Libro para descargar en pdf: Descolonizar el saber, reinventar el poder. Boaventura de Sousa Santos

Reseña:

Vivimos en tiempos de preguntas fuertes y de respuestas débiles.

Las preguntas fuertes son las que se dirigen —más que a nuestras opciones de vida individual y colectiva— a nuestras raíces, a los fundamentos que crean el horizonte de posibilidades entre las cuales es posible elegir. Por ello, son preguntas que generan una perplejidad especial. Las respuestas débiles son las que no consiguen reducir esa complejidad sino que, por el contrario, la pueden  aumentar. Una de las preguntas fuertes puede formularse así: ¿por qué el pensamiento
crítico, emancipatorio, de larga tradición en la cultura occidental, en la práctica, no ha emancipado la sociedad? Dominan dos respuestas. Por un lado, se contesta que, de hecho, la emancipación social y política posible ha sido realizada. Por otro lado, se contesta que el potencial emancipatorio de este pensamiento está intacto y solo hay que seguir luchando de acuerdo con las orientaciones que derivan de él. Ambas repuestas son doblemente débiles porque no están conscientes de su debilidad y porque descalifican la pregunta en vez que contestarla. En este libro busco identificar algunas de las vías para formular una respuesta fuerte a esta pregunta o, por lo menos, una respuesta consciente de su debilidad.

Tales vías no son especulaciones de la imaginación utópica sino construcciones teóricas y  epistemológicas que se han hecho posibles a partir de las luchas sociales de los últimos treinta o cuarenta años. Me refiero a la emergencia de movimientos sociales en varios continentes
—movimientos campesinos, feministas, indígenas, afrodescendientes, ecologistas, de derechos humanos, contra el racismo y la homofobia, etcétera— en muchos casos con demandas fundadas en universos culturales no occidentales. A partir de ellos es posible mostrar, por un lado, que la opresión y la exclusión tienen dimensiones que el pensamiento crítico emancipatorio de raíz eurocéntrica ignoró o desvalorizó, y, por otro, que una de esas dimensiones está más allá del pensamiento, en las condiciones epistemológicas que hacen posible identificar lo que hacemos como pensamiento válido. La identificación de las condiciones epistemológicas permite mostrar la vastísima destrucción de conocimientos propios de los pueblos causada por el colonialismo europeo —lo que llamo epistemicidio— y, por otro lado, el hecho de que el fin del colonialismo político no significó el fin del colonialismo en las mentalidades y subjetividades, en la cultura y en la epistemología y que por el contrario continuó reproduciéndose de modo endógeno.

En el capítulo 1 identifico algunas de las dificultades o algunos de los dilemas de la teoría crítica (internamente muy diversificada) desarrollada dentro de la tradición occidental. Son dificultades a la vez políticas, teóricas y epistemológicas. Durante mucho tiempo la teoría crítica tuvo como referente de las luchas contra la opresión y la exclusión el fin del capitalismo. En las últimas décadas, las luchas sociales contribuirán a ampliar enormemente el campo político de las luchas contra la opresión
y la exclusión y el fin del capitalismo pasó a articularse con el fin del sexismo y del colonialismo. Aquí me refiero solamente a las dificultades para imaginar el fin del capitalismo y del colonialismo y propongo que para superarlas hay que crear alguna distancia teórica y epistemológica con la tradición occidental.

En el capítulo 2 defiendo que la epistemología occidental dominante fue construida a partir de las necesidades de la dominación capitalista y colonial y se asienta en lo que designo pensamiento abismal. Este pensamiento opera por la definición unilateral de líneas radicales que dividen las experiencias, los actores y los saberes sociales entre los que son visibles, inteligibles o útiles (los que quedan de este lado de la línea) y los que son invisibles, ininteligibles, olvidados o peligrosos (los que quedan del otro lado de la línea). Así, la realidad social es dividida en dos universos, el universo de «este lado de la línea» y el universo del «otro lado de la línea». La división es tal que «el otro lado de la línea» desaparece como realidad, se convierte en no existente, y de hecho es producido como no existente. El pensamiento abismal sigue vigente hoy en día, mucho tiempo después del fin del colonialismo político. Para combatirlo propongo una iniciativa epistemológica basada en la ecología de saberes y en la traducción intercultural.

