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Lula culpa a Bolsonaro por aumento de hambruna en Brasil

América del Sur/Brasil/13-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Luiz Inácio Lula da Silva señaló que no es un fenómeno de la naturaleza, sino provocado por la irresponsabilidad.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva responsabilizó al Gobierno de Jair Bolsonaro del empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores más humildes de la sociedad.

En un mensaje difundido a través de la red social Twitter, Lula manifestó que «habíamos acabado con el hambre y ahora ha vuelto», y señaló que se trata de un problema social que mucha gente ignora pese a que resulta «una enfermedad que no es invisible», dijo.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) lamentó ver «un aumento en el número de niños en las calles pidiendo limosna, hambrientos» y señaló que tras ello yace la ineficacia del Ejecutivo, pues «el hambre no es un fenómeno de la naturaleza; es provocado por la irresponsabilidad del Gobierno», escribió.

Según datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el hambre alcanzaba a 10.3 millones de personas en 2018, cuando el país era gobernado por Michel Temer, quien ocupó la Presidencia tras el golpe parlamentario que sufrió Dilma Rousseff (PT) en 2016.

El reporte del IBGE precisa que en ese año al menos el 37 por ciento de las familias de Brasil padecía ese problema. La inseguridad alimentaria se situaba en 35 por ciento en 2004, y gracias a la gestión del PT descendió al 30 por ciento en 2009 y cuatro años después hasta el 23 por ciento, reveló la agencia.

Con anterioridad, Lula ha criticado la vuelta del hambre en Brasil y denunciado el desmantelamiento de las políticas de seguridad alimentaria por parte del Gobierno de Jair Bolsonaro.

El mensaje del líder político en Twitter se produce en el contexto de las elecciones municipales, que inician el 15 de noviembre próximo. Al respecto, el recomendó que «cuando vayas a votar el domingo, recuerda que cualquiera puede hacer un puente, un viaducto, asfaltar la calle, pero pocos saben cuidar a la gente. Cuida a la gente».

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/brasil-lula-culpa-bolsonaro-aumento-hambruna-20201111-0046.html

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La naturaleza no podrá cuidarnos en los próximos 30 años

Por: Agencias SINC

El primer estudio sobre las contribuciones de los ecosistemas a la humanidad refleja que la capacidad de la naturaleza para satisfacer las necesidades de la gente está disminuyendo. El informe asegura que dentro de 30 años, más de 5.000 millones de personas –en la actualidad viven 7.600 millones– sufrirán la inseguridad alimentaria, la contaminación del agua y el aumento de tormentas costeras.

La naturaleza aporta numerosas necesidades básicas al ser humano, como los servicios de los ecosistemas, que nos aseguran agua limpia o alimentación. Sin embargo, el creciente impacto mundial en el medio ambiente ha provocado una disminución de estos sistemas.

Por eso, la Plataforma Intergubernamental de Políticas Científicas en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés), ha elaborado un informe para determinar cómo de importante es la naturaleza para los seres humanos y quiénes corren más peligro si dejan de cuidarla.

Los resultados confirman que, en los próximos 30 años, es posible que más de 5.000 millones de personas tengan que enfrentarse a la contaminación del agua, el aumento de las tormentas costeras y la inseguridad alimentaria.

Rebecca Chaplin-Kramer, investigadora de la Universidad de Stanford (EEUU) y principal autora del estudio, explica que los países en desarrollo de África y Asia meridional serán los más afectados por estos impactos.

Análisis a escala global

Para llevar a cabo la investigación, se desarrolló un modelo de alta resolución y a escala global, que capta de manera única tanto el ‘lado de la oferta’ (las aportaciones de la naturaleza a las personas) como el ‘lado de la demanda’ (las necesidades de la gente).

Donde la gente necesita más la naturaleza, la capacidad de esta para satisfacer esas necesidades está disminuyendo

Los científicos evaluaron las tendencias en la calidad del agua, la polinización de los cultivos y la protección de las costas en tres posibles escenarios futuros.

Así concluyeron que en el futuro sufriremos la inseguridad alimentaria relacionada con la deficiente polinización de los cultivos, la escasez de agua limpia y el aumento de tormentas costeras severas provocadas por la erosión y las inundaciones.

Además, los resultados muestran que donde la gente necesita más la naturaleza, la capacidad de esta para satisfacer esas necesidades está disminuyendo.

Se trata del primer modelado global de las aportaciones que la naturaleza hace a las personas y sus conclusiones son determinantes. “Este artículo ofrece una imagen única y profundamente preocupante de las cargas sociales que soportará la pérdida de la naturaleza”, escribe Patricia Balcanera en Perspective. El informe se ha lanzado para concienciar de la magnitud del problema.

Referencia bibliográfica: 

Rebecca Chaplin-Kramer et al. “Global modeling of nature’s contributions to people”. Sciences. 10 de octubre de 2019. DOI:

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/ciencia/2019/10/11/la-naturaleza-no-podra-cuidarnos-en-los-proximos-30-anos

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El hambre de los estudiantes en las universidades sudafricanas necesita más atención

Africa/Sudafrica/theconversation.com/Marc Wegerif/Oluwafunmiola Adeniyi

La inseguridad alimentaria en las instituciones terciarias se describe acertadamente como » el esqueleto en los armarios de las universidades» porque recibe muy poca atención. Se supone que aquellos en la educación superior son una élite cuyas necesidades básicas mínimas se satisfacen.

Pero un estudio de 34 colegios y universidades en los Estados Unidos encontró que el 48% de los estudiantes experimentan inseguridad alimentaria y el 22% hambre. De la población de estudiantes negros, el 57% padecía inseguridad alimentaria, en comparación con el 40% de los estudiantes blancos.

Los pocos estudios sobre inseguridad alimentaria (la falta de acceso confiable a cantidades suficientes de alimentos asequibles y nutritivos) en instituciones terciarias sudafricanas muestran una imagen alarmante que refleja las divisiones sociales que afectan al país. En la Universidad del Estado Libre, el 64.5% de los estudiantes tienen inseguridad alimentaria.

En la Universidad de KwaZulu-Natal, el 55% de los estudiantes de familias de bajos ingresos padecían inseguridad alimentaria. Esto se debe en parte a que usaron parte del dinero limitado que recibieron como estudiantes para ayudar a sus familias necesitadas.

Más de dos décadas después del apartheid ha dejado un legado que aún persiste en la privación de derechos y subyugación en muchas esferas socioeconómicas. Estos incluyen el sector educativo. La educación terciaria bajo el apartheid estaba altamente fragmentada por la raza y la política de la raza.

La mayoría de los estudiantes negros en las instituciones terciarias de Sudáfrica en la actualidad son de primera o segunda generación en alcanzar este nivel en sus familias y son de familias más pobres. Este legado no termina repentinamente porque se matriculan para estudiar en instituciones de educación superior.

Los estudiantes también sufren la doble carga de la desnutrición: el hambre y la obesidad. Esto resulta en estrés, mala salud, bajos puntajes académicos y mayores tasas de deserción. Todo esto desperdicia valiosos recursos invertidos en educación superior y perpetúa la pobreza y la desigualdad intergeneracionales.

Los estudiantes de todos los ámbitos de la vida se ven afectados. Pero los más afectados son los estudiantes negros de hogares más pobres que representan las esperanzas de sus familias como la primera generación en acceder a la educación superior. A los estudiantes que pasan hambre se les niega la posibilidad de alcanzar su máximo potencial. A las familias, las comunidades y la nación se les niegan las habilidades y la contribución total que tales estudiantes podrían haber hecho.

Poner fin al hambre estudiantil

La pobreza es la causa principal del problema, combinada con aumentos en los precios de los alimentos, tarifas, alojamiento, transporte y libros. Los estudiantes están divididos entre diferentes demandas de recursos limitados.

La situación empeora cuando los estudiantes no tienen acceso a instalaciones de cocina y los campus tienen opciones limitadas para alimentos asequibles y saludables. Sboniso Ngcobo, un estudiante de la Universidad Tecnológica de Durban, lo expresó claramente cuando dijo

«La mayoría de los estudiantes … comen lo que está disponible a bajo precio».

