Chile: escolares inmigrantes. Riesgos de exclusión social

Chile/31 julio 2017/Fuente: Iberoamerica Social

En la práctica el sistema escolar espera la asimilación al conocimiento y currículum monocultural chileno por parte del educando, independientemente de su cultura de origen.

La llegada de población inmigrante a Chile ha traído también la incorporación de alumnado extranjero a los colegios. Según información del Ministerio de Educación1 la matrícula de estudiantes migrantes para el año 2016 fue de 60.844 alumnos, cifra correspondiente al 1,7% de la matrícula total, que duplicó la matrícula del año anterior que correspondía 31.576 estudiantes inmigrantes.

El Estado de Chile ha ratificado la Convención de los Derechos de Niños y Niñas que garantiza el derecho a la educación de todos los niños con independencia de la situación migratoria de sus padres. Sin embargo, los inmigrantes y sus hijos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, pueden ver obstaculizadas las oportunidades de acceder a este derecho. Un estudio de la Universidad Central2 informa la situación de pobreza en la que se encuentran los niños:

… “el 40% de los niños de familias extranjeras sufren de carencias en el ámbito de salud, educación, vivienda y redes familiares y sociales. Esto es casi el doble que el promedio nacional que se sitúa en 22%. Asimismo, el 11% vive en pobreza extrema, una cifra 5,2 puntos porcentuales mayor al índice país.”

Otras circunstancias desfavorables son algunas interacciones de hostilidad – que si bien es cierto, se pueden producir a nivel de todo el sistema escolar chileno- han llegado a mostrarse como expresiones de racismo, trato despectivo relacionado con estereotipos negativos que se asocian a su país de origen, y ofensas por características físicas y diferencias culturales.

Estas son las difíciles interacciones que pueden enfrentar los escolares, ya que en ellas se les muestra una imagen de sí mismos como personas rechazadas por la sociedad de recepción, lo que afecta su autoestima y entorpece la motivación para asistir a clases, en tanto tengan la creencia de que es imposible cambiar la percepción que acerca de ellos tiene la comunidad escolar. Cuando las respuestas del niño o niña llegan a la identificación con alguno de estos estereotipos negativos y se traducen en actos rebeldes, es el niño el señalado como “problemático”, y el sistema escolar termina evadiendo su responsabilidad en la generación de este tipo de conducta. Todas estas adaptaciones van perturbando también los procesos de integración de los niños y niñas a la cultura escolar y por ende, a la cultura chilena.

En cuanto al acceso a la Escolarización, los niños logran obtener matrículas, en general, en establecimientos cercanos a los lugares donde viven y de acuerdo a la realidad socioeconómica de sus familias. Las familias de menores ingresos se encuentran con mayores obstáculos para integrar a sus niños a escuelas, por falta de cobertura, o por prejuicios en relación a algunos colectivos específicos de inmigrantes. Los colegios que reciben a estos escolares, comienzan poco a poco a tener una alta concentración de población escolar foránea, y a ser vistos por los demás establecimientos como “escuelas para inmigrantes”, desconociendo tanto el derecho de niñas y niños a la educación, como el deber de todo colegio de recibirlos, en especial si se trata de establecimientos públicos. La situación descrita ha tenido como efecto la segregación y estigmatización de estas escuelas y de sus alumnos. Así, el conjunto de estos problemas socioculturales, como el prejuicio, la discriminación, la segregación, junto a factores estructurales, se estarían configurando como factores de riesgo de exclusión social para los niños.

En la práctica el sistema escolar espera la asimilación al conocimiento y currículum monocultural chileno por parte del educando, independientemente de su cultura de origen. Esta situación resulta perjudicial para los alumnos que se ven obligados a dejar sus culturas atrás, y deben incorporar nuevas categorías culturales en disonancia, incluso, con su identidad. Se observa que la asimilación es el mecanismo más fácil para el sistema educacional, ya que deja toda la responsabilidad del proceso educativo en el escolar que “debe adaptarse.”

El sistema educacional reproduce la desigualdad que existe en el país, lo que ha afectado, históricamente, por ejemplo, a estudiantes pertenecientes a Pueblos Originarios. Hoy en día la perspectiva de inclusión social es un paso para la creación de condiciones y oportunidades para los grupos desfavorecidos, y ésta debe contemplar la realidad de los grupos de inmigrantes, cuya integración significa la futura participación en la construcción del país.

Este nuevo escenario, requiere de flexibilidad para afrontar los desafíos de la multiculturalidad, mediante el diálogo y la reflexión con las familias inmigrantes, remediando los sesgos etnocéntricos de aproximaciones pasadas, de tal forma que se reconozcan los valores de todos los agentes que constituyen esta nueva escuela.

Fuente: http://iberoamericasocial.com/escolares-inmigrantes-riesgos-exclusion-social/

Comparte este contenido: