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Guía para hombres: acciones para conseguir una sociedad en la que las mujeres vivan sin miedo

Por: Toño Fragua

No des por hecho que no das miedo. Tú también puedes ser percibido como una amenaza. Analiza el contexto y ponte en el lugar de las mujeres
Un grupo de expertos y hombres con voluntad feminista proponen y analizan qué hacer y qué no hacer. Son 12 medidas
Si en tu camino te toca andar detrás de una mujer que va sola en una calle o área aislada, cámbiate de acera e intenta adelantarla entrando en su campo visual. Si no es posible, adelántala rápido o detente y deja que se aleje

 

No mates, no violes, no agredas, no acoses, no amenaces, no insultes a nadie hoy. Y no insistas. Esta debería ser la única guía que tendrían que seguir al pie de la letra los hombres para acabar con la violencia machista. Ojalá no fuese necesario nada más; pero desgraciadamente no es así. Guías hay muchas, pero dirigidas a mujeres. Son enumeraciones de consejos sobre cómo minimizar los riesgos ante una posible agresión machista: caminar en grupo, por zonas iluminadas, pactar una palabra de seguridad con una amiga ante una situación de peligro, tener en el marcado rápido del móvil el número de la policía… Así, es fácil pensar que la responsabilidad de que no las violen y las maten es de ellas si no cumplen las recomendaciones de la guía; pero, ¿y los hombres?, ¿podemos hacer algo los hombres para minimizar la sensación de inseguridad, además de no matar, violar, agredir, acosar, amenazar, insultar e insistir?

Un grupo de expertos y ciudadanos con voluntad feminista proponen y analizan qué hacer y qué no hacer. Son 12 medidas.

1) Lo primero que hay tener en cuenta es una obviedad: no todas las mujeres son iguales y no a todas les incomoda lo mismo. Habla con amigas y con mujeres de tu familia sobre sus experiencias de acoso, miedo e intimidación. Es el primer paso para ponerte en su lugar, es decir, para empatizar.

2) Asume que, en determinados contextos, la mera presencia de un hombre ya puede ser percibida como una amenaza. ¿En qué contextos? En muchos. En una calle solitaria, en mitad del campo, en un ascensor, en una consulta médica, en una visita a domicilio. En general, en cualquier situación que suponga quedarse a solas con una mujer, aunque sea en un espacio público.

“Es muy duro el proceso de reconocer que ‘te pueden ver como a una amenaza’. Que perteneces a una mayoría opresora. Tú (yo), que nunca has hecho nada a nadie. Tú, que piensas que al estar solo en la calle con una mujer te partirías la cara por defenderla y en realidad aumentas su inseguridad con tu presencia… Una vez que comprendes eso y ‘pasas el duelo’ por ser hombre (en el contexto de que vivimos en una sociedad en la que regularmente hombres vejan -y matan- a mujeres por el hecho de ser mujeres) se vuelve más sencillo. Pero no es fácil”, señala el periodista y activista Stéphane M. Grueso.

Desde la asociación Masculinidades Beta (MMβ), Patricia Del Rosal, Iñaki Alastrué y Miguel Lázaro indican que los hombres suelen adoptar una “actitud defensiva” cuando se les hace ver que pueden ser percibidos como una amenaza. “Tenemos que dejar de quejarnos y empezar a reflexionar si estamos contribuyendo a que cambien las cosas”, afirman.

Afortunadamente, cada vez son más los hombres que se interrogan sobre estas cuestiones, sobre cómo “minimizar la sensación de amenaza”, en palabras de David Kaplún, secretario de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE). Ese debate está también cada vez más presente entre grupos de amigos y en redes sociales.

