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¿Conoces la dislexia matemática? Se llama discalculia, y es más común de lo que crees

Por: Nacho Meneses

Este trastorno del aprendizaje se caracteriza por la dificultad en la comprensión y el manejo de números y cantidades, y afecta a alrededor de tres millones de personas en España

Es tan frecuente como la dislexia, tiene consecuencias graves y, sin embargo, poca gente la conoce, ya que se confunde frecuentemente con un bajo cociente intelectual, desidia en el estudio, Trastorno por Déficit de Atención (TDA/TDAH) o la propia dislexia. La discalculia alcanza en España a entre el 5 y el 7 % de la población (unos tres millones de personas), y quienes la sufren lidian con mucho más que posibles suspensos en su etapa escolar (no solo en Matemáticas, sino también en asignaturas como Física, Química, Dibujo Técnico u otras que incorporen datos económicos); se trata de un trastorno que, en la vida real, implica dificultades en situaciones tan cotidianas como leer un reloj de agujas o la matrícula de un coche, memorizar teléfonos o secuencias numéricas, estimar distancias en el transporte público, controlar las dosis de las medicinas e incluso calcular la vuelta de la compra.

A pesar de todo, la discalculia ha sido muy poco diagnosticada, “debido a una falta de conocimiento sobre lo que implica esta dificultad de aprendizaje, y de herramientas adecuadas para su diagnóstico, que no debe basarse en la evaluación de contenidos curriculares, sino de las habilidades numéricas básicas”, argumenta Javier García Orza, doctor en Psicología y profesor titular de la Universidad de Málaga. “Un niño sin diagnosticar sufre, se siente torpe y no entiende el porqué de sus dificultades para tareas numéricas que otros niños hacen con facilidad. Una persona adulta con discalculia nos decía que su madre la llamaba “subnormal”, porque no era capaz de hacer operaciones sencillas”. Para estas personas, a las que de otra forma se etiqueta de “torpes” o “vagos”, el diagnóstico representa no solo una explicación, sino una liberación, y permite rebajar los niveles de ansiedad que sufren, que pueden afectar a su autoestima y llegar a provocar el abandono escolar.

¿Cómo detectarla?

Los problemas con los números y las cantidades son detectables ya en edad preescolar, dentro o fuera de la escuela, cuando el pequeño está jugando con los amigos o con su familia: “Los niños con discalculia emplean estrategias simples para contar, como los dedos; muestran lentitud a la hora de comparar cantidades (saber si, por ejemplo, 55 es más o menos que 99); normalmente no automatizan las reglas aritméticas (como que 3 + 6 equivale a 3 x 3) y tienen problemas con fracciones y divisiones simples”, explica la doctora Flavia Santos, neurocientífica, profesora del University College en Dublín y autora de Developmental Dyscalculia (Pearson, 2017). Los menores pueden manifestar un componente emocional a través de la ansiedad a las matemáticas, “que combina respuestas cognitivas (como la preocupación o el miedo), fisiológicas (sudor, taquicardia) y conductivas (como la procrastinación)”, añade.

Sin embargo, no se debe caer en el alarmismo: tener dificultades con las matemáticas, algo relativamente frecuente, no implica necesariamente la presencia de este trastorno. “Hay factores extrínsecos como el absentismo escolar, una enseñanza inadecuada, fatiga, enfermedades relacionadas e incluso ingresos bajos. Todos estos pueden intensificar los síntomas, pero nunca causar el problema”, afirma.

En aproximadamente la mitad de los casos, la discalculia viene acompañada de otros trastornos del aprendizaje como la dislexia, el trastorno específico del lenguaje, problemas del desarrollo motor o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), apunta García Orza. “Estas comorbilidades dificultan el diagnóstico, pues no siempre es fácil saber si el mal rendimiento en una tarea matemática es culpa de la discalculia o de una deficiente atención”.

Lillie Rodríguez, hoy profesora de Primaria, tuvo desde pequeña una discalculia que vino acompañada de disgrafia, un trastorno del aprendizaje que dificulta la coordinación de los músculos del brazo y de la mano: “Por la disgrafia, me permitieron hacer los exámenes en voz alta en vez de por escrito. En Matemáticas, tenía problemas al apuntar los números. Sufría más con las multiplicaciones y divisiones largas; leía los números al revés y confundía el 6 con el 9, y el 5 con el 2”. Nunca la diagnosticaron oficialmente y tampoco recibió ayudas, excepto en su primer año de universidad, y hoy aún le afecta, sobre todo al apuntar números de teléfono.

Los tratamientos, a medida

Con el objetivo de conseguir una detección temprana y tomar medidas que favorezcan la inclusividad de quienes sufren este trastorno, expertos de las universidades de Málaga y Valladolid han colaborado recientemente con Smartick, una plataforma online de aprendizaje de matemáticas, para crear un test estandarizado y gratuito que permitirá identificar, de una manera sencilla, a los menores en riesgo de padecer discalculia. Dirigido a los niños y niñas de entre primero y cuarto de Primaria, y validado con la ayuda de más de 800 estudiantes de distintas zonas de España, consta de 11 tareas en torno a tres áreas fundamentales: la comparación y el reconocimiento de números; los números arábigos y los ejercicios de procesamiento numérico; y la aritmética (suma, resta, multiplicación y división).