Algunas universidades han respondido con intervenciones como bancos de alimentos, programas de alimentación y huertos. La iniciativa Stop Hunger Now de la Universidad de Johannesburgo sirve 7 000 comidas a la semana. Los estudiantes con inseguridad alimentaria en la Universidad del Estado Libre reciben subsidios modestos y una comida equilibrada por día a través del Programa No Student Hungry . La Universidad de Witwatersrand comenzó un mercado de agricultores para que los productos frescos fueran accesibles a los estudiantes y beneficiara a los agricultores locales.

Si bien todos estos programas tienen algunos impactos positivos, existen desafíos. Estos incluyen el estigma asociado a ser visto como pobre y hambriento. Las colas para entregar alimentos son a menudo vistas por los estudiantes como una de las experiencias más indignas que podrían tener. Las intervenciones hasta ahora han sido ad hoc, no institucionalizadas, y están muy lejos de cumplir con el derecho de las personas a la alimentación.

Para abordar esto a nivel institucional, el Instituto Dullah Omar de la Universidad del Cabo Occidental, junto con el Centro de Excelencia en Seguridad Alimentaria DST-NRF , ha reunido a las partes interesadas: estudiantes, académicos, ejecutivos universitarios y representantes del estado y sociedad civil – bajo el Proyecto Acceso a Alimentos para Estudiantes. El objetivo es encontrar soluciones integrales para la inseguridad alimentaria en las instituciones terciarias.

Un coloquio nacional celebrado en 2018 discutió un enfoque basado en los derechos humanos. Una serie de reuniones de promoción en 2019 produjo una petición , que se presentó a la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica, pidiendo una acción concertada para abordar esta crisis.

Es esencial que los estudiantes sean reconocidos como un grupo vulnerable que merece intervención cuando se trata de seguridad alimentaria. La mayoría de los estudiantes están desempleados, no son elegibles para subsidios sociales, y no existe un programa de seguridad alimentaria para ellos como en las escuelas.

Lo que hay que hacer

Las políticas de derecho a la alimentación deben cubrir a los estudiantes en instituciones públicas y privadas, desde centros de capacitación hasta universidades. El sector de la educación superior necesita legislación, reglamentos y programas de acción con presupuestos para hacer frente a esto.

Los estudiantes de los colegios y universidades estatales están al cuidado del estado, que está obligado a garantizar que se cumplan los derechos de los estudiantes. Las instituciones educativas privadas también deben cumplir con los mismos estándares.

Las instituciones terciarias pueden ser líderes en la transición justa hacia sistemas alimentarios sostenibles mediante la integración de la investigación y el aprendizaje sobre los sistemas alimentarios y alimentarios y el desarrollo de programas de estudios alimentarios. Las instituciones también pueden garantizar que los campus sean entornos alimentarios prósperos que hagan que los alimentos saludables sean accesibles donde los estudiantes viven y estudian.

Más allá de sus campus, las instituciones terciarias tienen la responsabilidad y la oportunidad de usar su influencia y su poder de compra para promover sistemas alimentarios más justos y sostenibles, como a través de la promoción de la agroecología y el apoyo a los agricultores negros y las reformas agrarias.

Las iniciativas prácticas, como una asistencia alimentaria mejor estructurada, huertos alimentarios, la apertura de espacios para vendedores de alimentos a pequeña escala en los campus, pueden satisfacer algunas de las necesidades y mostrar lo que es posible. Sin embargo, en última instancia, se necesita legislación gubernamental para confirmar los derechos de los estudiantes y las obligaciones de las instituciones estatales y terciarias a este respecto.

Fuente: https://theconversation.com/student-hunger-at-south-african-universities-needs-more-attention-123378

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Estados Unidos: La crisis de los estudiantes universitarios que pasan hambre y no tienen dónde dormir

América del norte/Estados Unidos/26 Abril 2018/Fuente: Semana 

Un nuevo estudio arroja luz sobre una crisis desconocida por muchos: las condiciones en las que más de un tercio de los universitarios de Estados Unidos se encuentran, sin el dinero suficiente para comer adecuadamente o pagar las facturas.

