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Entrevista: La hambruna, espada de Damocles para millones de africanos

El Cuerno de África atraviesa la peor sequía en décadas. Análisis del profesor Hans Hurni, experto en la región, a la que ha dado seguimiento desde hace cincuenta años.

SWI swissinfo.ch: Las organizaciones humanitarias alertan sobre una amenaza de hambruna catastrófica en el África Oriental. ¿Qué sucede?

Hans Hurni: Las sequías de origen climático no son un fenómeno nuevo en la región, ocurren periódicamente desde hace siglos. La región es la prolongación Oriental del área del Sahel y se caracteriza por escasas precipitaciones en las tierras bajas. Cuando de manera consecutiva varias temporadas de lluvia no se producen, como ha sido el caso durante los últimos tres años, la situación rápidamente se vuelve precaria. Actualmente, 36 millones de personas se ven afectadas y 20 millones dependen de la ayuda alimentaria solamente en Etiopía. Esas son cifras enormes.

¿Se trata de una crisis debida al cambio climático?

Sí, pero no solamente. Muchos vínculos de causa y efecto no están claros. El Océano Índico se está calentando más de lo previsto, lo que tiene un impacto negativo en las precipitaciones en el Cuerno de África. El efecto invernadero ciertamente juega un papel, aunque honestamente, todavía sabemos poco para comprender el fenómeno con precisión. Los modelos climáticos globales son demasiado imprecisos para esta región.¿A qué se debe?En África Oriental hay menos datos científicos que en otros lugares. No es información que cae del cielo, hay que ir a recogerla. Necesitamos personas formadas e instituciones modernas. La débil presencia de científicos (as) es un problema en toda el África. A esto se suma la falta de infraestructura como estaciones de medición. Se habla mucho de la crisis climática en el continente, pero no conocemos muy bien el contexto.A grandes rasgos, podemos decir que en la región -es decir, en Etiopía, Eritrea, Somalia y Kenia- en el futuro hará más calor y las precipitaciones sufrirán variaciones más extremas, aumentando o disminuyendo.

¿Deberíamos, por tanto, esperar que crisis similares se repitan en el futuro?

Viajo por la región desde hace casi 50 años. En ese tiempo, la población se ha cuadriplicado. Durante la gran hambruna de 1984, diez millones de personas se vieron afectadas. Hoy, solamente en Etiopía, más del doble dependen de la ayuda alimentaria.El problema es que el desarrollo de los países no ha ido a la par del crecimiento demográfico. Según una estimación aproximada, alrededor del 80% de las personas todavía trabajan en una agricultura de bajo rendimiento, mientras que los sectores de servicios e industrial están poco desarrollados y concentrados en las ciudades. No es así como una economía nacional puede progresar de manera sostenible.Los agricultores (as) no se quedaron de brazos cruzados y aprendieron y aplicaron nuevos métodos de cultivo utilizando los recursos naturales de una manera más respetuosa. Este conocimiento provino inicialmente del exterior, mientras que las autoridades locales – por ejemplo en Kenia y Etiopía- se concentraron principalmente en el desarrollo de las ciudades. Era importante, pero unilateral.La crisis actual afecta principalmente a las poblaciones nómadas que ven desaparecer su ganado. En los últimos dos años, millones de animales han muerto de sed o hambre. Estas sociedades pastoriles -la mayoría de las cuales vive en tierras bajas inhóspitas y están amenazadas particularmente por el cambio climático-, atraviesan una crisis enorme y muchas personas buscan abrigo en campos de refugiados o en ciudades. Un retorno a un estilo de vida nómada puede resultar difícil en tales circunstancias.>>>>

¿Qué papel juegan la pandemia y la guerra en Ucrania en este contexto?