3) En cualquier situación de soledad junto a una mujer desconocida evita comunicar tu intención de ‘tranquilizar’. No te dirijas a la mujer con expresiones del tipo ‘no voy a hacerte nada’, o ‘tranquila’. Es obvio que estas palabras tendrán el efecto contrario. Simplemente, no te dirijas a ella. Ni con gestos, ni silbando ‘tranquilizadoramente’. “El hecho de que un hombre te ignore te hace sentir segura”, señala Patricia del Rosal, de MMβ.

«Anoche, salí del portal en el momento que subía por la calle una chica joven. Íbamos en la misma dirección y caminaba detrás de ella. Hasta que me di cuenta de que estaba acelerando el paso. Giré en la siguiente esquina. Nunca había sido consciente de que yo pudiera dar miedo.» (Twitt de 

4) Si en tu camino te toca andar detrás de una mujer que va sola en una calle o área aislada, cámbiate de acera e intenta adelantarla entrando en su campo visual. Si no es posible, adelántala rápido o detente y deja que se aleje. O bien elige una ruta alternativa. A estas alturas ya habrás entendido que se trata de que no camines detrás de una mujer, ni cerca de ella (aunque vayas por delante). Da igual si es de día o de noche. Evidentemente de noche la sensación de amenaza se acrecienta; pero de día también existe.

“Si estoy en un parking de noche y coincido con una mujer, también me hago visible enseguida. E incluso alguna vez he sacado el móvil y he fingido una conversación para que me oyera la voz y se quedara tranquila. Eso solo lo hice una vez porque la chica con la que coincidí parecía un poco nerviosa con mi presencia”, apunta Manuel C., publicista.

5) Si vas en grupo con otros hombres caminando detrás de una mujer que va sola en una calle o área aislada, deteneos y esperad hasta que se aleje y la perdáis de vista. Además, evita los gritos y los cánticos de cualquier tipo. “No sólo intimida nuestra presencia, también intimida nuestra voz, por lo tanto, sé consciente del volumen en el que hablas cuando usas el espacio público”, indican desde la AHIGE

6) Acompañar o no acompañar. “Si conoces a la chica, no des por sentado que se sentirá más segura si va contigo, en caso de que hagáis un recorrido similar, pregúntale si quiere que la acompañes”, señala David Kaplún. Es importante no insistir, respetar su voluntad. “La caballerosidad no es lo mismo que tener educación”, apunta Patricia del Rosal.

7) El ascensor. Desde MMβ recomiendan distinguir si es un ascensor de trabajo, si el de la propia casa, si es un edificio concurrido… En general, si una mujer y tú estáis esperando un ascensor y vais a subir solos, opta con naturalidad por la escalera (como si lo hicieses habitualmente) o deja que suba ella sola primero. Si varias personas vais en un ascensor y ves que se bajan todas menos una mujer, no la escrutes cuando os quedéis solos. Mira el móvil. Métete en tus asuntos. Si una mujer y tú vais a subir unas escaleras, sube tú primero.

“La mirada es importante. Los hombres tenemos el privilegio de escudriñar, de escrutar, de mirar de arriba abajo. Esto es intimidatorio y hay mujeres que pueden sufrirlo decenas de veces al día”, señala Miguel Lázaro.

«Voy a contar algo. Una noche regresaba tarde a casa. Era en Madrid, a esas horas de pocos taxis y mucha borrachera. Iba solo y de repente noté unos pasos detrás de mí. El pulso se me aceleró. Es la reacción innata ante la señal de alarma, el posible peligro.
(Twitt de 
 
8) En un vagón de tren o metro vacíos, en un andén o en una estación vacíos, sitúate lo más lejos posible de ella. Si os toca bajaros en el mismo sitio, quédate en el andén durante unos minutos, hasta que ella se haya ido. Stéphane M. Grueso apunta: “Si voy solo con una mujer en un vagón de metro o algo así me muestro tranquilo y reservado”.

