Chile ESI. ¿Por qué necesitamos una educación sexual sin la moral de las iglesias, no sexista ni heteronormativa?

Por: Teresa Melipal/Joseffe CáceresAuxiliar 

Detrás del currículum oculto se impone en nuestra formación no sólo los estereotipos y roles de género, sino también la ideología de las iglesias para perpetuar una sociedad machista y patriarcal. Es por ello, que el debate por una Ley ESI ha sacado ronchas a la derecha con una arremetida contra las mujeres y las disidencias sexo genéricas bajo el supuesto de la “defensa de los y las niñas”.

La educación sexual integral (ESI) es una herramienta y una necesidad que atraviesa a todos los sectores de la sociedad, más aun para que las infancias y adolescencias puedan conocer su cuerpo, valorar la autoestima y afectividad, reconocer la perspectiva de género y respetar la diversidad. Así también, prevenir embarazos adolescentes, infecciones de transmisión sexual, crímenes de odio y tomar decisiones responsables en nuestras relaciones sexo-afectivas. Significado completamente contrapuesto a lo que expresan los sectores más conservadores de la derecha.

La educación integral en la sexualidad es una política transversal que han tomado distintos gobiernos según las orientaciones de la Organización de Naciones Unidas para la agenda 2030. En Chile, el Proyecto de Resolución N° 648 el cual solicita una política nacional de Educación sexoafectiva integral, fue aprobado recientemente en la Cámara de Diputados el pasado 18 de abril con una estrecha mayoría (72 a favor, 62 en contra y 5 abstenciones). Dicho proyecto establece la educación sexual integral desde la educación parvularia basado en la evidencia científica actualizada; la propuesta de cuatro jornadas semestrales dedicadas al diálogo entorno a las sexualidad y afectividades; la elaboración de entrega de materiales de manera gratuita y la capacitación a actuales trabajadoras/es de la educación así como también la incorporación dentro de las mallas curriculares de las carreras profesionales y técnicas relacionadas a las pedagogías, educación parvularia, psicopedagogía, entre otras.

Sin embargo, ésta política pública no toca en profundidad el laicismo, la obligatoriedad de la ESI en todos los niveles educativos, el desarrollo profesional adecuado para quienes la imparten, ni mucho menos sacar la moral de las iglesias en las escuelas con la eliminación del ramo de religión. Sino que se centra en abordar los conocimientos mínimos de los derechos sexuales y reproductivos para cumplir con el estándar internacional.

De hecho, hoy en Chile, no existe un plan serio que se fortalezca desde el Estado, que busque enseñar a los, las y les niñez y adolescentes la prevención de situaciones de acoso y abuso sexual. El Mineduc no ha actualizado sus orientaciones técnicas de sexualidad, afectividad y género desde el año 2017, reduciendo un programa de formación según la voluntad de cada institución educativa. Mientras que, desde la intervención de otras instituciones que trabajan con la línea de educación sexual y violencia machista en juventudes como el Sernameg y los programas de intervención en los Cesfam, se expresa que la política pública es completamente deficiente y escasa de recursos; y donde la inestabilidad laboral de las y los profesionales termina afectando la transmisión de la información y seguimiento de casos de violencia.

Fuera las Iglesias de todas las escuelas

La educación sexual integral es urgente para combatir la desigualdad que genera este sistema capitalista y patriarcal. La ideología de las iglesias católicas y evangélicas se ha profundizado junto con el negocio de la educación desde colegios, institutos y universidades dependiente de estas instituciones, la cual fortaleció el régimen de Pinochet. Un ejemplo de ello es la iglesia católica, donde entre el 2015 y 2018 la subvención recibida por 11 colegios del Arzobispado, a cargo del cuestionado Ezzati, pasó de $6.400 millones al año a $11.600 millones anuales con 1.702 transacciones a la Corporación de Educación del Arzobispado de Santiago (CEAS).

Las creencias instaladas sobre la sexualidad y sus prácticas que promueve y promociona las instituciones religiosas como; la castidad, la virginidad, la abstinencia y el celibato es la propuesta de la ofensiva conservadora y reaccionaria que impulsa el Partido Republicano y dirigentes de la UDI. Para ellos, la sexualidad debe tener un fin reproductivo, con la finalidad de establecer una unidad doméstica familiar conformada por un hombre y una mujer; y androcentrista (centrada en el hombre). Es por esto, que desde la extrema derecha han lanzado una campaña de desinformación y miedo, acusando al ministro de educación Marco Antonio Ávila de querer “adoctrinar” a los niños y niñas con una “ideología de género” que atenta contra la familia tradicional y la vida.

De acuerdo a las cifras de la Subsecretaría de la Prevención del Delito durante el año 2022, en el 89,3% de las víctimas de los casos son mujeres, de ellos el 27,7% corresponde entre 18 y 29 años, el 19% de los casos a adolescentes entre 14 y 14 y 17 años y la cifra mayor de abuso sexual corresponde al tramo de menores de 14 años con un 31% de los casos denunciados.