¿Qué se necesita? Tan solo una tableta, conexión a Internet y 15 minutos de tiempo en los que las diferentes tareas medirán no solo el nivel de aciertos, sino también los tiempos de respuesta de los niños. Al finalizarlo, se genera y envía un informe con las fortalezas y debilidades del menor en cada una de las áreas evaluadas. Es necesario insistir, eso sí, en que el test se limita a detectar el riesgo (alto o bajo) de discalculia; para confirmarlo, los padres o tutores deberán acudir a un profesional para efectuar una evaluación completa que incluya pruebas psicológicas de inteligencia, atención y lectura, a añadir a las específicas de matemáticas. “Un psicólogo especialista debe descartar que no hay ninguna otra condición (por ejemplo, un bajo coeficiente intelectual, TDA, problemas específicos de psicomotricidad fina… Trastornos o condiciones que en nuestro test no se miden”, sostiene Daniel González de Vega, cofundador de Smartick. La posibilidad de realizarlo desde el móvil quedó descartada ya que su tamaño dificulta pulsar, con precisión y a una velocidad normal, sobre los iconos correspondientes.

¿Qué hacer una vez confirmado el diagnóstico? Puesto que la discalculia es bastante heterogénea, las intervenciones han de variar en función del patrón concreto, pero siempre en sesiones cortas y al menos tres días a la semana: “En general, se considera que los tratamientos deben ir dirigidos a trabajar el sentido numérico y las relaciones entre los números (por ejemplo, que 8 pueden ser 2 y 6 o 1 y 7)”, recuerda García Orza, también uno de los autores del proyecto. “La base es la comprensión por encima de la memorización, y el uso de diferentes materiales como regletas, cubos, etcétera, que permitan hacer visibles las relaciones numéricas que normalmente describimos de forma abstracta”. En estos casos, añade González de Vega, es importante que la enseñanza de las matemáticas sea muy pautada y con secuencias de aprendizaje muy estructuradas; “que los niños avancen al ritmo que les marca su propia capacidad de aprendizaje, sin dejar huecos o lagunas en conceptos anteriores”.

Por otro lado, conviene recordar que los tratamientos convencionales que han demostrado una alta efectividad con los niños con dificultades de aprendizaje no suelen ser efectivos con aquellos que padecen discalculia: “Aunque no hay todavía una regla dorada para el tratamiento de estos menores, la evidencia científica sugiere unas pocas intervenciones que sí son efectivas, como los juegos de ordenador (desarrollados específicamente por científicos), la tutorización de la cognición numérica y la formación musical”, puntualiza Santos.

No se refiere a aprender a tocar un instrumento, sino a una serie de sesiones (14 o 16, de una hora semanal) especialmente diseñadas por científicos en colaboración con músicos, y que «producen una estimulación multisensorial (táctil, auditiva, visual…) que se combina con movimientos motores. Las actividades musicales guiadas provocan cambios en la activación cerebral, que a su vez facilitan un funcionamiento más integrado de las habilidades cognitivas», explica Santos. «Tanto la música como las matemáticas usan proporciones y activan la memoria del trabajo, un tipo de memoria vital para la adquisición de información nueva. Estas actividades musicales activan circuitos cerebrales relevantes para las matemáticas».

Desafortunadamente, los centros públicos no suelen disponer de las herramientas necesarias para atender este tipo de necesidades, por muchos motivos: “La formación que se recibe sobre discalculia en las universidades es escasa; los profesores están obligados a seguir unos contenidos curriculares (mientras que la discalculia suele requerir ir a contenidos más básicos que deben abordarse de distinta forma); y los medios personales disponibles son, a pesar del esfuerzo por parte del profesorado, habitualmente escasos”, esgrime García Orza.

Discalculia en adultos

Al igual que con los niños, la discalculia puede diagnosticarse en los adultos. Sin embargo, el test diseñado en esta ocasión por Smartick no es apto para ello, “ya que ha sido baremado específicamente para la población infantil y no sería riguroso (…). Además, es típico que los adultos con discalculia hayan desarrollado, a lo largo de su vida, ciertas estrategias en su manejo de las matemáticas que enmascararían la fiabilidad de los resultados”, explica González de Vega.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/02/04/actualidad/1580852305_938251.html

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¿Tu alumno tiene problemas con las matemáticas? Puede tener discalculia

Por: Paulette Delgado

Si un alumno tiene dificultades con las matemáticas puede padecer de una discapacidad de aprendizaje llamada discalculia.