9) El ocio, salir de fiesta, ligar: Desde MMβ proponen reinterpretar el ocio masculino. Las dinámicas masculinas suelen girar en torno al hecho de ‘salir a ligar’. Esa no es necesariamente la dinámica femenina. “Muchas chicas salen simplemente para pasarlo bien, con sus amigas, amigos o con quien sea”, señalan desde esta asociación. Los hombres tenemos que plantearnos ante todo “no molestar”.

10) El cortejo, el rechazo: No piropees a las mujeres, especialmente a desconocidas, ni comentes su indumentaria. Aunque consideres que es un comentario elogioso. No existe el ‘derecho a elogiar’. Sí existe el derecho a la seguridad, y a la sensación de seguridad. Además de la mirada cosificadora que ya hemos comentado, otra actitud masculina que genera miedo es el no saber aceptar un ‘no’ por respuesta.

“Los hombres tienen que aprender a aceptar el rechazo y cuestionarse por qué a veces incluso erotizan el rechazo e incluso el miedo de una mujer”, señala Patricia Del Rosal. “En general, a nosotras se nos baja el deseo cuando un hombre pasa de nosotras, a ellos les ocurre al revés”, añade. “Lo aconsejable es erotizar el consentimiento (es decir, el deseo), y no erotizar ni la intimidación, ni el rechazo, ni la conquista”. Esta experta hace hincapié en la necesidad de que los hombres no insistamos cuando recibimos una negativa. “Parece que insistir no es violento, porque son solo palabras, pero sí lo es. Hay un lema feminista famoso: ‘insistir es acosar y acosar es agredir”.

Pregúntate por qué nunca escrutas o intentas ligar con una chica que va acompañada de un hombre. Pregúntate cómo te comportas en presencia de otro hombre y por qué. En la misma línea, pregúntate por qué no haces ciertos comentarios cuando hay una mujer delante.

11) Si ves que un hombre está molestando a una mujer, desde MMβ recomiendan intervenir. Una opción es distraer al acosador. Preguntarle algo para despistarlo y darle a la mujer la oportunidad de irse. Los hombres debemos posicionarnos frente a otros hombres. “Hay que romper el pacto tácito entre machos sobre cómo comportarse con la mujeres”, apunta Iñaki Alastrué.

12) Grupos de Whatsapp. Este posicionamiento tiene que hacerse también en los grupos de Whatsapp donde hay comentarios machistas, cosificadores, denigrantes e incluso amenazantes hacia las mujeres. “Los hombres feministas debemos incomodar a nuestros pares”, apunta Miguel Lázaro. “A veces en esos grupos se produce el ‘efecto espectador’: hombres que no están de acuerdo con lo que leen pero no dicen nada”. Es importante llamar la atención, porque eso puede animar a otros hombres de ese grupo a expresarse. Llegado el caso incluso es bueno abandonar el grupo. “Cuando no te posicionas eres cómplice. Hay que pedir responsabilidad a otros hombres sobre su propio comportamiento”, señalan desde MMβ.

En resumen y con independencia del contexto: piensa si en la situación en la que estás puedes ser percibido como una amenaza y, en caso afirmativo, haz que esa situación no se prolongue. Y otra cosa: suscita este debate entre tus amigos y en tu entorno laboral.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=250532

 

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Contra pedagogia de la crueldad en el Cuerpo de las Mujeres

Gracias a la profesora venezolana y amiga Yurbin Aguilar, conocí los aportes de Rita Laura Segato con un texto llamado “Las estructuras elementales de la violencia”. Una antropóloga feminista argentina, residenciada en Brasil. Con motivo de la edición de su libro “La guerra contra las mujeres”, esta autora dió una serie de conferencias. Me dispongo a desarrollar brevemente su hilo argumentativo en una de ellas: “La violencia expresiva y la guerra contra las mujeres”, pues creo que en el, encontraremos algunas pistas para entender, como las guerras, todas las guerras actualmente, se desarrollan en el cuerpo de las mujeres. Lo que quizá promueva una mayor empatía con las mujeres en Siria, por ejemplo, o entre nosotras mismas, las venezolanas.

