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Juegos y niñez

Por: Tahira Vargas García 

En el juego se visibiliza la inequidad de género y de estratos sociales.

La Navidad se convierte en el único momento del año en que muchos niños y niñas tienen acceso a juegos y se piensa en ello. En el caso de los estratos pobres y muy pobres, no existe ese momento ni ese espacio, dentro de la población infantil pobre y en pobreza extrema hay una parte que crea sus propios juguetes, construyéndolos muchas veces con material de desecho.

El juego es inherente a las distintas etapas de desarrollo por las que atraviesa la población infantil y adolescente, los hallazgos cualitativos muestran diferentes prácticas y opciones de juego que se presentan tanto en la zona urbana como rural en las comunidades estudiadas caracterizadas por juegos al aire libre, visitas a ríos, balnearios, reuniones familiares y con amigos y amigas.

En el juego se visibiliza la inequidad de género y de estratos sociales. La población infantil y adolescente de sexo femenino tiene menos oportunidades de acceso al derecho a la recreación que la población masculina por las restricciones familiares que le imponen la priorización de actividades domésticas frente al juego. Los juegos tienden a mantener la segregación de género y los patrones sexistas existentes en las familias y en su contexto social.

Las diferencias entre la población infantil de comunidades rurales y urbano-marginales residen en los lugares de juego. En ambos casos los lugares de juego son las calles y caminos, con la diferencia de que en los barrios se juega en las cañadas y callejones. Por esa razón, la población infantil de los barrios está más expuesta a situaciones de riesgos en sus juegos en cañadas que están contaminadas por aguas negras. En las comunidades rurales los riesgos se encuentran en los juegos en canales también contaminados.

La niñez en situación de calle y residente en comunidades rurales vulnerables es la que tiene menos oportunidades para jugar. Sus derechos están violados y tienden a sufrir todo tipo de discriminación y violencia. En esa población los juguetes no existen, y la vida está envuelta en un círculo donde la única actividad posible es la sobrevivencia.

La población infantil que trabaja tanto en la zona rural como urbano-marginal mezcla trabajo y juego, con pocos espacios para ello.

Los juguetes de la navidad y los reyes son para muchos niños y niñas un momento de tensión e incertidumbre, para otros, la alegría. El acceso al juego y la recreación para la niñez es un derecho al que en su totalidad deben tener acceso, garantizarlo es una responsabilidad del Estado, gobiernos locales, padres-madres, escuelas y toda la sociedad.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/juegos-y-ninez-9020344.html

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En México, la medicina está marcada por una severa inequidad de género

Por: Omar Páramo

El 5 de febrero de 1905 se inauguró el Hospital General de México (HGM) y el 11 de febrero de 2019 la médica radióloga Guadalupe Mercedes Lucía Guerrero Avendaño fue nombrada directora del mismo, es decir, debieron pasar 114 años con seis días —una guerra de Independencia y otra de Revolución— para que una mujer encabezara dicho instituto. Justo cuando recibía el cargo uno de los cirujanos le espetó a quienes tenía enfrente: “No sé qué tanto celebran. La doctora debería estar en casa cuidando a sus hijas”.

Al impartir la charla El liderazgo de la mujer en medicina, organizada por el Instituto de Fisiología Celular en el marco del 8-M, la doctora Guerrero compartió que descalificaciones como la anterior han sido una constante a lo largo de su vida y que, en este punto de su carrera, ha escuchado demasiadas cosas absurdas, como aquel reclamo que le hizo un compañero cuando supo que ella quería estudiar ginecología: “No entiendo, eso es una especialidad de hombres”.

Para la ponente existe una apabullante inequidad de género en su profesión (y en muchas otras), la cual pesa tanto que si se quisieran igualar las cosas sería necesario dar puestos de liderazgo en exclusiva a mujeres por 61 años tan sólo para emparejar escenarios, y esto se hace evidente al analizar casos como el de la Facultad de Medicina de la UNAM, que desde su fundación en 1833 como  Establecimiento de Ciencias Médicas ha tenido a 48 varones en la dirección y, en sus 188 años, jamás ha habido una mujer al frente.

Sin embargo, esta disparidad no es porque sean pocas quienes se dedican a la carrera. De hecho, de todos los médicos de México el 57 por ciento es femenino y, sin embargo, dos terceras partes de los puestos pagados en el rubro son acaparados por hombres, mientras que ellas ganan, en promedio, un 30 por ciento menos.

Pese a esto, la doctora no cree en las cuotas de género, sino en darle a cada cual lo que merece a partir de su preparación y capacidades. “A fin de cuentas somos iguales, sólo nos diferencian los cromosomas y el más importante es el X, justo el que nos hace mujeres, aunque esto último habríamos de debatirlo”.

Abrir brecha para las generaciones venideras

La gestión de la doctora Guerrero Avendaño en el Hospital General de México ha sido reconocida por su eficiencia, en especial en estos tiempos de pandemia. “Estamos en el mero covidero”, bromea la especialista en alusión al número de espacios que debieron reconvertirse en la institución para atender la emergencia.

Sobre el papel que le ha tocado desempeñar como primera directora del HGM después de 40 directores varones, la radióloga reconoce que es una gran responsabilidad pues sabe que esto la vuelve un ejemplo para las nuevas generaciones; sin embargo, aseveró que ese logro tan personal no hubiera sido posible sin todas esas pioneras que estuvieron antes que ella, abriéndole brecha.

“Y todo empieza con Matilde Petra Montoya Lafragua, la primera mexicana que recibió el título de médico cirujano partero en 1887 (ello con un permiso especial de Porfirio Díaz, ya que no se estilaba concederle dicho grado a mujeres) y quien, junto con  Aurora Uribe, fundaría en 1925 la Asociación de Médicas Mexicanas”.

Este precedente sirvió para que cada vez más interesadas se inscribieran en la carrera y, poco a poco, ganaran reconocimiento, aunque esto no se dio de manera inmediata ya que sería hasta septiembre de 1957 (es decir, 93 años después de su fundación) que la Academia Nacional de Medicina admitiría a Rosario Barroso Moguel como su primer miembro femenino.

“Otros personajes que han marcado el liderazgo de la mujer en la medicina en México son Mercedes Juan López, la primera secretaria de Salud (de 2012 a 2016); María del Sol García Ortegón, la primera mexicana en realizar un trasplante de corazón (2017) y Eva Ramón Gallegos, la científica que logró erradicar al 100 por ciento el virus del papiloma humano (segunda causa de muerte entre las mexicanas)”.

