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Protestas en Serbia por la presencia de niños refugiados en las escuelas

Serbia/18 de Septiembre de 2017/Euro New

En Adasevci, un pueblo con un campo de refugiados en la frontera de Serbia con Croacia, cientos de personas protestaron contra la matrícula de alumnos inmigrantes en el colegio. Miles de refugiados de Afganistán e Irak, han quedado estancados en Serbia desde que Hungría, Croacia y otros países en la ruta de los Balcanes cerraron sus fronteras.

Muchos de ellos inicialmente se negaron a ir a los campamentos, temiendo la expulsión. Pero a medida que pasó el tiempo y no pudieron continuar, muchos se registraron y un número cada vez mayor está pidiendo asilo en Serbia.

Para Ivan Miskovic, portavoz del Comisariado Serbio para los Refugiados “Todos debemos intentar ayudarlos a superar su trauma e integrarlos en la vida escolar normal. Somos conscientes de que estos niños están aquí de paso, pero deben ir a la escuela aunque sea por unos pocos meses. Es muy importante que se unan a los otros niños en las escuelas.También es una buena oportunidad para que nuestros niños tengan una experiencia con culturas diferentes”.

En la mayor parte de los pueblos no ha habido problemas de integración. Los profesores describen a los alumnos refugiados como especialmente dispuestos a aprender.

Según datos de la ACNUR, hay 4.200 reugiados en 18 centros de Serbia. La mitad de ellos son menores de edad.

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Deudas y vanas esperanzas de los estudiantes extranjeros: el oscuro trasfondo de las escuelas de japonés

Japón/28 agosto 2017/Fuente:

Cada vez hay en Japón más escuelas de japonés para extranjeros. Llegan ya a las 600. El autor del artículo pone el dedo sobre la llaga al señalar que muchos de los alumnos de estas escuelas llegan engañados con falsas promesas de grandes ingresos y que su verdadero objetivo no es estudiar sino trabajar. Una denuncia de los retorcidos métodos que está adoptando el “negocio de la educación”.

100.000 estudiantes extranjeros más en cuatro años

El número de los estudiantes extranjeros matriculados en instituciones de enseñanza japonesas marcó a finales de 2016 su máximo histórico: 277.331, con un aumento de unos 100.000 en los últimos cuatro años. Es muy probable que durante este mismo año se alcancen los 300.000 que establecían como meta para 2020 los planes gubernamentales.

Casi nadie pone objeciones a este aumento. Hasta quienes se declaran contrarios a que Japón acepte más trabajadores extranjeros o inmigrantes, cuando oyen hablar de “estudiantes” lo ven como algo positivo, como cuando se enteran de que está creciendo el volumen de turistas que llegan al país.

Pero, ¿cuál sería la postura de estas personas si supieran que, en su mayoría, estos extranjeros no vienen a Japón tanto para estudiar como para conseguir algún trabajo? Si resultase que extranjeros que, en rigor, no deberían recibir autorización para entrar en Japón, están entrando en el país y cayendo en la ilegalidad o incluso en la delincuencia después de haber sido objeto de explotación, ¿seguirían diciendo que debemos aumentar aún más el número de estudiantes extranjeros?

Países emergentes asiáticos, origen del rápido crecimiento

Examinando por nacionalidades esta masa de estudiantes extranjeros, vemos que hasta hace unos pocos años los chinos representaban cerca del 60 % del total. Sin embargo, últimamente su número apenas crece. Ahora los aumentos más rápidos se registran entre los procedentes de Vietnam, Nepal y otros países asiáticos emergentes. El aumento es particularmente agudo en el caso de los vietnamitas, que en cuatro años se han multiplicado por cuatro, hasta los 62.422 estudiantes.

Países/territorios con más estudiantes extranjeros en Japón a finales de 2016

Total 277.331
China 115.278
Vietnam 62.422
Nepal 22.967
Corea del Sur 15.438
Taiwán 9.537
Indonesia 5.607
Sri Lanka 5.597
Myanmar 4.553
Tailandia 4.376
Malasia 2.925

Unidad: personas. Fuente: Estadísticas de los estudiantes extranjeros en Japón, del Ministerio de Justicia.

Cuando se pregunta por las causas que explican este fuerte incremento, suele aducirse que al ser mayor ahora el número de empresas japonesas implantadas en dichos países, también son más los estudiantes que desean aprender el idioma japonés. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que los trae a Japón es el deseo de encontrar aquí un trabajo para ganar algún dinero.