La pandemia naturalmente ha creado problemas, como lo ha hecho en todas partes. La desaceleración de la economía global también afecta a los Estados menos integrados en las cadenas de suministro globales. Paralelamente, los conflictos locales llevan años desestabilizando sociedades y agravando la situación. Es el caso del conflicto de Tigré, en el norte de Etiopía. Combinado con la sequía tiene efectos brutales.La guerra en Ucrania también es un gran problema. Es bien sabido que Rusia y Ucrania se encuentran entre los principales países exportadores de cereales. Gran parte de su producción se destina a países emergentes como China, mientras que los países más pobres sufren mucho por la subida de precios y la incertidumbre en la planificación. En el acuerdo sobre las exportaciones de granos de Ucrania, solo se garantizó una pequeña parte a África Oriental.

¿Veremos mayores movimientos de personas refugiadas?

Ya están ocurriendo, entre diferentes países, pero también a nivel regional. Es, en mi opinión, una de las razones por las que esta crisis no se percibe mucho en Occidente. Casi nadie de allá llega hasta nosotros, ya que estas poblaciones son simplemente demasiado pobres para emprender un viaje tan largo.

¿Qué se puede hacer ahora?

A corto plazo, está claro que se necesita ayuda rápida. Cientos de miles de personas están seriamente amenazadas por el hambre. Las organizaciones humanitarias están bien implantadas en el lugar, lo han estado desde hace tiempo y siempre han logrado intervenir en caso de crisis. Por lo tanto, las estructuras para la distribución de artículos de primera necesidad están activas.Sin embargo, hay una irónica paradoja: debido a que la ayuda contra el hambre funciona bien, vemos imágenes de hambruna menos dramáticas que en el pasado, a pesar de que el número de personas afectadas por la penuria de alimentos es mucho mayor. Como resultado, la voluntad de donar disminuye y eso es un gran problema actualmente.

¿Y a largo plazo?

Es mucho más complejo. El crecimiento y la composición de la población no cambiarán en el corto plazo. Por lo tanto, el tema debe abordarse en su conjunto: educación, salud, industrialización, estabilidad política. Sin sociedades robustas, será difícil superar los desafíos del cambio climático. En la agricultura, el uso sostenible de los recursos naturales limitados sigue siendo un tema central.Pero no soy solamente pesimista. Lo que vemos hoy es sin duda el resultado de una combinación de desafortunadas influencias climáticas e inestabilidad política. Sin embargo, según algunos modelos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), las condiciones climáticas podrían incluso mejorar a mediano plazo y los desastres podrían disminuir. En cualquier caso, los países no tendrán más remedio que desarrollar sus propias capacidades de resiliencia.

https://www.swissinfo.ch/spa/economia/la-hambruna–espada-de-damocles-para-millones-de-africanos/48094086

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Más allá de la guerra en Ucrania: 7 millones de personas al borde de la inanición en Somalia

La entidad teme que el conflicto bélico en Ucrania haya «distraído» la atención de la situación del cuerno de África.

El hambre y la sequía en Somalia están destruyendo los medios de subsistencia en el país, según ha denunciado la organización World Vision, y han obligado a más de 800.000 personas a huir de sus hogares. Además, la entidad ha advertido de que más de siete millones se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria.

demás, ha señalado que las previsiones indican que la crisis se agravará en los próximos meses, con una quinta temporada de lluvias fallida en todo el país.

«Se trata de la peor sequía en Somalia en 40 años. Más de 200.000 personas se encuentran a un paso de la hambruna y se calcula que 1,5 millones de niños y niñas somalíes menores de cinco años corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda a finales de año», ha denunciado World Vision.

Según su director en Somalia, Tobias Oloo, en el país hay «muchos niños y niñas y a sus familias que han caminado durante días con la esperanza de llegar a zonas donde puedan acceder a alimentos para dar de comer a sus hijos hambrientos».

La organización, centrada en la infancia explica que millones de hogares somalíes, está luchando para hacer frente al aumento de los precios de los alimentos, mientras que la sequía ha diezmado las cosechas y el ganado, debilitando el poder adquisitivo de las familias. Al mismo tiempo, los niños y niñas desplazados están abandonando la escuela para emigrar o trabajar con el fin de ganarse su próxima comida.