Por ello, la doctora Guerrero Avendaño confía en que las condiciones entre hombres y mujeres en la medicina serán más equitativas y que las nuevas generaciones no deberán padecer lo mismo que ella.

“Yo debí esforzarme mucho más que mis compañeros y siempre se me reconoció mucho menos, pero esto se debe ir modificando. Mientras seamos más quienes avancemos por esta ruta y señalemos las desigualdades lograremos allanarle el camino a las jóvenes que vienen detrás; aún resta mucho, pero está en nosotras el lograrlo”.

Fuente e imagen: UNAM Global

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Semaforización e inequidad de género

Por: lahora.com.ec

El confinamiento devela verdades incómodas sobre el trabajo doméstico y la vida familiar. Antes de la pandemia, la tarea titánica de la crianza se repartía entre padres, educadores, abuelos y terceros. Un caso de crianza sin algún tipo de apoyo comunitario era la excepción. Hoy, abuelos y familias extendidas están guardados en casa y el apoyo de la escuela es mínimo, ante esta labor a tiempo completo.

Hasta que llegó el Covid-19, vivíamos en un capitalismo adaptado para remunerar con más generosidad a aquellos trabajadores incondicionales y disponibles a toda hora; características de cierto modo incompatibles con las necesidades vitales de los niños en etapa formativa. Tal es que, históricamente, las mujeres tuvieron menos acceso a posiciones laborales de alta jerarquía y mejores salarios.

El plan de reactivación productiva apunta a una incorporación paulatina de los adultos jóvenes al mercado laboral. Esto, sin un sistema de detección temprana ni soluciones para el cuidado de los niños de quienes tienen la opción de un trabajo formal y a tiempo completo. Entonces, serán las mujeres las que, en su mayoría, permanecerán al cuidado de los niños; aumentando la brecha salarial, de oportunidades y movilidad que ya existe entre géneros.

La semaforización debe acompañarse de un plan integral de cuidado infantil. Sin altruismos, está en el efectivo interés de los adultos de hoy ocuparse de criar, educar y avanzar a la generación futura. Ellos serán los que, en una década o dos, deban sostener el sistema de nuestras pensiones.

 . . .

Un niño con falta de educación es un niño perdido”.
John F. Kennedy (1917-1963) Presidente de EE.UU. entre 1961 y 1963.

Un ser humano no alcanza sus cotas más altas hasta que esta educado”.
Horace Mann (1796-1859) Escritos, político y filósofo estadounidense.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102317396/semaforizacion-e-inequidad-de-genero-

Imagen: mohamed Hassan en Pixabay

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Pandemia e injusticia hermenéutica

Por: Leonardo Díaz

En mi artículo, “Confinamiento y roles de género”, abordé el problema de cómo, a partir de una interpretación de los roles de género,  puede verse perjudicada la toma de decisiones del Estado en una situación de pandemia.

Como señalé en dicho escrito, los roles no son asumidos de modo consciente por los agentes sociales. Son interiorizados a través del proceso de socialización e incorporados como hábitos de conducta percibidos como constitutivos de la naturaleza. Esto dificulta no solo su comprensión, sino también sus efectos y el modo de transformarlos.

Así por ejemplo, en una sociedad con inequidad de género, tanto hombres como mujeres experimentan, de modo inconsciente, lo que la filósofa británica Miranda Fricker denominó “injusticia hermenéutica”. En la definición clásica de Fricker (2007), la injusticia hermenéutica acontece cuando una persona es incapaz de interpretar sus propias experiencias sociales debido a una indisponiblidad de conceptos para interpretarlas. El ejemplo por excelencia es el de una mujer que, experimentando hostigamiento sexual en el trabajo, a inicios de los años 60, no disponía del concepto de “acoso laboral” para explicarse a sí misma y, a los demás, lo que sufría.

Desde la primera definición de Fricker ha existido un extenso debate, incluyendo a la misma autora, que ha ampliado el concepto de injusticia hermenéutica intentando captar la gran variedad de expresiones que se derivan de la misma.

Por ejemplo, Rebecca Mason, en un artículo del año 2011, “Two Kinds of Unknowing”, establece tres casos donde se producen modalidades de injusticia hermenéutica:

  • En circunstancias donde se silencian las experiencias sociales de los grupos socialmente excluidos por los discursos de los grupos dominantes en una determinada sociedad.
  • En situaciones donde los grupos socialmente dominados, aún disponiendo de los recursos interpretativos para comprender sus experiencias sociales, se encuentran en situación de marginación ante la falta de reconocimiento y de respeto de esos recursos por parte de los grupos que disponen de la autoridad epistémica de la sociedad.
  • En circunstancias donde a los grupos socialmente subordinados se les clausuran los mecanismos para accesar a la información que requieren para interpretar sus experiencias. (Aislamiento epistémico).

En la primera situación, los significados que generan las experiencias humanas condicionadas por la educación, la clase, el entorno y las interacciones sociales, resultan acalladas e ininteligibles para sus propios protagonistas, quienes, no solo carecen de los recursos hermenéuticos para interpretar lo que les pasa, sino que, con frecuencia, interpretan sus experiencias a través del filtro de los discursos predominantes, usualmente ajenos a sus vidas cotidianas.

En el segundo caso, quienes sufren una situación de marginación, de exclusión o de algún tipo de violencia (económica, social, psicológica, moral, epistémica), con la ayuda de movimientos civiles o grupos organizados defensores de los derechos humanos y sociales, han desarrollado un conciencia de su situación y van adquiriendo los recursos hermenéuticos para comprenderse y fijar posturas críticas con respecto a los discursos dominantes, pero su situación de exclusión social los estigmatiza y deslegitima con respecto a los discursos epistémicos provenientes de los sectores que portan el prestigio de la sociedad.

Finalmente, la tercera situación alude a como, en una sociedad autoritaria, los sectores de poder y el Estado controla información relevante para dotar de significado las experiencias de la ciudadanía, pero la misma queda asilada de esa información con todas sus implicaciones negativas para asumir posturas de decisión razonables.