En los primeros años de la década de los 90 realizó una investigación en la cárcel de Brasilia con sentenciados por delito de violación. En la sociedad en general, esta muy difundida la percepción de este delito como “el robo de un servicio”, porque tenemos muy inculcada la idea de una líbido masculina, un deseo sexual incontenible en los hombres. Sin embargo, sus entrevistas no arrojaban que fuese este el motivo, pues muchos tenían novias e iban a burdeles, es decir podían tener sexo de muchas otras formas. Por ende no apuntaba a ser una violencia instrumental/utilitaria, el tomar por la fuerza la obtención de la satisfacción del cuerpo/instrumento de la mujer. Mas bien era ininteligible para el sujeto mismo que lo cometió, entonces ¿qué es la violación?, se preguntó.

Encontró como una dimensión fundamental del hecho, que eran cometidos en compañía. A diferencia de lo que las instituciones y el sentido común piensa, el violador como un sujeto anómalo, enfermo, solitario, alguien diferente a los demás. Algo que hace mucho el feminismo ya había rastreado. Es una acto socialmente compartido de forma natural y sobretodo, por los más jóvenes. Para estos, el paradigma de masculinidad que son sus padres, sus hermanos mayores, sus primos más fuertes, sus compañeros líderes en el colegios, es decir, quienes encarnan el modelo de una masculinidad bien realizada, exitosa, que son a quienes llama: interlocutores en sombra. Resalta el desastre que es el mandato de masculinidad, ese hombre violador que la sociedad produce.

Llega a la conclusión que el acto de la violación es un “crimen expresivo”, una forma de violencia expresiva, no instrumental, ¿pero expresiva de qué? De la masculinidad como potencia. El sujeto masculino “obtiene” su masculinidad y la obtiene mediante pruebas, desafíos, que lo declaran “potente”. Esa prueba tiene que ser dada ante los pares. Así, la agresión hacia la mujer, no es sólo eso. La relación mujer/hombre, no debe ser pensada fuera de la complejidad, para volver inteligible el acto de la violación. No existe sólo el eje del agresor/agredida, sino también un eje, quizá más importante, que es el eje del agresor y la relación con sus pares, ante los cuales debe demostrar, siempre, que el es un “hombre”. Los otros le darán su título.

Potencia que la compendia la “potencia sexual”, pero es mucho más, es potencia bélica, económica, política, intelectual, moral y puede haber muchas otras, que se entreveran, entrelazan, sustituyen. ¿Qué dice que un sujeto es potente? un tributo que fluye de la posición femenina a la masculina, en forma de admiración, subordinación, de cuidado, en varias formas. Es un tributo que es exaccionado desde la posición femenina a la posición masculina y construye la potencia, construye la masculinidad. Cuando esto no se realiza por las buenas, en tiempos de paz, se toma a la fuerza, se hace de manera violenta.

Acá entra la guerra como una exhibición de potencia, de capacidad de crueldad, capacidad de atravesar algunos límites. Es un espectáculo de potencia ante ojos que examinan, ojos que evalúan la masculinidad. La estructura de la masculinidad es la estructura mafiosa, el pacto de la masculinidad tiene una analogía precisa con el pacto mafioso. El cuerpo de las mujeres es el bastidor en el que se inscribe la potencia del hombre y de la mafia, se inscribe entonces la soberanía jurisdiccional, la potencia sobre un territorio. Así la guerra se ha feminizado, se hace en el cuerpo de las mujeres, no es que se apropia, no es un botín ya, sino el territorio en el cual ella se despliega. Se mata a la mujer, muerte que podríamos pensar no sólo física, para vencer, destruir a un pueblo. Efectuando una pedagogía de la crueldad, usando la violación como arma de guerra, pero si esta es exhibición de potencia, de seguro que no es la violación su única arma. Como las potencias se entrelazan, el poder económico sobre los cuerpos de las mujeres, pareciera emerge como arma también, sobretodo en los nuevos escenarios de guerras no convencionales a los que asistimos en este siglo.