Como ejemplo, la entidad pone a Soldana, de 15 años, que recibe 70 céntimos de dólar al día por hacer las tareas domésticas. «Lavo los platos y hago otras tareas durante todo el día, todos los días, porque tengo que llevar comida a mi familia. A veces es difícil conseguir trabajos. Algunos de los clientes son malas personas, te maltratan, sobre todo cuando eres una chica», ha declarado.

World Vision teme que el conflicto en Ucrania haya distraído la atención mundial de una crisis de hambre que lleva meses acelerándose en el Cuerno de África. El llamamiento humanitario de Somalia sigue estando significativamente infra financiado; sólo se ha proporcionado el 29% de los fondos necesarios para satisfacer las necesidades humanitarias.

«Sabemos por experiencia que los menores vulnerables son los que más sufren en situaciones de crisis. En la hambruna de Somalia de 2011, la mitad de las 250.000 personas que murieron eran niños y niñas menores de cinco años. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que dé prioridad inmediata a las vidas de millones de niños y niñas y sus familias que podrían correr el riesgo de morir de hambre. El momento de actuar es ahora», ha concluído Oloo.

Fuente: https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-mas-alla-guerra-ucrania-millones-personas-borde-inanicion-somalia-20220813122545.html

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Manos Unidas advierte de la gran hambruna acelerada por la guerra

La ONG católica ayudó el año pasado a 1.524.954 personas a través de 721 proyectos

Manos Unidas alertó ayer en Madrid de la «gran hambruna» que ya existe y que se va a extender en el mundo acelerada por la guerra en Ucrania y la falta de agua, factores que afectan especialmente al continente africano.

La ONG lanzó esta advertencia en la presentación de su memoria de actividades de 2021, año marcado por el hambre, el aumento de personas en situación de pobreza y en el que llevaron a cabo casi 500 proyectos nuevos con una inversión de más de 33 millones de euros.

La guerra en Ucrania, subrayó la organización, afecta sobremanera a la subida de los precios y dificulta aún más el acceso a cereales, y tiene un impacto clave en África ya que Rusia y Ucrania son sus principales graneros.

De 474 proyectos ejecutados en 2021, el 38% se desarrollaron en África, el 32% en América y el 30% en Asia. Gracias a la campaña «¿Contagia solidaridad para acabar con el hambre», Manos Unidas consiguió mejorar la recaudación obtenida en 2020 en un 14%, hasta los 33 millones de euros.

Pese a que son tres millones menos de euros que en 2019, la presidenta en funciones de la ONG, Clara Pardo, afirmó en la presentación de estos datos que se están «empezando a recuperar» y ha confiando en volver a las cifras previas a la pandemia. Destacó en este contexto el gran aumento de donaciones por parte de herencias y legados, superando en un 140% las recibidas en 2020.

En 2021 Manos Unidas llevó a cabo 110 proyectos relacionados con el derecho a la alimentación, a los que destinó casi 10 millones de euros –un 29% de su inversión anual– y de los que se beneficiaron casi 123.000 personas.

También realizó 108 programas de carácter educativo, una de las áreas más críticas debido a la desescolarización y el abandono, con una inversión de 6,5 millones de euros, y 94 proyectos de salud, a los que destinó más de 4,2 millones.

Junto a estos capítulos Manos Unidas lanzó proyectos enfocados al agua y el saneamiento, derechos de las mujeres, derechos humanos y sociedad civil, y medioambiente y cambio climático.

La coordinadora de proyectos en África, Mabel Ibáñez, denunció que con los confinamientos se cerraron las escuelas durante dos años para miles de niños, atrapó en casa a mujeres y menores con sus maltratadores e incrementó la brecha entre los ricos y los pobres. Los desastres naturales, la violencia y las guerras convivieron con el ataque de la Covid, principalmente en su variante Delta, que perjudicó a sistemas sanitarios de los países pobres, que ya eran precarios antes de la pandemia. El virus mató a muchas personas que eran cabeza de familia y principal sustento de miles de hogares.