¿Qué es la discalculia? La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas (DAM), es una condición neurológica que dificulta la comprensión de las matemáticas y tareas que involucren las matemáticas. Muchas veces confundida como dislexia numérica o dislexia matemática, la discalculia es un trastorno de aprendizaje numérico donde las personas afectadas pueden enfrentar dificultades para entender desde los conceptos más básicos, como entender proporciones, que es más grande o que es más pequeño. Por ejemplo, si le muestran seis manzanas y tres naranjas, puede tener dificultades para determinar si hay más manzanas o naranjas. Aunque es fácil confundirlas, la dislexia es un trastorno del aprendizaje que comprende la dificultad para leer y es bastante común que un alumno sufra los dos trastornos. Un 50 % a un 60 % de los disléxicos también tienen problemas con las matemáticas.

Los expertos calculan que un 3 % a un 6 % de la población padecen discalculia y existen diferentes niveles de discapacidad. En varios casos, los niños aprenden eventualmente a luchar con los números pero en otros, las tareas cotidianas como cocinar, comprar, salir a cenar o cualquier cosa que involucre números y matemáticas básicas, como calcular la propina, se les dificulta. Por otro lado, otras personas pueden no tener problemas con matemáticas básicas y mostrar signos de discalculia hasta más adelante en su formación, cuando se enfrentan a temas más complejos.

La discalculia no tiene cura ni se trata de solo una  fase del alumno, es la manera en que su cerebro procesa las matemáticas. Debido a que la discalculia es una discapacidad de aprendizaje, lo mejor es apoyarse de expertos en el área para desarrollar mecanismos que lo ayuden durante toda su vida.

Signos y síntomas de la discalculia

En el libro The Dyscalculia Tool kit, la autora Ronit Bird y Understood.org aconsejan buscar las siguientes señales para determinar si una persona tiene problemas con las matemáticas:

  • Usa los dedos para contar o hacer procesos básicos

  • No recuerda procesos matemáticos básicos

  • Dificultad para manejar dinero, como constantemente entregar la cantidad equivocada

  • Problemas para decir la hora en un reloj analógico

  • Al igual que los disléxicos, problemas para identificar la derecha de la izquierda

  • Problemas con números secuenciales o patrones

  • No comprender conceptos como mayor o menor

  • Dificultad para asociar una palabra y el símbolo. Por ejemplo, que el número 4 es lo mismo que la palabra cuatro

  • Problemas para recordar las tablas de multiplicar u otros hechos matemáticos

  • No poder juzgar correctamente la velocidad o la distancia

Si bien para muchos la discalculia es simplemente alguien “malo para las matemáticas”, es importante señalar que este es un problema neurológico, al igual que la dislexia. Aunque no se saben las causas exactas, se cree que proviene de la estructura del cerebro y su funcionamiento. Puede ser una discapacidad de aprendizaje que se trae en los genes o en el desarrollo cerebral. Investigadores están buscando la manera de “reconectar” el cerebro para facilitar el aprendizaje de las matemáticas.

¿Cómo se diagnostica la discalculia?

Para saber si alguien padece de discalculia, se hacen evaluaciones que también pueden ayudar a identificar otros desafíos de aprendizaje y sus fortalezas. Las pruebas incluyen:

  • Contar: una de las pruebas más reveladoras. Aquí se le pide a la persona contar hacia atrás, contar puntos o completar ejercicios diseñados para ver cómo agrupan los números. La prueba se llama Batería de Prueba Neuropsicológica para el Procesamiento y Cálculo de Números en Niños o NUCALC (por sus siglas en inglés).

  • Dibujar formas: Las habilidades visuales y espaciales son parte esencial de las matemáticas, por lo que copiar formas o dibujarlas de memoria es otra prueba que ayuda a ver si una persona tiene discalculia. Si la niña, por ejemplo, tiene problemas para identificar un trapecio desde otro ángulo, esta es otra señal de que tiene problemas de aprendizaje numérico.

  • Observación: En ocasiones los expertos querrán ver al alumno en el salón de clases para ver cómo se desarrolla en su entorno escolar.

Aunque la dislexia se conoce más ampliamente y se habla más de ella, ambos trastornos pueden confundirse. La discalculia es un trastorno de aprendizaje que enfrentan muchos alumnos y adultos todos los días y que puede afectar el día a día de las personas. Contar con un diagnosis oportuna así como el apoyo de expertos y docentes, pueden ayudarlos a prosperar en la escuela, el trabajo y la vida.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/que-es-la-discalculia

Imagen: marker_photography en Pixabay

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Becas en Ciencias en la Universidad de Ginebra en Suiza

Redacción: Más Oportunidades

La Facultad de Ciencias de la universidad de Ginebra cuenta con un programa de becas, en el cual puedes concursar para estudiar en Suiza.

Los masters que ofrecen abarcan diversas áreas de conocimiento, como: las Matemáticas, Informática, Biología, Arqueología Prehistórica, Química, Geología, Farmacia, Bioinformática, entre otros.