Estas tres modalidades de injusticia hermenéutica se nos revelan de modo acentuado ante nuestros ojos en esta situación de pandemia. Desde las mujeres y hombres incapaces de interpretar sus experiencias de modo que les ayude a remediar las distintas circunstancias de violencia que viven, subrayadas por un estado de excepción; pasando por aquellos que más conscientes, intentan resistir pero son desacredidatos y silenciados en los espacios públicos; hasta todos, ciudadanos de todos los estratos, que sufrimos el sesgo de la manipulación informativa, la ocultación de los datos, o la lectura sesgada de los mismos en los discursos oficiales.

Estas expresiones de la violencia y la dominación exponen la necesidad de  afrontar la pandemia, no solo como un fenómeno clínico, sino también como un fenómeno social que acentúa desigualdades epistémico-sociales que conforman la “normalidad”. Se ha repetido muchas veces que un fenómeno como el COVID 19 no discrimina. Si se quiere decir con ello el mensaje pueril de que los virus no tienen conciencia y pueden afectar a cualquiera, vale. Pero hay en ella un significado nada banal y más problemático: que a todos nos ataca por igual de la misma manera. No es así. Afecta de modo desigual a quienes ejercen la injusticia hermenéutica y a quienes la sufren.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8805967-pandemia-e-injusticia-hermeneutica/

Imagen: https://pixabay.com/vectors/blindfolded-injustice-justice-lady-2025474/

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Confinamiento y roles de género

Por: Leonardo Díaz

En mi artículo, “Estado de excepción y actitud crítica”,  afirmé que uno de los problemas del confinamiento, en el marco de la pandemia del COVID- 19, es el hecho de que, además de la naturaleza informal de la vida económica de millones de personas en República Dominicana, la calle constituye un medio de reafirmación de la masculinidad.

La sociedad dominicana, como las sociedades latinoamericanas en general, son comunidades donde impera la inequidad de género asignando unos roles sociales muy rígidos, en función de si una persona es hombre o mujer. La asignación de roles de género implica una distribución rígida de los espacios. Si la mujer debe realizar las actividades domésticas, entonces la casa es su espacio, el lugar donde ella rige en términos operacionales. Si el rol del hombre es proveer, especialmente en estratos sociales donde no existe la nueva tendencia del teletrabajo, su espacio es la calle, allí impone su señorío.

En función de esta demarcación estricta se evalúan las competencias “naturales” de las personas. La mujer será una auténtica fémina en la medida que cumpla con eficacia los oficios domésticos. El hombre, en la medida en que sea capaz de sustentar a la familia. El vínculo entre rol y espacio hace que la masculinidad y la feminidad se realicen y reafirmen, en la calle, para los hombres; en la casa, para las mujeres.

Si esto es así, el confinamiento de los hombres en los barrios dominicanos constituye una “afrenta a su masculinidad”. En la casa se quedan las mujeres y los niños.

Tahira Vargas ha señalado, en su último artículo, “Masculinidad y cuarentena”,  que el confinamiento dentro de una sociedad con nuestras características produce un conflicto entre el imaginario donde han sido formados los hombres y la normativa que ahora se les exige.

En los hogares de clase media moderna donde se han transformado los roles de género tradicionales y las parejas han sido educadas con sensibilidad hacia el problema de la equidad de género, la desdibujación de esos roles desdibuja la demarcación estricta de los espacios. La calle y la casa son dominios de co-gobierno si los roles son compartidos. Esto no ocurre en los barrios marginales.

Lo señalado no solo aplica para fines de la administración del trabajo, sino también, del ocio. Los roles de género de una sociedad donde impera la inequidad asigna de modo estricto los espacios del entretenimiento, precisamente allí donde se realizan las actividades de trabajo. La mujer se divierte en la casa, o en casa de una amiga. Solo sale a divertirse en la calle si está acompañada, sea de amigas, familiares o una pareja, y durante un tiempo condicionado por el padre o el esposo.

Por su parte, el hombre se entretiene en la calle, sin tiempo asignado. Allí socializa con los amigos, flirtea, “habla de asuntos de hombres y hace cosas de hombres”. Por tanto, en la calle se reafirma como tal.

Todo esto debe ser entendido en términos no intelectuales. No se trata de que el hombre, de modo racional, se dice a si mismo que saldrá a la calle para reafirmarse, ni que las mujeres interpretan de modo racional que la casa es su espacio.

Hablo de unos modelos, imaginarios, patrones culturales que, como tales, son asimilados desde muy temprana edad e incorporados, de modo inconsciente, como hábitos de pensamiento y conducta. Por ello, cuando se establece una norma de confinamiento, el individuo, aunque no salga a trabajar, educado para no quedarse en casa, se rebela, no de modo intelectual, sino visceral, impulsivamente, aunque intelectualmente sepa que existen unas acciones de represalia si decide violentar la normativa.

Así, los discursos ideológicos que han perpetuado la inequidad de género en tiempos de normalidad, atentan contra las políticas del Estado en tiempos de excepción. La inequidad de género no es solo una situación que perjudica a las mujeres, aunque en efecto, sean las más afectadas. Es una situación que lacera todo el entramado social y dificulta la resolución de las nuevas situaciones sociales problemáticas, porque estas requieren, para su solución, de nuevas formas de pensar, así como presuponen espacios de diálogo y cooperación.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8803327-confinamiento-y-roles-de-genero/

Imagen: https://pixabay.com/photos/chance-equality-equal-opportunities-3335805/

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La diversidad sexual y las políticas educativas, un debate impostergable en Venezuela

Por: María Báez.

 

RESUMEN

Hablar de género representa diversos matices y multivisiones. Las concepciones que se tienen del mismo van más allá de una percepción individual,  es una construcción histórica-social en donde han accionado más de un ente socializador. Las inequidades de género, básicamente se acrecientan cuando hay una sola visión de la sexualidad y las relaciones, negando otras formas de existencia no heteronormadas. Dentro de las leyes venezolanas y especialmente en la Ley Orgánica de Educación (LOE) contempla que el género debe ser transversalizado en todos los programas, que la escuela como agente de socialización tiene la responsabilidad de trasmitir saberes, formar valores, a su vez debe proyectar modelos no sexistas de convivencia. Son cada vez más los estudios y experiencias que reflejan otra realidad; es por ello, la importancia de la formación integral de los profesionales que se forman en las universidades. La discusión sobre la diversidad sexual es un hecho que se está dando en todos los escenarios pero sus esfuerzos por el abordaje han sido muy pocos, ya que no pueden estar divorciados la formación académica universitaria, ni las escuelas y universidades. El presente artículo tiene por propósito reflexionar sobre la relación sinérgica universidad-escuela desde la perspectiva de género los roles que tienen tanto la escuela como las universidades como medios importante para superar los estereotipos de género, enmarcada en una revisión documental y de fuentes electrónicas.

