Lula se impone en el primer debate presidencial de Brasil apostando por la educación y la sanidad

Por: Tercera Información

  • Los candidatos que participaron fueron: Luiz Inácio Lula da Silva; Jair Bolsonaro; Simone Tebet; Soraya Thronike; Felipe D’avila; y Ciro Gomes.

Los candidatos presidenciales de Brasil se enfrentaron este domingo en su primer debate de cara a los comicios del próximo 2 de octubre, donde el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva lidera la intención de voto en todas las encuestas.

Los candidatos que participaron en el primer debate fueron: Luiz Inácio Lula da Silva; el ultraderechista Jair Bolsonaro; Simone Tebet; Soraya Thronicke; Felipe D’avila; y Ciro Gomes.

De acuerdo a la última encuesta realizada por Instituto Datafolha, Lula lidera la intención de voto con el 47 por ciento, seguido de Bolsonaro que llega a 32 puntos porcentuales.

El candidato más opcionado a ganar los comicios de octubre resaltó su inversión en salud y vivienda durante su Gobierno, «en nuestro Gobierno, Petrobras alcanzó una capitalización de 60.000 millones de reales (…) somos marcados por ser el que mayor invirtió en educación, trabajo, en la generación de la mediana y pequeña empresa», acotó Lula.

Al mismo tiempo, Lula destacó que al llegar al Gobierno habían 3.500.000 estudiantes y al terminar su mandato, la cifra llegó a los 8 millones, «también defendimos la Amazonía, nunca en la historia fuimos tan respetados en el mundo», agregó.

Por su parte, Ciro Gomes aseveró que será el presidente de la educación para poner a Brasil como un referente en el mundo, «señor Bolsonaro, usted no se da cuenta que hay gente comiendo de la basura (…) Es una aberración que haya un presidente que tenga números recientes, 33 millones de brasileños están pasando hambre. Una de cada cuatro personas comen tres veces al día», apunto.

Por su parte, Bolsonaro se defendió aludiendo que el país registra un número de inflación menor en comparación con varios países del mundo, «nosotros logramos un milagro durante la pandemia, atendemos a los más necesitados. Mi Gobierno y mis senadores logramos disminuir el precio de los combustibles», añadió.

«Tenemos que invertir y cambiar las sala de aulas, invertir en la profesionalización de los profesores, tenemos que mejorar el aprendizaje de los alumnos», indicó el candidato Felipe D’avila.

Tanto Thronicke como Tebet coincidieron en una reforma a la educación que priorice la inversión en infraestructura, así como la dignificación de los docentes en todos su niveles.

Economía, salud y religión

Aludiendo a los impactos de la pandemia de la Covid-19 en el país, Tebet lanzó una crítica a Bolsonaro por su ineficiencia en el combate del virus, «al presidente no le importó y le dio la espalda a las familias (…) nos atrasamos en la compra de vacunas», añadió.

«Lo que vi fue un escándalo de corrupción en la compra de vacunas (…) el 25 por ciento de los pobres se mueren en Brasil por no tener acceso al tratamiento contra el cáncer», puntualizó Tebet, comentario que se adhirió la candidata Thronicke quien enfatizó en la importancia del sector privado para financiar programas de atención en salud.

Asimismo, Gomes volvió a apuntar contra Bolsonaro por cifras sobre el desarrollo económico y sanitario, «en Brasil casi 50 millones de ciudadanos que envejecerán en 15 años, no van a tener pensión. Yo quiero reconciliar al país», expresó.

Por su parte, Lula reiteró que va a volver a ser Gobierno y su prioridad será la educación y salud, referentes en el mundo, «la mejor revolución educativa que se hizo en Brasil, la hicimos nosotros», recordó.

«Yo digo que la libertad religiosa para todos y no podemos permitir que se toque el tema de Dios en vano. Tenemos candidatos que pierden electores por la falta de respeto a la religión», indicó Thronicke, quien se solidarizó con Tebet en la aplicación de reformas que dignifiquen los derechos de las mujeres.

Al mismo tiempo, D’avila acotó que el desarrollo nacional pasa ineludiblemente por la agroindustria, aunque aclaró sobre la necesidad de emprender políticas de privatización, «necesitamos privatizar todo en Brasil (…) Es muy importante que nosotros usemos recursos privados», agregó.

«El crecimiento económico también depende de una política ambiental, dentro de mi plan de Gobierno está la eliminación del carbono (…) tenemos que plantar árboles en tierras degradadas y generar empleo verde», manifestó D’avila.