Los grupos que hacen estas campañas a través de mentiras demuestran su hipocresía moral con denuncias de abusos infantiles y violencia en contra la mujer. Como, por ejemplo, la reciente detención del padre del dirigente nacional de la UDI, Javier Macaya, quien será formalizado por abuso sexual infantil. Ante esto último, es fundamental problematizar el abuso sexual bajo las instituciones de una sociedad capitalista, patriarcal y adultocéntrica, donde el abuso de poder es el producto de estas opresiones.

Las escuelas católicas no están implementando la educación sexual de manera integral, su visión es completamente reproductiva y de una manera moralista, restringida al matrimonio y la heteronormatividad. Es por ello, que queremos debatir la necesidad urgente de la separación definitiva de la Iglesia del Estado, para terminar con la injerencia de la religión católica o evangélica en la educación pública.

Educación sexual para decidir

Necesitamos urgente una ESI que sea garantizada por el Estado, que se impulse un plan que abarque las diversas áreas de la vida e involucre a toda la comunidad educativa la toma de decisiones de las problemáticas reales que afectan a las, les y los niñes y adolescentes para promover el respeto a la diversidad, la autonomía física, la salud sexual y reproductiva junto con la prevención de las violencias de género.

Organicémonos en cada colegio, liceo y cesfam para que existan las herramientas necesarias de formación para futuros profesionales y especialistas, con un plan de formación en la malla curricular en las carreras de pedagogía, salud y las que intervienen con la población infanto juvenil. Así, como también exigir al Estado mejores condiciones laborales para las y los profesionales que intervienen con la juventud desde el sector de la Educación, Salud, Mejor Niñez y Sernameg. Donde en estos últimos hemos presenciado movilizaciones por precariedad laboral desde el trabajo a honorarios, bajos recursos para la intervención de programas y pésima infraestructura. ¡Por el paso a planta!

La aprobación e implementación de la educación sexual integral en todos los establecimientos educativos es una deuda que mantiene el gobierno de Boric con los profesores , estudiantes y la sociedad en general. Para que haya una efectiva implementación es necesario salir a pelear una vez más y que no se ceda ante las presiones instaladas por la extrema derecha. Exigir presupuesto para la real implementación de la ESI, formación de docentes, garantizar mejores condiciones laborales para quienes trabajan con las infancias y juventudes como también garantizar acceso de todes les estudiantes de todos los niveles también será parte de las peleas que tienen por delante lxs docentes, estudiantes y el movimiento de mujeres.

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Argentina: La educación sexual retrocedió en los meses de pandemia

Las clases virtuales casi sin ESI

Luego de que en el 2019 se le asignase un espacio específico en la currícula con carga horaria, el diseño de emergencia de la virtualidad no dejó espacio para la ESI, que prácticamente no se incluyó en los contenidos.

La Educación Sexual Integral (ESI) en Salta, al no ser una prioridad dentro de la currícula que se desarrolló en el particular año escolar virtual que pasó, se aplicó en el 2020 sin sistematización, y el foco ministerial estuvo mayormente en la capacitación a los docentes y en algunos pocos espacios de intercambio que pudo organizar la provincia con alumnos.

Así se desprende de un resumen de actividades brindado por el Ministerio de Educación de Salta sobre lo realizado entre marzo y diciembre en dicha materia. Históricamente la implementación de la ESI fue un tema espinoso para la planificación de contenidos pedagógicos en la provincia, y desde el inicio se aplicó de manera transversal distribuida en las demás materias, lo que repercutía en que los propios alumnos manifestaban no estar conformes en como se brindaban los contenidos.

Estas quejas quedaban de manifiesto en actividades que abordaban la cuestión, como, por ejemplo, las jornadas de Recinto Abierto organizadas por la Cámara de Diputados salteña, en los que reiteradas veces estudiantes de colegios secundarios debatieron sobre Educación Sexual y habitualmente llegaban a las mismas conclusiones.

La principal queja apuntaba a que los contenidos se confundían camuflados entre las distintas asignaturas que atravesaban la ESI, como biología, lo que entendían que dificultaba el aprendizaje de cuestiones específicas referidas a la sexualidad que demandaban los jóvenes.

A comienzos del 2019, mediante el decreto 1004/19, el Ministerio de Educación reconoció la necesidad de implementar un “espacio específico de educación sexual integral –ESI– en todos los establecimientos educativos de la provincia«.

A partir de esa medida, la ESI apareció con esa denominación dentro de la planificación anual de los colegios y escuelas, principalmente en el secundario, y se le destinaron 80 minutos semanales. Los contenidos eran dictados por docentes de todas las materias que voluntariamente se ofrecían, y que utilizaban el tiempo que les correspondía a su asignatura, por lo que una profesora de matemática, supuestamente con capacitación previa, podía dar una clase sobre algún contenido de educación sexual.

En la misma resolución, Educación planteó los diferentes “Núcleos de Aprendizaje Prioritarios” que explicitaban los puntos que debían contener de forma obligatoria cualquier planificación, lo que se cotejaba mediante las “evidencias de Aprendizajes”, que eran las respuestas o saberes que debían expresar los alumnos sobre cada tema.