Descriptores: inequidad de género, diversidad sexual, sexismo, estereotipos de género

ABSTRACT

 

Speaking gender represents different shades and multivisiones. The concepts that have the same go beyond an individual perception; it is a historical-social construction where they have driven more than a socializing agency. Gender inequities basically increase when there is a single view of sexuality and relationships, denying other forms of existence not heteronormadas. In Venezuelan law and especially in the LOE provides that gender should be mainstreamed in all programs, the school as an agent of socialization is responsible for transmitting knowledge, form values, in turn should project not sexist models of coexistence. Are increasingly studies and experiences that reflect another reality; It is therefore the importance of comprehensive training of professionals who are trained in universities. The discussion of sexual diversity is a fact that is occurring in all scenarios but their efforts by the approach have been very few, because they can not be divorced university academic training, and schools and universities. The purpose of this article is to reflect on the university-school synergistic relationship from the perspective of gender roles with both the school and universities as an important means to overcome gender stereotypes.

Descriptors: gender inequality , sexual diversity, sexism , gender stereotypes

 

Introducción

Hablar de género representa diversos matices y multivisiones. Las concepciones que se tienen del mismo van más allá de una percepción individual,  es una construcción histórica-social en donde han accionado más de un ente socializador. Las inequidades de género, básicamente se acrecientan cuando hay una sola visión de la sexualidad y las relaciones, negando otras formas de existencia. La igualdad y la equidad se convierten en conceptos casi inalcanzables desde propuestas sensatas que generen herramientas para entender, comprender, sensibilizar, siendo la educación y la formación pilares fundamentales que cumple un rol decisivo para ese fin. Las experiencias en otros países han partido de una base profunda de transformación educativa, en acciones armónicas entre el entre formador de profesionales docentes como son las universidades y las instituciones educativas.

Esta es una relación sinérgica, si en las universidades hablar de la Sexodiversidad como un Derecho Humano fundamental de vida se reafirma como un tabú, como esa realidad “otra” que aunque exista no se ve ni se toma en cuenta, ¿cómo se pretende entonces, hablar y generar discusiones en las escuelas con los niños y niñas?, ¿con qué herramientas, más allá de sus propias concepciones y juicios, el docente se enfrenta a una sociedad global, mediática, pluridiversa y cargada de representaciones sociales y simbólicas sobre la sexualidad y sus condicionante biofisiológicos y psicosociales?

De acuerdo a Castro (2010) la educación tiene por objetivo “el pleno desarrollo de la personalidad humana, desde una concepción de respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales”. Bajo esta premisa, se plantea entonces que los problemas relativos a la sexualidad no solo influyen en la vida individual, sino que también tiene repercusiones sociales en el desarrollo de un país, es decir, para esta autora es fundamental lograr el desarrollo integral de la personalidad, es indispensable que la educación sexual sea establecida por los Estados y gobiernos en un marco legislativo que garantice su cumplimiento.

Venezuela no ha estado al margen de las discusiones, convenios internacionales e incluso modificaciones de leyes y normas que reconoce el género como eje fundamental de relaciones imperantes en las sociedades, razón por la cual se recomienda la transversalización del mismo en diferentes marcos legales como se aprecia en la Ley Orgánica de Educación

Principios y valores rectores de la educación

Artículo 3. La presente Ley establece como principios de la educación, la democracia participativa y protagónica, la responsabilidad social, la igualdad entre todos los ciudadanos y ciudadanas sin discriminaciones de ninguna índole, la formación para la independencia, la libertad y la emancipación, la valoración y defensa de la soberanía, la formación en una cultura para la paz, la justicia social, el respeto a los derechos humanos, la práctica de la equidad y la inclusión; la sustentabilidad del desarrollo, el derecho a la igualdad de género, el fortalecimiento de la identidad nacional, la lealtad a la patria e integración latinoamericana y caribeña. Se consideran como valores fundamentales: el respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo, el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos (…) (p 920/921)

Es importante señalar, que el género es una categoría social que se refiere a conjunto de ideas, valores, roles, capacidad, rasgos de temperamento, carácter e inclinaciones que se asignan socialmente a cada sexo (Castro: 2010). Es por ello, que el género se basa en la diferenciación sexual, pero no es inherente a la naturaleza; tal como lo plantea esta autora, es producto de un complejo proceso sociohistórico que implica el aprendizaje de las costumbres y las normas de conducta que culturalmente se consideran propias para cada sexo, las cuales son transmitidas de generación en generación en el seno de la familia y a través de otras instituciones.

En relación a la concepción del género producto de la ideología, Lamas (1995) plantea que la realidad de la diferencia sexual se construye en un doble movimiento, como una especie de “filtro” cultural con el que se interpreta al mundo, en el cual los datos biológicos son recreados en el orden representacional y contribuyen ideológicamente a la esencialización de la feminidad y de la masculinidad.

Estas dos esencializaciones de género obedecen principalmente a normas establecidas denominadas heteronormas, o como lo plantea Butler (2001) “la heterosexualidad obligatoria” en el cual se establece una restricción  binaria hombre-mujer. Bajo estos  parámetros es inaceptable considerar otras formas de relación, esta misma autora introduce una denominación para todas aquellas formas de relación que “traspasan las fronteras de la sexualidad aceptada socialmente: heterosexual” como sexualidades periféricas. En este caso, la homosexualidad, el lesbianismo, la transexualidad, el travestismo y la intersexualidad forman parte de estas sexualidades periféricas, las cuales están basadas en la resistencia a los valores tradicionales, y al asu­mir la transgresión, el rechazo social, la discriminación y el estigma son las consecuencias.

 

En este sentido, es menester entonces considerar el enfoque de género como un recurso metodológico indispensable para poder conocer, comprender y reconocer la existencia de todos estos procesos y observar la realidad con base en las variables de sexo y género, tomando en consideración los contextos geográficos, étnico e histórico determinado. Hablar de prácticas de igualdad y equidad así como también el derecho a la igualdad de género, va más allá de un formalismo convenido en una ley, es necesario la acción, la discusión, la visibilización y sobre todo el reconocimiento, porque como se ha mencionado anteriormente, es parte de nos-otros y es nuestra realidad.

