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Chile: Cuatro lecciones sobre los servicios de calidad para la primera infancia

Redacción:  Andrea Rolla/El Nuevo Diario

¿Qué lecciones pueden aprender los tomadores de decisiones sobre el acceso a una educación de calidad en la primera infancia que tenga un impacto positivo y duradero en los niños más vulnerables?

Una sociedad vital y productiva con un futuro próspero y sustentable se construye sobre los cimientos de un desarrollo infantil saludable. Una de las soluciones más costo-efectivas para mejorar los niveles de desarrollo y aprendizaje de los niños más vulnerables en América Latina y el Caribe no es simplemente ampliar el acceso a la educación en la primera infancia, sino mejorar la calidad de la misma, como señala este informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

¿Qué lecciones pueden aprender los tomadores de decisiones sobre el acceso a una educación de calidad en la primera infancia que tenga un impacto positivo y duradero en los niños más vulnerables?

Primero, lo más importante es que las interacciones entre adultos y niños sean de calidad. Los niños pueden desarrollarse y aprender más cuando los adultos en el aula proveen interacciones de alta calidad. Además, es importante que los niños participen en actividades pedagógicas apropiadas para su nivel de desarrollo. Estos dos elementos están asociados a niveles más altos de lenguaje y alfabetización emergente, de habilidades lógico-matemáticas, de comportamiento e interacciones sociales en los niños.

Segundo, el número de adultos a cargo del cuidado por cada niño y, en menor grado, los grupos más reducidos, están asociados a mejores interacciones entre adultos y niños en contextos distintos y a un mayor desarrollo y aprendizaje en los niños, particularmente los más pequeños. Sin embargo, no habría evidencia de una relación directa entre el número de adultos por niño y el nivel de desarrollo y aprendizaje de los niños en lenguaje o habilidades lógico-matemáticas, por ejemplo.

Tercero, una mayor formación inicial y capacitación docente continua para la primera infancia está asociada a mejores interacciones adulto-niño en el aula, pero solamente la capacitación docente para la primera infancia está asociada a habilidades emergentes en el lenguaje, el comportamiento, o las habilidades sociales en los niños.

Cuarto, la implementación de sistemas de monitoreo y de calificación de calidad está asociada a mejores interacciones adulto-niño, en particular para centros que atienden a niños desde el nacimiento hasta los 2 años y de entre 3 y 5 años. Por lo general, estos sistemas pueden ayudar a informar sobre cómo mejorar la calidad. Está menos claro el efecto de estos sobre programas de cuidado infantil más informales. Además, los sistemas de monitoreo y de certificación de calidad proveen solamente indicadores aproximados de calidad para situaciones específicas. Por lo tanto, no se debería tomar decisiones importantes acerca de centros individuales con base en esta información imprecisa.

Por otro lado, la evidencia emergente sobre otros elementos del cuidado, como la colaboración entre profesionales de la primera infancia, las condiciones laborales, entre otros, también indican posibles relaciones que pueden resultar en mejores interacciones adulto-niño, pero la evidencia es más limitada.

Entre los servicios de cuidado y desarrollo infantil, aquellos que se ocupan de estimular el aprendizaje y el desarrollo del cerebro tienen un impacto positivo y significativo sobre el futuro de los niños, especialmente aquellos en contextos más vulnerables. Por ello, es de vital importancia que el acceso a la educación en la primera infancia sea acompañado por un énfasis en mejorar las interacciones adulto-niño que ocurren en el aula. La evidencia apunta a que el efecto de las interacciones sobre los niños es tan potente, que marca una clara diferencia entre aquellos niños que tuvieron experiencias de calidad y aquellos que no.

Fuente: https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/469780-cuatro-lecciones-servicios-calidad-primera-infanci/

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Estados Unidos: Técnicas para enseñar mejor a los niños VIDEO

Estados Unidos/25 de Abril de 2018/ blastingnews

A continuación algunos métodos de enseñanza que pueden ayudar a que los niños aprendan mejor

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Entender las palabras depende del ritmo cerebral

 Estados Unidos/21 de Abril de 2018/Tendencias 21

Ese ritmo puede manipularse mediante estimulación craneal y facilitar la comunicación

Una nueva investigación ha descubierto que la comprensión de la palabra depende del ritmo de los impulsos neuronales que transmiten los mensajes auditivos, y que estos impulsos pueden manipularse mediante la estimulación eléctrica de ciertas partes del cerebro. La nueva técnica mejorará los audífonos y ayudará a los disléxicos.

