Colombia / 16 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.semana.com/
Desde hace algunos años, en Colombia ha habido un gran esfuerzo por ampliar la cobertura educativa. Tanto el sector oficial como el privado han contribuido a que la escolarización no se restrinja por la ubicación geográfica ni por las condiciones socioeconómicas. Sin embargo, todavía hace falta mejorar la calidad para que la formación sea útil y pertinente. Semana Educación decidió presentar dos apuestas por la excelencia.
Articulación de los componentes curriculares
El Ministerio de Educación (MEN)empezó el programa Colegio Pioneros con 500 instituciones, ubicadas en nueve departamentos del país. El objetivo, según voceros oficiales, “es desarrollar las competencias en Matemáticas y Lenguaje”, y demostrar que es posible mejorar los resultados en las pruebas Saber en instituciones que han obtenido promedios mínimos, insuficientes, intermedios y avanzados. Las metas centrales son tres: la formación de docentes, la distribución de materiales didácticos pertinentes y la articulación de todos los componentes curriculares.
En Colombia hay una distribución dispar de los profesores: los mejores maestros terminan en los colegios más costosos, según Horacio Álvarez Marinelli, especialista senior en Educación para Colombia, del BID. Por lo tanto, los profesores fueron el vértice para empezar con la transformación. El MEN dispuso un programa de formación en cascada, que tiene en la cima un ejercicio de capacitación de formadores, encargados de enseñarles a los maestros “el uso de materiales didácticos, las estrategias pedagógicas para incentivar el trabajo cooperativo y las didácticas en la enseñanza de los contenidos”. Además, han dispuesto un sistema de formación disciplinar y pedagógica de los docentes, en el que se incluya el acompañamiento, la formulación de metas de aprendizaje y la evaluación.
Sin embargo, una de las dificultades de muchos colegios, en especial los que tienen peores resultados en las pruebas Saber, es que no cuentan un material didáctico que aterrice los modelos curriculares a las prácticas del aula, según aseguró Germán Darío Hernández, asesor pedagógico del Centro de Innovación Educativa de la Universidad Nacional. Por esta situación, el MEN dotó a los 500 colegios con libros de texto para los profesores y jóvenes.
El MEN escogió el libro de Matemáticas diseñado por Singapur, porque un análisis piloto en Barranquilla demostró que su implementación había tenido buenos resultados. Para Lenguaje seleccionaron el libro elaborado por el Colegio Los Nogales, una de las instituciones que tradicionalmente obtiene buenos resultados en las pruebas Saber, “debido a que ofrecía todos los elementos necesarios para incentivar las herramientas de lectoescritura”, según el Ministerio de Educación. Además, los colegios recibieron equipos con plataformas, para que las tecnologías de la información, facilitaran las evaluaciones en línea, los diagnósticos y elementos didácticos.
La formación docente, los materiales y la tecnología son componentes con los que antes no contaban muchos colegios. Sin embargo, el mérito no era asignarlos separadamente, sino articularlos. El programa Colegio Pioneros se propuso integrarlos bajo un modelo curricular, con metas de aprendizaje claramente establecidas, evaluadas periódicamente y alineadas con la formación y los objetivos pedagógicos de los maestros.
Personalizar los procesos de aprendizaje
El objetivo pedagógico de un colegio no puede limitarse a obtener buenos resultados en un examen de selección múltiple; lo importante es formar. Así lo sostuvo la doctora en Educación TessaJolls. El problema de las evaluaciones es que suelen ser diagnósticos tardíos, que se hacen al final del bachillerato o cuando se termina la primaria. Por eso, la evaluación no debe ser el centro del proceso de aprendizaje, sino solo una parte que sirva para formar, establecer metas individuales y autoconocerse, según afirmó Julio Fontán, director del Colegio Fontán.
“El problema es que el sistema educativo ha puesto tradicionalmente a los niños a su servicio para obtener buenos resultados y cumplir sus metas; si los niños no se adaptan al currículo, tienen problemas”, afirma Fontán. Lo que hay que buscar es que cada niño desarrolle su potencial y autonomía. Hay que cambiar el enfoque: el sistema debe estar al servicio de los niños. Para hacerlo se debe personalizar el aprendizaje, porque si todos los niños tienen fortalezas y debilidades diferentes, la educación se tiene que adaptar a la diversidad y no homogeneizar.
La apuesta deber ser por la calidad
Desde que Colombia ha empezado a medirse en las pruebas internacionales, como Pisa, los malos resultados han sido recibidos con desconcierto y pesimismo. Sin embargo, ese no es el objetivo de medirse internacionalmente. Se trata, más que quejarse, de hacer ajustes a las políticas educativas y establecer prioridades. Lo que demanda el país es calidad. Colombia tiene que encontrar caminos para la excelencia, por lo tanto, compartir y difundir experiencias exitosas debe ser una necesidad.
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