durante la República, y otros, como la propia Marta Mata, que había sido alumna durante la República. Y esta gente comenzó a finales de los 50 a hacer unas escuelas, pequeñitas, con el apoyo de una cierta burguesía ilustrada, en las que los padres pagaban lo que podían y los maestros cobrábamos lo que necesitábamos para subsistir. Y estas pequeñas escuelas pudieron sobrevivir también gracias al apoyo de la Iglesia, porque en ese momento había un movimiento dentro de la Iglesia. Y entonces, cuando en 1971 se crea la UAB yo entro como profesora de Geografía, y allí yo ya digo que lo más importante de todo es la formación del profesorado, lo he creído toda la vida y moriré diciéndolo. Y entonces en la UAB se crea en 1972 una pequeña escuela de maestros, impulsada por Josep Pallach y Maria Rúbies. Y yo les dije: «¿Cómo se puede hacer una escuela de maestros que no va a la escuela? ¿Qué es esto de una escuela de maestros sin prácticas?». Y me dijeron, «pues organízala tú». Y entonces organicé las prácticas, buscando escuelas que pudieran realmente formar y fueran alternativas y serias. Y al año siguiente se crea la Facultad de Pedagogía, y Pallach me llama y me dice que ellos pasan a Pedagogía y que me haga yo cargo de la escuela de maestros hasta que no venga un nuevo director de Zaragoza. Y realmente me hice cargo y no inventé nada, cogí lo hecho desde el año 1908, en la República, la Mancomunidad, la Escuela Nueva… todo ello, que es nuestra mejor tradición pedagógica.

Yo le había preguntado qué era lo más importante…

Primero, hacer un buen equipo, porque la educación se hace en equipo. Una maestra sola puede hacer muchas cosas, pero, para dar coherencia a un proyecto, hay un equipo y la eficacia es infinitamente mayor. Segundo, quiero una escuela universitaria, no quiero una escuela de pizarrín; la formación de los maestros es muy seria, porque deben ocuparse de la formación de todos los ciudadanos del país. Y es la condición básica de la democracia. Si no crees en la formación de maestros no crees en la democracia. Porque con cualquier cosa engañas a las personas que no tienen cultura. En el último capítulo del libro yo pido que hagan una carrera, la que sea, para que sepan lo que es el conocimiento, que es una construcción social que se hace con el tiempo. Esto significa que cambia, que no hay una verdad absoluta, sino que el conocimiento se va haciendo. El conocimiento es complejo, por cualquier cosa hay muchas variables, y además es muy ideológico, es decir, hay razones muy intencionales y, luego, el conocimiento es alternativo, las cosas tienen posibilidad de cambio y, por eso, es universitario. En la universidad se debe estudiar algo con profundidad. Yo les enviaría a todos primero en estudiar una carrera.

Hoy día para formar maestros en la universidad primero debes tener una tesis doctoral y luego publicaciones, el hecho de que hayas sido maestro no tiene ningún valor

Por lo tanto, primero, un equipo; segundo, nivel universitario, y tercero, una escuela democrática, y eso quiere decir que la gente puede opinar, que las cosas se tienen que discutir y, además, que los alumnos también tienen valor y tienen voto, deben participar. Y también escuela catalana. Todo lo hacíamos en catalán, a pesar de que estaba prohibidísimo. Y como el profesor de catalán no era oficial, entonces un industrial de Sabadell muy catalanista, que se llamaba señor Forrellad, nos pagó las clases. Como Franco se moría, fueron los años más felices de mi vida. Nosotros hacíamos didáctica, que tenía una parte teórica, pero muy relacionada con la práctica; íbamos y veníamos de la escuela y yo, toda la vida, para mantener este principio, incluso siendo catedrática de universidad, daba clase en la universidad y los viernes los alumnos y yo íbamos a la escuela, y yo daba clase a los niños, y los alumnos también. Hacíamos grupos y ellos se sentaban con los grupos de niños y trabajaban, y claro, aprobaban todos.

Diría que hoy en día los catedráticos -y los no catedráticos- no participan en los practicums.