En el capítulo 3 presento un análisis de los derechos humanos como un ejemplo de cómo se pueden construir alternativas poscoloniales y posimperiales. Investigo la posibilidad de una concepción intercultural de los derechos humanos, que incluya una crítica radical del imperialismo cultural y cree una posibilidad de resistencia y de alternativas contrahegemónicas. El objetivo es doble: establecer una nueva relación de equilibrio dinámico entre el principio de igualdad y el principio de  reconocimiento de la diferencia; y mostrar el potencial de la traducción intercultural para crear alianzas basadas en la idea de que la comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo y que la emancipación social debe ser repensada con la
misma amplitud.

En este libro procuro ampliar análisis hechos en trabajos recientes que para los lectores de lengua española son los siguientes: El milenio huérfano: ensayos para una nueva cultura política (Madrid: Trotta y ILSA, 2005); Renovar la teoría crítica y reinventar la emancipación social. Encuentros en Buenos Aires (Buenos Aires: CLACSO, 2006); Conocer desde el Sur: para una cultura política emancipatoria (La Paz: CLACSO, CIDES y Plural, 2008); Una epistemología del Sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación social (Ciudad de México: CLACSO y Siglo XXI, 2009)
y Sociología jurídica crítica: para un nuevo sentido común en el derecho (Madrid: Trotta y ILSA, 2009).

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El tesoro (mancillado) de la juventud

Por: Fernando Buen Abad Dominguez

Tal como ocurre con todos los “tesoros”, naturales o humamos, el tesoro de la infancia ha sido “mancillado” por el capitalismo con una guerra comercial inclemente en la que, a sabiendas o no, “la familia” ha sido cómplice voluntarioso. Juguetes, música, canciones, disfraces… todo una arsenal que derrocha mal gusto, ridiculez, cursilería a destajo. Catarata de ofensivas para envolver, con “ternura” de mercachifles, los valores ideológicos de la clase dominante simbolizados en mercancías “divertidas” para niñas y niños. A la vista (complaciente) de todos. Queda fuera de este análisis, por ahora, el rol de los “juguetes didácticos”, que todos lo son, pero de manera distinta.

Nos debemos una semiótica crítica especializada en juguetes para niños y niñas. Ninguno de los dispositivos inventados para “divertir” a los menores carece de “sentido” ni en su diseño ni en su uso según los contextos donde se los publicita y comercializa. Hasta hoy poco se hace, y poco se sabe, sobre las “precauciones”, materiales y psicológicas, que se toman los gobiernos y los fabricantes, a la hora de poner en manos de niñas y niños uno o varios juguetes de mercado. Hasta hace poco los plásticos usados para los juguetes no tenían regulación y en cada país se hace lo que a los fabricantes les da la gana, normalmente ignorando los efectos tóxicos de algunos productos. Pero de los efectos psicológicos, ideológicos y culturales ninguna, o muy pobre, es la defensa de niños y niñas.

Para entender al juguete como un objeto cargado de sentido, hay que sistematizar su papel en las relaciones sociales y sus tendencias en relación con los roles destinados a niñas y niños y, además, hay que desactivar los fundamentos ideológicos promovidos por los vendedores. Un perfil indispensable radica en el repertorio específico de la relación entre semiótica y psicomotricidad. A qué proyecto de sociedad atiende cada juguete, su proyecto significante y los sentidos socio-simbólicos desplegados en juegos y juguetes.