Podríamos preguntarle a Rita por qué en nuestras cárceles violan y matan a los violadores, o solía hacerse. Pero sin duda este análisis hace preguntarnos por cómo nuestros cuerpos de venezolanas son los territorios de la guerra. No olvidemos que lo que primero comenzó a escasear fueron los artículos de higiene, personal y del hogar, luego alimentos y medicinas, todos esenciales para el cumplimiento del rol de cuidadoras, asignado culturalmente ¿cómo ha impactado eso en nuestras vidas cotidianas, en nuestras psiquis y espíritus?.

Parece urgente reflexionar sobre quiénes son estos interlocutores en sombra, frente a los cuáles el enemigo imperial despliega esta violencia expresiva, inscrita como poder/potencia en nuestros cuerpos de venezolanas. Se me viene a la memoria las noticias de los femicidios, espectacularmente crueles, de venezolanas migrantes en países de América Latina, como Perú, Chile, Panamá, México, Colombia1. Acaso podríamos ser tan ciegxs y no darnos cuenta que se orquesta una exhibición frente a pares en el ejercicio político del Estado, desde una subjetividad masculina hegemónica, un orden simbólico patriarcal/colonial compartido, en el cual el inseguro macho imperial “necesita” demostrar y ser legitimado como el poderoso señor de la guerra, el gendarme del mundo.

1 Ver el minuciosos conteo que hace la periodista Jessica Dos Santos http://www.15yultimo.com/2018/04/05/el-ultimo-round-y-tu-las-conocias/

Fuente: articulo enviado a redacción OVE

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Tony Porter: “Debemos velar por un modelo de masculinidad bien entendida”

01 de noviembre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Tony Porter

Desde la organización A Call to Men han desarrollado el plan de estudios LiveRespect. ¿Qué objetivos persigue?
Promueve la masculinidad sana y respetuosa, trabaja para evitar el lenguaje y las acciones que degradan a la mujer, a las niñas y a otros grupos marginados. También desafía las normas sociales y culturales perjudiciales y lucha por disminuir los casos de violencia de género, asalto sexual, bullying y homofobia. En definitiva, pretendemos empoderar a los chicos para que entiendan mejor qué son las relaciones sanas para que puedan tomar mejores decisiones.

¿Qué lo llevó a comprometerse y a profundizar en esta causa?
Actualmente, casi un millón y medio de estudiantes en institutos estadounidenses sufren abusos físicos de su pareja en relaciones de un año de duración, y el 28% de los alumnos de primaria y secundaria sufren bullying. Estos números nos indican que debemos actuar.

¿Qué factores influyen en estos elevados índices?
Las causas subyacentes de la violencia y discriminación hacia las mujeres tienen su origen en el modo en que niñas y mujeres han sido vistas y tratadas tradicionalmente en nuestra sociedad. Los hombres son socializados para percibir a las mujeres como objetos, propiedad de un hombre y de menor valor que ellos. Esta realidad nos llevó a trabajar la masculinidad bien entendida.

¿Cómo?
Animando a los hombres a participar de manera significativa en la prevención de la violencia. Queremos enseñar a los hombres a infundir los mensajes de prevención de violencia de género y recordarles que pueden y deben desafiar estas sólidas normas sociales. A medida que promovemos una masculinidad sana y respetuosa, disminuimos la violencia y discriminación hacia mujeres y niñas.

Y decidieron aplicarlo en las escuelas…
Llevar el plan de estudios a escuelas e institutos fue la extensión natural de nuestro trabajo. La experiencia nos ha demostrado que el deporte y la educación escolar son plataformas muy poderosas para enseñar estos conceptos a los niños. Estamos trabajando en espacios desde los que podemos transmitir a hombres y niños mensajes de igualdad y masculinidad sin violencia y respetuosa.