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Requisitos

  • dominio fluido del idioma inglés y del francés.
  • pertenecer a los mejores de la promoción de tu bachillerato
  • contar con un récord académico intachable.

Importante: Para tu carta de motivación (porque para esta BECA tienes que escribir un ensayo o carta de motivación), con seguridad te servirán estos consejos:

Aplica ingresando en este enlace Becas de Ciencias en la Universidad de Ginebra en Suiza

Si deseas aplicar a alguna de estas BECAS conoce los 5 secretos que aumentarán tus posibilidades de GANAR BECAS

Fuente: https://masoportunidades.org/becas-ciencias-la-universidad-ginebra-suiza/

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Chile: Aprobar matemáticas gracias a un videojuego es posible

América del sur/Chile/05 Enero 2020/El país

ConectaIdeas es un método de pedagogía digital innovador y pionero en América Latina que se aplica en varios colegios de Chile y Perú para reforzar el aprendizaje

“Que levante la mano quien sepa explicar qué vimos ayer”. La profesora Cecilia Aravena empieza la clase con sus 22 alumnos, cada uno sentado frente a un ordenador. Gerard, uno de los pocos que alza el brazo, responde impetuoso: “Calcular la fracción de un número”. La docente da por válida la respuesta y escribe un ejemplo en la pizarra: “Si tengo 18 sacos de cemento y ocupo 2/3, ¿cuántos sacos ocupo?”.

El curso de 4º básico D (10 y 11 años) del Colegio Teresianas de San José de Santiago de Chile asiste a una clase de matemáticas inusual, al menos en las escuelas del país sudamericano. A través del ordenador, los estudiantes resuelven ejercicios de fracciones, series numéricas, problemas de geometría, volúmenes y capacidades. “¡Jóvenes, cada uno mira a su pantalla, no la del compañero!”, el llamado de atención de la maestra se dirige a un par de chicos que comentan en voz baja. El resto, muy concentrado, busca la solución a problemas que leen en la pantalla. Algunos usan sus dedos para contar, otros dibujan palitos en el cuaderno.

También hay quienes hacen operaciones matemáticas. Luego, todos ingresan la respuesta en el ordenador y explican cómo han obtenido el resultado final. “¡Tía, mire cuanto subí!”, exclama un niño a la profesora o tía, la forma chilena para dirigirse respetuosamente a un adulto. En su pantalla aparece el mensaje “¡Felicitaciones!” y tres banderas dibujadas que representan una suma de puntos que el chico va acumulando durante la sesión. Al fondo, en la pared de la sala, se lee: “Haz de tu vida una matemática”. Es la esencia del programa ConectaIdeas, en el que los alumnos de este curso están participando.

ConectaIdeas tiene como objetivo mejorar el aprendizaje de esta materia entre los alumnos chilenos. A través de una plataforma online, con miles de problemas, la iniciativa refuerza sus conocimientos numéricos a través de varios juegos administrados a través de un software por internet que permite trabajar los conceptos aprendidos en las clases regulares.

El Colegio Teresianas de San José participa en esta iniciativa por segundo año. El centro educativo, situado en de la comuna de San Bernardo, en la periferia de la capital, responde al perfil al que apunta el proyecto. Su creador, Roberto Araya, doctor en ingeniería eléctrica e investigador de la Universidad de Chile diseñó el programa para promover el aprendizaje entre los alumnos de condición socioeconómica baja. “Me di cuenta de lo interesante que podía ser aplicar mis conocimientos de inteligencia artificial para ayudar a los niños y niñas con más necesidades y a quienes les cuesta más aprender matemáticas. Convirtiéndolas en un juego pueden llegar a cambiar la vida a estos niños y, además, les ayudo en su futuro”, explica Araya.

Para él, “la matemática es un lenguaje que permite entender el mundo” y acercar a los estudiantes al currículo STEM (abreviación en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). “La gamificación aumenta la motivación”, sostiene. El experto se refiere a la introducción de elementos de juegos en la enseñanza, una industria emergente impulsada por el aumento del acceso a dispositivos conectados a internet. “Es un fenómeno que comenzó a verse muy fuertemente a partir de 2009 para hacer las actividades más interesantes y atractivas”, define Julian Cristia, economista e investigador del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Un proyecto con “impactos excepcionales”

Cecilia Aravena tiene 58 años y desde hace nueve es parte del equipo de seis profesores que hoy ejecutan el proyecto. “El docente del centro me deja anotado en un cuaderno lo que requiere y yo, de acuerdo a eso, selecciono los ejercicios, preparo la actividad y la implemento en la sesión”, cuenta. Trabaja en otros dos colegios más de la Región Metropolitana, uno en la misma comuna y otro en La Pintana. Los tres centros tienen en común que atienden alumnos en situación de alta vulnerabilidad, procedentes de zonas con altos índices de delincuencia, narcotráfico y exclusión social. “El objetivo del proyecto es reforzar, pero la realidad es muy heterogénea y, al final, muchas veces terminamos enseñando a los niños”, apunta la profesora.