Sin embargo, Bolsonaro defendió su política señalando que se direcciona en la protección de la mujer, pese a sus constantes comentarios misóginos, «yo defiendo las armas para que las mujeres se defiendan, el 90 por ciento de títulos de propiedad fueron entregados a las mujeres», agregó.

Mientras tanto, los candidatos Tebet y Gomes coincidieron que Bolsonaro emite noticias falsas sobre economía, pobreza y seguridad, al mismo tiempo, denunciaron actos de corrupción suscitados en el actual Gobierno.

«El pueblo va a votar para volver a ser respetado, por tener empleos bien remunerados, necesitamos volver a la libertad», aseveró Lula, quien destacó políticas incluyentes ejecutadas durante los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT).

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/29/08/2022/lula-se-impone-en-el-primer-debate-presidencial-de-brasil-apostando-por-la-educacion-y-la-sanidad/

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Lula: “Es el trabajador quien mueve la economía real”

POR: GLAUCO FARIA, NINA FIDELES

El expresidente y candidato para las elecciones de octubre analiza la situación del mercado laboral en Brasil y el deterioro de las condiciones de vida de la población. ¿Cuál es su proyecto para remontar la crisis económica del gigante del sur?

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva concedió una entrevista por correo electrónico a Brasil de Fato abordando la situación actual de su país y, en particular, la precarización del mercado laboral y el deterioro de las condiciones de vida de la población en general. Para él, “lo que genera empleos es que la gente pueda comprar, es el dinamismo de la economía, la economía real, no la especulación”.

“La estabilidad que le da la formalización al trabajador también se traslada a la economía. Así podemos planificar un viaje para ir a ver a la familia, podemos planificar comprar una nevera, hacer un asado para celebrar nuestro cumpleaños”, señala Lula.

La precarización del mercado laboral y la ilusión que genera el llamado “emprendedurismo” también fueron temas abordados por el exmandatario. “El sueño de todo trabajador es no tener un jefe. Pero se creó la ilusión de que no tendría un jefe y luego se creó uno peor, invisible, y una cadena desde las aplicaciones móviles, en un trabajo sin derechos”.

Lea a continuación la entrevista, que también es objeto de la edición especial impresa de Brasil de Fato nº 19, cuyo tema principal es el trabajo.

Brasil de Fato: Además del alto nivel de desempleo, Brasil vive actualmente un proceso de caída del ingreso medio de los trabajadores con el crecimiento de la informalidad. ¿Qué medidas puede tomar el gobierno para estimular la creación de empleo con una mayor formalización? ¿Y cómo puede impactar el aumento de la formalización en la economía del país?

Lula: El poder público necesita creer y construir el futuro de Brasil, y no ser destructor, como sucede con el actual gobierno. Necesitamos realizar las obras de infraestructura necesarias, estimular sectores de la economía que generen empleos e ingresos. Escuchar a todos los sectores de la sociedad y ayudar a los más pobres, para que también puedan tener una vida digna y participar en la economía.

Necesitamos apoyar la producción de alimentos y las reservas reglamentarias, para que el precio de los alimentos caiga. Necesitamos establecer los precios de los combustibles en base a los costos en reales, no al precio en dólares del mercado internacional. Ayudar a la gente a renegociar y pagar sus deudas. Y así empezar a mover la economía, porque lo que genera empleo es que la gente pueda comprar, es el dinamismo de la economía, la economía real, no la especulación. Cuando el trabajador tiene un trabajo de calidad, mueve el comercio y la industria.

A finales de 2014, Brasil tenía una tasa de desempleo del 4,3%, estaba cerca del pleno empleo, tenía el estándar de Francia, de Suecia. Creamos 22 millones de empleos formales. La estabilidad que le da la formalización al trabajador también se traslada a la economía. Así podemos planificar un viaje para ir a ver a la familia, podemos planificar comprar una nevera, hacer un asado para celebrar nuestro cumpleaños. Y eso agrega energía a la gigante rueda de la economía.

La política de suba del salario mínimo fue abandonada en el gobierno de Temer y llegó a su fin en el gobierno de Bolsonaro. ¿Qué importancia tiene la reanudación de esta política para la clase trabajadora y para la economía en su conjunto?

Todo el mundo está sintiendo a diario el problema de que los salarios no se reajusten como deberían. Se nota cuando hay que reducir la lista de la compra a la mitad o endeudarse para pagar la factura de la luz. Hoy, una de cada tres familias brasileñas tiene cuentas atrasadas. Las familias más pobres son las más afectadas, las que más sufren, viven peor que antes. Vale recordar que, cuando estábamos en la Presidencia, el salario mínimo se incrementó un 74%, y más del 80% de los reajustes de las categorías de trabajadores organizados se dieron por encima de la inflación, lo que aseguraba el poder adquisitivo. Hoy, sólo el 15,8% de los reajustes están por encima de la inflación, el resto son iguales o menores. Significa que la gente gana menos, tiene menos empleo, come menos y se endeuda más.