¿Cómo se integra este programa en el plan de estudios global?
LiveRespect es flexible en cuanto a su implementación. Hay escuelas que lo han integrado como parte de su programa de deportes, otras en su clase de salud, como extraescolar, como optativa… Se trata de un plan de estudios que puede descargarse gratuitamente y en el que se incluyen distintas actividades prácticas. Además, desde A Call To Men ofrecemos una certificación curricular para las escuelas que lo aplican en su centro.

¿Cómo cree que se puede contribuir desde las aulas a mejorar las relaciones entre niños y niñas?
Debemos tener en cuenta que en las clases se conforman, desafían y afirman las ideas de los más jóvenes, por lo que mediante el plan de estudios que hemos desarrollado podemos impactar en las actitudes y conocimiento de los chicos. Con el plan piloto hemos observado ciertas dinámicas que corroboran este impacto.

¿Podría ponernos un ejemplo?
Antes de aplicar nuestro programa, sólo el 16% de los chicos creía que socialmente se les había enseñado que las mujeres tienen menos valor que los hombres y, únicamente, el 21% de ellos consideraba que se les enseñaba a ver a mujeres y niñas como propiedad de los hombres. En cambio, después de aplicar el plan de estudios LiveRespect, estos porcentajes incrementaron significativamente hasta el 74% y el 90%, respectivamente.

Teniendo en cuenta estos datos, ¿cuál cree que debe ser el rol de los docentes?
Desde A Call To Men trabajamos para que tanto profesores como entrenadores se comprometan con este modelo de masculinidad sana y respetuosa y  que contribuyan a crear un espacio en que hombres y niños se encuentren a gusto. Por lo tanto, creemos que su papel es clave, ya que los profesores son nuestros grandes aliados en esta tarea.

¿Qué tipo de actividades pueden desarrollar los docentes en clase para promover la masculinidad bien entendida?
En el plan de estudios que hemos desarrollado incluimos muchas actividades que los profesores pueden aplicar en clase y que abordan temáticas muy distintas como la visión de “mujer objeto” o el impacto de los medios de comunicación. También abordamos temas como la agresión, el acoso sexual y el consentimiento.

¿Podría ponernos un ejemplo práctico?
Una actividad que realizamos es la de pedir a los chicos que dibujen a un hombre y que expliquen qué representa su dibujo. Un profesor que desarrolló esta actividad en clase me contó que uno de los chicos dibujó un hombre musculoso que sujetaba una bolsa llena de dinero y que leía un libro. Es decir, dibujó un hombre fuerte, triunfador y con conocimiento. Este es el retrato más claro de lo que significa “Man Box”.

¿Qué es exactamente el concepto “Man Box” y cómo influencia en la masculinidad?
Utilizamos este concepto para ilustrar la socialización colectiva de los hombres y las limitaciones de lo que significa “ser un hombre”. Es decir, socialmente se supone que los hombres deben ser  poderosos, dominantes, fuertes, triunfadores, sin tener miedo ni mostrar emociones. En cambio, según el concepto de “Man Box” las mujeres tienen menos valor que los hombres. La existencia de esta conceptualización a nivel social permite la persistencia de la violencia hacia las mujeres, niñas y otros grupos marginados.

¿Qué consejos daría a los profesores para que rompan con este concepto  del “ser hombre”?
Lo más importante que pueden hacer profesores y entrenadores es velar por un modelo de masculinidad bien entendida. Alentar a los niños a expresar todas sus  emociones, no sólo el enfado, y a pedir ayuda si lo necesitan. Los docentes deben fomentar que los estudiantes tengan relaciones con niñas en las que la conquista sexual no forme parte de la ecuación e incentivar que valoren realmente la vida de las niñas y mujeres.