 

En Venezuela es imprescindible que se den debates y reflexiones para poder entender y sobre todo conocer la diversidad sexual, hacer un acercamiento desde la educación que implica no solo la educación formal sino la informal, ameritando una relación dialéctica, sinérgica, holística para generar estos debates. Por ejemplo, actualmente en Venezuela hay un primer paso importante en el debate para el Matrimonio Igualitario, ya que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) publicó la decisión N° 313 de la Sala Constitucional en la que se admite una Demanda de Nulidad por inconstitucionalidad al artículo 44 del Código Civil, en el que se prohíbe expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo. Esta decisión de la Sala Constitucional significa un logro para la comunidad sexodiversa de Venezuela, que ha luchado por sus derechos y ha solicitado igualdad en temas como el del matrimonio, entre muchos otros, se inicia entonces el estudio sobre el derecho al matrimonio civil de las parejas del mismo sexo en Venezuela.

 

A pesar de las oposiciones a este proyecto de Ley generalmente de orden religiosa, machista o patriarcal,  países en América y especialmente Latinoamérica han avanzado en esta materia, tales como: Canadá (2005), Argentina (2008), Uruguay (2010), Puerto Rico (2015), Brasil (2015) Estados Unidos (2015), Chile (2015), en México hay la figura de Uniones de Hecho pero actualmente se está discutiendo la Ley, recientemente Colombia (2016).

 

En este sentido,  este ensayo tiene como propósito fundamental reflexionar sobre la relación sinérgica universidad-escuela desde la perspectiva de género los roles que tienen tanto la escuela como las universidades como medios importante para superar los estereotipos de género.  Se realizará a través de una revisión documental como metodología, sobre los cambios más significativos a nivel curriculares, los materiales pedagógicos empleados, las discusiones y debates que se dieron y se siguen dando en materia de sexodiversidad y sexualidad, en algunos de estos países, para así poder tener nuestro espejo en este cambio inminente hacia una sociedad más inclusiva.

 

 

Disertación

Para poder profundizar, es importante establecer una de las premisas fundamentales relacionadas con la sexualidad como lo es el poder. Tal y como afirma Foucault (2008) la sexualidad se encuentra atravesada por el poder. Siendo éste un dispositivo que regula comportamientos y relaciones sociales; que constituye al sujeto en sus  dependencias respecto del poder y en la conciencia de sí mismo, como producto de las relaciones de poder que sobre él se ejercen, en consecuencia, la sexualidad no es externa al poder. A partir de la concepción de la sexualidad, planteada por este autor, la educación sexual se convierte en una práctica que forma parte de dicho dispositivo, a partir de la producción de la subjetividad se han constituido una serie de discursos en los cuales se encuentran: los pedagógicos, biomédicos jurídicos y políticos.

 

La escuela se convierte entonces en un campo de acción política, que se va a enfocar en diferentes dimensiones correspondiendo a la matriz de la constitución de la subjetividad, estas políticas obedecerán a inclusiones y exclusiones, atendiendo a través de sus estrategias a las representaciones, patrones culturales, reproduciendo o minimizando los modelos.

 

 

Parte de estos aspectos se reflejan en un material llamado Educación de la Sexualidad y Salud Sexual y Reproductiva, Guía Para Docentes (2010) elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) Venezuela,  señala que en este país “la aproximación al tópico de la sexualidad todavía es fuente de ansiedad y temores, no tanto por desconocimiento como por la presencia de pautas socioculturales fuertemente arraiga­das, en las cuales el tema se excluye de las conversaciones familiares, con los hijos y hasta con la pareja, por considerarse “inapropiado”, en el mejor de los casos. Para este órgano, el rol de educador de la sexualidad supone superar las dificultades que la cultura y la socialización han impuesto, lo que constituye un proceso sistemático y sistémico, progresivo y permanente. El inicio de este proceso requiere de la identificación de los obstáculos a vencer y de la convicción de la necesidad de un cambio en la visión de la sexualidad y del hecho educativo.

 

Otro de los aspectos aportados, es la necesidad de resignificar la sexualidad y su educación con vistas a “promover la formación integral de hombres y mujeres para que puedan entrar por la puerta grande al uni­verso del mañana, con oportunidades equitativas de satisfacer sus necesidades de aprendiza­je y de desarrollo pleno de sus potencialidades”. Ahora bien, para encarar esta resignificación es imprescindible el rol del docente de cara a estas necesidades y visiones relacionadas con la sexualidad, que generan conflictos al no saber cómo encararlas, o teniendo una actitud consciente o inconscientemente, voluntaria o involuntariamente en actitud ante las cuestiones sexuales surgidas.

 

El debate nacional sobre la sexodiversidad y la sexualidad en general, es una tarea pendiente en diferentes escenarios educativos, sin embargo, se han tenido acuerdos incipientes en donde Venezuela ha participado. Tal es el caso de la Declaración Ministerial Prevenir con Educación, el cual se aprobó en el Marco de la Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para detener el VIH en Latinoamérica y el Caribe en Ciudad de México. Las metas establecidas y acordadas fueron las siguientes:

.- Para el año 2015, reducir en un 75% la brecha en el número de escuelas bajo jurisdicción de los Ministerios de Educación que no han institucionalizado la educación integral en la sexualidad.

.- El compromiso asumido por los países de América Latina y el Caribe, implica promover y difundir los contenidos de esta declaración en todos los niveles y sectores y destinar recursos para concretar acciones en cumplimiento de los acuerdos tomados.

.- La sexualidad es una dimensión constituyente del ser humano que se expresa durante toda la vida. La niñez y adolescencia son etapas significativas para potenciar el desarrollo de las personas y de los países, por lo que es necesario proporcionar una educación de calidad que incorpore la educación de la sexualidad  como derecho humano y como estrategia de calidad de vida actual y futura.

 

Como en otros países de Latinoamérica y del Caribe, la discusión se ha dado desde épocas anteriores, tal es el caso de Argentina. De acuerdo a Meske (2013) en los 90’s en ese país la educación sexual fue promovida desde los espacios curriculares de Ciencias Naturales y Biología, en donde se abordaba la sexualidad desde el discurso biologicista, atendiendo principalmente a la genitalidad, a los procesos reproductivos y a las enfermedades. Esta autora señala, que para el año 2006 el Senado sancionó la Ley 26.150 creando el Programa de Educación Sexual Integrada; en el mismo se articulan aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Se establecieron acciones educativas sistemáticas para el cumplimiento de este programa a través de proyectos instituciones. En el año 2008 el Consejo Federal de Educación aprobó el texto que presentaba “Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral”.