Cuando Supraja Sridhar estaba estudiando en la universidad de Alabama-Birmingham, se topó con un problema que nunca imaginó: una de sus compañeras estaba pasando hambre.

«Tenía tres trabajos (…) y le costaba alimentarse, tener la comida que necesitaba», lamenta la joven en conversación con BBC Mundo.

Sridhar tenía un plan de comidas contratado en la universidad y le ofreció compartirlo, pero se quedó pensando: «¿Habrá más gente como ella?»

Era 2013 y por entonces no había mucha información al respecto, pero este mes un nuevo estudio arrojó luz sobre el fenómeno: más de un tercio de los alumnosen universidades estadounidenses no tiene suficiente dinero para comer adecuadamente.

«Es la cosa más triste en la que he trabajado en mi carrera», dice Sara Goldrick-Rab, la académica de la universidad del Temple de Filadelfia que lideró la investigación.

El informe, publicado por la universidad del Temple y el centro Wisconsin HOPE Lab, se presenta como el estudio nacional «más amplio» sobre esta crisis.

Inseguridad alimentaria y vivienda precaria

Los investigadores analizaron respuestas de 43.000 estudiantes de 66 centros de estudio superiores en 20 estados y el distrito de Columbia, y concluyeron que el 36% de ellos ni comían lo suficiente ni tenían acceso a una vivienda segura.

El documento incluye información de alumnos de universidades y de colegios comunitarios, centros que sirven de puente a la universidad, con cursos de dos años más asequibles que pueden ser convalidados en una carrera posterior.

Para describir la situación, los investigadores hablan de «inseguridad alimentaria», en referencia a personas que se saltan comidas o reducen las cantidades de lo que comen por falta de dinero; y de «precariedad de la vivienda», o la dificultad para pagar las facturas o la necesidad de mudarse de manera frecuente.

Conclusiones del informe

  • 36% de los universitarios encuestados sufría de «inseguridad alimentaria», el 42% en centros comunitarios
  • 36% de los universitarios tenía una «vivienda precaria», mientras que la cifra sube al 46% en el caso de estudiantes de centros «puente»
  • 9% no tenía un lugar en el que vivir en 2017; dormía en un albergue, un vehículo o un edificio abandonado. El número sube en centros comunitarios: 12%

Entre las conclusiones más destacadas, se encuentra el porcentaje de alumnos que pasaron al menos un día sin comer el mes anterior a la encuesta, por falta de dinero: el 6% en universidades y el 9% en centros comunitarios.

Las razones que llevan a esta situación son varias, según los investigadores: la subida del coste de los estudios, la dificultad para encontrar un trabajo a tiempo parcial, la falta de ayudas apropiadas, el mayor número de estudiantes de menos recursos e incluso el desconocimiento del problema por parte de algunas instituciones.

La situación permanece en las sombras porque los centros de estudio «necesariamente no ven que su trabajo sea cuidar de adultos», destaca la encargada de la investigación.

«En cierto modo, (los centros) asumen que si están en la universidad, tienen que ser capaces de cuidar de sí mismos».

«Pero no se dan cuenta de que no se trata de que uno sea capaz de cuidarse a sí mismo; se trata de tener o no tener dinero suficiente», considera la profesora Sara Goldrick-Rab.

Las cifras del estudio, apunta, son solo la «punta del iceberg»: «La verdad es que esto no representa la situación nacional porque no hay datos disponibles».

Las dificultades para pagar las facturas o el precio de una comida perjudican el rendimiento de estos estudiantes, sobre todo de aquellos con menos recursos, e incluso fuerza a algunos a abandonar las clases.

Tasas, libros, alquiler… y comida

Sridhar, conocida como «Sippy», lo sabe bien. La situación en la que vio a su amiga le sorprendió y comenzó entonces un proyecto que ahora se ha convertido en una iniciativa nacional: Donor to Diner (D2D).

«No queremos que un estudiante que es bueno no pueda completar sus estudios porque no tiene comida», explica la fundadora de la iniciativa a BBC Mundo.

La joven, que estudia ahora un doctorado en Medicina en la universidad del Sur de Alabama, considera urgente concienciar sobre la situación.