A los estudiantes extranjeros registrados en escuelas japonesas se les permite trabajar durante un máximo de 28 horas semanales. Conocedores de este hecho, las agencias que promueven su llegada consiguen atraer cada vez a más jóvenes con reclamos como “gánate 200.000 o 300.000 yenes mensuales mientras estudias en Japón”.

Jóvenes endeudados conducidos a Japón por agentes sin escrúpulos

El salario medio de un trabajador vietnamita es, al cambio actual, de entre 10.000 y 20.000 yenes mensuales. No es de extrañar que, oyendo cifras como las del reclamo, los interesados acudan en tropel a estas agencias. Se ha producido así un verdadero boom de los estudios en Japón. Mi impresión personal de estos cuatro años de seguimiento del tema es que la mayor parte de los jóvenes llegados de Vietnam y Nepal son falsos estudiantes.

La puerta de entrada para estos falsos estudiantes son las escuelas o academias de japonés para extranjeros. En 10 años han nacido más de 200 nuevas escuelas de este tipo, que suman ya en total más de 600. El boom de los estudios en Japón ocurrido en Vietnam y otros países ha inflado en Japón la burbuja de las escuelas de japonés.

El costo total del primer año de estudios en una de estas escuelas, incluyendo las comisiones que se llevan las agencias y otros gastos, viene a ser de 1,5 millones de yenes, una cifra descomunal para el común de los vietnamitas o nepaleses. Pero ellos se las ingenian para conseguir ese dinero, hipotecando su vivienda o sus campos. El crecimiento económico experimentado por los países emergentes no evita que la vida de la gente común sea muy dura. Las familias envían a sus jóvenes a Japón depositando en ellos todas sus esperanzas de progreso.

Por su parte, el Gobierno de Japón impone como requisito a los aspirantes a estudiar en el país la capacidad de costear sus estudios y su estancia. Los visados se expiden, en teoría, a aquellos extranjeros capaces de pagar todo eso sin necesidad de ponerse a trabajar en Japón. Sin embargo, en los países emergentes solo las clases más privilegiadas pueden permitirse esos gastos. Por eso, algunos aspirantes pagan sobornos a bancos o a órganos de la Administración para hacerse con los documentos que les permitirán obtener un visado. Para hacer ver que la familia en cuestión es solvente, se apañan certificados que contienen datos falseados sobre saldos de cuentas bancarias o ingresos anuales de los padres. Son los propios agentes los que se encargan de los trámites.

Que estos documentos contienen falsedades es algo que tanto las escuelas como el Departamento de Inmigración de Japón, encargado de expedir los visados, conocen. Pero a las escuelas les interesa ampliar sus negocios y el Departamento de Inmigración lo que quiere es alcanzar la cifra de 300.000 estudiantes extranjeros, aunque sea a costa de hacer ingresar en el país a personas que en realidad no tienen solvencia.

Trabajos simples en lugares discretos

Una vez en Japón, estos “falsos estudiantes” se convierten en una codiciada mano de obra. Japón sufre actualmente una gran carencia de mano de obra en trabajos físicos, pero el Gobierno no permite la entrada de aquellas personas cuyo objetivo sea realizar trabajos simples o no cualificados.

A título de “cursillistas en programas de capacitación técnica”, se ha permitido la entrada de 210.000 obreros manuales, limitando su presencia a pequeñas y medianas empresas de los sectores textil y de confección, maquinaria y transformación del metal, etc, a obras de construcción y a plantas de procesado de productos agrícolas o marinos, hasta un total de 74 tipos de ocupación. Pero las necesidades de mano de obra se extienden por otros muchos sectores. Y para estos, los estudiantes extranjeros son un preciado tesoro.

Cuando oímos hablar de estudiantes que encuentran en Japón trabajos ocasionales, pensamos automáticamente en los que se emplean en las tiendas de 24 horas (tiendas de conveniencia) y en las grandes cadenas de restaurantes. Pero los sectores más dependientes de ellos son los que desarrollan su labor en lugares más apartados de las miradas: empresas que elaboran comidas preparadas y bentō (comida para llevar) para supermercados y tiendas de 24 horas, plantas donde se clasifican los envíos de las empresas de mensajería o reparto a domicilio, limpieza de habitaciones y lavandería de los hoteles, reparto de periódicos, etc.

Son todos ellos trabajos físicos, realizados en horario nocturno, que los japoneses rehúyen, y que además están entre los peor pagados. Aunque el estudiante tenga varios de estos trabajos y transgreda el límite de las 28 horas semanales que señala la ley, es improbable que llegue a ganar, como pregonan las agencias, 200.000 o 300.000 yenes mensuales. Pero para cuando descubren el engaño es ya demasiado tarde. Si vuelven a su país sin haber pagado sus deudas, llevarán a su familia a la bancarrota. El único recurso de estos pretendidos estudiantes es permanecer en Japón trabajando hasta devolver todo lo que deben.