Una de sus tareas principales es supervisar el aprendizaje en tiempo real a través del software para identificar a los estudiantes que quedan más rezagados y proporcionarles apoyo adicional. “Lo que estos niños aprenden es lo que se les enseña en el colegio, nada más que eso porque viven realidades muy adversas y en la casa no les revisan las tareas. No hay apoyo”, comenta Aravena.

El impacto del programa ConectaIdeas ha sido estudiado por el BID, el International Development Research Center del gobierno de Canadá, la Universidad de Chile, y la Universidad de Cornell. La investigación, realizada en 2017 y titulada ¿Funciona la gamificación en la educación?, concluye que los estudiantes que participaron de la iniciativa mejoraron sus aprendizajes de matemáticas en un 50% comparado con los que no fueron parte de ella.

Según el estudio, sus efectos positivos son cuatro veces superiores a iniciativas como la reducción de estudiantes asignados por docente, o siete veces mayor que la ampliación de la jornada escolar de cuatro a siete horas, que se instauró en Chile a partir de 1997. “Son impactos excepcionales por el nivel de magnitud. Estos resultados no se suelen ver cuando evaluamos programas educativos. Muchas veces se encuentran efectos positivos, pero son pequeños, marginales; estos son mucho mayores”, subraya Julian Cristia, uno de los autores del trabajo.

El experimento se aplicó a 24 escuelas de primaria que reciben financiamiento estatal y que acogen alumnos con bajos ingresos —según la clasificación del Ministerio de Educación— y con retrasos en la asignatura de matemáticas. Además de constatar la mejora del aprendizaje de esta materia, los investigadores también quisieron comprobar si ConectaIdeas podía cerrar las brechas de rendimiento académico entre distintos grupos socioeconómicos. Según el último informe PISA 2018, el peso de la ventaja socioeconómica entre los estudiantes chilenos es del 13%, nueve puntos por debajo de Perú, el país con el porcentaje más alto.

“La educación en Latinoamérica tiene dos problemas muy importantes: la brecha externa, referida al atraso en aprendizaje respecto a los países desarrollados o con países que tienen el mismo nivel de desarrollo económico; y la brecha interna, la que se produce dentro de los propios países entre estudiantes de nivel socioeconómico alto y bajo”, señala Cristia. En Chile, el alumno promedio cuya madre no tiene educación secundaria está atrasado aproximadamente un año en el aprendizaje de matemáticas respecto a los estudiantes cuyas madres sí la tienen. Los resultados del estudio revelaron que ConectaIdeas logró reducir esta brecha a la mitad. “Buscábamos un programa que pudiera trabajar con las dos escalones al mismo tiempo”, añade el economista. Y lo encontraron.

La competencia como estrategia

“Vamos a dar un aplauso a Javier, que tiene 152 puntos, y a Matías, que sacó 142”, ordena la profesora Aravena al grupo antes de terminar la segunda (y última) clase semanal. Los alumnos celebran a los compañeros que lideran el ránking que calcula el propio sistema en función de la puntuación obtenida por cada estudiante con sus respuestas. La lista sirve al docente para identificar aquellos que necesitan más apoyo, es decir, los que han contestado pocas preguntas o tienen una baja tasa de respuestas correctas. “Nunca mostramos los estudiantes que quedan al final”, precisa Aravena.

“A través de un panel de control, se monitorea en línea los avances de los estudiantes en tiempo real. Además, el programa genera informes de retroalimentación para los supervisores del proyecto, los docentes y los directores de escuela”, explica Paulina Jaure, coordinadora del equipo de profesores del proyecto.

En la clase de 4ºA, Ornella y Erik han acabado los primeros y cuando la maestra pregunta por los “monitores” que ayudarán al resto de la clase, ambos se ofrecen voluntarios. Ellos recibirán en el sistema las peticiones de ayuda que sus pares solicitan a través de un botón. “Cuando uno más aprende es cuando enseña a otro. En lugar de que el mejor alumno del curso resuelva problemas más complejos, se ofrece la oportunidad de ejercer de profesor ayudante de otros. Es una fórmula que vi hace 12 años atrás en Cuba”, explica Roberto Araya, que ha visitado y conocido de primera mano experiencias educativas de todo el mundo.

Además de la competencia individual, el proyecto promueve un torneo entre todos los centros educativos que participan en el proyecto, actualmente seis. Un concurso interescolar que se celebra cada dos meses de forma virtual en el que las escuelas se disputan los puntos en juego. Durante los 40 minutos que dura la competición, el aula hierve de nerviosismo y emoción para ganar al colegio rival. Incluso los padres y madres de los alumnos participan del acontecimiento enviando vídeos de apoyo a sus hijos. “La competencia con otros cursos es sana, como en el fútbol o los partidos políticos. A futuro estos niños van a trabajar en organizaciones donde van tener que competir. Tendrán que aprender eso en la vida”, opina el creador de la iniciativa.

