Educación: los síes y los noes

España / 22 de julio de 2018 / Autor: Jordi Martí / Fuente: XarxaTIC

La opinología, mezclada con debates más o menos profundos, acerca de temas educativos está a la orden del día. Todo es cuestionable y debatible. No hay, quizás, ninguna idea que pueda denominarse válida y quizás, lo que haya sea muchos síes o noes condicionales. Defender un modelo educativo, una praxis metodológica, la existencia de certificaciones de organizaciones empresariales o, simplemente, jugar a intentar caer bien a unos o a otros, lleva implícita la necesidad imperiosa de quitar la perspectiva de todo y expresarse en afirmaciones absolutas nada magnánimas. Bueno, ya si eso hablamos de esos posicionamientos en horizontal o en vertical según se tercien o, simplemente, de aquella ceguera absoluta por la persona, organización o siglas que proponen A, B o C. Aquí tenéis algunos síes y noes en clave personal acerca de algo que, después de veinte años de profesión, sigo pensando con todas las evoluciones profesionales posibles y que, seguramente, al cabo de un tiempo va a tocar matizar.

SÍ, saber de pedagogía es imprescindible para los docentes. No se trata de aplicar o rendirse acríticamente a un determinado autor pero sí que, como mínimo, uno que está en el aula debería saber algo de teorías de aprendizaje, constructo de conocimiento o, simplemente, saber qué pedagogías han funcionado y bajo qué contexto y cuales, por desgracia, han sido un auténtico fracaso. NO, hacer un revival de pedagogías que han fracasado bajo el supuesto de que ahora somos más listos que antaño y no vamos a cometer los errores que se cometieron no es algo recomendable. Un detalle… saber de pedagogía NO sustituye el tener un conocimiento amplio de la materia que va a impartirse.

SÍ a la necesidad de competencia digital básica para los docentes. Más allá del conocimiento de las miles de herramientas que surgen cada año o conseguir, por decisión personal, determinadas insignias otorgadas por Google, Apple o cualquier otra empresa del mercado, lo interesante es saber gestionar lo que se necesite en cada momento. NO por tener dos años de vida una herramienta deja de tener su valor para ser usada en el aula.

SÍ que debe quedar claro que aprender exige un trabajo por parte del alumno y del docente para adaptarse al mismo. NO es lógico creer en aprendizajes maravillosos motu proprio por parte de los alumnos o, que existan parámetros motivacionales fantásticos. Lamentablemente, aunque a todos nos gustaría que la motivación de nuestros alumnos fuera infinita y que nosotros fuéramos grandes animadores del cotarro, la realidad es mucho más compleja. Y, seamos sinceros, siempre va a ser más atractivo algo que se hace por placer fuera de los centros educativos que una retahíla de aprendizajes (dígase contenidos o habilidades, según intereses docentes) que se imparten. Por cierto, ese esfuerzo se exige a todos los ámbitos de la vida porque, al final, no hay ningún aprendizaje que no genere un esfuerzo o que, una vez adquirido, no lleve asociado el aburrimiento pasado un tiempo de haberlo conseguido.

SÍ, el sentido común acaba siendo la clave en educación. NO, las luces de colores y el espectáculo no aportan nada a nuestros alumnos más allá del reconocimiento mediático, en ocasiones, a su docente. NO a la cultura del espectáculo educativo y SÍ al trabajo diario, muy poco valorado en ocasiones, que se hace en la mayoría de aulas de nuestro país.

NO, los espacios son menos importantes, por mucho que se diga, que la cantidad de alumnos por docente. Además, SÍ que debe quedar claro que cualquier estrategia que se base en exclusiva en cuestiones de infraestructura, gestión de tecnología o una única metodología implantada por obligación en un centro educativo, lleva a una falsa sensación de euforia que, lamentablemente, acaba reduciendo el objetivo final de la docencia a algo que no tiene demasiado sentido.