Un estudiante extranjero puede estar matriculado en una escuela de japonés durante un periodo máximo de dos años, terminado el cual sus dos únicas opciones serán ingresar en alguna universidad o escuela técnica (especializada). Tanto las universidades como las escuelas técnicas cifran precisamente en los estudiantes extranjeros sus esperanzas de viabilidad.

Debido a la escasez de nacimientos, cerca de la mitad de las universidades privadas del país no están consiguiendo el mínimo de alumnos que necesitan para sobrevivir. Y la situación es todavía más grave entre las escuelas técnicas. Es muy fácil encontrar escuelas de este tipo que aceptan a cualquier extranjero, sea cual sea su nivel de japonés, con tal que pague la matrícula y las tasas académicas. De esta forma, los falsos estudiantes pueden “comprar” su visado pagando sus estudios, lo que los acredita para seguir trabajando en Japón.

Apertura de escuelas en las provincias para captar mano de obra

En otros tiempos, las escuelas de japonés abundaban sobre todo en las áreas urbanas, donde sus alumnos podían encontrar trabajo fácilmente. Pero hoy en día se están implantando también en regiones que están perdiendo población. En 2015 se abrió una escuela en Amami Ōshima y en 2016 en Sado. Ambas son pequeñas islas donde nadie pensaría que pueda sobrevivir una escuela de japonés para extranjeros. En el otoño de 2017, el edificio de una escuela abandonada de secundaria situado en el pequeño municipio de Okutama, en la parte más recóndita de las montañas de la prefectura de Tokio, será rehabilitado y convertido en escuela de japonés. En la pequeña ciudad de Setouchi (prefectura de Okayama) existen planes para abrir en 2018 una escuela técnica orientada a captar estudiantes extranjeros, que tendrá su sede en una escuela abandonada, en este caso de primaria.

Setouchi es mi lugar de nacimiento. Su envejecida población ya no supera los 38.000 habitantes y sigue en descenso. Los criaderos de ostras, uno de los productos típicos de esta zona, no encuentran mano de obra. Por eso tratan de captar estudiantes extranjeros, para utilizarlos como fuerza laboral. Si las viviendas vacías, cada vez más numerosas, se usan a modo de dormitorio estudiantil, se habrán matado dos pájaros de un tiro. Por eso, parece ser que el Ayuntamiento, a fin de revitalizar la economía local, está dispuesto a ceder la antigua escuela por un alquiler muy modesto.

Todo indica que cada vez serán más los ayuntamientos de todo el país que traten de sacar adelante su municipio atrayendo a estudiantes extranjeros. Otra cosa muy diferente es que estos planes se vean coronados con el éxito.

El visado caduca pero el extranjero se queda: el peso de las deudas

El número de residentes extranjeros que han pasado a la ilegalidad al permanecer en Japón una vez caducado su visado era, a 1 de enero de 2017, de 65.270. Es el tercer año consecutivo de ascenso en la estadística. Por nacionalidades, es llamativo el caso de los vietnamitas, que ha marcado un aumento del 35 % con respecto al año anterior para situarse en las 5.137 personas. Por ocupaciones, los extranjeros llegados como estudiantes que se quedan sin visado aumentan en un 11 % y se sitúan en 3.807 personas. De estas dos cifras se deduce que el aumento en el número total de extranjeros sin papeles es consecuencia principalmente del aumento del número de estudiantes vietnamitas.

Entre ellos, no son pocos los que trabajan ilegalmente en Japón para pagar las deudas adquiridas en su país. Y no se sale de lo previsible que algunos de ellos recurran a delitos como el robo o el hurto en tiendas para engrosar rápidamente sus ganancias antes de caer en alguna redada del Departamento de Inmigración. De hecho, por el número de delitos que cometen en Japón, los vietnamitas encabezan ya la lista de nacionalidades, superando, por ejemplo, a los chinos, que los cuadruplican en número.

¿Es necesaria la mano de obra extranjera? Actuemos en consecuencia

Las situaciones que viven estos falsos estudiantes extranjeros son una desgracia tanto para ellos mismos como para Japón. Ellos llegan a Japón cargados de deudas y aquí se ven obligados a trabajar día y noche para pagar esas deudas y los gastos de estudios. Y los japoneses acaban viéndose afectados también por los delitos que cometen algunos de ellos.

Hay que empezar, en primer lugar, por frenar esta corriente de falsos estudiantes. Basta con inspeccionar debidamente los documentos que portan y denegar el visado cuando sea evidente que los datos de solvencia están falseados. Pero hay que decir que la actual tendencia es precisamente la inversa.