Cada juguete, en su contexto, es una red simbólica reforzada con su “alter ego” publicitario en los empaques y en los medios de difusión abierta. Catarata de estereotipos explicados con dispositivos, en textos o en  imagen, para la significación no importa si parecen juguetes neutros o andróginos. Los “alter ego” gráficos y literarios en la publicidad de los juguetes son un manual didáctico para el el consumo de estereotipos culturales impregnados de consideraciones perceptuales y cromáticas, plenos de significación. Los empaques sustentan parte de la construcción social del juguete y su proyecto como símbolo de identidad en estereotipos.

Las sociedades necesitan una tipología de los juguetes que le impone el mercado. Cuáles y cómo son los juguetes que los padres pagan para sus hijas e hijos, contar con información sobre la “industria juguetera”, nacional y trasnacional, que ayude al análisis semiótico de los juguetes, las dimensiones del sentido producido y su objetivación en sintaxis para las posibles relaciones de los juguetes como objetos e ideas (relación de significaciones) y su relación con los usuarios, consumidores o interpretes. Los pueblos necesitan métodos para el análisis crítico del paquete ideológico contenido en en cada juguete.

Semiótica de sus colores y de la forma, de los empaques, de los diseños geométricos u orgánicos, convertidos en estereotipos de tonos pastel: rosa, azul, verde… Semiótica de la tipografía, de la composición, del equilibrio, de la cantidad y del tamaño de los elementos que se asocian con roles para la familia, la mujer, el hombre… Semiótica de los sentimientos de los diferentes signos atribuidos a los del juguetes en un esquema de contenidos de control ideológico incubado en los “medios de comunicación”. El paroxismo se ilustra en la película” “Toy Story”.

Predomina, en la semiosis de los juguetes, un esquema completo del ideal colonizado impuesto como representación de nuestra sociedad -y de toda sociedad- bajo un sistema repetido en los diversos productos que, estrictamente hablando, son la mentalidad belicista arrasando toda otra identidad bajo su imperio. Así se trate de juguetes aparentemente pacifistas. Hay que observar detenidamente la moraleja de que todo lo extraño es una una amenaza que pretende remplazar el orden mundial del capital. Los juguetes representan un recurso sublimador frecuente en, por ejemplo, las series de televisión y el esquema de un sin número relatos para la familia, como el esquema de la creación del “enemigo” que debe ser combatido y donde los juguetes son metáfora del esquema de la marginación que forma parte del contexto individualista para generar conductas consumistas, impulsos emocionales y sentimentales cuidadosamente canalizados y llevados al modo de producción de sentido. Como juguetes de los juguetes.

Los juguetes no se producen respetando los valores culturales ni las necesidades imaginativas de las diversidades culturales. Son propaganda trasmutada en cada juguete. Sea de “acción” o sea muñeca estereotipo de femineidad y belleza estándar. Es parte del esquema ideológico, económico y simbólico de la clase dominante y no existe un solo programa de televisión, noticiario… que no use, con mil disfraces, los elementos de esa guerra. Por eso urge una Semiótica emancipadora como herramienta para la crítica profunda, inteligible y práctica. Para transfórmalo todo.

En la historia reciente de los juguetes se verifica un patrón de dependencia semántica que, mayormente, se impone a sus usuarios sin su “consentimiento” consciente. Es el mismo patrón que proviene y se “refleja” en los valores y en los objetos de la sociedad que somete a los seres humanos al poder del capital y que suele expresarse como individualismo y consumismo. América Latina ha jugado un papel periférico en producción de juguetes, no sólo en el concepto sino también en la realización. Para ejercer una transformación objetiva de los juguetes hay que emancipar, incluso, a la producción de las teorías sobre lo lúdico igualmente sojuzgadas, en no pocos casos, por la dominación mediática, el imperialismo publicitario, el imperialismo cultural y todo el modelo de dependencia neocolonial que se mueve entre los juguetes, no pocas veces, invisible. Y juega con nosotros.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=245318

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