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que el ritmo de los impulsos neuronales que transmiten los mensajes auditivos es esencial para la comprensión de la palabra. Ese ritmo es el que provoca la sincronización neuronal necesaria para la comprensión del discurso. Los resultados se publican en Current Biology.

La palabra se caracteriza por una serie de sonidos y silencios que tienen un ritmo específico. Este ritmo se convierte en impulsos eléctricos transmitidos al cerebro a través del nervio auditivo.

A este fenómeno se le conoce como rítmica de la actividad cerebral, que si bien es conocida su relación con la motricidad, su función en la comprensión de la palabra era hasta ahora desconocida. La nueva investigación arroja luz sobre esta laguna.

Esta función de la rítmica cerebral con la comprensión de la palabra se ha descubierto mediante un experimento que pretendía hacer comprensible un discurso ininteligible mediante estimulación eléctrica transcraneal. Se trata de un procedimiento que, a través de unas corrientes eléctricas muy bajas, consigue estimular ciertas partes específicas del cerebro.

Los investigadores seleccionaron a 22 personas con perfecta audición y les aplicaron electrodos sobre las regiones del cerebro responsables de la audición. De esta forma adquirieron la capacidad de estimular a voluntad las neuronas de estas regiones cerebrales.

Durante el experimento, los voluntarios tenían que reconocer una serie de palabras al mismo tiempo que recibían la estimulación craneal. En una primera fase, los sujetos escucharon una frase aparentemente distorsionada y difícil de entender. Sin embargo, cuando la estimulación eléctrica transcraneal contenía la información rítmica de la frase distorsionada, su comprensión mejoraba considerablemente.

En una segunda fase, los voluntarios escucharon simultáneamente una voz de mujer y otra de hombre y debían concentrarse en la voz masculina. Cuando la estimulación eléctrica cerebral coincidía con la frecuencia de la voz masculina, el oyente comprendía mejor lo que quería decir, a pesar de la interferencia de la voz femenina.

Cuestión de ritmo

Para los investigadores, estos resultados demuestran que la comprensión de una palabra depende en gran parte del ritmo de la actividad cerebral y que si las neuronas de la audición van a un ritmo diferente, la capacidad de entender a otra persona disminuye.

«Las neuronas en el cerebro responden a los estímulos eléctricos del exterior», explica el investigador principal y neurocientífico, Lars Riecke, en TWnl. «Si ofreces una onda sinusoidal eléctrica a través del cráneo, ves la sensibilidad de las neuronas debajo del cráneo con la misma frecuencia que el cambio de onda. En resumen, la onda eléctrica modula el procesamiento normal de la señal neuronal. Usamos este efecto para ofrecer, en lugar de una onda sinusoidal, una onda eléctrica compleja que corresponde a la señal que el oído envía al cerebro”.

«Esperamos poder mejorar los audífonos con esta técnica. Esto puede ayudar a las personas a distinguir mejor el sonido de la palabra en un ambiente ruidoso. Hay dos opciones para esto: reforzar la comprensión del habla mediante estimulación eléctrica o, con la misma técnica, suprimir el ruido ambiental», añade Riecke.

La técnica necesita todavía ser mejorada para ser aplicada, señalan los investigadores, así como que no será útil para sordos, si bien puede ser valer  para demorar o prevenir un implante coclear (un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo) en personas con problemas de audición.

El descubrimiento puede ayudar asimismo a personas con dislexia, una dificultad de aprendizaje que afecta a la lectoescritura.