Aquí está. Porque para enseñar primero tienes que saber qué quieres enseñar. Hoy el gran problema que tenemos en la universidad es que quienes quieren entrar a ser profesores lo primero que les valoran es la tesis doctoral. Si no tienen tesis doctoral no entran. ¡Pero cómo van a hacer una tesis si aún no han formado maestros y no saben qué problemas hay! La tesis doctoral se debería hacer cuando tienes la experiencia y un problema importante. En segundo lugar, se valoran las investigaciones y las publicaciones, sobre todo, en inglés. Pero si dicen que han sido maestros, eso no tiene ningún valor.

¿Ha seguido la polémica sobre la PAP (prueba de aptitud personal instaurada en Catalunya para acceder a los grados de magisterio)?

Sí. Y escribí una carta felicitando a Josep Maria Cornadó (coordinador del PAP). Ya es hora de que se diga que no se selecciona bien el profesorado.

Pero si él dice que precisamente con la PAP esta selección sí se hace, porque un maestro para ser buen maestro debe tener una cultura básica.

Y tiene mucha razón. Una pregunta de esta prueba es que dijeran un libro que habían leído el último año, título y autor. Y el 50% no supo responder. También les pusieron un texto y muchos no lo entendieron. Después les pedían que explicaran una experiencia, había faltas, una falta de estructura en el escrito…

O sea, que aplaude la existencia de la PAP.

Mira, nosotros tenemos una tradición, que es la República. Ese presupuesto de 1908, que fue aprobado pero no aplicado, después lo aplicó la República, sobre todo durante los años de la guerra con el CENU [Consejo de la Escuela Nueva Unificada]. Entonces los maestros hacían un cursillo para ver cómo hablaban, cómo se relacionaban, cómo escribían, y aconsejaban muchísimo que la gente que se presentaba para hacer este cursillo hubiera ido a colonias escolares, a un club de fútbol… es decir, que tenido una relación con niños. Para ver si realmente la relación con criaturas les llenaba la vida, porque te tienes que dedicar mucho. Nadie puede dedicar la vida a una profesión liberal si no está enamorado. Un maestro que no cree que la educación es capaz de darle, primero, una razón de vida, y, luego, tener una razón social, no puede ser maestro.

Foto: Pol Rius

El otro día un maestro me comentaba que él hacía siempre 5º y 6º, y que un día, siendo director, tuvo que hacer una sustitución en un aula de infantil y no sabía qué hacer.

Yo tampoco. De infantil no sé nada, porque no he dado nunca.

Y también me dijo que 1º era el curso más complicado.

Es así, porque vienen de infantil y vienen con un nivel de conocimientos muy diferentes.

En 2014 usted publicó ¿Qué educación queremos?. A modo de testamento profesional. Han pasado siete años y muchas cosas en el ámbito educativo, ¿qué cambiaría de ese libro?

Podría añadir algunas cosas, porque hemos tenido esta pandemia y también una introducción muy fuerte de las nuevas tecnologías, pero en cuanto a las ideas fundamentales, hace años que defiendo lo mismo, que es la importancia de la formación del profesorado. Primero que el profesor domine la materia y, segundo, que sepa enseñar. Nosotros luchamos mucho por las didácticas, y uno de los pocos méritos que tengo es que fui mucho a Madrid -con el apoyo, evidentemente, de Marta Mata- y crearon el área de didácticas. Porque antes, cuanto se enseñaba a un maestro, era Geografía y su didáctica, Matemáticas y su didáctica… y a su didáctica no llegábamos nunca. Y las prácticas no tenían ninguna importancia.

Para formar una mente hay que emplear diferentes métodos, porque ninguno es perfecto, y para el método de proyectos hay que dominar mucho la materia y la didáctica. Se puede enseñar poco o mucho, pero disparates no

La pregunta iba más hacia la irrupción de Escola Nova 21 y todo el debate que ha generado. ¿Cómo lo ha visto?