SÍ, a veces es impepinable la repetición de tareas para conseguir determinados objetivos educativos. NO, no todos nuestros alumnos necesitan la misma cantidad de tareas repetitivas para aprender lectoescritura u operaciones matemáticas básicas. Eso es algo que se denomina individualidad y necesaria personalización del aprendizaje.

NO, la clase magistral bien realizada, el libro de texto como material puntual de apoyo (como puede ser el uso de recursos multimedia) o, simplemente, el vídeo como reforzador de aprendizajes jamás deberían ser cuestionados. Otra cuestión es creer que lo anterior solucionará los problemas de nuestros chavales si se aplica de forma estandarizada. Por cierto, NO hay nada peor que estandarizar metodologías para obviar la clave de todo el asunto. Y la clave es que nuestros alumnos aprendan en función de sus posibilidades.

NO, el sistema educativo no debe estar sujeto a lo que demandan los padres y SÍ a las necesidades de nuestros alumnos. Confundir la libertad de elección de metodologías o centros educativos por el supuesto bien de los hijos no es algo relevante. Lo relevante es conseguir que la educación siga siendo ascensor social y permita que todos nuestros alumnos, sea cual sea la circunstancia de partida, lleguen (o puedan llegar) a vivir mejor que sus padres, salgan mejor preparados (no me refiero solo académicamente) y generen una sociedad cada vez más justa.

SÍ al debate ideológico acerca del modelo educativo. NO a la perversión de ese debate para que esté orientado en función de siglas, sentidos del voto o, simplemente, creencias absolutas acerca de algo porque lo dicen unos u otros. NO a la visión acrítica de la educación ni al inmovilismo acerca del tema.

NO a la compra de modas educativas sin ningún tipo de evidencia. SÍ a la necesidad de cambiar lo que sabemos que no funciona porque, al final, un 30% de fracaso escolar en nuestro país es un auténtico escándalo. Muy relacionado con lo anterior SÍ a la posibilidad de dotar de autonomía a los centros educativos, siempre y cuando la misma mantenga la democracia entre todos los actores participantes y jamás vaya en contra de criterios de transparencia. NO, la autonomía de centro debe permitir que puedan existir docentes con ideología educativa diversa y que puedan aplicar prácticas diferentes en sus aulas. Imponer una práctica metodológica por decreto NO es autonomía de centro.

SÍ al establecimiento de políticas educativas consensuadas. SÍ a la necesidad de reformular determinados procesos de formación y selección del profesorado. NO a la imposición o mediatización de intereses muy poco educativos en las páginas de economía de los medios. SÍ a tener en cuenta a lo verdaderamente importante de todo el tinglado: a los alumnos y, de paso, a la sociedad en su conjunto.

Hay muchos síes y noes en educación, ¿seguro que SÍ os animáis a dejar alguno de ellos en forma de comentario? O quizás NO

Fuente del Artículo:

http://www.xarxatic.com/educacion-los-sies-y-los-noes/

ove/mahv

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Habilidades del docente del siglo XXII

España / 15 de julio de 2018 / Autor: Jordi Martí / Fuente: Xarxa TIC

No, no me he equivocado de siglo por culpa de un error tipográfico. Tengo muy claro a qué me estoy refiriendo y qué quiero decir cuando hablo del siglo XXII. Al igual que a algunos se les queda corto el 2.0 y llegan hasta el infinitopuntocero, creo que la perversión del concepto docente del siglo XXI obliga a plantearse un paso más allá. Y, en este caso, las recomendaciones van muy poco encaminadas a las habilidades que deben poseer y, mucho más, a las precauciones que debe tener ese docente que, al final, va a ser parte del cambio educativo. Bueno, quizás lo sea poco porque todos los que estamos en el aula sabemos lo que prima el contexto, pero sí que debe ser capaz de ver, denunciar y aplicar ciertas cuestiones en su día a día.

Lo primero que debe hacer un docente del siglo XXII es tener sentido común y aplicar el principio de precaución ante todo lo que le están vendiendo. No puede tomarse acríticamente una moda o metodología educativa contando solo con la visión de quienes la usan o la venden. Una metodología debe ceñirse a un contexto y, quizás, no todas las estrategias metodológicas sean tan fácilmente exportables como nos las están vendiendo. No es malo conocer metodologías; lo erróneo es no preguntarse qué hay tras las mismas o por qué, si tan maravillosas son, la mayoría carecen de evidencia de mejora de aprendizaje.