Entre los efectos negativos que detecta el estudio, se produce la disminución de las preferencias de los alumnos por trabajar en equipo. “Fue un resultado sorpresivo porque es algo que está muy presente en el programa”, afirma Julian Cristia. La investigación también subraya la preferencia de los estudiantes por aprender las matemáticas a través del ordenador. “La escuela tiene que cambiar para adaptarse a los nuevos estudiantes, que tienen acceso permanente a múltiples experiencias interactivas y unas expectativas altas de aprendizaje que en la escuela tradicional no están satisfechas”, indica el investigador. Un punto favorable del proyecto, para él, es que “tiene una intención clara de explotar la tecnología de forma guiada”, en contraste con otros que se limitan a entregarla sin facilitar pautas de ningún tipo. “Cuando no se da una guía la tecnología se usa poco o mal”, afirma.

Desde 2010, cerca de 70 cursos han participado en ConectaIdeas. Con un coste de implementación de 150 dólares por alumno en 2017 (un 5% más del gasto público por niño de primaria en Chile), se ha convertido en un método pionero de pedagogía digital exportable a otros países de América Latina y con potencial para reforzar otras competencias, además de las matemáticas, como la lectura. La plataforma, que es gratuita, ya ha llegado hasta las escuelas de Perú, donde hoy 80 cursos de Lima la están utilizando para reducir la brecha escolar entre niños ricos y pobres.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/12/30/planeta_futuro/1577703354_582725.html

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Leer en Matemáticas… ¡mejora el aprendizaje!

Por: Educación 3.0

Introducir lecturas en la asignatura de Matemáticas resulta ideal para el que alumnado de Bachillerato reflexione, razone y aprenda distintos conceptos de la materia. El docente Víctor Tilve lo puso en marcha con la lectura Planilandia, de Edwin A.Abbott, y este fue el resultado.

¿Cómo se puede proponer a los estudiantes de 1º de Bachillerato una lectura de Matemáticas? Con Planilandia, una novela escrita por el teólogo inglés Edwin A. Abbott en 1884: en ella se cuenta la historia de un cuadrado que vive en el plano y debe hacer frente al descubrimiento de otras dimensiones de la mano de una esfera, al mismo tiempo que nos cuenta las costumbres y la vida en la sociedad de la época haciendo uso de la sátira y la crítica hacia la sociedad victoriana. También se les encarga un trabajo posterior.

Ante la propuesta de leer un libro en esta materia, los alumnos inicialmente protestan aludiendo que ya leen en las de lenguas (castellana, inglesa y cooficial). Sin embargo, la reacción posterior a la lectura es muy positiva y las quejas se centran en el tipo de literatura, mientras que el contenido matemático es del agrado de los alumnos.
Planilandia lectura en Matemáticas

¿Por qué esta lectura?

El contenido de Planilandia es ideal para introducir, a través de la geometría, diferentes formas de deducir y demostrar en Matemáticas (inducción, deducción y analogía) y para demostrar que en esta materia hay espacio para la lectura y el debate, además de para la formalización de enunciados y fórmulas.

Esta propuesta permite trabajar las competencias lingüística, matemática y otras competencias básicas en ciencia, tecnología y conciencia y expresiones culturales.

Los espacios y sus significados

Varias son las dimensiones que aparecen en la novela, en las que además de analizar aspectos matemáticos también se abordan temas sociales. En Linealandia, el Rey de esa dimensión le explica al protagonista, el cuadrado, entre otras cosas, la manera en la que se reproducen y la posición que ocupan en la línea los recién nacidos. Es esta una buena oportunidad para introducir los números irracionales comparando esta situación con lo vivido por los antiguos griegos, quienes entendían el mundo con números naturales, enteros y racionales.

Otra parte del libro, y en la que se produce la primera aparición de la esfera en la historia, se produce una especie de juego de intersecciones entre ella y el plano donde habita el cuadrado dando lugar a diferentes figuras geométricas.

lectura en Matemáticas

Puede servir esto como introducción a la geometría en las tres dimensiones… ¡Pero hay  más! Y es que la esfera le explica al cuadrado cómo moviendo un punto de un lado a otro se genera una recta, cómo moviendo una recta arriba y abajo se genera un cuadrado y cómo moviendo un cuadrado en otro eje perpendicular a los anteriores se obtiene un cubo…

En Planilandia también se explica la organización de una sociedad a través de las formas geométricas. El cuadrado, como protagonista, descubre que cuantos más lados tenga un habitante de Planilandia éste tiene mejor consideración y clase social, pero que solo es posible que un descendiente aumente en uno el número de lados y que los seres más perfectos son los círculos. Dentro de Planilandia todas las figuras se ven como líneas rectas, pero en el primer viaje que hace el cuadrado fuera de su dimensión de la mano de la esfera, ‘arrancándole’ de su plano para que vea su mundo desde una tercera dimensión, el cuadrado descubre desde esta nueva perspectiva las formas de los triángulos, cuadrados y otros polígonos. Estas circunstancias permiten introducir la aproximación del número pi utilizando el algoritmo de Arquímedes.