Yo estuve contenta de esta iniciativa porque, al menos, se movía algo. En los 60, 70 y principios de los 80, gracias al empuje de los movimientos de renovación pedagógica, la educación era muy importante. ¡Y con la democracia hubo un desencanto tan grande! Porque en la democracia, en vez de coger lo que se había hecho en su defensa, volvieron a unas leyes medio franquistas. Y algunos nos mantuvimos porque tenemos un carácter determinado, pero hubo un desencanto muy grande por el esfuerzo que se había hecho. Se había luchado mucho. Siempre ha habido grandes maestros y siempre ha habido escuelas buenas, y esto hay que decirlo pero, una cosa es que haya minorías y, la otra, que el sistema funcione. Los 90 y todo lo que llevamos desde el 2000 hasta ahora ha sido un desierto. Por lo tanto, está bien que se muevan cosas, pero que tengan cordura.

¿Qué quiere decir con esto?

Quiero decir que Escolar Nova 21 ha promocionado muchísimo el método de proyectos. Primero, de métodos no hay ninguno perfecto. Y, para formar la mente, se deben emplear diferentes métodos. A veces es muy interesante hacer una buena observación, a veces un buen debate, a veces una hipótesis… Es decir, hay diferentes métodos en didáctica, y todos son importantes si lo utilizas en el momento adecuado para la materia adecuada. Y ellos se han fijado sólo en el método de proyectos. Yo no he hecho muchos, proyectos, y trabajar con proyectos pide dos cosas: primero, dominar muy bien la materia del proyecto, porque tienes que saber hacer relaciones con todo lo demás, por lo tanto, requiere una cultura amplia para poder hacer relaciones, y, después, necesita mucha didáctica para que los niños se interesen mucho por aquella cuestión, y les dé cuerda para aprender todo. Hay proyectos que se han hecho bien, pero los maestros no siempre están bien preparados. Se puede enseñar mucho o poco, lo que no se puede es enseñar es mal. Disparates no se pueden enseñar. Por ejemplo, fui a una charla y uno de los proyectos era que durante todo el curso se planificaba un viaje al Sol. Y habían estado trabajando las distancias, el tiempo que tardarían, lo que llevarían durante el viaje, el uniforme que tenían que llevar, en qué época tenían que salir y desde dónde… Pero ¿es que no sabe que es una estrella? ¡A una estrella no se puede viajar! Por favor, ¡vaya a Marte!

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/07/15/pilar-benejam-el-que-no-cree-en-la-formacion-de-maestros-no-cree-en-la-democracia/

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Hambre y pandemia: «Las consecuencias son bastante dramáticas» en América Latina, según FAO