En el mes de mayo, a través del Centro para la Promoción del Compromiso Activo de Todos los Ciudadanos, el gobernante Partido Liberal Democrático emitió directrices para dar un nuevo impulso a los citados planes de elevar hasta los 300.000 el número de estudiantes extranjeros. Según leemos en el documento titulado Una propuesta orientada a la creación de una sociedad que promueva el compromiso activo de todos los ciudadanos, este órgano apuesta por la “activa utilización [de los estudiantes extranjeros] como mano de obra para suplir la carencia de fuerza laboral [japonesa]”. Se prevé una relajación en las restricciones impuestas al trabajo de los estudiantes extranjeros, que en el futuro podrán trabajar incluso más de 28 horas semanales.

Si falta mano de obra y se pretende recurrir a los extranjeros para solucionar el problema, lo correcto sería debatir el tema abiertamente y establecer un sistema adecuado. Lo que se está haciendo ahora es permitir el ingreso en el país de jóvenes endeudados para utilizarlos en los trabajos que los japoneses rehúyen, y recuperar en forma de matrículas o tasas académicas el dinero que se les paga por su trabajo. Con este método, es comprensible que en muchos de ellos nazca un sentimiento de rechazo hacia Japón.

Abrir las puertas a los estudiantes extranjeros debería ser una medida para aumentar el número de extranjeros que, por medio del aprendizaje de la lengua y la cultura japonesas, puedan hacer en el futuro una aportación a nuestro país. Lo que se está consiguiendo con los métodos actuales es exactamente lo contrario. Por consiguiente, el plan para elevar hasta los 300.000 el número de estudiantes extranjeros, incluso si lo tomamos como una política de Estado, debería ser suspendido inmediatamente.

Fuente: http://www.nippon.com/es/currents/d00340/

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Chile: escolares inmigrantes. Riesgos de exclusión social

Chile/31 julio 2017/Fuente: Iberoamerica Social

En la práctica el sistema escolar espera la asimilación al conocimiento y currículum monocultural chileno por parte del educando, independientemente de su cultura de origen.

La llegada de población inmigrante a Chile ha traído también la incorporación de alumnado extranjero a los colegios. Según información del Ministerio de Educación1 la matrícula de estudiantes migrantes para el año 2016 fue de 60.844 alumnos, cifra correspondiente al 1,7% de la matrícula total, que duplicó la matrícula del año anterior que correspondía 31.576 estudiantes inmigrantes.

El Estado de Chile ha ratificado la Convención de los Derechos de Niños y Niñas que garantiza el derecho a la educación de todos los niños con independencia de la situación migratoria de sus padres. Sin embargo, los inmigrantes y sus hijos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, pueden ver obstaculizadas las oportunidades de acceder a este derecho. Un estudio de la Universidad Central2 informa la situación de pobreza en la que se encuentran los niños:

… “el 40% de los niños de familias extranjeras sufren de carencias en el ámbito de salud, educación, vivienda y redes familiares y sociales. Esto es casi el doble que el promedio nacional que se sitúa en 22%. Asimismo, el 11% vive en pobreza extrema, una cifra 5,2 puntos porcentuales mayor al índice país.”

Otras circunstancias desfavorables son algunas interacciones de hostilidad – que si bien es cierto, se pueden producir a nivel de todo el sistema escolar chileno- han llegado a mostrarse como expresiones de racismo, trato despectivo relacionado con estereotipos negativos que se asocian a su país de origen, y ofensas por características físicas y diferencias culturales.

Estas son las difíciles interacciones que pueden enfrentar los escolares, ya que en ellas se les muestra una imagen de sí mismos como personas rechazadas por la sociedad de recepción, lo que afecta su autoestima y entorpece la motivación para asistir a clases, en tanto tengan la creencia de que es imposible cambiar la percepción que acerca de ellos tiene la comunidad escolar. Cuando las respuestas del niño o niña llegan a la identificación con alguno de estos estereotipos negativos y se traducen en actos rebeldes, es el niño el señalado como “problemático”, y el sistema escolar termina evadiendo su responsabilidad en la generación de este tipo de conducta. Todas estas adaptaciones van perturbando también los procesos de integración de los niños y niñas a la cultura escolar y por ende, a la cultura chilena.