Fuente: https://www.larazon.es/sociedad/20220616/xwgvqkxk3vayvlxc6lbgkthkwq.html

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Venezuela: ULA llama a atender la crisis que sufre el sector universitario

América del Sur/Venezuela/18-03-2022/Autoe(a) y Fuente: www.elnacional.com

La institución denunció en un comunicado que actualmente se pretende aprobar una “nueva e improvisada Ley de Universidades que en nada contribuye con el progreso de la educación superior y del país”.

La Universidad de los Andes (ULA) llamó a atender la crisis que atraviesa el sector universitario, la cual califica de “humanitaria y compleja” debido a las carencias generales que sufren sus miembros, desde los profesores hasta el personal obrero.

En un comunicado firmado por el rector Mario Bonucci Rossini y el secretario Manuel Morocoima, la institución denunció la hambruna y la degradación humana que sufren los miembros del sector universitario, así como la imposibilidad de cumplir sus funciones adecuadamente por el deterioro de toda la infraestructura universitaria.

Actualmente, subraya el comunicado, se pretende aprobar una “nueva e improvisada Ley de Universidades que en nada contribuye con el progreso de la educación superior y del país, además de desnaturalizar la academia y el propio hecho educativo”.

La casa de estudios no niega la necesidad de modificar o crear una nueva ley, pero considera que esta debe regirse bajo los parámetros de la Constitución y que la crisis humanitaria tiene que ser la prioridad.

“En estas dos décadas tenemos suficientes casos y ejemplos que revelan lo nefasto que es mezclar lo político e ideológico  con lo técnico, lo cultural, lo humanístico, lo financiero, lo laboral, lo humano, lo espiritual, en fin, tenemos un país cuya ec006Fnomía hace aguas”, advirtió la institución.

Y recordó que la autonomía universitaria es reconocida plenamente en la Constitución: “Es un principio basado en la naturaleza misma de la universidad y del quehacer intelectual con libertad de pensamiento, cátedra e investigación y la respectiva autonomía administrativa”.

“En una sociedad democrática el pluralismo de pensamiento es inseparable de la autonomía universitaria y un principio válido para todas las universidades, ‘autónomas’, ‘experimentales’ o ‘privadas”, dice el comunicado.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/venezuela/ula-llama-a-atender-la-crisis-que-sufre-el-sector-universitario/

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La realidad de los niños en África: durante el 2020 más de 21 mil fueron reclutados por el ejército y alrededor de 6 mil fueron víctimas de violación

Solo el año pasado, más de 6.400 niños en África (32% de ellos, niñas) fueron víctimas de una o más violaciones, mientras miles son reclutados y utilizados por el Ejército y grupos paramilitares. Estas cifras fueron dadas a conocer a través de un informe realizado por la ONU.

África cuenta con más de 21.000 niños reclutados y utilizados por el Ejército y grupos armados no estatales desde 2016, mientras más de 2.200 menores padecieron violencia sexual, alertó un informe difundido este martes por la ONU.

Asimismo, más de 3.500 infantes fueron secuestrados y se registraron más de 1.500 casos de agresiones a escuelas y hospitales.

Así lo afirmó un comunicado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) de la ONU, que lamentó el récord mundial de la región en cuanto a niños víctimas de violencia sexual.

«Africa occidental y central incluso tiene el segundo número más alto de secuestros», según la nueva publicación de Unicef, que pidió a los socios que apoyen y aumenten la documentación de las violaciones graves a los niños, a la vez que prevengan y respondan a esa clase de agresiones a ellos.

Desde 2005, una de cada cuatro violaciones graves verificadas por la ONU en todo el mundo se cometió en Africa occidental y central.