Conclusiones de su aplicación en el aula

Si se dedica una sesión de 50 minutos a trabajar los contenidos mencionados y los temas introducidos, éstos resultan claramente motivadores para los estudiantes, sobre todo porque no hay formalismos, solo reflexiones y debates. De este modo, cuando llega el momento de afrontar las matemáticas como se hace normalmente en el aula, las ideas en la cabeza de los alumnos están avanzadas, han sido reflexionadas y se ven como algo más que números y fórmulas.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/lectura-de-matematicas-mejora-el-aprendizaje/120250.html

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España se queda sin buena parte de la información de PISA 2018 por la incongruencia de los datos

Europa/España/08-12-2019/Autor(a): Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: eldiariodelaeducacion.com

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Estabilidad en la serie histórica de matemáticas y ciencas, aunque con importantes diferencias, a la baja, en comunidades como Madrid o Catalunya.

Cada tres años la expectativa ante los resultados del famoso informe de la OCDE sobre los sistemas educativos es enorme. Medios de comunicación y administraciones llevan tiempo preparándose ante la nueva ronda de datos de la organización que analiza casi 80 sistemas de todo el planeta. Pero este año, España se ha quedado fuera del informe principal dedicado a la comprensión lectora.

Hace unos días informó la OCDE de que había encontrado niveles de respuestas incongruentes en los exámenes de chicas y chicos españoles de 15 años. Un porcentaje de estos, el 5%, en diferentes partes del país, había respondido demasiado deprisa a muchas preguntas sobre velocidad delectura y, además, se había hecho siguiendo patrones de respuesta (todas sí, todas no, etc.).

El problema es que esta es la parte principal del informe de este año y tiene incildencia en no pocos de los resultados y análisis que arroja el informe cada tres años. No solo los datos relativos a la comprensión lectora, que las autonomías ya conocían hace meses, sino otros como el nivel de equidad del sistema educativo en relación a estos resultados; las diferencias entre chicas y chicos, los resultados del alumnado de origen migrante o de cada nivel socioeconómico.

Tan solo se han conocido los resultados de ciencias y matemáticas. La organización asegura que aunque se han producido algunas respuestas extrañas, estas no han influido en los datos finales en ambas competencias. Eso sí, los datos tampoco son muy buenos. Ni muy malos. De hecho, se constata que el alumnado de 15 años español se encuentra más o menos en la misma puntuación, en el mismo lugar de la tabla, desde hace años. En Matemáticas obtienen 481 puntos y 483 en ciencias (489 para la OCDE en ambos casos).

Diferencias autonómicas

Como todos los años, hay enormes diferencias entre comunidades autónomas. Mientras Navarra alcanza en matemáticas 503 puntos, en el otro punto de la tabla se encuentra Ceuta, con 411 puntos. Solo hay que echar la cuenta para saber qué supone esto, cuando la OCDE avisa de que una diferencia de 30 puntos es equivalente a un curso lectivo de formación. En Ciencias es Galicia la que lidera el ranking, con 511 puntos frente a los 415 de Ceuta.

Castilla-La Mancha (479), Murcia (474), Valencia (473), Estremadura (470), Andalucía (467) y Canarias (460) se encuentran por debajo de la media de España en competencia matemática. También las dos ciudades autónomas, territorios que gestiona directamente el Ministerio de Educación. En cuanto a la competencia científica, prácticamente se repiten las mismas en idéntico orden: Baleares (482), Murcia (479), Valencia (478), Extremadura (473), Andalucía (471) y Canarias (470).

En la parte alta de la competencia matemática: además de Navarra, ya mencionada, se encuentran Castilla y León (502), Euskadi (499), Cantabria (499) y Galicia (498). En la compentencia científica: Galicia (511), Castilla y León (501), Asturias (496), Cantabria (495) y Aragón (493).

Desde la edicion anterior, de 2015 y conocida en 2016, ha habido algunas variaciones, no muy grandes. Aunque sí algunas sorpresas desagradables, sobre todo, para la Comunidad de Madrid. En 2015 consiguió 503 puntos en matemáticas (frente a los 486 de 2018, 19 puntos de diferencia) y en ciencias consiguó 516 puntos frente a los actuales 487, 29 puntos menos. Una situación que denunciara el consejero de Educación en una rueda de prensa en la que, incluso, aseguró que habían pedido a la OCDE que retirase todos los datos de España en PISA por la posible contaminación de las cifras por los errores detectatos en la prueba de lectura.