Cabe señalar que Argentina es uno de los primeros países de Latinoamérica en reconocer el Matrimonio entre personas del mismo sexo en el año 2010, el cual ameritó la ampliación de los Derechos Ciudadanos en el diseño e implementación de políticas públicas con pretensiones de inclusión, que se estructuran en torno a objetivos de igualdad y asume una retórica de reconocimiento pluralista (Meske 2013: 120).

 

 

Caso similar ocurrió en Uruguay, señala Cerruti (2010) que a la salida de la dictadura en el año 1986 se instaló con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, el primer Programa Nacional de Educación de la Sexualidad en la educación pública, el cual duró hasta el año 1995 ya que fue suprimido por las autoridades de la época alegando dos razones. La primera, que la mención a la homosexualidad como una de las orientaciones de las personas era atentar contra la heterosexualidad; y que trabajar la temática de abordaje de género, discutir el abordaje de género, constituía un agravio y una lesión al tipo de familia clásica de la sociedad uruguaya. Sin embargo, a partir del año 2005 las autoridades educativas decretaron la educación sexual en todo el sistema educativo como una de las cuatro políticas prioritarias del sistema, la autora lo reafirma  porque ya era una exigencia de la sociedad al tema educativo público para cumplir con los compromisos asumidos al suscribir la Carta Universal de los Derechos Humanos, la Convención de los Derechos del Niño y otros documentos- suscritos también por Venezuela.

 

En ese país, para el año 2013 se aprueba la  Ley de Matrimonio Igualitario convirtiéndose éste en el segundo país después de Argentina, así mismo la adopción por parejas de gays o lesbianas, el cambio jurídico sin necesidad de desarrollar cambios quirúrgicos. Este paso de inclusión social generó entonces una resignificación del ser, de la familia, del respeto por lo otro, en el que se debe luchar por un ámbito de convivencia, sin discriminación. Precisamente, uno de esos cambios fue dado incluso en las dinámicas internas de cada escuela y de los docentes ya que una pareja homosexual puede llevar a sus hijos al mismo, asisten a reuniones de padres y maestros así como toda la dinámica que involucra tanto a padres como a estudiantes. Este hecho también tuvo su repercusión en el cuido del lenguaje excluyente y discriminante, ya que dentro del marco legal las familias homoparentales son reconocidas y las personas sexodiversas visibilizadas. Cerruti (2010)

 

Otra experiencia interesante en Latinoamérica, es la vivida recientemente en Chile en el que generó una propuesta de inclusión en el sistema educativo, llamado Educando en la Diversidad. Orientación Sexual e Identidad de Género en las aulas. En este sentido, hay que acotar que recientemente en el año 2015 este país aprobó la ley de Acuerdo de Unión Civil tanto para parejas homosexuales como heterosexuales, y actualmente se discute para legislar el Matrimonio Igualitario.

 

En revisión de este manual, surgió del intercambio de experiencias con la comunidad educativa (docentes, directivos, estudiantes, padres y madres), los patrocinios de la Internacional de la Educación, del Colegio de Profesores y de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, quienes estuvieron involucrados en el proyecto. Este manual, fue distribuido en más de 300 liceos en diferentes zonas de Chile y además en instituciones policiales, en Gendarmería, en hogares con niños y niñas en riesgo social, en universidades, en institutos y en organismos de derechos humanos tanto nacionales como extranjeros, desde donde se siguen solicitando ejemplares. Se exponen conceptos sobre la sexualidad y las diversas formas de vivirla, añadiéndose más recomendaciones de actividades complementarias para tratar cada uno de sus contenidos y capítulos en las aulas o en cualquier otro espacio

 

En México, se estableció la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED), a raíz de la misma se crea  el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), entre otros propósitos, con el fin de llevar a cabo las acciones necesarias para prevenir y eliminar la discriminación, así como formular y promover políticas públicas para la igualdad de oportunidades y de trato a favor de las personas que se encuentren en el país. Esta ley también mandata la creación de la Guía para la acción pública contra la homofobia, la cual, desde el enfoque del derecho a la no discriminación y el respeto a los derechos humanos, contribuye a la prevención y combate a la homofobia en la prestación de servicios públicos por medio de acciones concretas. Los objetivos fundamentales de la GAP son: hacer visible la discriminación que viven las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales. Propiciar el reconocimiento de que la homofobia en todas sus modalidades y expresiones es un problema de discriminación que atañe a toda la sociedad y para erradicarla es necesario transformar importantes aspectos de las estructuras e instituciones del Estado, así como otros aspectos sociales; y Promover el reconocimiento de este grupo poblacional como personas con derechos plenos.

Otro caso importante para reseñar es el de Colombia, donde recientemente (Abril del 2016) se aprobó la validez del matrimonio entre personas del mismo sexo, así como también las Uniones Maritales de Hecho para parejas tanto homosexuales como heterosexuales que tengas más de dos años de convivencia. Cabe resaltar que en este país la Ministra de Educación Gina Parody es abiertamente lesbiana y mantiene una relación sentimental con la ex Ministra de Comercio Cecilia Álvarez. Este hecho, más allá de profundizar en la vida personal ha generado diferentes posturas en la sociedad colombiana, quienes han estado en oposición y han tenido resistencia a esta decisión de validar el matrimonio de personas del mismo sexo, y por otro lado, hay quienes aplauden este paso a la inclusión. La “Cartilla del Ministerio” titulado Ambientes escolares libres de discriminación se pregunta en su presentación “¿Por qué hablar de orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la escuela?”. En el documento antes mencionado, se puede leer lo siguiente: “La construcción de los contenidos aquí expuestos se realizó desde la revisión conceptual y teórica de aspectos esenciales que constituyen la sexualidad autónoma y libre de las personas en el contexto educativo, así como la consulta de experiencias previas y exitosas del abordaje de las orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la escuela”

 

La redacción de este texto, fue elaborado partiendo de mesas de discusión con organizaciones de los sectores de lesbianas, gais, bisexuales y personas trans de Bogotá. Sin embargo, este documento ha despertado visiones encontradas sobre el mismo, ya que actualmente se han generado protestas en contra  de esta directriz del Ministerio de Educación, alegando que “busca incluir ideología de género (que vincula temas de tolerancia y orientación sexual), como se ha expresado “las manifestaciones son el capítulo más reciente de un debate complejo que cada vez se agita más”.