Muy relacionado con lo anterior es ir construyendo, mezclando experiencia con inteligencia, una forma propia de dar clase. La comodidad es algo que nos hace ser mejores docentes por mucho que nos vendan que debemos estar saliendo continuamente de nuestra zona de confort. Si uno se siente a gusto dando clase, encuentra las estrategias que le permiten, dentro de las posibilidades ya comentadas anteriormente de afección sobre el alumnado, tiene un punto de partida más avanzado que empezar curso tras curso a hacer pruebas. No siempre son buenas las pruebas y, al final, hay maneras de dar clase que, adaptándolas, siguen teniendo su validez. Más aún si las combinamos con otras estrategias de esas que nos venden como únicas pero que, si son tomadas en la parte justa, nos pueden acabar de ayudar a definir nuestra manera de ser docentes.

La tecnología también es clave y la competencia digital exigible. Y cuando me refiero a la necesidad de que los docentes tengan competencia digital no me estoy refiriendo a que sean hábiles en el uso de programas de una determinada multinacional, se certifiquen por la misma o, simplemente, usen esa tecnología como base metodológica. La tecnología siempre debe ser una ayuda y jamás algo que complique dar clase. Si vemos que usar una herramienta complica el uso de tiza pues, sinceramente, yo me decantaría por la tiza. Un detalle, usar un libro de texto en pdf, meter PowerPoints a tutiplén o usar la última herramienta de moda no es ser competente digitalmente. Tampoco lo es tener un curso en Moodle donde vamos subiendo pdfs. Lo digo por aclarar el asunto.

Otra clave es el respeto por lo que están haciendo otros docentes en su aula. Claro que todos seguramente pensamos que nuestra metodología es fantástica pero, ¿no hemos quedado en que cada docente debe encontrar su manera propia de dar clase? Lo anterior es algo muy relacionado con la democracia dentro de los centros educativos, el ambiente de trabajo y la necesaria consideración de los compañeros como docentes capaces. Algo que para mí está claro. Por cierto, nada tiene que ver ese respeto que se ha de tener con la necesaria denuncia de determinadas prácticas que carecen de evidencia científica o empeoran, de forma demostrada y demostrable, el aprendizaje de los chavales. Y no hace falta ser muy hábil para entender que me estoy refiriendo a las inteligencias múltiples, a la creencia de determinados neuromitos, a la defensa de dar ciencias en inglés de algunos o a cualquiera que, seguramente, os viene a la cabeza.

Debemos ser también muy críticos con la formación docente y exigir a la administración una formación de calidad, alejada de determinados modelos centrados en personajes cuya relación con el aula (en forma de docencia o investigación seria -me refiero a algunas de las grandísimas investigaciones que se hacen desde la Universidad-) es, o ha sido, muy limitada. Más aún hemos de huir de aquellos que siempre nos cuentan la misma anécdota o nos defienden una metodología sin fisuras, dentro de un discurso que consiste solo en denostar a los demás. Si oís metodología tradicional frente a innovadora ya podéis huir. No existen los conceptos porque, al final, tan innovador es alguien que sabe dar una clase magistral (no lo que nos venden como clase magistral) que uno que trabaje por proyectos. Ya veis que no he entrado en el tema de metodologías activas porque, como todos deduciréis y más si estáis en el aula dando clase, viene de fábrica.

Las principales habilidades del docente del siglo XXII serán la de poder aislarse del ruido, de los cantos de sirena y, con todo lo que vaya aprendiendo (en las redes, en formaciones o, de la forma más fácil y eficaz, que es con sus compañeros de centro) poder configurar la mejor manera de dar clase. Seguro que aún así nos equivocamos pero, al menos, que nadie pueda decir que no lo estamos intentando, porque dar clase es más difícil de lo que parece. Y, por suerte, nuestros alumnos no son tornillos que salen de una fábrica de producción automatizada.