Fuentes próximas al Ministerio apuntan a varias causas posibles para esta varianza de los datos. La principal respuesta podría estar en la repercusión que los recortes, sobre todo, desde 2012, han tenido en el sistema educativo. Principalmente en las medidas de atención a la diversidad, tanto por la reducción de personal especializado como por el aumento de la ratio alumno/profesor como, por ejemplo, el hecho de que en los cursos de PMAR haya la mitad de alumnos de los que había en diversificación curricular. De hecho, el alumnado examinado comenzó su escolarización en el curso 2009-2010, es decir, comenzaron su educación en el momento en el que ya empezaban los primeros recortes. Según el informe PISA, la mitad de los directores de centro españoles denuncian escasez de recursos personales y materiales, el 49% exactamente. Quince puntos por encima de la media de la OCDE, del 34%.

También podría ser que el desarrollo de la Lomce, su puesta en marcha, hubiese tenido influencia en estos resultados, aunque seguramente menos acusada que la de los recortes educativos. El alumnado que en mayo de 2018 realizó las pruebas ya había cursado toda la secundaria bajo la Ley Wert. Otros factores podrían encontrarse en un mejor nivel socioeconómico y cultural de las familias españolas. Este índice explica un porcentaje aproximado del 12% del resultado del alumnado en PISA.

Por último, en la primavera de 2018 se desarrollaron unas cuantas evaluaciones externas en un breve espacio de tiempo y esto podría haber impactado en los resultados.

No solo Madrid ha perdido cancha. Otras comunidades como Catalunya han bajado sustancialmente: en 2015 sacaron 500 en matemáticas (490 en 2018) y 504 en ciencias (489 en 2018). Otras sospresas son la de Navarra en ciencias que ha pasado de 512  puntos a 492; la de Aragón, de 508 en 2015 a 493, o la de Castilla y León: de 519 a 501.
Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/03/espana-se-queda-sin-buena-parte-de-la-informacion-de-pisa-2018-por-la-incongruencia-de-los-datos/
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Estudiantes chinos obtienen puntuación más alta en prueba educativa global de OCDE

Asia/China/08-12-2019/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Estudiantes de la parte continental china obtuvieron el nivel más alto en lectura, ciencia y matemáticas en la reciente prueba de educación global PISA realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de acuerdo con los resultados publicados este martes.

Les siguen estudiantes de Singapur y de dos regiones administrativas especiales de China: Macao y Hong Kong. Los primeros lugares de los países no asiáticos de la OCDE fueron Estonia, Canadá, Finlandia e Irlanda.

La prueba PISA de la OCDE 2018 examinó a unos 600.000 estudiantes de 15 años de edad en 79 países y economías en lectura, ciencia y matemáticas. El foco principal fue puesto en la lectura y la mayoría de los estudiantes realizaron la prueba en computadoras.

Los estudiantes de Beijing, Shanghai, las provincias de Jiangsu y Zhejiang, representaron a la parte continental china en esta prueba. En lectura, obtuvieron una puntuación significativamente más elevada que sus pares de otros países.

«La mayoría de los países, en particular en el mundo desarrollado, ha presenciado poca mejoría en su desempeño en la última década, a pesar de que el gasto en educación aumentó 15 por ciento en el mismo periodo», señaló la OCDE al publicar los resultados.

«Uno de cada cuatro estudiantes en los países de la OCDE son incapaces de completar las tareas de lectura aun más básicas, lo que significa que probablemente tendrán problemas para forjar su camino en la vida en un mundo cada vez más volátil y digital», agrega.

En ciencia y matemáticas, alrededor de uno de cada cuatro estudiantes en los países de la OCDE, en promedio, no lograron el nivel básico de ciencia (22 por ciento) o matemáticas (24 por ciento). Eso significa que no pueden, por ejemplo, convertir un precio en otra moneda distinta.

Alrededor de uno de cada seis estudiantes (16,5 por ciento) en Beijing, Shanghai, Jiangsu y Zhejiang de China, y uno de cada siete en Singapur (13,8 por ciento), tuvieron el mejor desempeño en matemáticas, en comparación con sólo 2,4 por ciento en los países de la OCDE.

Respecto a la equidad en la educación, los estudiantes tuvieron un mejor desempeño que el promedio de la OCDE en 11 países y economías, incluidos Australia, Canadá, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Japón, la República de Corea, Noruega y Reino Unido, mientras que la relación entre el desempeño de lectura y el estatus socioeconómico fue el más débil.

«Esto significa que estos países cuentan con los sistemas más equitativos en los que los estudiantes pueden prosperar, sin importar su origen», expresó la OCDE.

La prueba descubrió que las niñas superaron de manera significativa a los niños en lectura en promedio entre los países de la OCDE, en el equivalente a casi un año escolar.

En todo el mundo, las brechas más estrechas estuvieron en Argentina, la parte continental china, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá y Perú. Los niños se desempeñaron ligeramente mejor que las niñas en matemáticas, aunque un poco por debajo en ciencias.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2019-12/04/c_138603377.htm

Imagen: Michael Salinger en Pixabay

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