Haití. Se masifican las protestas contra el régimen antisocial e ilegal de Moïse

Haití. Se masifican las protestas contra el régimen antisocial e ilegal de Moïse

El pueblo en lucha haitiano, asimismo, demandó que el Departamento de Estado de Estados Unidos terminé de oxigenar artificialmente al régimen y deje de intervenir en los asuntos internos del país

La movilización popular se tomó la capital de Haití este domingo 28 de febrero, con el fin echar abajo el régimén autócrata y antipopular de Jovenel Moïse, el que constitucionalmente sigue ocupando la Presidencia del país, pese a que su mandato expiró el pasado 7 de febrero.

Así como Puerto Príncipe, también se notificaron manifestaciones masivas en Cap-Haitien, Les Cayes, Jacmel, Grand-Goâve y Mirebalais, exigiendo la salida definitiva de Moïse del poder.

El pueblo en lucha haitiano, asimismo, demandó que el Departamento de Estado de Estados Unidos terminé de oxigenar artificialmente al régimen y deje de intervenir en los asuntos internos del país.

Por su parte, Moïse insiste, a través de la fuerza y el monopolio de las armas, en que juró en 2017 por cinco años y volvió a señalar que busca reformar la carta magna y realizar elecciones el 2022, como dicen todos los presidentes que persiguen perpetuarse en el poder.

El gobernante aún cuenta con el apoyo de Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos, la Unión Europea y la Comunidad de Caribe, todas entidades afines a los intereses del Pentágono.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/haiti-se-masifican-las-protestas-contra-el-regimen-antisocial-e-ilegal-de-moise/

 

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En Chile cayó la cortina liberal

En Chile cayó la cortina liberal

Por Hedelberto López Blanch

Usted se ha preguntado en algún momento cómo un presidente multimillonario, que apoya las leyes más agresivas del neoliberalismo pueda ayudar a la masa poblacional de su país. La respuesta con seguridad sería una sola palabra: imposible.

El caso más aleccionador para demostrarlo es el del presidente chileno Sebastián Piñera que cuando en 2017 se vio obligado por ley a presentar una declaración de patrimonios e intereses, alegaba tener un capital de 600 millones de dólares. Ahora resulta que en 2020, la revista Forbes, dedicada a exaltar las riquezas de las personas más adineradas, divulgó que en realidad Piñera posee 2 880 millones, casi 5 veces mayor en solo tres años, y el quinto lugar de los millonarios chilenos.

Piñera amasó su fortuna a inicios de la década de los años 80, cuando regresó de Estados Unidos con las franquicias de las primeras tarjetas de crédito. Seguidamente fue contratado como asesor de un banco del que se hizo socio y diversificó sus negocios financieros a través de compra-venta de empresas como una aerolínea, un canal de televisión y un equipo de fútbol, además de inmobiliarias.

Este impulsor de políticas neoliberales y gran admirador del dictador Augusto Pinochet, exacerbó las penurias de la mayoría de la población desfavorecida al imponer en octubre pasado, un aumento del 30 % en el precio del pasaje en la red de transporte.

El detonante no se hizo esperar para miles de jóvenes, estudiantes, obreros y clase media, que no les alcanza el dinero para sufragar la canasta básica familiar y los servicios privatizados de agua, electricidad, alcantarillado, educación y atención médica.

Con enorme ferocidad, el presidente de esa descolorida democracia ha lanzado todas sus armas políticas y hasta represivas para contener las manifestaciones estudiantiles y obreras que han tenido lugar por todo el territorio nacional.

Las manifestaciones se propagaron por todas las ciudades las que han sido contrarrestadas con una represión generalizada al estilo de la dictadura de Pinochet, las que han dejado a lo largo de cuatro meses alrededor de 35 muertos, decenas de heridos y miles de detenidos.

Se cuentan 525 jóvenes que han perdido uno o los dos ojos debido a los perdigones y balines de goma lanzados por la gendarmería, pero de esas violaciones de los derechos humanos contra todo un pueblo, los grandes medios de comunicación hegemónicos las ignoran o las minimizan.

En esa nación de América latina el nivel de desigualdad social medido por el Índice Gini es de 0,45. Esa tabla internacional comienza en una escala de 0, que representa ausencia de desigualdad y la 1 desigualdad máxima.

La hasta hace poco divulgada como la vitrina del neoliberalismo, se ha desbaratado y sus cristales se expanden por la geografía chilena.