«Cuando se piensa en hambre e inseguridad alimentaria, no se suele pensar en estudiantes universitarios. Eso acrecienta el problema: los estudiantes piensan que están solos y no lo están».

Organizaciones como D2D, lideradas y gestionadas por estudiantes, están llevando la delantera con todo tipo de campañas, desde ofrecer comida gratis hasta crear redes a nivel nacional.

La universitaria considera que, en la situación actual, cualquier compañero puede tener problemas de este tipo, debido a los altos costos de las carreras en EE.UU.: las elevadísimas tasas, los libros y el alquiler.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-crisis-oculta-de-los-estudiantes-universitarios-en-estados-unidos-que-pasan-hambre-y-no-tienen-donde-dormir/564501

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La pobreza infantil persiste en los países ricos

Por: Agencia EFE

Uno de cada cinco niños en países ricos vive en pobreza relativa, y una media de uno de cada ocho sufren inseguridad alimentaria, según el último informe publicado el 15 de junio por la Oficina de Investigación de Unicef (Innocenti).

El documento, “Creando el futuro: Niños y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) en países ricos”, es el primero en evaluar la situación de los infantes en 41 naciones de ingresos elevados con respecto a nueve de estas metas, las más importantes para el bienestar de los menores.

Se trata de las metas para poner fin a la pobreza, acabar con el hambre, garantizar una vida sana y promover el bienestar, una educación de calidad, la promoción de trabajo decente y crecimiento económico sostenible, reducir las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, una producción y un consumo responsable y paz, justicia e instituciones fuertes.

Una persona sufre pobreza relativa cuando vive en una familia cuyas ganancias son inferiores al 60 por ciento del ingreso medio nacional.

Los países que de media mejores resultados obtienen en todos los objetivos son, por ese orden, Noruega, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Islandia, Suiza, Corea del Sur, Eslovenia, Holanda, Irlanda, Japón, Reino Unido y Luxemburgo.

Les siguen Austria y en décimo sexto lugar España, que recibe las mejores notas en materia de salud (tercer puesto) y la peor en materia de trabajo y crecimiento económico (posición 36).

En España el 30.5 por ciento de los niños viven en pobreza relativa, la sexta tasa más elevada del ránking, y el 31 por ciento en pobreza multidimensional, que identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida, según el informe.

No obstante, los beneficios sociales reducen la pobreza por ingresos en un 22 por ciento, lo que sitúa a España en el vigésimo octavo puesto bajo el objetivo de poner fin a la pobreza.

En cuanto a esta meta hay grandes disparidades, dado que en Dinamarca, Islandia y Noruega uno de cada 10 niños viven en pobreza relativa, mientras que en Israel y Rumanía son uno de cada tres.

Los países que peor se posicionan en el ránking general son Chile, el último en la clasificación, Bulgaria, Rumanía, México, EEUU, Turquía, Israel, Nueva Zelanda, Lituania, Hungría, Grecia, Eslovaquia y Malta.

En la parte media se encuentran, detrás de Austria y España, Estonia, Portugal, Francia, la República Checa, Australia, Croacia, Polonia, Italia, Canadá, Bélgica, Chipre y Letonia.

“Los países ricos están aún lejos de conseguir los SDG más relevantes para los niños. Si tuviera que dar notas a los países ninguno sacaría la mejor”, señaló el jefe de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas de Innocenti, José Cuesta.

Entre las buenas noticias destacan mejoras en la educación infantil o la reducción de la mortalidad neonatal, pero en el lado negativo se encuentran “brecha sustanciales” en la reducción de la pobreza de los niños, una desigualdad creciente, una obesidad mayor y una salud mental peor, explicó.

Según el informe de Unicef, el índice de obesidad entre los niños de 11 a 15 años y el porcentaje de adolescentes que informan de dos o más problemas de salud mental por semana “está aumentando en la mayoría de los países”.

La especialista en Políticas Sociales de Innocenti, Yekaterina Chzhen, recalcó también que “ningún país rinde bien en todos los objetivos”, porque incluso el mejor posicionado, Noruega, solo consigue una nota media en “producción y un consumo responsable” y “paz, justicia e instituciones fuertes”, o lo que es lo mismo, el objetivo de la violencia.