¿Qué papel juegan los padres en esta enseñanza?
Tienen un rol  muy importante, ya que en la mayoría de casos, las figuras paternas transmiten a sus hijos lo que sus progenitores masculinos les transmitieron a ellos. Queremos ser conscientes de ello y resaltar los aspectos maravillosos de ser un hombre, pero también hemos de ser capaces de criticar y analizar los aspectos negativos. Toda esta transmisión de ideas forma parte de una socialización colectiva.

¿A qué se refiere?
Por ejemplo, cuando le decimos a un niño “compórtate como un hombre” o “los niños no lloran”, les estamos diciendo que a la figura masculina no se le permite estar triste ni asustado. Estamos reforzando el concepto de “Man Box”. Pero lo que deberíamos hacer es contribuir a no esconder sentimientos como la tristeza, y apostar por la autenticidad del individuo.

¿Cuáles son los resultados que se están obteniendo con este proyecto?
Destacaré dos estadísticas clave que hemos obtenido al completar el piloto del plan de estudios oficial. Hemos observado que antes de aplicar el programa LiveRespect sólo el 68% de los chicos creían que el concepto “Man Box” existe y que dicta cómo debe actuar y sentirse un hombre. Después del programa, el 99% de los chicos estaba convencido de la existencia de este patrón. Otro dato importante es que sólo el 19% de los chicos consideraba saber lo que significa el consentimiento en relación al sexo, y después del programa el porcentaje aumentó hasta el 75%.

Un cambio significativo…
Sí, vemos cambios drásticos en la concienciación de los chicos que ponen de manifiesto la extrema necesidad de este tipo de educación y la increíble receptividad que tienen hacia esta formación. Es interesante observar como todas las escuelas que han aplicado el LiveRespect, han notado un descenso significativo de casos de bullying y violencia respecto al año escolar anterior.

Finalmente, si pudiera dejar un mensaje a los niños de hoy en día, ¿qué les diría?
Que pueden formar parte de lo que llamamos la Siguiente Generación de la Masculinidad. Los chicos pueden escoger vivir una vida más sana y crear un mundo más equitativo donde todos los hombres y los niños sean respetuosos y cariñosos, y las mujeres y las niñas estén seguras y valoradas.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/tony-porter-debemos-velar-modelo-masculinidad-bien-entendida/

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Crean libro en China para fomentar la masculinidad en los niños

China/10 de Diciembre de 2016/NWNoticias

La Editorial de Publicaciones Educativas de Shanghai declaró que ya se está escribiendo un libro específico para niñas.

específicamente para niños varones se ha publicado en Shanghai.

El objetivo del libro es ayudar a los jóvenes estudiantes varones de las escuelas primarias de China a comprender su rol en la sociedad mediante explicaciones fisiológicas y psicológicas, centrándose la masculinidad, en la responsabilidad y en la “capacidad de autoprotección”.

El libro de seis capítulos, con un título que podría traducirse como Hombrecitos, alienta a los niños a ser valientes independientes, informaron los medios locales.

Entre los temas que trata están: “¿Cuál es la diferencia entre un niño y una niña?”, “¿Por qué soy un niño y no una niña”, “¿Qué significa un padre hijo?”, y “¿Por qué debemos tener conocimientos sobre inversiones y manejo del dinero?”

You Rui, editor en jefe del libro, declaró al diario The Beijing News que esperaba que el libro ayudara a los niños a desarrollar una naturaleza más extrovertida y a superar los problemas relacionados con “el crecimiento”.

Sin embargo, Fang Gang, director del Instituto de Sexualidad y Estudios de Género de la Universidad de Ingeniería Forestal de Beijing, declaró al diario South Morning China Post que hacer demasiado énfasis en la masculinidad promueve la desigualdad de género.

La Editorial de Publicaciones Educativas de Shanghai declaró que ya se está escribiendo un libro específico para niñas.

Fuente: http://nwnoticias.com/#!/noticias/crean-libro-de-texto-en-china-para-fomentar-la-masculinidad-en-los-ninos

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