En los últimos tiempos, la lógica del emprendedurismo ha ganado cada vez más fuerza entre los brasileños, que pasan a admitir la pérdida de derechos como algo natural para conseguir un trabajo, aunque sea precario. Esto ocurre tanto en la narrativa de las iniciativas privadas con poco capital como en la precarización de los conductores y repartidores de aplicaciones móviles. ¿Cómo ves este momento en el mercado laboral?

El sueño de todo trabajador es no tener un jefe. Pero se creó la ilusión de que no tendría un jefe y luego se creó uno peor, invisible, y una cadena desde las aplicaciones móviles, en un trabajo sin derechos. Y el desmantelamiento de los derechos de los trabajadores no ha aumentado la empleabilidad, como dicen. Lo que aumentó fue el trabajo sin garantía para el trabajador, sin jubilación, sin seguridad social.

El chico que sale de casa a repartir comida no está emprendiendo. Está ganando algo de dinero, a veces muriéndose de hambre y llevando comida en la espalda, mientras que el dueño de la aplicación gana millones. Y si se cae de la bicicleta, no tiene seguro social, no tiene seguro médico, no tiene cobertura por enfermedad. No tiene nada. El déficit de la Seguridad Social creció después de la reforma, porque la gente ya no está aportando a la Seguridad Social.

El momento es grave y necesitamos volver a discutir estos temas. Por eso he estudiado y hablado con el gobierno de España, donde hubo una negociación con trabajadores y empresarios para revisar la reforma laboral, para recuperar la calidad, la estabilidad y la solidez del mercado laboral y de consumo en España.

El desempleo es una preocupación general, pero, especialmente durante la pandemia, afectó de forma particular a algunos segmentos, como a la juventud, las mujeres y las personas negras. ¿Cómo se debe mirar a estas categorías de trabajadores para revertir esta desigualdad en el mercado laboral?

Necesitamos actuar para reducir las desigualdades raciales y respecto a las mujeres en el mercado laboral. Necesitamos crear oportunidades de trabajo y volver a ampliar las ofertas educativas. Antes teníamos más y más personas negras en las universidades, más personas de la primera generación de su familia que se graduaban. Esto generó una generación que exige más diversidad en las empresas, porque se acabó el discurso de que no había mujeres y negros con buena preparación para los puestos más calificados del mercado laboral.

Desde el golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff, los sindicatos han sido objeto de ataques desde el gobierno federal y también desde el Congreso Nacional. ¿Cómo se puede revertir esta situación?

El golpe no fue contra Dilma. El pueblo ahora, seis años después, se da cuenta de que el golpe fue contra él mismo, contra el pueblo brasileño, contra los trabajadores, contra la soberanía del país que está siendo destruida.

Y en eso también se incluyó la persecución contra los sindicatos. Los sindicatos tienen que ser fuertes y desarrollar nuevas relaciones, no solo con la base, sino con las nuevas categorías de trabajadores que emergen y que tienen menos derechos que los trabajadores de las fábricas. Y tenemos que dialogar con la población, que se dio cuenta de que los ataques a los sindicatos, al PT [Partido de los Trabajadores], eran básicamente ataques a sus derechos. Necesitamos explicar y no conformarnos con el mundo salvaje y precario que ellos impusieron a los trabajadores.


Edición: Thales Schmidt

Traducción: Isabela Gaia

Fuente de la información: https://www.alai.info
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Estoy preso, pero me siento más libre que millones de brasileños sin comida

Por: Ignacio Ramonet. 

A los que creen en mi inocencia les pido que no me defiendan sólo con fe, sino que armen una narrativa

En la prisión de Curitiba, el ex mandatario considera que no me quieren libre para no correr riesgos, pues aunque lo declaren inocente en este proceso hay otros juicios en marcha. En su celda, cuenta de su amistad con Fidel y Raúl Castro, además de revelar uno de los momentos más difíciles de su vida

Al ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado en la ciudad de Curitiba, en el sur del país, sólo le permiten la visita de dos personas por semana. Una hora. Los jueves en la tarde, de cuatro a cinco. Hay que esperar turno. Y la lista de quienes desean verlo es larga, pero hoy, 12 de septiembre, nos toca a Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, y a mí.