Reflexiones finales

Como se ha podido observar en este recorrido por la revisión de algunas experiencias educativas relacionada con los cambios y transformaciones sociales, han tenido sus detractores y sus afectos como se ha explicado anteriormente. Sin embargo, uno de los aspectos más significativos que se quiere rescatar de esta disertación, es que en Venezuela esta discusión se está dando actualmente y no hay pretextos justificables teniendo antecedentes en Latinoamérica para que no sean abordadas las discusiones en las escuelas, universidades y en todos los espacios pertinente.

Cabe resaltar que hay iniciativas importantes para discutir el tema de género y diversidad sexual, como el material elaborado por la Fundación Reflejos de Venezuela Manual Educativo para la Diversidad. Así como esta fundación, hay otras y ONG’s que realizan charlas y talleres en institutos educativos tanto privados como público, universidades, comunidades en relación al tema de la inclusión, la igualdad y la sexodiversidad. También se realizó en el país por iniciativa de la defensoría del pueblo el I Seminario Internacional Sexualidades, Diversidad Sexual y Derechos Humanos, como otras actividades a nivel nacional e internacional y hay una inminente responsabilidad del Estado y un llamado a la discusión de estos temas.

 

Los conceptos están cambiando, porque las dinámicas sociales así lo hacen. En este sentido, tememos todavía tenemos posturas curriculares donde se habla de la familia “como la célula de la sociedad compuesta por padre, madre e hijos”, mientras en las prácticas sociales la familia es una multicomposición que se adapta y se reajusta a las realidades de cada individuo o grupo. Es por ello, que en las discusiones es importante hablar sobre otro tipo de familias, las homoparentales por ejemplo, hay que discutir sobre los gustos, preferencias e identidades tanto de hombres y mujeres en nuestras aulas de todos los niveles educativos. Es imprescindible que este debate no se siga postergando por el respeto a la diversidad, así como también por las repercusiones que puede tener en las políticas tanto educativas como otras políticas vinculantes.

Referencias

Butler, J. (2001)  El género en disputa. J. ed Paidós, Barcelona, España

Castro ,  M.  (2010) La Educación sexual como política de Estado en Cuba. Memorias del I Seminario Internacional Sexualidades, Diversidad Sexual y Derecho Humanos, Caracas, Venezuela.

Cerruti, S.  (2010) Políticas educativas y diversidad sexual: de la omisión a la vigencia de los derechos humanos. Memorias del I Seminario Internacional Sexualidades, Diversidad Sexual y Derecho Humanos, Caracas, Venezuela.

Declaración Ministerial Prevenir con Educación. Recuperado 25 de Agosto de 2016, http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/declaracion-prevenir-educacion-espanol.pdf

Educando en la Diversidad. Orientación Sexual e Identidad de Género en las aulas. Recuperado de,  http://hivhealthclearinghouse.unesco.org/library/documents/educando-en-la-diversidad-orientacion-sexual-e-identidad-de-genero-en-las-aulas

Foucault, M. (2008). Historia de la sexualidad 1: la voluntad del saber. 2da. Edición. Buenos Aires: Siglo XXI Editores. 152 p

Guía para la acción pública contra la homofobia (2012). Recuperado  de http://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=documento&id=252&id_opcion=&op=215

La Cartilla del Ministerio de Educación. Recuperado de http://es.slideshare.net/Jairo-Sandoval-Hernandez/cartilla-ambientes-escolares-libres-de-discriminacin

Lamas, M. (1995)  Usos, dificultades y posibilidades de la categoría de género. En Revista  La Ventana, No. 1. Universidad de Guadalajara, México.

Ley Orgánica de Educación. Recuperado  Disponible en http://planipolis.iiep.unesco.org/upload/Venezuela/Venezuela_Ley_Organica_Educacion.pdf

Meske, V. (2013)  Las políticas de sexualidad y el reconocimiento de la diversidad sexual: Reflexiones en torno al programa de Educación Sexual Integral. Tandil, Año 6 – Nº 10, Diciembre de 2013 pp 118-140

Educación Sexual y Salud Sexual y Reproductiva. Guía para  docentes (2010) UNPFA Recuperado de http://venezuela.unfpa.org/doumentos/Educacion%20SSR%20Guia%20Docentes.pdf

Fuente del artículo: http://www.arje.bc.uc.edu.ve/arje22e/art61.pdf

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«Objetivo África», la nueva forma de colonialismo