Referencia

Neural Entrainment to Speech Modulates Speech Intelligibility. Lars Riecke et alia. Current Biology. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cub.2017.11.033
Fuente: https://www.tendencias21.net/Entender-las-palabras-depende-del-ritmo-cerebral_a44407.html
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España: Rechazo o Aversión a los Pobres ‘Aporofobia’, historia de la palabra que acuñó la valenciana Adela Cortina

España/06 de enero de 2018/Por: EFE. JAVIER LASCURÁIN/ Fuente: http://www.lavanguardia.com

La filósofa lo utilizó por primera vez en 1995 porque veía que el racismo no discriminaba por país de origen, sino por riqueza.

Lo que no tiene nombre no existe. Por eso es necesario buscar palabras que nos ayuden a definir realidades sociales innegables y cotidianas como el miedo, el rechazo o la aversión a los pobres. Solo así, dando nombre a esa realidad, podremos hacerla presente en el debate social, conocer sus causas, enfrentarnos a ella, buscar soluciones… Eso es lo que pensó la filósofa valenciana Adela Cortina cuando en 1995 preparaba una columna para ABC Cultural en la que denunciaba que, bajo muchas de las actitudes racistas xenófobas que vemos cada día a nuestro alrededor, late una fobia distinta: la que nos producen los pobres, aquellos que en esta sociedad del intercambio, del dar y recibir, no parecen tener nada que ofrecernos.

Como ella misma explica en su libro “Aporofobia, el rechazo al pobre” (Paidós, 2017), “no repugnan los orientales capaces de comprar equipos de fútbol o de traer lo que en algún tiempo se llamaban ‘petrodólares’, ni los futbolistas de cualquier etnia o raza que cobran cantidades millonarias pero son decisivos a la hora de ganar competiciones”. “Por el contrario -explica Cortina-, lo cierto es que las puertas se cierran ante los refugiados políticos, ante los inmigrantes pobres, que no tienen que perder más que sus cadenas. (…) Las puertas de la conciencia se cierran ante los mendigos sin hogar, condenados mundialmente a la invisibilidad”. “El problema no es entonces de raza, de etnia ni tampoco de extranjería. El problema es de pobreza”, concluye.

No repugnan los futbolistas de cualquier etnia que cobran cantidades millonarias, pero las puertas se cierran ante los refugiados políticos y ante los inmigrantes pobres”

ADELA CORTINA

La existencia de esa “lacra sin nombre” llevó a la catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universitat de València a rebuscar en sus diccionarios escolares de griego hasta encontrar el término “áporos” (‘pobre’, ‘sin recursos’) y construir, a partir de él, el neologismo “aporofobia”. Volvió a emplearlo en otros artículos y conferencias, en libros de texto… y pronto la palabra fue ganando terreno entre las organizaciones sociales y los defensores de las personas sin recursos. Por fin había un término capaz de señalar una realidad lacerante, de hacerla visible.

La Fundación del Español Urgente le dedica una de sus recomendaciones diarias sobre el buen uso del idioma, en la que explicábamos su significado, su utilidad y su formación válida. Varias personas y colectivos pidieron, siguiendo una propuesta de la propia Cortina publicada en el año 2000 en El País, la incorporación de esa voz al Diccionario de la Lengua Española, que se ha producido finalmente hace unas semanas. El término llegó incluso a las instituciones: el Senado español aprobó el pasado mes de septiembre una moción en la que pide la inclusión de la aporofobia como circunstancia agravante en el Código Penal.

Aporofobia en el DRAE
Aporofobia en el DRAE (LVD)

Todo ello hizo que esa voz fuera desde el primer momento una de las candidatas del equipo de la Fundéu BBVA para ser palabra del año 2017. Como en ocasiones anteriores, tratamos de poner en la balanza el interés lingüístico del término y su presencia y utilidad desde el punto de vista informativo.

En el primer aspecto, “aporofobia” es el sueño de todo estudioso del idioma: una voz con autor conocido y fecha de nacimiento, una “rara avis” en el análisis del origen de las palabras. En el ámbito informativo parecía en cambio evidente que otras de las candidatas han tenido mayor proyección y presencia en los medios (“bitcóin”, “turismofobia”, “superbacteria”…). Sin embargo, no es tan seguro que la aporofobia como concepto, las actitudes personales, políticas y sociales de rechazo al pobre no estén marcando cada vez más el devenir del mundo.