Los países que se encuentran en la cola, no obstante, obtienen resultados malos en casi todos los objetivos y se observa que aquellos con más desigualdad tienden a rendir peor en los aspectos de pobreza, nutrición, salud y educación, explicó.

La experta destacó, además, la fuerte variación en la inseguridad alimentaria de niños en países ricos, ya que en EEUU y el Reino Unido, por ejemplo, uno de cada cinco niños sufren esta lacra, en tanto que en México y Turquía son uno de cada tres.

Fuente: http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/article156690169.html

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El 52% de los refugiados sirios en Líbano vive en la extrema pobreza

Asia/Libano/8 de diciembre d e2016/Fuente: antena 3

Naciones Unidas ha denunciado que casi el 96% de los más de 1,5 millones de refugiados sirios que viven en Líbano sufre inseguridad alimentaria y el 41% vive en lugares inadecuados.

El 52 % de los más de 1,5 millones de refugiados sirios que residen en Líbano sobrevive en la extrema pobreza, y casi el 96% sufre de inseguridad alimentaria, según denunció Naciones Unidas.

Desde que la guerra en Siria estalló hace un lustro, 1,5 millones de refugiados sirios han cruzado la frontera sur con Líbano, lo que ha provocado un incremento de la población local de un 28%. De este millón y medio de personas, el 79% son mujeres y niños, y la gran mayoría son pobres.

Más de la mitad, el 52%, sobreviven con menos de 2,4 dólares por día, por lo que viven, según los estándares de la ONU, en la extrema pobreza. Esta cifra se ha doblado desde 2014. «El desplazamiento prolongado, la falta de perspectivas y de posibilidad de integración hace que su situación empeore día a día», explicó en rueda de prensa el responsable humanitario de la ONU en el país, Philippe Lazzarini.

Además, casi la totalidad de los refugiados sirios sufre de inseguridad alimentaria, lo que significa que tiene dificultades para alimentarse correctamente. El 41% vive en lugares inadecuados, y el 12 % en otros que son inseguros.

La mitad de la población refugiada siria son niños (54%), y 250.000 de ellos no van a la escuela. Esta situación desesperada provoca que «muchas familias tienen que implementar mecanismos negativos para sobrevivir, como los matrimonios adolescentes -de niñas de hasta 12 años-, o el trabajo infantil».

Consultado sobre datos concretos sobre estos dos fenómenos, el responsable no pudo responder, argumentando que si bien tienen muchas evidencias, no cuentan con datos fiables para compartir. Añadió, no obstante, que los expertos en protección de la ONU están prestando especial interés en este aspecto para prevenir o modificar estas soluciones.

Lazzarini agradeció «la extraordinaria solidaridad del pueblo libanés», y recordó que el país acoge el mayor número de refugiados per cápita del mundo, dado que su población nacional es de tan solo 4 millones.

Dicho esto, lamentó la dificultad de obtener y el elevado precio de un permiso de residencia, lo que provoca que dos tercios de los refugiados sirios no cuenten con la autorización legal para residir en el país. «Esto les dificulta mucho la tarea de buscar un trabajo, incrementa el control policial, etc..», explicó Lazzarini.

Asimismo, otro de los escollos ha sido que el país -que ha estado sin gobierno durante 29 meses- no ha establecido una verdadera política para los refugiados, algo que a entender del responsable, va a cambiar en los próximos meses.

En Líbano además, hay una población de 300.000 refugiados palestinos -278.000 que ya estaban y otros 31.500 huidos de Siria- a los que hay que auxiliar; y un millón y medio de libaneses pobres que también necesitan ayuda. Para poder socorrer a estos tres millones y medio de personas, la ONU ha establecido un plan para el cuatrienio 2017-2020 para el que pide 2.800 millones de dólares.

