Este libro es el resultado del diplomado «Enseñanza de la historia en el marco del bicentenario». Incluye temas retomas de experiencias vivenciales de las maestras y los maestros en el aula, relacionado con el pensamiento histórico, las teorías de la historia, didáctica de la enseñanza, el entrecuzamiento de la historia con las ciencias sociales y aspectos académico-curriculares relacionados con el tema. El lector encontrará en estos escritos un amplio mundo de cuestiones relativas a la historia, que no sólo dan cuenta de épocas pretéritas sino que, desde allí, enlazan con la historia reciente de de Colombia, evidenciando los problemas no resueltos de nuestra construcción como Estado y Nación a lo largo de dos siglos de independencia política. Tiene como valor agregado, académico y disciplinar-histórico, la capacidad de generar en estudiantes y docentes un diálogo-reflexión acerca de la importancia de la historia dentro de las ciencias sociales específicamente, lo cual equivale a examinar la interrelación estructural entre las disciplinas.
Este trabajo se propuso dos objetivos: en primer lugar, caracterizar la propensión a aprender que exhiben adolescentes infractores de ley. Para ello, nos centramos en sus historias de vida, develando parte de sus vivencias en torno al proceso de aprendizaje, su percepción respecto al sistema escolar formal y los cambios que proponen para repensar la escuela (Illich, 1974; Sandoval, 2012). En segundo lugar, proponemos una revisión crítica sobre el sentido y alcance de las historias de Vida, como un recurso metodológico de enorme riqueza para el campo socioeducativo, que nos acerca en la comprensión del sujeto investigado, su contexto y las valoraciones que éstos hacen de su propia existencia (Medrano, 2007; Sandoval, 2014).
Metodológicamente, adoptamos un enfoque interpretativo – cualitativo, empleando la Teoría Fundamentada (Strauss y Corbin, 2002) y las Historias de Vida (Pujadas, 1992; Bolívar, Domingo y Fernández, 2001).
Como parte de los resultados, percibimos la necesidad de propiciar un modelo educativo que estimule la libertad, el aprendizaje práctico, la colaboración y la autonomía de sus estudiantes dentro y fuera de la escuela. Asimismo y partir de esta experiencia investigativa, visualizamos las Historias de Vida, como un enfoque metodológico relevante para la comprensión de estos adolescentes, destacando la necesidad de:
Incorporar las historias de vida, como una posibilidad metodológica de alto valor para las ciencias sociales y humanidades, al transformarse en una fuente de comprensión, análisis y exploración de la vida social del sujeto, mostrándonos los acontecimientos que han marcado hitos, el alcance de su práctica y no sólo lo que hacen, develando las valoraciones y creencias que construyen de su propia existencia como una oportunidad para el enriquecimiento de la investigación socioeducativa y los tópicos que aborda.
Valorar el enfoque biográfico como un modelo capaz de representar un conjunto de dimensiones y aspectos propios de la cotidianeidad del sujeto y su contexto, que la investigación positivista desecha arbitrariamente, sin poder dar cuenta de aspectos sumamente relevantes para la generación de conocimiento social (emociones, propósitos, deseos, valores, la cultura por ejemplo).
Comprender a través de este enfoque metodológico, los efectos y consecuencias inmediatas y futuras, de los procesos de cambio y crisis sociales que vivencian estos jóvenes, aquellas discontinuidades y puntos de giro de alto impacto emocional, así como los mecanismos que éstos ponen en juego para transitar y superar tales eventos a lo largo de su historia vital (exclusión social, marginación, vinculación a episodios de infracción de ley por ejemplo), convirtiéndose en una herramienta de incomparable valor de acceso y penetración en sus procesos de desarrollo e individuación.
Experiencias de este tipo, nos muestran que las historias de vida aportan no sólo conocimientos derivados de la memoria narrada de las experiencias de estos adolescentes, sino que además les permite descubrir-se (en) territorios no explorados, contribuyendo a la comprensión de su pasado, pero también de su presente y futuro; invitándonos a nuevas formas y posibilidades metodológicas de contar lo ya dicho.
Finalmente, anhelamos la construcción de una reforma epistemológica de la escuela y de las prácticas pedagógicas tradicionales, avanzando en la construcción de ambientes educativos capaces de potenciar los talentos e intereses de todos los involucrados en los procesos de enseñanza y aprendizaje (Sandoval, 2016; 2017a; 2017b). Una escuela capaz de responder a la heterogeneidad del alumnado, brindándoles oportunidades reales de éxito, que incidan sistemáticamente en la superación de las desigualdades sociales imperantes en Chile.