En cuanto al acceso a la Escolarización, los niños logran obtener matrículas, en general, en establecimientos cercanos a los lugares donde viven y de acuerdo a la realidad socioeconómica de sus familias. Las familias de menores ingresos se encuentran con mayores obstáculos para integrar a sus niños a escuelas, por falta de cobertura, o por prejuicios en relación a algunos colectivos específicos de inmigrantes. Los colegios que reciben a estos escolares, comienzan poco a poco a tener una alta concentración de población escolar foránea, y a ser vistos por los demás establecimientos como “escuelas para inmigrantes”, desconociendo tanto el derecho de niñas y niños a la educación, como el deber de todo colegio de recibirlos, en especial si se trata de establecimientos públicos. La situación descrita ha tenido como efecto la segregación y estigmatización de estas escuelas y de sus alumnos. Así, el conjunto de estos problemas socioculturales, como el prejuicio, la discriminación, la segregación, junto a factores estructurales, se estarían configurando como factores de riesgo de exclusión social para los niños.

En la práctica el sistema escolar espera la asimilación al conocimiento y currículum monocultural chileno por parte del educando, independientemente de su cultura de origen. Esta situación resulta perjudicial para los alumnos que se ven obligados a dejar sus culturas atrás, y deben incorporar nuevas categorías culturales en disonancia, incluso, con su identidad. Se observa que la asimilación es el mecanismo más fácil para el sistema educacional, ya que deja toda la responsabilidad del proceso educativo en el escolar que “debe adaptarse.”

El sistema educacional reproduce la desigualdad que existe en el país, lo que ha afectado, históricamente, por ejemplo, a estudiantes pertenecientes a Pueblos Originarios. Hoy en día la perspectiva de inclusión social es un paso para la creación de condiciones y oportunidades para los grupos desfavorecidos, y ésta debe contemplar la realidad de los grupos de inmigrantes, cuya integración significa la futura participación en la construcción del país.

Este nuevo escenario, requiere de flexibilidad para afrontar los desafíos de la multiculturalidad, mediante el diálogo y la reflexión con las familias inmigrantes, remediando los sesgos etnocéntricos de aproximaciones pasadas, de tal forma que se reconozcan los valores de todos los agentes que constituyen esta nueva escuela.

Fuente: http://iberoamericasocial.com/escolares-inmigrantes-riesgos-exclusion-social/

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Ninguna escuela de EEUU puede rechazar a un estudiante por ser indocumentado: Conoce los derechos de los estudiantes

Estados Unidos/05 junio 2017/Fuente: Univisiòn

Todos los menores de edad tienen derecho a una educación. Incluso, negar o disuadir de estudiar a estudiantes indocumentados o hijos de padres indocumentados es ilegal. Tanto padres, educadores y estudiantes deben tener sus derechos y responsabilidades claras. Entérate de cuáles son.

Los niños van a la escuela a aprender, los maestros, a enseñar. Parece sencillo, pero esto a veces se pierde en medio del clima político actual, cargado de retórica antiinmigrante. Es importante que tanto padres, estudiantes y educadores tengan claro cuáles son los derechos de los estudiantes en las escuelas, sean estos inmigrantes o no.

Lo más importante es que todos los estudiantes, sin importar su estatus migratorio, tienen los mismos derechos cuando se trata de su educación y de las escuelas. Esto proviene de una decisión de la Corte Suprema de 1982, Plyler v. Doe, que dictaminó que los niños indocumentados o de padres indocumentados tienen el mismo derecho de asistir a las escuelas públicas que tienen los niños que son ciudadanos estadounidenses.

Todo esto además está respaldado por la clausula de Protección Equitativa ( Equal Protection clause, en inglés), parte de la 14va Enmienda de la Constitución, que dice que ningún estado puede negarle a una persona «la protección equitativa de la ley».

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Ahora, en Estados Unidos, los jóvenes no solo están obligados a asistir a la escuela hasta los 18 años. Además, las escuelas públicas no pueden:
  • Negarle la matrícula a un estudiante basándose en su situación legal y/o migratoria, ya sea a principios del curso o durante el año escolar.
  • Tratar a un estudiante en forma desigual al verificar la situación de migratoria solo de ciertos estudiantes.
  • Promover prácticas cuyo resultado es negar el derecho de acceso a los servicios escolares.
  • Requerir que un estudiante o sus padres revelen o documenten su situación migratoria.
  • Interrogar a estudiantes o padres con la intención de obligarlos a exponer y revelar su situación de indocumentados.
  • Exigir que los padres produzcan licencias de conducir u otros documentos de identificación.
  • Exigir que un estudiante obtenga un número de Seguro Social (SS) como requisito de admisión a la escuela.

Si un estudiante no tiene un número de SS, la escuela debe asignarle un número de identificación, según la Asociación de Investigación de Desarollo Intercultural, o IDRA, por sus siglas en inglés. Los adultos sin números de SS que necesitan almuerzo o desayuno gratis solo tienen que indicar que no tienen Seguro Social. Allí debe terminar la conversación.