Lula está en prisión cumpliendo una pena de 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero, pero no ha sido condenado definitivamente (aún puede apelar) y, sobre todo, sus acusadores no han podido demostrar su culpabilidad. Todo ha sido una farsa. Como lo han confirmado las demoledoras revelaciones de The Intercept, una revista de investigación on line dirigida por Glenn Greenwald, Lula ha sido víctima de la arbitrariedad más absoluta. Una trama jurídica totalmente manipulada, destinada a arruinar su popularidad y a eliminarlo de la vida política. A asesinarlo mediáticamente, impidiendo de ese modo que pudiera presentarse y ganar las elecciones presidenciales de 2018. Una suerte de golpe de estado preventivo.

Además de ser juzgado de manera absolutamente arbitraria e indecente, Lula ha sido linchado de forma permanente por los grandes grupos mediáticos dominantes –en particular O Globo–, al servicio de los intereses de los mayores empresarios, con un odio feroz y revanchista contra el mejor presidente de la historia de Brasil, que sacó de la pobreza a 40 millones de brasileños y creó el programa Hambre Cero. No se lo perdonan. Cuando falleció su hermano mayor, Genival Vavá, el más querido, no lo dejaron asistir al entierro, a pesar de ser un derecho garantizado por la ley. Y cuando murió de meningitis su nietecito Arthur, de siete años, el más allegado, sólo le permitieron ir una hora y media (!) al velatorio. Humillaciones, vejaciones, venganzas miserables.

Antes de poner rumbo hacia la cárcel –situada a unos siete kilómetros del centro de Curitiba–, nos reunimos con un grupo de personas cercanas al ex presidente para que nos expliquen el contexto.

Roberto Baggio, dirigente local del Movimiento de los Sin Tierra (MST), nos cuenta cómo se organizó la movilización permanente que llaman la Vigilia. Cientos de personas del gran movimiento Lula livre! acampan de forma permanente frente al edificio carcelario, organizando reuniones, debates, conferencias, conciertos. Y tres veces al día –a las 9, 14:30 y 19 horas– lanzan a todo pulmón un sonoro: Bom dia!, Boa tarde!, Boa noite, Sr. presidente!, “para que Lula nos oiga, darle ánimo –nos dice Roberto Baggio–, y hacerle llegar la voz del pueblo. Al principio, pensábamos que eso duraría cinco o seis días y que el Tribunal Supremo pondría en libertad a Lula, pero ahora estamos organizados para una protesta popular prolongada”.

Problema político

Carlos Luiz Rocha es uno de los abogados de Lula. Va a verlo casi todos los días. Nos cuenta que el equipo jurídico del ex presidente cuestiona la imparcialidad del juez Sergio Moro, ahora recompensado por Jair Bolsonaro con el Ministerio de Justicia, y la imparcialidad de los procuradores. “The Intercept lo ha demostrado”, nos dice, y añade: “Deltan Dallagnol, el procurador en jefe, me lo ha confirmado él mismo. Me afirmó que ‘en el caso de Lula, la cuestión jurídica es una pura filigrana… el problema es político’”.

Rocha es relativamente optimista porque, según él, a partir del próximo 20 de septiembre Lula ya habrá cumplido la parte de la pena suficiente para poder salir en arresto domiciliario. Hay otro elemento importante, nos dice, mientras la popularidad de Bolsonaro está cayendo fuertemente, las encuestas muestran que la de Lula vuelve a subir. Actualmente, ya más de 53 por ciento de los ciudadanos piensan que Lula es inocente. La presión social va siendo cada vez más intensa en favor nuestro.

Se ha sumado a nosotros nuestra amiga Mônica Valente, secretaria de relaciones internacionales en el seno del Partido de los Trabajadores (PT) y secretaria general del Foro de São Paulo.

Juntos, con estos amigos, nos ponemos en ruta hacia el lugar de encarcelamiento de Lula. La cita es a las cuatro de la tarde, pero antes vamos a saludar a los grupos de la Vigilia, y hay que prever las formalidades de ingreso en el edificio carcelario. No es una prisión ordinaria, sino la sede administrativa de la Policía Federal en cuyo seno se ha improvisado un local que sirve de celda.

Sólo entraremos Adolfo Pérez Esquivel y yo, acompañados por el abogado Carlos L. Rocha y Mônica Valente. Aunque el personal carcelario es cordial, no deja de ser muy estricto. Los teléfonos nos son retirados. El cacheo es electrónico y minucioso. Sólo es permitido llevarle al reo libros y cartas, y aún… porque Adolfo le trae 15 mil cartas de admiradores en un pendrive y se lo confiscan para verificarlo muy atentamente, luego se lo devolverán.