Referencias
Bolívar, A., Domingo, J. y Fernández, M. (2001). La Investigación Biográfico Narrativa en Educación. Enfoque y Metodología. Madrid: La Muralla.
Illich, I. (1974). Alternativas. Ciudad de México: Joaquín Mortiz- Planeta.
Medrano, C. (2007). Las Historias de Vida. Implicaciones Educativas (Coord.). Buenos Aires: Alfagrama.
Sandoval, E. (2012). Construcción Socio-histórica de la Propensión a Aprender de los Adolescentes Infractores de Ley. Tesis de Magíster en Educación, Mención Políticas y Gestión Educativa. Facultad de Filosofía y Humanidades. Impresa. Recuperado de: http://cybertesis.uach.cl/tesis/uach/2012/egs218c/doc/egs218c.pdf
Sandoval, E. (2014). Posibilidades Educativas del Adolescente Infractor de la Ley: Desafíos y Proyecciones a partir de su Propensión a Aprender. Psicología Educativa, 20 (1), 39 – 46.
Sandoval, E. (2016). Cruzando las Fronteras de la Pedagogía
Crítica en el Trabajo con Adolescentes Infractores de Ley. Revista de Pedagogía, 37(101), 175-191.
Sandoval, E. (2017a). El Docente como Mediador Emocional y Cognitivo de Jóvenes en Contextos Vulnerados: Tensiones y Desafíos para la Transformación de la Práctica pedagógica. Tesis de Doctorado en Ciencias Humanas, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile (impresa).
Sandoval, E. (2017b). Desafíos Educativos en Torno a las Experiencias de Aprendizaje Mediado con Adolescentes Infractores de Ley. Profesorado, Revista del Currículum y Formación del Profesorado, 21(2), 377-391.
Strauss, A. y Corbin, J. (2002). Bases de la Investigación Cualitativa. Técnicas y Procedimientos para Desarrollar la Teoría Fundamentada. Medellín: Universidad de Antioquia
Por: Saray Marques/ El diario de la educación/16-06-2017
Con 25 años, Mireille Twayigira lleva más tiempo viviendo en campos de refugiados que fuera de ellos. Su salida fue la educación. Ahora, convertida en doctora, ha visitado Roma y Madrid para contar su historia y promover la campaña ‘La educación abre el mundo’, de Entre culturas y el Servicio Jesuita a Refugiados.
Ruanda, República Democrática del Congo, Angola, Zambia, Malaui… La historia de la joven Mireille es un rosario de países. Nacida en Ruanda en 1992, se vio obligada a abandonar su casa con dos años, apenas un bebé en la espalda de su madre, cuando estalló el genocidio de 1994. Su casa entonces, el campo de refugiados de Shimanga, en República Democrática del Congo, también fue alcanzado por la guerra dos años después. Tras él vendría el campo de Meheba, en Zambia, y finalmente el de Dzaleka, en Malaui, el que se puede considerar su hogar o, al menos, donde transcurre la mayor parte de su historia, desde 2000 hasta 2009.
La de Mireille es una historia de pérdidas: primero su padre, asesinado durante la guerra de Ruanda; después su hermana, que, enferma, no sobrevivió a la primera de las huidas de la familia. Su madre falleció en el campo de refugiados de Shimanga y su abuela, a medio camino entre Angola y Zambia, sin poder alcanzar el campo en el que su única nieta se sobrepondría al fin de su desnutrición severa a base de gachas de soja.
A Mireille ya solo le quedaba su abuelo, pero él se empeñaría en que la suya fuera, ante todo, una historia de esperanza. El abuelo tenía una determinación: a pesar de todo por lo que había pasado la niña en sus primeros ocho años de vida, una buena educación le aseguraría el poder ser alguien algún día.
Mireille es hoy embajadora de la campaña ‘Education opens the World’, de Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados.
Por su experiencia, es innegable que la educación puede abrir el mundo…
Sí, mi abuelo, que falleció en 2007, en el que fue el día más triste de mi vida, era muy consciente de ello y me transmitió su amor por la educación. Siempre quiso que tuviera la mejor educación posible. Primero en Lusaka, la capital de Zambia, se empeñó en que estudiara en una escuela privada que nos sufragaron durante un tiempo unos amigos de la familia. La subsistencia era complicada, la vida que llevábamos, muy ajetreada, pero lo importante era la escuela. Después, en el campo de refugiados de Dzaleka, en Malaui, desde septiembre de 2000, en la Katubza Primary School del Servicio Jesuita a Refugiados.