Sin embargo, escuelas alrededor del país están publicando avisos en sus páginas web y otros sitios web escolares indicando que es necesario tener una tarjeta de SS o un certificado de nacimiento para registrar a los niños en la escuela. Aunque las escuelas pueden solicitar un certificado de nacimiento, no pueden prohibir que los estudiantes se matriculen si no tienen este documento. Esto sería una violación directa de Plyler v. Doe.

Los padres además deben saber que tanto ellos como sus hijos tienen derecho a la privacidad, es decir, el derecho a que no se comparta información de sus hijos, ya se migratoria o de otros temas. La Ley de Derechos Educativos y Privacidad Familiar le restringe a las escuelas compartir información con ICE, o la agencia de Inmigración y Control de Aduanas.

A los estudiantes indocumentados no se debe desalientar asistir.
A los estudiantes indocumentados no se debe desalientar asistir. iStock

¿Por qué EEUU tiene estas políticas de educación hacia los inmigrantes?

Lo que Plyler v. Doe dictaminó fue radical en su momento. La corte dictó que el estatuto de Texas contra el que se entabló la demanda «le impone una vida entera de dificultad y sufrimiento a una clase específica de niños que no son responsables por su estatus discapacitante. Estos niños no pueden ni afectar la conducta de sus padres ni su propio estatus indocumentado».

Además, continúa el texto de la decisión, «la educación pública tiene un rol crucial en mantener el tejido de la sociedad y en mantener nuestra herencia política y cultural. Privar de educación deja una marca negativa inestimable en el bienestar social, económico, intelectual y psicológico del individuo, e impone un obstaculo para la realización personal».

El personal de las escuelas – en especial el director y los que admiten a los estudiantes – deben ser conscientes de que no tienen la obligación legal de hacer que se cumplan las leyes de inmigración del país. Su labor es educar y apoyar a sus estudiantes para ayudarlos a aprender y triunfar como individuos y como miembros de la sociedad.

Fuente: http://www.univision.com/noticias/educacion-publica/ninguna-escuela-de-eeuu-puede-rechazar-a-un-estudiante-por-ser-indocumentado-conoce-los-derechos-de-los-estudiantes
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Casi la mitad de los inmigrantes que llegan a EE.UU. tiene título universitario

Por: EFE

Los inmigrantes adultos que llegaron a Estados Unidos entre 2011 y 2015 tenían un nivel de estudios superior al de los anteriores expatriados, y el 48 % de ellos eran graduados universitarios, según un reporte presentado hoy por el Migration Policy Institute (MPI).

En comparación, solo el 27 % de los inmigrantes que llegaron al país hace un cuarto de siglo (1986-1990) tenía título universitario, señala el centro de estudios. Esto ha contribuido a que la población inmigrante con educación universitaria se haya triplicado entre 1990 y 2015, al pasar de 3,1 a 11,1 millones de personas.

“Hoy en día los inmigrantes componen el 17 % de los 66,4 millones de adultos en Estados Unidos con título universitario, frente al 10 % en 1990”, apunta el estudio. Jeanne Batalova, coautora del informe, indicó que este aumento refleja la “creciente migración desde Asia”, pues la mitad de los inmigrantes universitarios que llegaron al país desde 2010 procedían de este continente.

Muestra además, en su opinión, una mejora educativa a nivel mundial, un aumento de la educación superior en inglés y que este idioma se ha convertido en la “lengua franca global”, especialmente en los negocios y la ciencia, entre otras áreas.

Los latinoamericanos son ahora el segundo mayor grupo de inmigrantes altamente calificados, desbancando a los europeos, que cayeron al tercer lugar. Sin embargo, los inmigrantes europeos tienen mayor probabilidad de tener un título universitario (65 %), por encima de los procedentes de Asia (62 %), Oceanía (61 %), Norteamérica (53 %), África (40 %) y América Latina (23 %).

Todo ello ha llevado a que los inmigrantes tengan mayor formación académica que los nacidos en Estados Unidos en un buen número de estados. Por ejemplo, en Michigan y Ohio, mientras entre el 59 % y 63 % de los inmigrantes llegados a estos dos estados tenía título universitario, solo el 26 % o 27 % de los nacidos en estas regiones tenía estudios superiores.

En total, el porcentaje de los nacidos en Estados Unidos con un grado universitario era del 31 %, contra el 48 % de los llegados al país entre 2011 y 2015.