Lula está en la cuarta planta. No lo vamos a ver en una sala especial para visitas, sino en su propia celda donde está encerrado. Subimos por un ascensor hasta el tercer piso y alcanzamos el último a pie. Al final de un pasillito, a la izquierda, está la puerta. Hay un guardia armado sentado delante que nos abre. En nada esto se asemeja a una prisión –excepto por los guardianes–, parece más bien un local administrativo y anónimo de oficinas. Nos ha acompañado hasta aquí el carcelero en jefe, Jorge Chastalo (está escrito en su camiseta), alto, fuerte, rubio, de ojos verde-azules, con los antebrazos tatuados. Un hombre amable y constructivo quien tiene, constato, relaciones cordiales con su prisionero.

La habitación-celda es rectangular. Entramos por uno de los lados pequeños y se nos presenta en toda su profundidad. Como nos han confiscado los teléfonos, no puedo sacar fotos y tomo nota mental de todo lo que observo. Tiene unos seis o siete metros de largo por unos tres y medio de ancho, o sea unos 22 metros cuadrados de superficie. Justo a la derecha, al entrar, está el baño, con ducha y váter; es un cuarto aparte.

Al fondo, enfrente, hay dos grandes ventanas cuadradas con rejas horizontales de metal pintadas de blanco. Unos toldos de color gris-plata exteriores dejan entrar la luz natural del día, pero impiden ver al exterior. En el ángulo izquierdo del fondo está la cama individual recubierta con un cubrecama color negro y en el suelo, una alfombrita. Encima de la cama, clavadas en la pared, hay cinco grandes fotografías a colores del pequeño Arthur, recién fallecido, y de los otros nietos de Lula con sus padres.

Al lado, a la derecha, y debajo de una de las ventanas, hay una mesita de noche de madera clara, de estilo años 1950, con dos cajones superpuestos, de color rojo el de arriba. A los pies de la cama, un mueble también de madera sirve de soporte a un pequeño televisor negro de pantalla plana de 32 pulgadas. Al lado, también contra la pared izquierda, hay una mesita bajita con una cafetera y lo necesario para hacer café. Pegado a ella, otro mueble cuadrado y más alto, sirve de soporte a una fuente de agua, una bombona color verde esmeralda como las que se ven en las oficinas. La marca del agua es Prata da Serra.

En el otro ángulo del fondo, a la derecha, es el rincón gimnasio, con un banco recubierto de falso cuero negro para ejercicios, gomas elásticas para musculación y una gran caminadora. Al lado, entre la cama y la caminadora, un pequeño calentador eléctrico sobre ruedas, color negro. En lo alto de la pared del fondo, sobre las ventanas, hay un aire acondicionado de color blanco.

En medio de la habitación, una mesa cuadrada de 1.20 metros de lado, cubierta con un hule azul celeste y blanco, y cuatro sillas confortables, con reposabrazos, de color negro. Una quinta silla o sillón está disponible contra la pared derecha. Finalmente, pegado al tabique que separa la habitación del cuarto de baño: un gran armario de tres cuerpos, color roble claro y blanco, con una pequeña estantería en el lado derecho que sirve de biblioteca.

Todo modesto y austero, hasta espartano, para un hombre que fue durante ocho años el presidente de una de las 10 principales potencias del mundo. Pero todo muy ordenado, muy limpio, muy organizado.

Con su cariño de siempre, con calurosos abrazos y palabras de amistad y afecto, Lula nos acoge con su voz característica, ronca y potente. Viste una camiseta Adidas del Corinthians, su equipo paulista de futbol favorito; un pantalón de sudadera gris clarito de marca Nike y unas chanclas blancas de tipo havaianas. Se le ve muy bien de salud, robusto, fuerte : Camino nueve kilómetros diarios, nos dice. Y en excelente estado sicológico: “Esperaremos tiempos mejores para estar pesimista –afirma–, nunca he sido depresivo, jamás, desde que nací, y no lo voy a ser ahora”.

Nos sentamos en torno a la mesita, él frente a la puerta, dándole la espalda a las ventanas; Adolfo a su derecha, Mônica enfrente, el abogado Rocha un poco aparte entre Adolfo y Mônica, y yo a su izquierda. Sobre la mesa hay cuatro tazas llenas de lápices de colores y bolígrafos.

Le entrego los dos libros que le he traído, las ediciones brasileñas de Cien horas con Fidel y Hugo Chávez, mi primera vida. Bromea sobre su propia biografía que está escribiendo, desde hace años, nuestro amigo Fernando Morais: “No sé cuándo la va a terminar… Todo empezó cuando salí de la presidencia, en enero de 2011. Unos días después fui a un encuentro con los cartoneros de São Paulo… Era debajo de un puente, y allí una niña me preguntó si yo sabía lo que había hecho en favor de los cartoneros… Me sorprendió, y le dije que, bueno, nuestros programas sociales, en educación, en salud, en vivienda, etcétera. Y ella me dijo: ‘No, lo que usted nos dio fue dignidad’. ¡Una niña! Me quedé impresionado y lo comenté con Fernando.

