21 Agosto 2016/Fuente: Unosantafe /Autor: Victoria Rodríguez
La vicepresidencia regional para América latina de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (Omep), Mercedes Mayol Lasalle, estuvo en la ciudad para firmar un convenio con la Municipalidad con el objetivo de elaborar un marco curricular para los jardines de infantes.En su paso por la capital provincial dialogó con Diario UNO y alertó sobre el impacto de la crisis económica en las políticas para la primera infancia y la necesidad de jerarquizar el derecho a la educación de las niñas y niños desde que son bebés.
«Hay una gran embestida para ofrecer formatos que solo contengan cuidado. Esas políticas que apuntan solo al cuidado, sin tener en cuenta los derechos educativos de los niños pequeños, son un riesgo importante para la construcción de la ciudadanía del niño y para la justicia, porque a esos circuitos de solo cuidado van los niños pobres», analizó.
Y continuó: «Entonces, de esa manera, se va marcando una fractura en la atención y la educación de la primera infancia en todo el mundo. Así los pobres van a circuitos pobres en lo educativo y los niños de sectores medios y altos gozan del privilegio de educarse. Y la educación no es un privilegio, es un derecho universal. Entonces para que pueda estar garantizado tiene que haber una gran fortaleza en la política».
—También en los sectores con ingresos económicos medios y altos existe una tendencia que apunta a buscar espacios no institucionalizados para niñas y niños en su primera infancia. ¿Por qué hay tanto miedo a la institucionalización?
—Porque en los 80 y los 90 se promovió, con distintas leyes, una crítica muy fuerte al sistema educativo y que se empezara a enseñar con el modelo de la primaria en el jardín de infantes. Entonces la educación inicial perdió una parte de su identidad que la hacía diferente e importante y, por lo tanto, generaba que los padres quisieran ofrecérsela a sus hijos. Y eso tiene que ver con el valor del juego, con los lenguajes artísticos, la centralidad del niño, su protagonismo, el movimiento y hasta con la magia que tiene el poder estar con otros, el descubrirse, el asombrarse y enamorarse del mundo que es propio de los niños pequeños.
«De todas maneras –agregó–, desde la Omep nosotros pensamos que la educación no es solo la que se da a través de los sistemas escolares formales, sino que el Estado debe garantizar y acompañar la educación que realizan las familias a través de la crianza. Por eso hay muchos países que tienen experiencia muy interesante apoyando la crianza que realizan los padres educándolos para que puedan garantizar que los niños gocen del derecho a la educación».
—¿Qué tiene que tener en cuenta una familia al momento de buscar un jardín de infantes?
—Hay criterios de calidad, como cuidar la cantidad de niños por adulto, que el jardín se abra a la comunidad y que la comunidad se abra al jardín, y que haya un balance y una integralidad en el enfoque. No porque a la maestra le guste música y no plástica se puede excluir esa formación. Tiene que haber un balance en lo que se ofrece a los niños. Los maestros y las instituciones estamos para enriquecer el derecho. O sea, el niño tiene derecho a jugar pero la escuela debe enriquecer ese juego.
Lo mismo ocurre con la música. Todos los niños escuchan algo de música en sus casas, aunque sea por la radio. Pero, si por ejemplo, en un barrio se escucha solo cumbia, que está muy bien, en la escuela hay que mostrarle que hay otros géneros para que el niño pueda elegir en el futuro y en el presente. Así va a poder comparar, valorar, rescatar y apreciar.
Las prioridades
La especialista se refirió también a los desafíos que surgen en el nivel inicial en la Argentina en un contexto de crisis como el que se atraviesa.
«Estamos en un momento difícil porque, desde el punto de vista de la Omep, creemos que hay algunas confusiones vinculadas con la atención de la primera infancia y sus derechos. Se ha vuelto a poner en tensión algo que no debe estarlo: el cuidado y la educación», indicó.
Y detalló: «Hace poco salió un proyecto nacional vinculado a la atención de la primera infancia. Nos parece perfecto pero nunca hay que olvidarse que un derecho no es más importante que otro. Los derechos son interdependientes y cuando no se cumple con uno se anulan todos los demás. Y el derecho a la educación no es cualquiera porque es también una herramienta que habilita para el desarrollo de los demás derechos. Entonces es un error político omitir el componente educativo en los programas y las políticas dirigidas a la primera infancia».
Respecto a las razones por las cuales se hace ese cambio de perspectiva y se omite la educación, marcó: «La verdad es que los proyectos que están ligados solo al cuidado requieren menos gasto público. En cambio los que tienen el componente educativo necesitan personal más especializado y otras cuestiones. De todas maneras, no creo que el problema es que haya una crisis y no haya fondos, sino que es un problema de prioridades. Si realmente queremos un futuro distinto para América latina, la prioridad tiene que estar en lo humano, en hacerse cargo del futuro de los que hemos traído al mundo».
Una carta de derechos para niñas y niños
El jueves Mercedes Mayol Lasalle –vicepresidenta regional para América latina de la Organización Mundial de Educación Preescolar– firmó un convenio con el intendente
José Corral para la elaboración, de manera colaborativa, de un marco curricular para los jardines de infantes. Una de las principales características es que, para ello, se consultará a todos los actores sociales involucrados.
Al respecto, Mayol Lasalle remarcó: «Este acuerdo implica tres cosas. La primera es que un currículum es una carta de derechos de los niños, ahí se plasma todo aquello valioso que una comunidad considera que un niño debe aprender y de los que debe apropiarse porque son parte de su cultura. Entonces el currículum debe tener definiciones, respecto a los saberes, que sean ética y epistemológicamente buenos».
Y siguió: «En segundo lugar, los maestros siempre necesitan una herramienta para poder organizar su planificación y su tarea. Hay que tener en cuenta que, en los primeros años de vida, es muy complicada esa planificación porque hay muchas cosas que están naturalizadas y que deben ser repensadas».
Además, como tercer punto, la especialista subrayó el hecho de que esta construcción sea participativa. «Ahí está la enorme riqueza que va a tener este proceso. Porque vamos a trabajar a partir de los saberes de todos los actores involucrados en la educación de los niños de la comunidad santafesina, y eso quiere decir que todos van a tener algo para decir sobre el currículum», manifestó.
Por último marcó que ese proceso «genera un debate sobre la primera infancia, la hace visible y la pone en un lugar de importancia porque involucra a sujetos activos que tienen derecho a la educación desde el momento en que nacen, y aun antes. Ese proceso es muy interesante».
La referente regional de Omep reconoció, en ese sentido, la importancia que tiene el apoyo político del intendente José Corral y su equipo de trabajo; y detalló que el proceso va a llevar un año y medio. «Seguramente va a dar como producto un documento que no será el acabado sino que el currículum va a tener que tener la cualidad de irse transformando en el tiempo», concluyó Mayol Lasalle.
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