Fuente: http://www.antena3.com/noticias/mundo/refugiados-sirios-libano-vive-extrema-pobreza_201612065846bdc90cf245500ad678ea.html

Imagen: fotografias.antena3.com//clipping/cmsimages01//2013/10/31/A9CE959D-80D9-4CCC-8FB6-CFC8609E1297/58.jpg

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UNICEF advierte de una situación catastrófica en el noreste de Nigeria que puede ir a peor

Africa/Nigeria/29 de noviembre de 2016/Fuente: cuatro.com
Los niños desnutridos a los que se ha podido tratar tienen una tasa de recuperación del 84 por ciento Miles de niños han conseguido volver a la escuela, a la que algunos no habían podido ir hasta ahora.

Los niños desnutridos a los que se ha podido tratar tienen una tasa de recuperación del 84 por ciento

Miles de niños han conseguido volver a la escuela, a la que algunos no habían podido ir hasta ahora

El noreste de Nigeria vive una situación «catastrófica» con 5,1 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria grave como consecuencia de la presencia del grupo terrorista Boko Haram, pero esta situación no hará sino empeorar a menos que sigan llegando fondos para atender a estas personas.

Según los últimos datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de estos cinco millones, más de 1,9 se encuentra en Fase 4, de emergencia, mientras que hay 121.000 personas en Fase 5, es decir, en situación de hambruna.

«El noreste de Nigeria no es una crisis olvidada, es una crisis de la que la gente no sabe nada y no está en el radar», ha lamentado la jefa de comunicación del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Doune Porte, en una entrevista con Europa Press.

Sin embargo, quienes viven en los estados de Borno, Adamawa y Yobe, los más afectados por la insurgencia que lanzó en 2009 Boko Haram, se encuentran en «una situación catastrófica, con problemas enormes y necesitan que el mundo se movilice», ha resaltado.

Según las estimaciones de UNICEF para los próximos dos meses, hay unos 400.000 niños en situación de malnutrición aguda severa y «si no llegamos con tratamiento, alrededor de uno de cada cinco de ellos, es decir entre 75.000 y 80.000 podrían morir», ha subrayado Porter, que se ha mostrado convencida de que en las próximas semanas, cuando la agencia de la ONU revise sus previsiones de cara a 2017, «lo hará al alza, lo que quiere decir que el número potencial de muertes aumentará».

«El año que viene la situación alimentaria será aún peor porque la gente tienen menos semillas para plantar durante la temporada de siembra, que es ahora, y el año siguiente tendrán aún menos. A menos que haya un gran cambio la situación seguirá empeorando», ha reconocido Porter.

UNICEF había solicitado 115 millones de dólares para atender esta emergencia, pero hasta la fecha solo ha recibido 41 millones, por lo que a falta de algo más de un mes para que termine el año hay una brecha del 66 por ciento. Sin embargo, ha resaltado Porter, «con los pocos fondos que estamos recibiendo estamos haciendo la diferencia y estamos teniendo un impacto».

DESNUTRICIÓN

En el caso de los niños con desnutrición, la agencia de la ONU ha conseguido atender a 131.000 con «una tasa de curación del 86 por ciento». «Esto no significa que el 14 por ciento mueran, aunque algunos sí lo hacen, pero otros dejan el programa», ha incidido, resaltando que esto es «una buena noticia».

UNICEF también está trabajando en el plano de la salud y ha conseguido ofrecer servicios sanitarios básicos a más de tres millones de personas. Según ha explicado Porter, las enfermedades transmisibles constituyen «una amenaza» puesto que la población en las zonas afectadas por el conflicto «vive muy junta» y hay problemas de agua y saneamiento.

Los niños padecen principalmente malaria, neumonía o diarreas, aunque desde agosto hay un brote de polio, con cuatro casos confirmados, lo cual constituye una «situación peligrosa» puesto que el conflicto ha provocado que haya «grandes zonas sin inmunizar», según Porter.

El noreste de Nigeria era una región tradicionalmente pobre antes de que hiciera irrupción Boko Haram, con altas tasas de malnutrición, algo a lo que también contribuían las tradiciones de la población –«a los bebés les dan agua caliente en lugar de la leche materna, pero esto no les aporta ningún nutriente»–, y con escasa infraestructura.