Solo el año pasado, más de 6.400 niños (32% de ellos, niñas) fueron víctimas de una o más violaciones graves en la región.

Como resultado de la escalada de conflictos y la pandemia de coronavirus, 57,5 millones de niños necesitan asistencia humanitaria, una cifra que casi se duplicó desde 2020, recogió la agencia de noticias ANSA.

Las regiones afectadas sufren varias crisis humanitarias provocadas por el yihadismo y conflictos intercomunitarios (Malí, Níger, Burkina Faso o Nigeria), guerras civiles enquistadas (República Centroafricana) o reivindicaciones separatistas (Camerún).

Yemen ya se había visto afectado desde 2004 por una guerra interna entre el gobierno central y la insurgencia hutí.

Desde 2011 estuvo marcado por las protestas populares antigubernamentales, que desembocaron en el actual conflicto interno y regional.

Para la ONU, en Yemen hoy «el acceso a la atención médica es limitado o inexistente, la economía está al borde del colapso y millones de personas están al borde de la hambruna». 

En este sentido, advirtió que Yemen «es el peor desastre humanitario del mundo, que sigue agravándose».

Fuente: https://misionesonline.net/2021/11/24/ninos-en-africa/

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Mundo: ONU advierte sobre aumento de hambre extrema en próximos meses

Mundo/06-08-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

El organismo multilateral señala que la pandemia, el cambio climático y los conflictos bélicos son los principales causantes de la hambruna.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), alertaron este lunes sobre el incremento del hambre extrema en el mundo, donde al menos 23 focos poblacionales la sufrirán en los próximos cuatro meses.

En un informe en conjunto señalan que los agricultores sentirán los mayores efectos de dicho fenómeno, entre otras causas por la burocracia y la falta de fondos, los cuales imposibilitan brindar ayuda alimentaria, y poder plantar cultivos a gran escala en el momento indicado.

Asimismo, advierte que a la problemática se suman otras variables como los efectos económicos causados por la pandemia de la Covid-19 y el cambio climático, los cuales acrecentarán la inseguridad alimentaria en al menos 23 sitios.

“Las familias que dependen de la asistencia humanitaria para sobrevivir penden de un hilo. Cuando no podemos llegar a ellos, este hilo se corta y las consecuencias son sencillamente catastróficas”, indicó el director Ejecutivo del PMA, David Beasley.

El documento de la ONU y del PMA destaca que Madagascar y Etiopía serán dos zonas de alerta roja, pues en el segundo país al menos 401.000 personas sufrirán de hambre extrema como consecuencia de los enfrentamientos bélicos entre las tropas federales y eritreas. Mientras, en Madagascar un aproximado de 28.000 ciudadanos padecerán escasez de alimentos, reflejo de una de las peores sequías en los últimos 40 años, el aumento de los precios de los alimentos, las tormentas de arena, y las plagas que dañan cosechas.

Otros polos de hambruna reseñados en el informe indican a Afganistán, Angola, la República Centroafricana, la zona del Sahel central, Chad, Colombia, la República Democrática del Congo, El Salvador, Honduras, Guatemala, Haití, Kenia, El Líbano, Mozambique, Myanmar, Nigeria, Sierra Leona, Liberia, así como Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen, como países de posibles mayores carencias.

Al respecto, el pasado mes de junio, la FAO y el PMA señalaron que 41 millones de personas corren riesgo de sufrir de escasez de alimentos a menos que reciban ayuda inmediata. En 2020, 155 millones de personas en 55 países se enfrentaban a inseguridad alimentaria.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/onu-advierte-aumento-hambre-extrema-proximos-meses-20210802-0041.html

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No mueren de hambre… Los están matando de hambre

Por: Sergio Ferrari 

Con el gasto militar mundial de 26 horas se podría evitar la inanición

Los 270 millones de personas que en el mundo padecen inanición y sufren hambruna son víctimas de un sistema. La sociedad civil internacional alzó la voz para desafiar a los responsables de este drama planetario

Los que padecen hoy de hambre son “personas capaces de producir o ganar lo suficiente para alimentarse a sí mismos y sus familias”. Pero que no lo logran debido a situaciones de conflictos y violencia, desigualdad, impactos del cambio climático, pérdida de tierras y empleo o las consecuencias directas de la pandemia que las han golpeado de manera trágica. “No están muriendo de hambre, las están matando de hambre”, denuncia la Carta abierta a los Estados y sus líderes publicada la tercera semana de abril.