Fuente: http://elmundo.sv/casi-la-mitad-de-los-inmigrantes-que-llegan-a-ee-uu-tiene-titulo-universitario/

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Estados Unidos: Estudiantes presionan por el cierre de más de 900 escuelas de LAUSD para la marcha del 1 de mayo

Estados Unidos/24 de Abril de 2017/Hoy Los Ángeles

La petición emanó primero del lado de los padres de familia y el sindicato de maestros, ahora son los mismos estudiantes quienes elevan la presión para que el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) cierre los planteles educativos el próximo 1 de mayo.

“No queremos vandalizar o no ir a estudiar”, enfatizó Williams Rojas, estudiante del 12vo grado de una escuela local. “Que se cierren las escuelas no para que sea un día libre sin clases, sino para que todos los estudiantes se unan y puedan apoyar a nuestra comunidad”.

Rojas, hijo de padres mexicanos, es uno de los más de 640 mil alumnos inscritos en LAUSD. Este distrito, el segundo más grande del país, cuenta con más de 900 escuelas entre kínder y el 12vo grado, así como 187 escuelas charter.

Así como este joven, existe interés entre otros hijos de inmigrantes de sumarse a la marcha al ver la incertidumbre que enfrentan sus padres.

“Lo que me motiva”, dijo Rojas, “es más que nada la injusticia y el racismo que se está viendo en contra de la comunidad latina y en general [hacia] los indocumentados”.

Por cada tres por ciento de estudiantes ausentes en un día de clases, el distrito pierde hasta 100 millones de dólares. De hecho, el 90% de los fondos que reciben es a causa de la asistencia escolar.

Ante la inminente inasistencia, Ron Góchez, educador y director de la organización Unión del Barrio, enfatiza que “por la seguridad de todos” fuera más fácil que se cierren las escuelas y que la gente pueda participar, porque “sabemos que muchos estudiantes se van a querer salir”.

“Miran como sus padres tienen miedo, ellos mismos tienen miedo, de las deportaciones que están pasando”, señaló el activista. “Sienten el deber de salir a participar para defenderse ellos mismos y defender sus familias, por eso quieren participar”.

Junto a otros alumnos, Rojas se está movilizando para que los miembros del distrito escolar consideren la petición. En su perspectiva, es la mejor manera en que los funcionarios educativos expresen solidaridad en una causa que solo los mismos estudiantes entienden.

“Mi padrastro diariamente está en peligro, tiene que ir a trabajar; no es seguro que va a regresar a la casa; es esa incertidumbre si va a llegar o no”, aseguró el joven.

El Sindicato de Maestros de Los Ángeles (UTLA), por su parte, ha convocado a sus miembros a la marcha; en ese sentido, consideran que LAUSD puede apelar al estado para una exención, de modo que el distrito no se vea afectado en sus finanzas.

A criterio de Juan José Gutiérrez, presidente de Vamos Unidos USA, los estudiantes y maestros son sectores clave que sumados a líderes religiosos, grupos comunitarios, abogados y comunicadores, entre otros, están integrándose a esta gran movilización que envía un mensaje de unidad.

“Se está haciendo el trabajo de hormiga, hay muchísima gente involucrada”, indicó el activista. “Aquí nadie sobra, todo mundo tiene un puesto; si queremos mover millones se necesitarán miles de persona que se incorporen al movimiento en todos los renglones de la comunidad”.

A escala nacional, se está invitando a la comunidad a manifestarse, a no comprar ni trabajar, como parte de un boicot económico. En la mira está también la movilización del 2006, cuando mareas humanas poblaron las principales ciudades de Estados Unidos.

En Los Ángeles, hace 11 años atrás, salieron a marchar más de 500 mil personas. En esta oportunidad, plantea Góchez, las diferentes organizaciones van a colocar mesas de información en el punto final de la manifestación, junto a la alcaldía, para que la gente se involucre más.

“El mensaje central es organizarse”, advirtió el líder comunitario. “Aunque salgan 10 millones el primero de mayo no vamos a lograr cambios sistemáticos, fundamentales; la única manera de hacerlo es organizarnos de forma permanente”.

Fuente:   http://www.hoylosangeles.com/noticias/local/hoyla-loc-estudiantes-presionan-por-el-cierre-de-mas-de-900-escuelas-de-lausd-para-la-marcha-del-1-de-mayo–story.html

 

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Más de 5 millones de personas han huido del conflicto en Siria: ONU

Siria/03 aril 2017/Fuente: huffingtonpost

En otras palabras, un cuarto de la población siria ha salido desde 2011.

Más de cinco millones de personas han huido del devastador conflicto en Siria, señaló la ONU este jueves, mientras que ONGs pidieron el apoyo de la comunidad internacional para poner fin a la guerra de seis años que hasta hoy a dejado una saldo de 470,000 muertes, en el caso de los que no pudieron huir, según información del Centro Sirio para la Investigación Política (SCPR).