“Le dije: ‘Mira, sería bueno hacer un libro con lo que la gente piensa de lo que hicimos en el gobierno, lo que piensan los funcionarios, los comerciantes, empresarios, trabajadores, campesinos, maestros… Ir preguntándoles, recoger las respuestas… Hacer un libro no con lo que yo puedo contar de mi presidencia, sino con lo que la propia gente dice’… Ese era el proyecto (se ríe), pero Fernando se ha lanzado en una obra titánica porque quiere ser exhaustivo. Sólo ha escrito sobre el periodo 1980-2002, o sea antes de llegar yo a la presidencia… y ya es un tomo colosal, porque en ese periodo de 22 años ocurrieron tantas cosas: fundamos la CUT (Central Única de Trabajadores), el PT, el MST, lanzamos las campañas Direitas ja! y en favor de la Constituyente. Transformamos el país. El PT se convirtió en el primer partido de Brasil, y debo aclarar que aún hoy, en este país, sólo existe un partido verdaderamente organizado, el nuestro, el PT.”

Le preguntamos sobre su estado de ánimo. Hoy se cumplen, nos dice, 522 días desde mi entrada en esta cárcel, el sábado 7 de abril de 2017… Y exactamente ayer se cumplió un año de cuando tuve que tomar la decisión más difícil: escribir la carta en la que renunciaba a ser candidato a las elecciones presidenciales de 2018… Estaba en esta celda, solito… dudando… porque me daba cuenta de que estaba cediendo a lo que deseaban mis adversarios… impedirme ser candidato… Fue un momento duro… de los más duros… y yo completamente solo aquí… Yo pensaba: es como estar pariendo con mucho dolor y sin nadie que te tienda la mano.

Abre el libro Cien horas con Fidel y me dice: “Conocí a Fidel en 1985, exactamente a mediados de julio de 1985… Estaba en La Habana por primera vez participando en la Conferencia Sindical de los Trabajadores de América Latina y del Caribe sobre la Deuda Externa. Yo ya había salido de la CUT, ya no era sindicalista, estaba de tiempo completo como secretario general del PT y era candidato en las elecciones legislativas del año siguiente. Pero no sólo había sindicalistas en esa conferencia, Fidel había invitado también a intelectuales, profesores, economistas, y dirigentes políticos. Recuerdo que eran ya como las cinco de la tarde, en el Palacio de Congresos, Fidel presidía, y aquello estaba muy aburrido… Entonces Fidel, que yo no conocía personalmente, me mandó un mensaje preguntando si yo iba a hablar… Le contesté que no, que no estaba previsto… Él entonces casi me dio una orden: ‘Usted tiene que hablar, y será el último, cerramos con usted’. Pero la CUT no quería de ninguna manera que yo tomase la palabra… Así que yo no sabía qué hacer… A eso de las siete de la tarde, desde la presidencia de la mesa, sorpresivamente, Fidel anuncia que yo tengo la palabra… Casi me vi obligado a tomarla, me levanté, fui a la tribuna… y empecé a hablar… sin traducción… hice un largo discurso y terminé diciendo: ‘Compañero Fidel, quiero decirles a los amigos y amigas aquí reunidos que Estados Unidos trata por todos los medios de convencernos de que es invencible… Pero Cuba ya lo venció, Vietnam ya lo venció, Nicaragua ya lo venció y El Salvador también lo va a vencer. ¡No debemos tenerle miedo!’

“Hubo fuertes aplausos. Bueno, termina la jornada, y yo me voy a mi casa que me habían asignado en el Laguito… Y cuando llego… ¿quién me estaba esperando en el saloncito de la casa? ¡Fidel y Raúl! Los dos ahí sentados aguardándome… Fidel empezó a preguntarme dónde yo había aprendido a hablar así… Les conté mi vida… Y así fue como nos hicimos amigos para siempre…

Debo decir, añade Lula, que Fidel siempre fue muy respetuoso, nunca me dio un consejo que no fuera realista… Nunca me pidió que hiciera locuras… Prudente… Moderado… Un sabio… Un genio…

Batalla por el Nobel

Lula le pregunta entonces a Pérez Esquivel –quien preside el comité internacional en favor del otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al ex presidente brasileño– cómo avanza el proyecto. Adolfo da detalles del gran movimiento mundial de apoyo a esa candidatura y dice que el premio se anuncia, en general, a principios de octubre, o sea en menos de un mes. Y que, según sus fuentes, este año será para un o una latinoamericana. Se le ve optimista.