La educación me ha abierto ciertamente el mundo, me ha permitido abandonar Dzaleka y me ha dado la oportunidad de conocer países como China, otras culturas, otros contextos, otros puntos de vista… Además, ha ampliado el rango de mi capacidad de influencia. Para mí, ha sido la base de todo, y con mi historia me gustaría poder inspirar a otros.
¿Cómo fue su primera escuela?
Yo tendría unos seis o siete años la primera vez que fui a la escuela. Acabábamos de llegar al campo de refugiados tras huir a través de los bosques del Congo. No había sido un paseo agradable, sentíamos las balas a nuestras espaldas. Mi abuela no había podido llegar, había enfermado y había muerto, y a mí me habían pasado tantas cosas ya que estaba seca, había perdido la capacidad de llorar.
En la escuela del campo de refugiados aprendíamos bajo los árboles y no teníamos libretas, solo una pieza de pizarra para cada niño… Era divertido, aunque no eran las mejores condiciones para aprender. Si llovía, la clase se suspendía, había una sensación de provisionalidad, porque el campo era también transitorio, pero los profesores ponían todo de su parte. Si apenas estaban pagados, no se notaba lo más mínimo… Luego, en Dzaleka, las condiciones eran mucho mejores… La escuela gozaba de unas estupendas instalaciones y unos excelentes profesionales, e incluso gente de Malawi, de fuera del campo, acudía allí. Entonces no éramos demasiados, unos 40 chicos por clase, pero a medida que ha ido llegando más y más gente al campo las aulas se han ido masificando, con clases de 120 alumnos, lo que dificulta el seguimiento individualizado y que se pueda mantener la atención en cada momento.
¿Cómo ha cambiado Dzaleka desde que usted llegó?
Entonces hacía poco desde que se había fundado, ahora ya ha cumplido 20 años. Bastantes refugiados llevan más de una década viviendo allí, y son gente trabajadora. Algunos han montado sus negocios o tienen ganado dentro del campo. La verdad es que cada vez hay más gente, y algunos están mejor que otros. Siento que es un campo de refugiados olvidado. Se proporciona comida (raciones de maíz, judías, aceite, sal…) pero pasan meses hasta que llega el siguiente cargamento. Los que tienen huertos pueden sobrevivir pero, los que no, lo pasan mal, se quedan sin recursos durante este tiempo. Es importante dar a los refugiados la oportunidad de autoabastecerse y de trabajar. En Dzaleka tenemos gente con títulos de educación superior que no puede trabajar fuera del campamento. Si se favoreciera esa salida se podría romper con este círculo de dependencia del próximo cargamento para sobrevivir.
Una historia como la suya, que tras estudiar secundaria, becada por el Servicio Jesuita a Refugiados, y quedar entre los seis mejores estudiantes de Malaui en los exámenes nacionales de 2009, logra que una emisora de radio local, con la colaboración de la embajada china, le ofrezca la posibilidad de estudiar en China junto con otras dos compañeras, y para ello se le otorga la ciudadanía malauí… parece bastante rocambolesca y excepcional, ¿Conoce más casos de gente que haya podido salir del campamento, tras formarse y para seguir formándose?
Sí, no muchos, pero conozco unos pocos doctores que también lograron la ciudadanía para poder trabajar fuera del campo, en los hospitales locales. Existe, por ejemplo, un convenio de Malaui con Canadá, que selecciona a 20 alumnos, les da la ciudadanía y la posibilidad de estudiar en Canadá, ¡pero son 20 alumnos de cientos! Aunque el Servicio Jesuita a Refugiados ofrece ahora educación superior on line, ¿qué pasa al terminar esos estudios? No puedes salir del campo, no tienes la posibilidad de aplicar lo que has aprendido. Hay una brecha entre el sistema de formación y el mundo del trabajo o, mejor, el mundo.
¿Qué fue lo mejor de conseguir la ciudadanía, de dejar atrás el estatus de refugiada?