 Las nuevas cifras significan que alrededor de un cuarto de la población siria ha huido desde marzo de 2011.

La vocera de la ACNUR, Cecile Pouilly, calificó las cifras de «hito importante» y pidió la cooperación de la comunidad internacional.

 «Cuando el número de mujeres, hombres y niños que huyeron de seis años de guerra en Siria rebasa la barrera de los cinco millones, la comunidad internacional necesita hacer más para ayudarlos», señaló ACNUR en un comunicado.

Las ONGs que ayudan a los refugiados sirios alertan repetidamente sobre la crisis, pidiendo más fondos y acciones internacionales para detener la guerra en Siria.

«Está claro que la comunidad internacional ha fracasado completamente en poner fin al conflicto en Siria», dijo Alun McDonald, portavoz regional de Save the Children.

 «La situación dentro del país sigue sin ser segura para que la gente regrese, cada día vemos más gente desplazada», dijo a la AFP.

McDonald señaló que la mayor parte de la comunidad internacional estaba fracasando también con los refugiados, con el cierre de las fronteras.

Según Tom Garofalo, responsable regional del International Rescue Committee, la guerra que asola Siria fuerza «cada día a 6,000 personas a huir de sus hogares».

Turquía es el país que alberga el mayor número de sirios desplazados por la guerra, casi tres millones.

Le siguen Líbano con más de un millón y Jordania con 657.000 y en menor medida Irak, Egipto y otros países norafricanos.

¿Y LOS REFUGIADOS DE TURQUÍA?

Sin embargo, estas cifras no toman en cuenta los cientos de miles de sirios que han huido hacia Europa, arriesgándose a menudo a caer en manos de los traficantes de personas e incluso a la muerte en peligrosos viajes por tierra y mar.

Un menor número fue reasentado oficialmente en Europa, Canadá y Estados Unidos, aunque la administración del presidente Donald Trump trató de detener temporalmente todas las entradas de refugiados sirios.

El grupo más grande se encuentra en Turquía, con casi 2,9 millones de refugiados sirios registrados, según la ONU.

La mayoría vive en las ciudades turcas, incluyendo más de medio millón solo en Estambul, y menos de una décima parte reside en campamentos.

El presidente Recep Tayyp Erdogan, uno de los primeros partidarios del levantamiento que instó repetidamente al presidente sirio Bashar al Asad a dimitir, se planteó incluso la posibilidad de conceder la ciudadanía a algunos refugiados.

En Jordania, cerca de 657.000 refugiados sirios fueron registrados por la ONU, pero el gobierno dice que la verdadera cifra es de 1,3 millones.

Decenas de miles de sirios se alojan en dos grandes campos, Zaatari y Azraq, pero la mayoría vive en casas y apartamentos, con acceso al mercado de trabajo, compitiendo por el escaso empleo.

La situación es más complicada en Líbano, donde el gobierno rechazó el establecimiento de campamentos oficiales.

La ONU dijo que cerca de un millón de sirios se encuentran en el país, aunque el gobierno aseguró que la cifra era mayor, con muchos de ellos viviendo en condiciones deplorables en campamentos no oficiales.

EL IMPACTO EN LOS NIÑOS

Líbano tiene solo cuatro millones de ciudadanos y ya luchaba contra los escasos recursos, desempleo y una escasa infraestructura antes de la crisis de refugiados.

En un comunicado conjunto con organizaciones sirias, la organización benéfica Oxfam instó el jueves a dar más apoyo a los países de acogida.

«Oxfam pide a los países ricos dar su apoyo a los vecinos de Siria que acogieron a estos refugiados y para reasentar al menos al 10% más vulnerable de los refugiados sirios a finales de 2017», dijo el director ejecutivo internacional de Oxfam, Winnie Byanyima.

«Es una crisis prolongada y la financiación no está cubriendo las necesidades», añadió la portavoz de Oxfam, Joelle Bassoul.

«Con menos recursos ahora tenemos que ayudar a más personas», dijo a la AFP.

Los grupos de ayuda y la ONU también han alertado a menudo sobre el impacto a largo plazo de esta crisis, en especial en los niños.

«Un millón de niños refugiados sirios están desescolarizados y perdiendo su educación, y son ellos los que tendrán que contribuir a reconstruir Siria para la próxima generación», apuntó McDonald.

Fuente:http://www.huffingtonpost.com.mx/2017/03/30/mas-de-5-millones-de-personas-han-huido-del-conflicto-en-siria_a_22019113/

 

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