Redacción: Europa Press
A pesar del progreso generalizado, al menos tres países — Sierra Leona, Tanzania y Guinea Ecuatorial — prohíben que estas mujeres acudan a la escuela.
La ONG pide a las organizaciones de ayuda internacional que incluyan programas educativos para ellas dentro de sus paquetes de asistencia.
Cada año, decenas de miles de niñas embarazadas y madres adolescentes de África ven rechazado su derecho a la educación, hasta el punto de que tres países del continente — Sierra Leona, Tanzania y Guinea Ecuatorial — prohíben explícitamente que las jóvenes embarazadas acudan a la escuela; un castigo durísimo, en particular en casos donde los embarazos no son planeados, sino fruto de la explotación y de la violencia sexual.
La ONG Human Rights Watch (HRW) plantea esta crisis educativa en un informe publicado con motivo del Día del Niño de la Unión Africana, en el que destaca no obstante los esfuerzos llevados llevados acabo por varios países del continente, tanto más meritorios por ocurrir en pleno conflicto armado o desastre natural.
«Un número sorprendente de niñas en toda África se convierten en madres antes de que crezcan, incluidas las que se encuentran atrapadas en crisis humanitarias», ha explicado la investigadora de la ONG Elin Martínez. «Muchas madres adolescentes no regresan a la escuela porque sus escuelas las excluyen, o sus familias no les permiten continuar su educación», lamenta.
Estas prohibiciones no han quedado sin respuesta internacional. En noviembre de 2018, el Banco Mundial retuvo un préstamo de 300 millones d edólares para la educación secundaria en Tanzania, en una medida de presión para terminar con su exclusión educativa de niñas embarazadas y madres adolescentes. El presidente John Magufuli, lamenta HRW, no ha cumplido las promesas que hizo a la comunidad internacional a cambio del dinero.
Las medidas no han quedado ahí. El mes que viene, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) escuchará un caso contra Sierra Leona sobre la discriminación del país contra las niñas embarazadas; una prohibición vigente desde el brote de ébola en 2015, cuando los embarazos de adolescentes aumentaron debido a la violencia sexual generalizada contra las niñas, según Amnistía Internacional.
CASI TREINTA PAÍSES EN EL BUEN CAMINO
Sin embargo, HRW también pone de manifiesto que un total de 27 países africanos ahora tienen leyes o políticas que protegen la educación de las adolescentes durante el embarazo y la maternidad. Uno de los episodios más destacados fue el protagonizado por Burundi en julio de 2018, cuando el Gobierno anuló el decreto de prohibición contra la escolarización de las embarazadas, como ya lo hiciera Mozambique en 2003. En febrero de este año, Zimbabue presentó un proyecto de ley de educación modificado que protege a las niñas embarazadas de la exclusión.
HRW recuerda que todos los niños, incluidas las niñas embarazadas y las madres jóvenes, tienen el derecho a continuar o reanudar su educación durante las crisis humanitarias, y a participar en programas educativos acelerados si han estado fuera de la escuela por un período prolongado.
De hecho, países con crisis humanitarias en curso, como la República Democrática del Congo, Nigeria y Sudán del Sur, han adoptado leyes que protegen el derecho de las madres jóvenes a regresar a la escuela, pero necesitan políticas educativas para asegurarse de que se cumplan las leyes. Pero este progreso, como se ha visto, no es completo. De hecho, países como Burkina Faso y la República Centroafricana carecen de una ley o política específica.
CRISIS EN RDC: ESTIGMA Y MIEDO
Una situación especialmente crítica se da en República Democrática del Congo, donde más del 48 por ciento de las niñas y mujeres de 15 a 19 años están embarazadas o ya son madres.
Un informe de la Coalición Mundial para Prevenir los Ataques a la Educación concluyó que las niñas luchan contra el estigma como sobrevivientes de violación, violencia sexual y embarazo como resultado de esos delitos. Algunas niñas dijeron que no podían obtener servicios psicosocialeso recibir apoyo para reanudar la educación. Muchas luchan contra el rechazo en sus familias y comunidades, en particular las niñas que anteriormente eran miembros de grupos armados.
En estos países afectados por la crisis, ni los planes nacionales del sector educativo ni los planes humanitarios liderados por la ONU incluyen las necesidades educativas de las niñas embarazadas o que tienen hijos, ha lamentado Human Rights Watch. Esto significa que las intervenciones para ayudar a los niños a continuar o reanudar la educación en tiempos de crisis no logran abordar las necesidades educativas de las niñas embarazadas y las madres jóvenes.
El análisis de necesidades humanitarias típicamente se enfoca exclusivamente en la salud y las necesidades nutricionales de las madres y sus hijos.
«Regresé a la escuela porque quiero continuar con mis estudios, pero no es fácil», ha explicado Olivia B., una estudiante universitaria de 24 años de Kananga, en la región congoleña de Kasai, que fue violada por un miliciano.
«Los estudiantes se están burlando de mí. No me siento bien en la escuela. Ellos me critican. Me siento asustada y avergonzada. Ningún maestro, profesor ni nadie ha intervenido para ayudarme. No hay ningún programa ni nada que me apoye», lamenta.
Por todo ello, HRW exige programas de educación humanitaria de carácter integral, que garanticen que los entornos e infraestructuras escolares tanto temporales como permanentes se adapten a las necesidades de las niñas.
Y a los gobiernos africanos, HRW exige protecciones legales para las niñas embarazadas y garantizar que sus planes nacionales de educación, incluida la educación en situaciones de emergencia, incluyan medidas para permitir que las niñas embarazadas y las madres adolescentes continúen su educación.
Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-hrw-pide-africa-leyes-especificas-garantizar-educacion-ninas-jovenes-embarazadas-20190616095210.html