La violencia de Boko Haram no ha hecho sino empeorar esta situación provocando «efectos acumulativos» con el paso de los años para la población, la agricultura, el ganado… La ofensiva lanzada en 2015 por el Gobierno de Nigeria para recuperar terreno ha tenido «éxito» pero ha ocasionado «más inseguridad para los habitantes de la zona», con las consiguientes consecuencias, ha explicado Porter.

Borno es el estado más afectado, con el mayor número de desplazados internos y de población necesitada de asistencia. En Maiduguri, su capital y el «lugar más seguro de la región», había unos 900.000 habitantes antes del conflicto a los que se han sumado estos años otro millón de desplazados, con la carga que esto supone, ha resaltado la responsable de UNICEF.

EDUCACIÓN

Otro de los aspectos que se han visto afectados por el conflicto ha sido la educación. Según los datos de la agencia de la ONU, 600.000 menores han perdido acceso a la educación desde que estalló el conflicto, unos 650 profesores han sido asesinados y otros 1.900 se han visto desplazados, mientras que 1.200 escuelas han resultado dañadas o destruidas desde 2011.

Frente a ello, UNICEF y las ONG con las que trabaja en la zona han conseguido que 173.000 niños vuelvan a la escuela, en algunos casos ha sido su primera vez. Según Porter, es importante que «al mismo tiempo que reciben ayuda alimentaria y agua, los niños también puedan ir a la escuela, aunque no sea una verdadera escuela, ya que supone tener una rutina y normalizar en cierta manera su vida, después del trauma que ha vivido».

«Poder ir a clase, aprender, jugar con otros niños… supone una rutina que les ayuda a romper con el círculo vicioso de la violencia puesto que se ha constatado que, si no hacen nada, suelen mostrarse más agresivos, aunque no en todos los casos», ha precisado la responsable de UNICEF.

El apoyo psicosocial también es clave. La agencia de la ONU trabaja dando apoyo a los niños, a los que «Boko Haram ha atacado de las formas más crueles» llegando incluso a usar a algunos –entre ellas niñas– para cometer atentados suicidas. «No se les puede considerar terroristas porque les han obligado y además muchos ni siquiera sabían lo que iba a pasar», ha incidido.

Asimismo, UNICEF tiene constancia de «cientos» de niños usados como soldados por Boko Haram, aunque no dispone de una cifra exacta, y de miles de niñas que han sido secuestradas y «violadas repetidamente», algunas de las cuales han tenido hijos de los yihadistas y han conseguido escapar.

Estos niños, ha lamentado Porter, se enfrentan con un gran «estigma» cuando vuelven a sus comunidades, ya que sus vecinos les ven con recelo y temor. En el caso de las niñas, hay un rechazo ya que se trata de «una sociedad muy tradicional» y no toleran el que hayan sido víctimas de abusos sexuales. «Esto genera en todos ellos un trauma enorme», ha asegurado, precisando que este es un área para el que UNICEF no dispone de la financiación que desearía.

«HAY BUENAS NOTICIAS»

En resumen, ha subrayado Porter, «hay muchas malas noticias en torno al noreste de Nigeria pero también hay algunas buenas noticias» como el que se haya podido sacar a niños de la desnutrición o muchos hayan podido volver a la escuela. «Estamos salvando las vidas de niños y estamos haciendo una gran diferencia con los niños a los que podemos llegar», ha subrayado.

Pero para poder seguir haciéndolo, hacen falta fondos, sobre todo para que la agencia pueda prepararse para «llegar lo más rápido posible una vez sea posible el acceso a las zonas actualmente inaccesibles».

Asimismo, ha subrayado que los grandes donantes se han centrado en financiar los programas de desnutrición, algo que está bien, pero los programas de agua y saneamiento, por ejemplo, apenas están recibiendo financiación, y «también salvan vidas». Tampoco están llegando fondos para educación (hay una brecha del 54 por ciento) ni para protección infantil (85 por ciento).

Fuente: http://www.cuatro.com/noticias/internacional/UNICEF-advierte-situacion-catastrofica-Nigeria_0_2282700037.html

Imagen: images.teinteresa.es/mundo/UNICEF-advierte-situacion-catastrofica-Nigeria_TINIMA20161127_0012_5.jpg

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