Así, por ejemplo, en nivel inicial se marca como prioritario, entre otros temas, enseñarle al niño las partes del cuerpo, los nombres de los órganos genitales, conceptos básicos de la gestación y la noción del concepto de intimidad y de situaciones de riesgo o incomodidad.

En el primario abordan el concepto de familia y su desarrollo histórico, la igualdad entre varones y mujeres y los cambios físicos durante la pubertad.

Finalmente, en el secundario ya se desarrollan los conceptos más complejos como la violencia de género, el análisis crítico de los estereotipos masculinos o femeninos, el cuidado de la salud sexual y el uso de métodos anticonceptivos.

Con esta nueva metodología que se brindaba en los colegios secundarios, ya que en los primarios continuaron mayormente con el sistema transversal, los estudiantes comenzaron a percibir efectivamente los conceptos como dentro de la ESI. Igualmente, su implementación no fue exenta de complicaciones, ya que algunos colegios religiosos dan la opción a los padres de poder objetar algún contenido o autorizar a su hijo o hija a retirarse durante la clase, si es que consideraba que el tema no era pertinente o adecuado.

El parate en la pandemia

Los lentos progresos que se fueron dando en el 2019, sufrieron un fuerte freno al año siguiente, que, pandemia mediante, obligó a la implementación de un sistema de enseñanza virtual de emergencia, y que no tuvo a la ESI como un contenido prioritario, lo cual fue testimoniado por alumnos que consideraron que fue casi nula su aplicación.

La secretaria de Planificación del Ministerio de Educación, Analía Guardo, reconoció que se le dio continuidad a la política de ESI que se venía implementando desde la gestión anterior, y puso énfasis en la resolución 1004 y que desde el 2018 se implementa el Plan de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (ENIA), un dispositivo que llega a 82 colegios secundarios de Salta capital y Orán.

“En el caso del equipo de ESI, se priorizó durante los meses de aislamiento social el sostenimiento de los vínculos con las instituciones del secundario para garantizar la implementación de ESI, a través de las comunicaciones diarias entre los/las Acompañantes pedagógicos/as (equipos técnicos de ESI del Plan ENIA) y docentes nuevos y capacitados, para compartir materiales oficiales (nuevos o adaptaciones a la virtualidad)”, expresa el informe a modo de resumen facilitado por el Ministerio.

Y señala que para generar un espacio de intercambio entre los docentes, quienes en el contexto de pandemia debieron adaptar sus propias estrategias de enseñanza, crearon la página de Facebook “ESI PLAN ENIA SALTA” que se usó para la socialización de materiales e información importante de la ESI a los docentes.

Una de las actividades más importantes del año fue la Jornada Provincial de Educar en Igualdadcon eje en la prevención de la violencia de género, que se llevó a cabo en octubre y del que participaron todos los colegios públicos y privados de gestión estatal y privada.

Al momento de recoger las evidencias de los alumnos, o sea lo aprendido, la página edusalta.com.ar, cargó una selección de las producciones realizadas por estudiantes y familias, con la mediación docente.

El informe del Ministerio también da cuenta de la realización de “diversos conversatorios virtuales con docentes y estudiantes relativos a al análisis crítico de estereotipos de género- Promoción de vínculos saludables- Nuevas masculinidades”. Entre ellos resaltan dos que se hicieron en noviembre con la Organización Argentina de Jóvenes para las Naciones Unidas (OAJNU), sede Salta.

Para este año Guardo indicó que “el plan de acción es sostener el derecho que tienen los chicos y chicas a recibir la ESI, a través de las capacitaciones docentes y abordándose la diversidad de temáticas que comprende la integralidad de la ESI. Por otra parte, es necesario potenciar acciones de seguimiento con participación de estudiantes, utilizándose, además, las herramientas virtuales que nos dejó como aprendizaje el contexto de la pandemia”.

Capacitación como prioridad

La instrucción a los docentes es uno de los puntos destacados por Guardo: “Este año de pandemia impactó en todos los ámbitos, pero, sin embargo, las actividades de ESI que dependen de proyectos especiales y el desarrollo profesional docente se ejecutaron adecuándose al nuevo contexto, a través de la virtualidad. En esta dirección fueron capacitados 3000 docentes en temáticas vinculadas a prevención de violencia de género, vínculos saludables, salud sexual y reproductiva”.

También subrayó que se incluyó el seminario obligatorio de ESI en los planes de formación de maestros y profesores, generándose un circuito de formación permanente “que hay que seguir profundizando”. Y advirtió que “todo lo trabajado ha contado todos estos años con el seguimiento de la coordinación nacional de ESI del Ministerio de Educación de la Nación”.

Por otra parte, el informe rescata que entre el 2012 y el 2019, 13.710 docentes fueron capacitados, 149.968 estudiantes participaron en los talleres de ESI y se distribuyeron 56.900 cartillas con material específico.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/319944-la-educacion-sexual-retrocedio-en-los-meses-de-pandemia?cx_testId=1&cx_testVariant=cx_1&cx_artPos=2#cxrecs_s

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