Poner esa realidad sobre la mesa, ayudar a que las palabras nos permitan entender y mejorar nuestro entorno es igualmente un buen objetivo para este galardón con el que cada doce meses pretendemos reflexionar sobre las palabras y el mundo que con ellas construimos.

El Senado aprobó en septiembre la inclusión de la aporofobia como agravante en el Código Penal

Fuente de la Noticia:

http://www.lavanguardia.com/local/valencia/20171229/433939190707/aporofobia-palabra-adela-cortina.html

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Por qué los jueces británicos van a empezar a estudiar ciencia

Por: BBC Mundo

El avance de la tecnología y la ciencia empieza a dejar su impronta en los procesos legales.

Los jueces no solo deben evaluar el testimonio de los testigos, fotografías y videos, sino que cada vez con más frecuencia deben sopesar información aportada por nuevos y sofisticados programas informáticos y análisis científicos.

Incluso un video con una imagen difusa de un sospechoso puede resultar clave a la hora de dictar una sentencia, gracias a una tecnología que analiza la manera de caminar del individuo.

Pero ¿qué tanto conocimiento científico tienen los jueces a la hora de estudiar la evidencia científica que presentan las dos partes involucradas en un juicio? En general, no mucho.

Para paliar esta deficiencia, la Corte Suprema de Reino Unido diseñó una estrategia.

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Diferencias de género en el lenguaje y las habilidades socioemocionales en la primera infancia

22 de noviembre de 2017 / Fuente: http://www.iadb.org/

Autores: Rosangela Bando,Florencia López-Boo & Xia Li. Julio 2016.

 

Este estudio explora las diferencias de género en el lenguaje y las habilidades socioemocionales en niños de entre 7 meses y 6 años de edad en América Latina. Las niñas tiene una ventaja significativa en ambas dimensiones. Los resultados de este artículo también exploran el rol de los factores biológicos y del medioambiente que explican las diferencias de género.

Enlace para descargar: https://publications.iadb.org/bitstream/handle/11319/7808/Sex-Differences-in-Language-and-Socio-emotional-Skills-in-Early-Childhood.pdf?sequence=1

Fuente documento: http://www.iadb.org/es/temas/salud/insignias/desarrollo-infantil-y-el-bid,7678.html

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¿Cuántas veces debe estar expuesto el cerebro a una palabra para aprenderla?

Por: BBC Mundo

¿Alguna vez te has puesto a pensar cuántas veces necesitas escuchar una palabra para incorporarla a tu vocabulario?

¿Una, cinco, diez, veinte?

También es posible que no necesites la misma cantidad de repeticiones para aprender todas las palabras. Tal vez con algunas precises menos tiempo que con otras.

Pero entonces ¿se puede establecer un número?

Exposición

La cantidad de veces en el que el cerebro de un estudiante debe estar expuesto a una palabra para aprenderla ya preocupaba a los miembros del departamento de Investigaciones Educativas de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, hace más de medio siglo.

MaestraDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa exposición reiterada es la clave para aprender nuevo vocabulario, aseguran los expertos.

En concreto, en 1965 los especialistas en educación y psicología David Ausubel y Mohamed Youssef de esa casa de estudios llegaron a la conclusión de que un estudiante necesita estar expuesto a una palabra 17 veces para aprenderla.

Y en la actualidad los expertos dicen que el promedio va de entre 15 a 20 veces.

Incluso, basándose en esta premisa, el Departamento de Educación de Estados Unidos publicó recomendaciones para mejorar la alfabetización de los adolescentes.

Una de las sugerencias para mejorar el vocabulario es la repetición de la exposición de nuevas palabras en un contexto tanto escrito como oral y dando lugar a la práctica.

Por esto, BBC Mundo consultó a Catherine Snow, profesora de Educación en la cátedra Patricia Albjerg Graham de la Universidad de Harvard.

Línea
Cerebro sobre un libro.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionAunque no es un músculo, al cerebro de un estudiante hay que entrenarlo.

¿Por qué el cerebro necesita estar expuesto tantas veces a una palabra para aprenderla?