Cuando parecía que tras las feroces represiones policiales, las protestas desaparecerían de las calles y poblados chilenos, una nueva ola ha surgido y como respuesta el presidente, en vez de hablar sobre los infortunios que padece el pueblo, pidió al Congreso aprobar proyectos de ley para modernizar el cuerpo de Carabineros, el sistema nacional de inteligencia, y permitir la participación del Ejército en el resguardo de la infraestructura crítica. O sea, más represión.

La respuesta a ese inmenso malestar popular es que en Chile hay más personas endeudadas que trabajadores remunerados.

En ese país austral, la fuerza laboral es de 8,5 millones de personas y, observen bien, 11 millones de ciudadanos mayores de 18 años tienen deudas. De ellos, 4,6 millones no las pueden pagar, piden nuevos créditos y los compromisos crecen como soga al cuello.

Un gran número de jóvenes cuando terminan estudios superiores deben hasta 80 000 dólares por lo que la deuda los perseguirá durante muchos años.

La mercantilización de los servicios básicos resulta elevadísima lo cual lleva a la mayoría a endeudarse y gastar fuertes sumas de dinero para acceder a la atención médica, educación, agua, electricidad, servicio de alcantarillado pues en el país casi todo esta privatizado.

El crecimiento del país se ha concentrado desde hace años en manos de unos pocos: el 1 % de la población acumula el 33 % de la riqueza generada, mientras que el 50 % de los hogares de menores ingresos solo el 2,1 %.

Estudios de Instituciones nacionales e internacionales reflejan que la pobreza multidimensional que considera el acceso a la salud, educación, trabajo, seguridad social, vivienda, entorno y cohesión social, alcanza al 25 % de sus habitantes.

A pesar del inmenso capital y del apoyo de los medios de comunicación hegemónicos con que cuenta Piñera su aceptación como presidente se sitúa en la bajísima cifra del 13 %, pero aferrado al poder solo piensa en buscar formas de contrarrestar las protestas juveniles y obreras que ya no soportan ni pueden vivir en las penurias de ese sistema neoliberal.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.

Autor: Hedelberto López

Fuente de la Información: https://rebelion.org/en-chile-cayo-la-cortina-liberal/

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México. Falta de resultados contra violencia de género ha llevado a paro y protestas a 15 escuelas de la UNAM

México. Falta de resultados contra violencia de género ha llevado a paro y protestas a 15 escuelas de la UNAM

La falta de resultados por parte de la UNAM, denunciada por estudiantes, ha provocado que en la actualidad haya 15 escuelas y facultades en paro de actividades de manera parcial o indefinida, o en toma de las instalaciones. El CCH oriente también se sumó al paro, pero el motivo está relacionado con la designación del director.


La violencia de género que se vive al interior de la UNAM ha provocado, desde octubre de 2019 a la fecha, una serie de manifestaciones, paros y tomas de instalaciones, impulsadas o lideradas por mujeres universitarias que exigen acciones concretas para frenar las agresiones en su contra.

En estos cuatro meses han surgido propuestas como la instalación de nuevas Unidades para la Atención de Denuncias (UNAD), para documentar y dar seguimiento a las quejas fuera de Ciudad Universitaria. Sin embargo, a decir de las propias alumnas impulsoras de la medida, las autoridades universitarias le han quedado a deber a la comunidad estudiantil, pues no todas las unidades se han instalado al 100%, además que han detectado casos donde los maestros denunciados no han sido sancionados, en tanto hay docentes que han recibido penas menores como el dejar de laborar por una semana o ser enviados a otras escuelas.

“Hay casos de maestros que se tomaron sus vacaciones de ocho días y como Juan por su casa regresaron a dar clases. Lo que pudimos hacer es que ellas no tomaran esas clases”, dijo Arisbeth Resendiz, consejera universitaria de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, en el Estado de México.

Esta falta de resultados por parte de la UNAM, denunciada por estudiantes entrevistadas por Animal Político, ha provocado que en la actualidad haya 15 escuelas y facultades en paro de actividades de manera parcial o indefinida, o en toma de las instalaciones. La última que se sumó a las protestas fue la facultad de Psicología que acordó este miércoles un paro de 54 horas para solidarizarse al reclamo de otros planteles contra la violencia hacia las mujeres y la falta de solución de las autoridades universitarias ante las denuncias.

Alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente anunciaron el jueves 6 de febrero que la escuela entrará en paro de actividades por 72 horas, con lo suman 16 planteles de la UNAM en protesta, sin embargo, la exigencia de los estudiante en este plantel es que Efraín Peralta Terrazas no sea designado nuevamente como director.