Ya no me considero refugiada, porque soy ciudadana de Malaui, pero mi familia sigue siéndolo. Yo ahora disfruto de unos beneficios que antes no tenía. Por ejemplo, puedo viajar. He estado en Italia, dando mi testimonio, estoy aquí ahora… Para mí es un privilegio poder tener esta oportunidad. Estoy muy agradecida al Gobierno de Malaui por haberme concedido la ciudadanía. ¡No sé qué hubiera sido de mí si no hubiera tenido la posibilidad de ir a China a seguir con mi educación superior!
¿También en el que es ahora su país ejerce su papel inspirador? ¿Lo hace también entre su familia?
Sí, tengo primos… Y mi abuelo se volvió a casar y tuvo dos hijos: uno está en primaria y otro, en secundaria. Para mí es importante que ellos vean lo que su hermana mayor, que es como les pido que me llamen, ha conseguido a través de la educación, y ser conscientes de que ellos también pueden. Además, voy por los colegios locales y los colegios de los campos de refugiados para que los niños, sobre todo los huérfanos, los refugiados, vean las oportunidades que pueden esperar, que no están condenados a ser generaciones perdidas, que el tiempo de espera no ha de ser un tiempo en balde, que pueden ser médicos, abogados…
¿Por qué Medicina?
Siempre quise trabajar en algo que me permitiera el contacto con distintos tipos de gente (mayores, niños, jóvenes…) y la Medicina era uno de los campos que ofrecía esta posibilidad. Sin embargo, fue en China donde vi que la mía era una historia de esperanza que podía inspirar a otros. Ahí llegó más clara la idea de Medicina. En mi país Medicina, ser un doctor, es una profesión muy respetable. Incluso si uno no la practica, si no está en un hospital, el hecho de haber estudiado Medicina es algo que los demás miran con admiración. Los niños pequeños podrían mirarme y decir: “¡Lo ha hecho! ¡Yo también puedo!”. Creo que ser doctora me abre más puertas para inspirar a los demás, a las jóvenes generaciones. En China surgió este propósito.
¿Hubo momentos en su vida en que lo más fácil hubiera sido dejar de creer?
Nací en una familia cristiana y desde pequeña iba a la iglesia con mi familia, pero fue en China donde tuve la posibilidad de un acercamiento al fenómeno religioso por mí misma. Claro que hubo momentos en que dudé: “Si existe Dios, ¿cómo me puede estar haciendo esto?”, pero, al final, viendo mi historia, ¿Cómo es posible plantearse que no haya un Dios?
Actualmente, Mireille Twayigira trabaja en el Queen Elizabeth Central Hospital de Malaui. Tras haber quedado entre las mejores estudiantes y la concesión de la ciudadanía por parte del Gobierno del país, estudió un año chino mandarín y cinco años la carrera de Medicina, íntegramente en chino. Se graduó en 2016.
En el mundo hay 65 millones de personas en situación de desplazamiento forzoso. Por primera vez en 2016 se rebasó el umbral de los 60 millones. Además, 75 millones de niños entre los tres y los 18 años habitan en entornos de emergencia o de conflicto, donde es difícil ejercer su derecho a la educación, la puerta de acceso al resto de derechos.
El acceso a la educación se complica para los niños y niñas refugiados: Si en todo el mundo un 90% de niños y niñas estudian en primaria, entre la población refugiada el porcentaje se reduce al 50% (este cae al 25% en secundaria y al 1% en la universidad). La educación ofrece a estos niños un entorno seguro -les protege de peligros como la explotación laboral infantil, el reclutamiento por parte de grupos armados o la violencia de género- y ejerce un enorme impacto transformador. Pese a ello, y pese a aumentar la población en situación de desplazamiento forzoso, la educación ha pasado a un lugar secundario entre las prioridades de los donantes internacionales. También en España: Desde 2008 la ayuda oficial al desarrollo ha caído un 70%. En el caso de la educación ha descendido un 90%.
Buen día, ¿me puedo llevar a esta persona prestada por una media hora por favor?
Algo más o menos así es lo que uno puede preguntar en la biblioteca humana, un proyecto que en vez de ofrecer libros para llevar, ofrece a diferentes personas con historias interesantespara contar.
La idea de la Organización Biblioteca Humana es romper barreras entre la gente y promover el diálogo y la comprensión.
El sistema es muy simple: los usuarios consultan un catálogo en el que hay una lista de personas con historias para compartir.
Después de elegir, el usuario tiene alrededor de media hora para escuchar a este libro viviente y también para preguntar, dialogar.
Los libros son por lo general personas que han sido víctimas de prejuicios, exclusión social o que han sido estigmatizadas, para que el lector tenga la oportunidad de revisar sus propios prejuicios.