Lula insiste que es decisivo el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas que preside Michelle Bachelet. Dice que esa es la batalla más importante. Aunque no lo ve fácil. Nos cuenta una anécdota: “Hace unos años, cuando salí de la presidencia, ya me habían propuesto para el Premio Nobel de la Paz. Un día me encontré con la reina consorte de Suecia, Silvia, esposa del rey Carlos XVI Gustavo. Ella es hija de una brasileña, Alice Soares de Toledo, así que hablamos en confianza. Y ella me dijo: ‘Mientras sigas siendo amigo de Chávez, no creo que puedas avanzar mucho… Aléjate de Chávez y tienes el Premio Nobel de la Paz…’ Así son las cosas…”

Bolsonaro entrega el país

Le pregunto cómo juzga estos primeros ocho meses de gobierno de Bolsonaro. Está entregando el país, me contesta. Y estoy convencido de que todo lo que está ocurriendo está piloteado por Petrobras… A causa del súper yacimiento de petróleo off shore Pre-Sal, el mayor del mundo, con reservas fabulosas, de muy alta calidad, descubierto en 2006 en nuestras aguas territoriales. Aunque está a gran profundidad, más de seis mil metros, su riqueza es de tal dimensión que justifica todo… Hasta puedo afirmar que la reactivación de la IVa Flota, por Washington, que patrulla a lo largo de las costas atlánticas de América del Sur, se decidió cuando se descubrió el yacimiento Pre-Sal. Por eso nosotros, con Argentina, Venezuela, Uruguay, Ecuador, Bolivia, etcétera, creamos el Consejo de Seguridad de Unasur… Es un elemento determinante.

“Brasil, prosigue Lula, siempre fue un país dominado por élites voluntariamente sometidas a Estados Unidos… Sólo cuando nosotros llegamos al poder, en 2003, Brasil empezó a ser protagonista… Entramos al G-20, fundamos los BRICS (con Rusia, India, China y Sudáfrica), organizamos –por primera vez en un país emergente– los Juegos Olímpicos, la Copa Mundial de futbol… Nunca hubo tanta integración regional en América Latina. Por ejemplo, nuestros intercambios en el seno de Mercosur eran de 15 mil millones de dólares, cuando acabé mis dos mandatos se elevaban a 50 mil millones… Hasta con Argentina, cuando llegué eran de 7 mil millones, cuando terminé de 35 mil millones.

Estados Unidos no quiere que seamos protagonistas, que tengamos soberanía económica, financiera, política, industrial y menos aún militar… No quiere, por ejemplo, que Brasil firme acuerdos con Francia sobre los submarinos nucleares. Nosotros habíamos avanzado en eso con el presidente François Hollande, pero con Bolsonaro se derrumbó… Hasta esa miserable declaración, tan espantosamente antifeminista, contra Brigitte, la esposa del presidente de Francia, Emmanuel Macron, hay que situarla en ese contexto.

El tiempo se termina, hablamos de muchos de sus amigos y amigas que ejercen aún responsabilidades políticas de muy alto nivel en diversos países o en organizaciones internacionales. Nos ruega que les transmitamos a todas y a todos su recuerdo más afectuoso, y agradece su solidaridad.

No renunciaré

Insiste en lo siguiente: “Digan que estoy bien, como lo pueden constatar. Estoy consciente de por qué estoy preso. Lo sé muy bien. No ignoro la cantidad de juicios que hay contra mí. No creo que ellos me liberen. Si el Tribunal Supremo me declara inocente, ya hay otros juicios en marcha contra mí para que nunca salga de aquí. No me quieren libre para no correr ningún riesgo… Eso no me da miedo… Yo estoy preparado para tener paciencia… Y dentro de lo que cabe, tengo suerte: hace cien años, ya me habrían ahorcado, o fusilado, o descuartizado para hacer olvidar cualquier momento de rebeldía… Yo tengo conciencia de mi rol… No voy a abdicar… Conozco mi responsabilidad ante el pueblo brasileño… Estoy preso, pero no me quejo, me siento más libre que millones de brasileños que no comen, no trabajan, no tienen vivienda; parece que están libres, pero están presos de su condición social, de la que no pueden salir.

“Prefiero estar aquí siendo inocente, que fuera siendo culpable. A todos los que creen en mi inocencia, les digo: no me defiendan sólo con fe ciega… Léanse las revelaciones de The Intercept. Ahí está todo, argumentado, probado, demostrado. Defiéndanme con argumentos. Elaboren una narrativa, un relato. Quien no elabora una narrativa, en el mundo de hoy, pierde la guerra.