Lo que está pasando en la UNAM es una respuesta necesaria ante la falla de los términos legales en el protocolos, la lentitud y la evasión de las autoridades para llevar a un término justo las denuncias, consideró la doctora Mónica García Contreras, académica de la Universidad Pedagógica Nacional, quien  ha estudiado la historia y memoria de los movimientos estudiantiles en México.

“Se trata de un acontecimiento histórico que muestra una continuidad generacional del activismo y el feminismo de las mujeres universitarias”, expuso la investigadora, quien sostiene que la desesperación de las alumnas ante el contexto de violencia que viven ha provocado una “conciencia” y un “conocimiento de que si no lo hacen ellas, nadie lo va hacer”.

La FES del norte

En octubre de 2019, las agresiones de acoso y abuso sexual en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM se acumulaban y las estudiantes, hartas de tener que convivir con sus agresores hasta en las aulas, realizaron un tendedero de denuncias que culminaría en un paro de actividades. Esta FES está dividida en campo 1 y campo 4. El primero se encuentra en una zona habitacional. El segundo se localiza 11 kilómetros más al norte, en una zona semirural e industrial. Allí está también la administración de la Facultad, incluyendo la única oficina jurídica que había antes del paro en donde las alumnas podían presentar cualquier tipo de queja o denuncia, desde un robo hasta las de violencia de género. Otra opción era ir a la Unidad para la Atención de Denuncias (UNAD) en Ciudad Universitaria.

Las alumnas de la FES Cuautitlán no sabían que el paro en su escuela marcaría el inicio de una serie de manifestaciones sin precedentes, en diversos planteles universitarios, bajo la misma exigencia principal: alto al acoso y abuso sexual en el ambiente estudiantil.

No era la primera vez que las estudiantes de esta Facultad se manifestaban para visibilizar las violencias que viven como mujeres universitarias. En 2018 el feminicidio de una de sus compañeras, Lupita Benítez Vega, activó una preocupación en la comunidad estudiantil: la violencia de género que enfrentaban cotidianamente dentro y fuera del plantel parecía imparable.

En esa ocasión instalaron un tendedero de denuncias, donde lograron visibilizar entre sus compañeros el problema y sentar a los directivos de la escuela en una mesa de diálogo.

“En la mesa de diálogo con el director se le planteó que aunado a vivir violencia sexual en el campo 1, corremos riesgos porque alrededor estamos en un punto rojo donde nos asaltan, nos acosan, el transporte público no es nada seguro. Y no se hizo nada”, lamentó Amanda, una estudiante del campo que habló de manera anónima.

Para el segundo tendedero, realizado hace 4 meses, las alumnas optaron por una opción más drástica: tomaron las instalaciones del campo 1 y pidieron iniciar un paro de actividades. Sus compañeras en campo 4 las respaldaron y también anunciaron paro.

Esta vez reunieron alrededor de 200 testimonios. Amanda recordó que lo que más les enojó fue descubrir que un solo profesor acumulaba varias denuncias formales de alumnas y profesoras y, a pesar de ello, continuaba impartiendo clases.

Las denunciantes ya habían acudido a la Defensoría de los Derechos Universitarios y a rectoría de la UNAM. En esa última instancia, dijo, entregaron una carta para el rector y los funcionarios que la recibieron desconocían que existían varios campos en FES Cuautitlán.

“Somos la facultad más al norte y no se destapa nada si no vamos a Ciudad Universitaria. Pero trasladarnos nos lleva por lo menos 2 horas y media, y luego en lo que te atienden. Ir allá a presentar tu denuncia es perder un día. A las chicas se les quitan las ganas de denunciar”, opinó Arisbeth Resendiz, consejera universitaria.

A lo anterior se agregan el reclamo en el que coinciden estudiantes de otras FES en la periferia de la ciudad: las direcciones y oficinas jurídicas de cada facultad no atienden las denuncias por violencia de género, constantemente impiden que se formalicen y revictimizan a quienes las presentan, por eso muchas mujeres prefieren no seguir el procedimiento.

Acuerdos incumplidos

El 13 de noviembre, después de tres semanas de paro en la FES Cuautitlán, las alumnas en campo 4 llegaron a un acuerdo y entregaron las instalaciones. Mientras, en campo 1 la negociación terminó hasta el 15 de noviembre.

Una de las exigencias del pliego petitorio del campo 4 fue una UNAD, que hasta entonces no existía en la facultad. La dirección aceptó y poco después, en diciembre, rectoría anunció la creación de las 8 nuevas oficinas de la UNAD en otros planteles, entre estos sus cinco FES, y dijeron que estarían trabajando para el primer semestre de 2020. Pero hasta el momento, la dirección de la FES Cuautitlán continúa sin cumplir este acuerdo.