Uno puede, por ejemplo, consultar “el libro” Lee Co En, que trata sobre cómo es vivir con enanismo.
O si pides prestado “el libro” Michael, aprenderás sobre las dificultades de un joven de comunicarle a sus amigos y familia su decisión de convertirse en sacerdote católico.
El más reciente evento tuvo lugar en Singapur, pero la Biblioteca Humana ya se ha organizado en más de 70 países en todo el mundo.
Fuente de la noticia: http://www.bbc.com/mundo/media-37862127?ocid=socialflow_facebook
Fuente de la imagen: http://ichef.bbci.co.uk/news/1024/cpsprodpb/31AA/production/_92241721_p04f21p7.jpg
Centroamérica/Cuba/Octubre de 2016/Autor: Javier Rodríguez/Fuente: Juventud Rebelde
Estudiantes de diversos centros capitalinos y familiares de las víctimas de aquel acto terrorista se reunieron en el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución
La juventud cubana aportó nuevamente el sí como respuesta en la noche de este jueves, cuando se celebró en el habanero Memorial José Martí la habitual vigilia a las víctimas del repudiable ataque terrorista de Barbados, que hoy celebra su aniversario 40 en medio de un malestar marcado por el dolor de los familiares de las víctimas, del pueblo cubano y por la ausencia de justicia.
Un total de 73 personas perdieron sus vidas en aquella ocasión en el vuelo de la aeronave CU-455 de Cubana de Aviación. Por ello, la vigilia en honor a la tripulación ausente estuvo conformada por numerosos estudiantes de diversos centros educativos de la capital, como la Universidad de La Habana, las escuelas deportivas Cerro Pelado y Giraldo Córdova Cardín, la UCI, la Universidad de Ciencias Médicas, la Cujae, el ISDI y la Universidad del Deporte.
La pionera Thalía Gattorno Espinosa, nieta de uno de los copilotos del vuelo, declaró como oradora del acto que significa una gran responsabilidad estar en esta histórica plaza, la cual durante años ha sido el corazón del rebelde e inclaudicable pueblo cubano, desde donde se perpetúa la memoria histórica de nuestro país y en esta ocasión de los desaparecidos aquel 6 de octubre de 1976.
Heidy Villuendas, presidenta de la Oclae, apuntó que «en el momento actual es una respuesta de los jóvenes recordar y tributar esta efémeride, es un reconocimiento a todas esas víctimas del terrorismo de Estado. Fidel dijo una vez que el dolor no se comparte, se multiplica».
Hay gente que aparece en tu vida y deja huella, Pilar es una de esas personas, ejemplo de integridad y buen hacer.
La conocí después de una nefasta experiencia como docente, en la que sufrí las consecuencias de una mala dirección, y coincidimos en el mismo centro durante ocho años. Soy profesora de secundaria desde hace ya diecisiete años, curiosamente, Pilar también llevaba diecisiete años ejerciendo de directora de instituto, hasta que cesó el pasado 30 de junio en extrañas e indignantes circunstancias.
Desde el primer momento comprendí que otra manera de dirigir es posible y que autoridad no significa autoritarismo, se puede mandar desde el respeto tanto al alumnado como al profesorado. Siendo cercana, dialogando y comprendiendo a los alumnos, poniéndolos en su sitio cuando es necesario. Con sensibilidad para entender que no todos los adolescentes disfrutan de una buena situación familiar y económica, asumiendo la responsabilidad social de ayudar a los más desfavorecidos, brindándoles oportunidades dentro de lo posible. También, siempre desde el respeto, tratando los conflictos del profesorado, estando por encima de las luchas de egos, para que impere el sentido común y la solución correcta en las intrigas de la corte. Afrontando los problemas desde la serenidad, llevando el peso de la responsabilidad que supone tener a tu cargo a mil personas. Desarrollando el arte y la cultura, no siempre bien consideradas por la gente con estrechez de miras, lo digo con conocimiento de causa, desde la perspectiva de una profesora de dibujo. Apoyando a cualquier miembro de la comunidad educativa con iniciativas interesantes. Porque hay sitio para todos, por encima de ideologías y tendencias políticas y personales, todos reciben un trato justo.
En la enseñanza se trabaja con material sensible, alumnos, profesores, personal, familias, vidas y se necesita mucha inteligencia emocional, apertura de mente, tolerancia, sensatez, generosidad y trabajo duro para hacer bien tu labor.