Seguro que como siempre me estoy dejando muchas cosas en el tintero pero creo que, a grandes rasgos, se entiende qué quiero decir. Bueno, eso espero.

Fuente del Artículo:

http://www.xarxatic.com/habilidades-del-docente-del-siglo-xxii/

ove/mahv

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Libro: Educative Innovéision (PDF)

España / 15 de julio de 2018 / Autor: Jordi Martí / Fuente: Xarxa TIC

Todos tenemos claro que, dentro del modelo de negocio en el que se ha convertido gran parte de la supuesta mejora educativa, se escriben muchos libros de dudosa calidad, porque priorizan el hecho de publicar o vender al propio interés educativo y de contenido. Este libro es un simple, pero sincero ejercicio de disfrute, escrito desde mi experiencia de aula, que he querido compartir con todos vosotros. Algo más cerca de lo vivido que del academicismo o de la investigación bibliográfica.

Lo anterior es lo que aparece en la contraportada de la edición en papel de Educative Innovéision, un libro que ahora ya tiene su propio espacio en el blog para descargarse en versión digital en los formatos más habituales (pdf, ePub y Kindle) sin tener que pasar por ninguna plataforma de terceros ni obligación de hacer ningún tipo de donación. El proyecto de crowdfunding para mis alumnos ha finalizado y, por ello, ahora le toca una segunda vida al proyecto (sí, el libro no deja de ser un proyecto) que vio la luz el 20 de octubre (artículo) y que, al final después de pasar alguna vez por una editorial de autopublicación para que me lo dejaran “bonito”, ha podido ser entregado en formato papel a algunos amiguetes y personas que han tenido a bien donar para material que está siendo adquirido para mis alumnos (fungibles para 3D, algún kit de robótica, etc.).

Sé que algunos de vosotros me habéis pedido, por activa y por pasiva, la posibilidad de tener el libro en papel. Os prometo que lo he intentado todo. He procurado, con un coste de trabajo extra, intentar enviar los ejemplares directamente (mucho trabajo y, al final, algún libro que se me extraviaba con lo que, al final me ha tocado pagar del bolsillo el nuevo envío perdiendo dinero -quieres hacer un favor y que te cueste dinero es algo no muy coherente-). He intentado, últimamente, subir el libro a las tres principales plataformas de impresión bajo demanda (Amazon, Bubok y Lulu) con tres resultados diferentes: Amazon sólo me deja publicarlo si elimino la licencia Creative Commons porque dice que “va en contra de la calidad del libro”, Bubok me lo sube a más de 15 euros y con Lulu, son unos 10 euros pero, por desgracia, debo volver a maquetarlo todo personalmente o pagarles para que me lo acaben de dejar bonito. Pues va a ser que lo siento mucho pero no es algo que sea factible. Quizás haga una nueva adquisición de ejemplares a la editorial que me lo ha maquetado en su versión papel y, en alguna de esas charlas que me han propuesto dar sobre innovación educativa (más bien quieren que presente el libro) pueda llevar unos cuantos. Es la única opción razonable que encuentro…

Aquí tenéis los enlaces para descargaros el libro. Espero lo disfrutéis.

http://www.xarxatic.com/wp-content/uploads/2018/02/educative_innoveision.pdf

Educative Innovéision (ePub)

Y por si os queréis descargar todos los formatos (incluido el formato Kindle que no aparece en los enlaces anteriores), lo podéis hacer descargandoos el siguiente archivo comprimido en formato zip.