“El director, Cuellar, no ha dado la cara. Quien nos ha dicho que están esperando a que rectoría apruebe a los abogados y psicólogos es Francisco Montiel, el secretario general”, contó Arisbeth Resendiz.

Agregó que otro de los compromisos hasta ahora incumplidos es la solicitud de psicólogas especializadas en violencia de género. Actualmente continúan siendo 4 psicólogos no especializados para una matrícula de 16 mil alumnos.

Durante el paro en ambos campos se llamó a la comunidad a formalizar las denuncias de violencia de género. Hasta el 31 de enero, según las autoridades de la facultad se presentaron 21, de las cuales 20 concluyeron en: 10 rescisiones de contratos, 6 suspensiones académicas y 3 expulsiones provisionales.

De acuerdo con un grupo de alumnas entrevistadas para este reportaje, quienes pidieron hablar de manera anónima por temor a represalias, hubo casos que se manejaron como rescisiones de contrato, pero en realidad los directivos procedieron como si se tratará de jubilaciones para los profesores.

En el caso de las suspensiones, las alumnas detectaron  que éstas duraron una semana. Fueron “una burla”. Por lo menos 2 de esas suspensiones son de profesores de la carrera Médico Veterinario Zootecnista, acusados de abuso sexual.

Aparte, la oficina jurídica de la escuela se han negado entregar información sobre las fechas de audiencias de las propias víctimas denunciantes, bajo el argumento de que comunicar esos datos puede vulnerar la seguridad de los señalados.

“El mandato de los directivos es claro: proteger a los profesores y alumnos agresores”, sostuvo Arisbeth Resendiz.

Animal Político solicitó la versión de la UNAM, a través de su vocería, respecto a los señalamientos de las alumnas, pero hasta el momento de la publicación no dieron respuesta.

La FES Iztacala, por su parte, ha dicho que todas las denuncias presentadas han concluido y hubo despidos, sin embargo, de acuerdo con alumnas entrevistadas esto no es del todo cierto. “Varios maestros denunciados siguen dando clases. Solo sacaron a un profesor de taekwondo que tenía más de 8 denuncias. Pero lo movieron a una prepa en donde sigue dando clases”, narró Dulce, integrante de la colectiva Nushu, quien pidió cambiar su nombre por un tema de seguridad.

Las FES de la UNAM son la segunda entidad académica con mayor número de denuncias, de acuerdo con los tres últimos informes de la  de la Oficina de la Abogacía General. De 2018 a 2019, por cada 100 denuncias, 48 fueron en CU, 31 en las FES, 8 en los Colegios de Ciencias y Humanidades.

La información de la UNAM muestra que las denuncias contra alumnos agresores en las FES aumentaron del 27 al 38 por ciento. Mientras, los agresores académicos y administrativos de estas facultades fueron del 34 por ciento en 2017; 38 por ciento en 2018; y 30 por ciento en 2019.

Consecuencias de la desatención

Desde su creación, la colectiva Violetas de Aragón identificó que eran muy pocas las estudiantes que conocían el protocolo de denuncia de violencia de género de la UNAM. Por ello, durante mucho tiempo se dedicaron a asesorar a sus compañeras para que presentaran las quejas.

Con el tiempo se dieron cuenta de que los funcionarios de la oficina jurídica se dedicaban a obstaculizar el proceso. ‘Eso no es acoso’, les dicen cuando se presentan a levantar un acta e implícitamente les niegan la atención, no dan apoyo psicológico con perspectiva de género ni les informan sobre su derecho a la orientación, enlistó Estrella, integrante de Violetas, quien solicitó cambiar su nombre por temor a represalias.

Por ello, hay un buen número de denuncias que no se hacen: mientras la colectiva tiene alrededor de 122 casos de violencia de género detectados, oficialmente la facultad reconoce 55 denuncias, hasta noviembre de 2019.

Hace aproximadamente un año, Violetas denunció directamente en la UNAD la negligencia del encargado de la oficina jurídica de la FES Aragón. Después de un largo trámite, la decisión de las autoridades fue colocar a otro abogado para atender las denuncias de violencia de género.

“Nos dimos cuenta de que nos estaban cansando. Decidimos dejar un poco de lado el actuar institucional porque nos dimos cuenta de que no pasaba nada”, narró Estrella.