Personalmente, después de todo lo vivido, debido a mi tendencia natural a decir lo que pienso e ir de frente, estando en primera línea encajando tortas; me tranquiliza enormemente comprobar que existe gente como tú, Pilar, con esos valores tan necesarios. Muchísimas gracias por tu coherencia y tu trabajo, y a seguir en la lucha.
Enfants du pays (Niños del País) es un proyecto de un equipo de Burundi para documentar y compartir las historias individuales de personas que murieron durante la crisis en curso con el fin de mantener»viva » su memoria
En abril de 2015, se reprimieron las protestas contra el presidente quien estipulaba postularse por otro término, lo que provocó la violencia politizada que luego se intensificó , generando rebeliones armadas, detenciones en masa, huida de refugiados y asesinatos.
Muchos de Burundi, a través de alianzas políticas, se han visto atrapados en el enfrentamiento. A veces, sin embargo, la cobertura de los eventos que tratan de explicar el panorama más amplio no acaba de capturar los cuentos individuales de la pérdida y de lucha.
El Enfants du pays página web se registran las historias de algunas de las víctimas, con los testimonios emocionales de la familia y los amigos. Informan, por ejemplo, el caso de Charlotte Umugwaneza, activista contra la corrupción y el Movimiento para el partido solidario y Democracia quien fue encontrada muerta a tiros en octubre de 2015, después de ser detenido por agentes del Servicio Nacional de Inteligencia, dejando atrás a su marido y sus hijos.
O Jean Nepomuceno Komezamahoro, un adolescente muerto a tiros por la policía después de que se encontró en el medio de la primera jornada de protestas, dejando a su familia aturdida por el luto.
La inseguridad ha hecho que la recopilación de la información haya sido difícil, y los organizadores del Enfants du pays han dejado Burundi desde que el proyecto comenzó el año pasado ,debido a las amenazas de violencia.
Este espacio es para contar la historia de las víctimas del tercer mandato de Pierre Nkurunziza, las historias de la gente, «enfants du pays», sus esperanzas, sueños, desafíos, deficiencias, y sus muertes prematuras e injustas. Nuestro objetivo es contar sus historias individuales, para humanizar su lucha, para devolver su dignidad … .para reconocer su contribución a la nación y no dejar que sus vidas se pierdan en vano, ni dejar en el anonimato.
Los observadores, un sitio de periodismo participativo organizado por el canal de noticias France 24, hablaron con los autores del proyecto, quienes describieron su decisión a mediados de 2015 de tomar medidas para expresar su enojo por la violencia y el deterioro en su país:
Ha habido tanta sangre que muchas personas aquí piensan que las acciones no violentas no tienen sentido. Pero seguimos decididos. A pesar de que este proyecto es agotador, significa mucho ver lo importante que es para las familias. La mayoría de ellos son tan felices de que alguien quiere saber acerca de su ser querido.
El proyecto también tiene como objetivo trabajar con la diáspora de Burundi y mantener las exposiciones de arte en ciudades de todo el mundo para dar a conocer el costo humano de la crisis, con obras de arte en relación con las víctimas y las experiencias de la inseguridad política, para las que han buscado crowdfunding . Llevaron a cabo recientemente una exposición de este tipo en Nueva York, y las imágenes fueron compartidas en su página de Facebook
La pintura en el tweet anterior muestra Pierre-Claver Mbonimpa, un destacado activista de derechos humanos que recibió un disparo en un intento de asesinato a finales de 2015, y luego fue a Bélgica para recibir tratamiento. También ha perdido a miembros de su familia a ataques violentos.
Durante esta crisis, la prensa independiente ha sido fuertemente restringida , y a lo largo del país periodistas, activistas de los derechos, y los ciudadanos han utilizado de manera innovadora los medios de comunicación para informar y registrar documentos, como la radio y los medios sociales subterráneas que informan desde el exilio.
Del mismo modo, Enfants du pays utiliza los medios de comunicación para crear una conexión ampliamente accesible con los recuerdos de los muertos por la crisis política violenta, y el trauma de la pérdida de los restantes. Esto ayuda a matizar simplificados narrativas de confrontación con rostros humanos. Sus esfuerzos han recibido entusiastas mensajes en línea de apoyo. Como usuario de Twitter @kagapina dijo:
Tomado de: https://globalvoices.org/2016/05/18/enfants-du-pays-project-remembers-victims-of-burundis-crisis-with-life-stories-and-artwork/
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