El hambre se había logrado reducir a casi la mitad entre 2000 y 2015 en América Latina y el Caribe, pero la pandemia significó un retroceso histórico en esa lucha. Maya Takagi, líder de Programas Regionales de la FAO, habló con Sputnik sobre cómo afrontar el hambre en una región altamente empobrecida.
El hambre se había logrado reducir a casi la mitad entre 2000 y 2015 en América Latina y el Caribe, pero la pandemia significó un retroceso histórico en esa lucha. Maya Takagi, líder de Programas Regionales de la FAO, habló con Sputnik sobre cómo afrontar el hambre en una región altamente empobrecida.
La pandemia empobreció a millones de latinoamericanos y caribeños, con la pobreza, se agravó el hambre y la malnutrición. Maya Takagi, líder de Programas Regionales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura —FAO, por sus siglas en inglés—, señaló que a finales de 2020, el 30% de la población de América Latina se encontraba en situación de pobreza.
La pobreza ascendió a 209 millones —22 millones de personas más que en 2019, según datos de la la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de ONU (CEPAL)—, en una población de 670 millones de personas.
Además, del total de personas pobres, 78 millones se encontraron en situación de pobreza extrema, ocho millones más que en 2019. En las áreas rurales, la pobreza rural aumentó en seis millones de personas, casi la mitad de ellas en situación de pobreza extrema.
—Comprobamos que la crisis sanitaria efectivamente aumentó la pobreza y pobreza extrema en la región, y que llevó el hambre a casi los mismos niveles de dos décadas atrás. ¿Cuáles cree han sido las más graves consecuencias sociales y económicas del aumento brusco del hambre, y cuáles prevé en el futuro cercano?
(…) Como el ingreso es la única forma de acceder a la alimentación, hubo un incremento de la inseguridad alimentaria. La incidencia de inseguridad alimentaria moderada o grave alcanzó a un 40,4% de la población en 2020, lo que representa un aumento de 6,5 puntos porcentuales con relación a 2019, según datos 2021 de la CEPAL. Sin las políticas de apoyo a los ingresos y a la alimentación, las tasas serían aún mayores.
Esto se puede explicar por el serio impacto en los niveles de pobreza y empleo que ha tenido la pandemia en la región, y por el alto precio que tienen las dietas. Las condiciones económicas, los desequilibrios estructurales (ingresos, activos y recursos) y la falta de políticas amplias de protección social son las principales causas del hambre y malnutrición en la región, las que interactúan, además, con desastres y crisis que hacen más difícil salir de este círculo vicioso.
Las consecuencias son bastante dramáticas. Además de la ampliación de la pérdida de vidas por cuenta del hambre, hay consecuencias de largo plazo para las familias en la recuperación de sus capacidades de ingreso, hay en el efecto de las deficiencias nutricionales y de salud en padres y niños que afectan sus capacidades laborales y de educación. Es como volver a un ciclo de vulnerabilidad con consecuencias de largo plazo. Es un quiebre en la tendencia de que los hijos tengan mejores condiciones de ingreso que sus padres o abuelos. Y millones de familias ahora están en esta condición. Hace 20 años que no teníamos este número de personas en pobreza extrema. (…)
—En una región en la que antes de la pandemia no faltaba comida, sino dinero para comprarla: ¿Cómo lograr que las personas accedan a una dieta nutritiva con menos dinero aún que antes?
En el informe mundial de FAO del Estado de la Seguridad Alimentaria en el Mundo, el SOFI 2020, se concluyó que las dietas saludables son cinco veces más caras que las dietas suficientes en calorías. Y también que nuestra región es la más cara en el mundo para la alimentación de dietas saludables. Algunas razones que explican esta desigualdad: problemas de disponibilidad, accesibilidad, oportunidad, educación y hábitos alimenticios, inocuidad y variabilidad de precios según estacionalidad.
Entre las medidas a implementar:
-Se deben articular los programas de transferencia de ingreso con educación alimentaria, así como otras medidas que favorezcan a la mayor disponibilidad de alimentos frescos y saludables.

-En el marco de prácticas de comercio regional e internacional, se deben privilegiar alimentos nutritivos, y negociar acuerdos que faciliten el comercio intrarregional.

-Otras medidas, implican promover las compras públicas, comprar directamente de los productores, para así acortar las cadenas y disminuir los costos de logística.

-Estimular la utilización de medios digitales de comercialización de los productos de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y de las cooperativas locales.

¿Cuál es el panorama regional para encauzar la recuperación y lucha contra el hambre? ¿Cuáles deberían ser sus pilares?
El nivel prepandemia se alcanzaría en el 2024 si el crecimiento fuera del 1,8% (el promedio de la última década), pero se demorará 10 años si el crecimiento es del 0,3% (promedio de los últimos 6 años).
Son cada vez más las voces que señalan que la crisis sanitaria, económica y social causada por la pandemia es una oportunidad para reflexionar sobre qué tipo de respuestas se requiere para salir de una crisis de esta envergadura. Por ello, se ha señalado que para reconstruir mejor, es necesario transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe.
Las medidas de recuperación inmediata deberían centrarse en:

-Proteger los empleos existentes, crear empleos nuevos.

-Fortalecer la red de protección social, ya sea a través de inversión directa o políticas.