En primer lugar, este es un promedio entre muchas palabras y condiciones diferentes de aprendizaje. A veces solo toma una vez aprender el significado de una palabra. Puedes apuntar a algo y decir la palabra y los niños la recordarán, la aprenderán y la llamarán así de ahí en adelante. Pero el significado de muchas palabras no puede encapsularse en señalar un objeto o una imagen. Hay muchas cosas que aprender sobre otras palabras, no solo cómo las pronuncias o lo que significan, sino también el contexto adecuado para usarlas.

Entonces para entender el contexto en el que aparecen muchas palabras es necesario que la escuches 10, 20 o 30 veces para que tengas un buen sentido de las múltiples estructuras en las que pueda aparecer.

Tenemos que pensar en estas 15 o 20 veces de exposición como un promedio entre palabras fáciles y difíciles, aquellas con un significado simple contra las que cuentan con uno complejo.

Es posible aprender una palabra en una primera exposición, pero las posibilidades son pocas».

Catherine Snow, profesora de Educación en la Universidad de Harvard.

¿Qué sucede con los estudiantes de un segundo idioma?

Para el caso de los estudiantes de un segundo idioma se espera que aprendan unas 200 palabras por semana. Algunas de esas palabras la aprenderán, pero no podemos estar seguros si las recordarán.

¿Y cuál es la estrategia?

El diseño típico es que el maestro seleccione las 200 palabras para enseñar esa semana y asegurarse de que los alumnos estén expuestos a ellas unas cinco veces en el día en que se supone que deben ser introducidas. Al día siguiente, cuatro veces. Tres veces el próximo par de días. Y luego una o dos veces la semana después. De este modo existen muchas oportunidades para que el alumno escuche o lea esas palabras, y así asegurarse de que se produzca la consolidación de la memoria (proceso por el cual la memoria a corto plazo pasa a la memoria a largo plazo).

Este promedio de exposición del cerebro para aprender una palabra ¿se aplica a cualquier edad?

Los datos con los que contamos son en el marco de la enseñanza de idiomas. Ese es el único lugar donde se puede saber con qué frecuencia se expone una palabra al alumno, porque con los niños pequeños no sabemos cuán a menudo usamos una palabra antes de que la aprendan.

Todo sugiere que a partir de los 15 años los estudiantes son más eficientes en el aprendizaje, ya que pueden estudiar por sí solos y usar bibliografía para reforzar los conocimientos. Entonces, creo que los estudiantes más jóvenes probablemente necesitarían más exposición.

Catherine Snow (Foto: Universidad de Harvard)Derechos de autor de la imagenUNIVERSIDAD DE HARVARD
Image captionCatherine Snow sostiene que en promedio el cerebro necesita estar expuesto a una palabra entre 15 y 20 veces para aprenderla. (Foto: Escuela de Educación de la Universidad de Harvard)

¿Cuál es su experiencia en torno a la cantidad de veces que el cerebro debe estar expuesto para aprender un idioma?

Es posible aprender una palabra en una primera exposición, pero las posibilidades son pocas, según lo revelan las estadísticas. La forma de asegurarse es proporcionando múltiples exposiciones. Pero también es más fácil enseñar palabras si están relacionadas entre sí. La forma en que yo lo hago es: primero mostrar una foto de un tema en el que los estudiantes estén interesados y luego pensar qué palabras realmente se necesitan para hablar sobre ese tema. Luego presentar lecturas y oportunidades para escribir relacionadas y las palabras naturalmente se repetirán múltiples veces.

¿Puede mencionar alguna otra estrategia para hacer que los alumnos aprendan una nueva palabra?

Averiguar cómo hacer que los estudiantes usen las palabras de forma oral y escrita. De esta manera es mucho más probable que formen lo que llamamos una representación léxica de alta calidad (que incluye una ortografía, semántica y fonética detallada).

Hay palabras que conocemos, aunque no estemos muy seguros de cómo deletrearlas o pronunciarlas, pero puedes entenderlas si las lees. Esas palabras son frágiles en nuestro vocabulario. Sin embargo, si puedes hacer que los niños entiendan cómo usarlas, es más probable que las recuerden.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-41674285

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