En la FES Zaragoza existen casos en los que la denuncia se detiene en las jefaturas de carreras y ni siquiera llegan a la oficina jurídica de la facultad, menos a la UNAD, consideró Azucena Ojeda, académica y psicóloga social.

Esta facultad está en el límite entre Iztapalapa y Nezahualcóyotl, demarcaciones de la Ciudad y el Estado de México, respectivamente. Su matrícula asciende a casi 12 mil alumnos y cerca de sus campus está El Paraíso, una de las colonias capitalinas en donde se ha dado un “incremento considerable de homicidios”, según apuntan los hallazgos sobre puntos críticos del “Análisis espacial para la reducción de la violencia letal” de la organización México Evalúa.

Es imposible que esa violencia del exterior no impacte en la comunidad universitaria, aseguró Ojeda. Pero están también otras violencias no tan evidentes, de las que nadie habla, las normalizadas u ocultas, explica. Estas son las que, desde hace varios años, han buscado exhibir algunas académicas de la facultad, expertas en temáticas de género.

Una de las propuestas para lograrlo la realizó Ojeda desde 2016. Sería un observatorio de violencia de género para esta facultad, el cual consistiría en la participación de académicas para formar alumnos monitores capaces de detectar y notificar circunstancias violentas entre compañeros y con profesores. Su objetivo principal sería la sensibilización para detectar este tipo de violencia y la participación activa de la comunidad para frenarla.

El proyecto llamado “Observatorio Universitario Libre de Violencias” fue presumido en el informe de avance de compromisos de la UNAM en materia de violencia de género (2016-2018). Pero éste nunca se concretó, el cambio de director de la FES pareció detenerlo y aún están a la espera de que sea aprobado.

Ojeda dijo que la denuncia es tan solo una vía para combatir la violencia de género. Para ella, la prioridad debería ser un proceso de justicia restaurativa, una que lidia, repara y previene el delito.

Mientras, en la colectiva de la FES Aragón han tomado su propio rumbo: los señalamientos en redes sociales para prevenir a las alumnas de posibles agresores y la toma del espacio dentro de la escuela para protegerse y organizarse.

“Nosotras ya no optamos por lo institucional. Si las compañeras quieren denunciar las acompañamos, pero ahora buscamos otras formas, como la sanción social de ser conocido como un agresor. Lo principal es acompañar a la compañera, buscar justicia restaurativa”, opinaron.

En la FES Iztacala, por su parte, la colectiva Nushu se mantiene en contacto con otros grupos feministas en diversos planteles para seguir exigiendo atención a la violencia en su contra. Allí, hace poco más de un año, renació este colectiva feminista que ha realizado diversas actividades para visualizar el problema, como la instalación de un tendedero —una exposición de señalamientos de violencia de género— que duró 2 días y reunió unas 120 denuncias.

Tras esa acción hubo maestros señalados como agresores que se organizaron para recolectar firmas —tanto de alumnos, como de otros profesores y funcionarios— para exigir la prohibición de este tipo de actividades en la escuela.

Actualmente, las integrantes de Nushu consideran que la difusión de la violencia de género es más necesaria que nunca porque por lo menos dos de los profesores señalados como agresores están en la lista para ocupar la dirección de la escuela.

Tanto las integrantes del colectiva Nushu, como las del colectiva Violeta y las alumnas de la FES Cuautitlán son nuevamente blanco de agresiones, por manifestarse en contra de la violencia machista al interior de sus escuelas. Apenas el pasado el miércoles 29 de enero, unas 15 estudiantes de la FES Aragón que se encontraban en un taller de elaboración de toallas femeninas, organizado por la colectiva Violetas, fueron objeto de una amenaza de agresión por parte de unos de sus compañeros de escuela, quien minutos antes de dejarles una maceta en la puerta donde realizaban su taller amenazó con colocarles una bomba. Lo anterior generó que la escuela fuera desalojada.

Aun cuando todo se trató de una falsa alarma, en el boletín oficial de la UNAM, publicado al día siguiente, “la dirección no mencionó que la amenaza fuera una agresión directa a nosotras”, dijo Patricia, otra integrante del colectiva Violetas, quien sostuvo que el mensaje de la UNAM sobre esta amenaza solo demuestra como las autoridades universitarias están más interesadas en encubrir a acosadores, violadores, terroristas y feminicidas, que en reconocer la violencia machista que enfrentan todos los días sus alumnas.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/mexico-falta-de-resultados-contra-violencia-de-genero-ha-llevado-a-paro-y-protestas-a-15-escuelas-de-la-unam/

 

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