Estoy convencido de que los jueces y los procuradores que montaron la manipulación para encarcelarme no duermen con la tranquilidad que tengo yo. Son ellos los que no tienen la conciencia tranquila. Yo soy inocente. Pero no me quedo de brazos cruzados. Lo que vale es la lucha.

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2019/09/15/politica/004e1pol#.XX5VcwYIyDQ.twitter
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Brasil: Em carta aberta, Internacional da Educação pede que Temer respeite direitos

Brasil / 8 de abril de 2018 / Autor: CNTE, com atualizações Rede Brasil Atual / Fonte: adufg

Em carta aberta dirigida ao presidente Michel Temer, o Secretário Geral da Internacional da Educação, David Edwards, pediu que sejam respeitados os princípios da democracia e dos Direitos Humanos no Brasil, frente aos acontecimentos que culminaram na execução da vereadora Marielle Franco no Rio de Janeiro há 18 dias, e com a perseguição judicial e midiática ao ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

“A Internacional da Educação e suas afiliadas em todo o mundo clamam para que o governo do Brasil tome passos decisivos para entrar em conformidade com tratados de obrigações de longo prazo, para reforçar, nacional e internacionalmente as leis de proteção dos direitos fundamentais, de direitos de processos com honestidade e juízo justo para todos os cidadãos brasileiros”, afirma Edwards.

A Internacional da Educação reúne 400 sindicatos da educação em 177 países, tem suas entre suas afiliadas a Federação de Sindicatos de Professores e Professoras de Instituções Federais de Ensino Superior e de Ensino Básico Técnico e Tecnológico (PROIFES-Federação) e a Confederação Nacional de Trabalhadores da Educação (CNTE).

Para:

Michel Temer
Presidente da República Federativa do Brasil
Palácio do Planalto – Praça dos Três Poderes
Brasília DF – CEP: 70.150-900
Brasil

Vossa Excelência,

Em nome dos 32,5 milhões de educadores representados pela Internacional da Educação, como uma federação global de 400 sindicatos de educação em 177 países, incluindo a Confederação Nacional dos Trabalhadores em Estabelecimentos de Ensino (CONTEE), a Confederação Nacional dos Trabalhadores em Educação (CNTE) e a Federação de Sindicatos de Professores e Professoras de Instituições Federais de Ensino Superior e de Ensino Básico Técnico e Tecnológico (PROIFES-Federação), expressamos profunda preocupação com a deterioração da democracia e a escalada da violência no Brasil.

Como signatários da Carta Democrática Interamericana, as autoridades brasileiras devem respeitar e garantir “os direitos humanos e as liberdades fundamentais, o acesso e o exercício do poder em conformidade com o estado de direito, a realização de eleições periódicas, livres e justas na votação secreta e no sufrágio universal como expressão da soberania do povo, do sistema pluralista de partidos e organizações políticas e da separação de poderes e independência dos poderes do governo”, conforme consagrado no artigo 3º da Carta. Nós, professores e pessoal de apoio à educação, ensinamos esses valores fundamentais em nossas escolas à medida que desenvolvemos cidadãos que conhecem seus direitos e defendem os de outros.

O mundo tem observado com preocupação como esses princípios democráticos fundamentais, o estado de direito e a independência do judiciário se desgastaram desde o impeachment da presidente Dilma Rousseff.

As ações contra o ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a longa campanha de assédio político e a evidente falta de provas questionam se o devido processo legal foi politizado e sequestrado para influenciar as próximas eleições presidenciais.

Isso ocorre em um clima de crescente violência contra os defensores dos direitos humanos, conforme destacado em uma declaração do Relator Especial da ONU que se referiu ao assassinato de Marielle Franco como uma tentativa de “intimidar todos os que lutam pelos direitos humanos e o Estado de Direito no Brasil”.

A Internacional da Educação e suas afiliadas em todo o mundo exortam o governo do Brasil a tomar medidas decisivas para cumprir suas obrigações de longo prazo, aplicar a lei nacional e internacional para proteger os direitos fundamentais ao devido processo e a um julgamento justo para todos os cidadãos brasileiros. Para que a luz cintilante da democracia brasileira possa se restaurar como um farol para o mundo, isso depende em grande parte de sua liderança nesses tempos críticos.

Com nossos melhores cumprimentos,

David Edwards

Secretário geral

Internacional da Educação

Fonte:

http://www.adufg.org.br/noticias/em-carta-aberta-internacional-da-educacao-pede-que-temer-respeite-direitos?periodo=2015-12

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