Por: Obianuju Ekeocha

Uno de los tesoros más preciados de África es su cultura de la vida. La mayoría de los africanos cree que la vida humana tiene un valor inestimable; que los hijos son una bendición; la maternidad, un don y el matrimonio y la familia, una riqueza. Sin embargo, los principios y valores que sustentan esta cultura de la vida se encuentran hoy amenazados por una nueva forma de colonialismo que pretende adueñarse del corazón, la mente y el alma de África. Un colonialismo ideológico que denuncia con valentía la autora nigeriana Obianuju Ekeocha.
«El don más preciado que los africanos podemos dar al mundo en este momento es nuestra inherente cultura de la vida. La mayoría de los africanos comprenden, por fe y tradición, el inestimable valor de la vida humana, la belleza de la feminidad, la gracia de la maternidad, la bendición de la vida matrimonial y el don de los hijos. Todos ellos están siendo objeto de un implacable ataque por parte de la mayoría del mundo occidental, donde el aborto a demanda es legal, donde la fertilidad es considerada un inconveniente y tratada como si fuera una enfermedad, donde la maternidad está cada vez menos valorada y donde el matrimonio es redefinido».
NEOCOLONIALISMO IDEOLÓGICO EN EL SIGLO XXI
«Estos son los valores familiares fundamentales que nuestros padres y abuelos nos han transmitido. Están arraigados en nuestras costumbres, consagrados por la ley e incluso codificados en nuestras lenguas nativas. Quitárnoslos equivale a invadir, ocupar, anexionar y colonizar a nuestra gente.Hay una nueva colonización en marcha en nuestro tiempo, no de las tierras o de los recursos naturales, sino del corazón, la mente y el alma de África. Es un colonialismo ideológico».
En las páginas de este libro, Obianuju Ekeocha nos advierte de cómo las élites y líderes occidentales que en las últimas décadas han legalizado el aborto, promovido la anticoncepción, menospreciado la maternidad y redefinido el matrimonio, pretenden imponer su nueva visión de la realidad en África. Una influencia externa que, como explica Obianuju Ekeocha, se ha vuelto cada vez más invasiva:
A través de su dinero y sus medios de comunicación, las élites occidentales vuelven a ejercer una influencia increíble sobre el pueblo de África. Una vez más, los amos coloniales les dicen a los africanos que ellos saben más. Sólo que esta vez está en juego la definición misma de lo que significa ser hombre, mujer o familia.
Existe, sin embargo, un obstáculo para quienes tratan de introducir nuevos criterios morales en África: las arraigadas y profundas creencias y tradiciones culturales del pueblo africano. En 2014, una encuesta realizada por Pew Research Center mostraba que la mayoría de los africanos tiene una visión conservadora respecto a cuestiones como el aborto, la anticoncepción, las relaciones prematrimoniales, la homosexualidad y el divorcio. Por este motivo, una de las estrategias para provocar un cambio radical consiste en presionar a los líderes y legisladores africanos para que establezcan nuevas leyes y políticas que impongan los criterios occidentales sobre su pueblo.
IMPOSICIÓN DE POLÍTICAS ABORTISTAS…
«En el centro del sistema de valores de mi gente está el reconocimiento profundo de que la vida humana es preciosa… Para nosotros, el aborto, como asesinato deliberado de pequeños en el útero, es un ataque directo contra la vida humana inocente. Es una injusticia grave, que nadie debería tener derecho de cometer».
En el año 2003, un estudio de Pew Research Center recogió la opinión de 40.117 personas de cuarenta países acerca de distintas cuestiones morales. En sus respuestas, la gran mayoría de los africanos mostró su oposición al aborto. Para el 92% de los ghaneses, el 88% de los ugandeses, el 82% de los kenianos, el 80% de los nigerianos y el 77% de los tunecinos, el aborto era un actomoralmente inaceptable.
«Una abrumadora mayoría de africanos piensa que el aborto es intolerable, ya sea legal o ilegal. Es hora de que la comunidad internacional escuche las voces de los pueblos africanos y desista de presionarlos para que aborten».
Casi el 80% de los países africanos tienen algún tipo de ley que prohíbe o restringe el aborto. Incluso en aquellos países donde el aborto es legal, la mayoría aún cree que la vida en el vientre materno es sagrada y que el aborto es moralmente inaceptable. Sin embargo, a pesar de estos datos, la campaña para imponer el aborto en África está en auge. Si la mayoría de los africanos se opone al aborto, ¿quién está impulsando su legalización en estos países?
…Y LA ANTICONCEPCIÓN
«Intentar evitar que la gente del mundo en vías de desarrollo tenga hijos es una atrocidad, sobre todo porque hacerlo no es una estrategia de desarrollo. Es una estrategia invasiva…»
Quienes promueven la anticoncepción en África aseguran que trabajan en favor de los derechos de las mujeres. Pero ¿es realmente esto lo que reclaman las mujeres africanas?
Esta es la reflexión que hace Obianuju Ekeocha:
¿De qué modo esterilizar a las mujeres más pobres del mundo les da el control sobre el hambre, la sequía, la enfermedad y la pobreza? No hace que estén más formadas o que tengan más posibilidades de trabajar. No les proporciona alimentos o agua potable. No hace que la mujer africana sea más feliz o esté más satisfecha en su matrimonio. No. Este amplio proyecto anticonceptivo sólo hará que la mujer sea estéril al precio más barato posible. Esto, ciertamente, no es lo que hemos pedido las mujeres africanas. No es la ayuda que nuestros corazones anhelan en medio de las pruebas y las dificultades de África. Pero en un mundo de asombroso imperialismo cultural, es lo que nuestros “mejores” han elegido para nosotras.
AYUDA AL ÁFRICA NECESITADA: LA PUERTA AL COLONIALISMO IDEOLÓGICO
«Mucho de lo que he escrito en este libro es, en gran medida, una búsqueda de la causa fundamental de la colonización ideológica de África. Y esta búsqueda apunta a la fragilidad económica y la vulnerabilidad de las naciones africanas, que han sido explotadas con absoluto descaro por ricos ideólogos de las naciones occidentales, cuya ansia de poder parece que sólo puede ser saciada controlando el destino de nuestros países».
A pesar del bien que ha hecho la asistencia humanitaria en África, la ayuda exterior también se ha convertido en la puerta de acceso del colonialismo ideológico y en la causa de una dependencia más profunda de los gobernantes africanos hacia los donantes occidentales. Esta dependencia desprotege a las naciones africanas frente a sus ricos donantes, ya que su ayuda, en muchas ocasiones, no es gratuita, sino que viene acompañada de una agenda concreta. Esta ayuda con “condiciones” es el centro del neocolonialismo ideológico que está invadiendo África.
HACIA LA DESCOLONIZACIÓN DE ÁFRICA
«Mi sueño es que un día, en un futuro cercano, las naciones independientes de África dejen de depender de la opulencia de sus donantes. Como muchos de los africanos que en los años 50 anhelaban la independencia de sus amos coloniales, anhelo la independencia de nuestros amos neocoloniales del siglo XXI, para que los africanos puedan gobernarse a sí mismos de una manera adecuada a sus valores y aspiraciones».
Para Obianuju Ekeocha, el viaje a la libertad real y la prosperidad de África comienza por el reconocimiento del daño que provoca el neocolonialismo ideológico y su vínculo con la ayuda exterior. En su búsqueda de la descolonización, África necesita combatir la corrupción y superar su dependencia de las ayudas exteriores:

Si África quiere protegerse de la desintegración social que estamos viendo en Occidente, y que Occidente quiere exportar a nuestros países, debe luchar en aras del matrimonio y los hijos, que son el futuro del continente. Nuestros países deben reducir la influencia corruptora de la ayuda procedente de naciones y organizaciones obsesionadas con el sexo y, para ello, deben edificarse sobre los cimientos firmes de buenas escuelas que desarrollen no sólo las mentes, sino también el carácter; de economías de mercado que dejen libre el comercio y los recursos para beneficio de todos; de líderes responsables que respeten la cultura de su pueblo más que la opinión de los donantes ricos. Debemos resistir a los nuevos colonizadores ideológicos antes de que nos roben nuestro “yo”.

Fuente: https://infovaticana.com/2020/01/19/objetivo-africa/

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