La suscriben 260 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) nacionales e internacionales de los cinco continentes que trabajan estrechamente en el terreno, con víctimas de este drama. “Todos los días somos testigos del sufrimiento y la resiliencia”, enfatizan, https://www.icvanetwork.org/system/files/versions/Carta%20abierta%20a%20los%20Estados_SPANISH.pdf.

Y afirman que con el gasto militar mundial de 26 horas se podría cubrir los fondos suplementarios necesarios a fin de asegurar la ayuda alimentaria urgente para más de 34 millones de niñas, niños y personas adultas que “están a un paso de la hambruna”.

Se hacen eco, así, del llamado lanzado hace varios meses por el Programa de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el objetivo de recaudar ese fondo adicional para el año 2021.

Entre los firmantes se encuentran, por citar solo algunos nombres, Tierra de Hombres de Suiza; Médicos del Mundo de Canadá; numerosas Caritas de Europa y de Latinoamérica -entre ellas las de Argentina y Brasil-; el Consejo Internacional de Agencias Voluntarias (ICVA); la Acción contra el Hambre de Francia; el Consejo Noruego para los Refugiados; InterAction de Estados Unidos; Oxfam de Kenia; la Federación Luterana Mundial; CARE Internacional; Alianza 2015 de Bélgica y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria de España, https://www.icvanetwork.org/OpenLetterFaminePrevention.

Cruda acusación

Las ONG, que tienen proyectos y presencia en sectores necesitados, sostienen que no hay nada de casual en la situación actual: son acciones humanas las que provocan esta realidad. Comprueban también el aumento cada vez mayor de la brecha entre las necesidades que confronta la gente y la asistencia que las mismas ONG pueden brindar. Situación que amenaza con “robar la esperanza. No podemos permitir que se pierda la esperanza”, afirman.

Las cifras siguen creciendo. Un total de 174 millones de personas en 58 países corren el riesgo de morir por desnutrición o falta de alimentos «y esta cifra aumentará en los próximos meses si no se hace nada», denuncian las ONG. Los conflictos bélicos son el principal motor del hambre en el mundo, seguidos del cambio climático y la pandemia de coronavirus.

Según explica en su sitio WEB Oxfam de Quebec (Canadá), un año después que las Naciones Unidas advirtieran sobre «hambrunas de proporciones bíblicas», los fondos aportados como respuesta por los países ricos llegan apenas al 5% del pedido de la ONU para este año en curso. Por el momento están confirmados, solamente, 415 millones de dólares de lo solicitado para luchar contra el hambre en el mundo, https://oxfam.qc.ca/depenses-militaires-pour-financer-aide-humanitaire/

De Yemen a Afganistán, de Sudán del Sur al norte de Nigeria, las armas y la violencia están empujando a millones de personas al borde de la inanición, afirma Oxfam. Ésta recuerda que los precios medios de los alimentos a nivel mundial se encuentran en el nivel más alto de los últimos siete años.

“Los países más ricos están recortando la ayuda alimentaria mientras millones de personas pasan hambre; se trata de un enorme fracaso político”, subraya.  El hambre en el mundo no se debe a la falta de alimentos, sino a las desigualdades socio-económicas, sostiene dicha ONG, una de las más activas en lo que hace a la información y la sensibilización sobre esta temática.