Educative Innovéision (todos los formatos: pdf, ePub y Kindle)

Eso sí, creo que me vais a permitir que os comente algo que me entristece un poco. Ver como son miles las descargas del libro y un centenar largo los enviados en papel para que, curiosamente, sean sólo unas decenas las personas que se han puesto en contacto conmigo para agradecerlo o hacer una reseña (se puede y debe ser crítico) del mismo. No lo he escrito para que nadie me dé palmaditas en la espalda pero, por favor, no cuesta nada dejar la opinión. Si no me queréis enviar un mail para comentármelo, incluso ahora podéis hacerlo desde este apartado como comentario. Son menos de cinco minutos

Fuente de la Reseña:

http://www.xarxatic.com/educative-innoveision2/

ove/mahv

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No lo llames innovación educativa, llámalo secta

España / 25 de marzo de 2018 / Autor: Jordi Martí / Fuente: Xarxatic

Cuesta no preocuparse al ver la deriva de muchos movimientos “innovadores” y, su necesidad absoluta de reafirmarse, actuando de forma cada vez más sectaria. No es solo ver como sus únicos argumentos se convierten en contraponer una escuela que no existe, que ellos denominan escuela tradicional, a su visión mágica sobre educación que es imposible de sostener al mínimo análisis serio. Es la necesidad absoluta de contar, al igual que todas las organizaciones fascistas, sectas religiosas de esas que tanto abundan en Estados Unidos que conocemos por las películas o por hechos tan tristes como los de Waco, con adeptos que no cuestionen en ningún momento su modelo ni a sus gurús. ¿Estoy exagerando? Pues va a ser que después de ver como hace un tiempo algunos pretendían decir quién era el que usaba bien el ABP(aprendizaje basado en proyectos) y ahora, con la maravillosa encuesta para demostrar la pureza de ser un docente flipped, creo que para cualquier con dos dedos de frente la cosa debería quedar clara. No son movimientos innovadores, son sectas.

Fuente: Fotolia CC

Estoy convencido de que si alguno de los pertenecientes a alguno de esos efluvios innovadores pudiera, acabaría con todos aquellos que nos cuestionamos sus modelos absolutistas. Me da la sensación que si tuvieran en sus manos la gestión de determinados centros educativos echarían a todos aquellos docentes que no comulguen con su visión “innovadora”. No es que me dé la sensación, es que conozco casos de centros gestionados por algunos de esos tipos que, o bien se han desprendido de la carga que suponía tener a personajes cuyo único interés era seguir su biblia particular, o bien ha habido un abandono masivo incentivado de docentes que quieren mantener la escuela como un lugar de praxis heterogéneas, se alejan del pensamiento único o, simplemente, quieren que sus alumnos aprendan. Y el modelo de innovación sectaria que tanto está floreciendo actualmente lo único que pretende es convertir la educación en algo monolítico, que siga sus reglas y sin posibilidad de crítica. ¿A alguien le suena lo anterior? Racismo, fascismo, homofobia y ahora marcar a fuego a quienes no innovan como debieran. No creo que esté siendo duro. Es algo que va mucho más allá de cuatro tipos que quieren sacarse una pasta y otros que creen que han tenido visiones divinas encontrando el Arca educativa.

Al final resulta que las sectas educativas, de cuya reproducción aún no hay estudios, están empezando a salir del encapsulado mediático que les dotaban los medios para empezar a introducirse en el aula. Ahora aún están bajo control porque muchos de ellos solo aspiran a que les den algún cursillo para seguir difundiendo sus palabras, otros a sacarse unos eurillos con un libro del “método” o, finalmente, alguno que tiene como único objetivo que le hagan genuflexiones cada vez que lo vean. Por eso están desapareciendo sus debates en abierto. Saben que están actuando como una secta. Saben bien que su discurso se desmonta a la mínima. Saben bien que, por suerte, aún hay gente que les puede plantar cara. A veces es necesario denunciar determinadas cosas y, en este caso, yo denuncio desde aquí que mucha de la “innovación” educativa que nos venden es otra cosa.

Por cierto, que nadie confunda pasión por defender unas ideas (algo lógico y razonable) que tener comportamientos sectarios. La diferencia está clara pero, lo que sucede en el mundo educativo va más allá de la pasión por defender unas siglas o metodologías. Es otra cosa, mucho más seria, si uno se pone a analizarlo fríamente.

 

Fuente del Artículo:

http://www.xarxatic.com/no-lo-llames-innovacion-educativa-llamalo-secta/

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