Para el rescate del empleo, es fundamental rescatar las micro y pequeñas empresas, que representan más del 99,5% de las empresas en la región, y generan el 60% del empleo productivo formal (CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina) con políticas de fomento y apoyo directo.
-Así también, las medidas de protección sanitaria y social debiesen estar focalizadas en los trabajadores del sector informal, compuesto principalmente por mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y migrantes, según datos de la ONU. Como también es fundamental mantener los programas de alimentación para niños y niñas, adultos mayores y otras personas en situación de vulnerabilidad, privilegiando la compra pública de alimentos sanos y perecibles a pequeños productores agrícolas y pescadores artesanales de la región.
(…) Las políticas e inversiones deberían facilitar la igualdad de acceso a las tecnologías, herramientas y plataformas de la información y las comunicaciones (TIC). (…)
-Por último, garantizar que los sistemas alimentarios sigan funcionando, protegiendo desde la producción de alimentos, pasando por la comercialización, el procesamiento, y el mercado local hasta llegar al consumidor, valorando productos frescos para garantizar una dieta saludable y producidos de manera equilibrada con el medio ambiente.
Esto es fundamental para tener una sociedad sana, resiliente y más protegida contra enfermedades de diversas naturalezas. Para aumentar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios, la recuperación debería incorporar aspectos transformacionales.
—¿Cómo valora los planes de ayuda que hasta ahora han lanzado los gobiernos de América Latina y el Caribe?
Gracias a una respuesta política sin precedentes, es probable que la recesión de COVID-19 deje cicatrices más pequeñas a nivel mundial que la crisis financiera del 2008. Sin embargo, esta vez los países de bajos ingresos y las economías emergentes sufren más en comparación con las economías avanzadas, más afectadas en la crisis de 2008, según el Fondo Monetario Internacional.
Los Gobiernos de la región implementaron 263 medidas de protección social de emergencia en 2020. Estas alcanzaron a 49,4% de la población, es decir, cerca de 326 millones de personas, con un gasto adicional estimado en 86.000 millones de dólares (CEPAL). Sin esas medidas, la incidencia de la pobreza extrema habría alcanzado 15,8% y la pobreza, 37,2%, equivalentes a 98 millones y 230 millones de personas, respectivamente. (…) Gracias a ese conjunto de medidas, en 2020 unos 20 millones de personas han escapado de caer bajo el umbral de la pobreza en la región.
¿Qué pasa en Centroamérica y el Caribe, donde varios países desde antes de la pandemia ya tenían serias dificultades para alimentar a su población?
Una encuesta del Programa Mundial de Alimentos muestra que a fines de 2020 el consumo insuficiente de alimentos afectaba al 16% de la población de esos países. La principal barrera para acceder a los mercados de alimentos en esos países en el contexto de la pandemia ha sido la falta de dinero, seguida por las restricciones de viaje y la distancia física a los mercados.
Además, en respuesta a las restricciones de la pandemia, cerca del 40% de los hogares han aplicado estrategias de crisis en el consumo alimentario, tales como cambiar la dieta a alimentos menos costosos, limitar el tamaño de la porción, reducir el número de comidas, pedir alimentos prestados, o limitar la alimentación de los adultos en favor de los menores (países Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Perú y República Dominicana).
Al empeoramiento reciente de la inseguridad alimentaria se suma que estos países llevan varios años lidiando con una doble carga de subalimentación, en la que la desnutrición (…) coexiste con el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta. La suma de esos factores estructurales (…) y la agudización de los problemas de acceso a alimentos saludables —sea por restricciones de ingresos o por la interrupción de cadenas de suministro y de los programas públicos de alimentación (escolar, por ejemplo)— tienen un impacto en las dietas regionales y en la salud de la población que va más allá del corto plazo.
(…) En Caribe en especial, el sector turístico, que es un soporte de la economía de los países esencial, fue fuertemente afectado por la pandemia, y afectó a toda la cadena de valor, desde la producción de alimentos, hasta la importación, y los empleos directos, dejando a las familias más vulnerables.
Sin embargo, después de los primeros meses de la pandemia cuando hubo inseguridad, los países de la región han podido confirmar importaciones de alimentos y avanzar en la liberación comercial. Hemos observado también mayor voluntad política para profundizar en el comercio agroalimentario intrarregional, lo que ayudaría a hacer los países importadores más resilientes ya que contarían con varios socios comerciales.
Fuente: https://mundo.sputniknews.com/20210813/hambre-y-pandemia-las-consecuencias-son-bastante-dramaticas-en-america-latina-segun-fao-1115069708.html
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