Latinoamérica también víctima

Más de 20 países sufrirán hambre aguda si no se les asiste con urgencia. Yemen, Sudán del Sur y el norte de Nigeria encabezan la lista de naciones de alto riesgo. En algunas zonas de Sudán del Sur y de Yemen hay familias que ya están en peligro de morir de inanición, señala el documento presentado el 23 de marzo por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos, http://www.fao.org/news/story/es/item/1390765/icode/ 

En el mismo, las agencias señalan que, si bien la mayor parte de los países afectados se encuentran en África, el flagelo del hambre aumentará en prácticamente todas las regiones del mundo, incluida incluso América Latina. Este informe afirma – de igual manera que ahora lo hacen las 260 ONG- que 34 millones de personas están en este momento a un paso de morir de hambre.

En cuanto a América Latina y el Caribe destaca la escalada de la inseguridad alimentaria aguda en El Salvador, Guatemala y Honduras debido al doble impacto de los huracanes Eta e Iota y los efectos  económicos del COVID-19.

Estos cataclismos, agrega, dañaron grandes extensiones de tierras de cultivo, al igual que la infraestructura de los sectores productivo, ganadero, pesquero y de transporte, provocando una caída del suministro de alimentos y un alza en los precios de los mismos. Además, el cierre de actividades impuesto por la pandemia redujo el empleo, sobre todo el informal, lo que ha provocado la pérdida de ingresos familiares y un menor acceso a los alimentos.

El estudio anticipa un panorama dantesco. Estima que las condiciones en Honduras empeorarán entre abril y junio, cuando unos 3,1 millones de personas enfrenten inseguridad alimentaria aguda y 570.000 lleguen a una situación de emergencia. Calcula que, en Guatemala, 3,7 millones de personas se encuentran ya en situación grave, con 428.000 en alto riesgo de inanición. En cuanto a El Salvador, las dos organizaciones de la ONU anticipan que un millón de personas enfrentará inseguridad alimentaria entre marzo y mayo, con 121.000 en situación de emergencia.

Panorama continental agudizado por la realidad haitiana y venezolana. En Haití, el COVID-19 y las malas cosechas han dejado a casi la mitad de la población, es decir unos 4.4 millones de personas, en situación de inseguridad alimentaria grave, y a 1.2 millones en situación de emergencia, lo que representa un aumento del 6% con respecto al año anterior. En Venezuela, “la situación es probable que se deteriore más” por la hiperinflación y las sanciones internacionales, subrayan la FAO y el PAM. Anticipan que los niveles de inseguridad alimentaria crecerán con respecto al 2019, cuando 9.3 millones de personas padecieron por la carestía de los alimentos.

Es hora de actuar con urgencia

La Carta abierta hecha pública el 20 de abril por las organizaciones no gubernamentales insta a los líderes y a los Estados a dar respuestas inmediatas. Y enfatiza que dichos dirigentes tienen una “responsabilidad única”. La ayuda debe llegar lo más directamente posible a las personas más necesitadas y de forma urgente. Recuerdan que se necesitan 5.500 millones de dólares para que la asistencia alimentaria urgente llegue a esos 34 millones de personas a punto de caer en el abismo de la hambruna.

Los firmantes llaman a los jefes de Estado a poner fin a los conflictos y violencias de todo tipo y contribuir así a la solución global del hambre en el mundo. Y enfatizan la necesidad de que se aplique el “cese global de hostilidades” al que convocara el Secretario General de las Naciones Unidas el pasado 23 de marzo, https://news.un.org/es/story/2020/04/1472342.

“No hay lugar para el hambre y la inanición en el siglo XXI. La historia nos juzgará a todos por las acciones que tomemos hoy”, concluye la reflexión-advertencia-exigencia de la sociedad civil internacional. Y junto con el punto final de la misiva se abre el corolario analítico de este drama mundial. El hambre no es una fatalidad. Es el resultado de una voluntad política en la que prevalece un sistema ilógico. Es decir, la consecuencia de una falta de voluntad política para concebir el mundo desde el prisma de la equidad humana.

Los están matando de hambre

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